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Fifteen: "Lazo" 🌙

Jeongyeon se mordisqueó el labio inferior mientras rodeaba la habitación con la mirada, pensativa. Luego de despedir a Nayeon al pie de las escaleras, aprovechó que subió a ver a las chicas, para preparar una velada diferente para ella. 

Ya en el sótano de la casa, la alfa distribuyó varias velas aromáticas, había recordado que a Nayeon le gustaban mucho, luego las colocó estratégicamente para crear un ambiente más romántico. Bajó la intensidad de la luz, puso música suave y se preguntó qué más podía hacer. Rayos, si no fuera tan idiota, hubiera puesto las excesivas energías que concentró en su estúpida ira, para preparar algo mucho más bonito para ella. 

De pronto recordó que Nayeon tenía un pequeño rosedal en el jardín, pero rápidamente eliminó la idea, esa omega era capaz de asesinarla si cortaba alguna de sus flores y no habría disculpas que la salven. Volteó los ojos por la habitación, se miró la mano magullada y meció la cabeza, disconforme. Absolutamente nada estaba a la altura de lo que su omega merecía.

Resignada de que se había acordado demasiado tarde del valor que tenía Nayeon para ella, preparó el jacuzzi con agua caliente y vertió en él las sales de baño preferidas de la omega. Conforme los pétalos se hidrataban, se iban asomando por la superficie y pintaban las aguas de un suave y casi imperceptible rosa, y al rodear la habitación creyó que después de todo, no se veía nada mal. 

Quería consentir a Nayeon, quería que ella se sintiera especial, única, amada y segura entre sus brazos, porque eso es lo que Jeongyeon sentía, quería acariciarla y mimarla, no solo esa noche, quería hacerlo toda la vida, siempre. 

La omega castaña había ido a cada habitación para asegurarse de que cada señorita ya estuviese dormida. Pero aunque quisiera dejar en orden los juguetes de Dahyun y pasar a encender la lavadora una última vez, todos sus pensamientos los ocupaba la alfa que esperaba por ella en su cita, y que le había confesado recientemente hacía tan solo un par de horas, que la amaba al fin. Su omega aulló de emoción al recordar ese instante y ella sonrió ante todas esas sensaciones que soñaba compartir con su alfa. 

El corazón de Nayeon no había dejado de latir y galopar a ese ritmo descontrolado desde que Yoo Jeongyeon le había pronunciado esas cinco letras que formaban las dos palabras que más había anhelado desde que descubrió cuan enamorada estaba de ella. Nayeon comenzó a ver con otros ojos su relación, desde que Jeongyeon le declaró y confesó con un "Te amo" todo lo que sentía por ella y que admitía no haber descubierto hasta que creyó que se marcharía de su vida. 

La omega comenzó a bajar las escaleras hacia el sótano, para el encuentro con su alfa predestinada, pues ya no había nada que demorara ese instante que había estado anhelando desde que la alfa le había pedido que no se fuera. Nerviosamente, ante aquellos pensamientos que mantenían a su loba ansiosa y extasiada, abrió la puerta que unas horas antes le había servido a Jeongyeon como "punching bag", y halló ese delicioso ambiente acogedor y romántico que la dirigían directamente hacia su alfa. 

—¿Jeongyeon-ah? ¿Qué estuviste haciendo? —Le consultó Nayeon, al descubrir el suave manto de luz de las velas, el delicioso aroma de sus sales de baño y el suave color rosa burbujeando junto a su alfa, quien la esperaba pacientemente. 

—Tu te mereces mucho más que esto Nayeonnie, pero te prometo que esto es el inicio de todo con lo que voy a consentirte... —Se acercó y rodeó a Nayeon de tal modo que ella se quedó de espalda contra su pecho. —Bienvenida a nuestra cita de reconciliación, mi amor. —Murmuró contra su oído y Nayeon sonrió dejándose acariciar por una inquieta mano suave y cálida por el vientre.

—Jeongyeon, pensé que ya me estabas esperando dentro del jacuzzi... —Balbuceó una respuesta, mientras la rubia no detenía sus besos en dirección de su cuello y hombro. 

—Primero, antes que nada quiero mimarte, justo aquí en donde dejaré mi marca, luego por todo el cuerpo. Quiero que poco a poco te relajes para luego entregarnos mutuamente. ¿No crees que es un buen plan? —Consultó, picoteando algunos besos por el hombro que poco a poco iba descubriendo.

Nayeon sonrió al sentir cada vello de su cuerpo responder a su tacto cálido y amable. 

—No sé si tenga tanta paciencia como tú, cariño... —Jadeó deslizando su cabeza a un lado para que los besos de la alfa se hicieran más amplios y profundos. 

—No sabes el autocontrol que domino para no arrebatarte la ropa y hacerte el amor ahora mismo, Nayeonnie... —Su ronca voz se golpeaba contra la sensible piel de su cuello, haciendo a Nayeon retorcerse entre sus brazos. 

—¿Y qué te lo impide? —preguntó la omega, seductora. Jeongyeon meció la cabeza. 

—No es 'que', más bien, 'quien' me lo impide... 

—¿Y se puede saber quién le impide a mi alfa que no pueda hacerme el amor ahora mismo? —Jadeó como respuesta, una vez se volteó para buscar su hermoso rostro. 

—Tu.

—Jeongyeon, explícame porque no entiendo nada.

—Mi amor por supuesto quiero hacerlo contigo hoy, mañana y siempre. Pero primero quiero mimarte, quiero que mientras te relajes en el jacuzzi, proyectemos. Quiero demostrarte que te amo y que no eran solo palabras. No seas impaciente Yoo Nayeon... —Le reclamó con una sonrisa, sin poder evitar oír un suave gruñido de su dulce omega. 

—Jeongyeon-ah, sabes muy bien que, tan pronto nos metamos en el agua, no van a haber palabras que nos detengan... 

—¿Y quién dijo que me voy a meter contigo? —Contraatacó, haciendo gemir a Nayeon.

—No juegues... 

—No juego, cariño, ¿no deseas que te consienta? 

—Abogada Yoo, no necesitas hacer nada de esto, soy toda tuya, me tienes a tus pies... —Musitó como respuesta, haciendo carcajear a la alfa. 

—Qué cosas dices omega... —Desestimó, comenzando un nuevo beso, a la vez que proseguía con la tarea que había comenzado de desnudarla para luego ayudarla a entrar en el agua. Luego, encendió los inyectores de propulsión para que se llenara de burbujas y de ese modo Nayeon pudiera relajarse. —¿Por qué no te relajas un poco conmigo? Cierra los ojos y entrégate al masaje de la presión del agua... 

Nayeon se mantuvo con los ojos cerrados cuando nuevamente sintió un ruido, ahora del descorche de una botella. Abrió los ojos y vió a Jeongyeon acercarse con una copa de champagne en cada una de sus manos. 

—¿Brindamos? —propuso la rubia, Nayeon bien pudo evitar sonreír al verla pelear con las copas. Sabía que esa mano debía dolerle mucho.

—¿Y por qué vamos a brindar? —Consultó, ayudándole, tomando su copa.

—Por una nueva vida en la que solo seamos tú y yo... 

—Yo quiero brindar por nuestro amor. 

—Y por nuestra familia. 

—Te amo 

—Yo te amo a ti, omega.

Ambas chocaron sus copas y bebieron el champagne sin perderse de vista un solo segundo. La rubia tomó ambas copas y las colocó en un espacio firme, luego se acercó a Nayeon para darle un beso. 

Pero esa omega no se conformaría tan fácilmente. La alfa no pudo prevenir que ella la tomaría por el cuello de su camisa y la atraería fuertemente hacia ella, cayendo al agua también. 

—¡Pero! ¡Nayeonnie, me hiciste trampa! No se vale, quería hacerte masajitos por todo tu hermoso cuerpo y... —Las palabras se detuvieron cuando la omega rodeó su cuello y presionó sus labios contra los suyos. 

—Simplemente no me aguanté y aproveché la oportunidad. Igual no vi que hayas ofrecido mucha resistencia que digamos y, además no creo que pudieras hacer demasiados masajes con esa mano dañada... —Se burló corriendo algunos mechones de su cabello rebelde de entre sus ojos. 

—Oye... no te voy a negar que aún me duele... —Se quejó, haciéndole una fingida expresión de ofensa.

—Eso te pasa por ser una mala alfa... —Bromeó Nayeon recorriendo sus hombros y tomando sus pechos entre sus manos. 

—Oh Luna, no puedo resistirme a tus arranques de pasión, Nayeonnie... —Gimió sin pena alguna. 

—Y yo no puedo resistirme a ti Abogada Yoo, me encantas... 

Nayeon comienza a quitarle la ropa mojada a Jeongyeon y tirándola fuera de su alcance. Ya habían perdido el control, poco bastó para que se fundieran entre un mar de mimos, caricias y prolongados besos donde sus lenguas bailaban al ritmo del amor y ese deseo incesante que las unía. Se deseaban con locura. 

Nayeon sentía que su corazón explotaba ante cada caricia que Jeongyeon le ofrecía, la quería dentro, profundamente y cuanto antes. 

A Jeongyeon la adrenalina le corría sin freno a través de las venas, ocasionándole un deseo incontrolable de hacerla una y mil veces parte de su cuerpo, su aroma se intensificó casi abrumando a la omega, quien tragó al notar lo que había olvidado otra vez, su alfa aún estaba en celo.

—Nayeon... —Jadeó cuando la omega hundió su nariz contra su cuello, atraída por aquel intenso aroma a mentol y hierba fresca por el eucalipto, como si fuera a colocarse con algún tipo de sustancia. 

—Hazme tuya... —Habló en su refugio, contra su cuello. 

Nayeon sabía que eran palabras peligrosas para liberar ante una alfa en celo, pero sintió por primera vez, que nada malo podría pasar en un encuentro entre esa alfa y ella. No había que temer pues la amaba, se lo había dicho y lo había sentido allí, muy dentro de su interior, en donde albergaba a su omega extasiada.

Como si pudiera leer sus pensamientos, Jeongyeon entró en ella suavemente para luego mantener movimientos suaves y constantes. Cuando ya estaba segura que Nayeon estaba preparada para más, comenzó a moverse con más presión y rapidez en su interior, haciéndola gemir contra sus labios, amando absorber cada una de sus reacciones ante su unión. 

—Te amo Omega... necesito... déjame... —Su alfa tomó el mando.

Nayeon tembló a la espera de ese preciso e inminente instante en el que se fundiera con la suave textura de su piel y sin siquiera voltearse a ver cuándo sucedería, la sintió perforando firme y profundo durante un breve lapso abrumador. Después del instante con el que pudo saciar la necesidad de su loba, apartó sus colmillos de su cuello y recorrió la marca con sus labios en lo que Nayeon intentaba detener la tremulidad de su cuerpo. 

—A-ah, d-diablos, si duele... —Se quejó cuando sus brazos sucumbieron alrededor del cuello de su alfa, quien dedicaba especial atención a la reciente marca. 

Por fin, cada situación, deseada o no, había valido completamente la pena por ese preciso momento. Todo culminaba allí, en ese instante en el que podía sentirse y considerarse unida a su alfa.

—Lo siento omega, se supone que lo haría sobre la cama, pero no me pude controlar... —Jadeó cuando la castaña buscó su mirada con la suya, repleta de lágrimas que descontrolaron su corazón de preocupación. 

Pero todo en ella y su loba se relajaron, cuando Nayeon se acomodó sobre sus labios con los suyos y descansó un peso, que no sabía que sentía. 

—Estuve esperando tanto por este momento, Jeongyeon-ah... 

—Oh cariño... —Sonrió la rubia cuando la omega apoyó su cabeza sobre su pecho, aún con la marca.

Aún con ella en su interior, nada era tan maravilloso como el hecho de sentirse correspondida por su alfa, enlazada a su predestinada. 

Jeongyeon quería llevar a Nayeon a la cima del cielo, pero también que ella disfrutara cada detalle en el proceso. La castaña por su parte le pidió que reiniciara sus movimientos, colocó las piernas alrededor de la cintura, para hacerle entender que no quería que se le escapara de donde se alojaba.

Una vez Nayeon alcanzó la cumbre, Jeongyeon admiró cada detalle de su rostro, sus músculos contraídos, sus preciosos ojos entrecerrados, su labios húmedos por los besos que le exigía su loba, y entreabiertos por no perder el aliento. Se veía preciosa.

—Ahora te toca a ti disfrutar de nuestra reconciliación.

La omega se introdujo el falo completamente excitado de su alfa y comenzó a realizar movimientos verticales lentos e incesantes, ocasionándole inmediatamente un orgasmo en su alfa, quien terminó dejándose arrastrar por la fuerza de las fuertes sensaciones.

—Cielos... tu significas un futuro lleno de amor en mi vida, Nayeon.

—De eso no tengas la menor duda, alfa, yo solo quiero amarte... —admitió la omega, permitiendo que la alfa recorra su cuerpo a su alcance, con sus caricias.

—Te prometo que jamás te vas a arrepentir de haberme dado una segunda oportunidad, Nayeon. Te amo y ahora que estoy segura de lo que siento por ti, no perderé oportunidad de recordartelo hasta que te hartes de oírlo. Te amo, te amo, te amo... —Susurró junto a sus labios antes de besarlos suavemente y perseguir su mentón y mejilla, hacia su cuello con sus besos.

—Solo recuerda quién lo dijo primero, Yoo Jeongyeon... —Sonrió en medio de unos de sus besos —¿Subimos a nuestra habitación? Quiero darte una sorpresa. 

No aguantaron llegar a la puerta de la habitación y en el camino iban besándose, chocando torpemente con las paredes de las escaleras. Riendo.

—Mi amor para, ¡para, por favor! —Dijo la omega con aquella sonrisa divertida.

—¿Por qué quieres que pare? Ya no quiero apartarme de ti... —admitió regando sus besos allí en donde había dejado su marca y haciendo estremecer a la omega, al tener contacto con ello.

—¿Me permites dos minutos? Voy al baño y regreso. —Notificó tomando algunas cosas del armario que Jeongyeon no llegó a detallar.

—Dos minutos. —Le advirtió con una sonrisa de lado. 

—Y te repongo el tiempo perdido —Prometió con un guiño, antes de encerrarse en el baño.

Pasaron diez minutos, y Jeongyeon comenzaba a impacientarse, hasta que oyó el característico sonido de la puerta del baño, abriéndose.

—Oye, ¿podrías cerrar tus ojos y no abrirlos hasta que te lo indique? —Consultó aunque si asomarse por la puerta.

—La intriga me mata, ¿no puedes solo salir ya? 

—Anda, no seas ansiosa... —Le reprendió Nayeon con una sonrisa y ganándose un gruñido de la alfa, quien no tardó en obedecer.

Nayeon salió del baño, no se preocupó de encender las luces y dejó que el fino hilo de luz que provenía del baño, iluminará brevemente la habitación. 

—¿Ya puedo abrir los ojos? —Consultó la alfa, al oírla y percibirla a su alrededor.

—Si, puedes. 

En esos momentos Jeongyeon abrió sus ojos y halló a Nayeon frente a ella, quien había tomado asiento en el borde de la cama, frente a la puerta del baño, en la espera. Su omega se veía aún mejor que en su imaginación, con el conjunto que le había regalado, completando el atuendo con unos tacones altos que hacían ver a sus piernas tan largas y atractivas, más de lo que ya lo eran. Jeongyeon la rodeó por la cintura y se acercó a su vientre para sentir ese aroma que emanaba de ella, tan dulce, tan suave, tan natural.

—Nayeonnie, te ves aún más hermosa de lo que te imaginé en esto... —Jadeó mientras recorría sus piernas con sus manos haciendo estremecer a Nayeon bajo su toque —Es una verdadera lástima que no vayas a tenerlo puesto por mucho tiempo, se te ve condenadamente bien... 

En ese momento Jeongyeon rodeó sus muslos y Nayeon no tardó en montarse sobre sus piernas, posicionando las suyas a cada lado de su cadera. La alfa se rió ante esa actitud y la apoyó suavemente en la cama, se puso sobre ella y empezaron a quitarse una a una sus prendas, primero ella le saco el pijama que tenía puesto y más debajo encontró la lencería la cual admiró por largo rato hasta que Nayeon se ruborizó bajo su intimidante mirada. Luego siguió por los zapatos hasta dejarla completamente desnuda ante sus ojos. Lo que a Jeongyeon la volvió loca fueron los pechos redondos y perfectos de la castaña, se acercó al oído y le susurró sin poder evitarlo. 

—Eres tan perfecta Nayeon. 

Continuó su camino descendente hacia la altura de sus pechos y los empezó a masajear, pero cuando Nayeon sintió la boca de Jeongyeon en uno de ellos no pudo evitar emitir un gemido.

La alfa al escucharla, sintió un gran calor que recorría por su cuerpo, esos gemidos que estaba provocando en su esposa la volvían loca de amor, sintió la necesidad de besarla y sin dudarlo subió hasta su boca y la besó muy apasionadamente, beso que ella respondió con la misma pasión. 

Pasaron varios minutos y ellas seguían besándose, hasta que Nayeon cortó el beso y con una maniobra rápida se dio vuelta, quedando arriba de la alfa. 

—Ahora me toca a mi, amor... —Susurró ronca. 

Jeongyeon pensó que jamás en toda su vida había experimentado la necesidad de disfrutar los sentimientos junto a su compañera, pero con Nayeon empezó a disfrutar de la respuesta mutua en todo sentido.

Nayeon comenzó a desabrochar el nudo de la bata de Jeongyeon. Cuando terminó, se la sacó ayudada por ella, y comenzó a darle pequeños besos por el cuello, deslizó sus labios hacia sus pechos y los atendió con suma paciencia, persiguiendo su tacto y la textura de su piel, hasta que decidió tomarlos con su boca. Los gemidos roncos y desprevenidos de la rubia la motivaban, y poco a poco fue construyendo un sendero de besos y caricias que se dirigían directamente a su erección.

Jeongyeon no aguantó mucho tiempo, su cuerpo y su loba deseaban volver a perderse en su interior. Nayeon rió cuando la alfa retomó el control, girándose y quedando sobre ella, fue directamente a dibujarle un camino de besos desde sus pies hasta llegar al centro de Nayeon, el cual adoró con la delicadeza y ternura de sus labios. 

Nayeon se sentía en las nubes de tanto placer que estaba recibiendo, era increíble lo que le hacía sentir con algunas caricias.

En la habitación se oían los gemidos de placer de ambas hasta que la omega la atrajo hacia ella y buscó su indomable mirada posesiva.

—Alfa, no aguanto más, por favor necesito sentirte otra vez —Gimió mediante la súplica. 

Al escuchar sus palabras, la alfa de Jeongyeon se volvió loca y la rubia le devoró los labios como respuesta. Sin deseos de desairearla, bordeó la estrechez de su centro con el glande, rodeó su cintura con posesión y con un movimiento suave y preciso, se introdujo en ella. Nayeon suspiró un gemido alto al sentirla nuevamente en donde la deseaba. 

Jeongyeon al escucharla, buscó nuevamente esos deliciosos labios hinchados y empezó a involucrar sus movimientos, ambas estaban disfrutando del placer que se daban una a la otra, enlazadas de piernas y corazones.

Nayeon giró quedando arriba de la rubia y empezó con movimientos lentos, pausados que aumentaba el placer en ese diminuto punto preciso con el que le gustaba jugar, provocando de este modo que las dos alcancen un climax ideal, soltando gemidos altos y ruidosos. 

—N-nayeonnie, ¿Te puedo confesar algo? —Preguntó la alfa agitada y con la voz entrecortada. La omega que reposaba sobre su pecho, asintió. —Siempre pensé que teníamos química, sexualmente hablando, pero te confieso amor, que esto superó todas las expectativas. 

Nayeon se sorprendió un poco ante la confesión de Jeongyeon, por lo que quedó en completo silencio varios segundos frente a la mirada expectante de su alfa, que a la vez era cálida de curiosidad y ternura, esperando una respuesta de su parte. 

—¿Quieres saber por qué? Porque nos amamos Jeongyeon-ah y somos conscientes de eso. Por eso fue diferente esta noche. Pero si quieres que te confiese lo que siento en estos momentos, es imposible, porque no tengo palabras para expresar lo que siento por ti, solo... —Se acercó y la besó. Un nuevo beso, de muchos otros, que expresaba más que mil palabras, por lo que la alfa correspondió con el mismo sentir —... te amo, Yoo Jeongyeon, solo, no lo olvides jamás. 

Ambas sonrieron y Nayeon recuperó aquella posición con su cabeza en el pecho desnudo de Jeongyeon, mientras trazaba sobre la piel de su pecho y rozaba sus pezones suaves y sensibles, erizando su piel. 

—Ahora ¿yo te puedo preguntar algo a ti, que me muero por saber? —Acariciándole la mejilla 

—Lo que tú quieras. 

—¿Cómo te diste cuenta de que me amas? 

—Cuando discutimos y te fuiste, las niñas me preguntaron por ti. Dahyun se angustió tanto que me suplicó que no te dejara ir, entonces me planteé que es lo que me estaba oprimiendo en tu ausencia, y supe que era amor lo que existía entre tu y yo porque tampoco deseaba que te fueras de nuestras vidas. Entonces comencé a pensar en todo lo que me hacías sentir —Sonrió apenada —¿Sabes? Con sólo oír tu nombre hace que me vuelva a buscarte, con la esperanza de que estés ahí siempre. Con sólo mirarte, se me aceleran los latidos del corazón y el sonido de tu voz es la sinfonía clásica más maravillosa que jamás oiré. Nayeon, si quieres saber, no quería entender que el tenerte en mi cabeza casi cada minuto que estás lejos de mi me lo decía todo el tiempo. —La alfa ciñó a la omega contra su cuerpo —Amarte significa que tu contacto es lo más excitante y tranquilizador que jamás había experimentado, con nadie. Es tener el mejor sexo de mi vida junto a ti, y descubrir que el corazón es la zona más erógena de todo mi cuerpo. Una montaña rusa de emociones me invanden al sentir tu dolor y tu júbilo con tanta intensidad, como si fueran míos, pero lo que hace que sea amor de verdad, supongo que es algo tan precioso que me resulta imposible de explicar, cariño. —La tomó de la mejillas para que la viera a los ojos —Creí en el amor desde que todo lo que pensaba que quería, terminaba siendo lo opuesto a lo que necesitaba para ser feliz, y descubrí un gozo tan intenso que no estoy dispuesta a volver a ignorar, negando el amor que siento por ti. Voy a ser la primera en reconocer que fui asombrosamente estúpida y terca, pero te juro por el maldito universo, que te amo más de lo que puedas imaginar, y estoy segura que jamás dejaré de hacerlo Nayeon. 

Los ojos bañados en lágrimas de Nayeon eran incapaces de estimar la distancia que las separaba, pero se lanzó hacia adelante, y cuando lo hizo, reclamó su boca con una pasión que le inflamó el corazón. 

—¡Oh Luna, Nayeon! ¡Te amo tanto! Por favor, no llores... —Suplicó, besando la humedad de sus mejillas, haciéndole algunas cosquillas para que recuperará su hermosa sonrisa que hacía bailar a su corazón y a su loba.

Hacer un smut siempre es difícil para mi, pero lo es más cuando ya tiene una base y debes respetarla en la historia original.

Honestamente toda esta escena al omegaverse, fue el triple de edición, así que quitando los escenarios y algunos diálogos, hasta su ambientación fue absolutamente mi redacción.

Me cuesta hacer este tipo de escenas, por eso me tardé tanto tiempo, pero agradezce a WALLFLOWER por ello. 

Espero que haya sido de tu agrado, mejoraré para ti, lo prometo tu JazUnnie🌻

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