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Seventeen: "La Bebé Tzuyu" 🌙

Esa mañana después de que Jeongyeon y Nayeon volvieran amarse, disfrutaron del jacuzzi ubicado en la cubierta superior del yate.

Jeongyeon besaba apasionadamente a esa omega, no se cansaba de tocarla, de acariciarla, de hacer el amor con ella. Nada era suficiente para su loba. Cuando por fin se apartó, la castaña dejó escapar un gemido pues su alfa casi la había dejado sin aliento. 

—Woah... —Jadeó Nayeon.

Esa interminable sensación de felicidad no se iba, le encantaba como su esposa se comportaba, le gustaba y adoraba que le demostrara su amor a cada instante. La alfa la halló con la mirada, luego de algunas interminables caricias.

El sol pegaba fuerte aquella mañana, pero a la sombra se estaba bien. Los sonidos del mar se mezclaban con el canto de los pájaros y creaban un verdadero ambiente de paz y tranquilidad. Aunque Nayeon estaba algo melancólica, situación que no pasó desapercibida por la rubia. 

—Nayonnie, ¿por qué estás tan pensativa de momento? 

—¿Te puedo decir algo sin que te molestes? —Habló junto a su cuello, intentando esconderse allí, en la fuente de su fresco y adictivo aroma.

—Tu puedes decirme lo que sea omega, recuerda que siempre puedes confiar en mí, como yo confió en ti. —Le recordó, buscando su rostro y besando suavemente sus labios, esta vez.

—Mi amor, me encanta lo que estamos viviendo juntas aquí, pero sabes, extraño a las niñas, a las tres... —Musitó apenada mientras se ocultaba en su cuello, nuevamente.

—Tengo que admitir que yo también las extraño a las tres. Aún hay tiempo, ¿qué crees si llamamos para que las traigan y nos quedamos hasta mañana con ellas aquí? —Sonrió al notar el entusiasmo brillar en los ojos de su omega.

—Esa es una buena idea, pero ¿cómo van a llegar hasta aquí? —Habló, notando que solo se podía ver la costa muy lejana. 

—No estamos tan lejos de la costa como crees, una lancha las puede traer hasta aquí... 

—¿Tú llamas? —Ronroneó contra su hombro, haciendo reír a la alfa. 

Jeongyeon se ocupó de llamar a Mina y luego a su madre, quien era responsable de sus niñas y se pusieron de acuerdo para que llegaran a la costa dentro de unas pocas horas.

—Oye... —La rubia delineó eso que se tensaba en su cuello cuando la trazaba con sus dedos —¿Tú crees que tres horas son suficientes...? —Consultó, besando por donde iba dejando caricias en dirección a su hombro y espalda. 

—Si, en lo que hacen un bolso y llegan a la costa, es tiempo sufic... 

—No —La alfa interrumpió sus palabras —Mi amor, yo te preguntaba si... 

—Alfa, sé muy bien lo que quisiste decir —Jadeó cuando Jeongyeon le mordisqueó un pezón con sumo cuidado —P-pero si seguimos hablando se irá el tiempo disponible... —Musitó haciéndola reír, antes de fundirse en un nuevo beso húmedo, ansioso y voraz. 

Tres semanas después... 

Ya habían pasado tres semanas desde su pequeña luna de miel "de verdad" como le había llamado la alfa. Todavía esas mini-vacaciones le venían de repente a Nayeon a la mente. Convivir con la madre de su alfa, de su hermana mayor y su padre había sido todo un reto, a pesar de haberlos visto para su boda, Nayeon no había tenido oportunidad de tratar con ellos pues Jeongyeon no era de reunirse demasiado con sus padres y hermana.

Las chicas habían disfrutado a más no poder y estuvieron divirtiéndose en el mar junto a sus familias. Las risas de Mina y Chaeyoung mientras volvían loca a la pequeña Dahyun por su temor a nadar, Jeongyeon enseñándole a hacerlo correctamente, la niña feliz de lograrlo, Mina enseñándole a hacer mortales a Dahyun, Jeongyeon perdiendo el aliento, horrorizada ante la hazaña de la pequeña alfa y su cachorra menor, Chaeyoung riendo a su par, mientras bebía licuado de frutas junto a Nayeon. Una sonrisa se acentuó en los labios de la omega, esos instantes eran imborrables. 

Nayeon siguió mirando el calendario que tenía entre manos, decidió que pasaría por una una prueba de embarazo para salir de dudas. Siempre había sido irregular en sus celos, pero las náuseas y la flojera que dominaba todas las mañanas desde ese fin de semana, eran algo extraño y no quería ilusionarse, ni ilusionar a su alfa con la llegada de un nuevo cachorro, sin prueba alguna de por medio. 

Aprovechando que Chaeng estaba hablando por teléfono con sus amigas, que la pequeña Dahyun estaba jugando videojuegos con Minari y que aún no llegaba Jeongyeon de la oficina, Nayeon decidió que era el momento perfecto para hacerse la prueba ante la falta de celo de ese mes, y allí estaba, esperando los diez minutos más largos de su vida, desde la llegada de su hermosa Mina, cuando percibió la llegada de su alfa. 

¿Qué? ¿Cómo? Esa escandalosa omega parecía enloquecer cuando ella estaba cerca, su aroma se intensificaba de la sola idea y se tomó los labios con impaciencia. Estaba llegando a casa dos horas antes ese día, Nayeon miró su reloj con nerviosismo, aún faltaban tres minutos para saber el resultado, asique sin más dejó que ella la encontrará para poder descubrir juntas el resultado.

Su alfa sintió raro que su omega no la recibiera como siempre lo hacía, una vez ingresó a casa esa tarde. Jeongyeon pasó por la recamara de Mina y la halló junto a Dahyunnie, jugando playstation.

—Nenas, ¿Dónde está mami Nayeon? —Consultó, pero por supuesto nadie respondió. El par de ojos estaban sobre la pantalla con suma atención a la carrera de autos.

Jeongyeon volteó los ojos y dejó un beso en el nacimiento del cabello oscuro de cada quien y se dirigió a la habitación de Chaeyoung, a quien halló hablando por teléfono acostada sobre su cama y decidió no interrumpirla, solo dejó un besó sobre su cabello, sorprendiéndola y haciéndola sonreír. 

—Ignorada por mis tres hijas... —Lamentó la alfa, armando un mohín inconsciente.

Ninguna de las tres le prestó atención, por lo que decidió ella misma buscar a su omega.

Primero fue a la cocina pues, la castaña siempre estaba revoloteando por allí, más en la planta baja no la halló. Pasó por la habitación de las niñas nuevamente, pero nada había cambiado. Acentuó el mohín ahora con el entrecejo fruncido, cosa que detuvo cuando halló a su Nayeon, pensativa, sentada sobre la cama de su habitación. Entró despacio y se acercó a ella con preocupación, al ver su seriedad. 

—Oye cariño, ¿te sucede algo? —Consultó de inmediato y Nayeon puso sus ojos inexpresivos, reparando en ella. 

—Hola amor. Yo... no lo sé... —Habló con la voz entrecortada. 

—¿Cómo que no sabes? ¿Estás bien? ¿Te sientes mal? —Consultó detallando la inusual expresión de su omega. Descubrió que su corazón se estremecía de todos los modos por ella. 

—Yo... no lo sé —Un ronco y débil murmullo evidenció las lágrimas de sus ojos. 

—Nayeonnie no llores, por favor... —Secó sus lágrimas de inmediato y le dejó un suave beso sobre su mejilla y la punta de su nariz. —Háblame, me preocupas.

—Alfa, no tengo valor para ir al baño... —Respondió casi que sin aliento y Jeongyeon se sintió aún más confundida. 

—¿Cómo que no puedes ir al baño? —Lo que dijo se oyó extraño cuando lo analizó. 

—¿Me acompañas? —Musitó y el rubor se intensificó en su rostro. Jeongyeon alzó sus cejas ahora con desconcierto, pero asintió al instante. 

—Si te sirve de algo, vamos. —Determinó tomando su manos con fuerza.

Nayeon sonrió corriendo unas lágrimas sus palabras y su confusión la hicieron sonreír, ella era tierna cuando no sabía lo que hacía. 

Entraron al baño tomadas de la mano y Jeongyeon notó el pequeño envase sobre el lavamanos y al instante buscó a Nayeon con su mirada. 

—¿Eso es lo que creo que es? —Tragó, cuando buscó nuevamente en la distancia, ahora ella tampoco tenía fuerzas para ir a ver. 

—Si es, cariño, y no tengo el valor de mirar el resultado... si no es lo que esperamos yo... —Sus palabras se detuvieron y en respuesta tuvo una mirada cálida, comprensiva, cómplice y amorosa sobre ella.

—Eso no importa, solo importa que estás aquí y te tengo conmigo. Di que me amas Yoo Nayeon... —Suspiró sobre sus labios. Nayeon sonrió, aunque varias lágrimas melancólicas se escaparon de sus ojos. 

—Solo si recuerdas quién lo dijo primero, Yoo Jeongyeon. —Musitó mientras tomaba sus labios y declaraba esas palabras en medio de suaves respiraciones ansiosas y labios amándose. 

Hacía ya un mes desde entonces, todos se habían enterado de la visita de la cigüeña. Hacía una semana que Mina había viajado a Miami para asistir a su anhelado campamento de baile y para Nayeon, la separación física era más difícil pues, debido al embarazo estaba hipersensible y aunque Mina se comunicara con ella a diario mediante videollamada, solo le aliviaba que al otro día, toda la familia se reuniría para reencontrarse con su hija mayor y disfrutar del recorrido a los parques de Disney y sus extensas atracciones.

Jeongyeon y Nayeon habían invitado a Jihyo y su alfa Sejeong para que las acompañaran. Aunque la intención principal de Jeongyeon era que, de ese modo podrían ser de compañía de las niñas, así tendría disponible más tiempo a solas con su omega. También deseaba que Nayeon pasara tiempo con su hermana menor y sus pequeños sobrinos revoltosos. 

Antes de viajar, todos se habían retirado temprano a dormir porque tenían que tomar el vuelo con destino a Miami a primera hora de la mañana. Las maletas ya estaban preparadas, lo único que quedaba por hacer era contentar a Nayeon antes de partir al aeropuerto, pues la omega aún no dejaba de quejarse por la ausencia de Mina. 

Jeongyeon ya estaba recostada sobre la cama esperando a que la omega estuviera lista, que se encontraba en el baño lavándose los dientes. 

Nayeon aunque estaba pensativa, sonrió de pronto y sus ojos se iluminaron con ese brillo tierno que adoraba ver en ellos y esa sensación que podía percibir por ese lazo que las unía. 

—Mi amor, ¿En qué piensas? ¿Qué te causa tanta alegría? 

—¿Te acuerdas del día que le dijimos a las chicas que estaba embarazada? 

—Oh si... —Recordó con una sonrisa divertida.

*Flash 

Ya habían cenado la pizza que ordenaron por delivery, pues alguien se había levantado con pocas ganas de cocinar.

—Nenas, vamos a la sala para comer el helado que a su madre se le antojó... —Acentuó recordando que había salido tarde en la noche del día anterior a buscar helado de uva. Rayos, ni siquiera sabía que existía el helado de uva. Gruñó al oír reír a su esposa, con diversión. 

—¿Qué se traen entre manos ustedes dos? Nunca comemos nada en la sala, unnie parece enloquecer... —Señaló Mina haciendo reír más a su madre.

Jeongyeon la buscó con su mirada, su aroma se intensificó y Mina le miró con las cejas altas. 

—Todo está bien, pueden comer en la sala cuando quieran... 

—¿De veras? —consultó Dahyun con emoción. 

—No es correcto comer en la sala cuando hay una mesa en el comedor, cielo... —Señaló Nayeon a la pequeña de la casa y la misma asintió, comprensiva. —Si no es necesario, evitemos ensuciar la alfombra clara de mamá... —Señaló Nayeon haciendo sonreír a Mina y Chaeyoung. Dahyun se vió decepcionada por esa declinación. 

—¿Seguro está todo bien, ma? Yo también las veo... raras... —Señaló Chaeyoung, ahora que Nayeon se dirigía junto a su alfa, bastante nerviosa. 

—¿Ya no vamos a Disney? —preguntó la pequeña con los ojos muy abiertos. 

—Todo está muy bien entre nosotras cielo, solo queremos comentarles una noticia. Y tranquilo pequeña, vamos a ir a Disney...

Una vez sentadas junto a las chicas, Nayeon se sienta en el sofá y Jeongyeon en el borde del mismo, junto a ella. 

—Cariño, ¿puedes hablar tú? —Suplicó Jeongyeon. Entonces Nayeon supo lo que le preocupaba, la reacción de sus hijas. 

—Bueno chicas, queríamos comentarles que... —Tragó viendo los tres pares de ojos sobre ella. Nayeon sonrió con tremulidad y se frotó las manos. —¿Algunas vez hablamos de los hermanitos? —Musitó confundida y Jeongyeon gruñó al oír su desvío. 

Mina abrió mucho los ojos, Chaeyoung arrugó la nariz y Dahyun iluminó una sonrisa. 

—No —Dijeron las tres en un tono muy diferente. Jeongyeon pudo percibir la tensión en Mina y Chaeyoung, sobre todo en esta última quien instantáneamente se cruzó de brazos. 

—Vaya, Jeongyeon y yo hablamos mucho de aquel asunto, pero no lo hablamos con ustedes... —Se apenó de admitir y Dahyun alzó cinco dedos. 

—Yo quiero cinco bebés, tres niñas y dos niños, sí pueden ser menos niños mejor, ellos son odiosos... —Señaló la pequeña haciendo reír a la alfa e incrementando la tensión en la castaña quien le miró con la boca abierta de la impresión ¿tantos quería? 

—La luna nos libre de esa locura... —Musitó Chaeyoung y recibió un empujón de Mina. La menor alzó más los hombros, disconforme. 

—Su madre está embarazada y tendremos máximo tres Dahyun, mamá no quiere más de tres —admitió la alfa, riendo ante la tensión de Nayeon.

—¿Cómo que cinco? ¿Estás loca, pequeña? —Jadeó la omega, haciendo reír a Jeongyeon y a Mina. Chaeyoung presionó la mandíbula. 

—¿Enserio? ¿Otro bebé insoportable como Dahyun? —Reclamó la pequeña omega. 

—¡Yo no soy una bebé! ¡Cállate! —Exclamó la más pequeña. Chaeyoung le miró con los ojos muy abiertos, y tragó al ver cómo su hermana se puso sobre sus pies y la enfrentó. 

—Ella será una pequeña alfa... —señaló Mina con orgullo y Chaeyoung hundió un entrecejo. 

—Ella será omega, ¿sino como explicas su intensidad? 

—Eso es propio de su edad Chaeng... —Señaló la mayor.

Nayeon y Jeongyeon las veían con incredulidad, aquello tan cotidiano como verlas debatir, siempre era ún éxtasis para la pareja.

—¿Tu serás una pequeña alfa? —Consultó Jeongyeon ahora acercándose a su pequeña hija. La niña se vio demasiado observada y solo hundió la nariz contra el cuello de su madre quien rió, acariciando su cabello. 

—Oigan, tendremos un cachorro —Recordó Mina y Chaeyoung bufó como respuesta.

—Al menos espero que sea niña, creo que Dahyun tiene razón... 

—Lo que sea, lo amaremos y lo esperaremos con ansias, chicas —Habló Nayeon deslizando una mano sobre su imperceptible vientre. 

La cara de las chicas era de asombro total, si bien Mina y Chaeyoung lo querían y estaban contentas por la noticia, Dahyun brincaba luego de caer en cuenta de que ya no sería la menor. 

—Mami, estoy feliz de que tú y unnie nos den un nuevo bebé. Aunque no niego que me da algo de celos porque era tu única bebé, pero ya desde hace un tiempo estoy acostumbrándome a compartir la atención de las dos con Chaeng y Dahyunnie. Al parecer hace mucho comencé a ser unnie de verdad... —Jadeó Mina, con lágrimas en los ojos.

Jeongyeon se apresuró para tomar sus mejillas entre sus manos y la miró con cariño.

—Tu sabes que no soy muy demostrativa, pero eres una cachorra más aquí Minari. Eres más que una pequeña hermana menor para mi, eres una más de mis hijas y tanto en el corazón de tu madre como en el mío, ocupas un lugar irreemplazable... 

—U-unnie... —Tartamudeó la joven alfa apoyando su mejilla contra su pecho debido a la gran altura que las apartaba —Yo también te quiero mucho Mami Jeongyeon... —Habló a borbotones, sorprendiendo a su madre y a Jeongyeon quien se sonrió entre dientes, antes de dejar un nuevo beso sobre la frente de Mina. 

—Mi pequeña alfa responsable... —La abrazó con fuerza y luego muchos brazos hicieron un abrazo muy grande que cubrió a las alfas de la casa. 

—Me gusta mi familia. —Habló Dahyun haciendo reír a todas las miembros de la nombrada familia. 

—Dahyunnie cielo, veo que te gustó la noticia de la llegada de un nuevo bebé, pero no has dicho nada más. —Se impacientó Nayeon.

—Ya no quiero ser la bebé de la familia... 

—Hyun tú siempre seguirás siendo mi bebé... —Habló la omega, haciéndola armar un puchero como respuesta.

—No mami... —Bufó la pequeña y Nayeon srió mientras la cargaba sobre sus piernas. 

—¿Y cuándo llegará el pequeño monstruo? —Preguntó Chaeyoung, ganándose un reclamo de las dos alfas. Nayeon rió. 

—Aún no confirmamos la fecha exacta Chaenguie, mañana tomaré una cita con la obstetra y veremos... —Habló Nayeon con cierto alivio y pudiendo disfrutar de la alegría en su interior. 

—Mami Jeong, ahora hay que cuidar mucho a mi mamá... —Habló Mina poniéndose muy recta y Jeongyeon asintió abrazando la cintura de la alfa menor. 

—Que bueno que lo mencionas Minari. Ahora que lo saben, recuerden cuidar mucho a su madre y ayudarla en todo lo que necesite. ¿Cuento con ustedes para eso? 

—¡Si, Señora! —Hablaron las tres como si fueran parte de un pelotón, haciendo reír a Nayeon y gruñir a Jeongyeon con desagrado. 

—Como ya todas están en plan de cuidadoras extremas, déjenme advertirles que no estoy enferma, solo embarazada... —Añadió Nayeon volteando los ojos.

—No te preocupes ma, vamos ayudar a mami en los quehaceres de la casa aunque se niegue a recibir ayuda... —Habló Chaeyoung esta vez.

—No solamente eso, deben portarse muy bien y evitar hacerla pasar malos ratos... —advirtió la alfa, alzando un dedo como advertencia. —¿Oíste Dahyun? —Se volteó a ver a su pequeña revoltosa, quien armó un mohín casi de inmediato. 

—Pero mami, si yo soy un angelito del cielo... —Musitó la pequeña, haciéndole ojitos a sus madres. 

—Claro que sí mi pequeña, tu siempre te portas muy bien. —Agregó Nayeon, para deleite de la más pequeña.

—¡No mamá! Recuerda que ya no soy tu pequeña, o el bebé se va a ofender... —Replanteó, apoyando su oído sobre su vientre, haciendo reír a Nayeon. 

—Oye... —La sienta sobre sus piernas y hace que la mire atentamente. —Te propongo un trato. Como aún quedan varios meses para que llegue el bebé, ¿me permites que me acostumbre a la idea de que vas a dejar de ser mi pequeña? —Consultó jugando con sus trenzas. La niña asintió con entusiasmo. 

—Esta bien mami, pero solo hasta que nazca Tzuyu... 

—¿Cómo que Tzuyu? 

—Dubu no sabemos si va a ser un niña. Y si es niña se va a llamar Ryujin... 

—Esos son lindos nombres, ¿Y tu Mina? —Consultó viendo a su hija mayor —¿No vas a darnos nombres para el bebé? 

—No mamá, no se me da eso de elegir nombres, pero esos suenan muy bien... —Admitió Mina abrazando el cuello de Jeongyeon a quien, curiosamente, no podía dejar de abrazar. 

La alfa recorría el aroma de su pequeña hija y sonreía cuando hallaba sus hermosos ojos iluminados. Sin duda Nayeon le había regalado una preciosa familia, incluso con esa hija que había ganado ante su unión. 

Una nueva familia iba naciendo de su amor, y aquello sin duda sería irrevocable. 

Back* 

—Aún no sabemos que será nuestro bebé, espero que en la próxima ecografía el obstetra nos pueda decir que será. 

—Eso espero para comenzar a decorar la habitación. Oye, ¿Si notaste que las niñas te cuidan, te miman y están siempre al pendientes de ti? Ya casi no te dejan hacer nada en la casa. 

—Si Chaenguie se pasa, aunque haya sido la más reacia a la idea, me ayuda todo el tiempo, en la cocina, en el aseo, en la escuela, ya dile que me deje respirar... —Bromeó haciendo reír a la alfa —Dahyun no me deja que cargue mi bolsa, y eso que es más grande que ella. —Meneó la cabeza con ternura —Y mi hermosa Mina... no tengo que pedirle que haga algo por mi, ella ya sabe lo que necesito apenas verme, es tan perceptiva, quien se enamoré de mi niña será tan afortunada en la vida... —Admitió con una sonrisa apenada —Y tú alfa... me mimas y estás presente en todo momento, en cada detalle, yo no puedo amarte más Abogada Yoo. —Musitó ahora buscando sus brazos. 

—Mi amor, por ti hago lo que sea. Anda, mejor vamos a dormir que mañana tenemos que levantarnos bien temprano para estar a tiempo en el aeropuerto. 

—Llamaste a Hyo para decirle a la hora que la vamos a pasar a buscar. 

—Si omega, tranquila.

—¿Vamos a dormir? 

—Si, duerme así pegadita a mi... —Dándole besitos por el cuello y mordiendo el lóbulo de la oreja. 

—Alfa si sigues así, no voy a poder dormir... —Ronroneó la omega. 

—Eso precisamente es lo que quiero, omega...

Jeongyeon siguió haciéndole mimos y caricias a Nayeon, quien no pudo resistirse. La alfa sabía lo que le gustaba a su omega, la enamoraba todos los días de su vida. Volvieron amarse nuevamente y se quedaron durmiendo una sobre la otra.

Habían llegado a su destino de vacaciones, las niñas estaban ansiosas de su visita a un nuevo destino. Al otro día se reunirían con Mina, que era su día libre del campamento, estaban muy felices de reencontrarse nuevamente con su familia y compartir todas juntas. 

Y algunas noches después de haber llegado a su destino, Jeongyeon invitó a Nayeon a celebrar su sexto mes de casadas. 

Habían dejado de encargadas a Jihyo y su alfa Sejeong, quienes amablemente se ofrecieron a quedarse con ellas esa noche y se inventaron una gran pijamada en la gran habitación de ese par, en lo que ellas celebraban su amor. 

Jeongyeon estaba esperando a Nayeon en la sala del gran piso que había pedido para su familia. Estaba elegantemente enfundada en un vestido de su infaltable negro, la seda caía por su cuerpo abrazando a su piel, sus aretes del mismo color, su pequeño colgante a juego, su cabello rubio caía ondeando alrededor de sus orejas en suaves ondas definidas y sus altos tacones le daban un porte tan imponente y atractivo que, cuando Nayeon decidió salir del baño ya lista, se quedó sin aliento al hallarla. Todo de ella era atractivo, seductor, incitante, se dijo la omega, admirando lo bien que le sentaba ese color a su esposa y lo que disfrutaba de verlo sobre su piel. 

La omega vestía con un elegante vestido largo color gris, pequeños brillos incoloros en sus aretes y un lindo sobre de glitter haciendo juego con su outfit. La mujer impresionó a Jeongyeon con su sencillez, la gran belleza de su omega la abrumaba y más aún, cuando ese vestido resaltaba su pequeña barriga que había decidido asomar, se veía tan hermosa entonces. 

—Mi amor, vaya... me dejas sin palabras, te ves tan preciosa Nayeon... —Habló remojandose los labios, reteniendo el deseo de devorarla como cada vez que la tenía cerca. 

—Gracias alfa —Acercándose a la rubia, arreglándole un poco su hermoso cabello rebelde —Pero mi esposa no se queda atrás, voy a ser la envidia del lugar, todos querrán a mi alfa y me voy a poner muy celosa. —Hizo un puchero. 

—Jamás. Soy solo tuya y de nadie más, te amo, además dentro de ti crece el fruto de nuestro amor. Vaya Nayeonnie, mi bebé crece dentro de ti, hay veces que aún no lo puedo creer —Jadeó arrodillándose frente a su omega para apoyar su mejilla contra su vientre apenas asomando. 

—Si mi amor, nuestro bebé está ahí... —Sonrió enternecida por el modo en el que Jeongyeon se abrazaba a su vientre cada vez que percibía su aroma neutro. 

—Ese aroma a cachorro que tienes, quiero que salga de ahí. Apresúrate a crecer, bebé que ya quiero verte... —Señaló hablando con el pequeño intruso, antes de volver a incorporarse para estar nuevamente frente a su esposa. 

Ambas se besan profundamente, haciéndose saber el amor que se tienen. 

—Ya casi no puedo usar labiales junto a ti Abogada Yoo, apuesto a que tengo todo el rostro lleno de brillos... —Musitó entre risas. Jeongyeon rió mientras le intentaba recomponer el labial. 

—Discúlpame Señora Yoo, creo que será mejor que nos apresuremos, aunque si fuera por mi, nos quedamos aquí. La noche recién acaba de comenzar... 

—Me encanta, pero vamos, muero de curiosidad por todo lo que hayas podido planear para esta noche, alfa coqueta... —Bromeó, arrancándole una carcajada a la rubia. 

Ya Jeongyeon y Nayeon habían cenado en el Cinderella 's Royal Table y cuando estaban saliendo del aclamado restaurante, se encontraron por casualidad con una socia y amiga que Jeongyeon tuvo al inicio de su carrera como abogada. Ahn Hyejin, una alfa de unos cuantos años más que Yoo, quien ya no vivía en Seúl, por lo que no se habían visto desde hacía bastante tiempo, cuando Dahyun tan siquiera no había cumplido dos años. 

—Unnie, ¡qué gusto verte! —Saludándola efusivamente, demasiado para el gusto de Nayeon quien le miró con asombro al percibir sus nervios. 

—Abogada Yoo, ¿Y ese milagro, tú por aquí? Vaya coincidencia... —Señaló con aquella sonrisa espectacular. 

—Estoy de vacaciones con mi familia. —admitió la rubia con una sonrisa orgullosa que hizo bailar el corazón de la omega.

—Oye, supe que hace varios años falleció tu omega, cuanto lo siento. —admitió la alfa, dando un asentimiento. Jeongyeon desarmó un poco la sonrisa, al recordar brevemente a Momo. 

—Si me dolió mucho su partida, ha sido un momento muy difícil. —Asintió y la alfa le miró con compasión. —Pero conocí a mi omega predestinada, te presento a la responsable de mi regreso a la vida, Yoo Nayeon —Ronroneó su nombre junto a su apellido antes de ver a su esposa realzando su deslumbrante sonrisa —Con ella volví a creer en el amor. —Admitió sin necesidad alguna y la mujer frente a ambas asintió ante la reverencia de Nayeon —Nayeonnie, te presento a la Abogada Ahn Hyejin, una buena amiga y mentora. 

—Es un placer conocerla, ya Jeongyeon me había hablado de cómo usted la ayudó en sus comienzos. —Comentó la omega con entusiasmo y la alfa sonrió con amabilidad al aceptar su mano. 

—Vaya, además de hermosa, veo que es una encantadora omega. —Palabras que pusieron algo incomoda a Jeongyeon y que Nayeon, quien la conocía muy bien, notó de inmediato y le dio un apretón de manos y un linda sonrisa para tranquilizarla —Para mi Jeongyeon, además de ser una buena profesional, es como una hermana menor y me alegro de que haya podido rehacer su vida, nada más y nada menos que con su predestinada. —Admitió la mujer con cariño por la alfa menor, quien se ruborizó antes de sonreír nuevamente. 

—Si, Nayeonnie cambió mi vida completamente y como ves estamos esperando nuestro primer cachorro. —La alfa se asombró con emoción —Precisamente hoy, estamos celebrando el aniversario de seis meses de casadas. Y yo también te considero muy importante unnie, jamás olvidaré todo el apoyo y la fe que has puesto sobre mi trabajo, gracias a tu ayuda soy mejor en lo que hago. 

—No se diga más Abogada Yoo, las dejo para que disfruten de su celebración. Me alegro de verte, de verlas muy felices. Después nos pondremos de acuerdo, me encantaría prepararte una cena junto a mi omega, conocer a tus niñas, antes de que regresen a casa. Wheein siempre pregunta por ti, hace tanto rato que no hablamos... —Señaló con su mentón y le dedicó un guiño amigable.

—Será un placer, gracias por tu invitación. Después nos ponemos de acuerdo para ponernos al día. 

—Buenas noches. —Agregó Nayeon, sosteniéndose del fuerte agarre de su alfa. Sonrió de lado ante su intenso aroma y volteó los ojos sigilosamente. 

—Que disfruten de la noche, señoras. Espero tu llamada. —Un nuevo guiño amigable.

Ya estaban de camino hacia el hotel cercano al restaurante en taxi, Jeongyeon se veía muy pensativa cuando Nayeon se decidió a acabar con el silencio.

—Oye, amor que amable tu amiga de invitarnos a su casa. 

—Demasiado amable para mi gusto. —Habló la alfa con una extraña seriedad.

—Alfa no me digas que estás celosa de tu amiga... ella dijo que tenía pareja. —Recordó Nayeon. Jeongyeon frunció el entrecejo. 

—¿Celosa? ¿Yoooo? —Exageró y Nayeon carcajeó al ver la sonrisa socarrona de su alfa. 

—Admítelo. —Ordenó presionando la rodilla de su esposa, quien meció la cabeza. 

—Bueno, quizás no tolere el hecho de que alguien más ponga sus ojos sobre ti, ni siquiera para admirar lo bella que eres. —Nayeon carcajeó —Pero es que, tu solo eres para mí omega... 

—Y lo soy. —Admitió la misma, sin problema.

—Bueno, mejor hablemos del festejo que espera por nosotras esta noche...

—¿Y a dónde vamos? 

—Ah, por supuesto que es una sorpresa. Esta noche no regresaremos al hotel, vamos a ir a otro lado solas, tú y yo... —Señaló la rubia, dándole un suave beso en la mano que tomó de su rodilla, antes de atender el camino nuevamente, asegurándose de que se dirigían hacia donde lo había dispuesto.

Jeongyeon había hecho el "check-in" temprano en la tarde por lo que ya tenía la llave magnética de la suite. Ambas entraron besándose en la suite que le habían asignado con vista mágica al Magic Kingdom. La luz de la luna penetraba en la suite a través del ancho ventanal de cristal. 

—Que hermosa vista tenemos aquí... —Señaló cuando la alfa la acurrucó contra su cuerpo, ambas viendo por la ventana. Nayeon se dejó impregnar de su fresco aroma. 

Luego de algún instante, la omega le rodeó el cuello con los brazos y sus labios se posaron sobre los de la rubia. Mientras la besaba, lenta y suavemente, de la garganta de Jeongyeon se escapó un gruñido, y sus manos se cerraron sobre sus nalgas para apretarla contra ella. Nayeon sintió que una ola de calor la invadía, y se movió para frotarse contra su creciente erección. 

La alfa comenzó a moverse también, y el beso se volvió más apasionado. 

—Mmm, me encantan tus besos Jeongyeon-ah... —Murmuró la omega, extasiada, notando que estaba empezando a derretirse por dentro. 

Jeongyeon introdujo la lengua en su boca, explorando cada rincón, al tiempo que Nayeon seguía frotándose contra ella. Se sentía algo mareada, probablemente por su embarazo, pero los besos de su esposa eran todo lo que necesitaba. 

Mientras seguían besándose, Nayeon notó los fuertes latidos del corazón de Jeongyeon, y se preguntó si estaría sintiendo lo mismo que ella, ambas estaban completamente entregadas a ese amor, aquel pensamiento puso a brincar a su loba. 

En ese mismo instante Jeongyeon despegó sus labios de los de ella y bajó la cabeza hacia su pecho, quitándole el vestido. Nayeon emitió un gemido ahogado cuando comenzó a dibujar círculos en torno al pezón con la lengua. El corazón le latía contra las costillas y estaba empezando a notar la humedad escurriendo entre sus piernas. 

Jeongyeon la levantó y la depositó suavemente sobre la cama y se colocó sobre ella, deslizó una mano entre sus muslos al tiempo que se apoderaba otra vez de sus labios y poco a poco, terminó de desnudarla. En cuanto se fue a quitar el vestido, Nayeon la detuvo para encargarse de desnudarla ella misma. 

Nuevamente Jeongyeon se estuvo sobre la omega, que alzó las caderas, cuando su alfa empezó a tocarla entre los sedoso pliegues que ocultaba entre sus piernas. 

Nayeon siempre se había considerado tímida en la cama y fuera de ella, pero Jeongyeon la hacía olvidarse de sus inhibiciones, la hacía liberarse sexualmente. Cuando se introdujo en su interior, la castaña jadeó sin poder detenerse, sus músculos se contrajeron y sus rodillas se doblaron involuntariamente mientras la rubia aprovechaba la humedad que se había formado en su centro, para hacer que su miembro se deslizara dentro y fuera de allí. 

Nayeon alzó la vista y la encontró mirándola, sus ojos marrones llenos de amor, ternura y a la vez de mucho deseo y pasión. Sin embargo sus pensamientos se vieron dispersos, cuando la alfa comenzó a darle besos por el cuello, mordiendo el lóbulo de su oreja.

Al tiempo que sacudía sus caderas hacia delante, las manos de Nayeon se aferraron a las revueltas sábanas y segundos después, las primeras oleadas del orgasmo la invadieron, y profirió un intenso y largo gemido. 

—Nayeon, mi amor, me haces perder el sentido... —Le susurró llegando también al clímax al sentirla recibir con gusto hasta sus breves palabras. 

Ambas yacían acostadas, recuperándose de su entrega. Su cuerpo y corazón palpitaba aún por el éxtasis que habían alcanzado, pero Nayeon deseaba más, deseaba todo de esa alfa. 

—Jeongyeon-ah, no sé si es por el embarazo, pero aún quiero... am, aún te deseo... —Habló jadeante, bajando la mano por su pecho, deteniéndose por allí para deslizar sus manos por sus pezones desnudos, luego de hacerla retorcerse, deslizó una mano por su vientre para alcanzar su miembro y sostenerlo con sus manos. 

—Vaya, leí que las embarazadas por lo general son más... más exigentes, pero cariño tu te haz vuelto insaciable... —Jadeó y lanzó la cabeza hacia atrás intentando no dejarse llevar muy rápido. 

—Te deseo en mi... —Jadeó la omega haciendo a la alfa ruborizarse por sus palabras. 

—Me encanta cuando me dices explícitamente lo que quieres. Será un verdadero placer seguir celebrando contigo, omega... —Musitó iniciando una nueva partida.

Cuando regresaban de sus increíbles vacaciones, habían visitado todos los parques de Disney, Universal Studios y Sea World. Las chicas se divirtieron a más no poder junto a sus tías y primos.

Pero ya estaban en casa y había llegado el momento de saber el sexo del bebé y todas ya estaban a la espera de que el obstetra llame a la omega. 

—Nayeon... —Habló el beta asomando en la puerta, quien ya conocía y tenía una relación de confianza con su paciente 

—Ya llegó nuestro turno. 

—Chicas vamos, llegó el momento de saber si van a tener un hermanito o una hermanita... 

—Es niña.

—Ojalá que sí lo sea.

—Shhh... 

—Buenos días Nayeon, la enfermera va ayudar a prepararte para hacer la ecografía. 

Nayeon se fue junto a la enfermera y se preparó. Las cuatro ingresaron hasta ella para saber finalmente el sexo del nuevo integrante de la familia. El doctor aplicó gel al vientre de Nayeon, y empleó el gran aparato que se figuraba en una pantalla plana justo encima de ellas. 

—Bueno, ¿listas? —Consultó el hombre y todas se quejaron porque esperaban de una vez, haciendo reír al profesional. 

—¡Wao! Mami, que impresionante se ve el bebé. —Jadeó Chaeyoung abriendo la boca, atónita. 

—Mami yo no veo nada, ¿por qué no veo nada? —Murmuró Dahyun junto a un tierno mohín y tirando de la camisa de mezclilla de Jeongyeon quien le miró con lágrimas en los ojos. No sabía a quién atender primero si a la niña, o a la pantalla. 

—Hyun, porque no es un retrato en colores, solo se ven las formas del bebé, pero no se ve en sí... —Mina la tomó en sus brazos para señalarle con su breve entendimiento lo que sucedía allí y la niña asentía intentando armar una figura del nuevo bebé. 

—Las medidas y el peso es el ideal para los casi cinco meses de gestación. Todos sus niveles son los correctos, el feto está muy bien... —Señaló con sus indicaciones y términos médicos que poco comprendían. 

—¿Ya podemos saber que es? —Murmuró la alfa limpiándose el borde de los ojos, mientras presionaba la mano de Nayeon. 

—De acuerdo, no las haré esperar más es... es una hermosa niña, que está creciendo saludablemente dentro de su madre. —Sonrió el beta, cálidamente.

—¡Lo sabía! ¡Te lo dije Chaeng! —Exclamó Dahyun haciendo reír a toda la sala. 

Las chicas comenzaron a celebrar, aunque Jeongyeon no podía dejar de agradecerle a Nayeon el haberle regalado una nueva personita a quien amaría por la eternidad. Nayeon no dejaba de llorar, estaba tan sensible y la alfa la mimaba, abrazaba y murmuraba cosas bonitas en lo que terminaban la cita. 

—Oigan, estoy feliz de que el nuevo cachorro sea una bebé, de verdad no sé si soportaría a un niño... —Habló Chaeyoung.

—Cómo vamos a consentir a esa bebé... —Musitó Mina, cubriendo el hombro de Chaeng y de Dahyun, yendo detrás de sus madres. 

—Jugará con nosotras videojuegos y le enseñaré a bailar, ¿tú me ayudarás Mina unnie, verdad? —consultó Dahyun con su entusiasmo infantil.

—Claro Hyun, cuenta con eso. —Señaló la chica, tomando a la pequeña en su cadera. 

—Lo importante es que es una bebé saludable...

—Su madre tiene razón, estoy segura que la bebé Tzuyu va ser una niña muy mimada por todas nosotras pero en especial por sus hermanas mayores. —Añadió al ver la emoción de sus niñas. 

Una vez salieron de la clínica médica, fueron a celebrar la noticia sobre la bebé Tzuyu y de su pronta llegada.

Le queda el último capítulo y esta historia ya acabará, aunque no lo creas♡

Si lo logro, lo tendrás hoy mismo.

Gracias por tu paciencia de siempre, tu JazUnnie🌻

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