24. Lo Que Trajo La Lluvia
Viernes. 19.00. Urbanización El Palmeral
Finales de Mayo
- Dicen que va a llover todo el fin de semana
Miro por la ventana como caen las gotas de lluvia. Está empezando a hacerlo cada vez más fuerte y no ayuda nada el aire que se ha levantado. Me giro para volver al sofá tumbándome al lado de Rodri. Pongo mi cabeza en su pecho y dejo que él me abrace.
- No pasa nada. No salimos en todo el día y punto. Por lo menos hasta mañana que me vaya a la concentración -sus dedos se posan en mi mejilla acariciándome muy lentamente mientras siento un ligero cosquilleo en mi nuca
- Te vas a mojar el domingo en el partido
- Lo sé. Tranquila, no me importa mojarme, sobre todo cuando lo haces tú
Le doy un ligero puñetazo en su pecho y él aprovecha para recostarme aún más en el sofá.
- Estás un poco encendido Rodrigo
- Es que tú me enciendes - Rodri roza mis labios unos segundos provocándome con su lengua- bueno, es que hay muchas cosas de ti que lo hacen
Rodri une sus labios con los míos en una lenta y sensual caricia que ahora es a mí a la que enciende. Sus besos son adictivos. Son el preludio del deseo. Su traviesa lengua está jugando con la mía hasta que se separa de mí para que pueda respirar.
- Hay una cosa que no te he dicho Luna - su mirada se torna algo más seria mientras me mira. Uno de sus dedos está en cuello regalándome calmadas caricias.
- ¿El qué?
- Mis padres vendrán el domingo a ver el partido y... quieren conocerte
Abro mis ojos un poco sorprendida y trago saliva nerviosa. Llevamos casi 3 meses juntos y yo aún no le he hablado a mis padres de Rodri. La única persona que lo sabe sigue siendo Diego, pero, los padres de mi novio si saben que yo existo. Soy de lo peor, desde luego.
- Pero si tú no quieres no pasa nada Luna
Me quedo callada unos segundos. Conocer a los padres es uno de los pasos más importantes en una relación. Quiere decir que la cosa va en serio. Aunque yo nunca he dudado de que lo nuestro no lo iba, y más después de lo que pasó en el Hotel.
- No me importa conocerlos Rodri. Son tus padres. Aunque tengo que admitir que me pone nerviosa
- ¿Y por qué?
- Porque no sé si les voy a caer bien -Rodri besa mi mejilla y luego mis labios sonriéndome
- Tú le caes bien a todo el mundo Luna. Es más, estoy segura de que te van a adorar
- Eso lo dices porque eres mi novio
- Y aunque no lo fuera, también lo pensaría. Te recuerdo que no salíamos juntos y ya me caías de puta madre. Así que no estés nerviosa. Mis padres son muy sencillos Luna, verás como te van a encantar
- Si son como el hijo, seguro que yo también los adoro
Le saco la lengua a Rodri y él aprovecha para besarme de nuevo. Su lengua sale al encuentro de la mía y nos besamos buscándonos la boca constantemente. Su mano asciende por mi costado hasta colarse debajo de mi camiseta. Siento sus cálidos dedos en mi piel, llegando hasta mi pecho. Me lo acaricia por encima del sujetador mientras su boca besa mi garganta.
Su erección se clava en mi vientre y abro mis piernas para que pueda colocarse entre ellas. Rodri me sube la camiseta quitándomela del todo y su boca desciende hasta alcanzar uno de mis pechos. Me muerde los pezones a través del sujetador arrancándome un pequeño gemido. Muevo mis caderas rozándome con la dureza de su miembro. Mi cuerpo entero lo está reclamando. Mis manos buscan el borde de su camiseta tirando de ella hasta liberarlo también de ella.
Nos besamos los dos enloquecidos de deseo y con ganas de apagar la sed y el hambre que sentimos el uno por el otro. Las manos de Rodri me bajan la cremallera del pantalón y yo alzo mi trasero para que pueda quitármelo.
Estamos tan cegados por el deseo y por las ganas de estar juntos, que ni siquiera somos conscientes de los pasos que suben las escaleras. Nos estamos besando y nada más nos importa. Ni siquiera el ruido de la melodía de un teléfono.
- ¡Rodri! ¡Tu móvil no para de sonar!
Nos quedamos los dos estáticos en el sofá de la salita de arriba. Marco aparece por las escaleras cortándonos el rollo.
- ¡Marco joder! Avisa que vas a subir -le dice Rodri mientras me da mi camiseta
- ¿Por qué quieres que...? -le pregunta él una vez ha subido ya todas las escaleras. Me pongo la ropa como puedo mientras Marco nos mira a los dos- ¡ay coño, que estabais echando un polvo!
- Aún no idiota -le responde Rodri sentándose en el sofá. Y yo ahora mismo es que no puedo ni mirar a Marco de la vergüenza que me está dando
- Ay, lo siento hijo. ¿A qué jode que te lo hagan a ti? -le pregunta él mirándolo divertido
- Dame el móvil, y lárgate
Marco le tiende el teléfono a Rodri y se da la vuelta para irse, no sin antes sacarme la lengua. No puedo con él. De verdad que no puedo. Marco es mucho más increíble de lo que pensaba. Estos dos tienen una relación amor-odio que va más allá de la amistad que se tienen.
- Es mi representante Luna -me dice Rodri viendo todas las llamadas perdidas
- Te espero en tu cuarto, ¿vale? -le digo besando su cuello a la vez que me levanto
- No hace falta nena
- Claro que sí. Habla tranquilo con él -le guiño un ojo mientras voy caminando hacia su dormitorio- te espero en la cama
Rodri suelta una carcajada y me sonríe mientras llama a su representante. Entro en su dormitorio y cierro la puerta para darle más intimidad. Aún tengo que procesar que voy a conocer a sus padres. Y no puedo evitar sentirme mal porque yo no soy capaz ni de presentarles a los míos. Admito que tengo algo de miedo por lo que pueda creer mi padre cuando sepa que estoy con un futbolista, pero sinceramente, desde que pasó lo del evento, me da igual un poco todo.
Me tumbo en la cama quitándome las zapatillas. Ojeo un poco las redes sociales y miro el aula virtual por si han puesto algún mensaje. Me queda solo un examen y ya habré terminado el curso. Pero eso es algo que no les voy a decir a mis padres. Luego pienso que Rodri y yo no hemos hablado de lo que vamos a hacer este verano. De su pueblo al mío hay como una hora de distancia. Que a ver, no es que estemos lejos, pero lo estamos.
Un cuarto de hora después, Rodri entra en el dormitorio. Cierra la puerta y me mira muy serio. Nunca lo había visto así. Me incorporo de la cama y voy hacia él bastante preocupada, y lo estoy porque su cara es lo que me produce.
- ¿Qué te pasa Rodri?
- No sé ni cómo explicártelo Luna -Rodri se lleva las manos al pelo y se lo revuelve nervioso
- Pues, empieza por el principio, supongo
Rodri me coge ambas manos cogiendo aire lentamente. Lo suelta de igual manera y su mirada se posa en la mía.
-Mi representante me ha dicho que tengo una oferta de un equipo de Primera -me dice él soltándolo todo de golpe- es una buena oferta tanto deportiva como económica
- Joder Rodri, eso es genial, ¿no? -le pregunto mordiendo mis labios. Una oferta de Primera. Por él. Por mi Rodri. La ilusión de su vida. Jugar en Primera División
- Estoy que no me lo creo Luna
- Pero, ¿es algo en firme?
- Lo es. Me han pedido que lo piense unos días si quiero, pero...no es para pensárselo Luna
- ¿Y de quién es? -Rodri me mira y en su cara aparece una medio sonrisilla. Le doy una palmada en el pecho para que hable y él sigue riéndose
- Es... del Atlético de Madrid
Abro mi boca sorprendida mirando a Rodri. Todo mi cuerpo se estremece y siento una inmensa alegría. Pego un chillido y me arrojo a sus brazos gritando como una loca. Rodri me agarra de las caderas y da un par de vueltas conmigo hasta que se tropieza y acabamos los dos cayendo en la cama.
-Oh dios, Rodri, el Atléti, el puto Atlético de Madrid -le digo abrazándolo de nuevo. Acabo encima de él dándole besos por toda su cara- joder, que contenta estoy
Rodri me agarra de las caderas y me da la vuelta hasta estar él encima de mí. Sus labios descienden hasta unirse con los míos y me da un beso de los que me dejan sin respiración. Porque es un baile de lenguas, caricias, mordiscos, de labios que me dejan deseosa de él. Rodri deja de besarme y de pronto me mira algo más serio. Pero su mirada es muy dulce al hacerlo. Una de sus manos acaricia mi mejilla y esboza una pequeña sonrisa.
- Te quiero Luna
Siento ahora mismo mi corazón golpear con fuerza. Tengo ganas de reír y de llorar. De gritar bien fuerte que yo también lo amo. Jamás pensé que él acabara diciéndome que me quiere. Jamás pensé que él me querría. Una lágrima se desliza por mi mejilla y él la atrapa con uno de sus dedos. Lo miro feliz. Muy feliz. Sin apenas ser capaz de hablarle.
- Te quiero Rodri
Su sonrisa se ensancha aún más en sus labios. Rodri suelta una carcajada y me abraza bien fuerte haciendo que ambos rodemos por la cama. Nos quedamos los dos mirándonos de lado. En silencio. Como si estuviéramos compartiendo un secreto que solamente sabemos él y yo.
- Dilo otra vez Luna, por favor
- T-E Q-U-I-E-R-O
Rodri roza su nariz con la mía y vuelve a besarme. A perder sus labios entre los míos. Lleva su mano hasta el borde de mi camiseta y me la va quitando muy lentamente.
- Y ahora nena -me dice él quitándose también la suya- te voy a hacer el amor que ya sabes que no me gusta dejar las cosas a medias
20.15.
Aún sigue lloviendo. Me gusta la lluvia. Me gusta escucharla mientras estoy tumbada. Los dedos de Rodri trazan pequeñas caricias en mi espalda mientras yo miro como cae la lluvia a través de la cristalera del balcón. Me siento ahora mismo la persona más feliz del mundo. Y es porque él me quiere. Giro mi cabeza para mirarlo y Rodri me regala una sonrisa que me derrite.
- Me encanta tu sonrisa cuando me miras - le digo haciendo que él me sonría otra vez
- Es una sonrisa de felicidad
Me incorporo un poco en la cama y acabo deslizándome encima de él. Pongo mis piernas a ambos lados de sus caderas y dejo que él ponga sus manos en mi cintura.
- Así que nos quedamos aquí hasta mañana por la tarde
- Esa es la idea nena
- Supongo que tendrás todo pensado, lo que vamos a hacer, digo
Rodri va bajando sus manos muy despacio hasta ponerlas en la piel desnuda de mi trasero. Su pene se mueve rozando mi sexo, el cual está bastante cerca de él.
- Tú, yo, la habitación y la cama, ¿te doy más pistas Luna?
-No
Rodri me mueve para que me incline un poco y pueda besarme. Sus labios están frescos y suaves y son una verdadera delicia para los míos.
- Luna. Vente aquí conmigo hasta que tengas que irte a San Martín
Miro a Rodri muy sorprendida por su propuesta, pero a la vez, bastante emocionada de que me lo haya pedido.
- Si - le contesto riéndome
- ¿En serio? ¿No vas a protestar ni a negarte?
- Esta vez no. Paso más tiempo aquí que en mi casa, y yo también quiero estar contigo hasta que me vaya
Rodri vuelve a besarme con una cara de felicidad que no puede con ella. Me agarra de las caderas y me gira hasta tumbarme de nuevo en el colchón. Nos miramos los dos perdidos en nuestras miradas.
- Luna, te quiero. Y no quiero querer a nadie más en lo que me queda de vida
Y tal y como él prometió, yo fui la última persona a la que Rodri le dijo te quiero
*** msmileag te tengo que dedicar algo porque este fin de semana ha sido tu cumpleaños. MUCHAS FELICIDADES. Que alegría haberte conocido. Que buena persona eres y como me divierto contigo cuando te pones en plan paparazzi. Te adoro muchísimo amiga ***
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