Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

17

Capítulo largo ambientado en el pasado.

Advertencia: puede contener temas sensibles como la drogadicción y la paternidad en esa etapa.

No recordaba el momento exacto dónde conoció a Forever.

Sólo sabía que ambos siempre habían sido huérfanos, protegidos por el gobierno y su programa de servicios infantiles.

Bueno, esa era la forma agradable de decirlo. La realidad era qué ambos estaban en un programa de protección infantil para inmigrantes, específicamente, para infantes abandonados o huérfanos.

¿El cómo llegó ahí? Ya ni siquiera lo recordaba.

Lo curioso por recordar, era qué en aquel orfanato sólo podía ser capaz de hablar en portugués, porque era el único idioma qué hablaba. Obviamente más tarde aprendió el español, sin embargo, mientras eso sucedía conoció a su mejor amigo de toda la vida.

Forever.

Ese era el nombre de aquel niño con cabello de un color similar al maíz y unos ojos avellana casi exageradamente saltones (a su parecer).

Al principio le dio igual, hasta que comenzó a hablar portugués con él.

En ese momento se hicieron inseparables.

Haciendo travesuras, molestando a los niños malos, chismoseando para la visitas de adopción e inclusive hasta rayando las paredes del orfanato con plumones.

Por supuesto, obtuvieron toda clase de regaños hasta qué ambos cumplieron dieciocho y los botaron de ahí. Aunque, ¿se arrepintieron?

No.

Ni un segundo de todo lo que ambos vivieron juntos.

La razón de ello era bastante sencilla; resumidamente, era porque ambos habían estado juntos en todo.

Y seguían estandolo, incluso en la miseria.

Pasaron hambre, frío, asaltos, dormir en la calle, ¡de todo! Pero nunca se rindieron.

De alguna manera u otra, Dios se apiadó y los ayudó a conseguir trabajos informales. Así, comenzaron a mezclar su dinero para rentar un departamento sumamente pequeño en uno de los barrios más pobres de todo el país, finalmente consiguiéndolo después de varios meses de mucho esfuerzo.

A partir de ese momento todo se veía sumamente próspero para ambos.

Recordaba vagamente qué celebraron con pollo frito de KFC y que había llorado por ello. Si, había sido dramático, pero comer comida rápida lo suficientemente decente en comparación de hurgar comida en la basura fue la gloria para él.

¡Antes ni siquiera podían costearse un sólo pollo de KFC! Estaba muy feliz por ello, si es qué le preguntaban.

Al menos, esa felicidad le duró unos cuantos meses más.

Hasta qué Forever conoció a cierta mujer.

¿Dónde la conoció? No lo mencionó, mucho menos el nombre de aquella chica.

No obstante, a partir de ese momento algo estuvo rotundamente mal.

Su mejor amigo dejó de darle dinero para la renta o para seguir cubriendo gastos, saliendo más a menudo de casa y a altas horas de la noche. Aquello lo había alterado porque el casero comenzó a cuestionarse sobre la paga de la renta, por lo tanto, decidió investigar qué era lo que hacía su amigo.

Una noche, sin decir nada, lo siguió.

Lo encontró comprando metanfetaminas acompañado de la chica que él conoció anteriormente.

Al verlo simplemente no dijo nada, decidiendo encararlo cuando regresara. Pero, no lo había hecho.

No regresó a casa esa noche, ni la noche siguiente, ni después de la siguiente.

Fueron semanas qué se fue sin dejar rastro ni señales de vida. Él tuvo que encontrar más trabajos informales con tal de seguir pagando la renta y la comida, esperando paciente a conocer el paradero del rubio.

Pasaron más semanas, meses incluso, cuando Forever volvió a aparecer en la puerta de la casa.

No regresó como hubiera querido, pero lo hizo.

Se veía sucio, asqueroso, ojeroso y hasta sus dientes parecían adquirir un muy peculiar color amarillo. Sinceramente, apestaba a drogas con apenas olerlo un poco.

Pero, lo dejó entrar.

Grave error.

La mañana siguiente tras despertar, Forever se había llevado muchísimas cosas de la pequeña vivienda.

Fue complicado recuperarse económicamente de aquel robo.

Y ni hablar de cómo trabajó como un burro, día tras noche, únicamente para recuperar todas sus cosas. Ni siquiera contó las fechas, tanto así que en un momento dado, su calendario marcaba noche buena.

No le molestó haber comprado comida rápida para la cena, más bien, le molestó sentirse solo mientras compraba la comida.

Se sentía tan extraño desde hace meses.

Su pecho le apretaba con un dolor indescriptible, su garganta se cerraba y sus ojos le picaban levemente. Así fue todo el camino a casa, siendo acompañado únicamente por la luz de la luna.

Abrió la puerta sin ganas y prendió el interruptor de la luz.

—Surpreender.

Lo primero qué le recibió al entrar fue su amigo sentado en la mesa. Tan tranquilo, calmado, apacible con aquel niño pequeño en brazos.

—Wow!—exclamó dando un portazo a la puerta tras de él.— De onde você tirou essa coisa?!

—Não é uma coisa, é uma criança.—frunció sus labios cómo si fuera obvio.

—Eu sei! Enganar!—más enojado qué antes dejó la bolsa de comida en la mesa y se acercó con rapidez al contrario.— Você rouba minhas coisas, você não me paga mais a sua parte do aluguel, eu descubro que você usa drogas e agora... Uma criança, é sério? Você está brincando comigo?

—Isso é melhor do que voltar para dizer que eu vendi a criança por drogas.

No necesitó escuchar más.

Le dio un fuerte golpe en la cara al rubio, tumbandolo de la silla con todo y niño en brazos. Claramente, no fue la mejor opción, no cuándo el pequeño comenzó a llorar mientras se aferraba al ajeno.

—Qual é o problema?!—le gritó el rubio mientras sobaba su cara.

Apretó sus puños con más fuerza, dispuesto a seguir golpeando a su amigo. Lo estaba a punto de hacer, pero, el observar a aquel pobre chiquillo temblando y viéndolo atento con esos ojitos llenos de terror lo hizo parar.

—Qual é o meu problema? Você ia vender esse garoto por drogas!—indignado le reclamó.— Você está doente na cabeça, Forever?!

—Eu disse que estava pronto! Não que eu fosse fazer isso!—se excusó mientras tomaba al niño y lo abrazaba.— Preciso da vossa ajuda...

—¡Forever!—con rabia jaló sus propios cabellos.— Você é um viciado em drogas! Você quer que eu te ajude quando você me roubou?!

El llanto del menor resonó más en el pequeño comedor. Un gran suspiro salió de sus labios, soltando su cabello, sin quitar ni un poquito la vista del contrario.

—Cellbit, por favor...

Aún enojado desvió la mirada tras escuchar su súplica.

—Mesmo que você saiba qual é o nome da criança?

—É meu filho.

Su mirada volvió a postrarse sobre el ajeno.

—Um filho?! Cadê a porra que você pegou uma criança em menos de 8 meses de sumiço?!

—Eu já tinha antes...

—Isso não ajuda em nada! Quando você deveria me contar?!

—Você não deveria saber, mas sua mãe acabou de falecer há uma semana.

—Meu deus.—talló su rostro.— Qual é o seu nome?

—Richarlyson.

—Quem foi sua mãe?

—A menina com quem você me viu comprando drogas meses atrás.

—As contas de tempo ainda não fazem sentido para mim.

—Conheço-a há muito tempo, mas preferi não dizer que já a conhecia e por isso disse-lhe que era recente que a conhecia.—suspiró, acariciando el cabello chino de su hijo.— Ele não fala português.

Destapó su rostro, examinando al pequeño. Era de tez morena, cabello castaño chino, chaparro como una oruguita y con facciones muy delicadas, absolutamente nada que ver con Forever.

—Você sabe disso? Dê para mim.

Se agachó ligeramente para arrebatarle al menor de los brazos.

—¡Papá!—con pánico el menor se retorció en los brazos de Cellbit, pataleando y gritando para ser bajado.

—¡Está bien, Richar!—contestó el rubio, tomando el impulso de levantarse del piso.— Todo está bien.

—¡No es cierto!—le gritó a su papá mientras lloraba más fuerte.

—¡No, no, no! ¡No llores!—se acercó nuevamente al menor.— ¡Él es tu tío Cellbit! ¡Te hablé de él!

—¿Tío?—preguntó confundido Cellbit.

Recibió una mirada irritada de su mejor amigo, a lo cuál decidió callar.

—¿M-Mi tío?—el menor limpió sus ojos con sus pequeñas manitas.

—Si, tu tío.—sonrió levemente.— El qué te dije que tiene una obsesión con KFC.

Esta vez, fue él quién le dio una mirada fea a Forever.

—Mira, para que veas.—murmuró el rubio con una sonrisa un poco más grande, acercándose con los brazos extendidos a ambos, dándoles un abrazo.— ¿Ves? Todo bien.

No.

Nada estaba bien, todo estaba para la mierda.

Sin embargo, no tuvo el corazón suficiente para echar a la calle a su amigo y a su hijo. Simplemente los dejó para quedarse a cenar, obligó a ambos a darse un baño (apestaban horrible a cola) y les prestó ropa para dormir.

Por supuesto, el rubio no se salvó de una muy larga conversación a la mañana siguiente.

Se suponía que Forever dejaría las drogas.

Le pidió ayuda y le había prometido mejorar, hacerlo por su hijo.

Aparentemente le mintió.

Parece ser que le importó poco la muerte de la madre de Richarlyson al ahogarse con su propio vómito luego de ingerir drogas, si no también, los reportes acumulados de protección infantil.

Cuándo menos se dio cuenta en su puerta había un oficial de policía asesinado.

¿Y quién se tuvo qué hacer cargo? Otra vez él.

Fue un desastre limpiar mientras Forever consolaba a Richarlyson en otra habitación debido al acontecimiento.

No quiso intervenir en esa conversación, mucho menos ver a su amigo a los ojos.

Sencillamente se limitó a resolver todo por su cuenta.

La policía terminó por rondar cerca de su casa, investigando, analizando y buscando, todo a cargo del detective Wilbur Soot.

A pesar de su miedo por ser descubiertos, se acercó a preguntar por el policía qué había sido brutalmente asesinado.

Lo último que supo antes de terminar tras las rejas fue el nombre del oficial.

Missa Sinfonía.

Ese era el nombre del policía.

Aparentemente el oficial a cargo del área familiar, encargado de casos de violencia doméstica, agresión a menores, abuso infantil y la lista sigue.

Recordaba el terror qué le dio enterarse de lo importante que era aquel policía. Aquel temor lo carcomió incluso en el día de su juicio, enterandose de su sentencia de cadena perpetua.

¿Había algo peor qué aquello? ¡Por supuesto!

Ver desaparecer el dinero por el que trabajó por tanto tiempo, esfumado únicamente para seguir comprando el silencio de un detective corrupto.

Vaya vida la suya.

Después de algunos años en prisión se acostumbró al desastre.

Al inicio fue difícil, sin embargo, se adaptó poco a poco. Conoció a gente interesante, peligrosa y extravagante, personas lo suficientemente entretenidas para mantenerlo sin aburrirse demasiado dentro de prisión.

Más de una vez le contó a su sobrino durante la visitas cada tipo de gente qué había.

—¿Ves a ese tipo de lentes?—le preguntó en voz baja, señalando discretamente a un chico pelinegro unas mesas más atrás de ellos.

—Si, ¿por qué?—curioso le preguntó el menor.

—Nadie sabe porque está en prisión.—contestó vagamente.— Es tan misterioso qué le pusieron el nombre de un refresco.

—¿Eh?—sorprendido, Forever volteó levemente a ver al mencionado.— No creo que sea tan misterioso si tiene nombre de refresco.

—¿Cómo se llama?—Richarlyson rió.— ¡Tiene cara de Fanta!

—¡Shhh! Nos va a oír.—susurró Cellbit con una sonrisa.— Le dicen Sprite.

—¿Sprite?—intrigado preguntó el rubio.— Me suena de alguna parte...

—No creo, ese es un seudónimo.—comentó el castaño.— Su verdadero nombre es Spreen.

—¡Oh! Es casi como primavera en inglés.—dijo curiosidad el menor.— Aunque... No se ve muy colorido.

—No, no lo es.—mencionó Cellbit.— Lo más colorido en él, es el chico que viene a visitarlo.

¡Hablando del Rey de Roma! Un chico con gorra venía directamente a sentarse en la misma mesa de Spreen.

—Tienes razón.—susurró Forever volviendo a colocar la mirada en el contrario.— Ese otro chico es colorido, aunque, no combinan para nada entre ambos.

—No lo había notado.—Cellbit curioso volvió a voltear muy ligeramente.— Tal vez sea porque uno es demasiado color naranja y el otro demasiado bicolor, ¿no?

—Naaahhh... Es porque se parecen demasiado.—comentó el menor tras entrecerrar los ojos.— Puede ser qué ambos tengan nombres de refrescos.

—¿Tú crees?—preguntó divertido el castaño.— Tal vez luego me acerque a preguntarle a Spreen si su acompañante tiene nombre de refresco, quién sabe.

—O tal vez no te deberías acercar.—respondió el rubio.— No me da buena espina.

Nota antigua:

Uyyy, Cellbit, debiste de hacerle caso a Forever.

Datos importantes a retener: a Cellbit le dieron cadena perpetua, llevaba ya algunos años en la cárcel antes de hablarle a Spreen y en esos años aún no tenía problemas para pagarle a Wilbur, por lo que se puede ver.

Estuve investigando por ahí, vi que si llegas a desvivir un policía aquí en México, te pueden llegar a dar cadena perpetua. Obviamente esto lo quise aplicar en el fic, aunque bueno, al final Cellbit salió por el milagro de los contactos de Spreen.

Ya luego veré cómo le pongo esa parte, si es que sigo escribiendo más del pasado de Cellbit. A lo mejor y si hago otro capítulo, quién sabe.

Por cierto, lo de Missa fue random. Busqué un personaje al azar para el policía, así que no se rompan la cabeza tratando de conectar a Missa con Spreen o así, pq vi un comentario de ese estilo de que el policía muerto tenía algo que ver con Spreen-

Si mi mente no me falla, no tengo nada planeado para Missa JAJAJA

Pero bueno, tmbn, quiero mencionar que esta historia se ambienta en un pueblito chiquito. ¿El país del pueblo? Todavía no lo he pensando muy bien, pero tal vez en algún pueblo de EEUU donde hablen español, ya saben, cómo en un pueblo de Texas o así.

Me hace sentido en la mente, no sé pq.

En fin, ¡nos vemos en la siguiente!

Nota editada:

Tampoco edite absolutamente nada sobre el cap. Pero no me crean tanto sobre lo que dije de Missa, al final si tengo algo retorcido planeado.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro