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Capitulo 43 💜🔞


Este es un capitulo demasiado especial, asi que es obligatorio dejar tu comentario al final
❤😍
PD: No me culpen si sufren un paro cardíaco en el proceso (que es lo más probable)😆

Dedicado a todos ustedes, mis lectores
Muchísimas gracias por su apoyo. Escribo gracias a ustedes y estoy super orgullosa de todo el recibimiento que esta teniendo Química Indecente😍😢

Disfruta de la lectura y
¡Bienvenidos al manicomio!🔥

♡♡♡

Capitulo 43

Stanley

Siento como cada vello de mi piel se eriza al sentir su aliento sobre mis labios. El corazón me late con tanta fuerza que me da miedo de que pueda explotar en cualquier momento. Puedo sentir la presión en mis pantalones y paso saliva con fuerza. Mis manos aun están presionando su cintura y ella mantiene sus manos en mi nuca, con mi cabello entre sus dedos haciendo que la piel se me erice involuntariamente. Y no se que tiene ella que hace que cada partícula de mi cuerpo se altere. Mantenemos nuestras frentes unidas y yo tengo mis ojos cerrados, disfrutando su su cálido aliento y del aroma que desprende su cuerpo, es embriagador. Nunca un perfume me había parecido tan agradable como el que ella usa. Podría quedarme cerca de ella toda si puediera, solo inhalando su fragancia.

Sí, ya estoy diciendo tonterías. Ese es el efecto que ella tiene sobre mi, hace que pierda la cordura con su cercanía. Pero sobre todo me transporta a otro mundo cuando me besa. No sabía que besar a alguien supiera tan bien. Juro por mi vida que no me cansaría de hacerlo. Se que no soy un experto, pero cuando estoy con ella siento que no me importa si lo hago mal o no, solo me concentro en sus labios sobre los míos dejando mi mente en blanco cuando su boca me toca.

No puedo evitarlo.

Me obligo a mantener mis manos quietas en su lugar y a despejar de mi mente esos sentimientos que se instalan en mi pecho cuando esta junto a mi. Es insoportable tenerla cerca sin tocarla. Lo se ¡soy un jodido idiota!, pero no quiero hacer algo de lo que después pueda arrepentirme.

Pero...¿Y si lo intento?

Desde la primera vez que la vi, me sentí atraído hacia ella. Si, no quería admitirlo en voz alta. Porque, ¿Quien en su sano juicio se fijaría en un Nerd como yo? Aun no comprendo el motivo de que ella se acerque a mi constantemente o que se invente cualquier excusa para estar cerca de mi. No quiero pensar que ella tiene sentimientos hacia mi. ¿Será que sí le gusto? Quiero decir, si no le gustara ella no intentaría acercarse a mi todo el tiempo, ¿Verdad?. Mierda. No quiero hacerme ilusiones con ella, no debo hacerlo. Algo dentro de mi me dice que me arriesgue, que no importe lo que llegue a pasar más adelante sino que disfrute del momento y me deje llevar. Pero no se si hacerle caso a esa vocecita que habla dentro de mi cabeza. Porque ¡mierda! Si quiero hacerlo ¡Joder!. Creo que nunca he querido algo tanto en la vida como quiero estar cerca de ella. Y no me refiero solo a su compañía, no, sino todo lo demás. Todo lo que ella pueda ser capaz de ofrecerme.

Estoy perdido, lo se. Desde el primer dia en que ella me habló, lo sabía.

Sabía que ella sería mi perdición solo que no quería reconocerlo.

Pero quien no arriesga no gana, ¿No?.

Arriesgaré mi corazón y quizás lo pierda en el intento. Pero prefiero intentar algo y perderlo, que no haber intentado nada.

No quiero seguir siendo un perdedor. ¡A la mierda todo!

-No sabía que el manicomio me gustaría tanto.

Le susurro divertido y la escucho reir en mis labios.

-Hay partes del manicomio que aun no has conocido, Einstein y me atrevería apostar que te gustarán aun más.

Se que sus palabras son en doble sentido y no se porque, pero sonrío. Ya sus indirectas muy directas no me molestan, mas bien me generan un cosquilleo bastante agradable, me atrevería a decir que Indecente.

-Pues me gustaría conocerlas algún dia, quizás me vuelva adicto a ellas.

Le devuelvo la jugada. En otro momento hubiera salido corriendo avergonzado, pero en este instante me siento confiado y diferente. No lo se, me siento extraño pero de buena manera. Ella me hace ser una persona completamente diferente, alguien arriesgado y más divertido. Me hace sentir cosas que nunca habia sentido por alguien.

Y lo que más me descoloca de todo esto, es que nadie nunca me había mirado como lo hace ella.

No se como explicarlo pero, ella me mira con una intensidad abrumadora. Nunca nadie me había mirada igual, bueno, en realidad nadie me ha mirado de alguna forma y mucho menos de una forma romántica o algo parecido. Siempre he sido invisible para todo el mundo y con ella también lo intente, pero por más que lo hiciera ella siempre estaba observándome, acercándose a mi haciendo que yo actuara a la defensiva. Pero es que era extraño, saben. Nunca había llamado la atención de alguien y ella sin siquiera intentarlo se adueño hasta del aire que respiro.

Sí, eso sonó bastante cursi.

Y por eso la odio más que nunca. La odio por quererla conmigo, la detesto por hacerme sentir tan bien, pero sobre todo me encanta el estúpido cosquilleo que se instala en mi pecho cuando me besa.

¿Asi se siente estar enamorado? Supongo que tendré que averiguarlo.

-¿Que hiciste con Stanley?.

Bromea entre risas. Yo me encojo de hombros y levanto una de mis manos para acariciar su mejilla. Ella me mira con intensidad y puedo notar sus pupilas dilatadas brillando. Me mojo los labios rápidamente porque siento mi boca seca. Me pican las manos por tocarla. Arrugo el ceño conteniendo las ganas de hacerlo, el cuerpo me arde por dentro pidiéndome a gritos que lo haga, pero ignoro sus peticiones. Trago saliva para después responderle.

-No lo se.

-Me gusta el nuevo Stanley.

Me dice con picardía en un susurro y yo le sonrío mientras acaricio su mejilla con mi pulgar.

-Y a mi me gustas tú.

Cuando me doy cuenta de lo que he dicho, ya es muy tarde para retractarme. Ella abre la boca sorprendida por mi confesión y yo me tenso. Mierda, no debí haber dicho eso. Ella sonríe sorprendida.

-¡Hasta que por fin lo admites!.

Pongo los ojos en blanco y no dejo de sonreir.

-¿No habías dicho tú que nunca en la vida te gustaría una chica como yo? -me quedo en silencio sin saber que decir. -Nunca digas nunca, Einstein. Te dije que te volverías loco por mi.

-Vaya, eso sonó bastante egocéntrico.

Ella se encoge de hombros restándole importancia.

-Digamos que, cuando digo algo se que se cumplirá.

Su mirada baja a mis labios y siento como mi cuerpo se tensa inevitablemente.

Trago saliva con dificultad.

Ella parece darse cuenta de la tensión que ha creado en mi y aun así, se acerca a un más rozando su pecho con el mio con malicia, solo para tensarme aun más.

Aparto la mano de su mejilla y acaricio uno de los mechones que cae por su frente, luego quito la liga que sostiene su cabello y lo suelto dejándolo caer por sus hombros en leves ondas. Su cabello es largo y el color marrón mas claro en sus puntas resalta en su blanca piel.

Me le quedo viendo en silencio y ella hace lo mismo, pero está tan cerca de mi que se me hace imposible pensar con claridad y digo lo primero que se me viene a la cabeza:

-Eres muy bonita.

-¿Que?

-No me hagas repetirlo, Nicolle.

-Es que no te escuche bien. Debes decirlo en voz alta para que se me pueda grabar en la mente. -me susurra divertida. Se que me ha escuchado bien y solo está jugando conmigo.

-Eres muy bonita. -repito pero esta vez lo digo en voz alta, haciendo que ella sonría victoriosa.

-Es el primer halago que me has hecho desde que nos conocimos.

-No te acostumbres.

Eso la hace reir.

-También eres guapo.

-¿Si?

-Aja.

Susurra y acorta el espacio que nos separa para besarme de nuevo Recibo su boca gustoso, mientras siento su beso alterando cada parte de mi sistema. No es un beso largo pero es lo suficientemente intenso para volverme loco. Ella se aparta de mi agitada.

-Haz arruinado mi labial, Einstein.

Sonrío en sus labios divertido.

-Tú me dijiste que podía hacerlo

Mis manos presionan su espalda baja.

-Porque pensé que no lo harías...

-Pensaste mal entonces.

Ella sonríe y luego muerde su labio inferior levemente. Y ese simple gesto hace que mi dureza palpite con fuerza.

-Puedes arruinarlo las veces que quieras.

-Hecho.

♡♡♡

Al salir del concesionario nos dirigimos al nuevo club nocturno. La idea no me agrada en lo absoluto, pero solo lo hago por ella. Quiero estar cerca de ella y no me importa donde sea el lugar, solo ya no quiero seguir huyendo de mis sentimientos. Mientras conduzco no dejo de mirarla de reojo, se ha vuelto a poner ese labial rojo que le queda tan bien y ha arreglado un poco su cabello y maquillaje. No puedo quitarle la vista de encima, y es que no puedo evitarlo. Se ve jodidamente bonita y después de lo que pasó, no he dejado de pensar en sus besos o en la sensación que ella me provocaba. Con ganas de repetirlo miles de veces más. Al cabo de unos minutos llegamos al lugar, estaciono el auto y procedemos a bajarnos de él. Hay un letrero en luces neón con el nombre del lugar: La Bahía.

Nicolle me toma de la mano y nos adentramos. Es un lugar público, asi que no necesitamos ningún pago para entrar ni siquiera nos piden la identificación. Al entrar la música alta retumba en mis oídos y una multitud de personas bailan sin parar al ritmo de la música. Está oscuro pero una luces rojas iluminan el lugar. Hay un Dj, una barra con chicas casi desnudas todas vestidas con bikinis rojos sirviendo tragos. También hay unos tubos en el centro donde chicas bailan en bikini sensualmente. El lugar es una locura. La música electrónica no para de escucharse mientras caminamos entre la multitud para llegar a la barra. De camino Nicolle me contó que este lugar lo abrieron hacen una semana y que es latino por lo que ahora entiendo porque se escuchan músicas en el español. Cuando llegamos a la barra una chica de cabello rubio me habla:

-¿Quieres un orgasmo, Guapo?

Me pregunta y puedo notar la picardía en su voz mientras me mira divertida. Miro a Nicolle a mi lado y esta tensa los labios para no reir.

-¿Orgasmo?

Inquiero con incredulidad e incomodidad. Nicolle se acerca a mi y me susurra en mi oído.

-Es una bebida.

-Ah...si...claro... -le respondo a la chica y ella me guiña un ojo. Siento que la cara me arde al instante.

-Enseguida.

La chica se va a preparar nuestras bebidas. Nicolle coloca sus antebrazos sobre la barra y me mira con una sonrisa burlona.

-Creo que tienes una admiradora.

-¿Que?

-¡Oh vamos! ¿Acaso no viste como te miró? Es obvio que te estaba coqueteando, Einstein.

-Pues no me di cuenta, Morrison.

Ella pone los ojos en blanco y sonríe. La chica vuelve con nuestras bebidas y yo le agradezco. Ella sonríe con malicia y me tiende una servilleta que yo dudoso tomo.

-Llámame cuando quieras.

Entonces comprendo que me ha dado su número telefónico. Ella se aleja y yo me quedo mirando el papel entre mis manos. Cuando levanto la mirada Nicolle tiene una ceja arqueada viéndome.

-¿Que?.

-¿Ves que tenía razón?

Meneo la cabeza y arrugo el papel entre mis manos.

-¿No guardarás su numero?

-No.

-¿Porque?

-Porque ella no es mi tipo de chica

Ella sonríe divertida arqueando una ceja.

-¿Y cual es tu tipo de chica, Einstein?

- Mas inteligentes y menos trastornadas.

-Osea que, yo no soy tu tipo de chica...

-Tú eres la excepción.

Ok, no debí decir eso. Ella se muerde el labio mientras me mira fijamente haciendo que me estremezca por completo.

Ella toma un sorbo de su trago sin dejar de mirarme. Yo miro la mia entre mis manos y después de pensar unos segundos si probarla o no, al final lo hago. Hago una mueca de asco cuando el sabor fuerte pica en mi garganta.

-¡Esto sabe horrible!

Nicolle se carcajea.

-¿No te gustó el orgasmo, Einstein?.

Me pregunta divertida.

-No me gusta nada que contenga alcohol.

-Quizás mis orgasmos te gusten más y esos no tienen nada de alcohol.

Me dice con picardía y le da otro sorbo a su bebida sin hacer ninguna mueca. Yo me le quedo viendo con el corazón latiéndome frenéticamente por su insinuación. Odio cuando sus respuestas en doble sentido me toman desprevenido porque me vuelvo bruto y no se como reaccionar. Le doy otro sorbo a mi trago para intentar aliviar el fuego que comienza a expandirse por todo mi cuerpo e ignorar lo que sus palabras me afectaron.

Ella se termina su trago de un solo golpe y esta vez si hace una mueca. Se levanta de la silla y me toma de la mano.

-Vamos a bailar, Einstein.

Dejo el vaso sobre la barra rápidamente y ella me arrastra de la mano.

-No se bailar, Nicolle.

-Pues aprendes.

Me grita por sobre la música. Caminamos entre la multitud de personas en el lugar. Las canciones no son para nada mi estilo pero tengo que soportarlo. Tropezamos con un montón de cuerpos en el paso y desvío la mirada de unas chicas besándose. Ok, no debí de ver eso. Fue...no se como explicarlo, se sintió raro ver a dos chicas besándose. Miro a mi alrededor las personas bailando al ritmo de la música electrónica, otras casi teniendo sexo con ropa- muy vergonzoso por cierto-, otras embriagándose como si no hubiera un mañana y luego estaba yo, detrás de la chica más insoportable del mundo mundial haciendo cosas que nunca había hecho en la vida. Una de ellas: entrar a un club, tomar una bebida llamada orgasmo -muy vergonzoso también-, besarla, divirtirme y la lista sigue. Puedo decir que todas mis primeras veces han sido con ella. Me doy cuenta de que ya la mano de Nicolle no está entrelazada con la mía. Mierda. Eso me pasa por curiosear. Sigo caminando solo entre la multitud hacia el frente chocando con las personas, pero no me importa. El lugar es un caos; la música cambia, hay humo artificial, las luces ahora son de un azul tenúe, haciendo que el lugar se vea oscuro.

Genial, ahora menos voy a encontrarla. Me giro sobre mis talones y cuando termino de darme la vuelta, mi cuerpo impacta con un cuerpo que haciendo que el cuerpo de ella se tambalea y casi caiga, pero abrazo su cintura antes de que pase. Cuando me percato de la chica que tengo frente a mi, veo unos ojos divertidos devolviéndome la mirada igual de intensa. Se me corta la respiración y trago saliva al instante cuando veo a Nicolle sonreirme divertida.

-Estoy empezando a pensar que te gusta estar pegado a mi cuerpo, Einstein.

Sonrío como idiota. ¿Porque sonrío como idiota? ¡Ah claro! Ella me vuelve idiota.

-¿Y si te dijera que tienes razón?

-Entonces estaría realmente sorprendida y te diría que a mi también me gusta estar cerca de ti.

Grita por sobre la música y me tenso al instante aferrando mis manos a su cintura con su rostro tan cerca del mio, que se me olvida que existen más personas en el lugar.

Dejo que la primera pregunta que se me viene a la mente salga por mi boca sin poder evitarlo.

-¿Te gusta estar cerca de mi?

-Solo cuando no te portas como idiota.

Sonrío. Odio la manera tan fácil en la que me hace sonreir.

¡Joder!

-Es un don.

Bromeo y ella sonríe. Aprovecho de detallar cada facción de su rostro a pesar de la luz tenue; sus labios están pintados aun de rojo, sus ojos se ven entre cafés y verdes a la vez -un color bastante extraño pero me gustan sus ojos-, su naríz perfectamente perfilada, sus mejillas rosadas y muy suaves.

Demasiado perfecta para mi gusto. Desde la primera vez la vi supe que tenía un parecido a esas muñecas barbies, asi de delicadas y de cuerpos deslumbrantes.

Dicen que el demonio puede disfrazarse fácilmente de Ángel, y esa es una perfecta definición para Nicolle; un demonio disfrazado de angel.

Me le quedo viendo directamente a los ojos mientras mi corazón late a velocidad de la luz. Me cosquillean las manos en su cintura. Y ese pequeño hormigueo se extiende lentamente por todo mi sistema nervioso inevitablemente.

- Odio la manera en la que me haces sentir sin querer. -le confieso. -Te detesto, Morrison.

Ella me mira con una intensidad abrumadora, pero que a la vez me cautiva, me enloquece. Puedo sentir mi corazón latir frenéticamente en total desesperación. La piel se me eriza y siento que pierdo el control de todos mis sentidos cuando ella acaricia lentamente mi labio con su pulgar, como si le provocara en sobremanera. Se muerde el labio inferior tan lentamente y no puedo evitarlo, cierro los ojos sintiendo la caricia en mis labios circular por cada vertebra de mi cuerpo. Una extraña sensación se apodera mi cuerpo, no se como explicarlo pero me siento ansioso y débil a la vez. Con una necesidad apoteósica. Mierda. Siento que el cuerpo me arde y por reflejo la acerco más a mi, presionando su pecho con el mio manteniendo mis manos en su espalda baja. Abro los ojos sintiendo la respiración entrecortada, pero la sigo tocando...necesito tocarla. Agradezco a la vida que seamos casi de la misma altura y asi poder sentir su aliento sobre mi boca. Lentamente, deslizo mi mano por su espalda y su cuerpo se tensa al instante. La veo pasar saliva y no me pierdo ninguna reacción de su rostro ya que la miro fijamente. Necesito saber que no soy el único que se siente jodido.

Paso saliva con fuerza.

La música sigue sonando con fuerza, retumbando en las paredes del lugar pero en este instantes ni siquiera me importa que la canción sea terrible. La canción que se escucha está en ingles, pero Nicolle abre sus labios para cantarla mirándome fijamente. Logro notar que la canción se llama Don't be shy y la canta una chica con una voz muy bonita. Pero a lo que menos le presto atención es a la música que se escucha, sino a la chica frente a mi quien cierra los ojos cantando mientras mis manos recorren su espalda hasta llegar a su hombro y le aparto el cabello. Coloco mi mano en su mejilla suave y la acaricio con mis nudillos hasta que mi mano se desliza hasta que llegar a sus labios y con mi pulgar los rozo. En ese instante ella abre los ojos y deja de cantar mirándome fijamente. Pero yo no dejo de acariciar su labio inferior suavemente. Ella entre abre los labios y los une con los mios besándome con total desesperación, con ganas, furia y un deseo inexplicable. Yo le devuelvo el beso con las mismas ganas, con la misma intensidad dejándonos llevar por las sensaciones que se reproducen una y otra vez en nuestros cuerpos, queriendo cada vez más.

Sus labios son adictivos, lujuriosos y me encantan mas de lo que debería admitir. Me vuelve loco la manera en que me besa con un éxtasis desenfrenado como si fuera lo más excitante que ha hecho en su vida.

Y yo me siento de la misma forma.

Probar sus labios son lo más excitante que he hecho en mi vida y no me cansaría de hacerlo una y otra vez.

El beso es brusco, rápido y salvaje. Sus manos se aferran al cabello de mi nuca halando de él y presionándome más contra ella. Siento como la temperatura de mi cuerpo aumenta radicalmente y ese cosquilleo gratificante se vuelve mucho más intenso, haciendome perder el control de mi propio cuerpo.

Y no puedo evitarlo...

Ella muerde y chupa mis labios una y otra vez con frenesí, como si le costara detenerse.

Y lo peor de todo...es que yo no quiero que se detenga.

¡Joder!

Mis manos arden por tocar su piel y en este maldito instante comienzo a odiar ese vestido.

Sí. Mi razonamiento se ha ido por la borda y la adrenalina se hace presente en mi sistema nervioso.

¡Dios! Podría pasarme toda la vida pegado a su boca. Ella se separa de mi bruscamente con la respiración hecha un caos y los labios hinchados. Nos miramos unos instantes y luego ella me toma de la mano para que la siga, y yo lo hago con el corazón retumbándome en el pecho. Nos alejamos de la multitud hasta que llegamos al pie de unas escaleras las cuales subimos rápidamente . No tengo ni idea de a donde vamos, pero no me detengo. Las escaleras son interminables mientras tropezamos a muchas personas en el camino. Nicolle se detiene frente a una puerta y la abre. Es entonces que me percato de que estamos en la azotea del lugar. Todo está oscuro y solitario. Ella cierra la puerta de nuevo y se quita sus tacones los cuales deja en el piso. Yo me le quedo viendo sin saber que decir, solo quiero seguir saboreando su boca. Ella rueda algo pesado que no tengo ni la mejor idea de lo que es y lo coloca en la puerta. Yo solo frunzo el ceño confundido.

-¿Que haces, Nicolle?

-Cuidando de que nadie nos interrumpa.

Trago saliva, imaginando lo que significan sus palabras.

Una brisa fresca me eriza la piel y lo que más me altera y me eriza la piel, es que estamos los dos solos, en la oscuridad de una azotea.

Ella camina hacia mi mientras su cabello se mueve con la brisa del viento.

-¿Que hacemos aqui, Nicolle?

Se para frente a mi y me hace retroceder. Error. Mi espalda choca contra la pared sin dejarme escapatoria.

-Ver la estrellas, Genio.

Me susurra mientras muerde su labio inferior torturándome. Trago con dificultad y elevo la mirada al cielo, dándome cuenta de que no se ve ninguna estrella.

-Pero...no hay...estrellas.

Le hago saber volviendo a poner la mirada sobre ella y Nicolle sonríe divertida como si fuera obvio. Ella posa sus manos en mi pecho acariciándome y yo ahogo un gruñido. Tenso mi mandíbula para no hacer ningún tipo de ruido mientras ella comienza a desabotonar mi camisa por completo y la piel se me eriza, no protesto mientras observo cada uno de sus movimientos. Ella termina de acortar los escasos centímetros entre los dos y yo contengo la respiración cuando ella se acerca a mi cuello y me muerde levemente haciéndome temblar al instante. Cierro mis ojos deleitándome con la sensación que me producen sus labios y un extraño sonido escapa de mi boca sin poder controlarlo cuando siento su mano en mi abdomen bajo justo donde se abotona mi pantalón.

Ella deja un pequeño beso en mi cuello que me hace suspirar y me susurra en mi oído sintiendo su aliento en mi cuello.

- Yo te hare ver las estrellas, Stanley. Lo prometo.

Entre abro mis labios porque siento que me falta la respiración. Ella termina de quitarme la camisa y yo me quedo en silencio, muriéndome de ganas por sentir sus manos en cada parte de mi cuerpo. Ella me observa mientras moja sus labios como si fuera una presa a la cual quiere devorar. Ella me acaricia el torso muy lentamente mientras me contempla y juro que me voy a volver loco si no me sigue tocando. Desliza su mano hacia abajo tan lenta y tortuosamente que me hace tensar la mandíbula y contener todos los sonidos que quieren salir por mi boca. Cuando siento su mano en mi entrepierna ella me sonríe y yo no puedo evitarlo, inconscientemente cierro los ojos y entre abro la boca extasiado por el contacto de su mano sobre la dureza en mi pantalón.

Y duele.

¡Joder!

-Nicolle...

Susurro arrastrando las palabras.

-¿Quieres que me detenga?

-¡No! No pares...

-Abre tus ojos.

Me pide en un susurro y yo lo hago. Mi pecho sube y baja con desesperación y la presión en mi entrepierna se vuelve más dolorosa.

-Este es el momento en que me alejas y te vas, sino lo haces...

-No quiero...hacerlo.

Ella me mira fijamente tratando de procesar mis palabras y la veo pasar saliva con fuerza y mojar sus labios. Después de unos segundos ella me habla con total seguridad en su voz y se perfectamente que mi respuesta es lo que ella esperaba. Si. Pude haberle dicho que no, pero no quiero.

-Tampoco quiero que te vayas, Stanley. -sus palabras me calan en lo más profundo de mi ser y me acerco rápidamente a ella, tomo su rostro entre mis manos y la beso.

La beso con fuerza afirmándole lo mucho que quiero estar con ella. Afirmando lo que es bastante obvio desde hace un tiempo...

Afirmándole lo mucho que la detesto.

Porque sin duda alguna, la detesto con todas mis fuerzas.

=============》♡《==========

¡Jah! Repitelo hasta que te lo creas, Stan.

¿Que les pareció el capitulo?

¡NO ME MATEN POR DEJARLO HASTA ALLÍ!

¡NO FUE MI INTENCIÓN! (si fue pero solo un poquis)🔥😆

Ahhhhhhh, ¿A quien más le ha dado un triple infarto además de mi? ❤

Prometo terminar el próximo capitulo lo antes posible.

HABLENMEEEEEEEE

¡Gracias por el apoyo! 💗

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Nos leemos
Besos indecentes

Patrixia G💘

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