Capitulo 5

Stanley

—Se ve jodidamente sexy, ¿No crees?. —alardea mi mejor amigo, mientras la observa embobado. Yo solo me limito a poner los ojos en blanco. Lleva un vestido corto negro de tirantes y unas botas negras. Tiene las uñas pintadas de negro al igual que sus labios. Se ve como toda una chica mala. Su cabello castaño lo lleva recogido en una coleta con unos mechones sueltos por su frente.

Gerson sigue alabando a la castaña y yo resoplo hastiado. No quiero seguir escuchándolo.

Quiero decirle que no es para tanto, que es una chica común y corriente y sin importancia, pero mejor opto por quedarme con la boca cerrada. Se ve bien, para que negarlo, pero no lo voy a admitir delante de Gerson. Prefiero morirme.

En cambio su amiga, creo que se llama Camilla, es muy bonita. Estamos en una clase juntos. Es muy diferente a Nicolle en todos los aspectos. Y parece más sociable y menos traumada que la castaña. Creo que podríamos ser buenos amigos.

El arrogante de Timothy se acerca hasta ellas y les besa la mejilla en modo de saludo. Están hablando pero no puedo escuchar nada ya que estoy muy lejos y la música se escucha fuerte. Tampoco es que me interese saber de que hablan. Timothy se pasa la mano por su cabello con arrogancia y se quita la sudadera negra que trae puesta frente a Nicolle, dejando a la vista sus músculos; su fuente de poder. Ella le sonríe mientras que la pelirroja se cruza de brazos con aburrimiento. Tim le guiña un ojo a la castaña y se mete a la casa. Todos empiezan a salir de la piscina y se meten a la casa detrás de él, al igual que Nicolle y su amiga. Y yo no entiendo por qué lo hacen. Nunca he venido a ninguna de sus fiestas, no sé qué es lo que hacen en este lugar a parte de emborracharse.

—¡Es hora!. —exclama mi mejor amigo y se levanta de la mesa.

 Arrugo las cejas incrédulo.

—¿A dónde vas?. —lo freno y el me mira divertido.

—A jugar, Stan. ¡Vamos!.

Sigue su camino y se mete a la casa dejándome a mi solo y con la palabra en la boca. Por estas cosas es que a veces lo odio. Bufo y me levanto de mala gana. Rodeo la piscina hasta llegar a la entrada. La sala está un poco oscura y solo es iluminada por las luces LED de una enorme bola de disco en medio de la sala; cosa que no vi cuando entré. Muy poco se puede ver pero como puedo llego al lado de Gerson. Todos rodean la mesa de ping pong. Supongo que a eso jugarán, ¿no?.

—¡¿Quien quiere jugar?!. —escucho decir a Timothy a través de un micrófono y  todos los presentes vitorean y gritan como locos. Y yo solo me quiero ir a casa. Me siento abrumado con tanto ruido. Noto a la castaña del otro lado de la mesa, observándome. Mi mirada se encuentra con la suya y me guiña un ojo divertida. Eso me toma desprevenido y aparto la mirada inmediatamente.

La multitud de personas en el lugar empiezan a gritar provocando que casi me de un derrame cerebral.

—¡Ok! ¡Ok!. Veo que están emocionados.

—¡Siii!.

¿Por qué tienen que gritar tanto? Es solo un estúpido juego de ping pong.

Halo del hombro a Gerson, quien habla con un chico que no conozco  pero yo lo interrumpo.

—Gerson, quiero irme. — le digo al oído.

—¡Pero si apenas vamos llegando!.

—Odio estar aquí. ¡Vámonos!.

—Espera un momento, a lo que acabe el juego nos vamos, Stan.  

—¿Estas seguro?

—Si

—Bien. —digo de mala gana.

Suspiro profundo porque no quiero alterarme y terminar llevándolo de arrastras a casa.

—¡Que empiece el juego!. —grita Timothy subido en la mesa y la multitud enloquece. ¿Que hice yo para merecer esto? ¿Por qué tuve que venir?.

—¡Cierren sus putas bocas!. —ordena Timothy y los presentes se callan. —Para los que no saben el juego se llama "Fuego Ardiente". Consiste en... —se calla. —mejor que sea una sorpresa.

Todos gritan emocionados, menos yo, claro está. ¿Fuego Ardiente? ¿Qué clase de juego es ese? ¿No iba a jugar ping pong?  

—Ya regreso. —comunica Gerson y se aleja dejándome solo. Al cabo de unos minutos vuelve a mi lado.

—¿Dónde estabas?.

—Inscribiéndonos en el juego.

—¿Qué? No voy a jugar, Gerson.

Lo mato. Quiero matarlo.

—No te alteres, lo vas a disfrutar.

—No quiero hacerlo.

—Solo por esta vez, Stan.

—Esto es una estupidez, Gerson.

—Va a ser divertido. Ya verás que si.

Suspiro y decido quedarme. ¿En qué lío me he metido? Solo espero no hacer el ridículo frente a todo el mundo.

Veo a las chicas que ríen con picardía del otro lado mientras que una de ellas les pasa a cada una un pequeño papelito. No se de que mierda trata este juego, pero no me está gustando para nada.

—¡Todo listo!. —comunica Timothy a través del micrófono. —Y como siempre, yo iré primero. —comienza a reír.

Se baja de la mesa y una chica le cubre los ojos con una venda negra y luego el se recuesta sobre la mesa de espaldas. Yo solo observo sus movimientos con el ceño fruncido. ¿Qué diablos?.

Una de las chicas se acerca a él y le tira un poco de bebida sobre el abdomen. ¿Qué?.

La chica de cabello rubio se inclina y…

Mis ojos se abren como platos y siento que la cara me arde.

Ella lame su abdomen y su ombligo y lo toca por todos lados con sus manos en simples caricias. Timothy se queda quieto y contrae el abdomen. Parece disfrutarlo.

Y no, no iban a jugar al ping pong como pensaba.

Entonces la chica lo besa en los labios de forma feroz.

—¡¿Qué clase de juego es este?!. Es…perverso.

Mi mejor amigo comienza a reír por mis palabras. Si, no estoy acostumbrado a este tipo de situaciones. Ni siquiera he dado mi primer beso. No. Definitivamente no jugaré a este juego. Es…vergonzoso.

—Deja de quejarte, luego es tu turno, Stanley.

Trago saliva con fuerza. ¡Ay no!. Mi pulso se acelera y todo me empieza a sudar. Siento que me falta la respiración y mi cabeza da vueltas. Necesito tomar algo, siento que me estoy sofocando. Me va a dar algo. No estoy listo para esto. Tengo que largarme de este lugar. Cuando voy a hacerlo, escucho mi nombre.

Jo-der

Quisiera dejar de existir en este instante, ya que todas las miradas se posan sobre mi. No se que hacer, no se como reaccionar, solo me quedo quieto y en silencio.

—¡Muévete, Stan!. —habla mi mejor amigo y me da un leve empujón hacia adelante. —Demuestra que eres todo un hombre. —me giro para verlo y lo fulmino con la mirada, el solo sonríe divertido y levanta sus pulgares. No se que mierda le hace gracia.

—¡Vamos, Nerd!. —me grita Timothy y su sola voz me asquea.

—¡Creo que el chico tiene miedo!. — canturrea Tim y todos se burlan de mi.

Odio ser el centro de atención.

No tengo miedo, ¿Por qué debería de tenerlo?.

Es algo...algo...insignificante, me digo a mi mismo.

No me muevo, permanezco en silencio mientras todos esperan por mi. Observo a mi alrededor como todos me miran mientras avanzo a pasos lentos hasta la mesa. Trago saliva y empiezo a sudar. Respiro lentamente y avanzo con pasos seguros aunque estoy aterrado por la situación. Llego hasta la mesa y me siento lentamente. Por lo menos está oscuro y muy poco se puede ver. Una chica pelinegra se acerca hasta mi y me cubre los ojos con la cinta negra. Entonces mi visión se nubla por completo quedando en total oscuridad. Todos empiezan a gritar y a vitorear.

Esto es una completa locura. ¿Qué mierda estoy haciendo?.

Me recuesto de espaldas sobre la mesa y trago con dificultad, nervioso. Empieza a sonar una música lenta, suave y sexy. Me tenso. Mi cuerpo empieza a temblar por dentro. Nunca había hecho nada parecido y lo más probable es que me orine en los pantalones. Si, creo que estoy exagerando. Pero así me siento.

Siento que alguien se acerca a mi y luego mi remera negra es levantada hasta la altura de mi pecho dejando mi abdomen a la vista. No soy ni musculoso ni corpulento, en realidad soy un flacucho sin nada que presumir de su cuerpo. Tenso mi abdomen cuando siento el liquido frío en mi ombligo. Suelto un suspiro nervioso, pero no me muevo.

—¡Eso es, Nena!.

 Escucho gritar a Timothy y mi cuerpo empieza a alterarse.

—¡Dale con todo!. —grita una chica y yo permanezco quieto conteniendo la respiración. De repente siento unos labios húmedos sobre mi abdomen bajo.

Mierda

Siento la humedad de lo que yo imagino es su lengua y mis latidos comienzan a volverse anormales. Mi ritmo cardíaco aumenta con cada lamida en mi abdomen. Tenso mis labios para no hablar ni decir ni una sola palabra. Su lengua sigue recorriendo mi abdomen, luego hasta mi pecho. Siento como presiona sus dientes sobre mi piel con fuerza y ahogo un quejido. ¿Me ha mordido? ¿Que coño?. No se quien es la chica, pero creo que se está pasando conmigo. Y lo peor es que se sintió jodidamente bien. ¿Qué me está pasando?. Empiezo  sentirme caliente de repente, como si una hoguera me estuviera consumiendo. Y, aunque quiero levantarme y salir corriendo del lugar, no lo hago. Mi piel se eriza cuando sus uñas acarician mi pecho lentamente bajando hasta mi abdomen. Luego se detiene, ¿se ha terminado?.

 Es entonces cuando siento una respiración lenta y acompasada en mi rostro. Ella huele muy dulce. Es un aroma muy sutil y delicado.

Me tenso cuando siento sus labios en mi boca, ¿va a besarme?. Pero no lo hace, solo siento como aprieta mi labio inferior con sus dientes y duele. Creo que me ha roto el labio. Cuando la chica se aparta de mi, me incorporo en la mesa y toco mi labio el cual duele como el infierno y después procedo a quitarme le vendaje. Las pequeñas luces neón me ciegan por un momento. Parpadeo rápidamente hasta que mi visión se vuelve normal. Aún tengo la respiración acelerada, la piel sensible y erizada. Las personas me observan sorprendidas y yo las ignoro, ahora puedo largarme. Cuando me levanto me doy cuenta de que la chica que acaba de acelerarme el corazón está frente a mi, cruzada de brazos y con una sonrisa en el rostro.  

No puede ser.

De todas las mujeres del mundo, ¿Por qué tenia que ser ella?.

No consigo poder hablar, las palabras se quedan trabadas en mi garganta. La miro totalmente sorprendido y molesto a la vez. Toco mi labio con mi pulgar y luego observo que hay sangre en él. ¿Que le sucede? ¿Acaso está loca?  La fulmino con la mirada y paso a un lado de ella chocando con su hombro bruscamente.

No la soporto.

Ella me hace perder la cordura, la estabilidad y la paciencia. Ella es un huracán capaz de arrastrar todo a su paso y yo no voy a dejar que me arrastre con ella.

Desde este momento.

Empieza el juego.

Si guerra quieres, pues guerra vas a tener.

Salgo hecho una furia de la casa hasta que escucho unos pasos detrás de mi.

—¡Stan!.

Me grita Gerson y yo me detengo para verlo.

—¿Que mierda quieres, Gerson?. —le espeto, molesto.  

—¿Que-acaba-de-pasar?. —recalca cada palabra, sorprendido pero con una sonrisa en el rostro. —Eso fue…

—Horrible. —Añado. —Esa chica está loca.

—¡¿Qué?! ¡¿Loca?!. —repite desconcertado. —Loco estás tú. ¿No sabes cuantos chicos morirían por acercarse a Nicolle? Ella te ha besado.

—¡Claro que no!.

—Todos hablarán de ti mañana en el instituto, Stan, porque la chica más hermosa y popular del instituto te ha tocado y besado. ¡No es increíble!.  

—¡No quiero tener que ver nada con ella, Gerson.  

Gerson solo sonríe ignorando mis palabras.

—¡No me jodas, Stan! Esto es lo mejor que te ha pasado en la vida.

Ignoro cada una de sus palabras y sigo mi camino hasta el auto.

—¡Espera, Stan!. —me grita Gerson. —¡Me iré contigo!.

Sigo caminando mientras el camina detrás de mi. Necesito salir de aquí. Al llegar al auto me subo y luego Gerson me acompaña y le agradezco que no hable. Estoy furioso. Me pongo los auriculares y coloco una canción para que me baje la temperatura. Odio sentirme así por una niñata insoportable. ¿Por qué lo hace? ¿Por diversión? ¿Acaso se estaba vengando de mi por haberla dejado tirada?

Enciendo el auto y vuelvo a casa.

Tarareo la canción e intento alejar la frustración de mi cuerpo mientras conduzco. La sonrisa victoriosa de su rostro se pasea por mi mente y me maldigo porque haber asistido a esa fiesta, por pensarla aun cuando no quiero hacerlo.

Aprieto mis manos sobre el volante mientras meneo la cabeza levemente alejando su maldito rostro de mi cabeza. Pero, aunque lo intento, no puedo dejar de pensar en todas las sensaciones que me causó solo con tocarme.

Solo fui un maldito juego para ella. En cambio para mi…fue mucho más que un estúpido juego.

Pero ella con su carita de inocente y sonrisa divertida podría acabar conmigo en un instante. Pero me niego a que eso pase.

No le daré ese poder.

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