Capitulo 26

Nicolle

Parpadeo varias veces para acostumbrarme a la luminosidad de la habitación. Mi cabeza duele e inmediatamente masajeo mis sienes con mis dedos para intentar calma el dolor pero es en vano, ya que el dolor no desaparece. Cuando por fin abro mis ojos, observo el lugar donde me encuentro. Frunzo el ceño porque la habitación me parece conocida, pero no es la mia tampoco la Timothy, ni la de Camilla.

¿Dónde mierda estoy?.

Intento recordar lo que pasó la noche anterior mientras me siento en la cama.

Recuerdo que fui a la fiesta de Tim también que jugamos y nos manoseamos. Luego...

¡Ah ya!. Gerson se ofreció a llevarme a casa pero yo le dije que no recordaba donde quedaba mi casa, entonces...

Abro mis ojos como platos al recordar que le pedí al pecoso que me llevara a la casa del Nerd.

Osea que...estoy en su casa, exactamente en su habitación.

-Mierda...

Murmuro por lo bajo. Ni siquiera recuerdo como llegué aqui y que pasó después. Me levanto de la cama con la cabeza palpitándome y llego hasta el baño. Me observo en el espejo y...estoy hecha un asco. Veo mi vestido negro tirado en el piso y es cuando me doy cuenta que llevo una camiseta que no es mia.

¿Es de Stanley? ¡Triple mierda!.

Y estoy desnuda, ¿Pero como? ¡ah! Ya lo recuerdo, Tim se quedó con mi braga. Puto Timothy Lester.

Suelto un suspiro y abro el grifo del lavamanos. Me lavo la cara y los dientes para despejar un poco mi mal aspecto. Al fin y al cabo cumplí con mi cometido: volverme mierda.

Cuando termino me quito la camiseta y miro mi cuerpo en el espejo.

¡Maldita sea!.

Veo un pequeño círculo morado en uno de mis senos. Lo recuerdo, Timothy me lo hizo. ¡Un maldito chupón! ¡Ese idiota!.

Pero anoche eso no te molestaba para nada, querida.

Cállate, consciencia. Que por tu culpa es que hago locuras.

Definitivamente me volví mierda anoche.

Recuerdo que estaba muy excitada cuando me vine de la fiesta. También recuerdo haber vomitado y también recuerdo haberme masturbado...

¡Mierda!.

¿Que hice anoche?.

No recuerdo nada más.

Suelto un gruñido enfadado y me meto a la ducha, tal vez así se me enfríe el cerebro y pueda pensar con claridad.

Minutos después seco mi cuerpo con una toalla y vuelvo a colocarme mi desastroso pero lindo vestido.

Salgo de la habitación bajando por las escaleras, escucho voces provenientes de algún lugar y me detengo en seco.

-...¡que sea la última vez que traes a Nicolle a mi casa!.

Reconozco esa voz, es la de Stanley.

-¡No fue a propósito, Cabrón!. Ella estaba demasiado ebria. No iba a dejarla tirada.

Replica la otra voz también conocida: la del pecoso.

-...Por cierto, ¿Que pasó anoche? ¿Ella durmió contigo?.

Le pregunta divertido el pecoso mientras yo me quedo en la escalera esperando su respuesta. La cual es muy obvia; el nunca me follaría.

-¡No seas idiota, Gerson! ¡Entre ella y yo no pasó nada!.

-¿Pero durmió contigo?.

-¡No!. Ella durmió en mi habitación yo me fui a la de huéspedes.

-¿No te la follaste?.

Le pregunta Gerson en tono de sorpresa y yo tenso mis labios para no reir.

-¡No!.

-¡¿Porqué?!.

-Porque...

Termino de bajar las escaleras fingiendo que no he escuchado nada y finjo inocencia.

-Hola, chicos.

Los saludos, ellos se miran mutuamente y se callan al instante. Ambos están en la cocina sentados frente al mostrador, cada uno con una taza de ¿Cereales?, o eso creo.

Finjo demencia y llego hasta ellos, me siento en una de las sillas al lado del pecoso, quien reprime una sonrisa.

-¿De que hablaban?.

Rompo el silencio ya que ambos se quedaron callados.

-De...

Empieza Gerson, pero Stanley lo fulmina con la mirada y lo corta rápidamente:

-De nada.

Gerson menea su cabeza y luego sonríe divertido. Stanley me observa por unos instantes y compartimos una mirada, quedamos unos segundos mirándonos, pero el rompe el contacto visual dándome la espalda para ir al refrigerador.

- ¡Que humor!.

Digo por lo bajito, miro a Gerson y el se encoge de hombros.

-¿Que le pasa?.

Le susurro mientras descanso mis antebrazos sobre el mostrador.

-Creo que está molesto porque te traje aqui.

Me responde también en un susurro apenas audible, hago una mueca y asiento comprendiéndolo.

El pecoso sigue comiendo sus cereales, como si fuera un niño pequeño mientras aun lleva su ropa de la noche anterior por lo que supongo que también se quedó aqui. Poso mi vista al frente dónde veo a Stanley caminar de un lado a otro con un cartón de leche y una caja de cereales. Lleva una camiseta blanca, un joggins negro ancho y en sus pies unos calcetines del mismo color. El se gira de repente y yo aparto la mirada observando un punto cualquiera que no sea él.

-Ten.

Lo escucho decir y me desliza una taza con cereales, también una pastilla y agua. La recibo amablemente.

-Gracias, Einstein

Pasa saliva rápidamente y se aleja sin decirme una sola palabra. Hoy está mas raro que de costumbre. ¿Será que pasó algo anoche que no recuerdo?.

Ignoro mis pensamientos y empiezo a comer mis aros de colores.

Escucho la puerta principal abrirse y veo a Mara entrar por ella. Frunce el ceño cuando nos mira.

-Hola, Mara.

La saludo.

-Hola, Nicolle. ¿Qua hacen aqui a estas horas de la mañana?.

Mira a Gerson y luego a mi.

-Ah...bueno...estuvimos de fiesta anoche y luego vinimos aqui.

-¿También te quedaste?. - me pregunta en un tono de sorpresa y yo solo asiento. - Oh.

Es lo único que pronuncia. Yo le sonrío y ella me devuelve el gesto.

- Bueno...me yo me iré a casa. Mi madre va a asesinarme. - comenta Gerson levantándose de su asiento.

- ¿Puedes llevarme a casa, Müller?. Es que no se donde dejé mi auto.

- Claro, vamos.

No termino de comer los cereales. Me levanto de la silla y beso a Mara en la mejilla como despedida.

- Nos vemos luego, Mara.

Me dispongo a caminar con Gerson a mi lado. Veo a Stanley bajando las escaleras con el ceño fruncido y la mandíbula tensa.

Nos quedamos viendo unos segundos y el baja la cabeza ignorándome. Aparto la mirada de él y sigo mi camino detrás de Gerson hasta salir de la enorme mansión Montgomery.

♡♡♡

Gerson es un tipo muy raro: primero, sus gustos musicales son bastante extraños. Segundo, su gusto para la moda no tanto, pero creo que es un poco exagerada su forma de vestir. Bueno, viste mejor que el Nerd. Pero me agrada podría decir que es uno de los mios.

Le doy las gracias por traerme y el me sonríe.

Al entrar a casa, el olor a café recién hecho se impregna en mis orificios nasales. El vicio de mi madre: la cafeína. La veo en la sala sentada en el sofá tomando una taza humeante de café. Esta viendo la televisión, ni siquiera me ha escuchado llegar. Empiezo caminar de puntitas, sigilosamente. No quiero escuchar sus sermones, es muy temprano para eso. Llego hasta el pie de la escalera y su voz me detiene en seco:

- Vaya, hasta que por fin aparece la señorita.

Aqui vamos

Me giro y finjo una sonrisa para verla a la cara. Tiene un ceja levantada y su rostro serio. Esto no va bien. Esa cara me indica que debo salir corriendo. Lleva su cabello oscuro recogido en un moño y está vestida con un simple vestido floreado. Puedo decir que mi madre es la mandona y de carácter fuerte de la casa. Mi padre era un amor y muy tierno, pero desde que murió mi madre ha cambiado mucho. Es un tanto bipolar, a veces está deprimida como en otras que sonríe y se ve feliz. A veces no la entiendo.

-Buenos dias para ti tambien, Verónica.

Me fulmina con la mirada mientras yo pongo los ojos en blanco. Ella odia que la llame por su nombre.

- ¿Que son estas horas de llegar, Niña?.

- No empieces, Mamá...

-¿Que no empiece?. - repite molesta y se levanta del sofá.- ¿Te has visto? Pareces una Vagabunda, Nicolle.

La ignoro y paso a su lado para ir a la pequeña cocina. Hoy no está de buen humor y lo más probable es que terminemos peleando con cualquier cosa. Saco una botella de agua del refrigerador y le doy un sorbo. Mi garganta reseca se refresca al instante.

- ¿Cuando piensas madurar? Si tu padre te viera en estos momentos moriría de la vergüenza.

Dejo la botella de agua sobre la encimera y la miro fijamente herida por sus palabras. Cuando se trata de mi padre todo me molesta. Cada vez que lo menciona, me duele. Es como si quisiera recordarme que el está muerto y yo solo quiero pensar que está viajando por todos los países del mundo y no que está...muerto.

- Pero el no está para ver el de desastre que soy.

Replico con molestia e indignación. A veces la odio.

- Porque está muerto, Nicolle...

- ¡¿Porque siempre tienes que recordarme que Papá está muerto?.- le grito.- ¿Sabes que? Hubiera preferido que Papá estuviera vivo y no tú.

Suelto sin pensar y de pronto siento un nudo formarse en mi garganta, pero no debo llorar. No soy débil, debo controlar mis emociones.

Mi madre me mira fijamente con la boca entre abierta, dolida por mis palabras.

Salgo de la cocina, paso por su lado y subo a mi habitación.

Llego a mi cama y me lanzo en ella, para abrazar mi almohada. Se que no debí haber dicho eso porque aunque a veces mi madre se vuelva irritante y diga cosas hirientes, me dolería si le sucediera algo. Con perder a mi padre tuve más que suficiente, y aunque no lo acepte se que mi madre tiene razón, soy un completo desastre.

Trago saliva reprimiendo mis ganas de llorar. Extraño tanto a mi padre. Espero algún día poder superar su muerte.

Todo sería diferente si el estuviera conmigo.

♡♡♡

Necesito salir de este encierro. No me gusta estar sola, odio estar sola. La soledad te hace sentir tristeza y nostalgia, y yo no quiero sentirla. Ya quiero que llegue el lunes, y así poder despejarme en el instituto. Hoy es domingo y no quiero quedarme en casa sin hacer nada. Tomo mi teléfono de la mesita de noche y llamo a mi mejor amiga, después de dos tonos ella me contesta:

- ¡Perris!.

Pongo los ojos en blanco.

-Hola, Perris.

Digo sin ánimos.

-¿Estas bien? ¿A quien debo matar?.

Eso me hace reir un poco.

-A nadie loca.

Suelta un sonoro suspiro.

-Menos mal, no quería manchar mis manos de sangre.

Sonrío.

-¿Estas libre, Cami?.

-Oh, por supuesto. ¿Que quieres hacer, Nicky? ¿Robar un banco, asaltar una tienda de zapatos, matar al presidente o ir a un club de chicos Strippers?.

-La última opción no estaría nada mal. -hago énfasis y la escucho reir.

-Pero ya enserio, ¿Que quieres hacer?.

Hago una mueca pensativa.

-No lo se. Estuve pensando en hacerme un cambio de look.

-¿Un cambio de Look?.

-Si, Camilla. Eso que nos hacemos las mujeres para vernos lindas y...

-¡Sé que es un cambio de look, Payasa trastornada!. -sonrío. -Solo digo que me parece extraño ya que me dijiste que no querías cortarte el cabello ni teñirlo porque a tu padre le gustaba tu cabello largo y tu color natural.

Suspiro con nostalgia.

-Lo se. Y es por eso que quiero cambiarlo. Mi padre ya no está conmigo y...no lo se. Quiero dejarlo ir ¿Sabes?. Ya no quiero mirarme en el espejo y ver el reflejo de mi padre en mi.

-Entiendo. En ese caso, ¡Tarde de chicas!. - La escucho canturrear y me saca una sonrisa. -Pasaré a recogerte dentro de cinco minutos. Espero que estés lista, Nicolle Andreina.

Pongo los ojos en blanco.

-¡Como usted mande, Jefa!.

Bromeo.

-Ridicula. -la escucho decir.

-¡Asi me amas, Camillita!.

Me cuelga. Sonrío divertida y me apresuro a cambiarme el pijama por algo decente.

Tres atuendos mas tarde, bajo las escaleras al escuchar el timbre sonar. Debe ser Camilla llegando tan puntual como siempre. Opté por un pantalón oscuro, una camiseta blanca anudada en la parte delantera y Vans negras. Mi cabello lo llevo recogido como siempre. Me unté un poquito de corrector para cubrir mis horribles ojeras y un brillo labial para que mi rostro no se vea tan paliducho, y mi delineado gatuno que no puede faltar.

Abro la puerta y vea a mi pelirroja amiga parada frente a mi. Su cabello rojo anaranjado lo lleva trenzado hacia atrás en dos partes. Una camiseta roja de mangas largas que combina con su cabello y un jeans negro que marca su silueta. En sus pies lleva unas zapatillas blancas y un morral pequeño en su hombro.

-Justo a tiempo.

-¿Nos vamos?.

Asiento, busco mi bolso pequeño meto mi celular y salgo de la casa. Nos metemos en el auto pequeño rojo de Camilla y avanzamos por la avenida. El centro no queda muy lejos desde mi vecindario solo a veinte minutos.

-¿Que tal la fiesta?.

Me pregunta Camilla con la vista al frente de la carretera.

-Una locura. Por cierto, me hiciste falta. Tuve que bailar con el idiota de Duncan.

Ella sonríe.

-¿Tan mal baila?.

-¡Joder! Me dejó los pies doliendo de tantos pisotones. -me quejo y ella menea la cabeza divertida.

-¿Y como te fue con Timothy?.

Muerdo mi labio inferior rememorando los recuerdos de ayer. Sus besos, sus mordidas, sus manos tocándome...

-Bien. -le digo encogiéndome de hombros sin entrar en detalles.

-¿Solo bien?.

Pongo los ojos en blanco.

-¿Quieres los detalles? Porque puedo dartelos.

-Nop. Gracias.

-Eso suponía.

Ella pone los ojos en blanco.

-¿Y Stanley? ¿También estuvo en la fiesta?.

-No. Solo Gerson.

-Uhmm...

-Aunque dormí en su casa...

Ella me mira con sorpresa e incredulidad.

-¿En la de Gerson?.

-¡No!. En la del Nerd.

-¡¿Que?!.

Elle me mira consternada.

-¡Vista al frente, Camilla!. ¿A caso quieres morir?

Ella vuelve la vista al frente aun con la boca abierta.

-¿Cómo se te ocurre, Nicolle? ¿Y que pasó? No me digas que lo desvirgaste.

-¡¿Que?!...¡No!...yo...Bueno. -mi lengua se enreda. -¡No recuerdo bien lo que pasó con él!. Tome demasiado. Solo recuerdo que Gerson me llevó a su casa y vomité, después...

Me callo de golpe y ella me mira.

-Despues...

-Recuerdo que me estaba masturbando en su cama.

-¡Oh por Dios, Nicolle! ¡No tienes vergüenza! Pobre Stanley.

-¡Estaba excitada! Tenía que hacer algo al respecto. No tenía mi consolador a la mano, ¿Que querías que hiciera?.

-¡Dios mio! Mi mejor amiga no es normal.

Dice para sí misma, atónita en un susurro.

-Camilla...

Le digo con un tono de advertencia.

-¿Y no recuerdas nada más?.

-Bueno...esta mañana no lo recordaba, pero ya lo recordé todo y créeme me gustaría no haberlo recordado.

Ella frunce el ceño confundida por mis palabras.

-¿Porqué? ¿Tan malo es?.

-Si...es que...me gustó lo que pasó entre los dos.

-¿Que pasó? ¿De que estas hablando, Nicolle?.

Pongo los ojos en blanco.

-Nos besamos, nos toqueteamos y esas cosas....

-¡¿Que?!.

Suelta un chillido.

-¡Se que no debió pasar, pero pasó y me gustó, fin de la historia!.

-No lo puedo creer.

Susurra Camilla perpleja.

-Estas loca, Nicolle. Deja de jugar con Stanley, él es un buen chico y no lo merece.

-¡Yo no estoy haciendo nada malo!. -me defiendo.

-¡Estas jugando con él, Nicolle!.

-Eso no es así...bueno sí, pero...

Ella me corta.

-Solo espero que ese chico no se termine enamorando de ti.

-El nunca se enamoraría de mi, Camilla. Stanley me odia y el no me gusta, vale. Solo me estoy divirtiendo y a el tambien le gusta aunque me odie. ¿Que puede salir mal?.

-Que el juego lo termines perdiendo.

-¡Claro que no!. Yo nunca me enamoraría de alguien como él. ¿Quiero follármelo? Si, pero solo eso. No es para que se acabe el mundo por querer follar con un chico virgen.

-¡Estas mal, Nicolle!

-Lo se, pero da igual. Me estoy divirtiendo y punto. Y ya no quiero seguir hablando de esto. Que pase lo que tenga que pasar y si se acaba el mundo, pues que se acabe. Al fin y al cabo no voy a ser la única que se irá al infierno.

-Ahora estoy más que segura de que eres hija de Lucifer.

La escucho decir mientras yo me limito a mirar por la ventanilla del auto, pensativa. La imagen de Stanley masturbándose para mi no sale de mi cabeza, como gruñía cuando mis manos acariciaban su pene de arriba hacia abajo y como se sentía su punta acariciando mi sensibilidad.

Trago saliva mientras recuesto mi cabeza sobre la ventanilla.

¿Porque se sintió tan bien? ¿Y porque quiero repetirlo?.

Estas jodida, Nicolle. Jodida.

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Su Escritora: Patrixia G

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Spoiler del próximo cap: Nuevo Look de Nicolle, miradas traviesas y una conversación intensa🔥