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001- It's not that bad, is it?

❝Desde el día en que me hablo, me gusto su voz
Y cuando lo mire, también me miró
Me acerqué un poquito a él, también se acercó
Y comencé a perderme en tu mirada❞

























—¡Kailani Aaliyah, nojoda! ¡Despiertate!—Gritó mi mamá haciéndome sobresaltar.—Como siempre jodiendo pa despertarte.

—Mami tu si eres rústica, erda.—Expresé pasando mis manos por la cara.

Bonito inicio de mañana, joa.

Miré mi teléfono notando que eran las cinco de la mañana, mi mamá cerró la puerta y seguramente bajó al primer piso de la casa a hacer el desayuno para todos en la casa. Me levanté de mi cama y la organicé para luego irme a bañar, como nunca podía faltar, puse musica a un volumen medio porque podía despertar a mi hermana. Luego de unos minutos salí del baño para cambiarme y ponerme el uniforme del colegio.

Si manas, colegio.

Se me olvidó presentarme, soy Kailani García, un gusto. Tengo mis poderosos diecisiete años, casi dieciocho, o sea ya casi soy legal bebés. Estoy en el último grado, ya casi pa graduarme de esta mierda y largarme del país, gracias a Jesús.

Soy más Samaria que el cayeye, más colombiana que el aguardiente, con eso ya se darán cuenta la calidad de gente que soy.

Terminé de ponerme los zapatos, me miré al espejo para acomodarme las trenzas africanas que siempre solía tener cuando no tenía mi cabello planchado o secado con la Dyson, o también definido en mis rizos, últimamente no usaba tanto la Dyson. No pregunten como conseguí que mi mamá me comprara esa vaina tan cara como lo es la Dyson, ni yo misma sé. Me puse un brillito hidratante en los labios, agarré el bolso para apagar la luz de mi cuarto y salir volada a desayunar mientras me acomodaba mi reloj en la muñeca izquierda.

Metí mi teléfono en el bolsillo de mi uniforme, que es parecido a un vestido, pero sin ser vestido. Saludé a mi mamá con un beso en la frente, ya que yo soy más alta que ella, noté que me había hecho deditos con queso de desayuno.

—Ajo mami, te luciste hoy.—Dije mientras agarraba el plato, ella se echó a reír.

Me senté en la mesa a comer mientras veía tik tok cuidando que la hora no se me vaya a ir y vaya a llegar tarde a esa mierda porque mano, me mato.

—Cuando vengas del colegio me despiertas Lani, te tengo que mostrar algo.—Mencionó mi mami, asentí mientras tragaba lo último que me quedaba del dedito.—Ve con Dios.

—Amen, ma.—Le di un besito en la mejilla y me dirigí al lavaplatos.

Lavé el plato para luego lavar mis dientes, eran las cinco y media de la mañana, tiempo perfecto. Mi papá bajó del segundo piso y me abrazó, agarró las llaves de la moto y salió, yo apagué las luces de la cocina y el patio para salir detrás de él con rumbo al colegio.

Marica, motoooo.

Motomami, motomami.

No podía esperar a llegar al colegio, mis amigas tenían tremendo chisme que contarme y aja, yo no me podía perder esa vaina, porque siempre habían cuentos bomba que una quería saber. Después de veinte minutos llegamos, me despedí de mi papá y entré finalmente a la cárcel, digo, colegio. Saludé a una de las mujeres que cuida la entrada, esa señora es full amiga mía, me cae bien y otras veces mal porque es como muy antipática la bicha.

Me dirigí hacia donde estaba mi salón para dejar mi bolso fuera y encontrarme con mis amigas. Luego de un largo fin de semana, siempre habían cosas que contar, como cosa rara, Ariana estaba sentada sola esperando que llegáramos.

Ella siempre era la primera en llegar.

—Dímelo bebé, ¿Cómo estás?—Hablé, captando su atención haciéndola sonreír.

—Holis, ¿Bien y tu?—Dijo mientras me abrazaba.

Me senté en el suelo a su lado, cruzando las piernas como un indio, ella me sonrió como siempre lo hacía. Admiraba el cabello rizado de esa nena, se los juro que lo hacía, era súper lindo y tenía un volumen.

El cabello que toda latina querría tener.

Empezamos a hablar de cosas triviales, noté la hora dándome cuenta que eran las seis y diez, Isabella venía llegando como cosa rara a esta hora, cuando ya el colegio estaba más lleno. Todas estudiábamos en un colegio solo de niñas, pero sin importar éramos incondicionales y siempre reales.

Isabella también era pelirizada, solo que ella adoraba su volumen, era tierna y adoraba leer, esa mujer te podía salir con unas vainas que tú nunca te ibas a aburrir.

—¡Hola mis amores!—Exclamó ella al llegar donde estábamos nosotras.

Dejó su bolso y su termo a un lado para venir a saludarnos con un abrazo, se sentó con nosotras y empezamos a hablar a la espera de las demás. María y Mariana, ambas llegaron al mismo tiempo faltando solo cinco minutos para que nos tocara ir a los "buenos días" generales.

Debo admitir que si no me dormía en esa vaina, me la pasaba hablando.

Mariana apenas estaba aprendiendo a aceptar su cabello tal y como era, por la influencia que teníamos Ari y yo en ellas, siempre éramos de cuidar nuestros rizos aunque yo no tanto por el uso de calor en mi cabello, igual lo protegía a muerte aunque llevase las trenzas africanas puestas. María también estaba aprendiendo a amarse, aunque no sé que imperfecciones se encuentre ella a si misma, es hermosa tal y como es. Eso sí, con ella jamás te va a faltar una buena carcajada, porque sale con unas cosas que uno queda loco.

Nos sentamos en círculo a hablar lo que quedaba de tiempo, luego fuimos a formarnos en las filas de nuestro curso, 11B, el mejor de todos, si me permiten opinar.

La media hora más aburrida de mi existencia, repasé tres veces para el examen de sociales, me conté los dedos de las manos como cinco veces, Mariana me hizo cariñitos con sus uñas en el brazo como otras tres veces. Marica, ya no sabía que hacer, tenía un sueño que pareciera que fueran dos, no podía más mano.

Y las coordinadoras no dejaban de hablar de vainas ahí que uno ni bolas le paraba, que estrés tan...ush.

No quiero ser guache tan temprano en la mañana.

Mi reloj vibró, pues estaba conectado a mi teléfono, seguramente mi mejor amiga me había contestado los mensajes que le había dejado por la mañana después de despertarme, es una costumbre que tengo, darle los buenos días porque ella está muy lejos de mi como para dárselos personalmente.

Finalmente luego de cuarenta y cinco minutos de pura habladera, nos fuimos pa clase. La primera hora la teníamos con informática así que subimos al segundo piso del colegio, lo bacano de ese salón es que tenía aire, porque en este hueco de ciudad llamado Santa Marta hace un calor horrible. Al sentarme al lado de Ari, saqué mi teléfono para responderle a mi mejor amiga, cuidando que la profesora no me dijera nada porque aquí en este colegio no se permite tener los celulares afuera. Revisé la parte de adelante de mi bolso para buscar mis audífonos rezando que estuviesen cargados y así fue, le ofrecí uno a Ari y mientras hacíamos el trabajo que la profesora nos había dejado, escuchábamos Nuqui de Choquibtown.

Día pa largo y este.

Una de la tarde y me encontraba recostado en mi cama luego de una larga jornada de entrenamiento en la mañana con el Real Madrid. Teníamos partidos próximos a jugar y tenía que estar concentrado, pues no llevábamos una muy buena racha que digamos.

Me frustraba, porque además de ello, se me dificultaba en las entrevistas que me hacían los periodistas, quería responderles en español, pero es tan pobre mi manejo del idioma que solo haría el ridículo intentándolo.

Recibí una llamada por parte de Camavinga, mi compañero de equipo y últimamente mi amigo.

¿Cómo estás, Jude?—Escuché su voz a través de la línea, me hablaba en inglés ya que sabía que era más fácil para mí.

¿Bien y tu? ¿Que estás haciendo?

Nada, realmente nada. Le pregunté a Rodrygo y a Fede si les gustaría venir, no pude cohibirme de llamarte a preguntar si querías venir.—Habló él.

Seguramente jugaríamos FIFA o algo parecido. Esos siempre eran nuestros planes. Quizás también invitarían a Vinicius Jr, quien es un muy buen amigo y siempre te saca carcajadas.

Ah y las hermanas de Rodry y Fede vienen también, puedes venir con Jobe si quieres.—Sonreí ante la mención de mi hermano menor.

Jobe está ocupado con su novia, hermano, así que solo iré yo.—Respondí levantandome de la cama para dirigirme al baño.—Llego en media hora.

Colgué la llamada para tomar una ducha y luego cambiarme para algo sencillo, no haríamos mucho y si surgía un cambio, seguramente Camavinga me avisaría.

Bajé al segundo piso de mi casa para buscar mis llaves y salir directamente hacia la casa de Eduardo. Noté el vacío que había en esta y la soledad que sentía, pues mi madre estaba en Inglaterra y bueno, yo estaba solo.

Tomé las llaves del Porsche negro que me había comprado, ese era el carro de mis sueños, junto con las llaves de mi casa. Salí sin antes ponerle seguro a la puerta y me dirigí hacia el coche para subir y dirigirme a la casa de mi amigo.

Conocía a las hermanas de la mayoría de ellos, por ejemplo a Pia, quien era también mi amiga al igual que su hermano. Ella es alguien agradable y siempre tiene consejos de moda para darte, es mujer, sabe de lo que habla. Sofía era una tía maja, daba mucha risa cuando los idiomas se le cruzaban, ya que no lleva mucho tiempo de haber aprendido a hablar español.

A veces me pregunto si yo sueno así cuando cruzo el inglés con el español.

Melissa Valverde, la hermana de Fede, también es deportista y le gusta la vida sana. Me cae bien porque siempre nos da consejos de como manejar la presión de las redes y las preguntas invasivas de los medios, lo cual me sorprende ya que ella jamás ha estado bajo el ojo público y no tendría manera de saber cómo se siente eso.

Mientras estaba en el semáforo, decidí poner algo de música, no muy alto pues me desconcentro, pero igual para ambientar. Puse 21 questions de 50 cent, mi canción favorita. Tararee su melodía mientras manejaba, movía mis dedos en el volante del coche hasta llegar a la casa de Camavinga, que no quedaba muy lejos de la mía.

Acomodé mi coche en el parqueadero subterráneo de la casa del antes mencionado, para luego meter mis llaves en mis bolsillos, agarrar mi teléfono y dirigirme a la entrada de la casa de Eduardo. Toqué el timbre, siendo recibido por una risa feminina, reconociendo que era la risa de Pia.

Hola Jude, ¿Cómo estás?—Preguntó ella en inglés, agradecí el gesto silenciosamente.

Muy bien Pia, ¿Tu como vas?—Respondí pasando a un lado de ella.

Cerró la puerta y caminó a mi lado hasta llegar a la sala, donde se encontraban otros jugadores del Real Madrid. Tales como Arda Güler, Rodrygo y su hermana, Vinicius, Fede y su hermana, obviamente estaba Camavinga.

—¡Jude, hermano!—Me saludó Vinicius.

Se levantó a darme un abrazo y yo correspondí. Detrás de él, vinieron el resto de personas que estaban en la sala de Camavinga.

Nos pusimos a jugar fifa como siempre mientras las chicas hablaban de cosas de chicas. Arda era mi contrincante y estaba dispuesto a ganarle solo para mantener mi orgullo. Una sonrisa burlona se instaló en mi cara al notar que le había hecho un gol al menor, todos nos reímos, hasta él, sabiendo que le estaba ganando.

Era un ambiente festivo, desde que fiché por el Real, ellos habían sido muy amables conmigo y me habían incluido en todos sus planes para no hacerme sentir desplazado. Dejar Inglaterra y el Borussia Dortmund nunca fue fácil para mí, porque fue el primer club con el que destaqué, de hecho, estando en el Dortmund jugué mi primer mundial hace ya casi dos años, no podía no estar agradecido con el club.

También estaba agradecido con los chicos por incluirme en todo lo que hacían, porque gracias a ello pudimos formar una muy bonita amistad, que sabía que podía contar con ellos siempre.

Los consideraba unos de mis mejores amigos.

—¡Mami, ya llegué!—Avisé con un pequeño grito mientras dejaba mi bolso tirado por ahí.

Marica hace unos días hice un examen de biología y yo estaba creída que lo había perdido.

¿Ustedes creen que yo gané ese examen? Ni yo misma me puedo creer esa vaina, impresionante.

Fui a la cocina a revisar que había hecho mi mamá de almuerzo, me encontré con su majestad, el arroz con queso. Vaina pa sabrosa, nojoda.

Sentí los pasos de mi mamá bajar las escaleras mientras ponía el plato en la mesa, era la una y media de la tarde, hacía un calor infernal, el uniforme me molestaba. Mejor dicho, tenía de todo.

Mi mamá se acercó a mi y me abrazó, dándome un beso en la mejilla. Sonreí al verla, esa mujer siempre será mi pilar para avanzar, por ella es que hago todo lo que hago con convicción de que lo haré bien.

Me senté en la mesa mientras ella daba vueltas para arreglarse e ir a trabajar, le tocaba salir a esta hora. Me acordé que ella tenía que decirme algo, así que tragué el arroz y hablé.

—Ve mujer, ¿Tu no tenías que decirme algo?—Pregunté mirándola.

Ella se dió la vuelta y noté que tenía algo entre sus manos, ah bueno.

—Lo que pasa es que tu papá y yo te vamos a dar un regalo de cumpleaños que vas a adorar con tu existencia.—Respondió ella, fruncí el ceño confundida, mi mai se acercó y me entregó un sobre.

Que no esté preñada otra vez, que no esté preñada otra vez.

Abrí el sobre, encontrándome con boletos de avión, primeramente a Bogota, ya iba a protestar cuando mi mamá puso una cosa sobre la mesa que me hizo abrir los ojos como platos. Mi pasaporte colombiano.

Miré los otros boletos que decían, "origen: Bogota, Colombia. Destino: Madrid, España".

Jueputa.

Dejé el sobre en la mesa para procesar todo, mi mamá me miraba expectante sobre mi reacción ante el regalo que tenían porque iba a cumplir dieciocho, básicamente, legal. Abrí el pasaporte encontrándome con esa foto donde salgo apoteosica nena, espero salir así en la foto de la cédula porque si no, me puedo es estar matando.

Sin sentirlo, las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas, me levanté para abrazar fuertemente a mi mamá mientras repetía millones de veces la palabra "gracias".

Mi mamá correspondió riéndose ante mi reacción, ¡mano, voy pa España!
Me separé para limpiarme las lágrimas y con una sonrisa ella me indicó que viera cuando tenía que irme, me di cuenta que era este fin de semana.

Ñerda, ¿Y como hago con el colegio?

—Mami, ¿Y el colegio? ¿Cómo hago?—Pregunté mordiendo mi labio.

—Ya yo arreglé todo eso allá, tu ve y disfruta tu viaje.

Sonreí para volver a abrazarla.

Madrid, espérame, nojodaaa.

Author's Note 💕

Bienvenidos a este nuevo y bonito proyecto, me obsesioné terrible con Jude, así que quise hacerle un libro porque se lo merecía, espero les guste mucho.

-With love, Danna 💗

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