𝐊𝐚𝐫𝐚𝐤𝐮 𝐱 𝐍𝐞𝐳𝐮𝐤𝐨. 💚🎀 PT. 2/3 #1
💚✨🎀✨💚✨🎀
Pedido por: Hakkenshu28 ❤️
Tipo: Romance sano, comedia.
[AU MODERNO]
𝐸𝑛𝑗𝑜𝑦 シ︎
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Lo que al principio comenzó con una Nezuko enferma gracias al Invierno y yendo a una farmacia dondeu conoció a un farmacéutico, un chico coqueto de ojos esmeraldas que le terminó dando su Instagram de la manera más graciosa fue creciendo en una amistad poco a poco. Ganándose la confianza de la chica, quien ya había entrado nuevamente a la universidad. El invierno había pasado y el campo comenzaba a verse verde con las flores que crecían, así como los sentimientos del oji-verde.
Karaku es el chico más lanzado a las mujeres que le atraen, es su naturaleza. Va a lo que va y punto. Pero por alguna razón que desconoce, con la chica de ojos rosados y cabellos azabaches quiere hacer las cosas bien, sin apuro, disfrutando casa conversación tonta que tenga con ella.
"¿Y cómo descubriste tu pasión por la farmacia y fármacos?"
"Estudié en el bachiller de Ciencias, y me gustó mucho la química y creación de medicinas."
"¿Una persona tan fiestera como tú escogió una carrera tan difícil? Me cuesta creerlo. 😹 ¡Pero me alegro por ti!"
"Creélo que toda mi familia pensó lo mismo XD, pero como siempre digo. La chamba es vida, ese es mi lema".
"Jajajaja, ¡tienes razón! ¿Te puedo hacer una pregunta que siempre he tenido?
"¿Cómo hacen los farmacéuticos para entender la letra de doctor?"
"Muchos me han preguntado eso xd. Es difícil explicar, pero entre estudiantes de medicina entendemos nuestros jeroglíficos. Con el tiempo en la universidad te acostumbras 😸👍🏻".
"Wowww... Increíble"
"Oye, Nezu, Nezu,. ¿No te gustaría salir conmigo? Me encanta hablar contigo en chat, pero en persona estoy seguro que sería mucho mejor".
"Tal vez... Tengo que ver mi agenda".
"Me avisas. ¡Tengo que ir a trabajar, adiós, linda!"
Karaku se despidió y se encaminó rápido a su trabajo. Nezuko por su parte suspiró ligeramente. Ella no le había dado su número de celular, siguieron hablando por Instagram. Y conversaban casi todos los días, al menos una hora.
Nezuko no confiaba de todo en él en un principio pero al conocerlo mejor sí que es un chico muy loco y chistoso, muchas noches le sacó sonrisas y risitas cuando estaba acostada en su cama viendo la pantalla de su celular. Y lo mismo le pasaba al oji-verde.
Aunque claramente tiene razón en que lo mejor que pueden hacer es conocerse mejor. Sólo lo vio dos veces y fueron las primeras veces en la farmacia. Por fin decidió que sí saldría con él. Ni siquiera le había contado nada de él a sus amigas, y menos a Tanjiro, porque no lo creía importante, pero tendrá que compartirlo después.
Nezuko se sentó bien en el sillón de la sala y escribió en el chat, esta vez un "¿Mañana a las 11am en el parque Rikugien?"
Cerró la aplicación y sonrió ligera. Esperaría su respuesta paciente, mientras se dirigió a la cocina a ayudar a su madre en una receta.
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-¡TENGO UNA CITA! -gritó Karaku alzando sus brazos y corriendo por todos los pasillos de su casa hasta chocar con uno de sus hermanos.
-Ay, disculpa, no te vi jeje.
-No importa, Karaku... -respondió el oji-azul con su expresión y tono característico de tristeza. -¿Por qué saltas y gritas? ¿Ganaste la lotería? -alzó una ceja.
-¡No lo entenderías! -sin más corrió a su habitación ante la mirada confundida del chico depresivo que luego miró a Urogi quién estaba cerca de las escaleras.
-No preguntes nada, Aizetsu. Digamos que Karaku está sufriendo por primera un enamoramiento de verdad... -murmuró con una sonrisa alegre.
Karaku estuvo trabajando todo el día normal, con la excepción que tenía una fuerte emoción en su pecho que se sentía como un fuerte apretón confortante. Ya llevaba bastante tiempo conversando con esa chica de ojos rosados, y tenía altas expectativas de la cita de mañana. Aunque también estaba nervioso, y no entiende por qué, ha salido con tantas chicas... Pero ciertamente esta vez sería distinto, y él lo sabe.
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Al día siguiente la oji-rosa despertó temprano a las 8:30am y velozmente se dio un baño de quince minutos, y aprovechó para lavarse su cabellera con calma poniendo shampoo en su mano y masajeando su cabello delicadamente. Sintiendo el agua recorrer su cuerpo pensó con una pequeña sonrisa que hoy sería un buen día, lo sentía.
Así mismo Karaku se levantó ese día, pero con la diferencia que estaba muy cómodo durmiendo con la boca abierta babeando su almohada. En el momento que abrió sus ojos y vio su reloj eran las 10:20am dio un grito ahogado del susto y se tiró de la cama.
-¡¡MALDITA ALARMA!!
Corrió como alma que lleva el diablo para bañarse y se dió un baño fugaz antes de correr nuevamente a vestirse. Se estresó al no encontrar un buen outfit y casi tira su clóset, de no ser porque encontró uno que logró gustarle. Guardó su celular y peinó un poco su cabello.
Bajó las escaleras a pasos rápidos y ni se molestó en voltear su vista al comedor, ya desayunaría afuera. Primero tendría que lidiar con el maldito tráfico.
Abrió la puerta principal y justo antes de salir fue detenido por un grito que supo bien de quien se trataba.
-¡Karaku! ¿Qué carajos fue todo ese ruido? ¿Y a dónde vas sin desayunar? -se cruzó de brazos Sekido quien lo miraba cerca del comedor.
-Te digo luego, se me hace tarde. Adiós~
Salió rápido de la casa y al bajar las escaleritas de la casa se topó a su otro hermano.
-¡KARAKU, VOY A MATARTE! ¡YA AIZETSU ME DIJO QUE TOMASTE MI CÁMARA FOTOGRÁFICA SIN MI PERMISO! -gritó un Zohakuten muy enojado apretando sus puños.
-Maldito emo chismoso, me las va a pagar. -murmuró entre dientes. -Ahora no, enano, tengo cosas que hacer. Pero te juro que lo hice con fines productivos. -revolvió los cabellos de Zohakuten y salió corriendo a su carro.
-¡Te mataré cuando vuelvas! -gruñó el chico.
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Nezuko llegó puntual al parque Rikugien. No le fue difícil llegar. Avisó a sus padres y tomó un taxi, el tráfico nunca está pesado a esa hora y no quería dar una mala impresión. Se sentó en una banca y esperó paciente, pero conforme pasaban los minutos iba perdiendo toda esperanza de que llegara. Había pasado ya más de media hora y ni le había escrito. Quería pensar que se retrasó por inconvenientes, pero ya no sabía qué pensar.
La chica oji-rosa estaba cabizbaja apretando su pequeña cartera rosa como sus ojos. Ya pensaba que eso le pasa por confiar en un tipo que hace poco conoció y tener una cita.
<<Mejor me voy...>> Pensó dando un suspiro y se paró de la banca comenzando a caminar.
-¡Oye! ¡Espera!
Ese grito la hizo detenerse y se volteó viendo al chico moreno de ojos verdes correr hacia ella. Éste respiraba fuerte para no quedarse sin aire, había pasado un tedioso tráfico en la ruta que tomó y encima tuvo que llegar corriendo al encuentro con miedo de ya no encontrarla.
-Lo... Siento... -dijo jadeante y tomó compostura. -Fue el maldito tráfico... ¿Cómo estás, dulzura~? -sonrió coqueto.
Nezuko lo miró boquiabierta y pestañeó varias veces antes de responderle.
-Ah... Bien. Gracias, veo que tú no estás bien.
-Estoy cansado, se me hizo tarde pero ya estoy aquí. ¿Entonces a dónde vamos? Si soy sincero quiero comer algo.
-¿Te gustaría ir a una cafetería? -propuso sonriendo dulce.
-Al lugar que me lleves está bien, linda.
Nezuko rió al escuchar tantos halagos del chico. Ya habían hablado tanto por chat y creía que lo conocía suficiente, pero en persona será mucho mejor.
Ambos fueron a una cafetería cerca del parque y ella pidió algo ligero y delicioso. Él por qué contrario pidió harta comida para devorar dejando a Nezuko sorprendida pero le resultó graciosa la escena.
Mientras comían conversaban, aunque Karaku hablaba más, él habla como un loro y parece que se inspira. El chico oji-verde le contó más cosas de su vida a Nezuko, y anécdotas randoms que le pasaba. Nezuko lo miraba con los ojos bien abiertos mientras tomaba su batido de fresa. Ella no se quedó atrás y contó sobre su vida, Karaku es mucho más agradable y gracioso de lo que creyó. De vez en cuando él se lanzaba algún piropo de la nada como "Llamarte hermosa es un pecado, eres una diosa", "Por ti me pierdo los partidos de fútbol", "Te veo y se me va el sueño", "Amo el color de tus ojos" causando un sonrojo notorio en Nezuko quién se limitaba a reír nerviosa.
-Todas las chicas con las que he salido se quedan cortas con tu belleza~. -volvió a soltar un piropo sonriendo.
-Soy la número cincuenta a la que le dices eso, ¿verdad? -dijo Nezuko entrecerrando sus ojos y cruzando los brazos.
-Tal vez sí eres la número cincuenta, pero eres la primera a la que se lo digo de verdad. -sonrió sincero. Nezuko sólo soltó una risita nerviosa y decidió cambiar el tema.
Estuvieron conversando de varios temas y Karaku le mostró una foto de su familia.
-¿Así que tienes cuatro hermanos? Wow, tu familia es grande como la mía. -dijo asombrada viendo la fotografía.
-Sí, somos cuatrillizos y un enano que fue un error de papá y mamá, pero lo queremos. -sonrió mostrando sus dientes. Nezuko rió a carcajadas.
-Se deben amar mucho. -dijo Nezuko a lo que Karaku bufó.
-... Supongo. Sí los quiero, muy en el fondo, pero los quiero. -dijo y rió. -¿Y qué estás estudiando en la universidad? Yo me gradué hace un año.
-Oh, veterinaria. Amo a los animales.
-Vaya, qusé coincidencia, uno de mis hermanos también está estudiando eso. Siento que te llevarías muy bien con él. -comentó recordando a su hermano de ojos amarillos.
-¿En serio? ¿Y cómo es? Quizás lo reconozca.
-Nosotros cuatro somos exactamente iguales físicamente. Sólo que él tiene ojos amarillos, si vas a la universidad Kimetsu has tenido que haber cruzado camino con él aunque sea una vez.
-Cierto, ¡si lo veo lo saludaré!
-En fin, en qué estábamos? -se interrogó así mismo tocando su barbilla y luego puso los dos brazos sobre la mesa. -Ah sí, admiraba tu belleza divina~. -Nezuko rodó los ojos soltando una risita.
Luego de la cafetería dieron una vuelta por el parque por petición de Nezuko, las flores del parque son bellísimas, es como un gran jardín junto al armonioso canto de los pájaros cantores. A Karaku le daba igual a dónde ella quisiera ir, siempre y cuando estuviese con su compañía.
-Yo pensé que eras un acosador, pero me equivoqué. Me he divertido mucho contigo. -dijo sincera. El corazón de Karaku se aceleró inevitablemente.
-Aww, eres tan linda, Nezuko-chan~. -agarró sus mejillas y las apretó suavemente. -Sabía que era una buena idea escribirte ese día... ¿Crees que podamos volver a salir? -dijo con un puchero tierno y soltó las mejillas de la chica quien reía.
-Cuando tengas tiempo, y yo también, ¿por qué no? -esbozó una sonrisa linda que apachurró el corazón del oji-verde.
-Me encanta saber eso.
De lejos Karaku notó por el rabillo del ojo a un vendedor de globos con formas. Sonrió grande y fue corriendo hacia él, en tanto Nezuko lo miró con una ceja alzada. Vio que pidió un globo y le pagó al señor, en cuanto lo tuvo volvió con ella.
-No sabía que te gustaban los globos. -comentó Nezuko entre risas.
-No es para mí. -le extendió el globo en forma de ramo de flores. -Pedí que lo hiciera en forma de tulipanes porque me dijiste que son tus favoritas.
Nezuko sintió un latino fuerte y especial dentro de su pecho que envió descargas eléctricas por todo su cuerpo. Miró el globo con amor y sorpresa y lo tomó.
-Esto es... Muy lindo. No sabía que eres tan detallista. -tomó los globos como tulipanes rosados admirando.
-Es mi naturaleza ser tan guapo y detallista. -se halagó así mismo haciendo un gesto gracioso con sus manos elogiándose a sí mismo.
-Pues qué galán, caballero. -le siguió la broma la chica.
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Después de una tarde divertida en la que ambos jóvenes se conocieron mucho más y aprendieron cosas del otro, el día estaba por terminar. Nezuko no lo admitiría, pero quería pasar más tiempo con él. Sorprendentemente le hacía olvidar el mundo, si como sólo estuvieran ellos dos.
Karaku la acompañó a tomar un taxi en la parada. Le ofreció ir en su carro muchas veces pero Nezuko se negó por pena.
-Debo ser sincera, me gustó esta salida. Eres divertido. -dijo entre risas.
-¿Soy divertido y guapo? -alzó una ceja coquetamente.
-Sólo lo primero.
-Oye, me ofendes.
-Jajaja, era broma. Ambas. -admitió en un murmullo sonrojada.
A los minutos paró un taxi y alistó sus cosas para entrar al carro a la vez que se despedía. En sus manos tenía el ramo de globos en forma de tulipanes.
-¡Oye! ¡Puedes visitarme en la farmacia! -hizo un puchero.
-¿Y qué haría yo en una farmacia? Ya no estoy enferma, Karaku. Ni modo que vaya sólo a ver tu cara.
-Comprar ositos gomitas, ¡Por supuesto! -habló obvio. -Son excelentes vitaminas. Te las recomiendo especialmente.
Nezuko soltó una carcajada y asintió. Luego antes de entrar al taxi miró los globos.
-... Realmente amé este detalle. -dijo mirando las flores de globos. -Pero algún día decides regalarme flores reales mis favoritas son las nubecitas. -dio una leve sonrisa y entró al taxi.
-Umm... ¿Nubecitas? Importante información. -sonrió el oji-verde empezando a caminar felizmente a su carro.
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Nezuko abrió su casillero de la universidad para meter algunos libros y cuadernos que no usaría hoy, y no tener que cargar con tanto peso en su mochila. Mientras tenía una pequeña sonrisa boba en su rostro. Nunca antes se había levantado para ir a clases de la universidad con tanto ánimo.
Su cita con el chico moreno oji-verde salió mucho mejor de lo que esperaba. Aunque él tiene una personalidad muy coqueta y graciosa también es lindo y respetuoso. Justo como ama Nezuko que la traten. Conoció a Karaku por pura casualidad y después de muchas conversaciones de chat y la cita anterior que tuvieron siente que sentimientos crecen en su pecho. Sabe que Karaku debe tener una agenda incluso más ocupada que ella por su trabajo pero él le prometió sacar tiempo para volver a salir con ella, algo que realmente valora.
-¿Y a ti qué te pasa? -apenas cerró el casillero vio a Susamaru al lado con los brazos cruzados.
-¡AAAH! ¿Desde hace cuánto están aquí? -se sobresaltó y se llevó la mano a su pecho gracias al susto repentino.
-Acabamos de llegar. ¿Qué tal tú? -la peli-blanca acercó su rostro a Nezuko peligrosamente. -Esa sonrisita la conozco bien. ¿No es así, Susa?
-Así es, Ume. ¿Nezuko, hay algo que no sabemos? -entrecerró sus ojos.
Nezuko se vio acorralada por las chismosas de sus amigas, y más Ume. A final de todo ella no es mentirosa, por lo que terminó contando todo a sus amigas desde un inicio.
-¿CITA? Wuuu, nos lo tenías muy bien escondido. Me siento traicionada.
-Ummm... En realidad... -Nezuko se rascó su cabeza apretando los labios.
Antes que comenzarán las clases Nezuko contó detalladamente todos los sucesos que habían pasado desde el día que enfermó, lo único que sí había sabido sus amigas. Sabía que en cualquier momento debía contarles, a ellas no les puede ocultar por mucho algo. Y de hecho, por esa razón es que evitó contar sobre Karaku. Sus amigas se ilusionarían más rápido que ella misma.
Unos minutos después había terminado de contar todo. Ume y Susamaru estaban más que sorprendidas.
-Me alegra escuchar eso, ya ha pasado bastante tiempo desde lo de Zenitsu, date una oportunidad con alguien nuevo. -los ojos de Ume destellaron. -¿Y quién es el afortunado?
-Chicas, sólo es un amigo que hice, no es novio.
-¿Pero cómo van las cosas eso parece, o por qué tanta felicidad? ¡Ya muestra foto! -dijo Susamaru emocionada.
Nezuko miró hacia arriba suspirando, con sus amigas es imposible negarse a algo con sus insistencias. Sacó su celular y buscó una fotografía de Karaku en su instagram y mostró la pantalla a Ume y Susamaru con las mejillas casi rojas.
-¡WOW, QUÉ GUAPO, ES HERMOSO! ¡Amo sus ojos verdes! ¿Dijiste que es farmacéutico de verdad? Omg, así que no sólo es atractivo si no también es inteligente. ¡Es oro puro! -exclamó Ume dando saltitos mientras una ola de centellas la rodeaban.
-... No sabía que te gustaban negros. -comentó Susamaru boquiabierta.
-Cállate Susa, no es un negro cualquiera. Es un morenazo de ojos verdes, de esos no se ven. -dijo Ume mirándola mal.
-Sigue siendo ne-. -Ume la calló con un golpe en la nuca. -Auch, sólo decía... Pero está guapo. -concluyó sobándose la nuca.
-Es demaciado hermoso, te envidio... -susurró Ume sonrojada viendo la foto con el celular de Nezuko en su mano. -Oye, Nezuko, ¿No tiene hermanos? Dile que me presente uno. ¡DILE, DILE, DILE!
-Umm... Dijo que tiene cuatro, y tres son gemelos idénticos.
-¡AAAH QUÉ BENDICIÓN! Ya tengo novio este año, wuuuu~ -cantó dando vueltas.
-Creí que Gyutaro no te deja tener novio. -dijo la oji-naranja alzando una ceja.
-No tiene por qué enterarse. -se alzó de hombros sonriendo confiada. -Además, ya soy adulta. ¡Este es mi momento de brillar!
Un momento muy divertido y lleno de risas para esas chicas. Unos segundos después el timbre marcó la hora de inicio de clases y los alumnos comenzaron a irse a sus respectivos salones de la universidad. Las chicas caminaron rápido para irse a su salón antes que el profesor le cerrara la puerta en la cara.
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Dos meses después Nezuko había superado por completo a Zenitsu. O bueno, casi. Nunca dice que Zenitsu fue una mala experiencia en el amor, no porque fue la primera y no acabó bien, si no porque al fin y al cabo tuvo buenos momentos. Pero el hecho de creer en el fondo que todos los hombres tienen un "instinto" lujurioso con las mujeres y no se enamoran al cien porciento le entristece. Aunque la fe que mantiene es gracias al amor de sus padres que sabe, es real, sigue sus esperanzas en pie.
Karaku, ese chico coqueto de bellos ojos verdes que conoció un invierno gracias a su resfriado se había convertido en una persona especial para ella. Karaku a pesar de que es un poco "serio" en su trabajo, realmente es un remolino de emociones intensas que la divierten mucho. Karaku es una de esas personas que te suben el ánimo con sus ocurrencias aún cuando has tenido un mal día. Entre más conversaban o salían de vez en cuando y se conocían más despertaba un sentimiento en ella, pero desconocía los sentimientos del oji-verde. Se dio cuenta que el chico es muy enamoradizo y coqueto con las chicas por naturaleza, así que el hecho que le diga bastantes halagos no le confirma que sean sinceros.
Quizás él sólo quiere una amistad y es su forma de demostrarlo. Nezuko ahora está algo confundida con sus sentimientos y prefiere no pensar en ellos, además de eso, no puede ignorar que sí siente atracción por él, simplemente es imposible pasarlo por alto. Karaku es muy alto, mide 1.80 y ella apenas unos 1.55cm, cada vez que está a su lado se siente igual que una hormiga y más cuando sus músculos brazos la abrazan, y ni mencionar sus dos esmeraldas hipnotizantes.
-Eso es todo, ¿alguna pregunta? -dijo la profesora comenzando a borrar el tablero.
Fue ahí dónde Nezuko aterrizó en la tierra y dejó sus divinos pensamientos de amor en las nubes. Estaba en plena clase de un tema de matemáticas, y para acabar de fregar, ni prestó atención sin querer. Bueno, a quién engaña, aunque prestara mucha atención nunca le entiende a la manera de explicar de esa profesora.
<<Dios... ¿En qué estoy pensando? ¿Qué me hizo ese tipo? Agh, ¿ahora qué hago?>>
El timbre sonó y los estudiantes salieron del salón tranquilamente, Nezuko golpeó su frente con un lugar libro repetidas veces. No le podría pedir ayuda a sus amigas porque no dan esa clase con ella, y aunque Tanjiro es la mejor opción, sabe que está lleno de trabajos de la universidad y no lo quiere molestar.
Suspiró con pesadez y arrastró sus pies fuera del salón, sabiendo que ahora tendría que defenderse con escudo y espada para aprobar esa materia que tanto odia. Nezuko subió su mochila sobre su hombro comenzado a caminar hacia su salón. En eso recibió un mensaje en su celular que leyó sin abrirlo "¿Hoy estás libre? ¡Es viernes! No tengo mucho trabajo." Ahora no estaba de humor, pero igual esbozó una pequeña sonrisa al leerlo y sin más respondió rápido.
"¿Hoy estás libre, Nezu~? ¡Es viernes! :D Por suerte no tengo mucho trabajo como en estos días, puedo salir hoy. "
"Debo estudiar para un examen de la otra semana"
"¿Y de qué es? Tal vez pueda ayudar"
"Es matemáticas, pero no te preocupes, estudiaré yo sola"
"Ummm, ¿segura? ¿Qué tema? Me imagino que debes estar dando Aritmética, eso siempre lo dan en primer ciclo. Te puedo ayudar. Es un tema que tampoco entendía un carajo al principio pero ya verás que sí se puede, me ofrezco como tributo 😘."
Nezuko no aguantó la risa por lo divertido del mensaje y rió suavemente.
"¿De verdad? ¿No molesto?"
"Dulzura, lo que me molesta es estar lejos de ti. Anda ven a mi casa, sin miedo. Te mandaré mi ubicación."
"Bueno... Lo agradezco mucho. 💗"
Guardó su celular sintiendo que la vida le volvió al cuerpo. Aunque tenía vergüenza de pedirle ayuda al chico, pero sí él de verdad quería ayudarla lo iba a valorar mucho. Siguió su camino a su casa donde ya había llegado Tanjiro primero.
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Fue así como esa misma tarde Nezuko avisó a su hermano que llegaría un poco tarde por tema de estudio, y llegó a una casa, un poco parecida a la suya pero más grande. Karaku le envío su dirección, y se sorprendió que vive muy cerca de su barriada, prácticamente la Farmacia no le queda lejos. Nezuko estaba algo nerviosa, no sabía si hizo bien en aceptar tal invitación pese a que ya ha salido muchas veces con el oji-verde y tenido innumerables conversaciones, pero el ir a su casa le pone algo nerviosa. Era como si fuera un paso más en... conocerlo.
Al pararse frente a la puerta, pensó unos segundos y decidió el tocar dos veces y esperó. Nadie abrió. Volvió a tocar y otra vez esperó. Nadie abrió. Nuevamente alzó su puño para tocar más duro y en el momento exacto se abrió la puerta de golpe y casi le pega a un chico parecido a Karaku.
-¡Ay! Lo siento. -se apresuró a disculparse la oji-rosa, el chico la miró molesto.
-... ¿Eres otra de las mil novias de Karaku? Esto no es un mo-
-¡Dulzura! Llegaste rápido, anda pasa con confianza... ¡Zohakuten no seas grosero, enano!
-¡Vuelves a llamarme "enano" y enano te dejaré yo del golpe que te daré! -refunfuñó señalándolo.
Luego el menor se fue del living para subir las escaleras a su habitación con pasos fuertes. Nezuko quedó boquiabierta por el comportamiento del chico y Karaku sin importancia le sacó la lengua.
-Ven, Nezu. Uno de mis hermanos no está en casa, el otro está durmiendo, y acabas de conocer a mi hermano menor que vive las 24 horas encerrado en su cueva. Así que no haremos mucho ruido...~ -sonrió mostrando sus colmillos mirándola y la tomó del brazo. Nezuko se sonrojó como un tomate pensando mal esas palabras.
-¿Ah? -fue lo que salió de Nezuko, pero fue ignorado por el oji-verde.
-Me alegra mucho verte aquí, nos vamos a divertir como siempre, querida Nezu~ ¡Pero aún mejor! Tengo todo preparado en mi habitación me gust-.
-¡Espera! ¡Ya sé lo que tratas de hacer, y no soy una de esas! -exclamó Nezuko mirándolo enojada y cruzándose de brazos.
-¿De... De qué hablas? si en mi habitación tengo los materiales y libros de física. Te enseñaré en la sala. -hizo una mueca de confusión.
El cuerpo de Nezuko quedó estático y otra vez se puso roja, pero de vergüenza ahora por ser tan mal pensada. Rápidamente relajó su cuerpo ante lo confirmado y disimuló.
-Ah.. jaja, ya lo sabía. Era broma. -río nerviosa e hizo un ademán
Karaku entrecerró sus ojos, y no supo si él quería reírse a carcajadas por burla o la estaba juzgando... Probablemente ambas viniendo de alguien como él.
-Bueno... Trajiste todas tus cosas, ¿no?Iré a traer los libros y luego de paso me dices qué temas has estado dando. -dijo con un tono muy feliz olvidando lo anterior, aunque Nezuko seguía con el rostro rojizo.
Ésta asintió sin decir nada y Karaku fue rápido a buscar los libros en su habitación. Nezuko miró todo a su alrededor admirando la casa, a los segundos bajó Karaku prácticamente saltando de las escaleras para bajar con ella.
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Estuvieron toda la tarde en ese estudio. O más bien Nezuko, ya que el oji-verde era prácticamente su tutor. Nezuko cada vez quedaba más sorprendida por la excelente manera en la que el chico explicaba los pasos y reglas en cada problema, sin tanto enredo como su profesora. Karaku no lo aparenta por su personalidad poco seria, parece un pendejo que le va mal en todo, pero resultó ser muy inteligente como su familia.
-¿Es así? ¿O hice algo mal? -Nezuko puso su libreta sobre una mesa, y éste lo revisó con detenimiento. -... Lo hice mal, ¿verdad? -bufó rendida de tantos intentos y tapó su cara con sus manos.
-Esto es increíblemente... ¡Espléndido Mi querida Nezu, ¡ya dominaste todas las reglas! Eres hasta mejor que yo. -alzó la libreta moviendo sus brazos alegremente. Nezuko quitó sus manos para verlo curiosa.
-¿Eh? No digas tonterías. -dio una risita. -Estoy feliz... Por fin... -suspiró cansada y bajó la cabeza levemente entrecerrando sus ojos.
-Nop, nunca he hablado tan en serio. Tienes un alto potencial, sé por qué te lo digo. -la halagó con sinceridad.
-Supongo que gracias... -respondió con una sonrisa feliz. -Siempre me sorprendes.
Karaku le devolvió la sonrisa con el mismo entusiasmo. Los sentimientos que le causaba la pequeña de ojos rosados ya no era nada normal en él, y era consiente. Todas las veces que salían juntos o se veían, contando esta simplemente... Le hace sentir bien. Ella es todo lo que está bien en su vida.
El ambiente tan pacífico que parecía colaborar en el sentimiento grande de esos dos y sus mentes perdidas en tal emotivo momento Karaku aprovechó para acercarse lentamente a Nezuko. Ninguno de los dos tenía la mente clara en ese instante, menos el oji-verde que se acercaba peligrosamente a esos labios rosados que le llamaban besar. Es la primera vez que se siente así y no la dejará ir por nada del mundo.
Nezuko por su parte comenzó a sudar frío. Ella sentía lo mismo pero al recordar a Zenitsu y esa inseguridad de que todos los hombres son igual de mujeriegos volvió en ella. Se apartó a lo que Karaku frunció el ceño, pensó que ya la tenía.
-¿Pasa algo? -le interrogó ladeando la cabeza.
-Yo... No puedo. Perdón.
-¿Qué? Pensé que sentías lo mismo. -habló usando un tono serio.
-No es eso, pero... Hace poco rompí con una relación que no me fue bien, y no quiero volver a lastimarme. No me siento segura... No quiero hablar de eso más. -confeso separándose un poco de él con la mirada agachada.
Karaku no respondió nada por unos segundos, pensando en lo que le dijo. Ahora entendía cómo en todas esas veces que le tiró "la onda" queriendo conquistarla indirectamente para que ella aceptara sus sentimientos pero luego cambiaba el tema radicalmente.
El oji-verde sonrió tranquilo y sin importar qué ella querían alejarse, éste se le acercó nuevamente.
-Yo te haría muy feliz. Y no sólo te lo digo con palabras, puedo demostrártelo todos los días con orgullo. -dijo susurrante.
Nezuko no podía evitar ese vergonzoso y molesto sonrojo cada vez que él le hablaba en susurro con su voz grave y se acercaba intimidante como un cazador. Ni siquiera Zenitsu le hacía sentir de tal forma. Vaya que utiliza bien sus atributos físicos.
-Ammm, ¡es tarde! Debo regresar a casa o mamá se preocupará. -cambió el tema rápidamente y se paró del sillón para recoger sus cosas rápidamente.
El chico se quedó sentado viéndola confundido y luego rió suavemente, burlándose de la reacción tan tierna de la chica de ojos rosados.
Él la ayudó a recoger todo y Nezuko lo guardó en su mochila. Actuaba normal o más bien, trataba de aparentar estar normal cuando su corazón estaba latiendo como loco. Juraba que podía escucharlo. Karaku la acompañó hasta la entrada de la casa.
-Nuevamente, muchas gracias, Karaku-san. Eres muy amable y divertido explicando. Entendí todo. -volvió a agradecer con una leve reverencia.
-Yo te explicaría mil veces más si no entendieras, bella. No me agradezcas. -respondió sonriendo feliz.
Nezuko también esbozó una sonrisa y se dio la vuelta para comenzar a caminar a su casa, no era aún de noche, más bien las 6pm. Así que debía tomar un taxi y darse prisa.
Pero en cuanto dio un paso fue tomada del brazo obligada a dar la vuelta sorprendida y confundida y antes de si quiera decir una vocal los labios del oji-verde se estamparon en los suyos, dejándola petrificada como un hielo.
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