Septiembre llegó con rapidez y aquella mañana estaban listas para ir a King Cross y coger el maravilloso Expreso Hogwarts que los llevaría a su quinto y sexto año en la escuela de magia y hechicería.

—¿Cómo te sientes?

—No estoy muy segura... Es algo nuevo y me asusta un poco pero bien... —A veces le resultaba extraño hablar de lo que sentía realmente, en su hogar todos guardaban lo que sentían, haciendo que fuera un hogar un poco frío, quitando los momentos en los que se abrían que eran pocos pero especiales.

Camille estaba acostumbrando a Chaussettes a caminar como si fuera de paseo, le había comprado un collar negro que resaltaba con sus patitas. Su tía decía que notaba una fuerte conexión entre ellos dos, existía una leyenda que a veces había magos que se vinculaban con sus mascotas y ambas podían sentirse. Una leyenda curiosa sin duda.

—Vamos niñas, que llegaremos tarde —Pronto las dos se encontraban de camino a la estación de trenes. Al llegar estaba fascinada con la cantidad de no-Mag que estaba conviviendo con los magos. Muchos de los magos iban arrastrando los útiles y sus mascotas, desde ratas a lechuzas.

Alice se paró frente a la pared entre los andenes 9 y 10, y miró a su alrededor antes de correr decidida hacía la pared, Camille la miró como si estuviera loca y de repente desapareció.

—Oh Wow... —La francesa miró a su gato que la miraba asustado— si Alice lo ha hecho...

—¡Hey! Hola de nuevo —Camille miró a su lado viendo al chico castaño de la tienda de madame Malkin— Te veo...

—¿La pared es segura?

—Oh entiendo... espera haremos una cosa, la pasamos juntos —Camille sonrió aliviada— mi madre entrará con mi carrito, corremos los dos a la pared —Camille lo miró y miró a su gato— Una... dos... —Empezó a correr.

Ambos atravesaron la pared y la francesa ahogo un gemido, estaba viva y no espachurrada contra una pared, el gato se había hecho una bolita y tapaba sus ojos. Se giró al castaño con una mueca de miedo.

—¡No has dicho tres! Es Un,deux y no olvidas el Troix! —El castaño soltó una carcajada cuando la vio enfadada.

—Pero así no te lo esperabas y pasabas sin miedo, soy Remus Lupin, no me presenté el otro día

—Camille... Gracias Remus —Le sonrió la chica— Debo buscar a mi prima, un placer de nuevo —Se separaron y buscó entre los magos emocionados por el nuevo curso.

Alice estaba abrazando a Lily cuando Camille se puso a su lado, las dos pelirrojas se abrazaron con fuerza y se pusieron a hablar.

—Deberíamos ir a buscar un vagón —Alice asintió y se despidieron de sus padres con una sonrisa.

—Tened un buen año y nos vemos para Navidad

—Adiós —Le sonrieron y cuando el tren se puso en marcha comenzaron a buscar un vagón.

Chaussettes era un gato muy juguetón y curioso por lo que cuando se vio en un nuevo entorno saltó de los brazos de su madre humana y corrió por los vagones.

—No, Chaussettes —Camille corrió por el pasillo, cuando vio como entraba en uno de los vagones.

—Oh, hola gatito —se oyó la voz de un chico y Camille entró con un poco de vergüenza.

—Pegdon, Chaussettes es muy cugioso

—Tienes un gracioso acento —El muchacho tenía unos ojos grisáceos que le llamaron muchísimo la atención.

—Oh... —Camille se sonrojó un poco— Soy... Francesa

—Sexy —murmuro Sirius— OH HEY JAMES AQUÍ

—Hey, ¿quién es la pelirroja?

—Es...

—Camille Leblanche, yo debería volveg con mis amigas —Chaussettes estaba acurrucado en los sillones mientras dormitaba— Oh...

—Creo que tu gato quiere quedarse

—¿ESO ES UN GATO? Parece una bufanda

—Eh, no te metas con mi gato —Camille lo miró ofendida.

—¡Hola chicos! He traído tarta de calabaza que ha hecho mi... —Peter se quedó callado y se sonrojó con fuerza. Detrás del pequeño muchacho se alzó una figura que Camille reconoció como Remus.

—Oh, Camille nos volvemos a encontrar —Camille asintió y le dio una sonrisa tímida.

—¿Os conoceís? Jamás nos has hablado de ella

—Eso es porque la acabo de conocer, canuto —Camille no sabía que hacer, si sentarse o si coger a su gato y salir.

—¿Quieres?

—Oh, la calabaza me encanta merci... —Peter y ella se sentaron compartiendo el pastelillo.

En el transcurso del viaje Chaussettes se despertó y se sentó en el regazo de Sirius mientras veía a su dueña dormitar contra la ventana del vagón.

—¿Es francesa?

—Sí, es su primer año en Hogwarts, pero ha estudiado en Beauxbattons

—Genial... ¿Dónde creen que ella quede?

—Tiene pinta de Ravenclaw...

—Podría ser, ojala quede en Gryffindor, es linda —sonrió pícaro el primogénito de los Black.

—Pensé que este año ibas a sentar un poco la cabeza...

—Y ¿te lo crees? —comentó divertido el licántropo mientras se levantaba— Voy al vagón prefectos ya queda poco para llegar... Despiértenla y que se ponga la túnica

—Saluda a mi Lily Flor —Chillo James desde la puerta.

—Vale bufanda con patas, despertemos a tu dueña —Sirius bajó al gato y se acercó a moverla suavemente— Eh... Camille

—5 minutes de plus mère...

—ehm... Si, tienes que levantarte, ya casi llegamos —Sirius bajó la mirada al gato que se encontraba amasando sus piernas para acurrucarse— Eh tu bufanda, no te duermas

—En gealidad... se llama Calcetines —La  chica lo miró con una mini sonrisa.

—Es lo mismo... Tienes que ponerte el uniforme... ya vamos a llegar...

—OH merci —Sonrió, los chicos abandonaron el vagón y se pusieron de espaldas a la puerta, creando una barrera, mientras la chica se cambiaba.

—¿Qué tal tus vacaciones Peter?

—Lo de siempre, este año mi abuela me ha dado un gran regalo de cumpleaños y aun me queda dinero para Zonko

—Genial...

—¿Y el tuyo?

—Walburga loca como siempre, Regulus invitó a Leo Rosier y ha pasado un mes en casa, mi madre no ha perdido oportunidad de decirme que debería ser como mi hermano

—Esta loca, esa mujer... —James lanzaba su snitch y la recogía repetidamente.

—Bueno... si —Camille los miraba con una pequeña sonrisa ya que ni se habían dado cuenta de que la puerta se había abierto, cada uno tenía una postura graciosa.

—Ya estoy, podéis pasar —Camille se sentó atando bien sus botas y miró como cambiaba el paisaje.

Pronto poco a poco se iba parando el tren, un montón de pequeñas cabezas se asomaron para ver el castillo, entre ellas una pelirroja y la cabeza de un gato.

—Oh Chaussettes, est tré Jolie... Notre nouveau maison... —El gatito maulló y se subió sobre el hombro de su dueña.

—¿Vamos? —Salieron los 4 dirigiéndose hacia los carruajes, en el camino se encontraron con Hagrid que estaba agrupando a los de primer año.

—Oh, hola chicos —Sonrió el semi gigante— Tu debes ser Camille, el profesor Dumbledore, quiere que vayas con los de primero —Camille sonrió y se despidió de los merodeadores mirando a los niños que miraban curiosos los terrenos del castillo.

Poco a poco cuando ya estuvieron todos subieron en unas pequeñas barcas, Camille iba acompañada de unos mellizos, la niña lloraba desconsolada.

—Eh ¿Por qué lloras?

—Es que extraño a mi mamá... y a mi gato —La niña la miró con un puchero mientras que su hermano los miraba a los dos.

—No eres un poco mayor, para ser de primero —Camille soltó una carcajada y asintió.

—No pasa nada por extgañar a los que nos quieguen, yo extrgaño a mi mamá también —Camille abrazó a la pequeña y le sonrió— si quieres yo estaré a tu lado...

—¿Lo harías?

—Oui —El niño las miraba con incredulidad. Pronto se encotraban delante de un taburete con un sombrero de color marrón de aspecto desgastado, que al fruncir sus arrugas se observó una cara.

— Yo soy el sombrero seleccionador,

no temás pequeño

pues causo poco temor.

Encontraros una casa debo

Esa es mi labor...

Me adentro en tu pensamiento

Para hallar un acierto,

Ya dejó este desconcierto

Pues soy el sombrero seleccionador

Y siempre acierto en mi labor

Poco a poco los niños iban pasando, unos a Ravenclaw, otros a Slytherin y Hufflepuff y otros eran recibidos por los leones entre grandes vitoreo.

—Por último, Camille Leblanche, asistirá a su quinto curso —Camille observó a la mesa de los leones donde la pequeña Winnie la miraba con una sonrisa, su hermano había sido mandado a Slytherin por lo que se sentía un poco sola. La muchacha se sentó en el taburete bajo los ojos de todos los alumnos de colegio.

—Oh, veo potencial en ti joven bruja... Amor, Valor, Creatividad, Astucia... una difícil decisión... Me gustan los retos —Camille miraba al frente como si se hubiera perdido en sus pensamientos— Un corazón tan puro tiene lugar en... ¡GRYFFINDOR!

La mesa de los leones se levantó en vitoreo, los merodeadores le sonrieron ampliamente y la pequeña Winnie corrió a sus brazos haciendo que la chica le sonriera. Aquel día había estado lleno de nuevas emociones y nuevas personas con las que iba a compartir mucho.