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Capitulo 30 💜


Capitulo 30

Stanley

¿En que carajos me he metido? Desde el primer momento debí decir, que no tenia ninguna jodida novia que todo era mentira, y que soy inexistente para las chicas. Que nunca tendría algo con esa niñata irritante, que odio y no soporto, pero que tambien me gusta de una manera que no puedo describir. Porque ni siquiera yo comprendo lo que siento por ella. No tengo un significado concreto para lo que siento cuando estoy con ella.

Yo mas bien diría que es una completa locura.

Ahora, ¿Que voy hacer? ¿Debería hablar con ella? No. No podría, no tengo los cojones suficientes para hacerlo.

¿Porque Gerson tuvo que abrir su desgraciada boca? ¡Dios!. Es frustrante.

Quisiera sentirme aliviado, porque ya mi padre no va a seguir pensando que soy homosexual, pero no, se me va a partir el cerebro de tanta pensadera.

¿Porque tuve que seguirle el juego?

Como me arrepiento de eso. Tengo unas excitantes ganas de suicidarme en estos momentos y dejar de existir.

Yo y Nicolle, Nicolle y Yo, es que no. Se acabaría el mundo si ella y yo coincidiéramos romántica o sexualmente. De solo pensarlo me causa gracia porque sé que nunca, jamás, ni en sueños, ni en su puta vida, se fijaría en mi, en una persona tan insignificante y amargada como yo.

Quisiera poder quitarme el cerebro y dejar de pensar, al igual que desgarrarme cada centímetro de mi piel y dejar de sentir atracción por ella, por su maldito cuerpo.

Últimamente mi vida se ha convertido en una desgracia, todo desde que ella apareció para joderlo todo.

Y se que no se cansará hasta lograr lo que quiere, aunque no tengo ni puta idea de que es lo que quiere de mi.

A veces no la comprendo, me odia pero trata de hacerme enloquecer una y otra vez. Me envía fotos suyas para volverme peor aun. ¿Es que acaso no se cansa de joderme la vida?.

Esas malditas fotos no salen de mi mente; la imagen de su cuerpo medio desnudo se ha quedado tatuada en mi cabeza. Cada una de sus perversas palabras me atormentan dia y noche. ¿Porque me hace esto? Odio que juegue conmigo. ¡No soy su maldito juguete!.

La odio, la odio más que nunca, pero hay una pequeña llamita en mi interior que se niega a odiarla, que se niega a dejar de sentir algo por ella.

Es ridículo, porque la Química entre ambos es nula. Aunque...

Aquella vez fue tan diferente, sentía como su cuerpo ardía en mis manos, como su corazón retumbaba en su pecho y como sus labios húmedos se unían con los míos, como si fuera otra persona y no la perfecta y arrogante Nicolle Morrison. Sí, fue mi culpa. Yo la besé, pero ella no se alejó. Eso estuvo mal, lo se. Me dejé llevar por el momento, pero no volverá a suceder.

No volveré a caer en los juegos de esa niña presumida y arrogante.

Debo dejar de sentir cosas por ella.

Me niego a sentir algo por Nicolle Morrison.

Ahora debo conseguir la manera de salir del problema en que el estúpido de Gerson me ha metido.

Dos días completos he pasado ignorándolos. Cada vez que los veo me escondo y trato de no tropezarme con ninguno de los dos.

No quiero verlos.

Me asfixia tenerlos cerca.

¿Porque de todas las personas en el mundo tenía que ser Nicolle mi supuesta "novia"?.

Mi vida se está volviendo un completo caos. Si me dejo llevar por el caos al final estaré perdido, eso lo se.

Intento enfocarme en las palabras de la profesora de literatura y suelto un leve suspiro cansado. La puerta del salón de clases se abre y alguien entra.

Ella.

Pongo los ojos en blanco y la ignoro olímpicamente, como si no existiera en el mundo.

-Disculpe, Profesora. Pero, ¿Puedo entrar a su clase?. -la escucho decir y maldigo mentalmente. Solo espero que la profesora la eche del salón.

-Por supuesto. Pasa.

Gracias, Karma por hacer de mi vida miserable.

Me mantengo impasible en mi asiento sin demostrar ninguna reacción. Además, ¡No se que coño hace ella aqui!. Se supone que odia la literatura y ella no ve esta clase. ¿Porque está aqui?. Es tan loca. Sí, esa es la palabra. Esa niñata está trastornada, demente. No se que es lo que le sucede conmigo. Primero me trata mal y me patea el culo con sus palabras y después me acosa y me envía fotos locas. ¿Quien la entiende?.

Nicolle, necesita un psiquiatra y que la esposen en una camilla, y...

Mierda. No se porque eso sonó diferente en mi cabeza.

Trago saliva y evito todo tipo de contacto visual con ella.

Ah pero como la vida es injusta, ¿adivinen hacia donde viene a sentarse?. Sí, como lo están pensando. Camina lentamente hacia mi con esa sonrisita maliciosa y odiosa, típica de ella.

Como la odio.

¿Porque odias a tu novia, Stanley?

Me cuestiona mi consciencia divertida.

Anda a dormir consciencia.

La muy descarada toma asiento a mi lado, pero yo ignoro su presencia apoteosicamente. Porque es que ni siquiera quiero verla...bueno si, pero no. ¡Ahg! Si quiero verla pero me niego a mirarla. Su cercanía comienza a surtir efecto en todo mi cuerpo haciendo que los vellos de mi piel se ericen. Mi cuerpo me traiciona y odio eso, odio el poder que ella tiene sobre mi cuerpo solo con su cercanía. Antes ni siquiera me afectaba, era inexistente para mi, pero ahora todo de ella me altera inconscientemente.

Odio sentirme vulnerable ante su presencia. El olor a su perfume de fresas llega hasta mi olfato y no puedo negar que me gusta como huele. Y a pesar de que la odio por insoportable e irritante, tiene ciertas cosas que me gusta. Y que no deberían de gustarme. Como sus labios rosados o la forma en que sus ojos me miran, como si quisiera devorarme solo con su mirada.

Per eso jamas lo admitiría, primero muerto antes de inflarle el ego a Nicolle.

-¿Estas bien, Einstein? Te noto tenso.

-Lo estaba antes de que llegarás, Morrison. Y no estoy tenso, solo estoy concentrado.

Le respondo mientras finjo escribir en mi libreta, sin mirarla.

-Ya.

-¿Y que haces tu aquí?.

-Estudiar.

Giro mi rostro para mirarla. Pero fue una grave error. En el momento en que mis ojos se conectan con los suyos, mi corazón empieza a latir con más fuerza y disimuladamente trago saliva. Mi vista baja de sus ojos a sus labios entreabiertos y la imagen de su boca húmeda sobre la mia llega a mi mente, reavivando ese momento. Levanto la mirada de nuevo a sus ojos e ignoro mis recuerdos. Me mantengo serio y firme mientras la observo. Pero ella sonríe de lado con picardía como si supiera lo que estoy pensando. Su cabello violeta cae suelto por sus hombros, pero en la raíz aun sigue siendo castaña. El color resalta en su blanca y pálida piel haciendo contraste. Y no voy a negar que le queda bien. Aunque todavia no entiendo porque las mujeres hacen todo ese tipo de cosas. No se si es para sentirse bien consigo mismas o para complacer a los demás. Creo que hacerse ese tipo de cosas me parece estúpido, porque no hay nada mas hermoso que la naturalidad. Pero las mujeres son incomprensibles, por no decir locas.

-¿Y desde cuando a ti te gusta literatura?.

-Desde hoy.

-Ya.

-Deja de copiar mis palabras, Einstein.

-Y tu deja de perseguirme, Morrison.

-¡No te estoy persiguiendo! ¡No te creas el dueño del mundo, Stanley!.

-¿Y porque estas aqui?.

-Porque me da la gana. ¡Dah!

-¿Sabes que? Me da igual lo que hagas y que no. Si estas persiguiéndome o no. Solo alejate de mi, ¿ok?.

Ella se ríe, como burlándose de mis palabras.

-Bien. Estoy aqui por ti.

Trago saliva inconscientemente ante sus palabras. Quisiera decir que esas palabras no hicieron efecto en mi, pero estaría mintiendo. Rasco mi frente un tanto nervioso sin mirarla.

-Yo no te lo he pedido.

-Puedes pedírmelo y con gusto lo daré.

O yo estoy loco o esas palabras sonaron en doble sentido. Prefiero pensar que estoy loco e ignoraré sus palabras como si no las hubiera escuchado. No le respondo, me mantengo firme y con la mirada al frente.

-¿Porque estás ignorándome, Stanley?.

La forma en la que dice mi nombre, en un susurro, hace que los vellos de mi piel se ericen por completo.

-Porque quiero.

-¿Que te he hecho para que me trates así?.

Hablarme, besarme, morderme, tocarme, acariciarme, ¿Te parece poco?.

Lo pienso pero no lo digo, y mejor opto por callarme mis palabras.

-Eres un niño malo, Stanley. Me gustan los niños malos...-bromea.

-Haz silencio, Morrison que estamos en clase. Porque si a ti no te interesa la clase, a mi si. -le susurro entre dientes con dureza.

-¿Sabes?. -ella ignora mis palabras, como siempre,- Me gusta que me trates mal, eso me hace pensar que estoy logrando mi objetivo.

Arrugo el entrecejo.

-¿Que objetivo?.

-El de volverte loco, Einstein. -me callo ya que me ha dejado sin palabras. -Hasta he llegado ha pensar que te gusto, pero claro, tu no lo admitirías ni aunque te pagaran, ¿Cierto, Einstein?.

-No me gustas, Nicolle. Jamas me gustaría una persona como tú.

Ella se carcajea en silencio.

-Y según tu, ¿Como soy yo, Stanley?. Iluminame.

Respondo sin siquiera pensarlo:

-Loca.

-Si...tienes razón. ¿Quien se fijaría en una loca como yo, que soy una mala influencia para la humanidad?.

Algo dentro de mi me dice: Yo, yo me fijaría en ti. Pero me obligo a no sentir nada por ella.

Ella se ríe.

-¿Sabes, Einstein?. Estar loco no es tan malo. -reflexiona. -¿Sabes que sería extrañamente loco?.

-¿Que?.

-Que yo me enamorara de ti. -responde y el pulso se me acelera. Ella ríe divertida, se levanta de su asiento y sale del salón, mientras sus palabras se pasean por mi mente una y otra vez.

Y ese es mi problema, Nicolle. Yo si me enamoraría de ti, aunque no lo quisiera.

♡♡♡

Llego al comedor para almorzar algo, aunque no tenga mucho apetito. Veo a Gerson en una mesa de las esquinas y me hace señas con sus manos para que me siente con él. Lo pienso por un momento. Estoy furioso con él, pero es mi mejor amigo y el único que tengo. Se supone que los amigos te apoyan, te ayudan, te guían por el buen camino, pero el mio no. Se empeña en cagarla, en llevarme por el camino del mal, en obligarme a hacer algo que no quiero.

A veces odio tenerlo como mejor amigo.

Dudoso sigo mi camino hasta llegar a su mesa. Tomo asiento frente a él y coloco la bandeja con mi almuerzo sobre la mesa.

-¡Hey, Stan!.

Me saluda sonriente pero su sonrisa se desvanece cuando lo miro fulminándolo con la mirada.

-Aun sigues molesto...

-Que bueno que lo comprendas, Gerson.

-¡Vamos, Stan! Necesitabas un pequeño impulso.

-¿Impulso?. -lo miro incrédulo.

-Sí, con Nicolle.

Pongo los ojos en blanco y luego suelto un suspiro cansado.

-Escucha, Gerson. No necesito que me ayudes en nada. No siento nada por Nicolle y no quiero nada con ella. -miento. -¿Comprendes?.

El me mira dubitativo, sin creerme ni una palabra y se cruza de brazos.

-¿Hasta cuando vas a seguir mintiéndote?

-¡No estoy mintiendo!

-Y yo soy Dios...

-No quiero hablar de ella, Gerson. Se acabó de el tema. -digo tajante.

Empiezo a comer mi almuerzo mientras ignoro a mi amigo. Luego de unos minutos el vuelve a abrir su boca.

-¿Y cuando piensas hablar con ella?.

-No quiero hacerlo, Gerson.

-¿Y que harás con tus padres? Se supone que Nicolle. -hace comilla con sus dedos. -Es tu "novia".

-Sí y todo por tu maldita culpa.

-Eres un amargado, Stan. Si yo fuera tú, hablaría con ella y le pediría que saliera conmigo, follaríamos...

-Nos casaríamos, tendríamos diez hijos y viviríamos felices para siempre. -termino por el sarcástico.

El se encoge de hombros.

-Sería divertido.

-¡Dios!. -gruño molesto. -No voy a pedirle a Nicolle que sea mi novia.-espeto en un susurro, ya que no quiero que todo el instituto me escuche y de paso se burlen de mi.

-¿Entonces que harás, Stan?.

-Debería asesinarte, primero que nada. -el se ríe mostrando sus braquets. -¿Porque tienes que joderlo todo, Gerson?.

-Deja de lloriquear, Stanley. Si tanto te molesta pedirle a Nicolle que salga contigo solo para fingir frente a tus padres, entonces dile a tu padre que eres un feo homosexual y ya. -me cuestiona. -Deja de ser tan idiota y aprovecha esta oportunidad. No todos los días sales con una chica linda como Nicolle.

-No quiero salir con ella, Gerson.

-¿Porque? ¡Dios! Solo inténtalo por primera vez en tu vida. ¿A caso quieres morir virgen?.

-Si, asi iré al cielo.

-Pues yo prefiero ir al infierno a morir sin haber penetrado una vagina.

Esas últimas palabras las dice en voz alta y algunas cabezas nos miran con risitas. Es cuando quiero dejar de existir.

-Tan imprudente como siempre.
Le reprocho y el se carcajea. Se encoge de hombros restándole importancia al asunto y le da un sorbo a su jugo de manzana.

A veces quisiera expresarme abiertamente como Gerson, pero no podría hacerlo. La vergüenza me gana. Decir la palabra "vagina" en voz alta, me haría querer enterrar la cabeza en un hoyo como un avestruz. Me es incómodo decir ese tipo de palabras delante de las personas. Soy mas reservado con mis cosas.

Esas palabras sonaron diferente en mi cabeza. ¡Joder!

Le doy un sorbo a mi jugo de naranja y luego mi vista se queda fija en un punto en concreto: en la mesa del grupo de Timothy. Veo a Nicolle sentada sobre las piernas del susodicho y quisiera decir que no me afecta, que no me molesta. Pero, ¡Maldición!. La vena de mi cuello se infla, siento que la cara se me prende en fuego y el corazón me palpita furiosamente. Tenso la mandíbula y trago saliva, sin apartar la mirada de ellos. Timothy tiene una de sus manos sobre su muslo al descubierto y con la otra rodea su cintura.

Lo se, lo se, no debería sentirme de esta manera pero me da rabia. Solo de verla a ella sentada sobre el regazo de otra persona que no soy yo, me hace querer enloquecer.

¡Bájala de tus malditas piernas, Lester!

Grito mentalmente.

Deja de tocarla. Ella...

No. Aparto de mi mente lo que estaba pensando. Porque ella no es mia y nunca lo sería.

No dejo de observarlos, ella sonríe divertida con sus amigos mientras que Timothy pasea su mano por su muslo lentamente.

Me levanto de la silla abruptamente, me hierve la sangre.

-¿Que pasa, Stan?.

Dejo de escuchar a Gerson, cuando camino a paso decidido a la mesa de ellos.

-¡Stan!.

Escucho a Gerson gritarme pero lo ignoro. Nicolle gira su cabeza aun sentada sobre las piernas de Timothy y me mira incrédula. Hago contacto visual con ella y la fulmino con la mirada. Todos me observan mientras hago puños mis manos a mis costados. Me dejo llevar por mis impulsos. Los amigos de Timothy dejan de reir cuando notan mi presencia. Me quedo parado, mirando fijamente a Nicolle. Timothy me mira divertido y me dice:

-Rarito

-Rara, tu abuela.

Espeto molesto y el se carcajea.

-Vaya, Vaya, pero si el Nerd sabe defenderse.

Lo ignoro.

-Nicolle, necesito hablar contigo.

Ella me mira confundida.

-Ah...

-Ella está conmigo y de aquí no se va. -la corta Timothy.

Gerson llega a mi lado y me susurra:

-¿Que coño haces, Stan? ¿Quieres que Timothy te mate?.

Permanezco de pie frente a ellos e ignoro a mi amigo.

-Nicolle...

-Yo...

-He dicho que ella no se mueve de aqui.

Se levanta de su asiento y Nicolle queda de pie a su lado. No veo nada de diversión en su rostro solo confusión, curiosidad.

-Nicolle...

-Que...

Empieza Timothy y no lo dejo hablar ya que le acesto un golpe en la naríz rápidamente. No se de donde mierda saqué la valentía y lo más probable es que no salga vivo de esta. Timothy cae al suelo mientras se sostiene la naríz, la cual sangra. Me acerco a Nicolle la tomo de la mano y la arrastro conmigo, mientras que todos los presentes nos observan.

-¡Me las vas a pagar...!.

Logro escuchar que dice Timothy pero salgo del comedor hecho una furia. Nunca me había sentido tan molesto en la vida y mucho menos por una chica, mucho menos por ella. ¡Maldición!.

Ella siempre saca lo peor de mi, lo oculto de mi ser, me hace actuar de una forma que ni yo mismo comprendo. Mi cuerpo tiembla, siento la sangre en mis venas fluir incesantemente mientras que mi corazón late frenéticamente.

-¿Que te sucede? ¡¿Estas loco?!.

Escucho hablar a Nicolle mientras la arrastro detrás de mi. Llegamos al laboratorio, entramos y cierro la puerta con seguro. La suelto de la mano y la empujo de espaldas contra la pared.

-Se puede saber, ¿Que mierda te sucede, Einstein?.

-Tú. Siempre eres tú.

Mi pecho sube y baja rápidamente, trago saliva tratando de controlar mi respiración agitada, pero no lo logro. Sigo respirando con mas dificultad, mientras que Nicolle me interroga con la mirada.

-¿Estas celoso, Einstein?.

Ella se ríe. Y quisiera gritarle en su cara que sí, que no soportaba verla con Timothy pero reprimo las ganas y dejo mis palabras en lo más profundo de mi garganta.

No le respondo porque creo que mi silencio lo dice todo.

Y aunque odio admitirlo, si, estaba celoso pero eso no saldrá de mi boca.

-¿Te molestó que estuviera con Timothy, Einstein? ¿Porqué?.

Coloco ambas manos a los costados de su cabeza y la miro fijamente a los ojos y luego mi mirada se desvía a sus rosados labios.

-Si.

Ella lame sus labios rápidamente como saboreando mis palabras.

-¿Que sentiste?. -me susurra y siento su cálido aliento sobre mis labios.

-Rabia.

Como si estuviera a punto hacer erupción...

Ella sonríe de lado y luego muerde su labio levemente sin dejar de mirarme.

Trago saliva porque ese acto me parece demasiado indecente. Asi que con una de mis manos le levanto el mentón y deshago el agarre de sus labios.

Un delicioso cosquilleo comienza a consumirme lentamente y cada molécula de mi cuerpo se altera irremediablemente.

-¿Te gusta mi boca, Einstein?.

Trago saliva de nuevo, involuntariamente mientras mi entrepierna empieza a endurecerse con cada una de sus palabras.

Asiento.

-Sabia que eres un niño malo, Einstein.

Mantengo mi mandíbula tensa mientras el endurecimiento de mi pene se hace demasiado evidente ante sus ojos.

Ella ríe.

-Creo que tu amigo piensa lo mismo. -señala con su mirada mi entrepierna, pero yo mantengo la vista sobre sus ojos.

Entreabro los labios levemente porque siento que me falta la respiración, mientras que los latidos de mi corazón retumban en mis oídos.

No debes hacerlo, Stanley. Apartate de ella. No caigas en su juego.

-Te odio, Nicolle.

-Lo se.

Me susurra y me dejo llevar por mis impulsos. La beso, abrupta y salvajemente. Con hambre y desesperación. Jamas había necesito tanto algo en la vida como besarla.

Lo necesitaba.

Ella me corresponde y me devuelve el beso con la misma intensidad. Poseyendome con su lengua, logrando su maldito objetivo: volverme loco. Mi zona baja empieza a palpitar con desespero, mi cuerpo vibra con sus besos. Solo he dado dos besos en mi vida y han sido con ella.
Con la irritante e insoportable, Nicolle Morrison; con la chica que me vuelve loco cada dia que pasa.

Me separo de ella con la respiración hecha un caos y descanso mi frente sobre la suya. Suelto un suspiro mientras mantengo mis ojos cerrados.

-¿Porque estas temblando?

Me pregunta ella y yo le respondo sin aliento:

-No lo se.

Siento la sangre fluir locamente por mi sistema y efectivamente estoy temblando. Necesito más, necesito.

Vuelvo a besarla solo presionando mis labios sobre los de ella, mientras aprieto mi cuerpo con el de ella. Siento que me estoy quemando, que en cualquier momento voy a convertirme en cenizas. Ella abre sus labios para profundizar el beso y me dejo llevar por ella.

Y una idea se me pasa por la mente.

Sujeto su labio inferior entre mis dientes y la muerdo. La muerdo con mucha fuerza, la escucho jadear en mi boca y la suelto. Cuando me separo de ella me doy cuenta de que le he roto el labio y tiene un poco de sangre. No soy un salvaje pero se lo merece por hacerme perder la cabeza.

Esta vez me toca reir a mi. Ella toca su labio y me fulmina con la mirada. Me giro sobre mis talones para salir del laboratorio.

-¡Te voy a matar, Einstein!.

Sonrío de lado y antes de salir por la puerta, hablo:

-Jaque Mate, Niña tonta.

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Nota de autora:

¡Se prendió esta mierda!😨🔥

Dejen sus votos y sus opiniones.
¿Que les pareció este cap?.

¿Les gusto el ataque de celos de Stanley?

AHHHH, ESTO SE VA A PONERRR BUENOOOO, MI GENTEEEE🔥

¡Gracias por leerme! ❤

Love you, Extrañas😍✌

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