𝗼𝗻𝗲.
El día para Cher no estaba siendo el mejor.
1-Se despertó porque se cayó de la cama.
2-Era el primer día de clases.
3-Su padre la llevaría a su estupida nueva escuela porque creían que ella sería capaz de escaparse —¡Mierda! es el primer día, ella al menos dejaría pasar la primera semana—
4-Sus amigos estaban en su anterior escuela, además de que tenía prohibido verlos, lo que significaba que ella estaría totalmente sola.
5-Bueno, seguía viva.
—Barbara, espero que no nos llamen porque no hayas entrado a clase, o porque te agarraron escapado, o te hayas peleado, o por cualquier cosa. ¿Entendiste?
Cher suspiró.
—Si, ya entendí. Y ya les dije que no me gusta que me digan Barbara.
—No entiendo porque no te gusta, es un lindo nombre.
—Es un nombre estúpido, Cher al menos es más decente.
Ethan, su padre, suspiró antes de estacionar.
—Entra, no me iré hasta verte entrar al colegio.
Cher se quejó pero no le quedó de otra que agarrar su bolso y salir del auto. Antes de que pudiera cerrar la puerta, su padre la detuvo.
—Tu madre te buscará y te llevará a casa, yo regresare muy tarde del trabajo.
—Puedo volver sola, se donde queda el edificio.
—Lo sé, pero prefiero que te busquen, es más seguro.
—¿Acaso no importa lo que yo prefiera?
—Recuerda que estas castigada, así que no.
—¿Algo más?—pregunto irritada mientras se colocaba sus auriculares.
—¿Algún día te quitarás la joyería del rostro?
—No.
Y cerró de un portazo.
Que se joda, él, su madre, sus reglas estúpidas y la nueva estúpida escuela.
Cuando entro al colegio sintió como algunos la miraban ¿acaso tenía un cartel en la frente que decía "chica nueva"? Los ignoro y fue hasta la dirección a pedir su horario, donde le dieron un mapa de toda la escuela.
Bingo.
Había llegado temprano, entonces tendría tiempo de ir al baño—para su suerte no parecía estar lejos— y fumar.
Cuando entro al baño agradeció mentalmente que no hubiera nadie, fue hasta el último cubículo que parecía estar al lado de una pequeña ventanilla. La abrió, bajo la tapa del inodoro, cerró la puerta del cubículo con traba y se sentó a fumar. Puso el volumen de sus audífonos a la mitad y se dejó uno solo puesto, para poder escuchar la campana cuando sonará.
Cerró los ojos, intentando imaginar que no se encontraba en un baño de un colegio, que en realidad se encontraba en la plaza a la que le gustaba ir con sus amigos.
Se sentía como la mierda. Sus padres se fijarían durante toda esta semana que fuera a la escuela, ella fingiría que todo estaba mejorando para que la dejen en paz y luego ella sería libre de hacer lo que quisiera, otra vez.
El timbre sonó, se quedó un rato en el baño, esperaría que los pasillos se descongestionen un poco antes de tener que salir.
Se miro al espejo.
El corrector había logrado tapar sus enrojecidas ojeras, causadas por haberse quedado hasta tarde viendo obras de teatro en su computadora, su flequillo ya estaba a punto de llegarle a los ojos.
Empezó a sacudir un poco su ropa para intentar sacar algo del olor de su cigarro. Se maldecía por no haber llevado su perfume.
Salió del baño mientras caminaba por los pasillos en busca de su salón. Los pasillos estaban vacíos casi por completo, solo con unos pocos estudiantes que parecían apresurados en llegar a sus clases.
Al llegar a su respectivo salón, tocó la puerta antes de entrar y la recibió una mujer demasiado feliz para el gusto de Cher. Llevaba una camiseta de alguna película de Marvel y unos jeans holgados, cool.
—¡Oh! Tu debes ser Barbara Hart ¿No?
—Cher, Cher Hart.
—Prefieres que te digamos Cher, está bien. Pasa, y siéntate donde gustes, todavía no empezamos la clase.
Al pasar, levanto las cejas al ver que no había pupitres, en su lugar había pufs. Se sentó en un puf que había al final al lado de una ventana, quedando detrás de un chico pelinegro.
Percy se encontraba incómodamente sentado en su puf cuando escuchó como tocaban la puerta de su salón. Al minuto vio entrar a una chica con el cabello negro hasta los hombros con mechas moradas, en la nariz brillaba su perforación y sus labios parecían llevar brillo labial. Llevaba puesta una camiseta de mangas largas negra y una falda del mismo color. Tenía unos auriculares de cable solo en un oído y en su mano izquierda un celular de última generación con el cual Percy ni aunque pudiera usarlo se lo podría haber comprado.
Cuando paso al lado de él, Percy sintió como el aroma a cigarrillo chocaba contra su rostro y no pudo evitar la mueca que se le formó ante el aroma a pesar de que no era tan asqueroso.
Peor fue cuando se dio cuenta que se sentó detrás de él, ahora la tendría detrás durante lo que quedaba de clase.
La profesora dio un aplauso para llamar la atención de los alumnos, antes de decir con una sonrisa:
—Estoy feliz de ver caras conocidas este año. Para quienes no me conocen, soy Cassandra, su profesora de lengua y literatura—miro a todo el salón antes de que su mirada recayera en Cher y luego en Percy—. También tenemos nuevos alumnos, por lo que se Percy Jackson y Cher Hart. ¿Quieren presentarse? ¿Contarnos algo?, lo que sea.
—No, estoy bien así.
—Esto... no, gracias.
Cher suspiró cuando vio como un tipo de cabello oscuro y desgreñado con ojos furiosos se reía junto a sus amigos iguales de feos.
—Bien, chicos de pocas palabras, lo entiendo.
Cher en lo que quedaba de clase simplemente agradeció ser más pequeña que él chico delante de ella, Percy por lo que escucho, ya que él la tapaba lo suficiente como para que pudiera usar su celular sin que la vieran.
Seguía teniendo puesto solo uno de los auriculares, donde resonaba a volumen medio la voz de Britney Spears—ella tenía buenos gustos y lo aceptaba—, hasta que sintió como le llegaba un mensaje. Al abrirlo, vio que era de uno de sus amigos, Jake.
Bufo irritada por no poder ir a juntarse con ellos como él se lo estaba diciendo. Estaba castigada y al menos por esa semana la llevarían y traerían de la escuela.
•••
Por fin estaba saliendo de su ultima clase.
El día se le había hecho innecesariamente largo y se encontraba demasiado cansada. Tenía hambre—cuando no—, el aire de la escuela había afecta en cómo se veía su cabello, tendría que soportar estar en casa de su padre toda esta semana, tener que soportar a la novia de su padre y aún peor, tenía prohibido salir.
Su vida era tan buena.
Mientras salía de la escuela chocó sin querer con un chico de su salón, que ya había olvidado su nombre, porque él se encontraba muy ocupado siendo molestado como para prestar atención en el camino.
Al salir vio el auto de su madre, suspiró antes de caminar hacia allí con la peor de las ondas.
De tanto suspirar se desinflaría.
—¿Como te fue en la escuela, Bárbara?—le preguntó una vez el auto avanzó.
—Bien. ¿Cuantas veces tengo que decirles que no me gusta que me digan Barbara?
—Está bien, escúchame. El año anterior tuvimos demasiados problemas en tu anterior escuela, casi no entrabas a las clases y nos mentías demasiado. Quiero que este año eso cambie, que tu actitud cambie.
Cher se mantuvo en silencio mirando por la ventana, no podía decir que había dejado de escucharla porque justo empezó a reproducirse alguna canción de Lana del Rey, ya que su celular se había descargado.
—Cheryl, ¿entendiste?
—Si.
No.
No le importaba lo que dijera su madre, su padre o los profesores de su anterior colegio. Lo único que le interesaba era lo que ella misma pensaba, y lo que ella pensaba es que estaba totalmente bien. No hacía falta que la trataran como una bebé grande.
—Llegamos. Recuerda lo que te dije. ¡Ah! el lunes yo te llevaré a la escuela y te buscaré.
—Está bien, adiós.
Entro al penthouse donde vivía su padre y en consecuencia ella cuando le tocaba quedarse con él. Saludo al botones que le abrió la puerta y luego al portero, antes de entrar al ascensor.
Lo primero que Cher esperaba encontrarse cuando se abrieran las puertas del ascensor era la sala completamente sola o a su gato deambulando por ahí, tal vez hubiera preferido que sea un ladrón lo que se hubiera encontrado o un asesino en serie, pero no, ella tenía que encontrarse algo peor que un asesino. Lo que se encontró fue a Beatriz, la novia de su padre, junto a sus amigas charlando en los sofás.
Cuando se dieron cuenta de su llegada dejaron de hablar y Beatriz se levantó.
—Tu padre te dejo comida en la cocina y dice que mantengas prendido tu celular, para algo tienes. Y vete a tu cuarto, estoy con las chicas y no quiero que estes aquí.
—Me voy pero porque yo quiero, no porque tú me lo digas.
Se fue a la cocina a buscar lo que sea que le hayan dejado para comer, fideos con salsa, perfecto porque se moría del hambre. Subió a su habitación y se encerró, se puso su pijama, prendió el aire acondicionado, puso Brooklyn nine-nine—su programa favorito— y se recostó, con su gato a los pies de su cama, a comer mientras disfrutaba de ver a Jake con Doug Judy.
Momentos como esos eran los que ella apreciaba, el estar sola disfrutando de algo tan simple como una serie con fideos y una buena coca-cola.
the author's notes
primer cap 🥹
bueno no sé qué poner besos los amo.
xoxo
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro