Capítulo: 1
¿Porque todos me miran como si fuese un monstruo? ¿Por qué dicen que es mi culpa? No he hecho nada malo, ¿no me pueden oír gritar por comprensión?
-¡Abran sus ojos!-escucho como gritan refiriéndose a mí-, son los ojos del mismo Diablo.
En la vida se toma decisiones, muchas de ellas afectan a los demás sin darnos cuenta, no importa en donde estemos o en que época. El dolor y la sed de sangre fluirán por nuestras venas y no seremos capaces de detenerlo.
Porque aveces ser la mala de la historia no es una opción, es una obligación.
-¡Todos corran, los ojos del diablo se acercan!
𝔈l reino se regocijo de alegría al escuchar sobre él bebe que venía en camino una gran celebración se llevó a cabo, y para conmemorar el momento realizaron una gran fogata cerca del gran árbol. Aquel árbol simbolizaba la paz y la unión que tenían las personas del reino "Eternal Dream", era la esencia vital de cada uno de ellos, tanto sus colores como la energía que emanaba de él transformaba el lugar, pero todo comenzó con una leyenda, según los ancianos del pueblo, contaban que el bien y el mal nacería de él, una vez que la persona que cargaba consigo el mal tocará el árbol, este cambiaría de color trayendo consigo la luna de sangre, pero si la persona que traía consigo el bien el árbol crecería intensamente regalando frutos y trayendo dones de paz para cada uno.
Los meses restantes para que culmine el embarazo terminaron, la reina Irene se encontraba en labor de parto, en su habitación junto con cada una de sus sirvientas y la partera.
-Puje un poco más, majestad-hablaba la Wendy.
-La cabeza ya se está asomando, usted puede mi señora-alentaba Chaeyoung.
-¡Ya no puedo!-soltó un grito de dolor-, ¡Chaeyoung, ya no resisto!.
-Usted es fuerte, no puede rendirse cuando falta tan poco.
Unos segundos más pasaron, hasta que el llanto de un bebe inundó toda la habitación.
-Mi reina, ella es hermosa-Chaeyoung tenía en sus manos al nuevo integrante de la familia real, la peli negra sonrío al escuchar el llanto de su bebé.
-P-Podrían...-inhalo para luego soltar su aire-, traer a mi esposo.
-Claro que si-respondió la peli negra-, iré a hora mismo, una vez que puso a la bebé en brazos de su madre salió disparada de la habitación, encontrándose con el sacerdote que había anunciado el sexo de la bebé antes de su concepción.
-Sacerdote, ya es hora.
-Me alegro de oír eso -peonuncio con los ojos cerrados y con una sonrisa surcando sus labios-, Chanyeol está abajo junto a Sehun en su oficina, justo me dirigía con ellos.
La nombrada salió corriendo en dirección al rey, quien se encontraba hablando con el primer consejero, el rey se notaba tenso y preocupado, pero todo miedo desapareció cuando miro a su sirvienta, la cual sonrió mostrando todos sus dientes y asintiendo reiteradamente.
- Su majestad, ya es momento- hablo el anciano hombre, atentos a lo que diría, de él dependía dar la bendición al nuevo heredero, Chaeyoung estaba parada a lado suyo, esperando para hablar.
-Todo salió bien-dijo la peli castaña mirando como sus hombros se destensaban.
Chanyeol, quien se encontraba sentado en su escritorio con las manos entrelazadas y la cabeza gacha temblando de los nervios levanto la cabeza cambiando su mirada a Chaeyoung, su sonrisa deslumbraba toda la habitación pese a ser un día lluvioso y con muchos relámpagos. Sehun observo de reojo a su amigo quien parecía estallar de felicidad fue corriendo a abrazar a la partera de su esposa, mientras miraba la escena un bufido escapó de sus labios.
El nuevo sucesor del rey nació.
- Es una niña justo como Dios me lo dijo en sueños- anunció el hombre de pelos canosos-, es idéntica a su majestad Irene, crecerá tanto en belleza como en inteligencia - esbozó una sincera sonrisa.
-¿Que espera? La Reina lo está esperando - dijo la pequeña mujer emocionada.
Chanyeol no espero ni un segundo más y empezó a correr, subiendo las escaleras que le separaban de la habitación de su recamara en dónde estaba su esposa e hija, sabía que lo estaban tratando de alcanzar su ritmo, río emocionado, su felicidad igualaba al de un niño que le han dicho que la navidad había llegado.
Al abrir la puerta de su recamara su mirada viajo directo a la mujer de larga cabellera negra y labios rojos que se encontraba acostada, con su bebé en brazos.
Nuevamente corrió a abrazarla y besarla, ella gustosa le devolvió el beso.
-Escuchaste, Chanyeol- hablo con la voz baja como si fuera un secreto, sus ojos cristalinos indagaron en su mirada, ella temía que solo fuese un sueño, temía aún no tener en brazos a su bebé.
-Mi querida Irene- acaricio su mejilla mientras observaba el brillo de los ojos de su mujer- me has hecho el hombre más feliz de todos los tiempos, gracias por esta enorme dicha.
En la esquina de la habitación encontraba el primer consejero, quien no se sentía conforme con la noticia, con los brazos cruzados y los ojos fríos dijo:
- Chanyeol, una mujer no debe ser la siguiente en subir al trono, solo traería desgracia y sufrimiento para el reino, no es adecuada-escupió amargamente.
-No digas eso, Sehun-respondió tranquilo el nombrado.
-Nadie asegura que su hija crecerá para ser una adecuada reina-arreglo su cabello.
-Eso usted lo dice porque su hija también está por nacer-el sacerdote lo miraba desde su asiento mientras frotaba su gran barba-, nadie asegura nada, ni tú, ni el rey, ni yo mismo, el futuro es incierto-suspiro.
-¿Ni usted?-bufó con molestia Sehun-, no entiendo él porque seguimos llamándolo si no es de ayuda.
El sacerdote decidió que era mejor no contestar, no valía la pena seguir discutiendo, sería inútil razonar con alguien que tiene orejas pero no quiere oír.
- Lo único que diré es que cuiden el gran árbol - se levantó y tomo de su bastón-, ahí comenzará la verdadera historia que marcará al reino-empezó a caminar-, si me disculpan iré a cuidar del él.
-¡Espere sacerdote!-grito Irene-, ¿Cuánto le debemos por tantos favores?
-No cobro, mi reina, solo les pido que cuiden de la niña.
La peli negra sonrío en grande, atinando solo a asentir.
-De eso no dude-el anciano hombre río y volvió a retomar su camino.-Amor...-hablo Irene una vez que el anciano hombre salió por completo-Cómo se llamará?
Sehun, enojado salió detrás del sacerdote cerrando fuertemente la puerta.
-Tiene que ser el nombre digno de una sucesora al reino...
-Ya lo tengo-dijo emocionada-, se llamará Jeongyeon-con sus dedos recorrió el pequeño rostro de la infante-, dulce y delicada como un pequeño clavel...-miro esperanzada a su esposo, esperando una respuesta positiva.
-Por supuesto, me encanta-sonrío-, se llamara Jeongyeon.
Lastimosamente no todos estaban alegres ese día, Sehun quien se encontraba escuchando todo lo que sucedía se sentía preocupado y ansioso, era cierto que él también estaba esperando una hija, pero el sacerdote no quiso decir nada ante lo que sucedería a su bebé en el futuro, eso lo preocupaba, pero no dejaría que su hija quede de lado y haría lo que fuera necesario para que ella sea la próxima en subir como reina.
- Sana, deja de correr así-gritaba una pequeña Jeongyeon de cuatro años, ella y su amiga Sana se encontraban jugando en el bosque- ¡Sana, el tío Sehun se enojará!-volvió a gritar mientras la buscaba con la mirada.
Con solo cuatro años se podía notar la madurez que esta tenía, algunos de los trabajadores de su padre le temían un poco a causa de eso y en especial a sus ojos, aquellos ojos que poseía eran de un color negro tan profundo que cuando te observaban podías sentir que escarbaba tu alma, muchos detestaban que ella se les quedara viendo tanto tiempo, pero todos se callaban ya que si se escuchaba un insulto hacía ella serían severamente castigados. Pero todo era diferente con la pequeña Sana, quien desprendía ternura en su mirada y su sonrisa hacía caer a cualquier persona, sus rizos dorados llamaban la atención por donde pasaba, todos la adoraban.
Dos niñas completamente diferentes pero similares a la vez.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro