
Capitulo 44 💜🔞
Aqui Cruella reportándose ♡
¡Gracias por el apoyo!😍
No olvides dejar tu comentario al final del capitulo. Este es un capitulo super especial 💘
No me hago responsable de ningún tipo de trastorno que pueda causarte este capitulo (que es lo mas probable)
¡Que disfrutes de la lectura! ❤😉
♡♡♡
Capítulo 44
Stanley
Mi cuerpo se estremece cuando sus uñas se clavan en mis hombros desnudos y yo la presiono mas contra mi pecho, haciendo que nuestros cuerpos unidos encajen a la perfección. La sensación es abrumadora pero excitante a la vez. Una descarga de adrenalina fluye por mis venas impulsándome a besarla con total descontrol y ferocidad. Y juro por mi vida que es lo más desesperante que me ha pasado en la vida. Mi espalda está pegada contra la pared del local mientras la beso sin ningún tipo de cuidado. Sus labios son afrodisíacos y totalmente adictivos, un completo vicio. La desesperación me consume, la ansiedad está matándome y el dolor en mi entrepierna es insoportable, cosa que nunca había sentido.
¿Asi se siente el deseo? Tortuoso, arrasador, frustrante y excitante. Porque si es así, estoy ardiendo de deseo.
Mierda.
Estoy delirando de deseo y es frustrante.
Pierdo el control de mi cuerpo, me desconozco. Si alguien me hubiera dicho antes que iba a querer tanto tocar a alguien, no lo hubiera creido.
Pero en este mismo instante lo único que quiero es tocarla, explorar cada esquina de su piel con mis manos.
Lo se, se que está mal, muy mal. Pero es lo que quiero, es lo que mi cuerpo me pide, ¿Y quien soy yo para negarselo? Lo deseo con tanto fervor que soy capaz de lo que sea. Mi estúpido raciocinio se fue al vacío. Porque ya nada me importa, no me importa si mañana seguimos odiándonos como siempre o si no nos hablaremos nunca más, no me importa. Lo único que importa es este momento; sin importar que sea el peor error que vaya a cometer en la vida.
Puede que me arrepienta de todo o puede que no, pero mientras tanto quiero estar cerca de ella; de la chica a la que más odio en la vida.
Mi corazón está a punto de colapsar y mi entrepierna palpita con una necesidad aterradora. Mi cuerpo tiembla con desesperación, mis músculos se tensan y cada segundo que pasa me siento aun más débil y ansioso. Mi respiración es un desastre total y ni hablar de mi temperatura corporal que está elevada a niveles catastróficos.
Nicolle se aparta de mi boca unos instantes mientras su pecho sube y baja, agitada.
-Aun estas a tiempo de salir corriendo, Stanley.
Me susurra con la voz entrecortada, pero muy en el fondo se que no quiere que me aleje. Y yo tampoco quiero alejarme.
-No voy a ir a ningún lado, Nicolle.
-¿Estas seguro de esto?
-¿Porque no lo estaría? Estoy completamente seguro, Morrison. Quiero esto tanto como tú.
Trago saliva ante la perspectiva de que Nicolle y yo, bueno...estemos juntos. Pero se me acelera el pulso solo de imaginarlo. No tengo una jodida idea de que hacer en este tipo de situaciones que requieren contacto físico, pero me encanta la idea.
¡Santa mierda! ¿En que ser perverso me he convertido?
Me quedo en silencio solo mirándola, sopesando sus palabras. ¿De verdad quiero esto? Maldita sea, sí que lo quiero.
-Yo...
Me susurra pero no dejo que termine la oración porque estampo mi boca sobre la suya con fuerza. Con una ferocidad e intensidad que no sabía que estaba conteniendo dentro de mi. Ella me responde el beso con la misma necesidad, con una fuerza descomunal. Un beso que me dice lo mucho que quiere esto y se que mis besos también tienen el mismo significado. Ni siquiera me doy cuenta de los gruñidos que salen por mi boca y la verdad no me importa que ella me escuche.
-No te imaginas lo mucho que deseo esto, Stanley.
Me confiesa rápidamente y vuelve a devorar mi boca con ferocidad, sin dejarme ni siquiera pronunciar palabra.
Y eso es lo que menos quiero hacer en este instante.
Cuando vuelve a apartarse de mi boca se queda frente a mi observándome. Lame sus labios rápidamente mientras yo la detallo en la oscuridad de la noche, su cabello está despeinado de una manera sutil y sus labios hinchados y rojos. Sus pupilas están dilatadas e inyectadas de un brillo que nunca habia visto. Muerde su labio inferior lentamente y ladea su cabeza mientras recorre mi pecho con sus dedos deslizándolos hacia abajo, haciendo que mi piel se erice ante sus caricias. Cuando llega a mi abdomen bajo, ella desabrocha el botón de mi pantalón y yo trago con dificultad sin dejar de observar cada uno de sus movimientos. Me tenso al instante cuando con sus manos acaricia mi parte débil y dolorosa. Tenso la mandíbula cuando ella hace presión allí e inevitablemente cierro los ojos dejándome llevar por la locura. Mi pecho sube y baja con un descontrol incontenible y mi corazón late tan rápido que temo a que ella pueda escucharlo. Suelto un gemido involuntario cuando ella hace más presión en mi entrepierna.
Jadeo sin poder evitarlo.
-Mierda.
La escucho susurrar y ella lentamente comienza a bajar mis pantalones llevándose consigo mi ropa interior...y no la detengo. Me siento tan...¡Mierda! No se como explicarlo. Es como una debilidad en todo el cuerpo, me encuentro en un estado de sumisión y no me atrevo a hacer nada para deternerla.
No quiero.
Me tenso y recuesto mi cabeza contra la pared aun manteniendo los ojos cerrados. Cuando me doy cuenta estoy desnudo justo como ella quiere y siento que mi cuerpo vibra cuando ella toma mi virilidad en su mano.
Entre abro los labios inconscientemente mientras el deseo me consume lentamente.
-Justo como lo recordaba.
La escucho decir y se que se refiere a mi dureza. Trago saliva con dificultad.
-Abre tus ojos, Stanley.
Me pide en un susurro cerca de mis labios mientras comienza a acariciar mi pene erecto con su mano lentamente.
Mierda
Muerdo mis labios con mucha fuerza conteniendo los gemidos que quieren escapar de mi garganta y abro los ojos para mirarla. Mi respiración es caótica y su mirada intensa me pone al limite de la desesperación.
-Estas muy mojado, Einstein.
Me susurra en los labios y me besa sin dejar de acariciar mi miembro lentamente. Cuando se aparta de mi boca vuelve a mirarme como si le encantara ver mis expresiones, el dolor que esta causándome, la manera en la que me hace sentir con sus caricias.
Jadeo con fuerza cuando ella empieza a acariciar mi glande con su pulgar lentamente sin dejar de mirarme jadear. Me hace perder la cabeza con tanta facilidad que me aterra.
-Me encantan tus gemidos, Einstein.
-Mierda. -gruño con total desesperación.
Ella comienza a besar mi cuello dejando un camino de besos por todo mi pecho, descendiendo hasta llegar a mi abdomen, pero sin apartar la mano de mi dureza. Bajo la mirada atento a sus movimientos y entonces la veo arrodillarse frente a mi.
Mierda
Mierda
Mierda.
Me le quedo viendo atónito, sin pronunciar palabra alguna solo observándola sonreir. Luego desvía la mirada de mi para posarla sobre mi entrepierna y muerde sus labios con perversión. Me altero al instante y ella vuelve a levantar la mirada.
-Es la primera vez que hago esto, Stanley. Y no tienes la idea de lo mucho que fantasee con tener tu pene en mi boca y poder saborearlo.
Me le quedo viendo atónito mientras siento los latidos de mi corazón en mi garganta. Intento procesar sus palabras y no puedo negar lo mucho que me gusta su boca sucia, pero jamas lo diría en voz alta. Aunque eso ya debería de saberlo.
La vergüenza vuelve a mi cuerpo y quiero apartarme, huir del planeta tierra solo para no sentirme vulnerable ante ella. Pero de que me serviría, en cualquier momento tendré que ceder y que mejor momento que este. Solo de pensar en su boca húmeda sobre mi erección hace que se me erice la piel al instante.
Quisiera entender porque ella me dice todas esas cosas; no soy bonito, no tengo un cuerpo perfecto, pero no tengo ni puta idea lo que le atrajo de mi: De un Nerd como yo.
Ahogo un gemido y doy un respigo cuando siento la humedad de su boca sobre mi erección. Contengo la respiración y el pulso se me acelera aun más. Mis músculos se contraen, la piel se me eriza al sentir la lengua sobre mi glande lamiendo lentamente en ese punto que electrifica cada molécula de mi sistema nervioso. No dejo de mirarla, como ella me lo pidió. Además de que no soy capaz de apartar la mirada de su boca succionando con facilidad mi miembro. Esa imagen erótica se quedará grabada en mi memoria de por vida. Ella me mira deleitándose de ver mi boca entre abierta tratando de tomar oxígeno.
-¡Ash!
Jadeo una y otra vez, sin poder evitarlo mientras ella chupa y lame con más fuerza, más rapidez haciendome apretar mis puños a mis costados.
- Nicolle...
Suelto un susurro entrecortado y dejo caer mi cabeza hacia atrás, dejándome llevar por la sensación y todas las emociones internas que me produce su boca.
-¿Quieres que me detenga?.
-¡No!. Maldita sea, no pares nunca.
Suelto con la voz entrecortada gimiendo sin parar. ¡Dios! Es la sensación mas exquisita y gratificante que he sentido en mi vida. Ella sonríe y vuelve a mover sus labios sobre mi miembro haciendo que me estremezca, que la garganta se me seque, que mi respiración se vuelva pesada, que mi abdomen se contraiga y que su boca me guste cada vez mas.
Empiezo a sacudirme cuando succiona con fuerza haciendome perder el control de mi propio cuerpo y por puro reflejo coloco una de mis manos sobre su cabello sujetándolo con fuerza y presionandola mas hacia a mi. No se de donde sale ese lado salvaje, pero no puedo evitarlo. Por impulso enrollo su cabello en mi mano y las embestidas de su boca son más feroces más hambrientas y la veo cerrar los ojos, deleitándose, como si probara la cosa más exquisita del mundo.
El cuerpo empieza a temblarme con desesperación, gruño, tenso mis músculos, mi abdomen se contrae, pierdo la razón y mis piernas comienzan a debilitarse. Puedo sentir un ardor recorrerme el cuerpo entero, una sensación extraña comienza a arrasar con todo a su paso. Un exquisito cosquilleo se extiende por mi abdomen y entre abro mis labios extasiado dejándome llevar, aun sosteniendo su cabello entre mis manos. Exploto por dentro, liberando todo el dolor que anteriormente sentía mientras ella mantiene su húmeda boca aun rodeando mi miembro.
Suelto un suspiro y abro los ojos aliviado, tratando de respirar con normalidad. Cuando miro de nuevo a Nicolle la incomodidad y la vergüenza vuelven a mi y mucho más al darme cuenta de que...¡Mierda!.
Ella se levanta del piso limpiando los rastros de semen en su boca.
-Yo...no...-titubeo avergonzado. -No fue mi intención. Yo...nunca...
Ella sonríe divertida. ¿Porque sonríe? ¡Esto es vergonzoso!
Ella acorta los pocos centímetros que nos separan y deja un beso en mi pecho.
-Tienes mucho que aprender, Einstein.
Arrugo las cejas confundido.
¿Acaso no sintió asco, repugnancia o algo parecido?
Mierda. No se como reaccionar despues de...todo lo que pasó. Mojo mis labios rápidamente nervioso sin dejar de mirarla fijamente a los ojos. No quiero sentirme incómodo o avergonzado, es una ridiculez de mi parte. Ella sonríe de nuevo y presiona sus labios sobre los mios. Es inevitable, mi corazón late con fuerza. Cuando se aparta me habla como si hubiera leido mis pensamientos.
-No. No me da asco, el sabor no es tan terrible y si pudiera hacerlo de nuevo lo haría, pero solo si es contigo.
Trago con dificultad y quedo atónito ante sus palabras. Cuando reacciono, rodeo mis brazos sobre su cintura atrayéndola hacia mi.
-¿Fue...tu primera vez?.
Trato de hacer conversación con ella tratando de no sentirme tan nervioso.
- Si, ¿Quien diria que sería tan buena con la boca?.
Ella sonríe y yo también lo hago a la misma vez que pongo los ojos en blanco.
-Eres una presumida.
-Y tu un idiota al que acabo de darle una excelente mamada.
-Nicolle...
La reprendo y siento como mi cara arde de la vergüenza. No se porque me siento nervioso o avergonzado cuando ella habla de esas cosas. Se supone que es lo más normal del mundo. Pero aun no me acostumbro a su forma tan directa de decirlas.
Ella se carcajea y yo también sonrío.
-¿Que? ¿No es cierto? ¿Acaso no te gustó?.
-No estoy diciendo eso, Niña tonta.
Acaricio su mejilla con mi pulgar y luego sus labios sintiendo esa simple caricia en cada centímetro de mi cuerpo.
-¿Entonces sí te gustó?.
Sonrío de lado.
-No voy a responder esa pregunta, eso sería alimentar tu ego, Morrison.
Ella sonríe.
-A tu pene le encantó.
-Nicolle...
Ella levanta las manos en forma de rendición.
-Vale, mejor me callo.
Sonreímos y la beso con suavidad. Cuando nos separamos ella me habla:
-¿Puedo quedarme esta noche contigo?.
-¿No tendrás problemas con tu madre?.
-Si, pero no me importa. Además, debo terminar lo que empece contigo.
Trago saliva ante la perspectiva.
-¿A que te refieres?
Ella sonríe con malicia.
-Mejor larguémonos de aqui, cuando estemos en tu habitación lo sabrás.
Mojo mis labios ya que de repente los siento secos. Ella se aparta de mi y recoge sus tacones. Aprovecho de colocarme de nuevo la camisa - bastante arrugada por cierto - y me apresuro a caminar detrás de ella para salir del lugar con una sonrisa en el rostro.
♡♡♡
Nicolle
Juro por todos los santos que estoy conteniendo con todas mis fuerzas, las ganas de subirme sobre el y hacerlo mio en este mismo instante. Mi punto se encuentra sensible y palpita dolorosamente, ¡Joder!. Quisiera volver a repetir lo que paso hace unos minutos. ¿Cómo se sentirá tener su boca lamiendo mi parte dolorosa? Solo de imaginarlo, me excita. Mi respiración es caótica y el corazón me late con desesperación. Mis piernas tiemblan y el dolor es insoportable, necesito hacer algo al respecto. Voy a volverme loca si no me toco, pero me contengo y trato de dejar de pensar en ello. Intento controlar mis ganas, pero me es tan dificil y mucho más cuando él tiene los labios hinchados, su cabello hecho un desastre y su camisa entre abierta. ¡Maldición! Nunca había sentido esta necesidad en mi cuerpo. La piel me arde y tengo mucha calor. Mi braga está húmeda y mi boca reseca. Intento concentrarme en mi teléfono mientras busco en mi playlist una música para relajar mi mente y mi cuerpo. Pero me siento tan ansiosa y desesperada, que no creo que la música logre calmar estas ganas que me consumen lentamente. Al cabo de unos minutos llegamos a la mansión Montgomery, no puedo llamarle casa a algo tan gigantesco. Nos bajamos del auto y antes de llegar a la puerta, tomo a Stanley desprevenido y lo beso con fuerza. Este se queda quieto en su lugar. Me aparto bruscamente de él y camino hacia la entrada.
-Muévete, Einstein.
El sonríe y me sigue. Mierda...creo que podría acostumbrarme a sus sonrisas divertidas.
Oh, no. Mejor no.
-¿Estas ansiosa por dormir, Morrison?.
Lo escucho preguntar mientras camina detrás de mi y yo sonrío con picardía subiendo las escaleras a toda prisa.
- Creeme, dormir es lo que menos me apetece hacer en estos momentos.
- Son las dos de la mañana.
-¿Y que? ¿Tú quieres dormir?
-No tengo sueño.
Buena respuesta. Voy por buen camino.
-¿Crees que tus padres ya esten dormidos?
- Supongo.
Me responde con obviedad cuando llegamos a su habitación. Esta está a oscuras, Stanley se acerca a encender el interruptor de la luz. Cierro la puerta detrás de mi. Stanley comienza a deshacerse de su camisa blanca, dejando a la vista su espalda definida y su abdomen marcado. Me le quedo viendo descaradamente mientras me muerdo el labio. Camino hacia el y el se gira para verme. Se ha quitado las gafas, y no se si es que estoy ebria pero se ve demasiado sexy ¡Joder!.
-Me prestas una de tus camisetas para cambiarme.
-Eh...claro.
El aparta la mirada de mi, nervioso y busca en su armario una camiseta.
-Aunque si lo quisieras podría dormir desnuda. ¿Que dices, Einstein?
El me observa con atención y traga saliva con dificultad. Estira la camiseta que sostiene entre sus manos y me la pasa.
-No. Vistete.
Sonrío divertida y le guiño un ojo.
-Vale. -me giro quedando de espaldas. -Me ayudas a desabrochar el vestido por favor.
El no me responde pero luego de unos segundos siento sus manos en mi espalda desabrochando mi vestido con manos temblorosas eso me hace sonreir.
-Listo. Puedes entrar al baño y cambiarte...
Me giro para verlo frente a frente.
-O podría hacerlo aqui, frente a ti.
Su rostro palidece, el abre su boca para decir algo pero vuelve a cerrarla sin saber que decir.
-No tienes problema con ello, ¿O si?
Lo veo pasar saliva en un gesto nervioso, mirándome fijamente mientras sus ojos se vuelven más oscuros y brillantes. El se queda en silencio.
Me gustaría saber que es lo que esta pasando por su cerebro en este instante.
-¿Te he dejado sin palabras, Einstein?
Yo sonrío y me quito el vestido, este se desliza por mi cuerpo hasta llegar a mis pies. El abre su boca perplejo y presiento que va a darle un infarto en este momento pero sin embargo, el no aparta la mirada de mi cuerpo analizándome con su mirada. Detallando cada parte de mi cuerpo haciendo que los vellos de mi piel se ericen. No llevo sujetador, ya que el vestido no lo ameritaba solo llevo unas pequeñas bragas negras cubriendo mi feminidad. No me pierdo sus expresiones, y ¡Joder! Me voy a volver loca si el sigue mirándome de esa manera.
-Yo...lo siento...yo no...¡Mierda!. -suelta rápidamente cuando reacciona totalmente incómodo. Aparta la vista de mi cuerpo y mira cualquier punto en la habitación.
Yo sonrío.
-Me gusta que me mires, Stanley.
Lo veo pasar saliva mientras me acerco a él. Acaricio su pecho con mis uñas haciendo que el se tense al instante.
-¿Confías en mi?.
El me mira a los ojos y se que le esta costando horrores no mirar mi desnudez.
-No.
Suelta en un susurro y su respuesta me hace sonreir. Y lo entiendo, yo tampoco confiaría en mi.
-Eres tan tierno que a veces me gustaría pervertirte.
El moja sus labios, provocándome.
-¿Que estás pensando, Stanley? Me gustaría saber que esta pasando por tu cabeza. -me aparto de él y le doy la espalda para caminar y sentarme en la cama frente a él. Ladeo mi cabeza para mirarlo y le sonrío.
-¡Dios! Esto es vergonzoso, Nicolle. ¿Podrías cubrirte?
-No.
-¿Porque me haces esto?
-No estoy haciendo nada malo. -me defiendo divertida y paseo mis uñas por uno de mis senos en una caricia que el no pasa desapercibido. El se me queda viendo mientras lo hago y traga con dificultad. Suelta un suspiro y pasa las manos por su cabello en un gesto de frustración, desordenándolo aun más. Lo escucho maldecir por lo bajo y yo sonrío victoriosa.
-¿Recuerdas lo de la otra noche, Einstein?
El vuelve a mirarme y puedo notar sus pupilas dilatadas mientras observa mi cuerpo desnudo descaradamente.
Silencio de su parte, asi que continúo:
-No he podido olvidar lo que paso esa noche y se que tu tampoco lo has hecho. Cada noche pienso en tu boca, en tus manos recorriendo mi piel, en como tus dedos me hacían retorcer de placer. ¡Joder, Stanley!. Se que estaba ebria, pero los recuerdos de esa noche no han desaparecido de mi mente ni por un maldito segundo y es desesperante, sabes. Me muero por tocarte, por estar encima de ti, por enseñarte tantas cosas de las cuales no vas a arrepentirte. Pero solo si tu me lo permites. No quiero obligarte a nada que no quieras pero muy en el fondo se que también te sientes tan desesperado como yo, aunque te niegues a aceptarlo. ¡Maldita sea! Aqui me tienes, puedes hacer conmigo lo que quieras, Stanley. Te deseo más que cualquier otra cosa y cada segundo que pasa te deseo aun más. Sí, te odio con todas mis fuerzas y juro por dios que si no me besas o haces algo al respecto te voy a odiar aun más.
El me mira atónito, sorprendido por mis palabras. Su pecho sube y baja rápidamente con desesperación, traga saliva y comienza a caminar por la habitación con desesperación. Pero de pronto se detiene y me mira con una intensidad que me descoloca.
-Bien. De acuerdo. Tu ganas. -se rinde y se acerca a mi. Levanto la mirada para verlo fijamente. -También puedes hacer conmigo lo que quieras, Morrison.
Sonrío
-Pensé que nunca lo dirías.
Lo sujeto del pantalón y lo acerco bruscamente hacia mi, haciendo que caiga sobre mi en la cama entre medio de mis piernas. Mis pezones rozan su pecho desnudo e inmediatamente se me endurecen.
El parece notarlo ya que se tensa al instante pero no deja de mirarme fijamente luego baja su mirada hasta mis pechos y moja sus labios.
-¿Puedo...tocarte?
Me susurra cerca de mis labios y yo sonrío.
- Hasta el alma si asi lo quieres.
Puedo sentir su dureza en mi entrepierna y eso me hace tragar saliva con dificultad. Nos quedamos mirándonos fijamente por unos instantes mientras siento una de sus manos acariciar mi labio inferior deslizándose por mi mentón, luego mi clavícula hasta llegar a mi pecho...pero se detiene.
¿Porque coño se detiene? ¡Joder!
El levanta la mirada para verme, como si buscara mi aprobación y no se porque diablos me está pidiendo permiso si sabe perfectamente que puede hacerme lo que quiera. ¡Ash! Mierda, seguro debe sentirse incómodo o inseguro quizás, no lo se. Es comprensible, es la primera vez que ve a una mujer desnuda y se que debe sentirse avergonzado. Pero no quiero que se sienta de esa manera, quiero que su primera vez sea especial que nunca olvide.
Le sonrío atenta a su mirada y juego con el mechón de su cabello que cae por su frente.
Empiezo a hablarle de mi, quizás asi no se sienta tan incomodo.
-Mi primera vez fue horrible. -empiezo. -Dolió terriblemente, pero eso no pasara contigo por obvias razones. Solo he tenido sexo con uno solo hombre en lo que llevo de vida...
-¿Con Timothy?
-¡Claro que no!. -niego inmediatamente. Vale, si que quería tener sexo con Timothy Lester pero omito esa parte y los demás detalles irrelevantes. -Timothy me gustaba mucho, lo admito. Pero luego...no se...llegaste tú y todo cambió.
Él traga saliva mirándome fijamente.
-¿Te gusto?
Me pregunta él y yo sonrío.
-¿A quien no le gustarías, Stanley? Eres inteligente, sexy y un poco amargado, pero eso se te quita con sexo.
El sonríe y pone los ojos en blanco.
-El punto es, Stanley, que si no me gustaras no estaría desnuda junto a ti con unas ganas infernales de besarte y hacerte gemir mi nombre una y otra vez. Y la respuesta es: Sí, me gustas, Stanley. Físicamente, Químicamente, Matemáticamente, Biológicamente y en todas las ciencias locas que existen en el mundo.
El sonríe.
-Vaya, eso fue romántico.
Me carcajeo.
-¡Idiota!
Acorto los centímetros de distancia entre su boca y la mía, y lo beso con lentitud con mis manos en su nuca y su pecho presionado junto al mio, sintiendo los latidos frenéticos de nuestros corazones latir al mismo compás, como si fueran uno solo. Mi cuerpo se estremece y mi piel se eriza. El beso se vuelve más intenso, con mas necesidad. La desesperación comienza a embargarme haciendo que mi braga se humedezca aun más con excitación. Me gusta el olor que desprende de su cuerpo, es suave pero embriagador al mismo tiempo. Su piel desprende calidez y su cuerpo está muy tenso, como si se estuviera conteniendo con todas sus fuerzas. Halo su cabello con fuerza entre mis manos haciendolo jadear en mi boca. Nuestras respiraciones se entremezclan, volviendose un completo caos. El beso se vuelve mas apresurado, hambriento y posesivo, con una necesidad demandante haciéndome sonreir internamente. Sus labios son suaves. Los muerdo una y otra vez lentamente, haciendo que mi cuerpo se queme de deseo. Marco su espalda con mis uñas, enterrándolas en su piel. Gruñe en mi boca con desesperación y ansiedad. Uso toda mi fuerza y lo tumbo en la cama quedando yo sobre él sin dejar de besarlo. Me aparto unos instantes de su boca y quedo sentada sobre su entrepierna. Él me observa con las pupilas dilatadas mientras su pecho sube y baja con total frenesí. Con manos temblorosas comienzo a desabrochar su pantalón bajo su atenta mirada. Mojo mis labios porque la desesperación me carcome el cuerpo entero, solo quiero sentirlo dentro de mi. Me deshago de su pantalón y lo dejo en cualquier lugar del piso. El bulto en su boxer negro es demasiado notable y mis ojos van directamente hacia allí a su entrepierna palpitante. Mojo mis labios mientras el observa mi rostro sin perderse ninguna de mis expresiones.
Maldigo mentalmente porque no dejo de temblar y no es precisamente de miedo.
Cuando me deshago de la ultima prenda que cubre su cuerpo, mis ojos se quedan hipnotizados solo viendo la bonita erección que le he creado. Mojo mis labios porque los siento secos y me contengo las ganas de poner mi boca sobre su endurecida erección.
Trago saliva y levanto la mirada para verlo.
-Siéntate.
Le pido y el lo hace obedientemente. Yo me levanto de la cama quedando de pie frente a él. Stanley levanta la mirada y sus ojos encuentran los míos. Se ven brillantes y muy oscuros. Su mirada se ve diferente, más intensa. Él se moja los labios y yo sonrío de lado levemente.
-¿Quieres terminar de desnudarme?
Silencio de su parte. Al no obtener respuesta sujeto su mentón y le doy un beso corto sobre los labios para después susurrarle.
-Si quieres hacerlo solo tienes que decirlo. No sientas vergüenza, Stanley yo no voy a juzgarte y mucho menos burlarme de ti. Solo quiero que hables directamente tal y como lo hago yo, no te contengas. Quiero escucharte, quiero que me digas lo mucho que quieres esto. Sé que muchas cosas pasa por tu mente y yo quiero saberlas. Tú solo pide y yo te lo dare, ordena y yo te obedecere. Conmigo no tienes porque sentir vergüenza o incomodidad, después de todo yo soy el digno ejemplo de la perversión.
El me sonríe.
-Entonces, ¿Quieres desnudarme o no, Einstein?
Le pregunto con picardía.
-Si...quiero.
Su respuesta hace que me cosquillee el abdomen y me moje aun más. Tomo su mano y la coloco en mi vientre. Su tacto es frío haciendo que la piel de mi abdomen cálido se erice. Él acaricia mi abdomen hasta llegar a mi cintura. Lentamente comienza a deslizar mi braga fina por mis muslos con sus manos y lo veo pasar saliva al observar en mi entrepierna. Maldice por lo bajo y yo sonrío mordiendo mi labio inferior ante su reacción.
-¿Te ha dejado hipnotizado mi vagina, Einstein?
-Nicolle ¡Dios! No hagas que me sienta aun peor. No estoy acostumbrado a esto, es la primera vez que veo una...
Se queda callado y yo sonrío.
-¿Una vagina?
-Si...eso.
-Las cosas hay que llamarlas por su nombre, Stanley.
-Yo nunca podría, eso es...
Protesta, pero se corta a si mismo cuando cierro mi mano en su erección haciendo presión. Abre su boca extasiado.
-Calladito te ves más bonito, Einstein.
Él tensa su mandíbula y yo me subo a la cama sentándome ahorcajadas sobre él. Coloco las manos en sus hombros para aferrarme a su nuca y el las mantiene en mi espalda baja. Lo beso lentamente adueñandome de sus labios. La dureza rozando en mi entrepierna me hace perder el control de mi cuerpo, no puedo soportarlo.
-Tócame, Stanley.
Le pido en un susurro cerca de sus labios.
-¿Donde quieres...que te toque?.
Sonrío en sus labios.
-Quiero que toques mi humedad. Quiero sientas lo que has provocado en mi.
Vuelvo a besarlo con lujuria y desespero. De repente siento su mano allí, en mi humedad, en mi punto palpitante y ansioso. ¡No puedo creer que lo haya hecho!
Jadeo con fuerza en su boca.
-¿Podrías por favor parar con esta puta tortuta, Stanley?. -susurro entre dientes. -Déjame sentirte, déjame mostrarte las estrellas.
-Yo...
-¡Por favor! No lo soporto.
Le susurro con la voz entrecortada. Sujeto la mano que tiene en mi entrepierna y la llevo hasta su erección. El la toma entre sus manos y yo lo guío hasta mi entrada. Puedo sentir la punta de su miembro rozar mi húmeda entrada. Suelto su mano.
-Solo hazlo. Cuando quieras.
El me mira fijamente y yo lo miro, como si pudieramos comunicarnos con la mirada. Su mirada intensa me dice lo mucho que lo desea. Sus ojos me gritan lo mucho que quiere esto, solo basta unos putos milímetros para que explotemos como dos supernovas.
Lo veo cerrar los ojos y soltar un suspiro para luego sentir su erección lentamente dentro de mi. Mi pulso se dispara y la calidez de su miembro deslizándose lentemente dentro de mi hace que inconscientemente cierre mis ojos sintiendo su dureza en cada parte de mi cuerpo. Ahogo un gemido y muerdo mi labio con mucha fuerza. La sensación es tan abrumadoramente excitante que clavo mis uñas en los hombros de él y me dejo llevar por adrenalina.
Abro mi boca extasiada, siento que me falta la respiración. ¡Mierda! Se siente tan bien dentro de mi. Jadeo con fuerza en su oídos y luego beso su cuello suavemente. No me muevo, porque se que si lo hago no voy a poder controlarme y no quiero hacerlo. Quiero que disfrute la sensación tanto como yo.
-¡Joder!
Lo escucho suspirar.
-¿Cómo te sientes?
-Bien.
-¿Solo bien?
-Mas que bien.
Sonrío.
El abre los ojos y nos quedamos viendonos, obligándome a quedarme quieta sin moverme ni un milímetro sobre él. Y ¡Joder! Lo que más quiero es moverme sobre él, hacerlo gemir mi nombre sin parar y besarlo hasta el cansancio. Derrarme sobre su miembro y disfrutar del momento más satisfactorio de mi vida.
Descanso mi frente sobre la suya mientras acaricio su nariz con la mia. El corazón me retumba en el pecho y creo que me explotará en cualquier momento. Rozo mis labios con los suyos y lo beso lentamente. Sus manos se deslizan por mi espalda desnuda haciendo que la piel se me erice ante su tacto sutil y delicado. Stanley se mueve involuntariamente haciendo que su dureza se deslice completamente y yo gimo con fuerza apartando mis labios de los suyos. ¡Maldición!
Él rápidamente cubre mi boca con su mano y yo me carcajeo divertida observándolo.
-Cállate. Mis padres pueden escucharte.
-Lo siento. No pude evitarlo.
El se moja los labios y luego me sonríe divertido.
-Acabo de caer en tus garras, ¿Eh?
El aparta la mano de mi boca.
-Eso ya lo sabías.
-Me encantas, Nicolle.
-Lo se.
-Presumida.
-Idiota.
-Insoportable
-Mio.
El traga saliva y me mira fijamente.
-Eres mio, Stanley Montgomery.
Le susurro sonriente y devoro sus labios con fuerza. El me corresponde con las misma ganas mientras sus manos se aferran a mi espalda e inevitablemente comienzo a moverme sobre él con lentitud. El deseo se apodera de mi. Su dureza entrando y saliendo de mi, me vuelve loca. Pierdo la cordura y las ganas aumentan. Jadeo con fuerza en su boca sin importarme que sus padres puedan escucharnos.
-Nicolle...
Gime y yo muerdo sus labios con ferocidad. Me aferro a su cabello y lo beso con fuerza mientras me muevo lentamente sobre él. Sus manos ejercen presión en mi espalda baja y su cuerpo encaja tan perfectamente con el mio que no me importaría pasar toda la noche con él dentro de mi. Siempre pensé que mi primera vez con él sería placentera, pero no imagine que me gustaría más de lo que debería admitir. Porque me encanta ¡Joder que sí!
Jadeo con desesperación y me aparto de su boca lentamente, pero sin dejar de moverme sobre él.
-Si pudieras definir tu primera vez en una sola palabra, ¿Cuál sería?.
Mi voz sale agitada, como si faltara el aire. El jadea sobre mi boca y su aliento se mezcla con el mio.
-Inolvidable
Sonrío en su boca y vuelvo a besarlo con pasión. Deleitándome con el sabor de su boca, con lo bonito que se escuchan sus gemidos y lo excitante de nuestros cuerpos unidos.
El gime con fuerza y yo estampo mi boca de nuevo sobre la suya para callarlo. Sus manos presionan mi cuerpo con fuerza, noto la desesperación en cada esquina de piel y yo jadeo en su boca disfrutando de este momento: De su primera vez conmigo. Mi abdomen se contrae, las piernas me tiemblan en total descontrol, el corazón me retumba en los oídos y la piel me arde. Puedo sentir el orgasmo arrasando conmigo, debilitandome haciendome gritar en su boca y moverme con más fuerza sobre él.
Entre abro mi boca extasiada y descanso mi frente sobre la de él quien jadea liberandose dentro de mi.
Suspiro mientras cierro los ojos. Siento la garganta seca, la piel sudorosa y el cuerpo aun me cosquillea.
-Gracias.
Abro mis ojos y miro a Stanley fijamente. Sus labios están rojos, su cabello pegado a su frente a causa del sudor, su pecho tiene aruños por mis uñas y en su cuello tiene un notable círculo morado que se le verá muy bonito con su ropa.
-¿Porque me agradeces?
-Por esto, por mi primera vez...por mi bonita e inolvidable primera vez.
Sonrío abiertamente y rodeo mis brazos sobre su cuello para besarlo. Él me corresponde el beso. Ejerzo fuerza haciéndolo caer de espaldas en la cama. Él se carcajea en mi boca y yo le sigo.
-Eres un cursi.
-Solo contigo...con mi irritante compañera de Química.
-Tú mejor compañera de Química.
Le corrijo entre risas y le doy un beso corto en los labios.
-Y la más insoportable.
-Pero asi te gusto.
El sonríe y me mira fijamente. De pronto él gira mi cuerpo y queda sobre mi, con su boca cerca de la mia y lo escucho susurrar antes de besarme:
-Asi me gustas, Nicolle Morrison.
============》♡《===========
Nota de Autora
¡AHHHHHHHHHHHHHHHH!❤❤❤❤❤❤❤❤❤❤
*La escritora chilla de emoción y salta en una pata*
Casi 6000 palabras 😬😨
¿Que les pareció el capitulo? 😍
HABLENMEEEEEEEE
¡POR FIIINNNNNN! ¡JODEEEERRR! 😭
Disculpen que no haya actualizado antes, estaba sin Internet. Pero ya acabe con su sufrimiento, por fin estos dos juntos juntitos...Ahhhhh
¿Cuantos sufrieron un paro cardíaco?
¿Del 1 al 100 que tanto les gusto?
SOY FELIZZZZZZZ💘
Espero les haya gustado tanto como a mi. Gracias por el apoyo y la paciencia. Los quiero con mi todo mi ❤😢
Ahora, ¿Que creen que pasara de ahora en adelante con estos dos?
Las leoooooo😆🔥
Vayan a seguirme en mis redes sociales para que chismiemos
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro