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Miré a Percy antes de que avanzáramos hacia Ares.

— Te reto a un combate

¿En qué estaba pensando ahora?

— ¿Qué? - preguntamos todos

— Uno a uno, pero yo pongo las condiciones.

— No - ¿Él iba a creer que lo dejaría solo luchando con un Dios? - Dos a uno, es justo considerando que peleamos contra un dios.

Una mirada lo dijo todo, nos teníamos el uno para el otro y él no me dejaría sola, al igual que yo con él.

— Si te hacemos sangrar primero, nos quedamos con el rayo y entregas el yelmo.

Ares solo se reía como maniático.

— Sé que suena ridículo, pero, tus risitas guárdatelas. ¿Aceptas?

— Saben que es su funeral, ¿no? Aunque no quede claro, no habrá funeral. Cualquier rastro de ustedes deja un rastro en mi plan, y eso no me sirve.

La muerte era tentadora, pero no gracias.

— Pero no era tu plan, ¿verdad? Era de Cronos. Fue su idea inculpar al hijo de Poseidón, robar el yelmo y el rayo para iniciar una guerra. ¿Así llego a ti? ¿Por tus sueños?

— Los dioses no sueñan, hombrecito, y nadie le dice al dios de la guerra cómo empezar una pelea.

— ¿Entonces por qué la idea no se te ocurrió a ti? Yo ya lo había dicho, por algo no eres el dios de la inteligencia

Ares parecía estar a unos segundos de fulminarme con su mirada, literalmente. Parece que atacamos en el ego de alguien.

— Ady, no es necesario que hagas esto - me miró Percy, tratando que diera un paso atrás a mi idea.

— Estamos en esto, ¿vale? Tú me cubres la espalda y yo la tuya...

— Veo que aquí los tenemos nuevamente en la playa, ahora veamos quién muere primero - sonrió petulante Ares.

Invoque mi espada y sentí como si mi fuerza se multiplicara, la bendición de Afrodita... gracias abuelita. ¿Y empezaba a escuchar una música de fondo? Hacía que la pelea sea más épica, gracias Apolo.

Un mandoble fue dirigido a nuestras cabezas, pero logramos esquivarlo rápidamente. Lo ataqué con mi espada, pero Ares era igual de veloz que yo, desvío con mucha facilidad el golpe que debería haberle dado directamente en el estómago. Quería apuntar a su cabeza, pero no llegaba a esa altura.

— Nada mal

Por más que lo atacara, desviaba el ataque, excepto una vez que con mi espada logre rasguñar su polo. Mala idea, el dios me termino lanzando por los aires, iba a caer de pie asique hice un mortal hacia atrás y luego me deje caer al suelo.

Ares atacaba a Percy mientras que él solo lograba defenderse, hasta que el dios de la guerra lo golpeo en el estómago, provocando que el rubio se cayera. Con mi novio no, Ares.

El dios parecía un maniático, arrastraba por la arena a ojos bonitos, aproveche eso para atacarlo por la espalda, pero él giró hacia mí. Ambos peleamos mano a mano, nos atacábamos mutuamente y no lográbamos herirnos, le di suficiente tiempo a Percy para que lograra recomponerse y que lo atacara. Pero parecía que Ares conocía perfectamente nuestros movimientos, como si estuviera un paso adelante de nosotros y supiera exactamente donde atacar y cuando hacerlo. Con una distracción, me araño la mejilla, antes de lanzarme de cara a la arena mojada. Eso sí dolió.

Ares tomo a Percy del polo, quitándole su espada y tirándolo fuertemente al suelo. Trate de levantarme pero no podía. El dios le dio una patada, llegando hacia mí. Una energía llena todo mi cuerpo y me levanté. No iba a dejar que un dios estúpido con un ego que llegaba hasta el Olimpo nos diera una paliza.

De alguna manera, logre manipular la sombra de Ares, rodeándolo con ella. Pude ver la confusión del dios y eso me hizo sentir más... poderosa.

— ¿Qué mierda?

— Ustedes no saben de qué soy capaz y no quisieran saberlo - sonreí

La sombra lo seguía cegando y a pesar de que él trataba de apartarla, ahí estaba. Las sombras no pueden desaparecer. Era muy divertido. Me detuve cuando detrás de nosotros había un muro de dos metros.

— Te lo advertí, si no tenías cuidado descubrirás quién soy - sentenció Percy

Ojos bonitos me acerco a él rodeando mi cintura con su brazo antes que el agua ahogara al dios. Ares terminó maldiciendo y escupiendo algas. Aterricé frente a él y le di un golpe en la cabeza, bueno... no, le di varios puñetazos en la cara.

Se dio la vuelta a tiempo de levantar la espada, pero esta vez estaba desorientado y no se anticipó a que Percy clavara la punta de lapicerin en el talón.

El icor empezó a brotar mientras Ares me miraba con un ¿temor?... en sus ojos. La pelea había terminado.

— ¿Están bien? ¿Están heridos? - pregunto Grover

— Y pensaba que eras solo un niño - sonrió Annie - Sabía que lo harías, Ady

— ¡Sí! Eso fue tan genial. ¿Quieren saber qué han ganado hoy? Un enemigo por todas sus vidas. Felicitaciones, por su maldición... cada vez que alcen su espada en batalla, se acordarán de mí.

— Ay, herimos el ego de alguien, qué pena. El primer dios que me maldice en la lista, la pregunta es ¿cuál será el siguiente?

En mi opinión, sería Zeus, siempre odié a ese tipo.

No me di cuenta cuando el Dios empezaba a transformarse, por suerte Percy me tapo los ojos.

— ¡No miren su verdadera forma! - alertó Grover

En la arena estaba el yelmo de Hades, era muy bonito.

— Es el yelmo de Hades - dijo Annie antes de recogerlo

Alguien llamaba a Percy desde la cabaña, todos lo seguimos un poco más atrás para que tenga tiempo de estar con su mamá; sin embargo, la que estaba ahí era Alecto.

— Hades te envió a recuperarlo, ¿no es cierto? Esa ha sido tu misión todo este tiempo.

Ojos bonitos puso el yelmo en la mesa, entregándoselo a la furia.

— ¿Qué haces?

— Cumpliendo mi parte del trato. Dile a Hades que espero que haga lo mismo, por favor.

— Buena suerte en el Olimpo. Quizá aún quede un mundo al que tu mamá pueda regresar

— Qué negativa es... Espera. ¿Qué quiere decir con suerte en el Olimpo-? No

— Debo de hacerlo, Ady

— La misión fracasó. No cumplimos el plazo - le replicó Annabeth

— Esto es más grande que la misión. Antes de irme, Quiron me dijo que la última guerra en el Olimpo dio inicio a la Segunda Guerra Mundial. Hay que lograr que Zeus cancele la guerra. Devolver el rayo es la única manera de llamar su atención.

— Percy, no quieres la atención de Zeus

— Debo contarle sobre Cronos. ¿Viste lo asustado que estaba Hades ante la idea de que Cronos volviera? Zeus debe saberlo. Llevarle el rayo podría hacer que me escuche.

Hades... nos quedaba una reunión del té pendiente, si el mundo no estaba en guerra para eso.

— Percy...

— Ustedes deben de ir al campamento. Ahora que sabes para quién trabajan Ares y Clarisse, deben advertirle a Quiron

Seguía con la idea de que Clarisse no era la culpable. No podía creerlo... ¿Me había convertido en una defensora de Clarisse? ¿QUÉ ME ESTABA HACIENDO ESTA MISIÓN?

— Zeus te matará, ojos bonitos.

— Entiendes eso, ¿verdad? Ya sea porque aún piense que robaste el rayo o porque eres un hijo prohibido. Zeus nunca te dejará salir vivo del Olimpo

— Me cansé de huir de los monstruos. Esto es demasiado importante, debo intentarlo.

Qué terco era este niño, pero tenía razón.

Annie le dio su collar.

— Vas a necesitar toda la suerte posible. Considéralo como Atenea y Poseidón en paz.

Qué bonita amistad tenían, prefería que se quedaran así para siempre en vez de escuchar sus peleas.

— Yo iré contigo - sentencié

Todos me miraron extrañados.

— Adhara, tú tienes que volver y-

— Me vale un comino si tengo que volver o no, Percy. Yo voy a ir contigo, no te voy a dejar solo con Zeus, y quien sabe si regreses vivo, yo voy a acompañarte.

— ¿Y no hay nada de suerte que me des? - me miró sonriente

— Solo vámonos, ojos bonitos

Nos despedimos de nuestros amigos y fuimos hacia el olimpo.

— Brujita, ¿por qué tus ojos se tornaron negros? - me pregunto Percy mientras caminábamos por la arena

— ¿De qué hablas?

— Cuando hiciste, lo de las sombras, ¿cómo hiciste eso?

— No tengo idea de lo que hablas, ojos bonitos, y tampoco sé cómo hice eso, solo lo hice.

Él se quedó en silencio durante un largo tiempo.

— ¿Sigo sin tener algo tuyo de buena suerte?

Me miró con sus hermosos ojos de cachorrito, por dios, ¿por qué era tan difícil resistirse?

Le di un beso en la mejilla, era algo de buena suerte. No le podía dar mi collar, necesitaría mi espada para cuando amenace a Zeus.

— Mejor que nada - susurro a lo que le di un codazo.

Percy no pudo disimular su sonrojo, parecía un tomate. Supongo que ninguna chica le había dado un beso en la mejilla.

— Brujita, ¿cómo llegaremos al Empire State? No tenemos ni un centavo - habló ojos bonitos después de un tiempo

— Tengo una idea

Gracias, Chase, por las clases de teatro.

⁂

En el Olimpo, las cosas estaban muy ajetreadas.

— ALERTA, ESO NO ES UN SIMULACRO - gritó Afrodita mientras trataba de esconder todas las decoraciones que pusieron por la pareja de los dos semidioses.

— Dita, ¿qué hago con mi polo de "ADHERCY FOREVER?" - pregunto dramáticamente Apolo

— Guárdalo para cuando se vayan

Todos miraron mal a Zeus cuando pasó, si él les hacía algo a la pareja favorita del Olimpo, se desataría una guerra.

Pronto, todos notaron la llegada de Ares, quien había sido humillado por los dos dioses. El dios de la guerra pasaba muy molesto quemando cualquier pancarta en donde se mencionara a Adhara y Percy.

— Amigo, buena paliza que te dieron esos niños - se rio Apolo

— Calla, homosexual - le grito Ares

— Ay, si soy, pero Adhara tenía razón... a alguien le lastimaron su EGO

Todo estaría bien mientras nadie aplastara el botón de ADHERCY, que lo pintaron de rojo. ¿Quién presionaría un botón rojo?

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Holi, ¿Cómo están?

Espero que les haya gustado <33

Sé que este capítulo es corto, pero el momento en el que Adhara llegué al Olimpo necesitará su propio capítulo. 

Si yo no suelto este fic, ustedes tampoco.

No se olviden de votar y comentar que me ayudaría mucho <333

PDT: ADHARA >>> 

No saben cómo amo a esa niña.