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-¿Quién es Taehyung, pequeño?- preguntó en voz baja Yoongi mientras ingresaba a la habitación que le fue designada a Jimin desde que llegó allí. Él levantó la mirada y sorbió su nariz, desde que habían vuelto a la cabaña no había dejado de llorar, y el pelinegro, en un intento de calmarlo, recordó que a las personas que lloraban de desesperación se les daba un vaso de agua con azúcar, y eso fue justamente lo que hizo.
-Es mi mejor amigo- susurró mientras se hacía a un lado para dejarle espacio a Yoongi en la cama, no quería quedarse solo, y el pelinegro era la persona de más confianza que tenía por aquí, exceptuando al Abuelo, pero él no se encontraba en esos momentos. -Nos conocemos desde que somos niños, es como mi hermano de otra madre.
Yoongi sonrió por lo tierno que había sido aquello, estiró con cuidado la ropa de cama que había ido a buscar para que Jimin no pasara frío por las noches y finalmente se sentó a su lado, justo a la altura de la pelvis del menor. Nuevamente estaban siendo iluminados por las suaves y cálidas luces de las velas, convirtiendo todo en un ambiente acogedor. -No hay nada que yo pueda decirte para aplacar el dolor que sientes. Llegaste solo y perdido a un mundo que no conoces, poco después te enteras que estás en coma...y que yo soy tu otro extremo del hilo rojo...o como quieras llamarle- Yoongi apoyó su espalda en el respaldo del catre y suspiró. -Realmente me gustaría ayudarte, pequeño, pero no tengo como. Ni siquiera creo en las leyendas, pero esto parece...real.
Jimin arrastró su cuerpo hasta donde estaba el de Yoongi y apoyó su cabeza en el hombro del pelinegro, el olor a hogar y a café se hizo más intenso. Una lágrima se deslizó por sus ojos y cayó en la camisa holgada de su compañero -Creo que el hecho de que esté aquí arregla un poco el desastre en el que se convirtió mi vida- le dijo mientras enlazaba tímidamente su mano con la de Yoongi, la diestra del pálido abarcaba por completo la suya, y sus tonalidades de piel contrastaban como dos mundos diferentes.
-Pronto podremos arreglarla por completo, sólo tenemos que esperar un poco más- se giró para quedar frente a Jimin y lo abrazó, el sentimiento que se generó en su interior fue de cariño absoluto y embriagador, nunca en su vida se había sentido tan cómodo junto al cuerpo de otra persona. No quería soltarlo por temor a que volviera a irse. -Recuerda que ya no estarás solo.
El menor cerró los ojos y dejó que las últimas lágrimas se deslizaran fuera de ellos. Se aferró al cuerpo de Yoongi y respiró hondo, comprendió que estando de esa forma su corazón dolía cada vez menos. El pelinegro era como un paño absorbente de angustia, Jimin lo abrazaba y el sentimiento de malestar desaparecía paulatinamente, dejando solo un leve rastro de aquello que angustiaba a su joven e inexperto corazón.
Había encontrado su tesoro, y no lo dejaría ir tan fácilmente.
Alguien llamó en la entrada de la tienda, era una voz de mujer.
-Yo voy- dijo Yoongi con una sonrisa, levantándose de su lugar en la mesa para ir al negocio.
-¿Desde cuando le gusta hacer vida social? - preguntó el Abuelo con los palillos a mitad de camino y totalmente desconcertado al ver al pelinegro ir con emoción a atender el local que ellos manejaban.
-No tengo idea- respondió Bae desde su asiento -Hace menos de una semana me enviaba a mi a venderle a las personas, diciendo que él no podía porque le dolía algo.
Ambos miraron a Jimin y este se sonrojó, no era necesario que le dijeran que Yoongi había cambiado en una pequeña cantidad gracias a él, porque hasta Jimin -quien había estado muy poco tiempo en ese lugar- se había dado cuenta de aquello. Porque el pelinegro pasó de mirarlo con una cara de pocos amigos a mirarlo con un rostro de adoración y admiración total. -Todos tenemos derecho a cambiar- les dijo con una sonrisa sincera. Eran las mejores personas que había conocido en su corta existencia. -Evolucionamos en torno a lo que nos rodea.
-Jimin- lo llamó Bae mientras se enderezaba en su lugar y juntaba ambas manos bajo su barbilla, creando en su rostro un aura misteriosa y divertida a la vez -¿Quieres saber un dato sobre tu vida pasada?
El menor abrió la boca y luego la cerró, terminó asintiendo con la cabeza sumamente emocionado, nunca en su vida se había cuestionado quién había sido antes de quien era ahora, si es que realmente ahora era alguien. Mierda, tenía que dejar de pensar cosas así, son peor que un traba-lenguas.
-Yo fui tu pareja- soltó mientras lo miraba con ojos deslumbrantes -Ese es nuestro lazo, aunque ahora está roto, pero alguna vez existió, y eso ya es más que suficiente para que tu me hayas encontrado aquí- el Abuelo comenzó a toser y Jimin se atoró con su propia saliva.
-¿Qué fue lo que oí?- espetó Yoongi entrando en la cabaña y con el mismo rostro de sorpresa que tenían el menor y el Abuelo, vaya forma de ahogar a dos personas, declararle a alguien que fuiste su pareja en una anterior vida, debería ser considerado un arma homicida si tienen comida en la boca -¿No es una broma?
Bae soltó una carcajada y le tendió un vaso de agua al Abuelo para que calmara la tos que lo invadió -No te preocupes, Min, Jimin ahora es todo tuyo, pero me parecía que este es un dato que necesitaba saber. Anda, Abuelo, no te mueras- regañó a la persona mayor mientras le golpeaba la espalda suavemente, pero esos golpes eran inservibles, no sacarían ni a un grano de arroz de la tráquea, solo servían para aumentar la risa de Yoongi.
-¿Cuánto tiempo estuvimos juntos?- preguntó el menor una vez estuvo seguro de que no se iba a ahogar de la misma forma que el Abuelo.
-Nos conocimos cuando teníamos veintidós años, luego nos casamos y estuvimos juntos hasta que llegó el día de nuestras muertes- explicó, sonriendo.
-¿En qué año se conocieron?- esta vez fue el pelinegro quien habló desde su sitio, al lado de su hermana, que al mismo tiempo no era su hermana porque solo compartían el apellido y no la sangre. Pero seguirían considerándose hermanos mientras continuaran en la aldea.
-En 1973.
-¿Tuvimos hijos?
-No, Jimin.
-¿Por qué no?
-Porque yo era infértil.
-Ah...- el menor tensó la mandíbula, tal vez había preguntado más de la cuenta, llegando a meter la pata sin querer. A veces, para las mujeres es complicado el tema de infertilidad, y él desconocía si para Bae también lo fue en su momento -o si lo seguía siendo-.
-Ahg, como cuesta ser anciano- se quejó el Abuelo mientras dejaba de toser y se recuperaba del asombro, necesitaba romper el ambiente un tanto incómodo que se había formado -¿Quién de ustedes dos murió primero?
Y vaya pregunta para romper el hielo.
-Jimin murió cuando tenía 63 años, yo morí cuando tenía 70, por eso es que él se reencarnó primero que yo.
-Espera...-interrumpió el pelinegro -Jimin no se llamaba Jimin ¿verdad? Nunca suelen tener los mismos nombres en sus distintas vidas.
Bae giró su cabeza hacia Yoongi y asintió -Su nombre no era Jimin, pero su apariencia es casi la misma.
-¿Entonces cómo se llamaba?
-Se llamaba Min Suho
El rostro de Yoongi fue un verdadero poema de apreciar -¡Por eso tu apellido! ¡Porque ustedes se casaron!- el pelinegro abrió la boca de sorpresa pura y dejó fluir todas sus emociones, hace mucho tiempo que nadie lo veía así.
-Muy bien, Yoongi- Bae emitió una pequeña risa de alegría ante el descubrimiento de su hermano -Tienes razón en lo que dices, Min Bae es mi nombre de mi vida pasada, y Min es el apellido de Jimin, que me lo dio al yo estar casada con él.
-¿Pero cómo sabías que ya no se llamaba Min Suho si no que ahora se llamaba Park Jimin?- cuestionó esta vez el Abuelo moviendo su mano con los palillos entre sus dedos, a pesar de haberse ahogado dos veces seguidas en menos de una semana, seguía comiendo con la misma emoción.
Bae giró su cabeza hacia él y le sonrió con superioridad y diversión a la vez -El vidente lo sabe todo.
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