
Capitulo 23 💜
💜💜💜
Capitulo 23
Nicolle
Después de cuatro, ¿o eran cinco vasos de Vodka?. Siento que mi cabeza da vueltas y vueltas, las personas a mi alrededor se ven borrosas ante mi vista distorsionada. Mis pies duelen de tanto bailar, mi cuerpo tiembla por dentro — culpa del alcohol— y mi corazón late con mucha fuerza como si fuera a salir de mi pecho —eso también es culpa del alcohol—
Le doy un sorbo a mi último vaso y hago una mueca de asco. El sabor de la bebida es fuerte y quema mi garganta, pero se siente bien el sabor amargo en mi paladar. Aun estoy mojada — porque volví a lanzarme en la piscina para jugar y obviamente gané el juego —pero no siento nada de frío. Eso también es culpa del puto alcohol en mi organismo, y ni hablar de mi excitación que ha aumentado con cada trago. Siento la euforia y el placer, quemándome por dentro.
No se cuanto tiempo ha pasado, pero me he divertido hasta más no poder. Aunque me hacía falta Camilla para bailar con ella, pero es tan aburrida que prefirió quedarse en casa, un sábado por la noche haciendo no se que coño.
Unas chicas se unen a nuestra mesa, pero no recuerdo sus nombres. Una es rubia de ojos verdes — que no envidio para nada porque los míos son más bonitos — una pelinegra y una castaña. Empiezan a tomar y a reír junto a los chicos. Mientras yo veo a una de ellas, la rubia, junto a Timothy insinuándosele. Río, al ver que Timothy ni siquiera la mira sino que tiene la vista puesta sobre mi, como si estuviera hechizado con mi encanto. ¡Es que soy un encanto y ebria aun más!. ¿Ya estoy ebria? Creo que sí, pero da igual.
—¡Juguemos!
Sugiero divertida y todos voltean a verme entre risas
—¡Siii!. —canturrean las chicas divertidas y luego ríen emocionadas.
—¿Que quieres jugar, Nicky?
Me pregunta William, el moreno arrastrando las palabras, pero con una sonrisa maliciosa en los labios, ¿O soy yo quien lo escucha hablar raro? En fin, arrugo las cejas con total incredulidad.
—Juguemos a la botella.
Tomo una botella de cerveza vacía que está sobre la mesa. La mesa es algo grande y todos cabemos perfectamente. William hace una mueca con su boca.
—¿Y que hay que hacer?.
Me pregunta Duncan, curioso.
—Solo debes girar a la botella y cuando esta se detenga en cualquiera de nosotros, deben decidir una de las tres opciones...
—¿Cuales son las opciones?. —Habla Timothy mirándome fijamente y yo le devuelvo la mirada igual de intensa.
—Beso, mordida o prenda.
—¡Eso me gusta!. —alardea Duncan emocionado, a mi lado. —¡Hay que jugar!
—¡Me anoto!. —dice William sonriente, al lado del pecoso. Y éste también decide jugar.
—¿Quien empieza?. —pregunta una de las chicas, emocionada en su asiento.
—Yo... —responde Timothy al instante, después de dar un sorbo a su trago de Whisky, porque se terminó la botella de Vodka. Me mira y me quita la botella de cerveza de la mano. La coloca sobre la mesa, la gira con fuerza y esta se detiene con el pico de la botella frente a Duncan.
Todos reímos,hasta Timothy lo hace.
—¿Que? ¡No! ¡No se vale!. —se queja.
—¡Claro que sí!.
—¿Beso, mordida o prenda?. —le pregunta Timothy divertido, Duncan pone los ojos en blanco y luego ríe.
—Prenda. ¡Porque nunca te besaría y mucho menos mordería cualquier parte de tu asqueroso cuerpo!.
Timothy solo se carcajea.
Yo si lo haría sin pensarlo, pienso.
Duncan se levanta de su asiento y se quita su short playero quedando solo en un bóxer negro ¿O es azul?. Como sea.
Los chicos empiezan a chiflar y las chicas a reír cuando Duncan se desnuda. Vuelve a sentarse y es su turno de girar la botella. Esta se detiene frente a una de las chicas, la rubia que está al lado de Timothy. Ella ríe con picardía. Creo que se llama Melody.
—¿Beso, mordida o prenda, dulce Melodía?. —Le pregunta Duncan con coquetería y le guiña un ojo a la rubia. Ella sonríe. Sí, Duncan es un coqueto y travieso de primera.
—Beso. —Le responde ella. La chica se levanta y camina hasta donde está Duncan rodeando la mesa, se sienta ahorcajadas encima de él y lo besa. No de esos besos calmados, sino de esos que te devoran los labios y la lengua te estruja la garganta. No se por qué, pero verlos besarse hace que me prenda, que me acalore inconscientemente. Desvío la mirada de ellos y observo a Tim de reojo, que aunque no lo diga se que siente lo mismo que yo al verlos besarse tan salvajemente, lo dice su mirada brillante y sus labios entreabiertos.
Ellos dejan de besarse y cada uno toma asiento. Es el turno de la rubia, ella gira la botella con fuerza y se detiene frente a mi.
Sonrío divertida y la chica me mira desafiante. Los chicos nos miran expectantes.
—¿Beso, mordida o prenda, Nicolle?. —Me pregunta divertida. Obvio que no puedo elegir prenda sino quedaría desnuda ante todos. Entonces se me ocurre una idea divertida: tentar al diablo de ojos azules frente a mi. Hacerlo perder la cordura aunque la mía también quede expuesta. Ladeo mi cabeza y miro a la rubia con una sonrisa pícara en los labios.
—Beso...
Todos me miran e incluido Timothy que se lleva el vaso a su boca ignorando la sensación que le produce ver a dos chicas besarse. Nunca he besado a una, pero ya que el alcohol en mi sistema me lo permite haré lo que se me de la gana esta noche. Timothy lame su piercing, gesto que parece una costumbre o es insignificante para los demás, pero para mi significa mucho mas que eso; deseo, tortura, desafío y excitación. La chica mira a todos los demás con algo de nerviosismo. Duncan me mira con la mandíbula desencajada y ni hablar del pecoso que se ahogó con su propio trago, mientras que William permanece expectante y con una sonrisa divertida en los labios. Me levanto de la silla y ella también me inclino hacia adelante por encima de la mesa y ella también. Nuestros labios chocan suavemente y comienzo a besarla despacio pero con los ojos abiertos para ver a Timothy quien muerde su labio sin ningún tipo de vergüenza y luego lo suelta dejando su boca entre abierta mientras nuestras miradas se encuentran. Escucho que Duncan expresa un "Mierda" y William sonríe.
Mis labios se mueven lentamente sobre la desconocida y cuando nos apartamos lamo mis labios suavemente con morbo. Cabe destacar que no me gustan las chicas y nunca me gustaría una. Ni siquiera sentí algún cosquilleo cuando la besé, lo mío son los penes erectos esos sí que me alteran hasta la hemorroides. Pero todo sea por el bien de la humanidad.
Los ojos de Tim brillan lujuriosos y sus hombros están tensos. Nada más satisfactorio que verlo tan débil y sumiso ante mi mirada. No quiero imaginar como estará su pene de hinchado, rico y palpitante bajo su short. De solo pensarlo me da una punzada en el clítoris de deseo.
Vuelvo a sentarme con una sonrisa.
—¡Diablos, tengo una erección potente!. —Exclama Duncan divertido y la rubia le guiña un ojo.
—¡Y yo que pensé que eras marica!. —Bromea William en su lugar y yo sonrío. Duncan lo asesina con la mirada y yo meneo la cabeza negativamente.
—¡Mi turno!. —Exclamo divertida y giro la botella sobre la mesa. Esta se detiene justo frente a Tim. Él levanta la mirada y me sonríe de lado con malicia. ¡Maldita sonrisa moja bragas!.
Levanto una ceja divertida y le quito el vaso de la mano a Duncan quien esta a mi lado, y me bebo todo el contenido de su vaso de un solo trago. El rubio protesta pero lo ignoro.
—Tim...
Lo nombro.
—Nicky...
El me nombra con esa maldita voz seductora que me calienta hasta los putos testículos que no tengo, y aumenta mis niveles hormonales a grandes cantidades que no quiero sentir en estos momentos. ¡Y es que no puedo evitarlo! ¡Necesito tener sexo urgentemente! ¡Mi vagina siente la necesidad de ser perforada! Y lo peor de todo es, que mientras mas me niego, mas quiero hacerlo. Suspiro levemente acallando mis pensamientos promiscuos.
—¿Beso, mordida o prenda, Timothy Lester?
Sonríe y no se lo piensa dos veces cuando responde.
—Mordida...
Muerdo el interior de mi mejilla, para evitar reír. Entonces le pregunto:
—¿Y dónde quieres morderme?.
—¿Puede ser donde yo quiera?.
Dudosa le respondo.
—Si, es un juego. Se vale todo.
Las chicas que estaban se han levantado para irse al igual que Duncan que se ha ido con la rubia a follar en algún rincón de la casa. ¡Que suertudo!.
—Bien. Túmbate en la mesa. —me ordena y yo obedezco mientras muerdo el interior de mi mejilla. Quedo recostada en la mesa boca arriba mirando al cielo. Miro hacia atrás y William y el pecoso me miran expectantes. Les guiño un ojo divertida a ambos.
Mañana no recordarán nada de esto, que pase lo que tenga pasar.
Timothy se acerca a mi y yo sigo cada uno de sus movimientos. Su mirada se pasea por todo mi cuerpo escudriñándome y me calienta la forma tan descarada en que lo hace, como si quisiera morder cada parte de mi piel y no se decide por donde empezar.
Y yo con ganas de decirle que mi mayor fantasía es que me muerdan el clítoris y hacerme gritar.
Tenso mis labios para no decir ninguna tontería.
Sus ojos azules intensos se fijan en los míos. Con su dedo aparta el tiro fino de mi vestido dejando mi hombro y una parte de mi seno expuesta, sin que se vea mi pezón.
Arrugo los dedos de mis pies cuando siento el toque de su mano en mi pecho.
El pulso se me acelera, el clítoris me palpita y se me mojan la entrepierna. Acerca lentamente su boca y me muerde despacio justo sobre mi seno. Ahogo un grito de placer y mi cuerpo se tensa cuando sus labios fríos se impregnan en mi piel caliente y sensible. Suelto un suspiro por lo bajito para no gemir delante de los chicos. Siento que succiona en mi seno con su boca y empieza a doler.
¡Mierda!.
No lo soporto.
Me siento débil y con ganas de cometer una locura.
Contrólate, Nicolle. Me digo mentalmente, mientras mi pecho sube y baja con rapidez. Necesito satisfacer mi necesidad.
Timothy se aparta y muerde levemente su labio. Bajo la mirada disimuladamente a su entrepierna y veo el bulto que se ha formado. Es muy notorio.
Mojo mis labios saboreando, cuando se da cuenta que estaba mirando su entrepierna. El sonríe de lado y sus ojos brillan de excitación.
Sonrío y me levanto de la mesa acomodando mi vestido para que no se vea mi vagina. Me tambaleo cuando quedo de pie en el césped.
— Eso estuvo caliente. —Comenta el moreno, mientras que el pecoso solo se limita a observar. — tienes algo ahí.
Señala mi pecho y bajo la mirada.
Mierda.
Tengo un pequeño circulo rojo y Morado en mi seno.
Me ha hecho un chupetón. Levanto la mirada y Tim sonríe con malicia.
—Juro que te mataré, Timothy Lester. —le lanzo una mirada fulminante mientras que el se carcajea.
— ¿A mi porqué? Yo no he hecho nada malo. Era un juego, ¿no?
Meneo la cabeza divertida y pongo los ojos en blanco.
—Bueno chicos fue un placer conocerlos y fue muy divertido jugar, pero ya tengo que irme. Estoy hecha mierda y no quiero cometer una locura asesinando a cierto chico pelinegro que no quiero nombrar.
Me carcajeo.
Los efectos del alcohol, volviéndome loca.
Timothy me mira divertido y me lanza una mirada peligrosa llena de placer. Muerdo mi labio rápidamente y me giro para alejarme de la tentación. Debo alejarme del peligro. William me lanza un beso desde su asiento y se despide de mi. Mientras que dejo al diablo muriendo de la agonía.
—¡Espera, Nicolle!.
Escucho al pecoso hablarme a mis espaldas mientras me dirijo a mi auto. Me tambaleo y casi caigo al suelo, pero el me sostiene antes de caer.
—Haz tomado demasiado. Puedo llevarte a casa si quieres.
Me giro para verlo. Sus rizos castaños caen por su frente y sus pecas no se ven claramente con la poca iluminación. Lleva puesta una camiseta roja sin mangas con un logo que dice RED BULL, mostrando sus brazos no muy musculosos. Un pantalón negro ajustado y unas Jordán rojas con blanco y negro. Tiene una forma extraña de vestirse pero por lo menos está a la moda. No como su amigo que se viste como un anciano. Son muy diferentes en todo.
Me acerco a él y agarro sus mejillas para pellizcarlas por maldad.
—¡Aww, que lindo! Pero te recuerdo que tu también estas ebrio. —replico arrastrando las palabras. Me aparto y sigo caminando hasta que llego a mi auto y el sigue detrás de mi.
—Es peligroso, yo puedo manejar. Solo dime donde vives y yo te llevo a casa.
Me río sin gracia.
— Ahh...no me acuerdo. Creo que es a la izquierda, ¿o es a la derecha?. —divago y luego me carcajeo. —Da igual, puedes llevarme a tu casa si quieres. Estoy ebria y quiero un consolador. ¿Podrías conseguirme un consolador?.
—No puedo llevarte a mi casa. ¡Me matarían! Podrías quedarte aquí. ¡Y no, no voy a conseguirte ningún consolador! ¡Estas loca!.
Bufo y meneo la cabeza negativamente.
—No puedo quedarme aquí. Llévame a donde sea pero no me dejes aquí, Pecoso.
—Es que, no se a donde llevarte...
Una idea asombrosa se instala en mi cerebro de repente.
—Yo si sé a donde. —le guiño un ojo y luego le susurro al oído.
—Llévame con tu amigo.
—¡¿Que?! ¡No! ¡Me matará si te llevo a su casa!.
—Cállate y muévete, pecoso. Me llevarás hasta allá y luego te irás a tu casa. ¿Bien?.
El me mira desconcertado pero lo ignoro y me subo al auto al asiento del copiloto. La cabeza me da vueltas, mi clítoris palpita y el estómago me gruñe del hambre. Además, no se que tan tarde es. Mamá va a matarme mañana cuando llegue a casa. Así que le dejo un mensaje mintiéndole, diciendo que estoy en casa de Camilla y que no se preocupe por mi.
El pecoso se sube al auto a regañadientes y suelta un suspiro de frustración a mi parecer y yo le sonrío. Es obvio que la idea de llevarme con el Nerd no le agrada en absoluto.
Pero a mi si.
Veinte minutos después llegamos a nuestro destino: La casa de Stanley.
💜💜💜
Nota de autora
SE VIENE EL DESMADRE EN LOS PROXIMOS CAPITULOS 🔞🔥😏
Gracias por leer la historia
No olvides dejar tu voto y tu comentario.
Puedes seguirme en Facebook e Instagram: @patrixia_escritora.
Las quiero ❤️
Dejen muchos comentarios
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro