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Tiempo canon (Era Taisho)

Tipo: Sentimental

Contexto: Sabito, Giyuu y tú se conocen desde hace años por ser rescatados por Urokodaki. Tenías sentimientos por Sabito, pero nunca te confesaste, hasta un día en que él lo hace por ti.

𝐸𝑛𝑗𝑜𝑦! シ︎

➻ "Te esperaré en una próxima vida"

"Prometo buscarte en nuestra reencarnación." 🦊

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(T/n) fue una de las discípulas de Sakonji Urokodaki.

Recuerda aquellos tiempos en que vivía en su casa, junto a dos niños huérfanos más. Giyuu y Sabito.

Anteriormente tenía una casa propia y una familia, por supuesto, pero todo eso se le fue arrebatado por un demonio grotesto que entró a su hogar una noche y mató a sus padres. Por suerte, ella pudo escapar.

Posteriormente el señor Urokodaki la encontró y la llevó a su casa. Le brindó un hogar nuevo, cariño y consuelo que necesitaba en esos momentos tan duros.

Al principio era muy tímida con los otros niños, él los presentó, y comenzó a tomar confianza de apoco. Tomioka era amable e tranquilo, Sabito era valiente y generoso. Ambos eran de gran corazón, sin embargo, cuando pasaron un par de años y sus mentes maduraban, se daba cuenta cada vez más que comenzó a nacer un pequeño sentimiento por el chico de cabello naranja.

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Cierta tarde, mientras entrenaban juntos, Tomioka tomó un descanso y entró a la casa. Por lo que quedó sola con Sabito siguiendo el entrenamiento.

-¡Ustedes dos son muy talentosos con la katana! Me encantaría ser como ustedes- hizo una mueca.

Nunca fue la mejor con el manejo de una espada, pero trataba de defenderse lo mejor posible, Urokodaki fue un gran maestro para ellos que entregó su corazón y fuerza. Les enseñó con mucha dedicación y paciencia por cuatro años

-¿De qué hablas? Haz mejorado bastante últimamente, sigue practicando.

-Pero, no sé si realmente sea buena para esto... Sabito, tú crees que se necesita de talento para ser cazador?

Me miró con amabilidad. Se levantó de la roca en la que estaba sentado y caminó hacia mí y luego tomó mis hombros.

-Estoy seguro, de que muchos de los cazadores más fuertes de ahora, han llegado lejos por su esfuerzo. El talento es importante, sí, pero de nada sirve tener talento si no colaboras. Recuerda que todo esfuerzo tiene su recompensa; y creo en ti. Creo en ti, en giyuu y en mí. Urokodaki-san también cree en nosotros.

-Hablas... ¿En serio? -sus ojos se cristalizaron.

Todo lo que dijo la puso emocional, Sabito siempre fue el más positivo de su pequeño grupo, siempre los animaba.

-Claro que sí, por qué dudaría? -le regaló una de sus mejores sonrisas.

Él tenía el poder de transformar sus días grises a un cielo celeste y brillante.

-¡Muchas gracias! Te am- te quiero mucho, Sabito! -avergonzada lo abrazó y escondió su cara roja por lo que casi dice sin pensar.

-Yo igual, (TN)-chan. -rió y le correspondió el abrazo.

-Cof, cof. Llegamos en mal momento? -se separó rápido de Sabito al escuchar la voz del maestro. Estaba parado al frente de ellos y giyuu a su lado.

-¡Sensei! ¡Giyuu! Para nada, solo conversábamos de algo- respondió Sabito con gracia.

Urokodaki-san se quedó callado un momento, y se escuchó una pequeña risita de su parte, como si supiese qué ocurría. Sabito tenía una leve sonrisa en su rostro. En cambio, el pequeño Giyuu solo miraba todo confundido. Y ella estaba peor que el último nombrado.

-Bien, bien, solo quería decir que necesito hablar con los tres después de la cena. -dijo Urokodaki.

-¿Es algo malo?- preguntó frunciendo el ceño.

-No, no exactamente, pero para eso primero vayamos a comer, ya está anocheciendo.

Asintieron todos y entraron a la pequeña casa acogedora. (T/n) se bañó y se cambió de ropa para una más cómoda, lavó mis manos y se sentaron todos a comer.

La chica se sentó entre Giyuu y Sabito, y el señor Urokodaki estaba al frente sentado. Comieron por un momento en silencio, se escuchaban los grillos cantando afuera, y la noche se sentía fresca.

No podía engañar a su corazón. Desde hace mucho tiempo había comenzado a tener sentimientos por Sabito. Él es realmente hermoso, amaba su cabello de color durazno, sus ojos celestes y su rostro tan angelical. Pero lo que más amaba era su manera de ser, lo que lo caracterizaba. Su noble y valiente corazón, lo amable que era. Siempre llevaba una sonrisa sincera en su rostro. A veces se ponía nerviosa cuando estaba a su lado, era algo que no podía evitar.

Pero decidió ignorar esos pensamientos y centrarme únicamente en el entrenamiento. Llevaban años de amistad, prácticamente desde que se conocieron, sabía que él no correspondería sus sentimientos, sólo la ve como una hermana... Sólo eso.

-Como saben, ya les enseñé todo lo que sé. -habló Urokodaki sacándola de sus pensamientos. -Han estado entrenando mucho, y dando su mejor esfuerzo. Los admiro.

Los tres escuchábamos atentamente.

-Ya considero que están preparados para la selección final.

La selección final. Todos los aprendices de espadachines se preparan por años para pasar la selección final, todo depende de sobrevivir 7 días en un lugar infestado en demonios grotescos.

(T/n) conocía sobre sus capacidades, sabía que era capaz de más. Pero se sentió nerviosa por dentro. Sin embargo, ese miedo se fue al sentir la mano de Sabito acariciando su espalda. Luego se acercó a su oído y le susurró:

-Está bien, no dejaré que nada les pasa ni a ti, ni a Giyuu. Lo haremos bien los tres juntos, cómo hasta ahora. -decía sonriendo dulcemente.

Un rubor rosa subió hacia sus mejillas. Lo volteó a ver y él la miraba con una de sus típicas sonrisas y los ojos entrecerrados.

-Ya tan rápido? -dijo Giyuu sorprendido.

-Así es. Confío en ustedes, puedo decir, que son mis mejores alumnos... Es por eso que les daré un regalo antes.- se levantó y buscó una pequeña caja. De su interior sacó tres máscaras de zorro.

Cada una tenía un diseño único. Eran muy hermosas. Les dijo que era una máscara de prevención de desastres. La había bendecido para que no led persiguiera la mala suerte.

Tomaron las máscaras y asintieron con la cabeza. Para esto es que los habían estado preparando y era hora de enfrentarlo.

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Se fueron a acostar en sus futones. (T/n) tenía la cabeza llena de pensamientos y preguntas sin respuestas. Estaba enrrollada en las sábanas, la noche se había puesto fría. Pero un así, se sentía un ambiente pacifico.

-¡Oye, (TN)!

Le pareció escuchar su nombre levemente llamado. Ignoró eso, quizás era una mal broma de mi mente. Cerró sus ojos dispuesta a dormir, pero volvieron a llamarla un poco más fuerte.

-(TN)-chan, ¡Oye, despierta!

Esta vez sí reconoció la voz. Levantó la cabeza tallando sus ojos.

-¿Eh? ¿Qué pasa, Sabito?

Le hizo señas para que lo acompañará y lo siguiera. Frunció levemente el ceño, pero le hizo caso y salió del futón.

Lo siguió hasta afuera de la casa, caminando con cuidado para no despertar a nadie. Y se sentaron en una pequeña banca que estaba.

-¿Me vas a decir que sucede?

-Ten, no quiero que te resfries. -le colocó encima una pequeña frazada de lana para cubrirla de calor.

-Pero, tú también tendrás frío. -dijo preocupada.

-Aquí se siente un clima tranquilo, pero frío. Me gustan estos tipos de noche.

-¿Por qué estamos aquí?

-Haz estado trabajando duro, no es así? -Genial, él no estaba respondiendo ninguna de sus preguntas y sólo la ignoraba.

Le puso mala cara a lo que él soltó una leve carcajada.

-Lo siento, lo siento por despertarte... Solo... Tenía problemas de sueño. Así que, quería hablar contigo, a solas. Y como no hemos tenido mucho tiempo en las últimas semanas, quise que fuera ahora.

-¡Oh, no! De hecho, yo estaba despierta, no podía dormir. Tengo muchas cosas en las que pienso y... Me preocupan. -dijo en un murmullo.

-¿Puedo saber qué son?

Su mirada volteó hacia otro lado. Sabito es buen observador, siente que casi y puede leer pensamientos. No quiere que sepa ninguna locura que pasa por su mente. Mucho menos su amor secreto por él.

-No es nada. -soltó con un suspiro.

-Quizás, estés preocupada un poco por la selección final. Si te soy sincero, a mí también me pone un poco nervioso por dentro, pero mis ganas de dar lo mejor de mí son mayores. Esto era lo que esperaba. No me rendiré ahora que hemos llegado lejos gracias a los entrenamientos de Urokodaki-sensei.

-Lo sé, es solo que... Ay, olvídalo. -rodó los ojos sin dar importancia a lo que quería decir. -No tengo miedo. Somos fuertes.

-¡Me alegra que pienses así! Cuando dices cosas así alegras mi corazón. -brindó una hermosa sonrisa. -(TN)... Yo también quería decirte algo que he estado sintiendo... Aprecio todo el tiempo en el que hemos pasado juntos, junto a Urokodaki-sensei y a Giyuu. Pero por ti, siento algo distinto. Me encanta pasar tiempo a tu lado. Eres muy linda...

Estaba segura que para este punto sus mejillas ya eran un tomate. ¿En serio Sabito le estaba diciendo esas cosas? ¿No estaba soñando?

-Me sentía realmente mal, por mucho tiempo estuve así por lo que le pasó a mi familia, pero tú te has llevado ese dolor. Cuando estoy contigo mi corazón salta de alegría, olvido el mundo contigo.... Yo solo quería agradecerte por ser parte de mi vida, (Tn), te quiero en verdad.

No dijo nada. Estaba en una crisis de amor dentro de su mente. Sabito se le estaba declarando, y ella correspondía su amor. El ambiente perfecto y todo... ¿Pero por qué justo ahora?

-¿Por qué... Ahora? -dijo refiriéndome al momento.

Sabito abrió su boca levemente y suspiró hondo.

-...Iremos a la selección final.

Ahí lo comprendió todo.

Sabito nunca lo aceptaría, pero él tenía miedo. No miedo de morir, si no de perderlos a ellos. Sabían que cada año en las selecciones finales mueren casi todos los aprendices. Si entran 30, sobreviven unos 5 o 6 con suerte.

Sabito siempre se comportó como su hermano mayor, le preocupaban. Tenía una personalidad amable, pero con carácter fuerte. Una vista sobre la valentía de que "Los verdaderos hombres son valientes".

-Sabito...

-Eres muy especial para mí, (Tn). -se adelantó a decir-. Sólo quería que lo supieras.

-Tú también también lo eres para mí, Sabito... -dijo en un susurro audible-.

Él la miró por unos segundos. Sus ojos celestes eran tan profundos y hermosos, podría perderse en ellos. Ambos reflejaban un cielo radiante.

Sonrío y miró hacia arriba.

-La luna está hermosa hoy, no lo crees?

Se ruborizó por completo. Sus ojos se encontraron con los suyos, tenía una sonrisa tan linda. Llevó ambas manos a su pecho y dijo con un susurro audible:

-Estoy en paz.

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Han pasado cuatro años de la selección final. Cuatro largos y dolorosos años.

(T/n) no ha escalado al rango de un pilar, Tomioka sí lo hizo más rápido. Él demostró tener un talento sin igual y ahora es el Pilar del Agua. Sin embargo, se ha esforzado mucho y tiene un buen rango entre los cazadores, uno distintivo.

Pero... Esto no era lo que ella quería. No sin Sabito.

No hay día en que su corazón no duela, no sufra, en que su mente no piense en él. Es como una tortura, y siente que se agobia.

En la selección final Giyuu se desmayó y ell se rompió una pierna, Sabito se sacrificó para salvar a ambos.

"Conviértanse en verdaderos cazadores fuertes, yo creo en ustedes."

Eso fue lo último que escuchó antes de ver cómo atacaba a ese demonio horrible, y en un fallo en el que su katana se rompió, le destrozó la cabeza.

Quedó estática. Mirando desde el hueco bajo el árbol en el que Sabito los escondió. De repente, su vista y audición dejó de funcionar y quedó en un estado de chock. Giyuu y (T/n) se sintieron los más inútiles del mundo, la impotencia y culpa de no hacer nada era horrible.

Fue muy difícil para Giyuu y el maestro Urokodaki. Pero ella, ella simplemente quedó mal por mucho tiempo.

Ninguno de los dos volvió a ser el mismo. Giyuu cambió radicalmente su personalidad y se volvió alguien frío y muy poco sociable, pero aún así, él se comportaba diferente con (T/n). Después de todo, ambos se apoyaban mutuamente.

-Él te amaba. Por eso sé que a él no le gustaría verte así. -dijo Giyuu con serenidad.

Hoy era el día en que ambos iban a una tumba en un cementerio que le hicieron en su honor. Un lugar en donde sólo se dejaban llevar por la melancolía y los buenos recuerdos.

"¿Por qué?"

"¿Por qué las estrellas más brillantes se tienen que apagar algún día?"

"¿Por qué los buenos momentos son tan cortos y después sólo se vuelven recuerdos?"

"¿Por qué duele tanto mi corazón?"

Sin poder evitarlo gruesas y dolorosas lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos. Quería superarlo, a Sabito no le gustaría ver a ninguno de los dos así, pero simplemente, no puede. No puedo olvidar al amor de su vida. No puede dejarlo atrás y seguir tranquilamente con la vida, es demaciado difícil. Su pecho y alma duelen.

Sintió una mano reconfortante en su espalda, era Giyuu.

Le sonrió débilmente y se secó las lágrimas. La compañía de su mejor amigo siempre era agradable.

Se arrodilló y dejó unas flores que había traído. El clima estaba muy nublado y frío, sentía la brisa mover su cabello.

-Siempre te voy a tener en mi corazón, Sabito. Seguiré luchando y me volveré pilar. Derrotaremos a Muzan y este infierno acabará. Cumpliré mi promesa.... Mantendremos tu recuerdo vivo siempre. -dijo en voz baja pero tranquila.

Un chico con cabello color naranja melocotón estaba recostado en la piedra de la tumba. Dió la sonrisa más grande y brillante. Estaba feliz de verlos.

Ellos no podían verlo, ni escucharlo, pero él estaba ahí, viendo a los chicos que alguna vez fueron sus amigos, mientras soltaba leves risitas. Estaba feliz de ver cuánto habían trabajado duro, era lo que él hubiese hecho.

Con cariño vio a su amada. Ella se había vuelto más hermosa, y merecía conocer otra vez el amor y ser feliz con la persona correcta, no quería que siguiera sufriendo por él. No era justo.

Ella fue su sol en vida. Y le agradecía tanto que hubiese formado parte de él, por eso le deseaba felicidad.

"Sé que lo harán. Sé que se volverán fuertes. Te esperaré en una próxima vida, querida (Tn)."