Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 58 💜

¡Gracias por su apoyo, amores mios! 💘

No olviden dejar su comentario al final del capitulo.

Ahora sí,
¡Que empiece el desmadre!
😬🙊

♡♡♡

Capitulo 58

Stanley

Insomnio.

Ella era mi maldito insomnio. ¿Cómo es posible que alguien se adueñe de tu cabeza de esa forma? No logro comprenderlo. Se que estoy jodido, lo se. Pero esto de la paciencia y el tiempo es una completa mierda. Ya no quiero esperar, necesito verla y hablar con ella. ¡Dios!, juro que quiero darle su espacio, de verdad que lo intento, pero me es imposible. Pase toda la jodida noche intentando leer un libro y, aunque la trama parecía realmente buena, no lograba concentrarme en absoluto. A cada instante revisaba el celular esperando ver un mensaje de ella arrepintiéndose de su decisión de alejarse, e incluso tenía en mente la plena esperanza de que ella en un mensaje me dijera que me necesitaba...

Pero ese mensaje nunca llegó.

Es desesperante.

¿De verdad todo ha llegado a su fin?. No. No quiero aceptarlo. Quisiera respetar su decisión y alejarme, pero no puedo. Es un acto cobarde de su parte y yo no voy a darme por vencido.

Pase toda la noche con el celular sobre mi pecho esperando su llamada o algo parecido, pero nada pasó y eso me hizo sentir miserable.

¿De verdad quiere alejarse de mi? No. Eso no es cierto. Se que ella siente algo por mi mas que una estúpida atracción sexual. Sé que al principio fui solo un juego para ella, eso lo se. Pero luego algo cambió, tanto para ella como para mi. Y aunque le cueste aceptarlo se que siente lo mismo que yo. ¡Joder! Como me gustaría escuchar de su boca que me quiere, que dejará su pasado atrás y que se dará una oportunidad conmigo, eso me haría realmente feliz. Solo de pensarlo hace que mi corazón se acelere.

Pero solo de pensar que se alejará de mi para siempre...

¡Ash! Ni siquiera quiero pensar en ello.

Suelto un gruñido cerrando el libro abruptamente. Lo dejo a un lado y suelto un suspiro tratando de controlar mis ganas de salir corriendo a buscarla.

Solo ha pasado un día y ya la extraño. ¡Dios! Si estuviera aqui diciendo perversidades o soltando alguna estupidez para molestarme, sería el hombre más feliz del mundo.

Supongo que, no me enamore de sus virtudes sino de sus defectos.

♡♡♡

He pasado toda la mañana en la habitación intentando despejar mi mente, pero por más que lo intento no puedo hacerlo. Ni siquiera he probado un bocado de comida, por falta de apetito. Me siento completamente desesperado, conteniendo las ganas de correr a buscarla.

¿Así se siente que te rompan el corazón? ¿Agonía, desesperación, frustración y un palpitar enloquecido en el corazón?. Porque si es así, es una completa mierda.

Suelto un gruñido pasando las manos por mi rostro y después suspiro tratando de controlarme. Me levanto de la cama para darme una ducha quizás el agua fría sea milagrosa y me quite toda la desesperación de mi cuerpo.

Ni siquiera se cuanto estuve debajo del agua, lo cierto es que me relajé un poco. Busco que ponerme y después bajo a la cocina. De seguro mis padres se están preguntando miles de cosas por mi falta de apetito. Solo espero que Mara no les haya contado nada.

Bajo las escaleras lentamente con fastidio. Hubiera preferido quedarme en la habitación durmiendo, pero tengo que digerir algo de comida ya que no quiero enfermar. Al llegar a la cocina veo a la familia reunida tomando la cena. Ni siquiera me dí cuenta de que ya es de noche.

Mi padre es el primero que me observa lanzándome una mirada interrogativa. Tomo asiento y Mara me sirve la cena, la cual observo con aburrimiento.

-¿Estas bien?

Me susurra parada a mi lado, yo la miro con mi cara de culo de todos los días. Ella me sonríe divertida.

-Veo que no.

Se aleja de mi.

Mi madre, quien se encuentra al otro lado de la mesa frente a mi me observa con preocupación. Me adelanto antes de que pregunte.

-Estoy bien, Mamá. Solo tuve una mala noche, es todo.

-¿Estas seguro, Cariño? Te ves...enfermo.

-No estoy enfermo, Mamá. Solo no pude dormir bien...

-¿Porque no pudiste dormir bien?

Esta vez habla mi padre con curiosidad y eso me toma desprevenido. Empiezo a titubear.

-No lo se...

-Ya.

Pronuncia como si no me creyera ni una palabra.

-Esta bien, Cariño. Solo no dejes de comer. El alimento es muy importante. No quiero que te enfermes.

-Lo se.

Observo mi plato con ensalada y camarones con aburrimiento. Me llevo un bocado de comida a la boca bajo la atenta mirada de mi madre. Ella sonríe convencida.

-¿Has sabido algo de Nicolle? Llevamos muchos días sin verla. ¿Están molestos?

Palidezco en mi lugar y paso saliva con fuerza. Mi padre me mira con una ceja alzada. ¿Acaso se dio cuenta de que estuvo aquí? Espero que no.

-No, Mamá. -miento. -Es solo que...ella ha estado...ocupada.

Titubeo nervioso. No quiero hablar de ella.

-Oh, claro. -afirma convencida de mi respuesta. -Cuando la veas, por favor dile que necesito hablar con ella.

Arrugo las cejas confundido.

-¿Que necesitas hablar con ella, Mamá?

-Le tengo una propuesta de trabajo.

Eso me sorprende aun más. ¿Una propuesta de trabajo?. Zanjo el tema hasta allí quedándome con la duda.

-Se lo haré saber.

Finjo una sonrisa de boca cerrada.

Si es que vuelvo a verla.

Paso saliva ante mi pensamiento, desvaneciendo mi sonrisa. Mojo mis labios y vuelvo a comer sin mirar a mis padres.

Mi padre se aclara la garganta a loa minutos haciendo que levante la mirada para verlo.

-Faltan pocos días para la graduación, ¿No es así?

Yo asiento. Él continúa:

-¿Ya has pensado a que Universidad quieres ir? Digo, se que es muy pronto pero eres uno de los mejores estudiantes de Preston de seguro muchas Universidades estarán interesadas en ti. ¿Que has pensado al respecto, hijo?

Suspiro, tratando de salir huyendo para no responder su interrogante. Ni siquiera he pensado en una Universidad. Mi cabeza es un maldito huracán en estos momentos.

-Yo...no lo se. -confieso. -No lo he pensado aun. Creo que Harvard es una buena oportunidad, creo que con mi capacidad intelectual me recibirán. Stanford también es una buena opción, aun no me decido...

-¿Y que opinas de la Universidad de Nueva York?

Que esta muy lejos de Nicolle.

Mi padre parece notar la duda en mis ojos.

-Hijo, se que la Universidad va a ser un cambio radical para ti. Pero es necesario para tu futuro. Aunque, también puedes optar por no ir a la Universidad.

-¿Que?

Eso me toma desprevenido.

-He estado esperando el momento indicado para entregarte esto.

Coloca un sobre blanco encima de la mesa y lo desliza hacia mi. Yo lo tomo entre mis manos.

-¿Que es?

Inquiero confundido.

-Ábrelo. Tu abuelo lo dejó para ti. No te lo había entregado antes porque él mismo me pidió que solo te lo diera cuando fueras lo suficientemente maduro para tomar tus propias decisiones. Así que...creo que es el mejor momento para hacerlo. Ábrelo.

Mi madre me sonríe en complicidad con mi padre. Yo solo observo el sobre entre mis manos. Pero al final lo termino abriendo. Descubro que hay un par de hojas dentro; son unos documentos de propiedad a mi nombre. Arrugo las cejas sin comprender mientras ojeo el papel.

-¿Que...que significa esto?

-Es tu herencia, Stanley.

-¿Qué?

-Si, Cariño. -habla mi madre. -También eres dueño del concesionario. Tu padre es el socio mayoritario y tu el segundo al mando de la compañía.

Parpadeo varias veces tratando de comprender de que me están hablando. Estoy sin palabras.

-Ya eres un adulto, hijo. De ahora en adelante debes tomar tus propias decisiones. Puedes ayudarme en la compañía, si así lo quieres. También es tuya, como lo dice ese papel.

-Pero...yo...no tengo idea de como dirigir una compañía, Papá.

Suelto atónito.

-Lo se. -me sonríe con sinceridad. Cosas que muy pocas veces hace. Ya que mi padre suele ser serio y estricto. -Si decides estudiar, de igual forma la compañía seguirá siendo tuya también. Puedes hacer lo que quieras. Pero sabes que me gustaría que trabajaras conmigo.

-Yo...

-No tienes que decidirlo ahora, Cariño. -aconseja mi madre. -Solo Piénsalo. Cuando estés listo, aquí estaremos para apoyarte con cualquiera que sea tu decisión.

Asiento.

-Gracias...

Suelto aun perplejo. Tenso mis labios al darme cuenta de que mis padres están confiando en mi y se están sincerando conmigo. En cambio yo...les he mentido.

-Mamá, Papá, quiero confesarles algo.

Mi padre me mira esperando mi confesión. Mi madre reacciona al instante:

-¡No nos digas que vas a ser padre, porque te juro que me da un infarto, Stanley Montgomery!

Me sonrojo al instante observando el rostro de mi madre.

-¿Que? ¡No! ¡Mamá! ¡No es eso! ¡Dios!

Suelto rápidamente mientras mi papá suelta una carcajada. Mi madre suelta un suspiro de alivio con dramatismo con la mano en su pecho.

-Menos mal...

-Mamá.

Le advierto, pero ella sigue hablando.

-...Si quiero nietos pero aun estas muy joven para eso.

-¡Mama, deja de avergonzarme!

-Lo siento, hijo. Es que solo la idea de pensar que voy a ser abuela tan joven, me aterra.

Pongo los ojos en blanco.

-Pues no vas a a ser abuela, Mamá. ¿Podrías por favor dejar de hablar de eso?. ¡Es incómodo!

Mi padre se vuelve a reir.

-Bien. -accede mi madre. Mi padre deja de reir y vuelve a su seriedad de siempre.

-Lo que quería decirles era que...-hago una pausa. -Yo les he mentido.

-¿Sobre que?

Indaga mi padre.

-Es que yo...

-Habla, Stanley.

Se apresura a decir mi madre curiosa.

-Nicolle y yo nunca hemos sido Novios, solo fingíamos serlo.

-¿Y?

Inquiere mi padre con las cejas levantadas.

-¡Que eso está mal, Papá! ¿No crees?

-Bueno. Esta mal que nos hayas mentido, pero ya lo sabíamos lo de tu y Nicolle.

Abro y cierro mi boca varias veces desconcertado.

-¿Q-que? ¿C-cómo...cómo lo supieron?

-Vamos, hijo. Nosotros también fuimos jóvenes alguna vez e hicimos cosas locas de las cuales no nos arrepentimos.

-Pero tu...tu creías que yo era Homosexual.

Miro a mi padre y se carcajea.

-Yo nunca lo he pensado, hijo. Eso solo fue una broma.

-¿Qué?

-No te niego que Nicolle fue una excelente actriz. Sus rostros eran épicos ese día.

Explica divertido.

-¡Papá!

Mi madre sonríe divertida también.

-Fue divertido, Cariño. Me alegra que por fin nos lo hayas confesado.

-¡Dios! A veces odio tenerlos como padres.

-Oh, Cariño. Lo sentimos mucho.

Suspiro.

-Da igual, Mamá. Solo quería que lo supieran.

-Y ella...ya no esta contigo, ¿Cierto?

Interroga mi padre y yo bajo la cabeza lentamente, sin saber que decir. No puedo hablar de ella sin que el corazón se me vuelva un nudo.

Me quedo en silencio, ya que mi garganta se niega a decir que no.

Tengo la esperanza de que lo nuestro aun no ha terminado.

Mi padre parece encontrar la respuesta en mi rostro y mi madre solo me brinda una sonrisa sincera. Quisiera no expresar mi tristeza, pero es imposible. Cada segundo que pasa siento que me asfixio. Nunca me imaginé que enamorarse sería así de bonito pero también así de catastrófico. Pensé que enamorarse sería lo más fácil del mundo, pero no, es todo lo contrario.

Pero no me arrepiento, porque sentir amor es lo más bonito que le puede suceder a una persona.

Sostengo el documento entre mis manos aun, procesando todo lo que mis padres acaban de confesarme. Se que mi padre quiere que siga sus pasos, pero yo...yo no puedo. No es lo que quiero para mi vida. Así que necesito tomar una decisión. Me disculpo con mis padres y me levanto de la mesa para salir de casa. Llego a mi auto y cuando cierro la puerta suelto todo el aire que estaba conteniendo. Cierro mis ojos y trato de concentrarme. Necesito despejar mi mente. Necesito hacer algo que mantenga mi cabeza ocupada. Ya no quiero seguir pensando en mi futuro o en Nicolle. Porque cada vez que lo hago siento que colapsaré en cualquier momento. Enciendo el auto y salgo de casa hacia el único lugar que puede hacer olvidarme del mundo, al menos por un instante:

La Biblioteca

♡♡♡

Estaciono frente a la Biblioteca y me apresuro a bajar del auto. Cuando llego a la puerta de dicho lugar, me encuentro con un chico como de mi edad, rubio de ojos verdes y de complexión delgada. Está poniendo un cartel en la puerta de entrada, algo que se me hace extraño. Pero lo más extraño de todo, es que el lugar está completamente vacío.

-Eh...Hola.

Saludo al chico, este se gira para verme. Percibo la tristeza en su mirada y en como sus ojos están rojos al igual que su nariz. Como si hubiera estado llorando.

-Hola.

-¿Estas bien?

-Ah...Si. ¿Necesitabas algo?

-Venía por unos libros.

-Oh, claro. Bueno...acabo de cerrar.

-Pero aun es temprano.

-Si, lo siento. Pero este lugar permanecerá cerrado. Mi madre era quien se ocupaba de él, pero...-suelta un suspiro nostálgico. -Ha muerto.

-¿Qué?

Eso me toma por sorpresa. Sabía que la dueña estaba enferma pero jamás imagine que moriría tan pronto.

-Lo siento...

Sus ojos se cristalizan.

-No te preocupes. Por cierto, Soy Jeremiah. Soy su hijo.

Extiende su mano hacia mi en forma de saludo.

-Stanley.

Uno mi mano con la suya.

-Oh, ¿Eres ese Stanley?

Arrugo las cejas confundido.

-¿Eh?

El sonríe.

-Mi madre me habló de ti. Dijo que tu siempre frecuentabas la biblioteca y le dejabas grandes propinas para su tratamiento.

Eso me hace sonreir. Lo recuerdo perfectamente. Era una mujer bastante amable y cariñosa. Siempre mantenía una sonrisa en el rostro como si la enfermedad no estuviera matando lentamente. Aun en su peor momento nunca dejó de sonreír.

-Era una gran mujer. -me encojo de hombros. -Entonces supongo que soy ese Stanley.

El limpia su nariz con el dorso de su mano y me sonríe. Coloco una mano sobre su hombro reconfortándolo.

-Lamento lo de tu madre.

-También yo.

Asiento. Levanto la mirada para observar el exterior del lugar. Es un lugar de bastante antigüedad puede notarse por el deterioro en la madera y la forma en la que lo construyeron, dándole una característica rústica. Es magnífica. Que lástima que vayan a cerrarla. Es entonces cuando se me ocurre una gran idea. Jeremiah me comenta que los motivos por los cuales venderá la biblioteca es porque no hay quien se encargue de ella. Su madre amaba ese lugar y siente mucha pena venderla ahora que ella ya no esta, pero de seguro habrá alguien interesado en comprarla y la cuidará justo como su madre lo hacía. Se que a muchas personas, incluyéndome, les hará demasiada falta este lugar así que, definitivamente tomaré una gran decisión. Pero mas que una decisión, es una gran responsabilidad. Y se que soy la persona indicada para cuidar este lugar. Ahora que mi padre me ha dado mi herencia veré que hacer con ella. Y este será el primer paso.

-Quiero comprarla.

♡♡♡

Mi padre parecía no estar de acuerdo con que comprara la biblioteca, pero a la final respetó mi decisión. Ahora soy el dueño del lugar. Mi madre estaba muy orgullosa de mi por haber tomado una gran decisión. Porque muchos pensarán que una Biblioteca es solo madera y libros, algo sin importancia, pero para mi no hay nada más satisfactorio que estar rodeado de libros. A veces una dosis de lectura puede reiniciarte la vida.

Después de otra larga charla con mis padres, subí a mi habitación para darme una ducha y dormir un poco. No se en que momento me quede dormido con un libro sobre mi pecho, pero me despierto sobresaltado con el sonido de mi celular. Estiro mi brazo hacia la mesita de noche que esta al lado de mi cama y tomo mi teléfono aun adormilado. Cuando abro los ojos me doy cuenta de que ya ha oscurecido.

Coloco el teléfono en mi oído.

-¿Stanley?

Escucho la voz de Camilla a través del celular. Pero suena distinta, como si estuviera, ¿preocupada? ¿Alterada?. Eso me alarma. Me incorporo quedando sentado sobre mi cama.

-¿Camilla? ¿Estas bien? ¿Pasa algo?.

La escucho limpiar su nariz. ¿Esta llorando?. Arrugo las cejas totalmente confundido.

-Es Nicolle...

Cuando escucho su nombre mi corazón se altera al instante y una horrible sensación se instala en mi pecho. Toda tranquilidad desaparece de mi cuerpo dándole paso a la preocupación.

-¿Nicolle, esta bien?

¡Dios! Que no diga que no, que no diga que no, que no diga que no.

-No...

Mi mundo se derrumma en ese mismo instante. Me levanto de la cama con el teléfono en mi oído y me dirijo hacia la ventana. Quizás la brisa nocturna alivie mi preocupación. No quiero pensar en lo peor, porque la sola idea de perderla me vuelve loco.

Trago saliva ante mis pensamientos.

-No sabemos donde está...

-¿Qué?.

-Su madre...-hace una pausa y suelta un suspiro. -su madre discutió con ella y se fue de casa.

Mierda.

Se que Nicolle tiene problemas con su madre pero no se cual es la razón.

-No ha vuelto a casa. ¡Estoy desesperada! No se que hacer, Stanley. Tienes que ayudarme.

-Ella tiene que estar bien.

Me digo a mi mismo y trato de mantener la calma, pero no puedo. Mis pulsaciones cada vez son mas frenéticas.

Paso la mano por mi rostro en un gesto de frustración. Entonces lo peor llega a mi mente.

-Ella...

No puedo terminar la oración, porque se forma un nudo en mi garganta que no me deja respirar.
Camilla parece entender de que hablo.

-¡No!. -replica rápidamente. -Ella prometió que no volvería a hacerlo.

La escucho sollozar haciendo que mi corazón se vuelva un nudo y mis latidos más caóticos.

-Solo espero que este bien.

Le digo tratando de no perder la cordura. Pero, ¿Porque siento que quiero explotar?

-¿Dónde estas?

-En su casa. -me responde con la voz entrecortada.

-Voy para allá.

Cuelgo y me visto rápidamente con el corazón retumbando en mi pecho con fuerza. Salgo apresuradamente de mi habitación y corro bajando las escaleras. Me encuentro con Mara en la sala pero ignoro su presencia. Salgo de mi casa sintiendo la desesperación apoderarse de mi cuerpo. Busco mi auto y salgo de la mansión a toda velocidad.

Diez minutos después estaciono frente a la casa de Nicolle. Camilla se encuentra sentada en las pequeñas escaleras. Cuando me ve llegar se levanta de su lugar. No nos conocemos mucho pero en el tiempo que he entablado conversación con ella, me ha demostrado ser una gran amiga.

Ella baja los escalones y llega hasta a mi sollozando, rodea mi cuerpo y me abraza. Su acto me toma desprevenido, pero aun así le devuelvo el abrazo mientras mis ojos queman y empiezan a cristalizarse. Paso saliva con fuerza tratando de deshacer el nudo que se ha formado en mi garganta. Acaricio su cabello mientras ella llora en mi pecho.

-Si ella le pasa algo yo...

La corto inmediatamente.

-¡Shh! No lo digas. Ella esta bien. Tiene que estar bien.

Porque sino lo esta juro por mi propia vida que no se que haré.

Ella se aparta de mi con las mejillas llenas de lágrimas y me mira limpiando su nariz.

-Tenemos que encontrarla, Stanley.

-¿Tienes alguna idea de donde encontrarla?

Ella niega con la cabeza.

-No lo se...

Suspiro tratando de pensar con claridad. Pero la imagen de Nicolle intentando quitarse la vida no desaparece de mi mente. Se que no debo de pensar en ello.

Ella no haría tal cosa, no de nuevo. Y yo necesito encontrarla.

-Ire a buscarla.

-Voy contigo.

La detengo.

-No. Necesito que te quedes aquí por si aparece. Tengo que ir solo. Buscaré en los alrededores. Si logro encontrarla te avisaré.

Ella asiente con su cabeza.

Me aparto de ella y me subo al auto para recorrer la ciudad en su búsqueda.

♡♡♡

Después de buscar por todos los alrededores, mi preocupación aumenta. No logro encontrarla.

¿Dónde estas, Nicolle?

Manejo despacio mientras observo las calles a través de la ventanilla del auto. Todo está oscuro pero las farolas logran darle un poco de luz a las calles. Llego hasta el parque y nada. Sigo conduciendo lentamente sin perder la calma, pero con mi corazón a punto de colapsar.

No se cuanto tiempo la busco en las calles pero se que han pasado muchas horas. Aun no he recibido ninguna llamada de Camilla, eso significa que aun no ha vuelto a casa.

Maldición, Nicolle. ¿Porque me haces esto?

¡Joder! Quiero encontrarla, necesito hacerlo. Tengo que hablar con ella. ¿Por qué siempre huye de todo el mundo?.

Suelto un suspiro y doy vuelta de regreso a la casa de Nicolle. Al llegar encuentro a Camilla en el mismo lugar con sus ojos llenos de lágrimas. Mientras que mi garganta se estruja de desesperación.

Camilla levanta su mirada para verme y yo niego con la cabeza. Ella llora y eso hace que se me parta el corazón. No se que hacer, siento que voy a desvanecerme en algún momento. Hablo con Camilla para que vuelva a casa ya que es pasada la media noche. Ella acepta a regañadientes. Cuando se va a su casa, yo vuelvo a mi auto para conducir a la mía. Me detengo en seco cuando voy a abrir la puerta del auto. Entonces la veo: Nicolle. Parece distraída y vacía. No parece la chica divertida y sonriente de siempre. Ni siquiera se ha percatado de mi presencia ya que trae su cabeza gacha y sus brazos entrelazados para darse calor. Si cabello está despeinado y sus pies descalzos. Me duele verla de esa manera.

-Nicolle...

Susurro y ella parece escuchar mi voz ya que levanta la vista para verme. Ella camina hacia mi y puedo notar la tristeza reflejada en su rostro. Está llorando, sus ojos están enrojecidos y puedo ver las lágrimas resbalar por sus mejillas. Siempre ha sido una chica sonriente y divertida, pero se ve diferente; como si hubieran apagado aquel brillo de luz que la destacaba. Llega hasta mi lado y me abraza. Escucharla sollozar me rasga el corazón. Correspondo a su abrazo y la aprieto hacia mi con fuerza para que sienta que no está sola. Nos sumergimos en un abrazo lleno de nostalgia. Acaricio su cabello mientras ella hunde su rostro en mi cuello, mojándome con sus lágrimas. Le susurro suavemente que sea lo que sea que haya pasado, todo va a estar bien. Ella rodea sus brazos en mi cuello y me abraza con mucha mas fuerza, como si sintiera la necesidad de desahogar la tristeza que la consume abrazándome. La escucho sollozar cerca de mi oído, mientras mi corazón palpita con fuerza y con su cuerpo tan pegado al mio, puedo sentir tambien los latidos de su corazón. Está acelerado, como si hubiera corrido kilómetros. Acaricio su espalda con una de mis manos y con la otra acaricio su cabello. Ella habla con la voz rota:

-Ahora se lo que se siente, Stan. - me susurra al oído y no entiendo a que se refiere.

-¿Qué?.

-La soledad. -trago saliva y no deja de abrazarme. La estrecho con más fuerza demostrándole lo mucho que me agrada que esté junto a mi. El aroma de su perfume se impregna en mis fosas nasales y yo suelto un suspiro de alivio mientras mantengo mis ojos cerrados abrazándola.

Ella esta bien.

-No quiero sentirme débil, Stanley. La debilidad es para cobardes.

La escucho hablar con la voz entrecortada. Y por primera vez la escucho llorar y es cuando me doy cuenta de que las personas que más sonríen son las que más rotas están.

-Te equivocas, Nicolle. La debilidad no es un símbolo de cobardía. Sino eres débil entonces, ¿Cómo aprendes a ser fuerte?.

La escucho llorar.

-Yo...

-Esta bien, Nicolle, si quieres llorar hazlo, si quieres reir también puedes hacerlo aquí estaré para ti siempre que caigas.

-¿Lo prometes?

Me susurra agitada y puedo percibir el dolor en su voz. Ella se aparta un poco de mi y me observa con sus ojos llenos de lágrimas.

-Lo prometo.

Ella pasa saliva y baja su cabeza.

-Yo...estoy rota, Stan.

Levanto su mentón con mis dedos obligándola a mirarme. Ella lo hace, sus ojos encuentran los míos y mi corazón empieza a enloquecer.

-No me importa que tan rota estés, Nicolle. -suelto con determinación y noto un brillo diferente en sus ojos. Un brillo que anteriormente no estaba. -Yo te quiero con cada una de tus grietas. Cuando sientas que ya no puedes más, aquí estaré yo para darte ánimos. Cuando sientas que te hundes en la tristeza, aquí voy a estar yo para hacerte sonreir. Yo seré tu ancla. No voy a dejar que te hundas, lo prometo.

Beso su frente y vuelvo a abrazarla.

-Gracias, Stan.

-¿Por qué?

-Por estar aquí...conmigo.

-Siempre voy a estar aquí. ¿Sabes por qué?. Porque te quiero, Nicolle.

-Yo...

-¡Shh! Esta bien, no digas nada. Solo me alegro de que estés bien.

Ella asiente con su cabeza. Después de unos segundos abrazados, ella rompe el silencio.

-¿Puedo...puedo decirte algo?

-Lo que quieras. Te escucho.

Ella suelta un suspiro y se aparta un instante de mi lado para mirarme a los ojos. Parece inquieta como si quisiera decir algo pero no sabe como hacerlo. Yo la observo atentamente y ella moja sus labios como si pensara con claridad que decir, haciendo que mis ansias aumenten.

Dime que también me quieres.

Solo de pensarlo hace que mi corazón de saltos de felicidad.

-Yo...-hace una pausa y la escucho atentamente. ¿Por qué presiento que quiero decirme algo importante?. Y si tengo razón, ¿Por qué no lo hace?. Mi corazón late furioso en mi pecho ante la perspectiva. Ella titubea.

Vamos, dime que quieres Nicolle.

Pero no lo hace...

-No quiero estar aquí.

Es lo que dice pero yo no dejo de pensar en que eso no era lo que iba a decir. Pero no indago en el tema, no quiero presionarla. Si ella me quiere algún día tendrá que decirlo, pero...¿Y si no lo hace nunca? No. No quiero pensar en eso. Así que le sonrío de lado y limpio sus lágrimas con mi pulgar.

-Ven conmigo.

Ella asiente con su cabeza, mientras que sus ojos brillan como las mismísimas estrellas y yo me deleito con tan hermosa reacción. Me gusta que sus ojos brillen por mi causa. No se por qué, pero me hace sentir que soy especial.

- Te mostraré un lugar especial.

♡♡♡♡

NOTA DE AUTORA

¿Que les pareció el capitulo? ¿Que creen que pasará ahora?

¡Quedan pocos capitulos!
😣😣😣

¡Ay, chamas! Lo que se viene. Les va a dar un infarto con los últimos capítulos, les aviso.

Espero poder subir el próximo capítulo muy pronto.

Dejen sus COMENTARIOS quiero leerlos❤

¡Gracias por la paciencia!

Los quiere siempre

Patty💘

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro