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Capitulo 48 💜


¡¡20K DE LECTURAS!!
😻😻😻

Nunca imagine que podría llegar tan lejos. Hasta creí que esta historia loca no le gustaría a nadie, pero resulto ser todo lo contrario 😢

¡Gracias por su apoyo! 💘

Mi meta es llegar al Millón de lecturas, que este libro salga en Físico, ganar un Wattys y si no es mucho pedir, una Pelicula en Netflix 😍😍😍
Sorry, me gusta soñar en grande ❤❤❤
Y se que voy a lograrlo, espero contar con todo su apoyo.
Los adoro con todo mi oscuro corazón 💋

¡Que disfrutes de la lectura!

♡♡♡

Capitulo 48

Stanley


Siempre he sido un chico tranquilo, alejado de las personas pero sobre todo, de los problemas. Nunca me he considerado problemático, pero supongo que a veces, no esta demás serlo. Debo admitir que jamás imagine una suspensión; una mancha en mi perfecto historial de estudiante responsable. ¿Saben de esos días en que todo te fastidia y te molesta? Bueno, ese fue un dia de esos. No soy fanático de la violencia, para nada. Pero llega un momento en que tu paciencia se agota y necesitas liberar ese estrés de una u otra forma. Eso no quiere decir que haberme peleado con Timothy fuera la solución, pero no me quedo de otra. Estaba cegado por la ira y actúe como un salvaje sin siquiera pensarlo. Pero he de admitir, que no me arrepiento de absolutamente nada. El muy idiota se lo merecía; Aunque dicho acto me haya costado una semana en suspensión sin derecho a recuperar clases.

Ahora en adelante, necesito concentrarme en mis estudios ya que solo me queda este último año de instituto. Soy un estudiante intachable, con las mejores calificaciones y no quiero que por un ataque de celos todo se vaya a la basura. Si, estaba celoso, lo admito.

Además, ¿Cómo podría concentrarme, si cada vez que cierro los ojos ella se adueña de mis pensamientos?

Madre mia, es que no dejo de pensar en cada parte de su perfecto cuerpo desnudo. Como si su anatomía se hubiera quedado tatuada en mi memoria. Y ahora no puedo sacarla de mi mente. Sería imposible.

Y cuando recibí su llamada por la noche, he de admitir que me emocioné como un idiota. Me pareció muy extraña su llamada, pero aun asi necesitaba escuchar su voz. La note rara, no lo se, a lo mejor fueron imaginaciones mías, pero algo me dice que algo le sucede. No quiero atacarla con preguntas, no quiero ser un entrometido, si algo oculta sus razones tendrá.

Ahora cuento los minutos para verla.

¿Quien diría que la insoportable Nicolle Morrison se adueñaria, de mi cuerpo, mi mente y mi corazón?

♡♡♡

Hoy regreso al instituto. Termino de vestirme colocándome pantalones negros básicos, una camisa de mangas largas roja con cuadros negros y mis converse blancas. Me arremango la camisa hasta los codos dejando mis antebrazos a la vista. Me coloco las gafas, recojo mi mochila de la cama y salgo de la habitación. Debo ir a casa de Nicolle y no quiero llegar tarde. La impuntualidad no es una de mis virtudes. Bajo las escaleras a pasos rápidos y frunzo el ceño al escuchar la voz demandante de mi padre. Hoy esta de mal humor de eso no cabe la menor duda.

-¡No es mi problema, Will! ¡Quiero una disculpa pública por parte de la revista!

Gruñe molesto mi padre con una mano en la cintura caminando de un lado a otro con el teléfono en su oreja. Will es su abogado, no lo conozco mucho pero es un tipo amigable y mi padre quiero comérselo vivo. Algo muy malo debe de haber pasado para que mi padre actúe de esa manera. Su mandíbula está tensa y su ceño fruncido. Visualizo a Mara mirándome desde la cocina y me acerco a ella a pasos rápidos, mientras mi padre sigue con la discusión.

-...¡No me importa lo que tengas que hacer! ¡Sino acceden a mi petición les impondre una demanda!

-¿Que sucede, Mara?

La susodicha me mira con una expresión que no logro descifrar. Es como si quisiera decirme algo importante pero tiene miedo de hacerlo.

Arrugo las cejas con incredulidad

-Eh...bueno...no quiero que te alteres, Stan.

Ella se rasca la frente notablemente nerviosa y yo empiezo a alterarme instantáneamente.

-Habla de una vez.

Ella hace una mueca y estira su brazo dándome una revista. La tomo entre mis manos y le doy un vistazo. Hay fotografías de la familia en la subasta y también donde solo salimos Nicolle y yo en primera plana, pero la rabia empieza apoderarse de mi cuando leo el pie de la foto.

¿Cazafortunas? ¿Pero que mierda?

-Tu padre lo está arreglando, Stanley.

Dejo la revista en el mostrador de mala gana.

-¿Mi padre lo está arreglando?. -inquiero con enfado, levantando la voz. -¿Acaso has leido lo que han dicho de ella? ¡Por esa estúpida razón es que odio ir a los eventos de mi padre!. -paso las manos por mi cara con frustración.- ¡Joder, Mara!

-Entiendo que estes molesto, Stan. Pero eso siempre sucede con los medios de comunicación. Intentan crear cualquier rumor solo para llamar la atención.

-¡Solo he asistido a un solo estúpido evento y mira lo que sucede! ¡Yo no quería ir, sabía que algo así sucedería!

El corazón me late con fuerza y aprieto la mandíbula con fuerza tratando de calmarme.

¿Nicolle ya se enteraría? ¿Por eso estaba tan rara anoche? Mierda.

-Hijo, siento mucho lo que ha pasado pero ya lo he solucionado.

Escucho decir a mi padre, pero paso por su lado ignorándolo.

-Ya el daño esta hecho, Padre.

Furioso salgo de la casa dando un fuerte portazo.

Quince minutos después, llego a la casa de Nicolle. No se que voy a decirle, estoy avergonzado por la situación. Yo jamás hubiera querido que la llamaran de tal manera. Me siento tan furioso, joder.

Suspiro y subo los pequeños escalones para tocar el timbre. No creo que una disculpa solucione el problema, pero lo intentare. Al cabo de unos segundos, la puerta se abre y veo a una mujer de unos treinta años parada frente a mi, de cabello castaño oscuro, ojos claros y piel pálida, por sus rasgos casi idénticos a los de Nicolle deduzco que debe de ser su madre. Empiezo a sentirme nervioso ante la mirada intensa de la mujer frente a mi.

-¿Y tu quien eres?

-Ah...yo...soy un amigo de...Nicolle. -titubeo. -He venido a recogerla.

La mujer se cruza de brazos sin dejar de mirarme.

-¿Cuál es tu nombre?

-Stanley...Stanley Montgomery.

Y no se porque, pero la mujer frente a mi se tensa y me fulmina con la mirada. Luego me señala con su dedo, notablemente molesta.

-Te prohibo que vuelvas acercarte a mi hija.

Y trago saliva con fuerza. Esperaba de todos, menos que su madre me pidiera que me aleje de ella.

Pero eso sería imposible.

♡♡♡

Nicolle

Pase toda la jodida noche escuchando música hasta quedarme dormida. No quería levantarme, solo quería dormir y quedarme en mi cama para siempre. Cuando peleo con mi madre me siento muy sola. Camilla trató de subirme el ánimo toda la noche y hablamos de cualquier cosa que no fuera la pelea con mi madre o lo de la revista. No estoy enfadada por lo de la revista, porque ese es el trabajo de los periodistas crear rumores o cualquier cosa solo para obtener mas receptividad.

Le conté a Camilla lo que pasó con Stanley, con lujos y detalles. Donde resalté que fue la mejor noche de mi vida. No porque hubiera tenido sexo con el, bueno eso también, pero no me refiero solo a eso. Sino que fue totalmente diferente, nunca me había divertido tanto en la vida y mucho menos con él. Jamás imagine que ese idiota amargado me hiciera sentir tan bien. Por supuesto que Camilla me advirtió que me alejara de él antes de que algo grave sucediera en nuestros corazones por lo cual le respondi, que nada sucedería en nuestros corazones o eso creo. Asi pasamos la noche, yo contándole todo y ella escuchándome atentamente para luego regañarme por haber abusado de Stanley. Eso me hizo reir, por lo menos. No se en que momento de la noche nos quedamos dormida y cuando desperte ella ya no estaba. Dejo una carta diciendo que iría a su casa y se marcharia por su lado al instituto. Ahora estoy terminando de vestirme para volver a la cárcel llamada instituto. Me recojo el cabello en una coleta y agarro mi mochila para salir de la habitación. Cuando bajo las escaleras escucho la voz de mi madre hablando con alguien. Pense que ya había salido.

Me altero instántaneamente y bajo apresuradamente cuando escucho la otra voz: la de Stanley.

Mierda, habia olvidado que vendría a recogerme. Solo espero que mi madre no lo haya tratado mal, no tengo ánimos de pelear otra vez. Ya estoy cansada de lo mismo siempre: de controlarme la vida como si fuera una niña.

-Perdone mi falta de respeto, Señora, pero no voy a alejarme de su hija.

-No te lo estoy pidiendo, Jovencito. Te lo estoy exigiendo.

Stanley me mira y mi madre se gira para verme de brazos cruzados.

-¿Que sucede?

-Dile a este niño que se marche ahora, Nicolle.

Exige mi madre, molesta. Stanley tensa los labios mientras juega con las correas de su mochilla. Se que se siente avergonzado por la situación.

-Tranquila, Mamá. Ya Stanley se iba. -paso por su lado hasta llegar a la puerta. -Y yo me voy con él.

Mi madre abre la boca indignada y me fulmina con la mirada.

-¡Tu no vas a ninguna parte con este niño!

-Yo puedo hacer lo que quiera, Mamá. Deja de meterte en mi vida.

Suelto de mala manera y temo que mi madre me de otra bofetada, como siempre lo hace. Pero ella solo me mira indignada. Mi madre tensa la mandíbula con fuerza.

-Si tu padre estuviera vivo, estaría muy decepcionado de ti, Nicolle.

Paso saliva con fuerza y contengo el nudo que empieza a deshacerse en mi garganta. Ella sabe que ha tocado un punto frágil, que la sola mención de mi padre me haría pedazos. Y aun así no le importó. Se que mi padre no estaría decepcionado de mi, o tal vez si. Lo admito, he cambiado mucho desde su muerte...pero mi madre aun más, como si fuera otra persona quien estuviera frente a mi. Ya no queda ni sombra de la mujer cariñosa, comprensible y amable que fue alguna vez...y me duele.

-Te aseguro, Mamá. -empece a decir en voz baja para que Stanley no notara lo rota y entrecortada que se escuchaba mi voz. -Que más estaría decepcionado de ti. Se supone que eres mi madre, que deberías apoyarme y estar para mi en los momentos dificiles, pero eso nunca te ha importado...yo nunca te he importado.

-¡Claro que me importas! Y porque me importas es que trato de cuidarte. ¿Acaso no te das cuenta de que este chico también te hará daño?. -señala a Stanley de mala gana. Se que Stanley es diferente, el nunca me haría daño. Mi madre estuvo allí cuando pasó lo de Ian, se que por eso lo dice. Piensa que Stanley es igual que él, pero se equivoca.

-Yo nunca le haría daño a su hija.

Dice Stanley rápidamente y siento su cuerpo detrás de mi, su aroma a cítrico llega hasta mis fosas nasales, calmandome, haciendome sentir totalmente aliviada. No se porque, pero cuando estoy con él no me siento sola...no me siento rota. Él emana tanta seguridad en su voz, que me toma desprevenida sus palabras. Y le creo, sinceramente se que dice la verdad.

- ¡Ya lo has hecho! Ahora todo el mundo piensa que mi hija es una trepadora, que se acerco a ti por tu dinero.

-Yo...lo siento. Yo...no quería que eso sucediera.

Mi madre suspira con fuerza.

-Escucha niño ya lo hecho, hecho esta y vuelvo a repetirte: no te quiero cerca de mi hija, solo le traes problemas.

-¡Basta, Mamá!

Suelto molesta, mientras siento que el corazón se va a salir de mi pecho en cualquier momento. Mi madre me mira con los ojos abiertos, asombrada por mi actitud. Nunca le había levantado la voz, pero me siento tan frustrada que no se que hacer. Solo quiero irme, huir de ella, de sus palabras hirientes...de sus peleas. A veces siento que en cualquier momento voy a derrumbarme y no habrá nadie para levantarme cuando eso suceda.

-Vámonos, Stanley. Llegaremos tarde al instituto.

Me giro sobre mis talones para salir por la puerta, ignorando los gritos de mi madre. Tomo la mano de la Stanley mientras el camina detrás de mi. Me meto al auto y cierro la puerta con fuerza. No quiero seguir escuchando a mi madre. Suelto un suspiro y Stanley entra al auto.

-¿Estas bien?

Solo asiento con mi cabeza. El enciende el auto y avanzamos por la avenida. Nos quedamos en un profundo silencio, hasta que yo decido hablar:

-Lamento las cosas que te dijo mi madre, Stanley.

El me miro unos instantes, tenso los labios y volvio a mirar al frente.

-No...yo lo siento. Si no te hubiera llevado a esa subasta, nada de esto estuviera pasando. Lamento lo de la revista, de verdad. Tu madre solo se preocupa por ti...

-Pero ella no debió hablarte de esa manera, Stanley. Ella ni siquiera te conoce.

Me cruzo de brazos.

-Además, ni se te ocurra alejarte de mi.

El sonrió levemente con la vista al frente.

-¿No?

-No.

-¿Porque? Tu madre piensa que soy una mala influencia para ti.

-No me importa lo que piense mi madre...solo...no te alejes.

-¿Hay una razón?

-Ninguna.

Mentira. Obviamente no puedo decirle que me siento bien a su lado, que no me siento sola.

El suelta una carcajada.

-Fingire que te creo, Morrison.

Me hace sonreir levemente y pongo los ojos en blanco.

-Idiota.

-Mentirosa.

El sonríe y me le quedo viendo descaradamente, como si esa sonrisa calmara todos mis dolores. Su cabello parece un nido de pájaros, pero aun así me gusta como se ve; dándole un toque despreocupado. Sus brazos ejercen presión al volante y sus músculos se flexionan. Muerdo mi labio inferior. Y en un instante mi mente se nubla y solo me fijo en él; en como su cabello se mueve con la brisa que entra por la ventana, en lo suave que se ve su piel, en lo embriagador de su aroma e inevitablemente me pierdo en él. No le quito la vista de encima, pero el me mira de reojo con una sonrisa leve en los labios.

Esos labios provocativos...

-¿Que?

-Nada. Solo te observaba.

-Si sigues mirándome de esa manera vamos a tener un accidente, Nicolle.

Sonrío de nuevo. Y es increible la capacidad que tiene para hacerme sonreir en las peores situaciones, cuando mi vida es una mierda.

-¿Te desconcentro, Einstein?

-Solo un poco.

-¿Jugamos a algo?. -le propongo y el me mira.

-¿Que pasa por tu cabeza retorcida, Morrison?

Sonrío.

-No es nada malo, la verdad.

-Como si fuera cierto.

-Juguemos a las confesiones. Empiezo yo: te confieso que me muero por quitarte esa camisa.

Lo veo pasar saliva con fuerza y moja sus labios. Al final sonríe con la vista al frente.

-¿Dónde he escuchado eso antes?

Sonrío divertida.

-¿Acaso vas a salir huyendo, Einstein?

-No me apetece, la verdad.

-¿Huir o que te quite la ropa?

El sonríe pero no me responde la pregunta.

-Mi turno: Te confieso que no he dejado de pensar en ti.

Quisiera decirle que tambien me pasa lo mismo, pero opto solo por sonreir. Ese estúpido orgullo mio...

-Eso ya lo sabía. -pronuncio con arrogancia y el menea la cabeza divertido. - Mi turno: Confieso que me gusta el aroma de tu piel.

-¿Solo el aroma? -bromea y yo me carcajeo.

-Con que esas tenemos. Vale, te responderé como me gusta hacerlo. -me aclaro la garganta. -Me gusta cada puto espacio de tu cuerpo, pero hay una parte específica que me gusta más que lo demás.

El se sonroja al instante y yo me carcajeo.

-¿Avergonzado, Einstein? Ya deberías de haberte acostumbrado a mis perversiones.

-Cállate, Morrison.

Al final sonríe.

Nos quedamos en silencio hasta llegar al instituto, pero antes de bajarme del auto. Me subo ahorcajadas sobre él tomandolo desprevenido y lo beso con fuerza. El me responde el beso y gruñe cuando muerdo sus labios suavemente. El cuerpo me pide más a gritos, el pulso se me acelera y unas ganas de hacerlo mio de nuevo, me consume lentamente. Mi respiración se vuelve pesada mientras que las manos de Stanley ejercen presión en mis caderas. Cuando me aparto de él unos milímetros, le hablo con la voz agitada:

-No me arrepiento.

-¿Eh?

-La noche de la subasta, no me arrepiento de nada.

Nos miramos a los ojos unos instantes y puedo percibir el deseo en su mirada.

-Tampoco yo.

Lo escucho decir y vuelvo a besarlo lentamente, sintiendo ese beso en cada espacio de mi cuerpo pero sobre todo, en ese punto sensible de mi entrepierna que palpita con necesidad. Cuando nos apartamos de nuevo el me mira y coloca un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. Puedo sentir su dureza bajo mi cuerpo y me obligo a no moverme sobre él y hacerlo perder la cordura.

-Será mejor que salgamos. Llegaremos tarde a la clase de Química.

-Si. Ese viejo me odia.

-No. Mas bien creo que le gustas.

Bromea y yo sonrío con suficiencia.

-¿Y a quien no le gustaría?

-Se me olvidaba que eres una presumida. -sonreimos. -¿Ya te sientes mejor?

Asiento.

-Pero me sentiría aun mejor si estuvieras dentro de mi, pero no todo lo que deseas lo obtienes.

El traga saliva con fuerza.

-No tienes remedio.

-¿Que, no quieres estar dentro de mi?

El me mira fijamente mientras su cuerpo esta totalmente tenso. El no me responde.

-Dimelo, Einstein. Ya te dije que yo no voy a juzgarte. Solo quiero que me digas lo que quieres y lo que piensas directamente.

-Es vergonzoso.

-Dímelo.

-También quiero estar dentro de ti, Morrison. Es lo que mas quiero en este instante.

Sonrío con picardía.

-Vamos progresando. Ves, no era tan dificil.

Siento sus manos frías en la piel de mi cintura y doy un respingo.

-¿Puedo hacerte una pregunta?

-No podría ser para después, llegaremos tarde.

-No...es importante.

El suspira.

-Vale. Te escucho.

-¿Que es lo que más te gusta de mi?

-¿Esa es tu pregunta?. -inquiere divertido y yo golpeo su hombro para que deje de reir. -Vale. Si te soy sincero, Morrison. No hay nada de ti que no me guste.

-¡Eres un mentiroso!

-Te estoy diciendo la verdad. Me gusta todo de ti; me gusta la forma en que sonríes, tu forma de mirarme: como si quisieras asesinarme pero pervertirme a la vez, lo perfecto que es tu cuerpo, la calidez de tu piel, la suavidad de tus labios, tu voz seductora, pero sobre todo lo bonito que se ve tu trasero en esos pantalones ajustados.

Suelto una sonora carcajada.

-¡Ay por dios! ¿En serio tu has dicho eso? No puedo creerlo. Después de todo, tambien eres un pervertido. Entonces...Te gusta mi trasero.

-Tienes un bonito trasero.

-¿Asi quieres conquistarme? ¿Halagando mi trasero?

El sonríe.

-No. Algo más simple que eso.

-¿Que es?

-Un mago nunca revela sus trucos.

-Eres un tonto.

Me acerco a su boca y cierro los ojos cuando mis labios hacen contacto con los suyos. Ese simple roce me electrifica el cuerpo entero. Me aferro al nacimiento de su cabello intensificando el beso; moviendo mi lengua con la suya, sintiendo mis hormonas alterarse inevitablemente. El se aparta un momento de mi boca para susurrarme.

-Y tu vas a enamorarte de este tonto.

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Holaaaa, mis trastornadas
¿Cómo están? ❤

¿Que les pareció el capitulo?
Cuentenmeeee.

Stanley halagando el trasero de Nicolle. Eso es nuevo 😨😅

Dejenme sus opiniones, ya saben que amo leer sus comentarios 💗

También pueden recomendar la historia asi me ayudarán a que mas personas conozcan la historia 😍

Se vienen cositas 😈🔥

Esten pendientes. Pronto subiré el próximo capitulo. Se viene mas drama mi gente 👿

Ya saben que las quiero un montón extrañas.

Nos leemos luego.

Un beso indecente
Su autora:

Patrixia G 💋

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