(Editado)📌

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Capitulo 1

Stanley

El instituto Preston Higth comienza a llenarse de jóvenes estudiantes hasta que el timbre suena dando inicio a la primera clase. Camino por el pasillo hacia la clase de Química mientras ajusto mis gafas sobre el puente de mi nariz. A pasos rápidos llego al laboratorio, donde se imparten las clases de Química. Entro al salón y busco mi respectivo asiento en las primeras filas. Cada quien tiene su propio asiento junto a un compañero con el cual trabajaremos por el resto del curso. El profesor Nicolas hace su entrada, mientras yo me coloco la bata blanca de laboratorio.

-¡Buenos días, perdedores!.

Nos saluda el profesor con diversión. Yo niego con la cabeza mientras río, porque es típico de él tratarnos de esa forma tan poco profesional. Pero creo que ya nos hemos acostumbrado a él. El profesor Nicolas me agrada, además soy su favorito. Soy el único que de verdad presta atención a su clase y tiene excelentes notas en sus pruebas. No me gusta presumir pero soy un gran estudiante. Me gusta la ciencia, sobre todo si es Química y física. Desde que era pequeño he soñado con ser científico, así como Albert Einstein o Copérnico. Supongo que ellos son mi ejemplo a seguir. Pero ese era mi sueño de niño, ahora no estoy seguro de ello.

Tomo asiento y veo a mi mejor amigo Gerson entrar por la puerta. Esquiva unas cuantas mesas y llega hasta donde estoy.

-¡Hey, Stan!. -me saluda divertido y hacemos un saludo con las manos chocando los puños.

-¿Que hay?. -Le respondo el saludo. Se coloca su bata blanca y se sienta a mi lado. Conozco a Gerson desde hacen ya algunos años cuando nos mudamos aquí a Preston, él es mi vecino y poco a poco fuimos haciendo cosas juntos e incluso venir juntos caminando hasta el Instituto para pasar el rato. Hacer amigos nunca ha sido mi fuerte, tener que socializar me parece una perdida de tiempo. Pero con Gerson fue la excepción él es el único amigo que tengo desde que me mude y hemos estado juntos desde entonces e incluso en Química. Gerson y yo somos muy diferentes en cuanto a personalidad; él es más lanzado, divertido y atrevido, yo soy todo lo contrario. Creo que es por eso que congeniamos y nos llevamos bien. Aunque la mayoría de las veces me saca de mis casillas.

Siempre llegamos juntos a clases pero hoy fue la excepción. El tenía cita con su odontóloga para cambiar sus brackets auto correctivos. Desde que lo conozco los lleva puestos, al parecer desde pequeño ha tenido problemas con sus dientes.

Empiezan a llegar mas alumnos al laboratorio mientras el profesor ojea un libro en su escritorio con sus enormes gafas de marco redondo.

-¿Que tal tu cita?. -le pregunto a Gerson mientras juego con el lápiz entre mis dedos.

-Bien...bueno, demasiado bien. -hace énfasis en demasiado, lo dice en un tono malicioso. Para luego sonreír levantando las cejas como si fuera realmente divertido. Yo lo miro con el ceño fruncido, extrañado por su actitud divertida. Creo que es la primera persona que conozco a la que le gusta ir al odontólogo.

-¿Y eso, te quitaron las caries?. -Bromeo.

-¡No seas pendejo!. -exclama. -Es solo que Tatiana es muy bonita y tiene unas enormes tetas. -Muevo la cabeza negativamente mientras pongo los ojos en blanco. Supongo que Tatiana es su odontóloga. -Solo quiero que llegue rápido mi próxima cita con ella. Necesito ver sus tetas otra vez. A esto me refiero. Esta parte de él me molesta. ¡Dios! A veces es insoportable la forma en la que se refiere a las cosas sobre todo si se trata del cuerpo humano. Es tan directo que me abruma.

-Mejor cállate. -Le digo y el sonríe mostrando sus brackets.

Él suspira y coloca sus codo sobre la pequeña mesa mientras con su mano sostiene su cabeza. -Estaban tan cerca de mi rostro, Stan. -giro los ojos molesto de seguir escuchándolo y lo ignoro.

-Deja de fantasear, baboso.

-No fue una fantasía, créeme. Fue lo mas real que mis ojos han visto, ese par de melones sí que se veían provocativos. -muerde su labio y yo quiero alejarme de él por su morbosidad y su falta de educación.

-¿Melones provocativos?. -pregunta el profesor interrumpiéndonos y es justo en ese momento que quiero desaparecer de la faz de la tierra. Todos los presentes giran sus cabezas para observarnos. Yo me tenso en mi asiento y mi corazón se acelera. Palidezco. Quisiera matar a Gerson por hacerme pasar tal vergüenza, sobretodo si es delante de todo el mundo.

Bajo la cabeza y observo el lápiz en mi mano ignorando y haciendo como si no hubiera pasado nada. Pero no, al contrario siento todas las miradas sobre mi. A Gerson no le importa pero a mi sí. Odio ser el centro de atención y él lo sabe muy bien . A él no le molesta en lo absoluto, lo toma de forma divertida. Rasca su nuca, mientras el profesor nos mira con una ceja alzada.

-Eh... -tartamudea Gerson. -Si...los melones...este...

-¿Que melones? ¿Podría explicarnos señor, Müller?. -pregunta el profesor y todos se nos quedan viendo esperando la respuesta de Gerson. Yo me hago el mudo, sordo, ciego y también finjo que no existo. Gerson golpea mi hombro levemente. Quiere que lo ayude a buscar a alguna excusa. Pero no se me ocurre nada. Me siento una cosita insignificante cuando tantas personas me observan. Empiezo a sudar. Odio esto, odio mi vida, y odio a Gerson por hablar estupideces en voz alta.

El susodicho permanece en silencio pero el brillo burlón en su mirada no desaparece.

-Va a responder a mi pregunta, Müller, ¿O no?. -Repite el profesor con firmeza.

Paso saliva realmente nervioso. La última vez que hablamos en clase nos mandó a la dirección. Y esa fue la primera vez que conocí la cara de amargura del señor Benson, el director del Instituto. Pero gracias a todos los santos solo nos dio una reprimenda y todo se solucionó. Pero debo destacar que ese día quise masacrar a mi mejor amigo, justo como ahora. Decido intervenir. Prefiero eso, a visitar al Director Benson de nuevo.

-Que su madre le escribió para que lleve unos melones para el jugo del almuerzo. -intervengo. -Tiene un antojo raro. Ya sabe, por lo de su embarazo.

El profesor Nicolas no parece creer mi mentira en lo absoluto. Mientras que Gerson me mira como si tuviera dos cabezas. Si, bueno creo que exageré con lo de su madre embarazada. Además, la señora Gladys es muy mayor para tener bebés.

-Si...eso. -añade Gerson alimentando aún más mi mentira.

-Bien. -accede el Profesor no muy contento. Aparta la vista de nosotros y suspiro volviendo a respirar con normalidad. - ¡Comencemos con la clase!.

Aliviado me giro lentamente hacia Gerson .

-A veces quisiera exterminarte. -Le digo entre dientes a mi mejor amigo para que nadie nos escuche. -¿Por qué siempre metes la pata, Gerson?

-No fui yo quien inventó un embarazo que ni siquiera existe. -me susurra.

-De seguro hablar sobre las tetas de alguien en voz alta es lo más normal del mundo, ¿No?. Por cierto, de nada por salvar tu trasero. Y créeme que el mundo me agradecería por toda la eternidad haber exterminado a un humano sin cerebro como tú.

-No es para tanto, Stan. -sonríe.

Lo ignoro olímpicamente, y poso mi vista sobre el profesor quien esta hablando sobre la Materia y los elementos Químicos. Trato de prestarle atención, pero en ese entonces la puerta se abre abruptamente y dando un respingo en mi asiento, giro mi cabeza hacia la entrada del laboratorio.

-Buenas -dice una chica sonriente en la puerta. No se cual es su nombre pero la he visto varias veces en el laboratorio. Parece una chica a la cual le gusta llamar mucho la atención.

-¡Morrison!¡Que honor tenerte por aquí!. -Exclama el profesor sarcásticamente, mientras finge una sonrisa.

-Lamento llegar un poco tarde, Profe. -se excusa la chica y le sonríe divertida. Me le quedo viendo unos segundos.

El profesor observa el reloj en su muñeca.

-20 minutos tarde, ¿Le parece poco?.

-Es que...ya sabe, el tráfico y todo eso. -Se excusa.

-¡Cinco puntos menos, Morrison, por impuntualidad!.

Ella suelta un gruñido y voltea los ojos con molestia. Camina de mala gana hasta llegar a su asiento en los últimos puestos. Deja su mochila violeta en el piso y se coloca la bata blanca tomándose todo su tiempo. Y al parecer no le ha importado mucho que el profesor le haya bajado puntos.

Dejo de mirarla cuando el profesor empieza a hablar y trato de prestar atención a la clase.

-Hoy hablaremos sobre los Alcaloides. -explica. -Alguien sabe ¿Que es un Alcaloide?.

Nadie dice nada y nadie levanta la mano hasta que después de unos segundos la chica que llegó tarde levanta la mano.

-¿Si, Morrison?. -La señala el profesor.

-¿Los Alcaloides son esas cosas que tenemos los seres humanos en el trasero?. -Responde y todos se ríen por su respuesta. El profesor mueve la cabeza y luego suelta un suspiro.

-¡Orden!. -grita el profesor ya que todos están cuchicheando. Gerson ríe a carcajadas a mi lado mientras yo permanezco serio y callado en mi sitio.

-Me cae bien esa niña. -me dice entre risas. Yo lo ignoro de nuevo.

-¡Que ignorancia!. -Exclama el profesor. -Debería bajarte cinco puntos más por ignorante, Morrison. -espeta el profesor mientras todos hacen silencio.

-Pero usted preguntó, Profesor. -ella tensa los labios para no reír.

-Dije ALCALOIDES. -la corrige. -No Hemorroides.

Ella empieza a reír y el profesor la fulmina con la mirada, entonces su sonrisa desaparece y finge estar seria. Aunque se le nota que quiere seguir riendo.

-Lo siento, Profe. Es que me confundí. -se encoge de hombros y tensa sus labios.

El profesor suelta un suspiro y deja de mirarla. Habla con mas calma.

-¿Alguien sabe la respuesta? -repite pero nadie levanta la mano. Yo se la respuesta, así que levanto la mano.

-¿Si, Montgomery?¿Sabes que son las Hemorroides?...digo los Alcaloides. -se corrige rápidamente y todos ríen.

Gerson tose de la risa.

-¡Basta!. -espeta el profesor serio y todos dejan de reír o hacen el intento. -Continúe, Montgomery.

Asiento.

-Ah...bueno, un Alcaloide es una sustancia nitrogenada que se encuentra en ciertos vegetales. -Explico detenidamente. -Por ejemplo: la cafeína es un alcaloide. También puede ser venenosa.

-Muy bien, Stanley. Cinco puntos extras. -sonrío victorioso.

-Yo sabía la respuesta, pero solo te di la oportunidad para que tu hablaras. -me dice Gerson con suficiencia. Pero se que miente.

-Si, claro. -Ironizo poniendo los ojos en blanco.

-¡Busquen la Pagina veinticinco!. -anuncia el profesor. Tomo mi libro de Química y lo abro. Busco la página veinticinco y la encuentro rápido. Miro por encima de mi hombro y detallo a la chica a unos cuantos asientos de mi en la otra fila. Tiene el cabello castaño un poco liso y en las puntas un poco ondulado, su piel es muy blanca como la nieve y se ve delicada. Su contextura es delgada, su cabello está recogido en una coleta alta solo unos pocos mechones castaños caen por su frente. Juega con uno de los mechones de su cabello mientras ojea el libro con su otra mano. De repente levanta su vista y clava sus ojos sobre los míos. Me tenso y trago saliva con nerviosismo. Sus ojos son bastante claros y su mirada traviesa. Tiene una sonrisa divertida en su rostro cuando su compañera de asiento le dice algo al oído. Ella de pronto frunce el ceño y corta el contacto visual conmigo.

Ok, no debí de mirarla así.

Giro mi rostro y Gerson me sonríe divertido tomándome desprevenido.

-¿Que mirabas?.

Me aclaro la garganta.

-Na-nada. -miento. Mi voz suena nerviosa. El me conoce muy bien sabe que estoy mintiendo.

-Entonces, ¿Porque tienes la cara roja como un tomate?

-¿Yo?. -me señalo. -N-no. Para nada. D-debe Ser el...F-Frio. Si...eso. -le digo excusándome, tratando de no estar nervioso pero fallo en el intento.

-¿Estabas mirando a Nicolle?. -me pregunta divertido.

-¿Quién es Nicolle?.

-La chica a la que mirabas.

-¡No miraba a ninguna chica!. -replico en un susurro con enfado.

-¿Ah no? ¿Entonces estabas viendo la hermosa pared blanca detrás de ti?.

-Si. Eso hacía, Gerson. ¿Podríamos cambiar de tema?.

Siento mi rostro arder de la vergüenza.

-No te culpo, Stan. Nicolle es hermosa. Te ha dejado cautivado ¿eh?

Cautivado, no. Claro que no. Es solo que ella es muy llamativa, solo por eso la observaba y nada más. Pero no se lo digo, solo me limito a poner los ojos en blanco y volver mi vista al frente.

-Piensa lo que quieras, tarado.

El bufa un "amargado" y luego me deja en paz. Mientras me contengo de volver a mirar a la chica detrás de mi.

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Pasada la media hora, después de que el profesor nos haya explicado la importancia de los Alcaloides. Pasa a cada uno de los asientos entregando unas hojas. La ojeo y veo que hay preguntas que debemos contestar.

-La hoja que tienen en sus manos es una prueba. -informa y los demás estudiantes se quejan, odian las pruebas sorpresas. A mi no me molesta en lo absoluto. El Profesor ni se inmuta. -Tienen media hora para terminar. Cada quien tiene preguntas diferentes, así que no se van a copiar. Como cierta persona que no quiero nombrar. - El profesor le da una mirada furtiva a la Castaña y ella le guiña el ojo con picardía. Ella toma su lápiz y empieza a jugar con él. No hace nada, ni siquiera está escribiendo. Está perdida. Veo como suspira con frustración y dejo de mirarla. Me concentro en mi prueba. Realizo la primera pregunta de diez. Gerson también está concentrado y todo el salón está en completo silencio. El profesor se sienta en su silla y coloca sus pies cruzados sobre el escritorio mientras lee un libro. Sigo escribiendo voy por la tercera pregunta y no son para nada difíciles. Miro de reojo a Gerson y apenas va por la segunda. Y, definitivamente, las preguntas son diferentes. Termino mi prueba, pero no me levanto a entregar. No quiero ir solo a la cafetería. Así que espero que Gerson también termine para salir junto con él. Al cabo de unos minutos el profesor habla:

-Se acabó el tiempo.

Yo tenía como veinte minutos de haber terminado. Gerson y yo nos levantamos para entregar nuestras pruebas. Nos acercamos al profesor le entregamos y volvemos a nuestro asiento. Todos entregan y vuelven a sentarse. El profesor comienza a evaluar y a hacer unos cuantas muecas de desaprobación.

-No estaba tan difícil. -Le digo a Gerson.

-Para ti que eres un cerebrito. -bufa.

-Es la verdad, Pecoso. Si no sacas buena puntuación no mereces estar en mi círculo social. -bromeo.

-Si...claro. Como tu circulo social es tannn grande.. -se burla y yo meneo la cabeza porque tiene toda la razón: mi grupo social no es muy grande, solo está Gerson, yo y yo, y luego yo otra vez. No me gusta tener muchos amigos, bueno, los que dicen ser amigos y al final te traicionan. Con Gerson es todo lo contrario, lo conozco y confío en el, aunque a veces lo odio.

El profesor comienza a llamarnos a casa uno por su apellido para que vayamos a retirar nuestra prueba.

-Müller. -mi mejor amigo se levanta, agarra su mochila y va hacia el escritorio. Toma su prueba y sale del salón de clases sonriente. Eso quiere decir que obtuvo una buena calificación.

-Morrison. -la castaña se levanta sonriente y se encamina a tomar su hoja. Observa su prueba y su ceño se frunce. Su sonrisa desaparece de su rostro.

-¿Un Cinco? ¿Es enserio?. -le dice un poco molesta al profesor. -Pero si las he hecho todas. -Se queja.

-Si, Morrison. Estudie y subirá sus notas. Además la mayoría de sus respuestas estaban incorrectas. -le contesta el profesor con tranquilidad sin mirarla. Ella voltea los ojos y se gira para irse caminando a pasos fuertes.

-Montgomery. -me llama. Tomo mi mochila y me encamino hacia el profesor. Tomo mi hoja y la ojeo. -Felicidades, Mocoso. -me expresa sonriente y veo mi hoja hay un enorme diez escrito con marcador rojo.

-Gracias.

Salgo del laboratorio. No veo a Gerson por ningún lado quizás se fue a la cafetería sin mi, típico de él. Me dispongo a caminar solo hacia la cafetería pero ni siquiera miro al frente mientras guardo en mi mochila mi prueba de Química. Choco contra un cuerpo delgado, doy un respingo y levanto la mirada rápidamente hacia la persona frente a mí para disculparme.

-Lo...

Me callo al darme cuenta de que la chica llamada Nicolle está parada frente a mí, molesta y con el ceño fruncido. Es cuando noto que me he tropezado con ella. Me le quedo viendo por unos segundos sin saber que decir o hacer, ya que cada vez que abro la boca hago el ridículo porque mi lengua se enreda y me pongo nervioso. Abro y cierro mi boca varias veces pero nada sale de mi garganta. Se ve muy molesta, de seguro me da un puñetazo en la cara por no fijarme por donde camino.

-¿Y tu qué? Fíjate por donde caminas, rarito.

Suelta una palabrota por lo bajo dejándome realmente sorprendido por su actitud, arruga el papel que lleva entre sus manos y lo deja en el cesto de basura de mala gana. Me da una ultima mirada que me hace sentir insignificante, choca mi hombro con el suyo con fuerza y se aleja dejándome atónito. Ni siquiera dejó que me disculpara con ella. Solo me tropecé, fue sin querer. Ni que fuera el fin del mundo. Tampoco era para tanto. Al parecer la chica no es tan amigable como suponía. Bueno, da igual. Solo espero no volver a tropezarme con ella porque de seguro, la segunda vez, será el puñetazo en mi nariz. Me recoloco la mochila para volver a seguir mi camino, pero me detengo unos segundos frente al cesto de basura y me quedo observando el papel arrugado que ella anteriormente había arrojado. Sería una completa vergüenza que alguien me encontrara buscando entre la basura. ¡Joder! Pero me causa mucha curiosidad saber que dice el papel. Esta es una mala idea, pero será rápido. Miro a un lado y luego al otro cerciorándome de que no haya nadie alrededor que pueda verme. Cuando me percato de que no hay nadie, porque de seguro todos están en la cafetería, meto mi mano en el cesto de basura y tomo el papel arrugado rápidamente. Me aparto del cesto de basura y comienzo a caminar de prisa por el pasillo hasta llegar a la cafetería donde encuentro a Gerson hablando muy sonriente con unas chicas sobre los animes japoneses que le gusta ver. Y yo, como odio a la mayoría de los seres humanos, me alejo para no sentarme junto con a ellos. El lugar está lleno pero aún así encuentro una mesa en una de las esquinas con vista hacia la cancha de Vóleibol y me siento solo allí. Hay muchas personas para disponerme a leer, así que solo saco mi IPhone, me coloco los auriculares y pongo música para dejar de escuchar las conversaciones en voz alta que tienen todos los demás. Aún tengo el papel arrugado entre mis manos, lo desdoblo rápidamente para leerlo mientras escucho Photograph de Ed Sheeran a través del auricular. Lo primero que noto es lo bonita y elegante que es su caligrafía. Luego veo su nombre y apellido en una de las casillas superiores: Nicolle Morrison. Después me doy cuenta de que su prueba era aún más fácil que la mía. Sólo eran preguntas básicas, cosas que ya debería saber. La primera pregunta dice:

-¿Qué es la Química?

A lo que ella respondió:

-Es la ciencia mas aburrida que existe en la faz de la tierra.

Tenso mis labios para no reír frente a todos los presentes. Al menos la susodicha tiene sentido del humor, aunque me parece una falta de respeto que mencione que la Química es aburrida. Desde mi perspectiva la Química es realmente interesante en todos los sentidos. Son solo diez preguntas y todas están tachadas con una enorme X de color rojo, menos una de las preguntas. Esta dice:

-¿Qué es una reacción?

Y ella respondió:

-Es cuando usted pone su cara de póker cuando llego tarde a su clase. Es una reacción digna de admiración.

Esta vez si sonrío para mi mismo, dándome cuenta de que esa chica está completamente loca.

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Nota de Autora

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Su trastornada escritora
Patrixia Gómez