𝐊𝐚𝐫𝐚𝐤𝐮 𝐱 𝐍𝐞𝐳𝐮𝐤𝐨. 💚🎀 PT. 1/3 #1
💚✨🎀✨💚✨🎀
Pedido por: Hakkenshu28 (Voy a escribir este OS bien largo, espero te guste) ¡Y gracias por pedir! :> ❤️
[AU MODERNO]
Tipo: Romance sano, comedia.
Antes que me vengan a funar modifiqué las edades, no se preocupen uwu Karaku tiene 22 y Nezuko 18. ¿Ven? Todo bajo la ley. 🤠
Contexto: Nezuko está decepcionada de una reciente ruptura amorosa. Al poco tiempo se pone enfermita y llega a la farmacia a comprar medicina, donde se encuentra a un individuo que le cambia la vida.
𝐸𝑛𝑗𝑜𝑦 シ︎
➸ "Curita para el corazón".
"Necesitas sanar tu corazón, y existe una medicina especial, ¿lo sabías? Soy yo, dulzura~". 💚
"Eres un tonto... Pero no sé que tienes que me encanta.". 🎀
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-No, Zenitsu, deja de insistir. Lo nuestro se terminó. -habló con tono firme la chica de ojos rosados, aunque se sentía triste.
-¡¡NOOO, NO ME DEJES. NO PUEDO VIVIR SIN TI, NEZUKO-CHAAAAN!! -gritó el chico rubio con lágrimas en los ojos y aferrado a la pierna de la chica.
El espectáculo era presenciado por la mitad de la Universidad Kimetsu. Nezuko tenía la intención de terminar pacíficamente con su novio, pero se esperaba que él hiciera un show dramático frente a todos. Ahora ella no sabía si sentir pena ajena o sentir vergüenza ella misma... Definitivamente ambas.
Esto le dolía más de lo que el rubio se imaginaba. Realmente lo ama, pero no puede seguir esta relación, ya está cansada de recibir siempre el mismo trato y miles de disculpas por parte de su novio. Estos dos años de noviazgo fueron hermosos, Zenitsu es muy bella persona y atento, pero también le causó dolor.
Habían diferentes reacciones de las personas que miraban la escena. Unos miraban raro, otros se reían, otros murmuraban, otros se asombraban y otros simplemente estaban tan metidos en su mundo que pasaban por ahí ignorando el mundo a su alrededor. Nezuko suspiró profundamente sintiendo gotas de sudor resbalar de su frente por la presión social.
-¡Zenitsu! ¡Ya basta, por favor! -exclamó la chica molesta. -No hagas el ridículo... -inhaló aire calmándose. El rubio se paró del suelo quedando a su altura cabizbajo. -¿Crees que no me duele? Sabes que te quiero mucho, y deseo que nuestra amistad no acabe, pero nuestra relación sí termina. Y es mi última palabra.
-Pero... Nezuko-chan... -más lágrimas se acumularon en sus ojos amarillos. -Prometo cambiar, ahora sí es en serio. No quiero que todo lo bonito de nuestra relación se rompa... Eres muy especial para mí, te amo...
-Ese es el problema, Zenitsu. Hablas mucho, y poco haces para cambiar. -murmuró Nezuko mirándolo con dolor.
Sin decir nada más Nezuko giró sus talones para irse caminando rápido de ahí. Dejando a una multitud con más murmuros de rumores, tanto verdaderos como falsos y un Zenitsu totalmente destrozado, sabiendo que Nezuko tenía la razón.
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Nezuko Kamado es la segunda hija de la familia Kamado con dieciocho años. Una chica muy dulce, amable y divertida, además de poseer una hermosa belleza como sus hermanos. Fue su belleza lo que cautivó a uno de los mejores amigos de su hermano mayor, Tanjiro: Zenitsu Agatsuma.
Un rubio llorón, muy divertido como ella y amoroso. Él le rogó prácticamente meses mientras la enamoraba con ayuda de Tanjiro e Inosuke, para que aceptará salir con él, hasta que de tanta insistencia lo logró y empezaron una relación amorosa. Al principio todo era perfecto, Zenitsu es maravilloso, y realmente no es mala persona. Pero él tiene un gran problema: Es un mujeriego sin arreglo.
Zenitsu nunca le fue infiel directamente, pero se notaba que se fijaba mucho en otras mujeres, silvándoles, coqueteándoles y todo eso, a veces, sin querer lo hacía en frente de Nezuko. Y eso la hacía sentir terriblemente mal. Ella no quería verse como una tóxica, así que lo dejó pasar, pero seguía sucediendo con constancia y más que enojarla le comenzó a bajar el autoestima y a crearle inseguridades sin que su novio fuera conciente de eso.
Tuvieron varias veces en que la relación se aflojó, pero Zenitsu siempre le prometía en ruego que cambiaría, claramente, eso nunca pasó.
La gota que derramó el vaso sucedió hace exactamente una semana. Cuando gracias a un vídeo de Instagram que le mandó Ume, su mejor amiga, vio que éste se encontraba en una discoteca dónde borracho besó apasionadamente a otra chica.
El corazón de Nezuko estaba quebrado, pero había comenzado a pegar pieza por pieza, sin embargo, al ver ese vídeo fue más que suficiente para terminar de quebrar otra vez su pobre corazón. Y esta vez, sin remedio.
Habían pasado semanas desde lo ocurrido. Ella estaba por bloquear a Zenitsu, pero se sorprendió que él no le mandó ningún mensaje por ninguna red social. Así que decidió dejarlo así, aunque los dos se seguían. Ninguno de los dos habían vuelto a cruzar palabra, se encontraron varias veces en la Universidad pero pasaban al lado como si nada. Nezuko se sintió mal por Zenitsu, se veía decaído, pero sabía que era lo mejor para ambos. Hasta Tanjiro estuvo totalmente de acuerdo con ese quiebre al saber lo sucedido, sólo quería ver a su hermanita feliz.
Japón había entrado en la estación de Invierno, Tokio es un paisaje blanco. Y esta vez el frente frío del polo estaba más fuerte, la nevada no cesaba, aunque estaba más moderada ahora. Hoy, un sábado, Nezuko fue a la casa de Ume dónde fue bien recibida por Gyutaro, su hermano mayor. Ahí se encontró a Susamaru, su otra amiga. De vez en cuando hacían reuniones de amigas y por suerte todas las escuelas y universidades suspendieron clases por la fuerte nevada, por lo que estaban libres de preocupaciones y sus tareas ya las hicieron.
Habían pasado un par de horas de bromear, contar chismes, pintarse las uñas y peinarse, compartir ropa aesthetic que veían en Pinterest y tomar chocolate caliente con malvaviscos mientras sonaba la playlist de Spotify de Ume en su laptop.
Pero Ume y Susamaru conocen perfectamente a Nezuko, y es obvio que saben que se sigue sintiendo mal aunque lo "disimula". Nezuko pasó de ser una chica feliz y graciosa y estar con una actitud más deprimida. No le querían tocar el tema, pero quizás ella sólo necesitaba hablar con alguien, y quién mejor que dos chicas expertas que son sus mejores amigas.
Ambas se miraron y asintieron a la vez.
-Nezuko. -llamó la peli-blanca y la nombrada alzó su mirada mientras tomaba el chocolate caliente.
-¿Si? -fingió una sonrisa.
-Vamos, Nezu, no finjas una falsa sonrisa. Estás mal... -dijo Ume con voz suave. Nezuko soltó una risita débil.
-A ustedes no las puedo engañar...
-Claro que no, eres nuestra amiga, te conocemos bien para saber que sigues sufriendo por ese estúpido. -dijo Susamaru frunciendo el labio.
-Por favor, no le llamen así. -regañó y las dos voltearon los ojos. -Zenitsu no es mala persona. Es mal novio, muy malo, pero como persona saben que es lindo. Simplemente lo nuestro no funcionó... Es todo.
-Es increíble que no se han vuelto a hablar... A mí se me hace que Tanjiro lo amenazó de muerte. -comentó en broma Susamaru y Ume rió a carcajadas.
-Es sólo que... He visto varias relaciones amorosas, y siento que la mayoría de hombres son así. Tienen su instinto y les atraen toda mujer, tengo miedo que sea cierto... -murmuró lo último.
-Todos los hombres son idiotas, mujeriegos e infieles. Te utilizan hasta que se aburran y te cambian. -dijo Susamaru y las dos la miraron fijamente. Ume la golpeó en la nuca.
-Cállate, ¿no ves cómo está la nena? Y tú diciendo tus burradas. -gruñó la peli-blanca y luego se dirigió a Nezuko abrazándola. -No es cierto, Nezu. No todos son así, Susamaru tiene razón en que muchos hombres son de esa forma pero no todos. Hay algunos que hasta tienen cara de ser unos "todas mías" y cuando se enamoran olvidan el mundo para ofrecer su vida y amor a ti. -suspiró enamorada Ume.
-Disney te lavó el cerebro. -escupió sus palabras la oji-naranja.
-Y a ti tu ex.
Las dos chicas se abalanzaron a jalarse el cabello y ropa en el suelo pero sin lastimarse. Nezuko río suavemente y negó con la cabeza. Ama a las locas de sus amigas, no sabe qué haría sin ellas. Y ahora que lo piensa reflexivamente Ume tiene razón, siempre hay personas buenas. Sólo espera encontrar al indicado que la valore y ame como ella a él.
Luego de ese divertido momento Susamaru se despidió de ambas. Nezuko se quedó poco más de media hora con Ume antes de despedirse también y salir de la casa.
Caminó tranquilamente a su casa en las calles cubiertas de nieve. El clima estaba terriblemente frío. Se arrepintió de no ponerse un abrigo muy grueso para cubrirla, sólo no quería enfermar, no ahora.
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Unos días después pasó lo que temía Nezuko. Amaneció un día con tos, escalofríos, temblores, congestión nasal y dolor de cabeza. Todos los síntomas de la fiebre. Como si el universo conspirara en su contra.
<<Nooo... Maldita fiebre...>> Pensó y se arrulló en sus frazadas acostándose boca abajo con su malestar.
Luego de un par de horas dónde siguió durmiendo, se levantó a las 11am con cara de zombie. Fue al baño a hacer sus necesidades y sólo se cambió de ropa, con el frío infernal que hace no piensa bañarse, y menos con esta enfermedad. De todas formas en el frío se conserva el cuerpo limpio más días.
Volvió a acostarse en la cama enrollándose con las frazadas otra vez. No tiene ni apetito, además que con esta congestión nasal está segura que no tiene olfato ni gusto, menos quiere comer. Decidió quedarse acostada todo el día.
A la hora Tanjiro abrió la puerta de su habitación con una bandeja del desayuno.
-¡Buenos días, hermanita! Veo que hoy estás dormilona eh, jajaja. Mira, te traje el desayuno. -dejó la bandeja en una mesita y la movió suavemente. -¿Nezuko? -repitió confundida al no escuchar respuesta.
-Buenos días, Tanjiro... -saludó con voz débil la chica dándose la vuelta con las mantas.
-¿Estás bien? -tocó su frente y apartó su mano de inmediato al quemarse prácticamente. -¡SANTO CIELO, ESTÁS ARDIENDO EN FIEBRE! -gritó el pelirrojo con pánico.
-Shh, no grites, Tanjiro. Me duele la cabeza. -dijo y se volvió a dar la vuelta.
-Ay no, no te abrigaste bien la última vez que saliste, ¿verdad? -ella negó con la cabeza. -Demonios... La medicina se acabó, hay que comprar más. Pero hoy mis papás estarán ocupados con la panadería y yo los ayudaré... Les pediré permiso para comprarlas.
-Oh, cierto, lo olvidé. No te preocupes, yo iré, hermanito. -sonrió suave Nezuko.
-¿Segura? -ladeó la cabeza preocupado.
-Sí, no estoy tan mal, iré a comprarlas y me regreso de una vez rápido. Tranquilo. -Tanjiro suspiró aliviado.
-Bien, les avisaré a papá y mamá. Pero al menos come algo del desayuno, debes tener fuerzas.
-Voy a comer, gracias.
Tanjiro le dedicó una sonrisa y salió de la habitación. Nezuko se sentó en la cama y comenzó a comer de a poco el desayuno. Hubiera preferido quedarse en la cama todo el día pero igual irá rápido a la farmacia y regresa, no demora mucho.
Ya seguirá durmiendo, con esa fiebre no tiene ganas de nada.
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Por otro lado, cerca de la barriada de los Kamado vive Karaku Hantengu, segundo hijo de la familia Hantengu con veintidós años. Un chico todo lo contrario a la dulce Nezuko: problemático, alegre, fiestero, extrovertido y todo un mujeriego por excelencia. Es el segundo que nació de los cuatrillizos de su familia, además de su hermano menor.
Su adolescencia en la secundaria fue bastante fiestera y llena de diversión. Y por más que Karaku sea un joven con alma de fiesta, tiene un intelecto avanzado. Los Hantengu son inteligentes por genética. Prometió a sus padres que no los defraudaría, y al graduarse de la escuela se metió a la universidad a estudiar farmacéutica. Se graduó merecidamente después de cuatro años de buen estudio encaminando su vida, como sus demás hermanos gemelos.
Ahora trabaja en una farmacia reconocida en Tokio y gana muy buen dinero. Siempre se dijo que prefería ser un vago y vivir de sus padres que son ricos, pero joder, qué bien se siente ganar tu propio dinero y no deberle a nadie.
Pese a que ahora su vida tomó una etapa más seria, él sigue con esa personalidad loca y divertida que lo caracteriza, parecido a Urogi, su otro hermano cuatrillizo. Karaku realmente ama su profesión. Estudiar farmacéutica fue muy difícil y tuvo que sacrificar noches de fiesta con sus amigos y chicas, pero lo vale, ahora es un profesional y está orgulloso de sí mismo.
Este día le había tocado un turno de tarde, no tenía ningún problema. El único turno que odia es el nocturna... Aunque le tiene un amor-odio ya que en los turnos nocturnos le pagan más. Y eso es una bendición.
-¿Está seguro que sabe qué dice aquí? -preguntó una señora preocupada entregándole la receta del doctor dónde sólo se veían garabatos ilegibles.
-Claro, señora. Estudié por cuatro años jeroglíficos, ya domino esas siglas del antiguo testamento, usted tranquila. -sonrió vacilante. -Ahí dice que debe tomar Tabsin día y noche. Deme un segundo.
Se alejó de la vitrina para buscar en los pasillos la medicina requerida por el doctor de la señora. La encontró en menos de 20 segundos y regresó con ella.
-Aquí están, recuerde leer bien la medicina y los efectos que tiene, no vaya a darle una segunda jaqueca, señora. -rió con burla y la señora se asustó por lo que dijo. -... Era broma, seño. Vaya a la caja, ande.
-Gracias. -sonrió débilmente y fue a la caja.
Karaku suspiró mientras estiró sus brazos. Había estado trabajando por horas, y ya se estaba acercando su salida, quería largarse a su casa ya. Le dolía la espalda.
Al segundo llegó otro cliente. Un hombre joven con su receta, así como la señora.
-Ando con dolores de estómago muy fuertes. Aquí está la receta. -se la entregó y el oji-verde acomodó sus lentes entrecerrando sus ojos leyendo los rayones sin sentido. Está acostumbrado a la letra de doctor. -¿Y bien?
-Pepto-bismol. -respondió rápido y buscó la medicina antes de entregársela.
-Wow, ¿cómo haces para entender la letra de doctor, muchacho? -dijo asombrado el hombre.
-Amigo, estudié medicina. Entre estudiantes de medicina nos entendemos... Mi letra es peor que esto. -dijo frunciendo el ceño y luego sonrió. -Bien, gracias, vaya a la caja.
-Gracias, gracias. -agradeció el hombre y fue a la caja a pagar.
Karaku le pidió a un compañero que lo cubriera mientras le mandaba unos mensajes a Sekido, su otro hermano, avisándole que quizás llegue un poco tarde. En eso, unos minutos después su compañero le tocó el hombro.
-Oye, Karaku, tengo otras cosas que hacer, sólo te avisaba.
-Ah, tranquilo. Igual ya iba a seguir trabajando. -rió mientras guardaba su celular en la bata blanca.
-Bien, atiende a esa chica. Acaba de llegar. -dijo señalando a la chica antes de retirarse, Karaku asintió.
Volvió al podio de cristal. Al verla juró quedar hipnotizado por una fracción de segundos, asimilando la belleza que se le puso en frente. Una chica de hermosos cabellos negros con puntas marrones, ojos rosados, piel blanca y rosada que parecía tan sedosa y una carita de ángel como ensueño. Sí, eso creyó, que había muerto de golpe y estaba en el cielo
Sacudió sus pensamientos y aclaró su garganta.
-Bien, ¿en qué le ayudo? -esbozó su típica sonrisa.
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Nezuko salió de su casa después de mediodía y le tomó poco tiempo llegar a una farmacia en la ciudad. Tomó un taxi para ir más rápido. Había tomado un té que le dió su madre antes de ir a la panadería, así que el dolor de cabeza le bajó un poco.
Llegó a la farmacia, agradeció que al menos estuviese bastante vacía, sólo un par de personas. Por lo que se paró en la fila.
Al llegar su turno un chico de ojos verdes brillantes, como dos esmeraldas le atendió. No sabe si fue impresión suya o él se le quedó mirando raro al principio. La chica pensó que se veía despeinada o desarreglada, y le dió un poco de pena.
-Buenas tardes... -se tapó su boca rápido al toser. -Quiero comprar medicina para fiebre...
-¿Específicamente qué clase de medicina, linda? -Nezuko enrojeció por el apodo.
-Pues... No lo sé, creo que Ibuprofeno y Paracetamol. -dijo pensativa. Karaku alzó una ceja.
-¿Tienes la receta de tu médico? Dámela, yo soy un experto en leer jeroglíficos. No te preocupes, no estudié para nada. -brindó una suave sonrisa esperando una respuesta.
-Es que... No tengo receta. -murmuró Nezuko.
-Ah... Ya veo. -su boca hizo una "O". -En ese caso no te puedo dar esos medicamentos. Pero, te daré pastillas de Vick, son efectivas para la tos. -decía y fue a buscar las pastillas -Y te recomiendo ir al médico hoy o máximo mañana para no empeorar tu salud. -dejó la cajita en la vitrina. -¿Ok?
Nezuko vio las pastillas y luego miró al chico y asintió.
-Gracias. -brindó una pequeña sonrisa y se dirigió a pagar a la caja.
-A tus órdenes. ¡Vuelve pronto, bella! -exclamó el oji-verde agitando su mano y con una mirada tonta.
Nezuko lo miró y le devolvió la sonrisa sin poder evitar un molesto sonrojo en sus mejillas. Karaku no le quitó la mirada hasta que la chica salió del local.
<<Dios, pero qué chica tan linda y tierna. Ojalá vuelva por acá.>> Pensó sonriendo y luego se enfocó con sus otros clientes.
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Justo al siguiente día Nezuko acudió al doctor junto a su madre. Su congestión nasal había empeorado y ya ni podía respirar bien por tanta flema atorada, así que después de la cita ambas se encaminaron nuevamente a la farmacia.
Karaku estaba entretenido atendiendo algunos clientes cuando vio entrar otra vez a esa bella chica que atrapó sin descaro su atención. Sintió su corazón feliz por alguna razón y eso lo confundió un poco, pero lo ignoró.
-Buenos días, ¿tiene Paracetamol? -saludó amable la señora Kie, junto a su lado estaba Nezuko.
-Claro, ¿receta? -Kie le entregó la nota del doctor. -Perfecto, un momento.
Karaku buscó arriba de un estante los medicamentos y luego volvió a la vitrina dando algunas instrucciones e información de los efectos secundarios.
Kie agradeció y se dirigió a la caja. No había ninguna persona más en la fila así que Karaku aprovechó para hablarle coqueto a la chica de ojos rosados.
-Pss, pss. -le llamó, ésta se sobresaltó. -Holaa~. Veo que estás más enfermita. Ya verás que con reposo y medicamentos te curarás en menos de lo que te imagines. Que te mejores. -sonrió mostrando sus dientes.
-Oh, gracias, de verás. Estoy segura que sí me mejoraré. -agradeció con una gentil sonrisa.
Karaku la miró mientras tenía una discusión consigo mismo en su mente.
<<¡Pregúntale su Instagram rápido! ¡Su Instagram!>>
<<Claro que no, cállate, ni la conozco. Va a pensar que soy un loco.>>
<<Pero probablemente no vuelvas a ver a esa linda chica. Es tu oportunidad.>>
<<Ya pues, pero igual no me lo va a dar y quedaré de idiota.>>
Éste suspiró y sonrió coqueto cambiando a su característica actitud. Decidió por preguntarle su usuario de Instagram, aunque estaba segurísimo que no se lo daría.
-¿Cuál es tu Instagram? -ésta lo miró confundida. -Digo, para no perder contacto con una joya preciosa como tú~.
-Ah... Es nezuko.10_ -respondió natural y fue con su madre que ya había pagado.
A Karaku casi se le cae la mandíbula del asombro. Eso sí que logró sorprenderlo. La chica le respondió con tanta naturalidad como si lo conociera de mucho tiempo. Aunque realmente Nezuko le respondió así por los nervios y se arrepintió al instante llamándose tonta por darle su red social a un desconocido de la nada.
✩ ─── 「༻ ☪ ༺」─── ✩
Varios días después Karaku estuvo ocupado en el laboratorio de la farmacia y otras cosas de su labor. Si bien ama su profesión también se cansa demaciado, a veces piensa que mejor debió haber escogido pedagogía para niños de primaria. Aunque capaz ahorcaba a los pobres niños por su falta de paciencia, ninguno de los Hantengu son conocidos precisamente por tener paciencia, sólo Aizetsu tiene un poco. Pero en fin, él es feliz como sea.
Una noche estaba tranquilamente en su habitación conversando con Urogi, quién le falta un año para completar su carrera de veterinario, el oji-amarillo ama a los animales. Es su vida.
-Me dejaron una tarea de investigar la anatomía de veinte animales, hermano. ¿Entiendes? VEINTE, y apenas voy por tres. Y no puedo copiar nada de Google o me fracasan. -fingió llorar dramáticamente.
-Ánimo, hermanito, para que te conviertas en un veterinario famoso de Animal Planet. -animó el oji-verde.
-Dios te escuche. -juntó sus manos. -En fin, ¿y qué tal tu trabajo? Debo confesar que ninguno de nosotros te veíamos estudiando una carrera tan seria. -soltó una carcajada. -Menos Sekido, dijo que serías un vagabundo y vivirías debajo de un puente.
-Todo por la chamba, hermano mío. Además, es interesante la farmacéutica, cuando te apasiona algo, como a ti los peludos o pajarracos, te llega a gustar. -se encogió de hombros y Urogi entrecerró sus ojos de forma graciosa.
-Bueno, bueno. ¿Y tu vida amorosa? ¿A cuántas chicas tienes? Ya las chicas no se me acercan mucho. Dicen que debo tener pulgas por tratar tanto con animales... -murmuró triste y cabizbajo.
-Nah, esos días de gloria se acabaron desde que me esclavicé con mi trabajo. Aunque mentiría si digo que no extraño las noches de fiesta... -se quedó pensando un rato hasta que recordó algo de golpe. -... ¡CIERTO, EL USUARIO!
-¿Ah?
Karaku tomó su celular de la mesita de noche y rápidamente entró a Instagram. Había estado tan ocupado que no le dió por buscar el usuario de la chica. Urogi lo miró ladeando la cabeza. Por suerte tiene buena memoria y recuerda perfectamente el nombre del usuario. Y lo mejor de todo, su cuenta es pública.
-... Emmm, ¿Contexto? -interrogó Urogi viendo cada acción de su gemelo.
-Verás. Hace una semana llegó a la farmacia una bella chica. ¡Es hermosa, de verdad!
-Tú dices eso de todas las mujeres... Aunque no te culpo, soy igual. -dijo entre risas.
-No, no, te juro que esta vez es diferente. A la segunda vez que visitó la farmacia le pregunté por su Instagram para molestarla y me lo dió! ¿Puedes creerlo?
-... Una de tres: -señaló tres dedos. -O la asustaste y la pusiste nerviosa, o te respondió por cortesía o le gustaste. Y dudo de la última. -Karaku lo miró feo.
-Sea como sea me dió su Instagram. Mira es ella. Se llama Nezuko Kamado, qué lindo nombre, tan lindo como ella... -susurró mirando sus fotos con una sonrisa tonta. Urogi sólo se burló.
-¿Y le vas a escribir?
-Obvio.
-Mínimo ten un poco de dignidad, ¿no?
-¿Qué tiene de malo saludar? Así comienzan las mejores relaciones, de la manera más random y sencilla. -sonrió confiado y tocó el "Mensaje".
Al tocar ese botón y la red llevarlo al chat privado se tomó un tiempo para pensar bien en qué escribirle. Todo sucedió rápido, sólo la ha visto dos veces y apenas sabe su nombre. Pero eso le basta para estar loco por ella. Urogi sólo se le quedó mirando raro a su hermano oji-verde. Karaku siempre ha sido muy enamoradizo. Su primera novia la tuvo en cuarto grado. Y a pesar de todo eso, la manera en la que su hermano se está comportando con emoción por una extraña se le hace curioso... Muy curioso.
-Pon a trabajar ese cerebro, Uro. ¿Qué le digo?
-Dile "Hola, ¿quieres ser mi novia?" -respondió con sarcasmo.
-Gracioso... ¡Hablo en serio!
-Ay no sé, ni conoces a la chica. Ummm, -pensó unos segundos y el foco se le prendió. -Ya sé, tú mismo lo dijiste. Una relación empieza sencillo. Sé tú mismo y saluda normal.
-Mmm... Tienes razón.
Karaku comenzó a teclear en su celular el pequeño mensaje que tenía en mente ante la mirada atenta de su hermano. No quería asustar a la chica, ni molestarla realmente, sus verdades intenciones es conocerla.
"¡Holaaa! Imagino que no sabes quién soy."
"No te dije mi nombre en la farmacia, soy Karaku, un gusto, preciosa 😘💎"
-¿Qué son esos emojis? no mames. -frunció el ceño.
-¿Qué tienen?
-Actuas como acosador... Bueno, lo eres, pero al menos disimula.
-Como si tú fueses un angelito con las chicas. -atacó el oji-verde.
-Pero esto es diferente, actúas de verdad interesado en ella. Y no es por ser cursi, pero si es así no la cagues. -hizo el gesto con su mano alzando su pulgar y sonriendo con los dientes.
-Ya pues, eliminaré el men... ¡ACABA DE LEER EL MENSAJE!
✩ ─── 「༻ ☪ ༺」─── ✩
Nezuko había estado tomando los medicamentos todos los días. Su madre cuidó amorosamente de ella y reposó mucho en su cómoda cama. Les escribió a sus amigas de su estado para que por lo menos supiera de su existencia y no dejarlas en visto una semana. Ya que las clases seguirían suspendidas un poco más de tiempo por la fuerte nevada.
La chica de ojos rosados estaba con los ojos entrecerrados mirando una película en su habitación para entretenerse.
De repente el sonido de notificación en su celular sonó. Agarró el aparato y lo desbloqueó imaginando que sería Ume o Susamaru en el grupo que tienen, o privado. Pero grande fue su sorpresa al ver que lo que recibió fue un mensaje en privado de Instagram, por una cuenta desconocida.
<<De seguro son estafadores otra vez...>>
Dejó el celular a un lado sin leer el mensaje y siguió viendo la película, pero casi al instante volvió a vibrar el celular y lo tomó nuevamente entrando ahora a Instagram. Leyó los dos mensajes una y otra vez. ¿Farmacia? ¿Karaku? Frunció notablemente su ceño hasta que su mente hizo memoria.
<<Oh... Rayos...>>
Estaba en un estado de confusión y nervios. Se arrepiente de haberle dado su Instagram a ese tipo, fue amable cuando la atendió, pero no lo conoce. Odia que gracias a sus nervios le haga hacer cosas impulsivas. Ahora no sabe qué responder. Decidió dejarlo en visto. De seguro no es un insistente. Pero nuevamente recibió otro mensaje al minuto que decía: "No te asustes, no tengo malas intenciones, lo juro".
Con eso apretó sus labios. ¿Cómo iba a estar segura de eso? De todas formas terminó por responder.
"¡Holaaa! Imagino que no sabes quién soy."
"No te dije mi nombre en la farmacia, soy Karaku, un gusto, preciosa 😘💎"
"No te asustes, no tengo malas intenciones, lo juro 😸"
"Hola... Es que no te conozco"
"Pues para eso te escribo, linda. Para conocernos"
"Gracias, pero no me interesa. Fuiste muy amable en la farmacia, pero nada más."
"Huy, parece que alguien está a la defensiva."
"Me pareciste interesante, además que tú misma me diste tu Instagram. No te obligué a dármelo".
"Ay..."
"Igual no pienso hablarle a un tipo de treinta años".
"JAJAJAJAJA ¡¿QUÉ?! No me digas que me veo tan viejo, me ofende. Tengo 22".
"En serio? Te noté viejo."
"¿Ahora estás muy graciosita, ¿no? ¿Y cuántos años tienes tú?"
"18..."
"Uff, gracias a Dios eres legal 🙏🏻".
"Ay, disculpa mis malos modales. ¿Estás mejor?"
"Un poco, aún sigo con el malestar pero sigo mejorando con los medicamentos. Gracias 😊".
"Me alegra saber eso :D"
"Sinceramente te di mi Instagram sin pensarlo..."
"Me doy cuenta. Pero sirvió para conocernos"
"¿Por qué te interesaste en mí?"
"¿Y cómo sé que no eres un loco? 🤨"
"Lo soy pero de los buenos".
"Y respondiendo a tu primera pregunta, siendo honesto, las dos veces que te vi pareciste realmente linda, y no sólo por fuera."
"Debes ser todo un conquistador, ¿o me equivoco?
"No te equivocas, pero un detalle más".
"Ni te conozco y tienes algo distinto, no sé. Eso me gusta, qué dices si nos conocemos más? :)"
"Bueno... Está bien."
"Pero me sigues pareciendo un loco."
"Jeje, te caeré bien, ¡ya verás!"
Nezuko no sabía si estar confundida o algo nerviosa por hablar con este chico de la nada. No imaginó que le fuese a escribir, pero parece buen chico, aún con su personalidad super extrovertida y coqueta.
Quizás no sea mala idea conversar con otra persona.
✩ ─── 「༻ ☪ ༺」─── ✩
Karaku exclamó un grito de victoria como si hubiese logrado el mejor récord de una competencia. Urogi no sabía si celebrar junto a su hermano o seguir sorprendido por la actitud del oji-verde, pero decidió optar por la primera opción.
-¡SIIII! Juraba que me iba a bloquear, ¡Aceptó hablar conmigo!
-Eso fue fácil. ¿Dime qué clase de miel tienes para atraer bellezas? -bromeó entre risas el oji-amarillo.
-Eso no importa. Ella no es cualquier belleza, es la belleza. Y será mi futura esposa, pero aún no lo sabe. -sonrió con aires de orgullo y confianza, Urogi sólo rió.
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