— Asique, la hermana del profesor Sader, era maestra aquí en Historia de Villanos en la Escuela del Mal, luego fue exiliada por el Director por crímenes contra los alumnos, ¿no?

— Si - respondió Agatha.

Al parecer Aggie había descubierto cosas importantes, teníamos que saber lo que había hecho la Decana antes. No le conté el pequeño "incidente" de herir a Jackson o estrangular a Tedros, necesitaba primero resolverlo yo misma. No tenía por qué preocuparla más.

— Esto cada vez trae más preguntas - me desplomé al suelo, estábamos esperando a la siguiente clase cuando oímos algo extraño.

— Sabe que es muy difícil buscarla y sobre todo cuando la Decana me aconsejo que las vigilara de cerca a usted y Lesso - dijo la voz de Pollux

— Quizá, si Evelyn no estuviera ocupada en mi oficina, entonces sería fácil de encontrarme.

Agatha y yo compartimos una mirada.

Debería de haber algo en la oficina de la Decana, algo de información, necesitábamos ir cuanto antes. Si lo que dice Agatha es cierto, la Decana era una persona muy peligrosa, al parecer tenía suficiente poder para hacernos creer que Sophie se estaba convirtiendo en bruja de nuevo.

Pero, algo no me cerraba del todo, Tedros había dicho que Sophie estaba debajo de la mesa, eso era imposible, ella estaba en nuestra habitación. Sin embargo, él lo decía con tanta seguridad y al parecer todos lo pensaban lo mismo, ¿acaso él tenía razón? ¿Sophie realmente estuvo debajo de la mesa esa noche...?

Las ideas se esfumaron de mi cabeza, no podía estar desconfiando de mi amiga y teniendo en cuenta que la persona que lo dice es Tedros, no ahora. Solo tenía que solucionar todo lo que cause por querer estar con él, ¿y para qué?, para que desconfíe de mí e intente matarme otra vez, merecía algo mejor y aun así no podía dejar de pensar en él...

¿Cómo pude atacarlo a él y Jackson con tanta facilidad? Me sentía tan culpable y con miedo. No estaba controlando mis sentimientos, ¿y si terminaba hiriendo a alguien de gravedad o matando...? No podría perdonármelo nunca, eso haría el "Mal", no había nada malo en serlo, pero no quería hacerle daño a las personas que quería.

Agatha me saco de mis pensamientos al agarrarme con fuerza de la muñeca para entrar a la habitación, había lanzado un hechizo para abrir el cerrojo. Entramos y había tres hojas en la mesa, en una había un mapa de la escuela, con un círculo en un lugar que nunca habíamos oído antes, "Las cuevas de Cian" ¿Por qué la Decana lo habría marcado? ¿Qué hay allí?

En la segunda hoja había una carta del profesor Manley indicando las reglas, pero, al parecer, la Decana había querido cancelar la exploración antes de la Prueba para colocar los hechizos. ¿Por qué quería cancelarlo?

Miré a Agatha cuando ella palideció viendo la tercera hoja.

Era la hoja de recetas de Yuba, la que perdió, la del hechizo. ¿Qué había hecho la Decana con la receta?

ׂׂૢ༘

Le supliqué a Manley que no sabía dónde estaba la Pluma, como siempre, no me creyó. Habían pasado seis días desde la última vez que había comida algo. El estómago me dolía tanto que apenas podía soportarlo. Esta noche no sobreviviría al castigo.

Alguien abrió la puerta, era Filip. Su amigo se había ido anoche, la última vez que lo vi fue después de nuestra pequeña charla. Los profesores se quedaron sorprendidos, interrogaron a Filip si Ronald era un espía o un traidor, pero él no sabía nada, al final supongo que le creyeron. Algo en ese chico no me cuadraba, sentía que había conocido antes a ese chico Ronald, se me hacía tan familiar, todo de él me recordaba a alguien, no sabía el porqué, tal vez era que no dejaba pensar en ella. Violet.

Al mirar los ojos de aquel pelirrojo solo pude pensar en sus ojos, los ojos en los que me había perdido muchas veces, los ojos de la persona de la cual no podía olvidar y de la cual me dejaba torturar al pensar que era un digno castigo después de no confiar en ella. Ronald tenía razón, debí de confiar en ella...

En eso, salí de mis pensamientos al ver que Filip hablo, tenía un cubo de chuletas de cordero y puré de papas.

— Le dije a Manley que era para Castor y a Castor que era para Manley - explicó el rubio

Filip. Era tan fuerte y, sin embargo, frágil a la vez, como un niño que no está seguro de cómo comportarse. Sonreía demasiado, se acercaba demasiado a los otros y jugaba excesivamente con su cabello, comía bocados pequeños, se tocaba la cara como si buscara espinillas, caminaba elegantemente como si hubiera usado tacones desde que nació y, aun así, lo más extraño de todo eso eran sus ojos. Sus grandes ojos de color esmeralda, a veces fríos como el hielo, a veces profundos y vulnerables, como si vacilaran entre el Bien y el Mal. Alguna vez, me había enamorado de unos ojos como esos.

Y aprendí la lección.

Solo le arrebaté el cubo, no comí nada.

En eso se volvió a abrir la puerta, era hora de mi castigo. Filip intentaba detener a Aric, no le tome importancia, igualmente sabría lo que me esperaba.

— Mira, ¿qué tenemos aquí? - sonrió Aric - Al parecer hoy tendrás un castigo adicional

— ¡No! ¡Es mi culpa! ¡Tedros, cuéntale!

No hice nada, solo me arrodillé en el suelo esperando el castigo, no tenía nada más que perder, lo único que importaba realmente en mi vida lo perdí, por mi culpa. Apoye las manos a la pared ante el mandato de Aric, se oyó un suave chasquido cuando Aric desabrochó el látigo de su cinturón, mi corazón latía con rapidez. Definitivamente, no sobreviviría esta noche.

En cierta parte, no quería morir, solo quería otra oportunidad...

Solo miré a la sombra de Aric, pero, esta se tambaleó con fuerza y látigo sonó contra otra persona.

Filip tenía a Aric agarrado del cuello con el látigo enrollado alrededor de su antebrazo ensangrentado.

— Diles a los profesores que, si alguien intenta lastimarlo otra vez, tendrán que vérselas conmigo - gruñó el rubio

Aric parecía nervioso, pero esbozó una sonrisa cruel y se soltó.

— Justo lo que necesitamos en la Prueba. Alguien que priorice la lealtad - dijo y se alejó

Tenía los ojos abiertos como platos.

— Ahora, o comes, o te mato yo mismo - ordenó Filip

Esta vez, no discutí.

ׂׂૢ༘

Seguía teniendo hambre después de más de seis chuletas.

Filip abrió la puerta con dos tazas.

— Sabía que comerías de más. El té de manzanilla calma el estómago - suspiró poniendo la taza de té enfrente mío - Ojalá tuviera un poco de jengibre para hacer un buen té digestivo...

Lo miraba un poco sorprendido, ¿cómo podría saber tanto de hierbas? me recordaba un poco a...

— Bebe - pronuncio el lindo rubio

— ¿No llegas tarde para la guardia, Filip?

— Le dije a Manley que primero debía interrogarte. Dime donde esta, Tedros.

— Por última vez, Tristan y yo lo escondimos para que esas chicas no lo encontraron, Jackson no estuvo ahí pero creo que vio lo que hicimos. No sé cómo se pudo haber desaparecido. Mira, yo no te mentiría, Filip. No después de lo que hiciste por mí

— Pero entonces ¿quién lo tomo? ¿Le preguntaron a Tristan?

— El sería el primero en entregárselo a un profesor - dije molesto - Además, nadie lo ha visto desde hace días. Probablemente ya se fue, no le gusta estar con los demás chicos.

— Pero Castor dijo que si no encontramos la Plu...

— Porque refleja el alma de su amo - murmuré - Si llega en las manos de la Decana muchos chicos perderán su vida, empezando con la mía.

— El deseo de Violet por ti - murmuro Filip - ¿Cómo lo oíste?

Eso me tomo por sorpresa.

— Eran las nueve de la noche cuando mi madre partió. Yo dormía cuando recuerdo haberme despertado en un charco de sudor y tropezarme con la ventana sin saber por qué. Sentí que me arrancaban el corazón. Lo último que vi fue a mi madre montada sobre mi caballo favorito, galopando hacia el bosque...Tuve el mismo despertar cuando sentí el deseo de Vivi. Ella quiso que lo oyera, Filip... Y yo creí que era cierto.

— Quizá lo fue - dijo Filip, sentí como si en realidad lo estuviera pensando, cómo siempre, solo que estaba vez lo había dicho él - Quizá hubo algo...que se interpuso en el camino.

— Eres un buen amigo, Filip. No tenías por qué ayudarme.

Él sacudió su cabeza tiernamente.

— No podía dejarte morir - murmuró, incapaz de mirarme, parecía un niño pequeño - No podía.

— Sophie dijo lo mismo que tú el año pasado. Juro protegerme en la Prueba y luego me dejo solo para que muriera. Supongo que esa es la diferencia entre un chico y una chica. Ella era tan mala como dice el libro de cuentos.

— ¿Puedes contarme sobre ella...?

— Era una de las chicas más hermosas que jamás había visto, después de Violet, obviamente... ella tenía cabello rubio como el tuyo... y ahora que lo pienso, ojos verdes también muy parecidos - murmure mirando a Filip quien aparto la mirada incómoda - Pero no había nada debajo de todo eso. Ella me engaño, me hizo creer que le gustaba y por un momento, creo que me gusto. Le di una oportunidad, pero siempre había falsedad. Era como si quisiera un príncipe solo porque si, como si no le importara quien soy yo realmente. Nunca supe que le vieron Violet y Agatha que valiera la pena salvar. No sé cómo Vivi pudo perdonarla después de todo lo que le hizo.

— Quizá no conoces a Violet como lo hace Sophie, si no la entenderías.

— Sé que Violet antes era un alma buena, que merecía ser feliz, que quería estar conmigo... Y ahora, abandono el amor verdadero por algo que se disfraza como amor. No se da cuenta de que Sophie la daña, a ella le duelen las cosas que hace Sophie y no quiero verla así...

— Se siente triste porque no creíste en ella y porque la obligaste a elegir. Tú eres responsable de tu propio destino, Tedros. No Violet, no Sophie. Solo tú.

La miré con una mueca. Aunque me doliera, sabía que tenía razón y eso era un tormento.

— ¿Por qué una chica no puede tener ambos? - pregunto Filip con voz suave - ¿Por qué no pueden tener el amor de su príncipe y el de su mejor amiga?

— Porque crecemos, Filip - exhalé - Cuando eres joven, piensas que tu mejor amigo lo es todo. Pero una vez que encuentras el amor verdadero... eso cambia. Tu amistad jamás puede ser la misma después de eso. Porque tu lealtad solo puede estar con uno. — sonreí con tristeza - Ese fue el error más grande de Violet, no siempre se puede todo y menos cuando a tu mejor amiga le gusto tu príncipe y te hace daño. Ella sabía que estaba condenada junto a sus amigas cuando decidió amarme.

— Es demasiado tarde. — continúe - No volveré a amar a nadie, no si no es ella.

— Quizá Sophie y Agatha necesitan más a Violet que lo que tú la necesitas. Tal vez Violet y Agatha son lo más cercano al amor que Sophie tendrá jamás. ¡Quizá Sophie hizo algo bueno después de todo!

Ambos nos miramos con dureza, nos quedamos en silencio.

— Vamos. — sentenció Filip yendo hacia la puerta

— ¿Qué? - solté, este chico estaba en las nubes - No puedo salir...

— Esa es la diferencia entre tú y yo. Tú respetas las reglas, yo no.

— Hay que ser valiente para darme órdenes - murmure para ir a seguirlo

◌₊˚⋆

Las obras de teatro siempre eran un alboroto.

Habíamos decidido reunirnos aquí para pasar desapercibidas entre la multitud poniéndonos unas capas de invisibilidad por si acaso.

— ¿Qué podría estar haciendo la Decana con el hechizo de Merlín? - cuestiono Anadil

— ¿Lo habrá usado ella misma? - propuso Aggie en su capa

— Eso es imposible, nos habríamos dado cuenta si la Decana se convirtiera en hombre - respondió Hester.

— ¿Creen que la Decana envió a alguien al castillo de los chicos? - preguntó Dot — Si lo hizo, eso explicaría por qué el Cuentista desapareció

— Quizá la Decana hizo que una de las chicas se convirtiera en chico para esconder la pluma y que ustedes no puedan cumplir su deseo - siguió Mich quien compartía vegetales con Dot

— Debería empezar a comer vegetales - comentó Anadil al ver a ambas chicas

Volteé a ver a Alex, la cual tenía una mirada asustada, quise preguntarle pero ella hizo una seña diciendo que estaba bien y solo toco su collar de una mariposa azul. La había usado desde que nos volvió a hablar en la Galería del Bien.

— ¿Y quién sería la chica que escondería al Cuentista? - pregunto Hester, enfadada al ver que no se le había ocurrido esa idea

— Beatrix - respondí - No soy su mayor fan, pero, tenía una capa de los chicos debajo de su capa, eso es sospechoso y adora a la Decana.

— Puede ser - suspiro Alex - Violet, Aggie. Sophie debe encontrar al Cuentista antes de mañana ¿Pudiste ayudarla en algo Violet?

— Le ayude para que fuera a investigar la primera noche y encargue a alguien que la ayude, es de confianza - mire a Agatha, Mich y Alex quienes comprendieron a quién me refería, sin embargo, la última mencionada parecía que había palidecido aún más.

— Solo tiene que traer esa Pluma, si no, todas estaremos muertas - nos presionó Hester

Si ya estaba asustada por todo lo que, pasando, la cara de Hester hizo que se me revolviera el estómago, nunca la había visto tan asustada.

— La Decana marco las Cuevas de Cian, en su mapa - comentó Aggie

— ¿Las Cuevas de Cian? - replicó Hester - Solo sirven de decoración ¿Que podría haber en ellas?

— Sader cancelo la exploración antes de la prueba - comentó Mich - Debe haber algo allí

— Es imposible que vayamos sin un permiso - suspiré

— No. Por lo que concierne a la Decana, están en el Bosque Azul con cierto gnomo.

◌₊˚⋆

Era la medianoche, Aggie y yo atravesamos la neblina del Bosque Azul, todavía escondidas debajo de nuestra capa.

Intente de ver la Escuela de los Chicos, la neblina la cubría completamente.

¿Cómo estaría Sophie y Tedros...? ¿Estaría bien después de lo que le hice...? ¿Estaría bien y si Aric le hizo más daño?

Tenía que parar de pensar en él, había sido muy grosero, pero mientras más intentaba de ignorar esos pensamientos, más intensos eran. A penas llegará a casa, guardaría todos los libros de romance o de príncipes. Gavaldon sería definitivamente un mundo sin príncipes.

Agatha me sujeto del brazo, indicándome que habíamos llegado.

La Cuevas de Cian estaban formadas por tres agujeros circulares de diferentes tamaños color verde mar. Estaban encima de una saliente, la única opción era trepar por uno de los pinos azules y saltar hacia el risco. Gracias a la ayuda de la historia, las ramas del pino eran gruesas y sólidas. Ambas subimos cómo lo hacíamos en Gavaldon cuando éramos chicas. Agatha fue la primera en saltar, luego yo.

Mire la hilera de cuevas que tenía enfrente, eran tres círculos de diferentes tamaños que parecían del cuento de Ricitos de Oro: la primera era muy grande; la segunda, demasiado pequeña y la tercera era de un tamaño regular.

Revisamos todas las cuevas, pero no había nada. Estábamos a punto de irnos, cuando oí un zumbido a nuestras espaldas, como un coro de murmullos. Me di la vuelta oyendo el rumor cada vez más ruidoso. Aggie levanto su dedo encendido, ambas temblábamos de miedo...

Un torrente de mariposas azules se estrelló contra nosotras desde la oscuridad, inundaron nuestro cuerpo como un enjambre y destrozó nuestra capa hasta convertirla en jirones. Volvimos a vernos, la capa de serpiente estaba en suelo hecho tirones. Al final todas las mariposas huyeron, empujándonos por la saliente.

Lastimadas por el golpe, solo pude ver la nube de mariposas. Me costaba respirar y sentí que a las justas estaba viva.

La Decana había planeado ese mapa en su oficina para que lo encontráramos. Sabía que no estábamos con Yuba.

Ni con Sophie...

Agatha me miró con miedo y me sostuvo de la muñeca para empezar a correr.

Si la Decana sabía que estábamos aquí, la poción, entonces... Yuba

Corrí más rápido, la guarida de Yuba debería de estar cerca, tenía que estarlo. Seguimos corriendo hasta que nos detuvimos al ver un humo negro que se elevaban sobre los árboles

— No...

La casa de Yuba había sido incendiada, cada centímetro a excepción de unos pétalos de hortensia... el gnomo no se veía por ningún lado.

La niebla se disipaba como si hubiera cumplido su misión, esta niebla dejaba un rastro hasta la torre más alta de la Escuela de las Chicas.

Vimos a Evelyn Sader desde la ventana, rodeada de las mariposas que acababan de regresar. Su sonrisa brilló en la oscuridad. Una sonrisa que mostraba que desde siempre estaba un paso adelante.

Era el segundo día, y Sophie no había regresado.

ׂׂૢ༘

— ¿No deberías de estar buscando al Cuentista? - le pregunté a Filip mientras lo seguía por el pasadizo oscuro — ¿A dónde vamos? Solo quiero darme un baño y...

Estábamos parados en el balcón de los profesores, que daba al Bosque Azul y ofrecía una vista panorámica del territorio, donde había una extraña bruma que se deshizo en el aire. Dentro de dos noches, sería que convirtiera este bello lugar en un campo de guerra.

— ¿Vienes? - pregunto Filip, iluminado con la luz de la luna.

Me quedé un rato paralizado, pero lo seguí, trepando la saliente y sentándome junto a él.

— ¿Cómo está tu brazo? - le cuestione - No quiero que se infecte...

Filip aparto su brazo, mirando el bosque.

— ¿Cómo puedes dormir tranquilo sabiendo que estás sentenciando a muerte a tres chicas? Cuando dos de esas chicas te amaron.

— Siempre hay tres en un cuento de hadas Filip. Los amores verdaderos y el villano. Finalmente, alguien debe morir. En el instante que Vi me ataco me convirtió en el villano por proteger a Sophie. No quería que esto pasara, pero si no me importo provocar una guerra para tenerla conmigo, entonces, no tengo problema con ser el villano si eso significa salvar mi vida, incluso si no tuviera sentido.

De pronto, Filip se quedó mirándome cuando empezó a reírse tanto que empezó a llorar.

— ¿Qué diablos te sucede? - le pregunté serio

— Todo el mundo quería encontrar el amor, y ahora todos quieren matarse unos a otros. — dijo Filip entre risas - Y nadie sabe cuál es la verdad.

— Con todo respeto, Filip, ¿qué diablos sabes tú? - Filip dio una fuerte carcajada enterrando su cara entre sus manos - Eres peor que una chica

Me vio y dejo de reírse.

— ¿Cómo es tu castillo, Filip?

— Ah, sí ... Es un castillo ... Pequeño. Con forma de... cabaña - tartamudeo el rubio tiernamente

— Suena confortable. Jamás me gustó vivir en un castillo grande. Me paso casi todo el día tratando de encontrar a las personas. ¿Toda tu familia vive contigo?

— Solo mi padre - respondió Filip con un tono amargado

— Por lo menos tienes padre. Yo no tengo a nadie que me espere cuando termine la escuela. Solo un castillo vacío, ladrones y un reino que se cae a pedazos.

— ¿Crees que alguna vez volverás a ver a tu madre?

Negué con mi cabeza.

— Tampoco lo deseo. Papá la sentenció a muerte. Cuando cumpla 17 años me convertiré en rey, y tendré que cumplir con la sentencia de papá, si la llego a encontrar... Deberías ir a buscar al Cuentista, Filip.

— ¿Cómo podrías lastimar a tu madre? - me pregunto Filip, estupefacto - Yo haría cualquier cosa para volver a ver a la mía. Cualquier cosa. Ese sería mi verdadero «Para Siempre». Pero no soy Violet ni Agatha. Nadie escucha mis deseos.

— Cómo era... tu madre

— Se llamaba Vanessa, que significa mariposa. Todavía recuerdo su rostro cuando las mariposas pasaban volando cerca de ella. Solía decir que algún día me iría volando como ellas, encontraría una vida mejor que ella, en algún lugar en donde todos mis sueños se hicieran realidad. Que nadie se interponga en tu final, solía decirme. Que nadie impida que te amen - dijo Filip, su voz se quebró

Toque su hombro en forma de consolarlo, aunque realmente quería abrazarlo.

— Su única amiga le quito al único hombre al que había amado, Tedros - dijo Filip - No quiero terminar como ella. Solo.

Hubo un gran silencio.

— Nunca conocí a un chico que quisiera ser mariposa - le comenté con voz suave.

Ambos nos miramos por un tiempo, fijamente. Nuestras manos se chocaron, sentí algo que había experimentado antes, pero terminé saltando al balcón.

— Me voy. Vete a buscar la pluma.

— Tedros, espérame.

Solo salí corriendo, ¿por qué me puse tan nervioso?, necesitaba estar solo. No. Necesitaba estar con ella.

⋆ ˚｡⋆୨♡୧⋆ ˚｡⋆

Holi, ¿cómo están?

Espero que les haya gustado el capítulo :D (aunque es un poco largo)

Faltan 3 capítulos para terminar con el segundo libro </3

¿Les gustaría que continuara con el tercero? (en mi opinión, uno de los mejores de la saga)

No se olviden de votar, comentar (que me ayudaría mucho) y tomar agua <3

Gracias por su apoyo <3333

Si tiene mucho apoyo, capaz vuelva actualizar el domingo o más pronto jsjsjs