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La princesa de oriente y principe de occidente mantuvieron el contacto visual por un buen rato, pareciendo estar en un trance, el emperador sintió una ligera punzada de celos de padre y decidió intervenir
-ajam... seguimos aquí-
La princesa rompió el contacto visual y se alejo unos pasos
-lamento eso...-
Se disculpo la pequeña
La emperatriz dió una casi imperceptible sonrisa y luego miro al príncipe
-espero que disfrute su estancia en el palacio, estoy segura que será de su agrado-
El príncipe le dedicó una sonrisa a la emperatriz
-ya de mi agrado-
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Ya era de noche, la pequeña estaba junto a navier en el balcón de la habitación de esta, ambas observaban las estrellas, hasta que notaron que una gran ave de plumas color amarillo se acercaba volando a ellas
La emperatriz miro con algo de emoción al ave, extendiendo su mano al ave
-¿Volviste tan pronto?-
-¿Y esa ave madre?...-
Pregunto la pequeña mirando al ave con fastidio
-oh...es reina-
-¿Porque trae ese papel en la pata? ¿Quien es su dueño?-
-no se quien sea su dueño, querida-
-y porque permites que siga viniendo?...-
La rubia solo suspiro y tomo el papel que traía el ave, leyéndolo, y llendo a su escritorio para escribir la respuesta de la carta
La niña miraba al ave, queriendo matarlo
-«si pudiera te mataría ahora mismo...»-
Pensó la oji esmeralda, extendiendo su mano para a acariciar las plumas del ave, que voló a posarse en el hombro de la pequeña
La emperatriz se acercó ya con su respuesta escrita
-madre...padre sabe de esto?...-
Le pregunto a su madre con seriedad, quien suspiro, negando con su cabeza
-madre...es peligroso que hables con un desconocido por cartas-
-tome mis precauciones cariño, tu tranquila-
Dijo mientras arreglaba la carta en la pata del ave, está observo en un par de segundos más a la princesa,y procedió a irse volando rápidamente
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Habían pasado dos días desde la llegada de los extranjeros a oriente
La princesa estaba caminando por el castillo junto con Rashta, enseñándole como debía comportarse con la realeza y la nobleza
Entonces, ambas notaron que el príncipe Heinrey y la emperatriz Navier estaban caminando juntos
La princesa suspiro y se acercó a ambos en compañía de la albina
-madre, principe heinrey-
La azabache y la albina hicieron una leve reverencia
-madre, que están haciendo juntos?-
-le estaba dando un recorrido por el palacio al príncipe heinrey-
-oh...comprendo madre-
La rubia miro a la albina que estaba con su hija
-y...ella que hace contigo?-
-solo...le estaba explicando unas cosas, nada realmente importante, madre-
La mujer solo dió un asentimiento
-bueno, madre, con su permiso, nos retiramos-
La princesa y la albina hicieron una reverencia y se fueron sin más
-«esta demasiado cerca...debo hacer algo rápido» eh...Rashta, querida, puedes dejarme sola? Tengo cosas que hacer-
-oh...si! Con su permiso princesa!-
Dijo sonriendo mientras se iba por su lado
La princesa siguió caminando sin rumbo aparte, muy pensativa, hasta que terminó chocando con alguien cayendo al suelo
-ah...lo lamento, estaba tan distraída-
Dijo la princesa levantando la vista, encontrándose con la princesa del Sur, quién la ayudó a levantarse
-no te preocupes...Sarah-
La azabache frunció el ceño
-princesa Adriana, se me hace una falta de respeto esa manera tan familiar de hablarme, le pidio de favor que me hable de la manera que se debe-
La rubia solo respondió con una risita
-no me recuerdas?...Sarita?-
La azabache abrió sus ojos con sorpresa, solo había una persona que le decía Sarita
Una única persona...Que era quien la mato...
-tu...no...-
-yo...si-
Dijo con burla
-ya no eres tan valiente?-
-cállate...que haces aquí?...-
-los giros de la vida, Sarita...pero tranquila, no pienso hacer algo en tu contra, es más, seré tu aliada-
La oji esmeralda abrió los ojos como platos por la sorpresa, no lo podía creer
Una de las personas que más daño, quería ser su aliada?...
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