extra 2
"¡Youngjo, joder!", Hwanwoong se tiró un par de mechones de su cabello castaño, sus ojos lagrimeando un poco por la frustración que sentía en ese momento.
Apretó los labios, aguantando las ganas de llorar y el enojo creciente en su estómago. Miró hacia arriba, intentando por todos los medios no encontrarse con los furiosos orbes de Youngjo que le miraban desde el otro lado de la sala de estar, con los brazos cruzados y una expresión de molestia en el rostro que enfermaba a Hwanwoong.
Llevaban 5 meses de pareja, y aún no se acostumbraban del todo. Luego de aquel desastrozo primer día de novios y haciendolo públicamente cuando Youngjo le comió la boca frente a todos, la noticia había volado como pan caliente por todo el campus y para mediodía ambos se sentían demasiado observados en el almuerzo.
Se lo esperaban, ya que, sinceramente, ¿Qué podía ser más impactante que el correctisimo y recto presidente estudiantil estuviese saliendo con el terremoto y sexy chico "problemático"? Más aún cuando en público jamás se habian cruzado en terminos amistosos y cercanos.
Youngjo había tenido posesivamente una mano en la cintura de Hwanwoong durante toda la mañana, jalándole con él a donde fuera y robándole besos húmedos cada vez que pudiera, eso también era impactante. Desde aquel momento Hwanwoong había notado enseguida el cambio de Youngjo, ya no se veía como el chico amable y servicial que era, ahora tenía una actitud más posesiva y una mirada algo intimidante cada vez que reafirmaba su mano en el hueco de su cintura. Y admitir que eso no había sido caliente era una completa mentira.
Afortunadamente, el puesto de presidente de Youngjo no se había visto comprometido por su relación con Hwanwoong, por lo tanto tenían un peso menos de encíma. Ahora el tema era, las miradas.
Durante semanas se sintieron observados y algo acosados, la gente hablaba a sus espaldas, claro que si. Hwanwoong sentía como su espalda quemaba a la hora del almuerzo, en donde se dedicaba a sentarse en el regazo de Youngjo y acurrucarse contra él demostrando autoridad. Y recordando eso, Hwanwoong se sigue riendo como el día en donde el rumor se esparció, Youngjo le había jalado a sus piernas en una mesa, y tuvo la clara visión de Dongju dejando caer su bandeja del almuerzo y Dongmyeon atorándose con la coca-cola que estaba bebiendo en ese momento.
Pero ahora mismo, y volviendo a la situación en la que estaban, Hwanwoong estaba a punto de explotar de un ataque de histéria en contra su novio.
"Lo vi Hwanwoong", habló con seguridad el de mechas verdes, "¡La puta!", el puño de este impactó contra la mesa de su comedor tan fuerte y precipitada que Hwanwoong sw sobresaltó asustado, mirando nubladamente como rechinaban sus dientes y una vena en el cuello se le marcaba, en cualquier momento eso le hubiese encendido a mil, pero ahora mismo solo quería mandar a Youngjo a la mierda, "¡Te estaba coqueteando, lo vi, lo note!¡Justo en frente mio!", se apuntó a si mismo, "¿Y tú que hiciste?¡Nada! Le seguiste el puto juego, ¿no es así?"
"¡Cállate!", chilló Hwanwoong, soltándo un par de lágrimas, Youngjo se veía enojado, muy enojado, y Hwanwoong realmente ya no soportaba la situación.
Que joder, él sabía que esto iba a pasar, sus personalidades eran una mierda de bomba explosiva que había explotado demasiadas veces ya. Habían peleado ya dos veces esa semana y estaban a jueves, sin contar las miles de peleas anteriores. Y no eran solo de parte de Youngjo, que eran suyas igual.
Y es que desde que oficialmente se volvió parte de la vida cotidiana de Youngjo, se había deshecho de bastante ropa de su armario, empezando por los feisimos pantalones de tela y las camisas a cuadros, al igual de haber partido esos par de lentes a la mitad con tal de que Youngjo no los usase porque no podía apreciar sus bonitos ojos. Y por eso mismo Youngjo ahora estaba más en la mira que nunca por las chicas del campus.
"¡Deja de ser tan celoso, por la mierda!", volvió a gritar, alzando la voz un poco más y observando como los ojos de Youngjo se agrandaron y sus cejas se elevaron.
"¿Por qué carajos crees que soy celoso, eh?, mirate Hwanwoong, eres ardiente, eres precioso, eres una completa obra de arte y cada día hay más imbéciles que te quieren tener en la cama, ten dos dedos de frente y date cuenta de que todos se acercan por eso".
Y la sangre de Hwanwoong hirvió, a paso rápido, cruzó la sala de estar de la casa de Youngjo y con la palma extendida le dió un cachetazo a su novio, tan fuerte que Youngjo se tambaleó un poco y su rostro se giró hacia un costado.
"Escuchame bien, Kim Youngjo", escupió, agarrando su camiseta y acercándose aún más a él, juntando sus pechos y teniendo que alzarse algo de puntitas, "Que yo aquí no soy la única mierda que tiene gente detrás, ¿qué no haz visto la manga de pendejitas que te siguen como perro faldero? Esas, las que se te insinuan como malditas zorras y tú, con tu fachada de 'presidente bueno, correcto y servicial' las ayudas con aquellas mierdas insignificantes solo para que les veas los malditos pechos" masculló, conectando sus ojos con los de Youngjo, "Yo igual soy celoso como la mierda pero no te recrimino ni la mitad de lo que tú lo haces conmigo... y creo que se te olvida algo importantísimo", Youngjo arqueó una ceja, su mejilla roja por la cachetada entre esa piel blanca y un rostro tan desinteresado que Hwanwoong quiso volver a golpearle, "Que yo soy tan tuyo, que me tienes jodidamente loco... que te he entregado todo de mi y solo tengo ojos para tu maldita persona... pero claro, solamente porque soy caliente crees que dejaré todo como una perra y me iré con el primero que se acerque a mi porque solamente me quieren para un polvo, como tu dijiste", Hwanwoong se separó, tomando su bolso de la mesa del comedor y colgándoselo del hombro, bajo la atenta mirada de Youngjo, "No mierda, yo no soy tan hijo de puta como para dejarte por un simple imbécil"
Y luego de decir aquello, salió dando un portazo del departamento de Youngjo, con los ojos llenos de lágrimas y sintiendo unas ganas de vomitar horribles.
Esa noche lloró muchísimo acurrucado a su madre, con un montón de galletas surtidas y mirando su celular en busca de notificaciones de su novio, pero nada. No era la primera vez que peleaban, claro que no, pero Hwanwoong estaba tan cansado de lo mismo, que siempre hubiesen gritos entre ellos, segundas intenciones de terceros o simplemente un temperamento tan irritable que comenzaban a pelear por estupideces.
Hwanwoong ya no quería seguir de tal forma, estaba agotado mentalmente y ahora mismo lo sentía, mientras lloraba, una migraña insoportable lo había vuelto más tembloroso y solo quería dormir y olvidar todo.
Quería olvidar su desastroza relación con Youngjo.
Al siguiente día, él había llegado solo a la universidad, tan pálido como un papel y con unas náuseas asquerosas, al igual que la insoportable migraña que no desaparecía. Mucha gente se le quedó observando y Hwanwoong lo sabía, ya que era primera vez en aquellos 5 meses que llegaba solo al campus, sin tener la pesada mano en su cintura y sin una mirada de superioridad. Ahora era un pollito indefenso, con dolor de cabeza y mirada gacha, lo único que quería era estar en su cama y seguir llorando por no saber que mierda hacer.
¿Qué pasaba si se rendía? Hwanwoong sabía desde un principio que lo que menos había en su relación era amor, tanto de él como de parte del mayor y le importaba una mierda, pero ahora mismo se había acostumbrado tanto a Youngjo, a dormir junto a él, a sentarse en su regazo y comer juntos, al ver como hacía el desayuno cargándole en su espalda, en todas esas noches de sexo que se habían vuelto el doble de especiales, y en esa sonrisa de ojos entrecerrados que tanto adoraba, que tanto brillaba y que definitivamente amaba observar cuando la mirada de Youngjo chocaba con la suya.
Amaba tanto a Kim Youngjo en ese momento, que le jodía demasiado en su próxima desición, y allí estaba, sentado con Dongju y Dongmyeon al almuerzo y jugando con su comida, mirando de reojo como Youngjo había botado su bandeja sin comer y ahora mismo garabateaba en una libreta desconcentradamente acompañado de Seoho, Geonhak y Keonhee. Nuevamente la noticia de que algo había pasado en su relación había volado, ¿por qué? Porque ellos no se habían dado ni una mísera mirada en el día. Y aunque sonase como si su relación fuese acosada, en realidad eran ellos la que la habían hecho tan pública, ya que cada vez que se encontraban en algún ambiente, ya sea a 50 o a 5 metros de distancia, ellos se buscaban, y se besaban con una posesividad e intensidad asombrosa y candente.
Pero claro, ahora que estaban a tres mesas de distancia y sin ningún contacto, claramente algo había sucedido entre la públicamente bonita pareja entre el de mechas verdes y el castaño.
Los gemelos le miraban sin saber que hacer, sabían la situación, pero ambos eran un 0 a la izquierda en el amor y por lo tanto, el único apoyo lo estaba recibiendo de su madre.
Miró solo un segundo a Youngjo, llevándose la amarga sensación cruzando por su garganta y asentarse en su estómago al verlo conversando de quien sabe que cosa con una bonita chica que ya había visto antes, era del departamento de humanidades, y estaba detrás de Youngjo desde hace ya varias semanas. Sintió su pecho arder, verlo conversando amablemente era como una estaca clavándose en su tórax que le cortaba lentamente la respiración. Y cuando aquellos orbes se cruzaron un segundo con los suyos, se levantó apretando los labios y se fue dando tumbos del lugar, él realmente necesitaba un cigarrillo en ese momento. Tenía las manos hechas puños y el deseo de estamparlas fuertemente contra algún casillero era demasiado tentador, pero no quería meterse en más problemas de los que tenía ni causar un alboroto.
Llegando a una de las cuantas áreas verdes que tenía el campus y en donde estaba permitido fumar, se apoyó en uno de los árboles que allí había y hurgó en su gran chaqueta achiporrada uno de sus cigarros y el encendedor que siempre traía encima, no fumaba demasiado, pero en esta situación estaba tan colapsado que necesitaba sentir el sabor del tabaco en su lengua, no lo relajaba ni tampoco era su vicio, pero de alguna forma su frustración se veía suprimida. Se llevó el cigarro a la boca y encendiéndolo suavemente aspiró, y retuvo un par de segundos el humo en su boca mates de soltarlo mientras cerraba los ojos y apoyaba su cabeza en la madera a sus espaldas. Estaba todo en el suficiente silencio que necesitaba para pensar.
¿Qué había pensado cuando le dijo que si a Youngjo en su auto?
Claramente que iba a ser una pésima idea, pero su cuerpo y cerebro le habían jugado una mala pasada diciendo hey, ¿por qué no? se van a enamorar, y claro, él cayó redondito porque no podía luchar contra Kim Youngjo. Pero claro, ahora medio año después estaba a punto de llorar por una estúpida pelea -en realidad, por muchísimas detrás- y sentía que cada vez que daban un paso juntos, retrocedían tres.
"Hace meses no fumas", Hwanwoong se sobresaltó, abriendo los ojos para recaer en que Youngjo le miraba, con aquellos ojos que Hwanwoong tanto adoraba observar, pero que ahora se veían apagados y aquel rostro que siempre portaba una sonrisa tan neutral que llegaba a ser intimidante. Hwanwoong suspiró, dando una calada y enderezándose.
"Mmh... si, lo necesitaba", Hwanwoong se encogió de hombros y pateó una pequeña piedrita en el piso, que llegó hasta los bototos de Youngjo, dios, ¿desde cuando Youngjo usaba bototos? siempre lo había visto con zapatos horribles antes, aún no se acostumbraba al cambio de look de su... novio. "Mi semana ha sido una real mierda y creo que necesitaba intoxicarme un poco", apretó los labios con una sonrisa pesada, y vio de reojo como Youngjo cerraba los ojos y suspiraba.
"Hwanwoong, respecto a ayer yo-"
"Youngjo", le interrumpió, deteniendo al de mechas verdes al no haber usado ningún honorifico como acostumbraba, "Yo ya no puedo seguir así"
Un nudo pesado se formó en su garganta que le impedía tragar la saliva acumulada al ver el rostro de confusión de Youngjo ante eso, y aspiró algo más del tóxico humo del cigarrillo antes de aplastarlo contra el árbol y apagarlo, sus manos comenzando a temblar.
"No entiendo", Youngjo negó, tan tranquilo, tan sereno, Hwanwoong sabía que ahora mismo una batalla interna sucedía dentro de su fornido cuerpo, y él realmente no pudo detener lo que salió luego de eso.
"Quiero terminar contigo"
Un silencio sepulcral se instaló en un par de milésimas, Youngjo se había puesto de piedra, sus ojos oscuros agrandándose de la impresión y esa boca que Hwanwoong se sabía de memoria había formado una pequeña "O".
"Ya no aguanto las peleas, pasamos más tiempo tirándonos mierda entre nosotros que haciendo cualquier otra mierda", Hwanwoong se cruzó de brazos, incapaz de mirar a Youngjo y mirando a un costado, "Y yo sabía que esta mierda iba a pasar pero pensé que sería más fácil", negó, aspirando aire por la nariz, "Y no lo es, por un coño que no lo es", Hwanwoong tenía ganas de llorar, y estas aumentaron 10 veces al ver esos grandes ojos oscuros algo nublados, y Hwanwoong leyó tantas cosas a través de ellos, tanto que Youngjo jamás le había dicho textualmente, que no pudo soportarlo más, iba a colapsar is no salía de allí en ese momento, "Estoy terminando contigo, porque no servimos ni un poco como pareja y solo nos estamos destruyendo el uno al otro"
Nuevamente, no pudo alzar la cabeza, porque sabía que si lo hacía, caería ante Kim Youngjo como las incontables veces pasadas, porque era su debilidad y él estaba dispuesto a hacer todo por ese hombre, y no quería eso, ya no más. Por lo que tragó lo que pudo de saliva, y antes de que Youngjo pudiese decirle alguna palabra, o si quiera moverse, él ya se había dado vuelta y se había ido a paso demasiado rápido del lugar, con el corazón roto y los ojos al borde de las lágrimas, salió corriendo como una gallina y con una relación rota.
Un carajo, esta semana era la peor que había tenido.
Solo quería llegar a su cama, ahogarse en cerveza y dormir una eternidad.
Al día siguiente, no sabía como, ni quien había sido, pero el rumor de su ruptura con Youngjo ya se había esparcido como mantequilla entre todos, y podía sentir cada uno de los cotilleos a su espalda mientras caminaba por el pasillo abarrotado de gente.
Decir que estaba bien era una mentira voraz, no estaba para nada bien, estaba desamparado y molesto, y ni si quiera sabía la puta razón de aquello.
Sintió un toque en su hombro que lo detuvo, no fue brusco, pero Hwanwoong no tenía ni una pizca de humor para soportar a nadie, ni si quiera a Dongju o Dongmyeon. Se giró con cara de pocos amigos, hoy ni llevaba maquillaje porque se había despertado tarde y no tenía ganas. Y allí se encontró de frente con el imbécil que causó su última pelea con Youngjo.
Song Mingi.
Un chico altísimo, de ojos pequeños y sonrisa encantadora que le había estado hablando el último tiempo desde que había roto con su ex-novio Yunho. Hwanwoong jamás le había tomado tanta importancia al chico, pero Youngjo había notado que Mingi estaba detrás de él luego de que hace dos días Mingi había traspasado su espacio personal.
"Hey Hwanwoong, ¿como te encuentras?", preguntó, con una mueca de preocupación que Hwanwoong halló detestable.
Gracias a él, gracias a que había intentado coquetearle, estaba en esta situación, Hwanwoong lo único que quería hacer ahora mismo era patearle con todas sus fuerzas en las bolas. Para colmo, Mingi le preguntaba si estaba bien, seguramente porque se enteró de que ahora estaba soltero y necesitaba apoyo emocional, conocía esa mirada repugnante, y la detestaba con su alma entera. El chico quería aprovecharse del desamparado y triste Hwanwoong para ganar su confianza, no, Hwanwoong no se ganaba de esa forma tan asquerosa.
El tacto en su hombro quemaba dolorosamente, esa no era la mano a la que estaba acostumbrado, no era tan grande ni pesada como la de Youngjo, tampoco tan cálida y era demasiado pálida, se sentía extraño, incorrecto y quería deshacerse del tacto, por lo que apartó bruscamente aquella mano de su hombro y observó al extrañado Mingi con una mueca de enojo.
"No me toques, tampoco me vuelvas a hablar", amenazó, en un tono tan bajo y sintiendo la cara caliente de cólera, "Sé lo que intentas, y lo único que conseguirás será una castración completa que haré con las tijeras de mi cocina"
Empujó el grande cuerpo de Mingi y siguió con su camino, empujando a tanta gente como se cruzaba en su camino y recibiendo más cotilleos y un par de insultos mientras intentaba salir del sofocante ambiente.
Nadie se comparaba a Kim Youngjo, y Hwanwoong muy en el fondo estaba seguro de que la marca que había dejado en su cuerpo era completamente inolvidable.
No había visto a Youngjo en la siguiente semana y no sabía si estar conforme con eso o llorar de frustración.
Lo extrañaba, un carajo que lo extrañaba.
Extrañaba ese aroma propio de él, tan embriagante y denso, extrañaba esos fuertes brazos reponsando en su espalda baja, apretando suavemente sus caderas, delineando su rostro, extrañaba el rudo toque, las mordidas juguetonas, el caliente deseo de ser empotrado por él cuando se arremangaba lo que sea que llevara puesto, la picante sensación de que estaban haciendo algo malo cuando se corrían mano al sentarse en alguna mesa. Extrañaba ese cabello, los rulos naturales que Hwanwoong amaba jugar con ellos cuando dormían juntos, al igual que tironearlo cuando se comían la boca, que era otra parte que extrañaba, la sensación caliente que dejaba cuando besaba su cuello, sus clavículas, su pecho y sus muslos. Extrañaba su calor corporal, ese que le abrigaba cuando tenía frio por las mañanas. Extrañaba esa risa aguda tan propia de Youngjo, esa que salía cuando le pasaba algo gracioso, se ponía nervioso o veían memes por internet, también esa actitud protectora y celosa que salía cuando Hwanwoong se sentía observado o se acercaba alguien que no les agradaba. Pero lo que más extrañaba, eran esos ojos, aquellos ojos oscuros y tan profundos que eran mares de sentimientos abiertos que jamás saldrían por la boca de Youngjo, esos ojos que le expresaban tanto cuando le miraban por minutos y horas, esos ojos que se achinaban al reír, que aunque jamás dijera te quiero en voz alta, aquellos ojos lo expresaban tan fuerte que Hwanwoong sentía su pecho florecer.
Extrañaba a Youngjo desesperadamente, porque se encontraba tan enganchado, y Hwanwoong podría atreverse hasta a decir enamorado por el de mechas verdes, así hasta el fondo de su miserable vida que estaba enamorado. La necesidad de tenerlo con él, ahogándose de su presencia y tacto, de sus acciones, era demasiado grande su deseo y aumentaba el doble al no tener idea del paradero de Youngjo.
Hwanwoong jamás había tenido ojeras en su vida, pero ahora cada día más se notaban en su blanco rostro y odiaba demasiado ocupar exceso de maquillaje, pero vamos, le hería el orgullo de que un montón de gente le viese de tal forma por terminar su fallida relación.
Los gemelos, en un intento por animarlo, le invitaron a un club esa noche, y Hwanwoong realmente no había hecho nada durante toda esa semana, y si lo pensaba un poco, salir a tomar aire y aferrarse a una buena cerveza no parecía tan malo. Por lo que ahora se encontraba tirado en su cama, su madre y sus dos mejores amigos metidos hasta el fondo de su armario para buscar algo con lo que fuera, ¿por qué carajos su madre los estaba ayudando? ah, claro, su hijo lucía tan demacrado e infeliz que cuando Dongmyeon le preguntó si podía salir esa noche, no había dudado en decirles que no necesitaba ni pedir permiso.
Le jalaron por toda su habitación y el baño porque él tenía demasiada pereza como para hacer todo por si solo. Así que ahora maquillado lo suficiente como para lucir radiante pero no para dejar un rastro de maquillaje donde se posara, vistiendo pantalones ajustados blancos con una camiseta agujereada de los Foo Fighters y una chaqueta de mezclilla el doble de grande que él -y que podía pertenecerle a Youngjo, pero eso no se lo dijo a nadie- estaba entrado en un club del cual tenía vagos recuerdos de haber estado, no le importaba demasiado, solamente había pedido una cerveza tan pronto como entró allí y se sentó en la barra esperando a embriagarse lo suficiente como para olvidar su pudor y salir a bailar con quien primero se le cruzase.
La música le explotaba los tímpanos casi dolorosamente pero no le importaba, esta noche quería sentir al menos algo, fuese dolor, euforia o alegría, todo estaba bien para él con tal de quitarse el recuerdo de Youngjo de su piel por un par de horas.
Dongju y Dongmyeon se había largado por caminos distintos a quien sabe donde al llevar dos cervezas, pero él siguió allí sentado, mirando el entorno y escaneando algo mareado un buen lugar como para acoplarse e ir a bailar, y a la tercera cerveza, se levantó con la botella en mano al escuchar una canción que le gustaba y se integró a un grupo de chicas y chicos que bailaban alegres.
Pero claro, la felicidad no le había durado ni tres canciones, cuando mientras movía sus caderas cerca de un chico, cruzó miradas con aquellos ojos que añoró toda la semana un par de metros a su derecha. Youngjo estaba allí, bailando con uno de sus amigos que Hwanwoong había conocido en una de las tantas fiestas que asistieron juntos, con un porro en la mano y sujetando a una chica por el hombro con la otra, y esa intensa mirada escaneándole el cuerpo con hambre.
Y allí es cuando Hwanwoong reconoció el lugar, claro que se acordaba. Era el mismo club en donde se habían conocido hace casi exactamente un año. La situación era demasiado estúpida para él por lo que largó una risa nerviosa, sin dejar de observar a Youngjo.
Aquellos rulos que se movían mientras Youngjo lo hacía, la piel perlada de sudor dándole un toque sexy, aquella camiseta sin mangas que mostraba sus fuertes brazos y se amoldaba a su gruesa cintura, y esos fuertes muslos enfundados en pantalones de ecocuero que parecían pegados a su piel. Hwanwoong estaba nuevamente embobado por su ex-novio luego de no haber sabido nada de él por toda una semana. Pero frunció el ceño enojado cuando la chica que lo acompañaba lo jaló más cerca suyo, Youngjo elevó una ceja ante eso, sin perderlo de vista. Obvio, Hwanwoong no debía por qué ponerse así, él había terminado la relación y debía importarle poco y nada con quién se enrollaba Youngjo de ahora en adelante.
Pero joder, ver a la chica pasar esas pequeñas manos por los fuertes brazos descubiertos, verla menearse descaradamente frente al robusto cuerpo, insinuándosele borracha y con Youngjo no en todos sus sentidos, nuevamente le hervía la sangre y lo único que quería era apartarla de su chico, de su Youngjo.
Al parecer, el de mechas verdes se dio cuneta de aquello, por lo que una sonrisa burlesca cruzó su rostro y la mano que antes estaba en el hombro de la chica ahora bajó a la cintura pequeña de esta, acunándola y apretando la piel de esa zona, todo sin dejar de mirar a Hwanwoong desafiante.
Hwanwoong aspiró aire, tomando un sorbo amargo de la cerveza en su mano y olvidándose completamente que estaba bailando con un chico antes de cruzarse con Youngjo. Sus dedos quemaban por tocarle, sus pies cosquilleaban por ir hasta donde estaba y fundirse con él, sus labios deseaban decirle un montón de mierda pero a la vez estamparse contra los contrarios con desespero, al igual que estampar a la chica contra la barra y alejarla de su propiedad.
Y vale, Youngjo había despertado a su pequeño demonio cuando despegó los ojos de los suyos y se vio a punto de besar a la chica que se le refregaba sin pudor y toqueteaba su abdomen. Pero claro que eso no pasó, porque antes de cualquier cosa, Hwanwoong se había hecho paso entre los cuerpos sudorosos y tacleado el delgado cuerpo lejos de su castaño, de su ex-novio y el dueño de todos sus pensamientos.
Miró a la chica con ojos furiosos y dispuesto a saltarle encima cuando la chica le miró indignada, pero un fuerte agarre en su cintura le detuvo, ese agarre que extraño toda la semana, aquel que podía diferenciar fácilmente. Se giró hacia Youngjo ahora, y el chico le jaló más cerca de si ahora, más pegados y los pechos rozándose toscamente. Narices chocando suavemente mientras Youngjo inhalaba su aroma con los ojos cerrados.
Hwanwoong suspiró pesadamente, dejando sus brazos caer por sobre esos grandes hombros y sintiendo el aroma a la colonia de Youngjo y cerveza entrando deliciosamente por sus fosas nasales, apretó entre sus dedos la camiseta contraria cuando la nariz de Youngjo cepilló su mejilla con cariño, y aquellas manos pasearon por su espalda baja y caderas en un lento vaivén.
"Dios, me estoy volviendo loco..." escuchó esa voz nuevamente en su oído, en su sensible punto, y se derritió contra Youngjo de forma automática, buscando con desespero esos labios que no había tenido la oportunidad de besar la última vez que se vieron.
Un choque rudo, debido a que alguien le había empujado por detrás, pero gimió gustoso al sentir nuevamente esos calientes labios con sabor a cerveza contra los suyos y esa lengua larga forzando a entrar en su boca y entrelazarse con la suya, fue un desastroso choque desesperado, dientes contra dientes y demasiada saliva, Hwanwoong estaba de puntitas y soltando jadeos entremedio, mientras sujetaba el rostro de Youngjo y lo jalaba contra él.
De nuevo, todo era una borrosa nube, pero pudo darse cuenta de que ahora mismo estaba siendo jalado por Youngjo a su complejo de departamentos. Y es allí donde se acordó de otro detalle, que Youngjo vivía a solamente 4 cuadras de aquel club.
La mano de Youngjo envolviendo la suya era tan reconfortante, ninguno de los dos estaba demasiado ebrio, pero si lo suficiente como para reír por cosas estúpidas y querer sentirse el uno contra el otro al subir las pocas escaleras hasta el piso de Youngjo. Hwanwoong estaba confundido, ¿realmente iba a dejar esto pasar de nuevo y seguir como si nada?
Volvió a gemir cuando Youngjo le atrapó en la puerta del apartamento, sus labios chocando sin cesar y recorriendo su cuerpo como si intentase grabárselo nuevamente con las manos. Hwanwoong estaba mareado, había extrañado un montonazo a Youngjo y necesitaba sentirlo de nuevo, pero su raciocinio estaba ganando la pequeña lucha en su cabeza sobre si dejar esto pasar o detener todo aquí y hablar sobre lo que estaba pasando.
Estaba en un deja vú, esto era exactamente igual a como se habían conocido, ¿iba a pasar todo de nuevo?¿ser compañeros de nuevo?¿o volverían a ser el par de ex-novios mañana por la mañana?
Hwanwoong no quería perder a Youngjo de nuevo, no quería tomar una mala decisión y arruinar las cosas más de lo que ya estaban. Por lo que cuando sintió un mordisco suave en su labio y como Youngjo quería quitarle la chaqueta, lo empujó suavemente del pecho, separándose de él y ganando una mirada confundida de su parte. Intentó hablar tan pronto como pudo, pero no sabe como salió de su boca un lastimero sollozo y un balbuceo inentendible.
Enseguida, Youngjo le sujetó el rostro con una mueca preocupada y le acarició la mejilla con su pulgar, "¿Qué pasa, Hwanwoong?"
Hwanwoong negó con la cabeza y cerró los ojos, "Youngjo, no podemos... debemos hablar de todo esto, no hagamos esto sin antes aclararlo todo"
Las manos que le sujetaban se deslizaron fuera de su tacto, por lo que abrió los ojos y observo como Youngjo miraba hacia el techo con la boca torcida y suspiraba. "Tienes razón... pero ahora mismo no es el momento para hacerlo"
Ambos se quedaron callados, sus ojos volviendo a conectarse. Ambos tenían tantas cosas que decir pero no sabían como, volviendo la situación incómoda y agotándolos más de lo normal.
"Voy a dormir en el sofá, tú puedes dormir en mi cama, aún tienes tu pijama aquí", susurró Youngjo, pasándose una mano por el cabello e intentando caminar hacia su habitación para sacar su pijama y una almohada. Pero antes de si quiera pasar por el lado de Hwanwoong, este le sujetó la muñeca y le miró con los ojos brillantes y con algo de duda.
"¿Puedes dormir conmigo? no creo que pueda dormir esta noche... si no estás conmigo", y Youngjo, enmudecido y tragando saliva, solo pudo asentir mientras veía esos ojos bonitos.
Cuando ambos cambiados se recostaron en la cama, de espaldas y mirando el techo sin saber que hacer, se preguntaban que mierda estaba pasando entre ellos y como habían llegado a esta situación. Sus hombros se rozaban pero no tenían la valentía suficiente como para tocarse nuevamente. Hwanwoong estaba nervioso, no quería ni moverse un pelo pero también quería abrazar a Youngjo como tantas veces lo había hecho cuando se quedaba allí, en esa misma cama, que ambos catalogaban como su pequeño nido. Y cuando Hwanwoong sintió la mano de Youngjo escabulléndose por debajo de la suya y enredar sus dedos juntos en un suave apretón, se giró suavemente bajo los grandes ojos de Youngjo para mirarle anhelante.
"Ven aquí", susurró el mayor en la oscuridad de su habitación, girándose para encarar a Hwanwoong y sintiendo el pequeño cuerpo de su perdición acomodarse encima de su pecho y enterrar su cabeza en la curvartura de su cuello. Pasó su otra mano por las costillas contrarias y lo reafirmó contra si. Ambos suspiraron gustosos, y cerrando los ojos, durmieron con algo de intriga.
A la mañana siguiente, Hwanwoong despertó sobresaltado por el tono de su teléfono, por lo que con el corazón en la garganta y sintiendo un rastro de baba en su barbilla, lo alcanzó de la mesita de noche y contestó sin ver quien era.
"¡YEO HWANWOONG!", escuchó el potente grito de los gemelos al otro lado de la línea y pudo jugar que quedó sin un tímpano, "Tienes dos segundos para decirnos donde carajos estás, pequeña basura sucia y des-"
"En la casa de Youngjo", dijo, sin pensar, nuevamente sintiéndose en un deja vú cuando vio a Youngjo aparecer por el umbral de la puerta sin camiseta y solo un pantalón de chandal, pero claro, la única diferencia es que él no se encontraba desnudo ni lleno de marcas.
"... ¿Qué?", escuchó al otro lado de la línea, no sabe de quién, pero él estaba demasiado pendiente de la suave sonrisa de Youngjo mirándole en su cama.
"Les llamo luego", y cortó la llamada sin dejar de mirar a Youngjo, quien se colocaba una sudadera encima por el frío que hacía.
El chico se sentó a la orilla de la cama, sin tocar a Hwanwoong y rascándose la nuca algo nervioso, "Creo que es buen momento para hablar..."
"¿Lo es?", preguntó Hwanwoong, intentando ordenar su cabello y distraerse con algo para no lanzarse encima del de mechas verdes.
Escuchó la suave risa, e hizo un esfuerzo para no mirarle, "En realidad solo debes escucharme", Hwanwoong arrugó la frente ante eso, ¿de qué estaba hablando Youngjo ahora?, "Lo siento, de verdad lo siento mucho", comenzó, confundiendo un poco al castaño, "Soy un idiota con todas las letras, ¿si?, la he cagado cada vez más fuerte y he sido un pésimo novio contigo. Y no es que me quiera justificar mi actitud tan mierda y celosa contigo... pero un carajo, hay un montón de personas miles de mejores que o que están interesadas en tí y me da tanto miedo perderte... porque estoy tan jodidamente enamorado de ti que no puedo no tenerte conmigo, no puedo dejar que otros te miren sin que me enoje o quiera partirles la cara porque soy un maldito impulsivo y... y te amo"
Hwanwoong le miró sorprendido, reteniendo el aire en sus pulmones al procesar las últimas tres palabras que había dicho Youngjo. En todo ese tiempo juntos ninguno jamás había dicho aquello, Hwanwoong podía contar con los dedos de sus manos cuantas veces se habían dicho te quiero. Y recordaba la vez en el auto cuando usó la palabra de seguridad para detenerle, pero un coño, que Hwanwoong en ese momento no lo sentía y ambos lo sabían, así que valía menos que cero.
Youngjo le amaba, Youngjo le amaba y estaba dejando lo orgulloso que era por tenerle de nuevo.
"Te he extrañado toda la puta semana, tanto que ni he podido salir del salón de consejo porque si te veía no aguantaría las ganas de rogarte que volvieses conmigo, que me besases y me abrazaras. Me he partido las manos por recriminarme cuantas veces te habré hecho llorar o hecho sentir mal", y apuntó a sus manos, Hwanwoong notando que habían pequeñas cicatrices en los nudillos, "Lo siento tanto Woongie... fui un pésimo novio y no merezco que-"
Hwanwoong estaba harto, por lo que en un rápido impulso hacia adelante alcanzó la boca de Youngjo con una de sus manos y se la cubrió. Youngjo le miró con los ojos cristalizados, mientras Hwanwoong salía de las sábanas aún en pijama y se sentaba a horcajadas en los fuertes muslos de Youngjo, quedando ambos de frente.
"¿Por qué solo te estás disculpando tú?", preguntó curioso, sintiendo sus ojos picar al ver los de Youngjo, se veía tan vulnerable, tan perdido. Esta era una faceta que Hwanwoong jamás había conocido y podía jurar que la primera vez que veía a Youngjo a punto de llorar, "Yo he cometido los mismos errores que tú, porque al final somos parecidos", Hwanwoong se encogió de hombros, con una sonrisa triste, "Tú eres celoso e impulsivo, yo también lo soy... Nunca debí terminarte y fui tan cobarde como para afrontar todo que me fui como un perro con la cola entre las patas... porque al final yo te amo tanto también que si te veía a los ojos no te dejaría ir... ambos somos unos idiotas, ¿no?"
Sacó la mano de la boca de Youngjo con una sonrisa triste, y acarició ese cabello, cepillándolo entre sus dedos mientras Youngjo le miraba con algo que Hwanwoong no sabía describir. Y suspiró al sentir esos brazos envolverle y estrecharlo entre su cuerpo con fuerza y cariño, al igual que esos finos labios rosas impactando suave y amorosamente contra los suyos, sin rudeza, sin segundas intenciones y sin aquella lengua forzando para entrar en su boca. Solo un tímido toque de belfos danzando parsimoniosamente, derrochando todos aquellos sentimientos sin palabras salir y envolverlos en un aura tan relajante y pasional que Hwanwoong se vio mareado de una euforia y energía que no había sentido en semanas.
"Te prometo que voy a mejorar, y que no te dejaré escapar de nuevo, mi Woongie, solo mío", susurró Youngjo contra sus labios, acunando su rostro como si fuese su mundo y mirándole con esos ojos oscuros como si fuese la persona más bonita en el universo, y Hwanwoong rió como un niño.
"Yo tambien te prometo mejorar, mi Youngjo", vio la bonita sonrisa de Youngjo formarse y esos ojos achinarse, antes de volver a ser besado suavemente y apretado en un fuerte abrazo por si ex-novio -que, de ahora volvía a ser su novio, solo suyo-.
hwalight | 200414
HOLA les vine con una pequeñita sorpresa
Otro extra!
Fue en realidad muy rápido, se me ocurrió la idea y la complete en estas dos noches anteriores (escribo de noche porque soy madrugadora bu)
Y básicamente en este extra quería mostrarles que luego de que estos dos idiotas se hicieran novios no todo era de color de rosas porque ambos tienen pésimas personalidades.
Este extra es más largo que los anteriores, tiene 6000 palabras y los demás no pasaban de eso fkckdkx
Espero que les haya gustado!♡♡
E igual muchas gracias por el apoyo, ya tiene 2k y tanto y más de 200 votos :(
Nos vemos en otro de mis proyectos!
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