Capitulo 6 💜
Capitulo 6
Stanley
Las cortinas de mi ventana se abren indicándome que ya ha amanecido y tengo que ir al instituto; cosa que no quiero hacer por obvias razones que no me apetece recordar. La luz me da directamente en la cara cegándome al instante.
—Stanley, Levántate. —me ordena Mara.
—No quiero, Mara. —contesto adormilado cubriendo mi rostro con la almohada. —Hoy no quiero ir.
—¿Y eso porqué?. —su voz suena sorprendida. —Tu nunca sueles faltar a clases.
Me quito la almohada de la cara de mala gana y me siento en la cama para ver a Mara.
—Es que no quiero que los chicos se burlen de mi en el instituto. —Explico.
—Y, ¿Porque deberían de burlarse de ti? ¿Ha pasado algo?. —Inquiere curiosa, con una ceja levantada.
Suelto un suspiro.
—La fiesta de anoche fue una locura.
—Ya me estoy dando cuenta. —me señala el labio con su dedo y sonríe. —¿Qué ha pasado?¿Quieres contarme?.
—Una chica se burló de mi.
Ella camina lentamente y se sienta en la cama.
—¿De que forma?.
—Bueno...era un juego, pero ella se pasó de la raya. —e explico y entonces su vista se ve hacia mi pecho dónde tengo la marca de su mordida. Pongo los ojos en blanco, pensé que la marca había desaparecido.
—¿Te ha hecho eso?. —pregunta sorprendida.
—Si.
Ella se ríe, divertida.
—Mara, no me ayudas. —le advierto serio.
—Lo siento. —sigue riendo. —Pero dime...¿Es linda?
—¡No! ¡Es insoportable!.
—¿Te gusta?
—¡¿Qué?! ¡No! ¡Claro que no! Es una odiosa, la detesto.
—¿Y eso te molesta?
—Si. Infinitamente, Mara.
—Pues ignórala.
—Eso intento. Pero estamos en la misma clase. Y tendré que verla todos los días, Mara. —Me quejo y ella sonríe.
—¿Por qué no le das la oportunidad de ser tu amiga?.
—Nunca podríamos ser amigos, Mara. Además, ella también me odia.
Se levanta de la cama.
—Tal vez...deberías conocerla mejor. Las mujeres actuamos de esa manera cuando un chico nos gusta. —dice en tono de picardía, me guiña un ojo y sale de la habitación sin darme derecho a protestar.
Me dejo caer de espaldas en la cama y me quedo mirando al techo, procesando las palabras de Mara.
Ella no me gustaría ni en un millón de años y tampoco quiero conocerla. Mientras mas lejos de ella, mejor. Además, yo tampoco le gusto, ni le gustaría nunca, eso es más que obvio.
(💜)
Al llegar al instituto siento todas las miradas divertidas sobre mi. Rasco mi frente nervioso mientras escucho música a través de mis auriculares. Si me están diciendo algo, no los escucho. Camino por el pasillo directo a mi clase de Literatura con la mirada al suelo. Obviamente, que aquí no encontraré a la niñata insoportable. Tampoco a Gerson, odia la literatura dice que esta clase es para ñoños, y yo soy uno de ellos. A mi me encanta la literatura y la Química, son mis dos clases favoritas. El salón de clases está un poco vacío. Busco un asiento disponible en la esquina y lo encuentro. Saco mis libros y lápices, y dejo la mochila en el piso.
Juego con el lápiz entre mis dedos hasta que llegue la profesora. Recuesto un poco la cabeza en la pared y estiro mis piernas hacia adelante. El salón de clases comienza a llenarse y luego veo entrar a la profesora Katherine.
Luego de mi clase de literatura me voy a la cafetería por una gaseosa. Escucho una voz irritante detrás de mi y pongo los ojos en blanco.
—Stan.
Me grita Gerson y no me detengo sino que acelero el paso. No quiero hablar con él. Por su culpa paso todo lo que pasó. Si me hubiera quedado en casa, leyendo, eso no habría sucedido. Como me arrepiento.
—¡Espera!.
Me detengo en seco antes de llegar a la cafetería.
—¿Que quieres, Gerson?. —le pregunto con indiferencia.
—¡Uy! Amaneciste de mal humor cuando debería de ser todo lo contrario. — bromea, pero no me causa gracia.
Suspiro porque no quiero pelear con el.
—No estoy para tus bromas, pecoso. ¿Que quieres?. — zanjé.
Levanta las manos al aire en forma de rendición.
—Tranquilo, vengo en son de paz.
Me giro sobre mis talones y sigo mi camino a la cafetería ignorándolo por completo. Mientras que el me sigue, a pesar de mi indiferencia. Unas chicas me observan caminar y hablan entre ellas, sabrá dios que estupidez dirán de mi, luego ríen.
Odio mi vida.
Las ignoro y busco una mesa vacía y lejos de la gente. Camino hasta el final y en una esquina hay una mesa vacía. Me siento de mala gana y suelto un suspiro frustrado. Mi mejor amigo llega a mi lado y se sienta frente a mi.
—Ni se te ocurra sacar el tema de la fiesta. — le advierto y el hace un cierre en su boca con sus dedos, indicando que no lo va hacer. Saco mi libro de Astronomía y me dispongo a leerlo, antes de que Gerson abra la boca y me arruine el día con sus bromas.
—Oh, oh. —sisea Gerson y dejo de mirar mi libro para observarlo a él, pero él está viendo por sobre mi cabeza un poco nervioso. Así que me giro para ver lo que sucede, pero en ese momento me quitan mi libro de las manos.
¿Pero que mierda?.
—Bonito libro, Nerd. Astronomía, ¿eh?. —Levanto la mirada y veo a Timothy leyendo mi libro, pero el lo suelta y éste cae al suelo.
—¡Ups!, se me cayó. —observo mi libro favorito tirado en el piso. Luego camina y pasa sobre mi libro, pisándolo con sus zapatos caros.
—Lamento lo de tu libro. —se burla, fingiendo disculparse.
Tenso mi mandíbula molesto, siento que la cara me arde. Timothy se encuentra con una enorme sonrisa maliciosa en su rostro observándome. Mientras que mi sangre hierve y se me sube a la cabeza. Quiero asesinarlo, pero no digo nada, opto por callar, como siempre. Quisiera partirle la cara, dejarlo inconsciente sobre el piso mientras que su nariz sangra, luego lo tomaría del pelo y lo arrastraría por todo el instituto, pero no soy tan valiente para hacer eso y tampoco soy de las personas que arreglan sus problemas a golpes. Aunque mi instinto asesino comienza a crecer a medida que su maldita sonrisa no se desvanece de su arrogante rostro. Porque actúa de esa manera sino le he hecho nada. ¿Sera que está molesto porque fui a su jodida fiesta?. Sea cual sea el motivo, eso no le da derecho a pisar mi libro como si fuera basura.
—¡Pecas!. —saluda a Gerson y se acerca a él sentándose en la silla. Gerson y yo compartimos una mirada de ¿"Que está pasando aquí"?. —¿Se divirtieron mucho anoche?. —nos pregunta pero mirándome fijamente a mi. No me dejo intimidar por él y le sostengo la mirada, igual de asesina. Él es el ser humano que más odio en el mundo.
—Muy buena tu fiesta. —le comenta Gerson.
—¡Claro! Todo lo que venga de mi es bueno. —dice con arrogancia y yo pongo los ojos en blanco sin que el me vea. —La fiesta de esta semana será dedicada a ti. — me señala.
—¿Y a mi porqué?. —Le pregunto cortante.
—Verás, la temática será sobre Nerds...como tú. —pronuncia con una sonrisa y luego añade: —Pero no te preocupes, no tienes que llevar ningún disfraz ya que naciste con él. —empieza a reír a carcajadas como si fuera gracioso y Gerson tensa los labios para no reír. Si se ríe lo mato.
—¡Perdona!, No quise hacerte sentir mal, Montgomery. Hoy amanecí muy humorista.
Yo me quedo en silencio contando los segundos para que se largue.
—Bueno chicos, yo solo pasaba a saludar. —se levanta de la silla y empieza a alejarse, pero se detiene justo dónde mi libro está tirado y se queda parado sobre él. —Ah, siento lo de tu libro otra vez. Bueno, chicos. Los espero el sábado.
Sonríe divertido y se va.
Mi vista va hacia mi libro el cual está sucio y con algunas hojas sueltas en el piso. Observo a mi alrededor y unos cuantos estudiantes me observan.
Es un hijo de...
Me levanto de mi asiento y tomo mi libro ignorando a los que me ven. Vuelvo a sentarme y dejo mi libro en la mesa.
—Es un idiota. —resoplo molesto.
—Estoy de acuerdo contigo. —concuerda mi mejor amigo. —Ahora creo que vas a necesitar un libro nuevo, Stan.
—No me había dado cuenta, Gerson. —le gruño molesto.
Y así mi día genial se fue a la mierda.
(💜)
Nicolle
El puto dolor de cabeza no se me quita. Mis párpados pesan, tengo mucho sueño. No quería venir al instituto, pero la mujer que tengo como madre me obligó. Apenas y dormí cuatro horas.
Me he tomado dos vasos de café y nada me quita el sueño. Siento mis piernas flaquear y mi cabeza dar vueltas.
Tomo asiento en una de las banquetas después de darle la vuelta a la cancha de voleibol como calentamiento. Mi respiración es pesada y estoy sudando hasta mas no poder. Tengo mi cabello en una coleta alta y visto el uniforme de deporte; short rojo con rayas blancas a los laterales y un top corto del mismo color con el nombre del instituto Preston Higth en letra cursiva. Lo que más odio del uniforme son las medias altas que debemos usar, las cuales me llegan hasta las rodillas. Tomo mi filtro de agua y le doy un sorbo grande.
Estoy cansada.
Debía tomar una asignatura a parte de las clases normales. Elegí deporte porque me gusta hacer ejercicio, aunque soy algo floja. Tenía otras opciones: literatura, arte y pintura, gimnasia y voleibol. Así que opté por la última. Primero, no me gusta los géneros literarios. Segundo, solo pintaba y coloreaba cuando era una niña ahora odio hacerlo. Tercero, la gimnasia no es para mi. Aunque mi madre me llevaba a clases de Ballet cuando pequeña.
La profesora Helen suena el silbato para que comencemos con el partido. Dejo mi filtro de agua y troto hasta donde están las demás. Camilla está a mi lado recogiendo su cabello.
—Empecemos con la práctica. —anuncia la profesora y elige dos chicas como capitanas.
—Jenny, tu serás la capitana y... —hace una pausa mirándonos a cada una hasta que detiene su mirada en mi. —Nicolle, tu serás la otra capitana.
Asiento con desánimo y empezamos a escoger chicas para conformar el equipo. Elijo a Camilla para mi equipo y otras cuatro que ni siquiera conozco. Somos diez chicas en total y cada una tiene su respectivo uniforme rojo. No soy muy buena jugando pero hago el intento. Aunque en todo lo demás soy un diez, menos en Química.
La profesora me lanza el balón de voleibol y lo atrapo entre mis manos. Me coloco en la esquina para el saque y darle comienzo al partido. Las gradas están vacías pero de pronto veo unos chicos entrar y tienen el mismo uniforme rojo, solo que los de ellos es varonil. Mi vista se queda pegada sobre un cuerpo musculoso que me trae loca. Empiezo a babear, mientras sostengo el balón entre mis manos.
Timothy, es uno de ellos. Su franela sin mangas deja ver sus musculosos brazos y ese tatuaje que tanto me fascina. Me excita solo con verlo. Sonríe por algo que Duncan le dice y se ve como un Dios del mismísimo olimpo o mejor dicho, como un Demonio sexy del mismísimo infierno. El piercing en su labio brilla. Nuestras miradas se encuentran y el me sonríe de lado con un balón de básquet en la mano y luego pasea la lengua por su piercing de manera provocativa.
Inconscientemente, muerdo mi labio inferior provocándolo, porque se que le gusta cuando lo hago.
El sonríe de lado con malicia. Me encanta esa faceta de chico malo y rebelde. Solo espero que sea así de malo y perverso en la cama.
—¡Nicolle!. —me grita Camilla, sacándome de mis pervertidos pensamientos. Dejo de observar a Tim y presto atención al juego. Lanzo el balón al aire, salto un poco y lo golpeo con fuerza con la palma de mi mano. Espero que caiga del lado contrario de la malla, pero no, se desvía y golpea la cabeza de cierto pelinegro ojos azules y mirada coqueta.
Mierda
Camilla y yo compartimos una mirada y comenzamos a reír. Sus ojos azules me miran divertidos. Dejo de reír y me acerco a él para quitarle el balón de sus manos. Troto mientras mi coleta se menea a los lados y el sudor corre por mi espalda. Me detengo frente a él y le sonrío divertida.
—Si querías llamar mi atención, ahora la tienes.
—No quería llamar tu atención, solo quería golpearte a propósito. —me burlo.
El sonríe de lado, mientras el balón gira en su dedo índice.
—Más a mi favor. —dice con un tono de picardía y detiene el balón. —¿Lo quieres?. —estira su mano dándome el balón. Intento quitárselo pero el esquiva mi mano, jugando conmigo.
—Tim, no empieces. Dame el balón. —me abalanzo sobre el para quitárselo, pero el me esquiva y se ríe divertido. Lo pasa de una mano a otra, mientras que yo intento quitárselo, pero todo lo que hago es en vano. Me detengo, suelto un suspiro y me cruzo de brazos levantando una ceja.
—¿Me darás el balón o tengo que obligarte?. —pregunto desafiante.
El lame su piercing y luego sonríe. Acorta el espacio que hay entre ambos, mientras que yo me mantengo firme en mi lugar. Levanto mi rostro para verlo a los ojos, ya que es mas alto que yo. Le mantengo la mirada igual de retadora.
—Me gustan los desafíos, Nicky. —susurra cerca de mi rostro. —¿Que harás al respecto?. —me tienta, con esa mirada seductora moja bragas.
Sonrío de lado, aun con mi ceja levantada y mis brazos cruzados. Ladeo un poco mi cabeza y me muerdo el labio lentamente, mientras el no despega la mirada de mis labios. Luego le susurro despacio:
—Ni te imaginas todas las cosas que podría hacer contigo, Timothy Lester.
El vuelve a morder su labio y baja la guardia.
Aprovecho y le quito el balón de sus manos. Me giro rápidamente antes de que vuelva a quitármelo y troto hasta llegar a la mitad de la cancha. Observo de reojo a Tim, quien me mira sonriente.
Sonrío victoriosa y dejo de mirarlo.
Yo siempre gano, Timothy.
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