Capitulo 32 💜
Dedicado a @lindasotov ❤
Por comentar que se habia comido las uñas en el capitulo anterior😅
¡Gracias por leerme Baby!😍
Leer la nota al final
Del capitulo. Es importante.
Gracias❤
♡♡♡
Capitulo 32
Stanley
Cuando me observo en el espejo de mi cuarto de baño, me desconozco. Una de mis cejas está rota con un hilo de sangre corriendo, uno de mis pómulos luce amoratado y mi nariz duele infernalmente. Mi camiseta está manchada de sangre así que me deshago de ella. Coloco mis manos en el lavamanos sin dejar de verme en el espejo. Estoy hecho un asco.
-¿Porque lo hiciste, Stanley?
Me reprocho. No debería sentirme decepcionado de mi mismo pero lo estoy. Siempre me dije que no caería en su juego, pero lo he hecho. He caído una vez más.
Suelto un suspiro frustrado y alejo todo pensamiento ridículo de mi cabeza.
Abro el grifo y dejo el agua correr. Busco en uno de los estantes alcohol, algodón y algunas curitas ya que necesitare varias. Pero lo que más necesito es alejarme de ella. Me hace mal y a la vez...
¡Ash! No. Debo alejarla de mi, si sigo así terminaré perdiendo el control de mi mismo. Me siento frustrado. No se que hacer.
Siempre digo que voy a alejarme de ella, pero a la final siempre nos encontramos, por algún motivo o circunstancia. Es como una maldita espina clavada, que por más que intente sacarla se aferra a quedarse ahí metida dentro de mi.
Coloco alcohol en un algodón y presiono sobre la herida de mi ceja. Tenso mis labios ya que la herida arde.
¿Y si...me dejo llevar por mis sentimientos?.
No. No, no, no. Además, ¿Cuáles sentimientos? Ni siquiera se lo que siento por ella.
Ya me siento como el grinch, al principio odia la navidad. Le molesta cualquier cosa que tenga que ver con la navidad y hace todo lo posible para que otras personas también la detesten pero al final todo cambia, él cede y empieza a querer algo que nunca pensó que le gustaría. Asi somos Nicolle y yo. Yo soy el Grinch y ella la Navidad, aunque la deteste con todas mis fuerzas hay una pequeñas chispa en mi interior que piensa todo lo contrario. Y permanece allí, latente.
Somos como la Química, complicada. Ambos poseemos cargas eléctricas diferentes. Ella es positiva y yo negativa, que por más que intenten hacernos funcionar siempre vamos a repelernos, a explotar, a colisionar, porque no somos iguales y nunca lo seremos, nunca encajaremos.
Termino de limpiar cada herida y rastro de sangre, para luego colocar pequeñas venditas en mis cortes ya limpios.
Me siento como en la punta de un acantilado; si el viento logra soplar con fuerza, caeré hasta el fondo y estaré perdido. Asi me siento cuando se trata de Nicolle:
Destruido.
Mojo mi cabello y salgo del baño. Lo peor de todo esto, es que mis gafas quedaron destrozadas y debo comprar otras. No me gusta estar sin ellas, me siento desnudo. Y mis gafas son como mi protección, mi escudo ante todas las personas. ¿Se han sentido así alguna vez?
Bajo las escaleras después de haberme puesto una nueva camiseta. No quiero toparme con nadie porque sinceramente no estoy de humor para dar explicaciones.
Llego a la cocina para mi suerte no hay nadie allí. Me sirvo un vaso de leche y tomo un paquete de galletas oreo rápidamente, para luego huir de nuevo a mi habitación antes de que alguien me vea así.
Pero claro, no logro completar mi escape ya que Mara se interpone en mi camino. Doy un respingo y ella me observa con sorpresa al ver mi rostro hecho mierda.
- ¡Dios! ¿Que te ha pasado, Stan? ¿Te peleaste con alguien?
Me ataca con un montón de preguntas que yo ignoro porque no quiero contestarlas.
Pongo los ojos en blanco y paso a su lado para subir las escaleras.
-Estoy bien, Mara. Aun sigo con vida, no es para tanto.
-¿No es para tanto?. -repite, indignada mientras me sigue por las escaleras. -Tu nunca te habías peleado con alguien, Stan. ¿Que pasó? Tú no eres así.
-Siempre hay una primera vez, Mara.
Llego a mi habitación con mi vaso de leche y mis galletas intento cerrar la puerta pero ella me detiene.
Suelto un suspiro y la dejo pasar mientras le doy la espalda para sentarme en la cama. Ella se detiene frente a mi y se cruza de brazos. Coloco el vaso de leche y las galletas sobre mi mesita de noche.
-¿Vas a contarme?.
-No quiero hacerlo.
-Entonces, ¿Quieres que les diga a tus padres lo que ha pasado contigo?.
La fulmino con la mirada ante su amenaza y me dejo caer de espaldas a la cama mirando al techo, buscando las palabras correctas para relatar lo sucedido.
-Estoy esperando, Stanley...
-Te contaré, vale. Pero no le digas nada a mis padres.
-Esta bien. ¿Que pasó?.
-Nicolle, eso pasó.
Ella se sienta a mi lado en la cama y giro mi rostro para verla.
-¿Nicolle te ha dejado así?. -inquiere sorprendida.
-¡Claro que no!.
Ella ríe.
-Pensé que habías estado con ella y...
-Mara...-le digo en tono de advertencia. - No es lo que estas pensando.
-¿Entonces?.
Aparto la mirada de ella y miro mi lampara en el techo.
-Me pelee con un chico por ella.
-¡¿Queee?!.
Suelta perpleja.
-Si, Mara.
-¿El chico era su novio o algo así?
-No exactamente. Bueno, no lo se. Es complicado, Mara.
-Me gusta lo complicado. Soy toda oídos.
La duda se instala en mi mente. ¿Debería contarle todo? Ella siempre ha sido mi confidente pero me da un poco de vergüenza.
-Me gusta Nicolle. -empiezo.
-Eso ya lo sabía.
-¿Tan obvio soy?. -giro mi cabeza para verla.
-¿No es tu novia? Es obvio que te gusta.
-Nicolle no es mi novia, solo le dije eso a mis padres para salir del paso. Ni siquiera sabe que lo es.
Ella levanta las cejas y menea la cabeza.
-Estas en problemas, Stan.
-Lo sé.
-¿Ella también siente lo mismo por ti?.
Su pregunta me toma desprevenido y trago saliva ante la perspectiva de que sí sienta algo por mi, pero...no es fácil descifrarla. Y con todo lo que ha pasado, no tengo ni idea de sus sentimientos hacia mi. Si es que los tiene, claro.
-No lo se, Mara. -respondo junto con un suspiro. -Pero ya no quiero hablar de eso.
Me incorporo y me quedo sentado en el borde de la cama frente a ella.
-¿Debería alejarme de ella, Mara?.
Le pregunto para que me aconseje. Pero ella me responde con otra pregunta que me deja pensativo:
-¿Es lo que realmente quieres, Stan?.
Rompo el contacto visual con ella y me quedo con la mirada fija en el piso. Esa pregunta me la he hecho desde que la conocí. ¿Quiero estar lejos de ella?. Mi parte racional me dice que sí, que me aleje porque ella no es para mi. Pero mi parte masoquista, me dice que me quede a su lado por más destructiva que pueda ser.
-No se lo que realmente quiero, Mara.
-Entonces debes averiguarlo.
Levanto la mirada ante sus sabias palabras y la observo de nuevo.
-¿Y como hago eso?. Voy a un brujo, busco quien me lea las cartas o...
Ella ríe y me revuelve el cabello como lo hacía cuando estaba pequeño. Dicen que las viejas costumbres nunca se olvidan.
-No, tonto. Solo deja que todo fluya. Acércate a ella. Dale la oportunidad de conocerla y después descubrirás lo que realmente quieres.
Asiento, sopesando sus palabras. ¿Debería darle la oportunidad a Nicolle?
-¿Te has enamorado alguna vez, Mara?. -le pregunto curioso. Conozco a Mara desde toda la vida. Es una mujer trabajadora, humilde y de gran corazón. Es como mi segunda madre. Su verdadero Nombre es Maria Eugenia Vincent, pero cuando pequeño me costaba llamarla por su verdadero nombre y de mi boca solo salía el nombre Mara. No conozco mucho de su pasado. Solo sé que perdió a su hijo a los 6 meses porque su embarazo era de alto riesgo, su madre vive en España y su padre murió hacen ya cinco años. Tiene unos 38, quizás cuarenta años de edad pero la considero una mujer joven capaz de enamorar a cualquier hombre. No solo con su físico sino tambien con su personalidad y sus exquisitas comidas. Es una mujer realmente fantástica.
La miro expectante esperando su respuesta y ella suelta un suspiro. Luego ríe con nostalgia como si recordara algo.
-Si. Una vez fui joven como tú. Tenía muchos pretendientes, como no te imaginas. -sonrío. -Tambien me enamoré, lloré e hice muchas locuras de las cuales no me arrepiento. -su semblante cambia de pronto y su mirada se apaga.
Arrugo las cejas.
-¿Pasa algo?.
Ella niega con la cabeza y hace un gesto con la mano restándole importancia.
-No...yo...estoy bien.
Asiento. Y no pregunto porque el motivo de su cambio.
-¿Como supiste que estabas enamorada?.
Le pregunto intentando apartar las cosas que pasan por su cabeza.
-Simplemente lo sentí. Quería estar todo el tiempo a su lado, cuando lo miraba el corazón se me aceleraba, cuando me tocaba me sentía como en el cielo, cuando me hablaba me enamoraba aun mas. Quería verlo todo el tiempo y no despegarme de él. Mi corazón, de alguna forma, lo sentía. Todas las noches pensaba en él; en sus gestos, en sus ojos, en su forma particular de mirarme, en su sonrisa, en todo. No podía sacarlo de mi cabeza. Y cuando nos besamos lo sentí, esa Química, ese cosquilleo que te altera el corazón, que te debilita y te desarma en solo segundos. Así me sentí con él y en ese momento supe que estaba enamorada totalmente.
Me quedo asombrado por sus palabras, porque la mayoría de las cosas las he sentido con Nicolle, pero no con esa intensidad. Sera porque tal vez no me he acercado lo suficiente a ella. O sera porque no estoy enamorado de ella.
Aun no he sentido ese cosquilleo que me emocione. Yo...nunca me enamoraría de ella, ¿O si?. Es bonita, sus ojos son lindos y su boca es...
Suave, afrodisíaca y tentadora.
El punto es, que lo que siento por ella es confuso. Porque no puedes sentir odio y amor por una persona al mismo tiempo, ¿O si?.
La voz de Mara me saca de mis cavilaciones.
- Estar enamorado es lo más bonito que le puede pasar a una persona, Stan. Obvio, tu aun eres joven y lleno de vida. No te has enamorado aun, pero cuando llegue el momento me darás la razón.
-O te odiare por haberme dado el peor consejo del mundo.
Ella ríe.
-¡Que mal agradecido!.
Me pega en la cabeza con su mano y me río abiertamente con ella.
Sonreir.
Había olvidado lo que se siente sonreir libremente. No soy de las personas que sonríen por cualquier cosa, me cuesta mucho. Pero cuando lo hago, se siente bien y lo disfruto. Debería hacerlo más a menudo. Sonreir no es tan malo después de todo.
Me dejo caer de espaldas en la cama de nuevo mientras me río.
Después de que mi sonrisa se desvanece me incorporo de nuevo y tomo mis galletas, mi vaso de leche y comparto con Mara mi merienda.
Cuando terminamos de comer, ella se levanta de la cama para salir de mi habitación, no sin antes decirme que lo piense y que disfrute de mi juventud. Yo asiento y ella me sonríe dulcemente. Sale de mi habitación y me quedo solo, pensando en mil cosas.
El sonido de mi telefono me hace volver a mi realidad. Me levanto, lo saco de mi mochila y contesto, ni siquiera veo el nombre en la pantalla.
-¿Sí?.
-Einstein.
Escucho su voz chillona y el recuerdo de sus labios sobre los mios, llega a mi mente como un flash.
Trago saliva y meneo la cabeza.
-¿Que quieres, Morrison?.
Le pregunto amablemente sin mi tono cortante de siempre.
-Nada. Solo te llamaba para saber si estabas bien.
Suelto una risa amarga.
-¿Ahora te preocupas por mi?.
Me recuesto de nuevo de espaldas sobre la cama con el teléfono en mi oído y mi mirada fija en el techo.
-Jah. Ya quisieras. Solo quería saber si estabas con vida porque de lo contrario quería llevarte flores a tu funeral.
Muerdo mi labio obligándome a no sonreir por su broma.
-Lamento decepcionarte, Morrison. Pero estoy más vivo que nunca y si estuviera muerto volvería de la tumba solo para fastidiarte.
La escucho reir.
-¡Vaya!. Eso es romántico, Einstein. Pero si quieres morir, yo estare encantada de que entierres tu cabeza en mi hoyo.
Trago saliva ante su tono malicioso. Mis sentidos se alteran y el corazón me empieza a palpitar con fuerza. Se que sus palabras son el doble sentido y no se porque me afectan tanto.
-Morrison...
-¿Que?.
-¿Podrías dejar de fastidiarme?.
-No.
Nos quedamos en silencio durante unos cuantos segundos, solo escuchando nuestras respiraciones.
-¿Estas ahí?. -me pregunta.
-Si. -le respondo soltando un suspiro.
-¿Porque suspiras?.
Pongo los ojos en blanco.
-¿A caso no puedo suspirar?.
-No. Eso solo lo hacen las personas cuando algo les afecta.
-Wow. Gracias por tu gran sabiduría, Morrison. -le digo con sarcasmo. -Pero se el significado de la palabra suspirar y porque las personas lo hacen.
-¿Tú porque lo haces?. -me pregunta con curiosidad. -¿Que te afecta, Stanley?.
Tú me afectas...
-Nada. A mi nada me afecta. -miento, intentando zanjar el tema.
-¿Seguro?. -inquiere. -Porque tu actitud me dice todo lo contrario, porque tus besos me demuestran lo mucho que te afecto.
-No quiero hablar de eso, Nicolle.
-Me prende mi nombre en tu boca.
Mi respiración se vuelve pesada y los latidos de mi corazón frenéticos. Cierro mis ojos intentando dejar de pensar en ella y en lo delicioso que sabia su boca. En la forma en que sus labios se movían contra las míos, llevándome a la locura. El cuerpo comienza a cosquillearme.
Esto no esta bien...
Me quedo en silencio, tratando de concentrarme y obligando a mi cuerpo a no reaccionar ante su voz.
-Admitiste que estas celoso de Tim. ¿Porque no admites que te encanta mi boca? ¿Que te gusta la manera en que tu cuerpo reacciona cuando está junto al mio?. Como ahora, ¿O vas a negarme que en este preciso instante tu cuerpo no está alterado a causa de mi voz? ¿Me equivoco, Stanley?.
No. No te equivocas...
-No se de que hablas, Morrison.
Miento de nuevo, mientras siento el palpitar en mi zona baja.
Mierda.
-¿Que pasa, Einstein?.
Creo que dije eso en voz alta.
-N-nada. No me pasa...nada.
-No te creo, pero fingiré que lo hago.
-¡No estoy fingiendo, Morrison!.
-Como digas, Genio. -dice divertida. -Pero, ¿Sabes que no vas a fingir?.
Mi boca la siento seca y paso saliva con fuerza, intentando calmar los latidos furiosos de mi corazón.
-¿Que?.
-Los gemidos que saldran por tu boca cuando esté encima de ti.
Mi cuerpo se tensa, la zona baja de mi anatomía palpita con más fuerza y lo siento duro bajo mis pantalones. Siento el cosquilleo en todo mi cuerpo, como mis músculos se contraen. Aprieto con fuerza mis ojos intentando controlar la sensación exquisita que se extiende por todo mi cuerpo, arrasando con todo a su paso. Alterándome cada molécula, cada sentido, cada sensación escondida dentro de mi.
¿Porque me siento de esta manera? ¿Porque me haces sentir tantas cosas, Nicolle?. Y lo peor de todo es que me gusta.
Me gusta lo que siento por ti.
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Nota de autora
¡Ay chamas! 🔥
No se que decir con este capitulo. Estoy sin palabras.
Pobre de Stanley😬😨
Quiero decirles que esto se pondrá cada vez más interesante. Se vienen muchas cosas: el cumpleaños de Nicolle, la subasta en el consecionario, más desafíos, más locuras y mas Química entre ambos. Como también nuevos personajes, nuevas confesiones...en fin. Esto va a estar bueno y espero contar con su apoyo.
No olviden dejar su voto y su comentario.
¿Que les pareció el capitulo?
Me encanta leerlas❤
Muy pronto, Nova Casa Editorial recibirá manuscritos. Asi que intentaré terminar esta historia lo más pronto posible. Porque, ¿Adivinen quien quiere enviar su manuscrito? Si. Yo. Y espero contar con todo su apoyo. Moriría de la emoción si mi Stanley y mi Nicolle salen en físico. Tengo fe de que así será. Yo creo en mi, espero que ustedes también.
¡Muchísimas gracias por todo su apoyo!❤
Y Gracias por leer mis locuras.
Intentare que esta historia sea bastante larga, de unos 50 o más capítulos.
Estaré dedicando el próximo capitulo a quien me dejé el mejor comentario.
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Las quiero un Montón
Su trastornada escritora:
PATRIXIA GÓMEZ 🔥
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