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Tiempo canon (Era Taisho)

Tipo: Soft

Contexto: Eres amiga de Muichiro, y él siempre olvida tu nombre pero siente algo extraño por ti. Y lo entiende cuando te ve hablando muy feliz con otro cazador.

𝐸𝑛𝑗𝑜𝑦 シ︎

➼ "¿Cuál es tu nombre?"  

"En mi corazón siento algo extraño... ¿Qué es? Cuando estoy contigo sacas una parte de mí que ni yo sabía que existía..."

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(T/n) a sus quince años no será pilar, ni una cazadora tan experimentada, fuerte o con muchísimas habilidades como lo son los nueve pilares de la Cofradía de Cazadores de Demonios. Pero no se queja, tiene a su familia viva y gracias a su entrenador, un expilar, se ha mantenido en pie en cada misión.

Ella no es súper sociable pero ama hacer amigos dentro de la asociación de cazadores. Aunque nunca pensó que se volvería amiga cercana de uno de los nueve pilares, Muichiro Tokito.

Muichiro es todo lo contrario a ser una persona sociable. Es sumamente serio, un poco desinteresado en las cosas a su alrededor y muy pero muy olvidadizo. Pero esas características las ve (T/n) como una perfección en ese hermoso joven prodigio.

Ni ella misma sabe cómo terminó enlazando una bella amistad con él. Pero sucedió y ahora se llevan a la perfección.

Aunque hay un pequeño problemita que realmente no es de tanta importancia.

Muichiro nunca recuerda su nombre.

Pese a que se lo ha repetido más de cien veces, ella ya perdió la cuenta. Él siempre lo olvida. Es por eso que le llama por apodos que él mismo inventó. "Michi" es el que más usa, ya que el chico siempre asocia a las personas con animales para no olvidarlas. Y según lo que él le dijo ella le recuerda a un gato porque es tierna y perezosa.

Normalmente se encontraban a conversar sobre su día cada que podían con tiempo libre y sin misiones de por medio. El chico, a pesar de no ser la persona más amable, mostraba un lado muy lindo de él cuando estaba con ella. Como si su alma recordara quién era. Quizás eso fue enamorando a (T/n) poco a poco, pero nunca se atrevió a confesar sus sentimientos por miedo a que se acabara su amistad o quedar ridícula.

Aún sin saber qué Muichiro sentía lo mismo sin saberlo.

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Guardó la katana de madera con la que entrenaba mientras estiraba su espalda, (T/n) había tenido un día cansado. Pero le gustaba entrenar con otros compañeros, también era divertido.

Ya casi a las 6:00pm se preguntó dónde podía estar su amigo de ojos celestes. Y de inmediato le llegó una posible idea. Salió de la finca y subió una loma dónde efectivamente encontró a Muichiro recostado bajo un gran árbol descansando junto a su cuerva, Jinko. Que por cierto, no le agrada mucho a esa vanidosa ave.

—¡Tokito-kun! ¡Tokito-kun! —lo llamó corriendo hacia él mientras alzaba sus manos.

—Oh... Hola. —saludó simple y volvió a mirar el cielo.

—Sabía que estarías aquí. —rió y se sentó junto a él.

—¿Por qué? —ella lo miró confundida. —¿Por qué pensaste que estaría aquí?

—Porque siempre vienes a este lugar, y te he acompañado. —sonrió dulcemente.

—Ah... No me acordaba.

—¡Jum! Ya tardabas. —bufó Jinko posándose sobre el hombro de Muichiro.

—A ti también te extrañaba, Jinko. —saludó a la cuerva con ironía.

Continuó el silencio, pero un silencio agradable para ambos mientras veían las diferentes formas de las nubes. A veces Muichiro le señalaba las formas que veía, y ella de igual forma lo hacía divertida. Sin duda esta actividad con Muichiro era su favorita, simplemente calmada y relajante. Gracias a la brisa que soplaba fresca por la pequeña loma.

En un momento Muichiro dejó de concentrarse en el cielo y dirigió su mirada a la chica. Ésta al notarlo alzó una ceja.

—Eh... ¿Pasa algo?

—Hay algo que quería decirte... —hizo una pausa tratando de recordar. —Olvídalo, ya no sé qué era.

(T/n) soltó una leve carcajada.

—Quizás lo recuerdes.

—Lo dudo, Michi.

—¡Deja de llamarme así! —se quejó cruzando los brazos.

—¿Por qué? Me gusta ese apodo, y no recuerdo tu nombre.

—(T/n), ¡(T/n)! Te lo he dicho mil veces.

—... No sé para qué me lo dices. Lo olvidaré en menos de cinco minutos. —contestó con voz neutral sin importancia.

La chica rodó los ojos mientras reía. Estos momentos siempre son los mejores con el joven pilar. Pasaron la tarde en ese agradable momento donde no hacían falta las palabras para sentirse a gustos ambos.

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La chica de ojos (c/o) estaba muy a gusto almorzando después de entrenar por la mañana. Lo bueno de despertar temprano era que tendría la tarde libre ese día y podría ir a pasear al pueblo, comprar comida, refrescos y algunas cosas bonitas también. Aunque luego lo pensó y mejor visitaría a sus padres que no viven lejos. Su padre es expilar por lo que ella es cazadora de herencia, por así decirlo.

Alguien se sentó en la misma banca que ella, con un ramen también. Era Muichiro.

—¡Mui!, ¿Cómo estás? —le saludó abrazándolo por los hombros pero recibió un picotazo de Jinko. —¡AAAH! ¡JINKO!

—Jinko, basta. —la voz calmada de Muichiro hizo tranquilizar a su cuerva. —Deja a Michi.

—Bueno, pero no lo abraces mucho. —viró su cabeza ofendida y voló hasta posarse en la rama de un árbol que les daba sombra.

—¿También entrenabas? —le preguntó (T/n) a Muichiro, éste asintió.

—Sí, te vi almorzando sola y quise acompañarte... —dijo tomando su ramen. —Amo el ramen, ese pilar búho me recomendó este tipo. —sus labios se curvaron ligeramente.

—¿Hablas de Rengoku-san —su sonrisa se borró. —Él tenía un gran gusto en las comidas, es cierto. —habló un tanto triste sabiendo que el chico no lo recordaba.

Comieron su ramen a la vez que conversaban de sus últimos días. Muichiro no veía necesario contar de un día el cual él siempre lo veía aburrido y sin gracia, por eso no acostumbraba a ser tan partícipe de las conversaciones con (T/n), pero ama oír su voz y milagrosamente le presta atención.

En un momento Muichiro volvió a mirarla fijamente como si quisiese decirle algo, pero nuevamente no lo recordaba. Bueno, no era exactamente el no recordar, sino el hecho que ni él mismo entendía qué era lo que sentía al estar con ella.

—¿Estás bien? Te noto preocupado. ¿O tengo algo en la cara? ¿Me ensucié con la comida? —dijo (T/n) asustada y tocando su cara.

—No... Te ves bien, eres bonita. —dijo Muichiro sin pensar sus palabras, haciendo atragantar a la chica.

—¿Crees que soy bonita? —murmuró (T/n) sonrojada y poniendo sus dos manos en sus mejillas.

—¡Ni te creas mucho! No eres más bonita que yo. —gritó Jinko desde el árbol.

—Sí. —afirmó como si nada. —Lo eres, Michi... ¿Cuál es tu nombre? —ladeó la cabeza.

La chica lo miró sorprendida y luego rió negando con la cabeza. Decidió cambiarle de tema

—Mui-kun, esta tarde estaré libre. Si tampoco tienes nada que hacer me puedes acompañar al mercado y luego visitaré a mi familia.

—No puedo, seguiré entrenando. —respondió dando un último sorbo a su ramen.

Muichiro sintió su panza estrujarse, una sensación extraña poseía su ser y lo confundía. Por eso terminó su comida rápido y se despidió antes de irse y dejarla sola. (T/n) de extrañó por el comportamiento del chico, lo primero que pensó es que se aburrió de ella.

—¿Qué le pasará? ...Quizás ya no le agradó tanto... —murmurlló cabizbaja.

Muichiro caminó por los pasillos de una de las fincas estando ido, sin tomar en cuenta a su alrededor. Algo normal en él si no fuera porque todos esos pensamientos sumergidos en su mente son causados por la chica de ojos (c/o).

Tan metido estaba en sus pensamientos que no escuchó al principio la voz de la Pilar del Amor.

—¡Muichiro-kun! ¿Qué tal estás? —lo saludó Kanroji con una amable sonrisa.

—Ah... ¿Kanroji-san, cierto? —alzó ligeramente la ceja a lo que Mitsuri rió.

Mitsuri también le hablaba mucho, así como era Kyojuro. Son los únicos pilares que todo el tiempo no se callan por tener muchos temas de conversación. El Pilar de la Roca, Gyomei también le conversa un poco.

—¡Me recuerdas! —apretó sus mejillas. —Mui-kun, no quiero sonar chismosa pero he estado viendo el cómo miras a (T/n)-chan. ¡Y sientes amor! —saltó de alegría.

—...¿Que yo siento qué?

—¡Amor! ...¿No lo sabes? No soy una experta en el amor realmente. —sonrió nerviosa. —Pero estoy segura que ella te agrada mucho, ¿no es así? —él asintió. —Aunque no entiendas nada puedes escuchar a tu corazón y sabrás de qué te hablo.

Muichiro pensó unos segundos... ¿Amor? ...Es decir. Desde que perdió la memoria por su amnesia no ha sentido muchas emociones, pero es cierto que (T/n) es una chica especial que entró sin permiso a su corazón. Le gusta mucho y eso no lo puede negar, pero sigue confundido y no sabe cómo actuar.

—¿Y qué puedo hacer?

—Estoy tan segura que le gustas como tú a ella. Sólo encuentra el momento adecuado y le puedes regalar algo bonito. ¡Sería muy romántico! Ustedes hacen bonita pareja. —sonrió dando vueltas emocionada.

—Tal vez tengas razón... Seguiré tu consejo. Gracias, Kanroji-san. Haré eso para Michi.

Mitsuri borró su sonrisa para mostrar una expresión boquiabierta de confusión.

—¿Michi? ...¡¿También le gustan los gatos?! ¡Tengo que decírselo a Obanai-san! —volvió a sonreír y se fue corriendo a buscar al Pilar de la Serpiente.

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Un mes después (T/n) se sentía cansada, había tenido muchas misiones, pero ninguna de gravedad. Sólo demonios comunes. También había estado muy preocupada por Muichiro y Mitsuri, ya que llegó la noticia de que ambos de habían enfrentado a dos lunas superiores, la quinta y la cuarta.

El día que llegaron los heridos cazadores a la Cofradía todos los recibieron como héroes. Y claro que (T/n) saludó a Mitsuri y la abrazó y lueg,o fue corriendo hacia Muichiro a darle un abrazo como si llevarán un año sin verse. El chico no pudo evitar sonreír al sentir el cálido abrazo de (T/n), la había añorado mucho también.

Aunque ese emotivo reencuentro no duró mucho tiempo. Ya que Tanjiro, el joven cazador de pendientes Hanafuda, también se hizo amigo de (T/n). De hecho, de hicieron amigos muy rápido, menos tiempo del que duraron Muichiro y ella. Eso a él le dolió por dentro, pero se hacía el que no le molestaba en lo absoluto e ignoró a los dos disimuladamente.

No fue hasta que vio a (T/n) hablando muy animadamente con Tanjiro, y dándose muchos abrazos que logró despertar un lado posesivo en Tokito que probablemente antes ni tenía.

Respiró profundo y caminó hacia ellos llamando su atención.

—¡Tokito-kun! Justo hablábamos de ti. Le contaba a (T/n) lo increíble que estuviste contra la quinta superior que derrotaste, ¡y también le hablé de Mitsuri-san!

—¡No esperaba menos del Pilar de la Niebla! —exclamó sonriendo (T/n) y abrazó por los hombros a Tanjiro.

Tokito sin decir nada, miró a ambos severamente. El chico se encariñó mucho con Tanjiro luego de lo sucedido en la Villa de los Herreros, sabe que Tanjiro y su hermana, Nezuko son personas valientes, fuertes y amables. Por eso hace mucho amigos pero por alguna razón le molestaba que hablara tanto con (T/n).

—Fue por la marca, y ayuda de un niño herrero, sin ellos no pude haber hecho nada y hubiese muerto —contestó simple.

—No digas eso, Tokito-kun. Lo hiciste genial. Eres todo un prodigio. —halagó Tanjiro. —Realmente sin la ayuda de los pilares nosotros hubiésemos sido los muertos.

—Pero tú no te quedas atrás, Tanjiro-san. —dijo la chica poniendo una mano en la clavícula del pelirrojo a lo que él sonrió.

Muichiro frunció el ceño ante la escena de una bonita amistad, a la que estaba malinterpretado por sus fuertes emociones.

—(T/n), puedes venir un momento. Debo decirte algo. —no esperó respuesta de ella y la jaló del brazo dejando a Tanjiro confundido.

Muichiro ahora mismo no era consiente de sus acciones, bueno, la mayoría. Sabía que detrás de todo esto era por sus sentimientos a (T/n) que habían crecido. Luego de la batalla en la Villa de los Herreros recuperó sus memorias, y aclaró la voz de su alma. Una de esas voces pertenecía a la chica (c/c).

—¡Muichiro! ¡¿Qué haces?! —le reclamó molesta cuando la soltó.

Ambos estaban bajo el árbol dónde almorzaron juntos la vez pasada.

—Te llevas muy bien con Tanjiro, ¿lo quieres más a él? —habló sin pensar Tokito.

—¿Qué? ¿A qué te refieres?  Él es mi amigo, como tú. —explicó tratando de calmarlo pero se puso nerviosa al ver que él dió pasos hacia ella.

—¿Soy sólo tu amigo? —la miró fijamente a los ojos, eso no ayudaba en nada a su nerviosismo. —¿Por qué tiemblas?

—-Hace frío... ¿No sientes la brisa fría? —sonrió con nervios a flor de piel.

—No. —negó con la cabeza. —Lo siento, sé que todo esto es raro. Hasta para mí lo es... Pero, recuperé mi memoria.

—¿Hablas en serio? —abrió la boca levemente sorprendida.

—Sí, por eso sé que necesito decirte algo.

Ahora (T/n) entendía el brillo en los ojos de Muichiro. Ese brillo antes no lo había visto, pero joder, qué hermoso y radiante se veía ahora. Como con vida.

Ella bajó la mirada como si esperara algo que nunca pasaría.

—(T/n), eres la única persona que logró entrar a mi corazón después de mi tragedia. Eres simplemente linda y perfecta, me gustas. —habló en voz baja.

El mundo alrededor de ellos se congeló en ese instante. Al menos para la chica. Su boca se abrió completamente en una "O". No sabía qué le sorprendió más, la declaración de amor de Muichiro o el hecho de que por fin pronunció su nombre y lo recordó. Literalmente estaba sin palabras que expresar.

—Mui-Muichiro... Yo... No sé qué decir. —tartamudeó escuchando su propio corazón latir con fuerza.

—Espera.

Muichiro corrió hacia un lugar y luego regresó hacia ella con un collar rojo en la mano.

—Lo compré hace poco... Quería buscar algo que te gustara. —habló apenado y le entregó el collar en sus manos.

Ese regalo había sido idea de Mitsuri, según ella significaba el crear un lazo de unión y amor fraternal en una pareja. La chica lo tomó y admiró con mucho amor. Luego sonrió con los ojos cristalizados, emocionada abrazó al chico fuertemente.

—¡Esto es muy hermoso que quiero llorar! ¡No te vayas a burlar, por favor! ... También te amo. —susurró sonriendo en el abrazo que no tardó en ser correspondido.

Luego de terminar el abrazo de separaron un poco para mirarse a los ojos. Esos bellos ojos celestes siempre le hacían sentir mariposas en el estómago a (T/n), pero ahora que tenían un destello se veían mucho más hermosos que podría admirarlos todos los días. Un ligero pero notorio sonrojo se hizo presente en las mejillas de ambos.

Fueron acortando la distancia y justo cuando ambos estaban a punto de unir sus labios se interpuso Jinko.

—¡CAW! ¡CAWWW! ¡¿Qué hacen, tórtolos?! ¡En público no!

—Ni estamos en público. —le sacó la lengua la chica y la cuerva se ofendió.

—Jinko... —la miró serio el chico y la cuerva rodó los ojos antes de salir volando. —Ahora sí, ¿En qué estábamos?

La tomó por la cintura en un veloz acto y sin esperar un segundo más la besó con todo el gran sentimiento que ambos se habían guardado por un tiempo. El beso era suave y leve, pero simplemente bello para ambos. (T/n) pasó sus manos por las mejillas de Muichiro y luego al cabello dónde lo acarició con cariño.

Al separarse se sonrieron amorosamente.

—Te amo mucho, (T/n)... ¿O podría seguir llamándote Michi por perezosa? —bromeó.

—¡No soy una perezosa! —colocó sus manos en su cintura indignada pero luego sonrió. —Dime como quieras, lindo. —rió suavemente. —Prométeme que siempre estarás conmigo.

—Siempre. —prometió dándole otro abrazo.

Ambos jóvenes amantes estaban pasando un gran sentimiento correspondido que alegró sus corazones. Tenían toda una vida por delante.

Eso creían hasta lo que sucedió con la batalla final...