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Corríamos detrás de la profesora Dovey. Ella era un hada madrina que siempre nos había cuidado, ella tendría las respuestas de lo que estaba pasando.

— ¿Quiénes son los de las capuchas rojas? - pregunte

— ¿Cómo sobrevivió Rafal?

— ¿Por qué los Nuncas están de su lado?

— ¡Silencio! - replico la profesora Dovey mientras borraba sus huellas con su varita - ¡No tenemos mucho tiempo!

— No parece sorprendida de vernos - murmuro Agatha.

Llegamos rápidamente al vestíbulo desierto del Bien, cerrando las puertas.

Meses atrás Sophie había destruido aquel lugar en el Circo de Talentos. Parecía totalmente igual, pero, ahora, los cuadros que la adornaban tenían solo a reinas y princesas salvando a las personas y ayudándolas. Algo extraño, considerando que antes eran principalmente hombre y las chicas sus ayudantes. No estaba mal, pero era extraño el notorio cambio.

— ¿Dónde están los chicos? - observó Sophie

Ahora el cartel en donde decía "S-I-E-M-P-R-E", decía "C-H-I-C-A".

— ¡Es una Escuela de Chicas! - exclamo Agatha

— ¿Qué paso con la Escuela del Bien? - pregunte

— ¡No podemos luchas contra Rafal sin chicos! - lloriqueo Sophie

En mi opinión, sería mejor si estuvieran ambos y habría que admitir que ellos tenían mejores habilidades en la lucha, a las chicas no nos habían enseñado casi nada eso en la escuela, y se notó más en la batalla que tuvimos con los Nuncas.

— Shh, nadie debe de saber que están aquí - nos calló la profesora

Mientras subíamos por las escaleras de la torre de Valor, nos quedamos boquiabiertas ante las nuevas pinturas de los famosos cuentos. Blancanieves rompía su ataúd de cristal con sus puños, Caperucita Roja degollaba al lobo, la Bella Durmiente quemaba su rueca, todos sus príncipes habían desaparecido, los finales eran diferentes.

— ¡Es como si los Siempres nunca hubieran existido!

— ¡Quizá el Director los mato a todos!

De pronto vimos a una mariposa azul aletear hacia nosotras a lo que la profesora Dovey la mato con un hechizo.

— ¡Apresúrense!

— Disculpe, pero ¿a dónde vamos?

— A ver a la única persona que puede salvarles la vida - respondió de inmediato nuestra hada madrina

De inmediato, comenzamos a correr más rápido, llegando a la puerta solitaria del sexto piso, ya conocía esta habitación...

— ¿La oficina de Sader? - suspiré con un poco de tristeza - Pero él murió...

La profesora Dovey abrió la puerta rápidamente, logramos ver a una mujer delgada que estaba parada junto a la ventana.

— ¿Te vio alguien?

— No - respondió la profesora Dovey Lady Lesso se dio vuelta y nos dio una mirada fulminante.

— Entonces es hora de que sepan lo que hicieron.

— ¿Nosotras hicimos esto? - farfullo Agatha - Entiendo que hemos abierto nuestra historia, pero ¿cómo se supone que cambiamos la escuela?

— ¡Ni siquiera estuvimos aquí! - exclamo Sophie

— En este mundo, las acciones tienen consecuencias, los finales tienen consecuencias.

— Pero nuestro cuento de hadas terminó en felicidad - dijo Sophie

La profesora Dovey soltó un gruñido.

— ¿Por qué no nos cuentan cómo termino? - pregunto Lady Lesso con una sonrisa irónica.

— Matamos al Directo, con ayuda del profesor Sader y resolvimos el acertijo - respondí - así volvimos a casa

— Clarissa, muéstrales cómo terminó la historia realmente - gruñó Lady Lesso

La profesora Dovey nos arrojó un libro desde el escritorio que se encontraba cerca. Abrimos la primera página, decía: "El cuento de Sophie, Agatha y Violet"

Ojeamos el libro en donde detallaban bastante de las situaciones que vivimos, con ilustraciones y todo, había que admitir que era muy bonito. Hasta donde leímos todo está bien, terminaba con un "desaparecieron".

— Es un cuento de hadas perfecto - suspiro Sophie

— Pero no terminó allí - dijo Lady Lesso con una expresión severa, al igual que la profesora Dovey. Volvimos a ver el libro, confundidas. Vimos la siguiente página.

Una imagen de Tedros, de espaldas, caminando hacia una niebla oscura, atrás de él se encontraba Jackson.

«Y Sophie, Agatha y Violet vivieron felices para siempre, porque las chicas no necesitan príncipes para encontrar del amor... No necesitan para nada príncipes en sus cuentos de hadas»

— Este libro es del Valle de las Cenizas. Pero lo puedes encontrar en todas partes. Es la única historia que todos quieren escuchar.

Entonces nos dimos cuenta de que todos los libros en el escritorio era la misma historia, nuestra historia, con el mismo final, Tedros solo y desolado, al igual que Jackson, caminando hacia la oscuridad.

Mire a la ventana, acaso ellos estarán ahí...

— ¿Vivi? ¿Aggie?

No pude responderle. Si bien no tendría que haber nada de malo que por fin alguien cambie un poquito las historias y que unas chicas se salven entre ellas, al parecer, en este mundo, termino cambiando gravemente las cosas. Está bien que las chicas por fin puedan salvarse por sí misma, pero eso no significa deshacerse de los chicos.

Sophie se acercó junto a mí, vimos a los chicos encapuchados, pensábamos que eran campesinos, pero no lo eran.

— ¡Príncipes! ¡Son príncipes! - se sorprendió Sophie

— ¡Es ella! - grito uno de los encapuchados, a lo que todo lazaron flechas directamente hacia la ventana.

— ¡Muerte a Sophie!

Sin embargo, estas flechas no nos llegaron, desaparecieron instantáneamente en un escudo encantado burbujeante que aparecía en las puertas de la escuela.

— ¿Cómo es posible que sean príncipes? - pregunto Sophie horrorizada

— ¿Qué cómo es posible que sean príncipes? - se burló Lady Lesso - ¡Esos príncipes están allí por culpa de ustedes!

— No entiendo - balbuceé

— Piensen. Violet, alguna vez creíste que no merecías estar aquí. En cambio, tu destino fue en convertirte en una princesa y encontraste tú «Para Siempre» con el príncipe más deseado de toda nuestra tierra. Y Agatha, creíste que era una bruja fea, pero, también tu destino fue ser princesa y encontraste un posible final feliz con un chico que realmente te amaba y daría todo por ti. ¡Habría sido la mayor victoria del Bien! ¡La restitución de todos los valores que habíamos perdido a lo largo del tiempo! Matar a Rafal, mandar a su mejor amiga mala a casa, sana y salva... y quedándose con sus amores verdaderos, con sus amigos, para siempre y poder terminar siendo reinas o una de las mayores heroínas. Lo único que tenían que hacer es agarrar su mano antes de desaparecer. Ese habría sido su cuento de hadas perfecto, en cambio...

La profesora miró con enojo a Sophie.

— La escogieron a ella.

— Y bien que lo hizo. — replico Sophie - Si la conociera, sabría que ellas nunca me dejarían por un chico y menos por un par de personitas que son sus "amigos"

— ¿Qué ocurrió después de nuestra partida? - me limite a decir

— El Desalojo. Después del beso, los alumnos trataron de volver a sus escuelas, pero las torres del Mal expulsaron a las Nuncas. Sesenta chicas fueron lanzadas desde las ventanas hacia la bahía. Trataron de regresar, pero las puertas les impidieron la entrada. Todas las Nuncas huyeron a la Escuela del Bien buscando refugio y las Siempres las acogieron, inspiradas por su final feliz. — explico Lady Lesso

— Cuando llegaron, las torres del Bien desalojaron a los Siempres con la misma violencia - continuó narrando la profesora Dovey - Apenas se fueron los chicos, el castillo se convirtió mágicamente en lo que es hoy: sus retratos se retiraron, los murales se volvieron a pintar. La Escuela del Bien se convirtió en la Escuela de Chicas

Ahora nos dimos cuenta de que los logos pasaron de ser cisnes blancos a ser mariposas azules.

— Para la cereza del pastel, lo ocurrido aquí también sucedió con todo el Bosque Infinito. Cuando la historia de ustedes se propagó, los hombres fueron expulsados de sus castillos. Las brujas y princesas unieron fueras y se hicieron con el control de los reinos.

— ¿Las brujas y las princesas son amigas? - pregunto Sophie sin poder creerlo - Eso no suena tan mal.

— Gracias a su cuento, los hombres y mujeres son enemigos.

— ¡Pero al escoger a Sophie, incluso en ese caso solo mostraríamos que las chicas también pueden salvar sus cuentos! ¡No tendrían que haber mostrado como si estuviéramos en contra de los chicos! - refute, si bien, en ese punto de vista no tomamos la mejor decisión, no podía pensar que esa acción podría ocasionar todo esto.

— No importa si querían o no. Ustedes hicieron que los príncipes fueran irrelevantes - replico Lady Lesso - Los volvieron impotentes y obsoletos. Y ahora han hecho que acudan a un nuevo líder para conseguir venganza.

— ¡El Director! - exclamo Sophie - Lo vimos...

— Pero él no puede haber sobrevivido, está en el cuento, nosotras lo vimos.

— ¡No me digas! - respondió la profesora Dovey - Eso no significa que no lo hayan remplazado.

— ¿Remplazado?

— Naturalmente. Lady Lesso y yo creímos que seriamos las mejores cándidas - observo el hada madrina - Sin hogar y sin amor, los príncipes necesitaban líderes en quien confiar. Les aseguramos que El Cuento de Sophie, Agatha y Violet estaba cerrado para siempre. Bajo nuestra protección, el Cuentista devolvería el equilibrio a las chicas y a los chicos, como lo hace con el Bien y el Mal. Pero cuando intentamos mediar por esta paz entre hombres y mujeres. Sucedió algo extraño. — su rostro se ensombreció

— ¿No se dan cuenta de que falta algo? - protesto la profesora

— Solo noto que dibujaron a Tedros más alto de lo que es - observo Sophie - ¿Por qué no dice Fin?

— Al parecer su libro volvió a abrirse.

— Pero ¿cómo pudimos perder nuestro final feliz?

— Porque alguna de ustedes, deseo un final diferente. Y ahora una de ustedes puso a nuestra guerra en borde de la guerra.

— Eso es imposible. Sé que quería ser una princesa, pero después de lo que ocurrió, prefiero estar en Gavaldon, incluso con todo el mal olor, si bien pude haber deseado que mi padre se haya muerto, no fue cómo para abrir nuestro cuento.

Pronto Sophie se dio cuenta de que Lady Lesso nos miraba.

— Aggie, Vivi, díganme que lo que quisieron decir antes sobre un deseo, no es cierto

Intente de buscar las palabras, no sabía cómo explicarle.

— ¿Cómo lo solucionamos? ¿Cómo hacemos para que Sophie vuelva a salvo a casa?

— Es muy simple - respondió la antigua decana del Mal - Tienen que desear que el final sea la una con la otra al mismo tiempo. Deben desear esta la una con la otra y el Cuentista volverá a escribir «Fin».

— ¿Y nos iremos del bosque?

— Nunca más las volverán a buscar siempre y cuando su deseo sea real.

— Podemos resolverlo, podremos recuperar nuestro final feliz - suspiré

— La aldea ya no nos lastimará - añadió Aggie

— ¿Qué final desearon?

— Sophie, no hagas esto

— Respóndanme.

— Sophie, por favor...

— ¿Qué deseo pidieron? - Sophie nos clavó su mirada.

— Podemos resolver esto ya mismo

— Me temo que no pueden - dijo la profesora Dovey a lo que nos dimos la vuelta - El Cuentista debe escribir «Fin» para sellar su deseo. Y por el momento eso no es posible.

— ¿Qué quiere decir? - replico Agatha, enfadada - ¿Dónde está el Cuentista?

— Donde estuvo siempre. Con el Director.

— ¿Cómo?, pero si ustedes dijeron que lo remplazaron.

Tenía el presentimiento de que estaba pasando, pero no podía ser.

— ¿Quiénes más no querrían que su final sea sellado? - murmuro Lady Lesso - ¿Quiénes quieren un nuevo final para su cuento de hadas?

— ¿Quiénes escucharon el deseo de sus princesas?

Volví a ver a la torre del director, ahí los pude observar, a ambos. Todos los ataques, toda la destrucción...

— Fueron ellos - susurro Sophie - los desearon a ellos

— No es así, Sophie.

— Pero no me vas a decir que en una parte no los desearon.

No respondí nada.

— ¿Cómo? ¿Cómo pudieron oírlo? - murmuro Agatha

— Porque tú quisiste que las oyeran, - replicó Lady Lesso - desde el momento en el que se fueron. Tedros creyó que algún día Violet lo llamaría y Jackson en la desolación no tardo en pensar lo mismo con el tiempo, aunque al principio intento de evitarlo. Desde el día que partieron, él y sus amigos buscaron su aldea, intentaron cruzar el Bosque Lejano, hasta que, finalmente, su deseo les abrió las puertas.

Palidecí por un momento.

— Pero sus príncipes tienen que asegurarse de que su princesa lo elija. Necesitan estar seguros de que no repetirán sus errores. Así que Tedros, junto a Jackson, robaron al Cuentista en nuestras narices, sabiendo que la torre del Director sigue a la pluma dondequiera que vaya. Ahora impedirían que el Cuentista le escriba «Fin» a su cuento, hasta que ellos tengan su nuevo final.

— ¿Cuál es el nuevo final? - pregunte

— Tedros matará a Sophie.

Sophie alzo la mirada lentamente. Sus ojos estaban rojos y húmedos. Palidecí por un momento, ¿cómo podría pensar en matar a Sophie?, no, me negaba a creerlo.

— Tedros cree que, si mata a Sophie, su cuento de hadas volverá a ser cómo antes. Por suerte, Jackson no se dejó tanto por sus emociones y evita algunos lamentables sucesos.

— ¿Por qué no le ahorran el trabajo a Tedros?

— Sophie, realmente lo lamentamos, pasaron muchas cosas y-

— Sinceramente, matar a la bruja resolvería todo - suspiro la profesora Dovey a lo que la miramos - ¡Ay! ¿Lo dije en voz alta?

— Morirás más rápido de lo que piensas. Ellos ya tienen su ejército. Su escuela

Vimos que ahora la Escuela del Mal, cambio a ser la Escuela de chicos para la venganza y restitución.

— Un deseo trae muchas consecuencias, ¿no? - observo Lady Lesso – Tedros prometió la mitad de la fortuna de su padre como recompensa a quien mate a Sophie. Por su parte, Jackson también prometió gran parte de su herencia al ser primo de la reina de Deselum, un reino Siempre. No hace falta decir que los Siempres y Nuncas aceptaron el desafío.

— Cómo también todos esos príncipes que están en el bosque.

— Para nuestra suerte, conjure un escudo alrededor del perímetro de ambas escuelas para mantenerlos alejados, pero si logran entrar atacarían nuestra escuela y matarían a Sophie.

— O liberan al cuentista y consiguen que Sophie vuelva a casa o besan a sus príncipes antes de que ellos la maten. Son los únicos dos finales que pueden evitar la guerra.

— ¿Podríamos razonar con ellos? Si les explicamos, puedan entender mejor - sugerí, no podía dejar a Sophie. Solo había deseado que pueda volver aquí y con Sophie, con mis amigos.

— Deseaste estar con él, ¿quieres que las deje estar a solas con ellos para que luego huyan y me dejen sola?

— Evitando esta riña. Las esconderemos en el Bosque Azul, ahí estarán a salvo. Ninguna de las chicas puede enterarse de que están aquí.

— ¿Por qué? ¿Y Mich y Alex?

— Porque a diferencia de tus dos profesoras, ellas creen que ustedes dos son lo mejor que pudo suceder.

En eso alguien abrió la puerta. Era una mujer alta y deslumbrante que entro, con un sedoso vestido azul eléctrico con estampado de mariposas.

— ¿La oficina de mi hermano? No sabía que aquí celebraban reuniones secretas - suspiro la mujer - Debieron haberme comunicado la llegada de nuestras honorables invitadas. Después de todo, es gracias a ellas que existe esta escuela. Disculpen si no preparamos meticulosamente su llegada, y casi las perdimos.

— Pero ¿cómo sabían que llegaríamos?

— Cielo santo, tienen un aspecto horrendo - interrumpió la mujer y mágicamente limpió toda la suciedad y cambio nuestra ropa. - Vamos chicas. Hemos puesto sus libros y horarios en la habitación.

— ¡Horarios! ¡No pretendas que irán a clases, Evelyn!

— Mientras estén en mi escuela deberían asistir a clase y obedecer mis reglas. Eso incluye permanecer en la escuela en todo momento. ¿Acaso se oponen a las reglas?

No sabíamos qué decir. Esperamos que las antiguas decanas digieran algo, pero nada.

— Veo que nuestras exdecanas se olvidaron de comentarles del cambio más importante en la escuela. Soy Evelyn Sader, Decana de la Escuela de Chicas. Pido disculpas por el apuro. No podemos dejar esperar a su ejército - dijo con una sonrisa mientras dos mariposas azules se incorporaban en su vestido. 

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