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Capitulo 3 💜

Capitulo 3

Nicolle

—¿Que le ves?. —me pregunta mi amiga pelirroja mientras caminamos por el pasillo hacia la biblioteca. —Es un idiota. —añade, refiriéndose a Timothy.

—Un idiota muy Sexy. —la contradigo.

—Y un mujeriego también. —agrega con desprecio.

—¿Y eso que? No me importa. —me encojo de hombros restándole importancia. No soy una mujer de tener relaciones serias con nadie, solo me gusta divertirme y follar, nada mas. Odio las relaciones sentimentales, eso de enamorarse y que luego te rompan el corazón, no es lo mío. Ya me sucedió una vez, no me volverá a pasar.

Ella suelta una risa amarga mientras me mira.

—Estas demente, Nicolle. Ese chico no quiere nada serio contigo. Solo quiere meterte su aparato reproductor masculino y dejarte sus espermatozoides dentro.

Río. Me causa gracia la forma tan educada en la que lo dice.

—¿Me crees si te digo que quiero sus espermatozoides dentro de mi?.

—¡Que asco!. —hace una mueca de desagrado y yo me río divertida.

—Lo siento, Cami. Es que a veces se me olvida que eres virgen.

Los estudiantes la biblioteca me miran y yo miro a Camilla, ella me mira a mi con cara de vergüenza.

 Ok, creo que lo dije en voz alta.

Finjo una sonrisa.

—Lo siento. —les digo a los presentes en un susurro y Camilla quiere asesinarme con la mirada. Seguimos nuestro camino ignorando a todos como si nada hubiera pasado. Buscamos en los estantes nuestros respectivos libros.

—No quise decirlo en voz alta. —me disculpo y suelto una risotada, pero rápidamente me cubro la boca con la mano sin parar de reír.

—Muy graciosa. —bufa mi amiga.

—Mañana perderás tu virginidad. —le digo mientras busco un libro de Química en los estantes. Ya les dije que odio Química, bueno, la odio.

—¿Que?. —ella voltea a verme desconcertada. —No, gracias. No quiero perder mi virginidad con cualquier idiota.

—Tienes dieciocho, eres hermosa y tienes un cuerpo de infarto. ¿Por quien esperas? ¿Un príncipe azul?.

—Espero el momento adecuado y la persona adecuada. Ya te lo he dicho, quiero que mi primera vez sea especial.

Pongo los ojos en blanco.

—Deja de leer tantos libros románticos, Camilla, perderás la cabeza un día de estos. No esperes que tu primera vez sea como en los libros, porque eso no sucederá. La realidad es muy distinta. —comento mientras sigo buscando mi libro en el estante. —Pero, si en algún momento decides hacerlo con cualquier idiota, yo te apoyaré.

Sonrío y ella menea la cabeza negativamente.

—Eso no sucederá, Nicolle.

—Ya lo veremos.

La bibliotecaria nos fulmina con la mirada y Camilla y yo teníamos los labios para no reír. Cuando encontramos nuestros respectivos libros nos dirigimos a la salida.

—Nop, definitivamente no le pediré a nadie que me folle.

—Sería de lo más fácil.

—¿Qué, pedirle a alguien que tenga sexo conmigo?.

—Si.

—¡Claro que no! Para mi sería de lo más vergonzoso.

—Ni que fuera algo de otro Mundo. Es solo sexo, Camilla.

—Y según tú, ¿Cómo se supone que debería pedirle a alguien que tengamos sexo?.

—Fácil. Le dices: “Oye, corazón,  ¿Te gustaría meter tu aparato reproductor masculino en mi aparato reproductor femenino?”. Y listo. No es para nada complicado. Los hombres nunca dicen que no a una propuesta como esa.

Camilla me mira como si me hubiese vuelto loca.

—¿Qué?.

—Es la propuesta más terrible y vergonzosa que he escuchado en mi vida.

Bufo.

—Aburrida.

 Llegamos hasta el laboratorio de Química y tomamos asiento una en frente de la otra. No quiero leer, solo quiero irme a casa y dormir como un Koala. Los Koalas son adorables, aunque un poco flojos. Bueno, creo que en mi vida animal yo sería un Koala.

Saco mi libreta de la mochila y la coloco sobre la mesa. Abro el libro y empiezo a ojear. Necesito investigar sobre la teoría de la relatividad y unas mierdas que no me importan. ¡Que perdida de tiempo! Yo solo quiero llegar a casa y dormir.

Suelto un suspiro. Todo está en silencio no se escucha ni siquiera nuestras respiraciones, todos están concentrados en sus portátiles y otros en sus libros. ¡Que aburrido!.

Odio el silencio, me da miedo el silencio. Observo a Cami al frente y está concentrada escribiendo sobre su investigación de Biología. Desvío la mirada de ella cuando alguien entra por la puerta de la biblioteca: El Nerd.

¡Por dios!, de verdad odio esa chaqueta de lana a rayas. ¡Es patética!. De solo verlo siento que voy a morir de Cáncer de Ojos. No sé si esa enfermedad exista, pero bueno, su atuendo es un castigo para mis órganos visuales. Es un completo desastre. El no me ve solo camina con la cabeza gacha hasta que llega a una de las mesas de la esquina. Toma asiento y deja la mochila en el piso sacando sus libros y lápices. Dejo de mirarlo.

—Ve a pedirle ayuda.

—¿Ah?.

Cami no me mira.

—Que vayas a pedirle ayuda de una vez, Nicolle.

—¿A quien?. —le pregunto haciéndome la loca. Ella levanta su cabeza y me mira entornando los ojos.

—A Stanley.

Frunzo el ceño.

—¿Quien es Stanley?. —Le pregunto incrédula porque nunca había escuchado ese nombre. Ella pone los ojos en blanco con ástio.

—El Nerd. —me dice con obviedad. —Ese es su nombre.

Me encojo de hombros.

—Pues no lo sabía.

Ella menea la cabeza negativamente y vuelve a mirar su libro y empieza a escribir.

—Deberías saberlo. Al fin y al cabo es tu compañero de clases. —me reprocha.

—Da igual. No me importa su existencia, sinceramente.

Ella pone los ojos en blanco sin dejar de escribir. Levanto mi vista y veo al tal Stanley "el rarito", concentrado leyendo un libro de ¿Astronomía?, eso dice la portada del libro que sostiene en sus manos y hay un montón de planetas. ¿Enserio? Cada vez se vuelve mas raro ante mis ojos y eso que ni siquiera lo conozco.

Mi teléfono comienza a vibrar aparto la mirada del Nerd y tomo mi iPhone que está sobre la mesa y echo un vistazo. Hay un mensaje de WhatsApp entrante del grupo del Instituto. Es Timothy quien lo ha escrito.

Esta noche, fiesta en mi casa. Están todos invitados.

Temática: Bad Boys

Todos quieren asistir, ya que hay un montón de respuestas confirmando asistencia. La casa de Tim es enorme, es como una mansión y sus padres siempre están de viaje así que el aprovecha para hacer fiestas sin que sus padres se enteren. He ido a muchas y esta, por supuesto que no me la perdería. Siempre han sido de temáticas, la última fue sobre Good Boys y todos iban vestidos de blanco hasta yo, parecíamos Ángeles en medio del infierno.

—¿De que te ríes?. —me pregunta Camilla, observándome. Le muestro mi celular y ella lee.

—¿Fiesta en su casa?. —asiento emocionada. —Ni trates de convencerme porque no iré.

—¡Por favor, Camilla!. —ella niega. —Dejare que te folles al que esté mas bueno.

—No quiero ir. Tim es insufrible y lo odio con todo mi ser. Es arrogante, odioso y se cree el dueño del mundo.

—¿Vas a dejarme ir sola?.

—Si.

—¿Y si alguien trata de sobrepasarse conmigo?.

Ella pone los ojos en blanco ante mi intento de broma y se ríe.

—Será todo lo contrario.

Coloco mi mano en mi corazón con dramatismo.

—¿Cómo osas decir semejante barbaridad? ¿Me crees capaz de semejante atrocidad?

Ella se ríe y menea la cabeza al mismo tiempo.

—No tienes remedio, Nicolle.

Sonrío divertida.

—¿Irás conmigo?.

—He dicho que no.

—¡Por favor! — le suplico. Ella pone los ojos en blanco y luego de unos minutos sonríe. Algo se le ha ocurrido la conozco esa mirada pícara me da miedo, se que va a decir algo que no me va a gustar.

—Solo si...

—No. —La corto.

—Hazme la tarea e iré contigo.

—¿Que?.

Ella se encoge de hombros.

—Es mi condición si quieres que te acompañe. —la fulmino con la mirada y gruño.

—Te odio.

💜💜💜

Las clases dan por terminadas y es cuando siento la felicidad tomar mi cuerpo. Odio el instituto tiene algo parecido a una cárcel y eso me amarga la vida.

Todos los estudiantes salen y yo hago lo mismo. Bajo los escalones y llego hasta la acera donde están estacionados los coches en fila. Cada estudiante tiene su propio puesto. Pero no todos tienen autos, ya que también hay estudiantes con motocicletas y esas están estacionadas del otro lado. Busco mi Mercedes rojo entre la multitud hasta que doy con el. Busco la llave en mi bolso y abro la puerta del auto. Rápidamente dejo mi bolso sobre el asiento del copiloto y luego me subo. Enciendo el auto y este no enciende. ¡Mierda!. Vuelvo a intentar encenderlo y nada. ¡No puede ser! ¡No funciona!. Gruño e intento por última vez. Enciende pero luego se apaga. Empiezo a golpear el volante con mis manos con furia.

—¡Joder!. — grito. Salgo del auto hecha una fiera y tiro la puerta con fuerza. Me recuesto sobre la puerta y me cruzo de brazos. ¿Y ahora que hago?. Todos se han ido hasta Camilla. ¡Que mala suerte de Mierda!. Veo venir al Nerd con las manos en los bolsillos de su pantalón de anciano. Cruza una mirada conmigo pero luego me ignora. Me doy cuenta de que su auto está al lado del mío. No se que marca es solo se que es pequeño y negro. Me le quedo viendo unos instantes.

—¿Necesitas algo?. —me pregunta y yo niego con la cabeza.

—No, solo espero a alguien. —Miento. No quiero pedirle ayuda.

—Ok. —me dice, se mete en su auto y lo enciende. La ventanilla de este lado esta abierta así que puedo verlo desde adentro. El me observa.

—¿Segura que no necesitas ayuda?.

—Segura. —Le digo con voz firme. El asiente y conduce el auto de retroceso para luego girar e irse. ¡Mierda! ¡Mierda! ¿Ahora que hago?. No puedo dejar que se vaya no quiero quedarme sola. Mi madre está trabajando y no tengo quien pueda socorrerme. Ni siquiera Timothy porque su motocicleta ya no esta. Suspiro y veo el auto del Nerd dar la vuelta.

—¡Espera!. —le digo y el detiene su auto. Camino hacia él. Mañana me voy a arrepentir de esto. El frunce el ceño.

—Mi auto se averió, ¿Podrías darme un aventón? No tengo como llegar a casa.  

—¿Y quieres que yo te lleve?.

Pongo los ojos en blanco.

—Si, genio.

Por desgracia de la vida.

—Sube. —me dice y yo obedientemente lo hago. Juro que no quiero hacerlo, no quiero que nadie me vea con el Nerd. ¡Por Dios que dirán de mi!. Cierro la puerta y el arranca. Trago saliva y no digo ni una sola palabra, solo me limito a observar por la ventanilla. Mi vecindario queda a unos cuantos kilómetros del instituto.

El Nerd enciende el reproductor de música y coloca una canción de lo mas rara . Es un poco como él, anticuada. Es romántica y clásica. Y yo odio la música clásica. Lo observo de reojo y está concentrado con la vista al frente mientras conduce. Estiro mi brazo y cambio la música. En ese momento nuestras miradas se conectan. Sus ojos son muy oscuros pero no son intimidantes, más bien normales. Su cabello es oscuro haciendo contraste con sus ojos. Sus labios un poco gruesos se ven rojos. Su piel es muy blanca casi igual que la mía. No se porque coño estoy detallándolo tan descaradamente. Me llaman la atención sus ojos. Esos ojos negros tienen algo llamativo, pero no se que es. En definitiva, el chico no es tan horrible. Suena Cheerleader en la radio y el frunce en ceño, creo que está molesto.

—¿Que haces?. —me pregunta.

—Actualizándote, Rarito. —le digo y aparto mi vista para mirar al frente. Estira su mano y vuelve a cambiar a la música. Yo estiro mi mano y vuelvo a mudarla. Así estamos por unos segundos y entonces el se cansa y habla.

—¡Ya para!. —me exige. — Estás en mi auto y mientras estés en el, escucharas lo que yo quiera, ¿Vale?.

Empiezo a reírme de él. Es un amargado.

—Tus gustos musicales son pésimos.

—Me importa muy poco tu opinión, Niñata.

¿Quien mierda se cree este idiota?.

Lo enfrento cruzada de brazos

—¿Qué has dicho?.

—Eres insoportable. —

—Y tu un amargado. — contrataco.

—No es tu problema.

—Niño virgen.

—¿Por qué mejor no te callas?.

—Cállame tú.

Esto de molestar a la gente me apasiona. Diría que es uno de mis pasatiempos favoritos. Me mira realmente molesto.

—¿O te callas o te bajas de mi auto?

—¿Disculpa?.

—Lo que escuchaste, Niñata.

Muerdo el interior de mi mejilla conteniendo las ganas de decirle todo lo que pienso.

—Detente. Me bajo aquí.

—Aun falta para que llegues a tu casa, ¿No?.

—¿Y a ti que diablos te importa? ¡Bájame aquí!.

Frena abruptamente el auto y me bajo echa una furia. Tiro la puerta con fuerza y a través de la ventanilla le muestro mi dedo medio.

—Vete al infierno, Idiota.

Me fulmina con la mirada y se va, dejándome tirada en medio de la vía. Al menos estoy cerca de mi vecindario.

Ese rarito va a pagármelas. No sabe con quien se ha metido.

💜💜💜

Nota de autora

¡Gracias por leerme! Espero te haya gustado este capitulo.
Deja tu votito aqui abajo te lo agradeceré eternamente.

¿Opiniones?

¿Que te parece Stanley?

¿Que te parece Nicolle?

Muchísimas gracias.

Guarda esta historia en tu biblioteca y sígueme para mas contenido.

Un saludo desde venezuela

P A T R I X I A💜

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