Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

2. La dirección de correo

Algunos meses antes

Universidad de Almería

Jueves. 16.00. Derecho civil

- Perdona. ¿Cuándo es el examen? Es que no me estoy enterando de nada.

¿Creéis que una voz, unas simples palabras, pueden hacer que se te remueva todo por dentro?

Aunque no veas al dueño de esa voz.

Aunque no sepas cómo es físicamente.

Sólo escucharlo hablar y sientes que te falta el aire, que el corazón te bombea a mil por hora y que toda tu vida no significa absolutamente nada porque nunca habías escuchado esa voz hablarte.

Vale si, puede que sea una exagerada, pero es que no estáis escuchando esa voz. Es ronca y sexy a la vez. De esas  que cuando te hablan te dan ganas de quitarte las bragas y de decirle a su dueño: haz conmigo lo que quieras baby.

Me giro despacio algo inquieta. Tengo curiosidad por ver quien se esconde detrás de esa voz. Y cuando lo hago, creo que ya me puedo morir a gusto.
Un morenazo de ojos marrones y piel ligeramente tostada me mira con algo preocupado mientras yo siento que todo mi cuerpo tiembla y como el aire a mi alrededor es más pesado y me cuesta respirar.

Él no es guapo, no. Guapo es quedarse corta. Es el tío más bueno que he visto en mi vida. Que digo, creo que nunca veré un tío tan bueno cómo él. Estoy segura yo, y mis 18 años recién cumplidos.

Trago saliva mirándolo mientras él sigue con esa cara intranquila. Me ha preguntado algo. Lo sé. Piensa Luna, no es muy difícil. Lo sueles hacer a menudo, lo de pensar, no lo de ver a un tío bueno a menos de un metro de tu cara. 

- Es el viernes de la semana que viene - le respondo con timidez. Me doy la vuelta para mirar de nuevo hacia la pizarra y lo escucho resoplar. Siento de nuevo su aliento cerca de mi oído y a mi se me eriza toda la piel. 

- ¿Y hasta qué tema entra? - me pregunta él con la voz ahora más preocupada.

- Hasta las capitulaciones matrimoniales.

- Joder. Joder.

Lo escucho resoplar otra vez. Creo que ésta abriendo su carpeta porque escucho también el movimiento de papeles. Me doy la vuelta más por verle la cara de más cerca que por otra cosa. Tiene unos labios bastante gruesos y unas pestañas negras infinitas. Y joder. Huele de maravilla. Es un olor fresco y a la vez sensual.  

- ¿Qué te pasa? -le pregunto  girando mi cuerpo un poco más mientras lo veo sacar los apuntes a diestro y siniestro.

- Pues que me faltan 5 temas hasta las capitulaciones... -lo veo apretar sus labios y bufar cada dos por tres. Levanta su mirada y se cruza con la mía. 

Sus ojos marrones se clavan en los míos con una intensidad que me hace soltar un pequeño jadeo. Nunca antes me habían mirado así. Como si el mundo se fuera a acabar en esa mirada. Si, de nuevo estoy siendo dramática, muy dramática. Lo veo abrir y cerrar sus ojos despacio sin apartar su mirada de la mía. 

- Joder -acierto a decir. Porque sé que me enseñaron a hablar, pero ahora mismo no sé si seré capaz de hacerlo. Sobre todo porque creo que ha bajado su mirada a mis labios y la ha vuelto a concentrar en sus apuntes con rapidez. Como si no quisiera que yo me diera cuenta de lo que acaba de hacer.

- ¡Mierda! -el chico se lleva sus dos manos al pelo y se lo revuelve, algo que a mi me parece sumamente adorable quedándose así aún más guapo de lo que es.

- Si quieres... puedo pasarte los temas que te faltan... -le digo con cautela. Sobre todo por si me dice  que no. No quiero que parezca que soy una ofrecida o algo. En realidad, quiero ayudarlo, lo veo tan apurado y preocupado que me da hasta pena .

- ¿Podrías? -me pregunta él casi en un ruego. Sus ojos suplicantes vuelven a mirarme. Frunzo los labios y asiento.

- Si, claro, sin problemas. Tengo todos los apuntes. Que yo sepa no he faltado a clase ni un sólo día.

- Yo también los tendría todos si hubiera venido a clase...pero bueno... -contesta él resoplando otra vez.

- No te preocupes. Los tengo todos en word... te los paso y ya está...

- ¿Has pasado los apuntes a ordenador?

Su pregunta es algo irónica, o es que a mi me lo parece. Pues, si, tengo todos los apuntes a ordenador porque no tengo nada mejor que hacer. Vivo con dos compañeras de piso que son dos proyectos de influencer y mi círculo social es muy escaso. Pero si tuviera un novio como tú, te aseguro que iba a pasar los apuntes su puta madre.

- ¿Los quieres o no? -le pregunto algo mosqueada. Él se queda un poco sorprendido por mi tono y lo veo sonrojarse un poco mientras me mira.

- Si, claro, perdona. ¿Me los pasas por email?

- Vale. Dame tu dirección -me doy la vuelta y cojo un bolígrafo y mi cuaderno para escribir. Vuelvo a girarme para mirarlo y él ahora me sonríe- dime.

- Rherná[email protected] -su voz ésta vez, es algo más suave haciendo que se me erice la piel de escucharlo. ¿Cómo sería escucharlo susurrar un te quiero? una fantasía, seguro.

- Vale, pues luego cuando llegue a casa te los paso - le digo esbozando una pequeña sonrisa y procurando no mirarlo a los ojos.

- Pues muchas gracias, de verdad, me vas a hacer un gran favor.

- Tranquilo que no es nada.

Me doy la vuelta y vuelvo a prestar mi atención a la clase aunque realmente mis sentidos están puestos en el chico que hay detrás mía. Nunca una voz me había hecho sentir así. También es porque soy una tonta romántica y creo en los flechazos, amores a primera vista y todo eso...Si, lo sé, tengo que dejar de leer tanta novela. A los pocos segundos siento su mano en mi hombro y como vuelve a acercarse de nuevo hasta que su cara está más cerca de la mía. Sé que si me vuelvo tendré sus labios a centímetros de mi cara y me da miedo que en un impulso lo bese. Porque podría tener esos impulsos. Siento mi respiración algo más deprisa de lo normal y como mis pulsaciones vuelven a dispararse.

- Soy Rodri por cierto, ¿y tú? 

- Luna -le contesto sin moverme, aunque echo mi cuerpo hacia atrás para poder escucharlo mejor.

- Luna. Es un nombre muy bonito. Tienes cara  de eso -me dice él riéndose un poquito.

- ¿Cara de qué? -le digo dándome la  vuelta confusa. Él me mira y su cara se ensancha con una sonrisa.

- De tener un nombre original. Se nota que no eres nada corriente...Luna.

20.00 de la tarde, Calle Central

Las clases me han tenido en la Uni hasta las 19.00. No volví a coincidir con Rodri en ninguna más. Rodri. De Rodrigo. Como el Cid Campeador que lo fue conquistando todo a su paso. Casi como a mi. Me ha dejado tonta ese chico. Muy tonta.

Antes de ir a casa me he pasado por el súper para comprarme algo de cenar. Me apetece pasta. Aunque la pasta que yo hago se limita a macarrones con tomate y queso por encima. Entro en mi piso y escucho las voces de mis dos compañeras en el comedor. Dejo las cosas en la cocina para hacerme después la cena.  Me asomo por la puerta para saludarlas rápidamente y volver a mi habitación. Están tumbadas en una esterilla mientras hacen ejercicio frente al televisor. 

-  Hola -las saludo. Ellas se giran y me hacen un gesto con la mano.

-   Hola, Luna -dice Elba, una morena que estudia Relaciones Laborales y que por su 18 cumpleaños le pidió a su padre un aumento de pecho.  Yo le pedí al mío un coche y aún estoy esperando.

- ¿Te apuntas? -me pregunta Anabella una pelirroja de 1.80  que estudia turismo y es azafata de congresos, como no, con ese cuerpo.

-  No gracias. Estoy algo cansada. Me voy a mi habitación. Ahora nos vemos para la cena -les respondo mientras me giro para irme.

-  Jo, Luna -dice Anabella haciendo un puchero-  ¡nunca quieres hacer deporte con nosotras! te vendría muy bien para tus glúteos.

- ¿Qué le pasa a mi culo? -me doy la vuelta mirándome por detrás porque siempre tienen que decirme algo, con sutileza, pero lo dicen.

- Nada. Pero podrías tenerlo más duro con estos ejercicios -me responde ella cruzando sus brazos.

- No, gracias. Me gusta mi culo y lo blandito que está. Ahora nos vemos.

Salgo del comedor y me voy a mi habitación. Por suerte está alejada de ésta zona y de sus dormitorios. Mis dos compañeras de piso son algo... es que si digo promiscuas parece que les estoy diciendo putas...pero vaya, que desde que estoy en éste piso he visto pasar por este pasillo más hombres que por la oficina de empleo de mi pueblo. 

Entro en mi habitación y cierro la puerta mientras dejo las cosas encima de la cama. Enciendo el portátil y me voy quitando el abrigo y las botas.  Acabé en este piso y con éstas dos  porque sus padres son socios de mi padre en algunos negocios. Ellas llevan 2 años aquí en Almería y buscaban una compañera. Mi madre habló con la madre de Anabella, y voilá, mis "glúteos" acabaron aquí.

La convivencia con ellas es pacífica, en algunos momentos. Ellas no se meten en mi vida, ni yo en las de ellas. A cambio, me enseñaron la zona de marcha de Almería y los mejores sitios de comida a domicilio. Lo que no soporto es esa obsesión por el deporte y la vida sana. Las dos quieren ser influencer y tienen un canal a medias en Youtube que sólo las ve la gente del pueblo y de su clase. Y creo que la mitad es de su familia. Pero los pelotazos que se meten los jueves por la noche, eso no se los quitan nadie. 

Me siento enfrente del ordenador y me meto en mi correo. Abro un nuevo mensaje y cargo los apuntes de derecho. Escribo la dirección de Rodri "que bueno que estoy madre mía" y le doy a enviar con un escueto mensaje. 

Hola Rodri, soy Luna. Te envió los apuntes. Si hay algo que no entiendas me lo preguntas. Un saludo.

Dejo el correo abierto y miro el resto. Nada importante. Ofertas del Domino'pizza y poco más. Me pongo a mirar mi Instagram cuando recibo una notificación. La miro, y el corazón me da un vuelco, es un correo de Rodri. Lo abro nerviosa perdida y procedo a leerlo.

Hola Luna. Gracias por los apuntes. Han llegado bien. ¿Siempre eres tan seria?

Me quedo mirando la pantalla y me echo a reír. Menos mal que no me está viendo porque ahora mismo siento mis mejillas arder a niveles máximos. Le contesto rápidamente y le doy a enviar.

No, no soy seria, ¿porqué lo dices?

Espero como una tonta a que me conteste dándole a refrescar un par de veces. A los pocos segundos tengo su respuesta.

Por lo formal del correo electrónico...ni un hola, buenas noches, espero que estés bien...

No puedo evitarlo y me muerdo los labios mientras siento mi corazón latir con fuerza. Acabo de conocerlo y ya siento que quiero conocerlo más. Le escribo de vuelta y le doy a enviar de nuevo.

Te he visto en clase hace 3 horas, sé que estás bien.

¿y si me hubiera atropellado un autobús?

Entonces no estaríamos hablando.

También es verdad. Oye, en serio, gracias por los apuntes, los he mirado y están genial. Me has salvado la vida.

De nada, ya te he dicho que no te preocupes, para eso estamos los compañeros de clase.

Pues si. Miles de gracias, Luna. Te debo un café.

Cuando quieras.

Seguí esperando una respuesta durante más de media hora,  a éste último email. Comprendí que Rodri ya no quería seguir "hablando" más conmigo y salí del correo. No sin antes repasar la conversación una y otra vez. La confianza con la que me había hablado por correo no era la misma con la que lo había hecho en clase. ¿O si?

Sólo esperaba no estar montándome películas en mi cabeza con ese chico. Tendría novia. Tenía que tenerla. Una chica con suerte, eso seguro. 

Al día siguiente, cuando me levanté por la mañana a estudiar, vi que en mi correo había una notificación. Al abrirla, me lleve una de mis manos a la boca. Era un email de Rodri. Lo abrí nerviosa y no me puse a chillar de milagro. Aunque ganas no me faltaron.

¿El lunes a las 17,00 en la cafetería de la facultad?

Un café.

Un simple café de agradecimiento.

Esa tarde, ese día, fue cuando mi vida empezaría a cambiar por completo.

Y el culpable tenía nombre y apellido.

Rodrigo Hernández.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro