Nine: "Suficiente espacio" 🌙
La rubia dejó el lápiz sobre el escritorio, con impulso se apresuró a la puerta, la cual abrió de un tirón y subió los escalones de dos en dos, ansiosa de volver a verla. Justo cuando tomaba el último tramo en dirección al pasillo, la puerta del cuarto de huéspedes se abrió y Nayeon salió al pasillo con una pasividad que la asombró por completo.
Sus ojos detallaron la sexy bata que le habían regalado sus compañeras y se podía ver su ropa interior blanca debajo. Se había quitado el maquillaje del rostro pero seguía llevando el mismo peinado que en la ceremonia. Aunque el atuendo de color celeste era sobrecogedor, lo que le dejó sin habla fue la sonrisa que ella le dedicó.
—Buenas noches. —Asintió como saludo, antes de meterse en el cuarto de invitados y cerrar la puerta frente a ella.
—¿Buenas noches? ¡Pero! ¡Nayeon! ¿Qué significa eso? ¡Es nuestra noche de bodas! —La alfa entró en pánico cuando oyó el sonido del pestillo de la cerradura. Estaba en problemas más graves de los que hubiera querido imaginar.
—¿Ah sí? Me sorprende que lo recuerdes aún... —Respondió la omega con una voz inexpresiva, mientras se oía como seguía acomodando quién sabe qué, en quién sabe dónde.
Entonces Jeongyeon comprendió que era lo que había estado oyendo el resto de la tarde y noche, era que Nayeon había trasladado sus cosas del dormitorio principal a la habitación de invitados. Se sintió furiosa casi al instante de solo pensarlo. No le importaba el hecho de haber sido ella quien había impuesto la distancia infranqueable entre las dos. Nayeon era su omega e iba a dormir con ella así fuera lo último que... "Detente alfa tonta, ¿A quién quieres impresionar comportándote como una idiota? Solo lo arruinarás peor"
A Jeongyeon le costó gran esfuerzo, pero logró dominar su ira, Nayeon no se merecía ese trato, ni el que le había dado todo ese día. Los recuerdos que le atormentaban no eran culpa de ella y tampoco era justo que la utilizara como un blanco. Alzó una mano y se obligó a llamar suavemente a la puerta que acababan de cerrarle en las narices con toda razón.
—¿Nayeonnie? ¿Quieres hacer el favor de salir un momento? Hablemos por favor.
Durante un rato no hubo respuesta de parte de ella, la alfa llegó a creer que iba a ignorarla por completo, pero la puerta se abrió cuando estaba dispuesta a dejar de molestarla.
La omega había comenzado a deshacerse del peinado y tenía los ojos muy abiertos cuando se enfrentó a ella, entonces Jeongyeon halló con claridad que la había herido profundamente con su actitud y eso la hizo sentir tan culpable.
—Lo siento, omega —Despidió en un suspiro —El día ha sido más duro de lo que pude imaginar ¿Aún quieres cenar conmigo? Luego podemos tomar un baño caliente, dame una oportunidad... —No se le ocurrió otra cosa que decir pues, no podía prometerle que hablarían y que intentaría comunicarse, porque estaba descubriendo que siquiera sabía cómo tratar con ella.
Nayeon la persiguió con su mirada inexpresiva, su cabello rubio estaba hecho un nudo a la altura de su nuca, sus hermosos ojos aún brevemente maquillados se veían preocupados y ese vestido... Rayos, ella terminó de entender lo mucho que le había costado decir aquellas pocas palabras y tras una pausa que pareció durar horas, asintió.
—Deja que me ponga ropa de verdad y en seguida bajo. —notificó ella, acabando con la conexión con su insistente mirada.
—De acuerdo, te espero abajo.
—No hice nada especial para cenar. Solo hay sopa. —Comentó Nayeon y Jeongyeon meció la cabeza.
—Eso no importa Nayeon, con cena especial o sin ella, ya estamos casadas. —Señaló con una sonrisa de lado, al parecer había recordado que se había salido con la suya al fin. —Abrígate por favor, está fresco luego de la lluvia. —Señaló con el mentón antes de voltearse y regresar por donde llegó.
Nayeon la vió desaparecer por las escaleras y tragó mientras se decidía a abrigarse con una sudadera de esas que Mina siempre le tomaba prestado y se puso unos shorts conjunto de su pijama de flores. Bufó cuando acabó de quitarse los clips que tomaban su cabello y lo dejó caer, le dolía la cabeza de haberlo tenido recogido casi todo el día. Se miró las manos en duda, no quería que Jeongyeon volviera a decirle algo que la hiciera sentir peor de lo que ya se sentía.
Una vez halló a la alfa en la mesa, sonrió con pocos ánimos mientras se sentaba justo frente a ella. Jeongyeon frunció el entrecejo cuando no se puso a su lado, pero se recordó que lo peor sería que se hubiera negado a abrir esa puerta.
—Ya serví, huele muy bien... —Señaló sin cambiar de expresión y Nayeon asintió como agradecimiento.
A pesar de que cenaron en silencio, Jeongyeon se limitó a mirarla de regreso mientras la omega mantenía sus ojos en su plato.
—¿Pasarás toda la cena con tus ojos sobre mi? —Consultó, removiendo la comida en su plato.
—¿Seguirás jugando con la comida? —preguntó con una sonrisa de lado que Nayeon admiró sobre sus pestañas, disimuladamente.
—Yo pregunté primero...
—No hay nada mejor que ver...
—Vaya, si eso fue un halago, déjame decir que...
—No, no lo fue. —Determinó la alfa sosteniendo su mirada, una vez ella se la dedicó al fin. —Fue la verdad Nayeon. —Señaló regresando su atención a la sopa que ya estaba fría, para comer los fideos.
—Iré a descansar, será mejor que pensemos muy bien lo que acabamos de hac...
—Hablaba en serio cuando dije lo de bañarnos juntas. —Insistió la alfa buscando su mirada. Nayeon se negó a complacerla.
—Jeongyeon...
—Nayeon, dame una oportunidad de compensarte, me equivoqué...
—Creo que necesitas espacio. —Le interrumpió la omega. Jeongyeon meció la cabeza con demasiado impulso.
—Ya tuve suficiente espacio...
—¿Estás segura? —Insistió con la voz demasiado baja y Jeongyeon supo que se estaba asegurando de que no volvería a hacer una estupidez. La alfa asintió de inmediato.
—Voy a ordenar aquí, te espero en diez minutos ¿está bien para ti? —Consultó y Nayeon aceptó de inmediato. Hubiera querido ayudarle, pero la alfa claramente, no estaba acostumbrada a recibir ayuda.
Jeongyeon ya estaba metida en el agua burbujeante cuando Nayeon llegó al sótano, ella tenía el baño caliente allí. Se recordó a sí misma que a partir de aquel día también era suyo e intentó ahuyentar las sombras de su mente.
Una vez hizo dos pasos dentro de la habitación halló su nuca descubierta, su cabello estaba tomado más alto sobre su cabeza y Nayeon tragó al notar que estaba completamente desnuda debajo de las burbujas. La omega sintió que la boca se le secaba cuando ella le halló con su mirada casi de inmediato y su cuerpo se estremeció bajo ese par de ojos oscuros.
—Estuve pensando... —Comenzó Nayeon con la voz demasiado ronca y acomodó la voz para no perder el tono de voz a causa de su tremulidad —... que será realmente bueno tener el baño caliente dentro de la casa. Es lo que menos me gustaba de la mía, tener que salir con una temperatura baja para tomar un baño al final del día. —Corrió la mirada incómoda, que la mirara mientras se metía al agua no le hizo mucha gracia.
De acuerdo, podía haber perdido algunas libras, pero no estaba más segura de su figura que antes. Comparada con Momo, ella era... bien, más baja y menos proporcionada, era una buena manera de decirlo.
Descubrió que la alfa estaba sonriendo y era tan inesperado después de lo que había ocurrido durante la tarde y la cena, que tuvo que preguntar.
—¿Qué te parece tan divertido? —Alzó una ceja ante esa sensual sonrisa y se remojó los labios al detallar esa delicada gargantilla que aún colgaba en su cuello. ¡Oh luna!, ella quería pasar su lengua por allí y saborear ese aroma fresco, adictivo y tan seductor.
—Nada. Solo que me preguntaba por qué te has puesto un traje de baño esta noche, cuando normalmente no llevas nada puesto...
—Porque... —Empezó ella antes de quedarse con la boca abierta en la mitad —¿Has estado espiándome? —Jadeó extendiendo los ojos a la par —Eso es lo más bajo, y lo más sucio que... —Pero Jeongyeon se rió a carcajadas como respuesta, antes de tomarla por los hombros y dejarla caer sobre su regazo bajo su atenta mirada.
—Vamos, por favor no te enojes. No sabía cómo iba a decírtelo, estaba segura de que te enojarías más si...
—¿Enojarme? —dijo de forma sarcástica al interrumpirle, queriendo ignorar el roce de la piel de sus piernas contra las suyas —Eso ni siquiera empieza a describir cómo me siento, al saber que había alguien viéndome cuando yo creía estar sola. —Se recordó, terminar de oírse totalmente indignada.
A Nayeon le sobraban dedos en una mano para contar las veces que la había visto reír sin inhibiciones. La risa transformaba la seriedad de su expresión y le hacía parecer más cercana y tan irresistible que sintió el vello de sus piernas contra sus muslos, pero se sentó muy rígida, negándose a sucumbir ante su abrumador atractivo de alfa encantadora. Se obligó a rememorar el dolor que había ido creciendo durante la tarde, aquellas horas interminables en que su reciente esposa había decidido olvidarse de que existía, alimentando la indignación que aún sentía.
—No puedo creer que hicieras eso. Ya soy bastante tímida con mi cuerpo y ahora descubro que lo has estado criticando mientras que...
—Basta Nayeonnie. Me gustaba mucho lo que veía, sabes que nada de mi sabe disimular. Me gustaba y mucho. —Respondió recuperando su expresión seria —Sabía que no estaba bien, pero, pero... simplemente no podía evitarlo.
Su sinceridad la desarmó por completo y cuando se olvidó del enfado casi que en un segundo, se dio cuenta con asombro de que Jeongyeon hablaba como si de verdad le gustara su cuerpo, entonces la abrazó y no pudo poner resistencia al acogedor acercamiento.
—Siempre me volviste loca. Imaginé varias veces estar cerca de ti... —Murmuró, presionando los dedos contra su cintura, luego alcanzó sus pechos con sus manos —Quería acariciarte y ver cómo tus pezones se erguían para mí. ¿También te atraigo de este modo? Es algo que no puede ocurrir con una sola persona. Quédate junto a mi y deja que te demuestre lo bien que podemos pasarlo juntas, omega. —Musitó con la voz demasiado grave.
Nayeon tragó al sentir como se humedecida la parte baja de su traje de baño, debajo del agua, eso hasta se oía absurdo. Tragó cuando las manos de la alfa recorrían su vientre y alcanzaba sus muslos para dibujar y desdibujar caricias sobre sus piernas.
Nayeon contuvo la respiración ante sus caricias suaves e incesantes, sintiendo como su rostro se sentía cada vez más y más caliente, sin embargo, en un recóndito rincón de su mente, se resistió a perdonarla completamente por lo que había sucedido aquella tarde y Jeongyeon parecía haber leído sus intenciones.
—Nayeonnie, siento mucho que tu loba se haya sentido ignorada por mi culpa. Tenía que solucionar algunos problemas conmigo misma antes de... poder estar contigo ¿sabes?, pero no es por ti, tu me gustas mucho y te quiero aquí... —Musitó contra su cuello plantando un suave beso allí en donde su vena latía con furor.
No era mucho, pero amándola como Nayeon la amaba, no necesitaba más. Jeongyeon le puso un dedo índice bajo la barbilla para alzar su rostro y capturar su boca en el beso que la omega había anhelado durante todo el día. Sus sentimientos estallaron en un espectáculo cálido y colorido casi que al instante y aquella era Jeongyeon, la alfa que había descubierto que amaba durante las semanas pasadas. Había conseguido llegar a sus brazos casi sin esfuerzo, sería una estúpida si permitía que el orgullo se interpusiera entre ellas.
Al principio, la alfa se limitó a delinear con la lengua el contorno de sus labios cerrados y tensos. Gradualmente, la caricia se hizo más profunda, hasta que la omega se entregó al beso y la rubia bebió de su boca con movimientos rítmicos y penetrantes que incendiaba las entrañas de Nayeon. Poco a poco, fueron devorando la distancia que las apartaba hasta quedar estrechamente amarradas.
Jeongyeon le bajó un tirante del bañador hasta que un seno quedó libre. Nayeon apartó los labios de su boca y escondió el rostro en su hombro, para besarle en cuello y respirar ese refrescante aroma que la estremecía tanto como sus vivas caricias. Cuando liberó el otro seno, Nayeon apenas pudo respirar de excitación y Jeongyeon la cogió de los hombros, estrechándola contra su cuerpo. Apenas podía creer la mirada de deseo voraz que siguió sus movimientos mientras ella se quitaba el bañador y lo dejaba flotando sobre la superficie del jacuzzi.
Era más que obvio que la deseaba y en un espacio de su corazón donde atesoraba sus más preciados sueños, pensó que si la deseaba, si tan encantada estaba con su cuerpo, quizá podría lograr que la amara algún día.
—Soñé tantas veces con este momento... —Murmuró junto a su oído en susurro ronco y con una mano, le abarcó el pecho, mimando el pezón con la yema de sus dedos, contemplando atentamente cómo se erguía bajo sus caricias, entonces intensificó el ritmo hasta hacerla jadear.
Justo cuando creía que no podría resistirlo, se inclinó y Nayeon se preparó para un nuevo asalto de sensaciones. Sus delicados labios rojos se encerraron en torno a su pezón y la omega jadeó y se arqueó contra ella, creando un deseo abrasador que crecía segundo a segundo entre sus piernas, un tormento insistente que pedía y exigía cada vez que el agua lamía su piel sensibilizada. Y como si adivinara su tormento, Jeongyeon siguió los contornos de su cuerpo hasta llegar a la cara interior de sus muslos.
—¡Por favor! —Gimió la omega, invitándole a acariciarla más íntimamente.
Jeongyeon sonrió, pero no la defraudó. Lenta y deliberadamente, recorrió la cara interior del muslo y Nayeon creyó ser una tira elástica que cada vez se tensaba más y más hasta que encontró al fin la carne secreta y suave que anhelaba sus caricias. La omega se removió mientras se apretaba contra su mano, que buscaba y acariciaba hasta que inició un movimiento rítmico e instintivo contra su caricia. Entonces Jeongyeon retiró la mano y ella quedó completamente quieta entre sus brazos para luego mirarla directamente a los ojos.
—¿Por qué...? —Gimió ahora con expresión de desconcierto, pero antes de que pudiera formular la pregunta, el agua del baño se convirtió en un torbellino y se dio cuenta de que ella había encendido las turbinas del jacuzzi.
La mano volvió a buscarla de inmediato y Nayeon se dejó arrastrar por aquella sensación. Podía sentir su erección bajo sus nalgas y se preguntó ¿qué estaba esperando?, sin embargo, dejó de pensar cuando sintió que un dedo largo y fino investigaba el interior de su pasaje más sensitivo. La omega estiró las piernas para echarse sobre aquel dedo y Jeongyeon no dudó en aprovecharse de su ofrecimiento. La alzó en peso, poniéndola contra la pared del baño y ella se quedó apabullada al sentir la corriente de agua burbujeante en su zona más ardiente.
Era excesivo, decidió Nayeon cuando sintió que una ola se amurallaba en su interior, arrastrándola sobre su bucle espumoso, hacia el pulsar de aquel agua turbulenta y la caricia abrasadora de aquel dedo deslizándose en su interior. Convulsionó entre sus brazos, sólo remotamente consciente de que Jeongyeon le susurraba al oído.
—Eso es, déjate ir, cariño. Déjate ir... —Su voz se oía agitada, pero suave y melodiosa a la vez.
Estaba exhausta cuando el clímax concluyó, tanto que Jeongyeon tuvo que sujetarla, ya que era incapaz de moverse por sí sola. Pero la alfa no pensaba darle tiempo para recuperarse, pronto se puso de pie mientras la sostenía por la espalda de modo que sus piernas se entrelazaran bajo el agua, buscó su boca para besarla con toda la fuerza de su pasión y entonces se retiró un poco.
Nayeon se dio cuenta de que le estaba quitando la parte de debajo de su bañador y sintió contra ella toda la extensión de su erección.
Tampoco esa vez le dio tiempo a disfrutar de lo que veía y la giró frente a ella. Nayeon sintió que sus manos serpenteaban por sus caderas mientras empujaba hacia delante para entrar en su interior. Sin dudarlo un segundo, Nayeon cerró las piernas en torno a su cintura mientras apoyaba las manos sobre sus hombros, brindándole la oportunidad de controlar el movimiento de ambos cuerpos.
Jeongyeon gimió cuando ella relajó su cuerpo, haciendo que se hundiera más profundamente en su maravilloso y estrecho interior. Gimió otra vez cuando la apretó con sus paredes y el sonido rebotó contra las paredes de la habitación, hasta que el sonido apaciguo, pareció llevarse los últimos restos de su dominio en sí. Con un gruñido echó la cabeza hacia atrás al tiempo que empezaba una serie de embestidas rápidas y contundentes, manteniendo las manos firmemente sujetas a sus caderas.
Nayeon se encontró completamente abrumada por aquel ritmo, por aquel cuerpo estilizado y aquel pecho caliente. Cada vez que la rubia empujaba, sus pechos se movían frente a sus ojos entrecerrados y otra llama viva se encendía en sus entrañas, uniéndose al incendio que la consumía por dentro. Por debajo, el agua burbujeante le acariciaba las nalgas. Nayeon no lo habría creído posible, pero mientras la alfa alcanzaba una plenitud desgarradora entre sus brazos, ella alcanzó un segundo clímax que la dejó inconsciente de todo lo que no fuera el agua a su alrededor. Las piernas de Jeongyeon cedieron y buscó uno de los asientos del jacuzzi.
Ambas se quedaron reposando un momento, con sus cuerpos todavía unidos íntimamente, pero al contrario que antes, el movimiento del agua no resultaba del todo acogedor.
—Ven, vamos a la cama. —Se incorporó con el cuerpo de Nayeon entre sus brazos y la apartó suavemente, arrancándole un suspiro al deslizarse fuera de su cuerpo. —Fue tan bueno... —Continuó —Si el agua no estuviera tan caliente, podría haber pasado toda la noche aquí, dentro de ti...
—Hum... —Nayeon sonrió mientras ella la ayudaba a salir del agua y la envolvía en una bata de baño.
Estaba demasiado exhausta para hablar, su sonrisa se ensanchó al recordar lo mucho que le había preocupado fracasar en darle satisfacción a Jeongyeon, ella parecía más relajada que nunca y encontró un placer inesperado al recordar cómo había gemido mientras perdía el control entre sus brazos, estaba segura que eso tendría algo que ver con aquella adoración que tenían sus lobas por la otra.
Jeongyeon se había vuelto loca por ella después de haber pasado la tarde refugiada en la guarida de su escritorio.
Entonces se dio cuenta de lo difícil que debió haber sido ese día para ella. Primero había conseguido enfurecerla para luego tranquilizarla. Quizá necesitaba asimilar su unión matrimonial para que la dejara de comparar con Momo. Si lo que acababan de compartir había sido tan intenso para Jeongyeon como lo había sido para ella, no creía que las comparara. Se sintió feliz por haber conseguido satisfacerla, físicamente al menos.
La mirada de la omega se pegó en aquel hueco de su clavícula y sin tanto retraso depositó un beso suave allí, antes de que la alfa se cubriera con una bata igual a la que le puso a ella. Luego la rubia pasó un brazo por sus hombros para guiarla al dormitorio y a la amplia cama de caoba que a partir de aquel día iba a compartir con ella todas las noches de su vida.
Nayeon se despertó en medio de la quietud de la noche para descubrir que la mano de la rubia estaba entre sus piernas y su boca provocaba un tormento sensual sobre uno de sus senos. Rodó sobre su espalda e introdujo la mano entre sus cuerpos, buscando su miembro que se endurecía cada vez más ante su toque, disfrutando con el tacto sedoso de aquella carne pulsante. Jeongyeon permitió que le acariciara unos minutos que la omega exploró sus senos y trazó sobre su pecho, para después sujetarla de ambas manos por encima de la cabeza, separarle las piernas y entrar en ella con una caricia larga y continua.
—Oh... —Jadeó Nayeon cuando la alfa presionaba la mano contra un costado de su cintura y hundía sus dedos allí para sostenerla en su lugar.
—Me encantas omega... —Jadeó sin detener las arremetidas.
Nayeon gimió cuando inclinó sus besos sobre su cuello y ella no tardó en dar más acceso estirando el mentón.
—Diablos, me encanta cuando te entregas a mi sin tapujos, Nayeon... —Habló con su respiración agitada apresurando los choques de su cadera.
La castaña gimió demasiado sonoro cuando sintió como mordisqueaba entre medio de sus pechos, deslizando sus besos húmedos.
El resultado fue el más escandaloso de los clímax, Nayeon se mantuvo amarrada a su cintura con sus piernas por largo rato, disfrutando de la sensación de tener su mejilla caliente contra su pecho, intentando recuperar el aliento y luego acomodarse de modo tal que pudieron recuperar el sueño.
El instante entre sus brazos era perfecto, estaba fresco en el cuarto a oscuras, pero debajo de las mantas las envolvía una burbuja cálida y acogedora. Jeongyeon tenía la espalda resbaladiza de sudor cuando ella la recorrió, al igual que su cuello y su hermosa nariz mientras le exigía una respuesta que su cuerpo le daba casi que por inercia.
Cuando el ritmo aumentó, la alfa empezó a jadear más alto con cada movimiento y deslizó una mano entre ambas para acariciar su clítoris hasta que se convulsionó, arrastrándola con las contracciones de su cuerpo a una plenitud espasmódica. Jeongyeon se quedó dormida a los pocos momentos, después de rodearla con sus brazos atrayéndola hacia su pecho y sin haber salido de su interior.
"Ya te he dicho que podría quedarme toda la noche aquí... " Había susurrado junto a un último beso, el que Nayeon recibió con una pequeña sonrisa somnolienta.
La omega se sintió más feliz de lo que había sido nunca tumbada sobre ella con la cabeza apoyada en su hombro. Siempre había presentido que sería así con Jeongyeon, su sexualidad ardiente consumía cualquier freno que ella intentara poner a su corazón. Sin embargo, eso también le daba miedo, mucho miedo.
No había podido dejar de pensar que, por mucho que deseara tener otro hijo, no se había casado con ella por el dinero, ni por los hijos, ni siquiera por el sexo, aunque había resultado ser una maravilla, sino porque su omega la necesitaba, porque la había estado amado en silencio durante años sin siquiera atreverse a admitirlo para sí misma.
Pero lo que más miedo le daba era que sabía que Jeongyeon no la quería de la misma manera que ella.
Debo admitir que las escenas de esta historia son muy limitadas, que a veces hasta debo transcribir y reescribir muchas cosas. Me tardo, porque es más que una adaptación, es prácticamente una nueva versión.
Asique me disculpas si me tardo demasiado, pero tengo que hacer todo esto teniendo en cuenta de que los personajes no pierdan su esencia.
Aún así, espero que lo estés disfrutando tanto como yo 😊
Oye... te quiero, gracias por seguir aquí, tu JazUnnie 🌻
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