𝟎𝟎𝟔┆𝕴 𝖕𝖚𝖓𝖈𝖍𝖊𝖉 𝖆 𝖌𝖔𝖉
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Iba a saltar. No me importaba en lo absoluto si moria en el proceso, con tal de saber si seguía vivo. Solo le rogaba a Afrodita y a mi madre, quien fuera que sea, que hagan algo para salvarlo, que le digan a Poseidón que lo salve.
La madre de los monstruos había desaparecido y estaba preparándome para saltar.
— ¡ADHARA! - me grita Annabeth, corriendo a evitar que salte - ¿En qué estabas pensado?
— Suéltame, Annie, Suéltame - lloró - Él no puede...
Simplemente, la palabra "muerto" no salía de mi boca.
— Chicas, creo que es mejor irnos - nos dijo Grover asustado al oír como los oficiales de policía se acercaban
Annabeth me ayudo a bajar, toda la policía estaba alrededor interrogando y averiguando que es lo que había pasado. No es cosa de todos los días que un monumento empiece a "incendiarse" y que este ¿roto?
No podía pensar con claridad en ese momento. Él tenía que estar vivo, porque no podía aparecer en mis visiones hasta mucho después si estaba muerto, ¿no?
"Pero el destino puede cambiar a veces, Adhara" me decía una voz en mi cabeza, la cual no estaba ayudando mucho en el momento. Y para la cereza del pastel en la situación, las moiras nos miraban mientras cortaron un poco de lana, es decir, una vida. Gracias, quería saber si alguno de mis amigos iba a morir.
— ¿Qué estaban viendo? Métanse en sus propios asuntos - le grité a las tres ancianas a lo cual todos los presentes me miraron mal
— Nos están viendo ahora, Ady - murmuró Grover
— Vamos, busquemos a Percy - sentenció Annie - Está vivo, lo sé
— ¡Percy! - gritábamos los tres, intentando de buscarlo
Lo vi, a lo lejos... saliendo del agua y subiendo por donde sea que estábamos.
El corazón se me detuvo por un instante, era él y estaba vivo, no muerto, ni descuartizado, ni papilla, sin una sola herida.
Se veía como siempre solo que con su hermoso cabello mojado que lo hacía lucir un poco más oscuro, su piel había vuelto al color natural y sus ojos seguían teniendo el mismo brillo atrevido y divertido.
— Hola, miren lamento haberlos empujado por las escaleras. Hasta escucharme decir eso suena muy mal, pero yo... sabía que no estarían de acuerdo y no había suficiente tiempo - estaba explicándose
Annabeth y Grover caminaban hacia él mientras yo me queda inmóvil desde el lugar que lo había visto. ¿No estaba soñando?
Antes de que pudiera terminar, corrí hacia él, abrazándolo, mientras lagrimeaba un poco.
༉‧₊˚✧
Adhara me había abrazado, repito, ADHARA ME HABÍA ABRAZADO. ¿Acaso esto era la recompensa de los héroes?
Sus brazos me rodearon e inconscientemente la abracé, guardando todo este recuerdo en mi memoria. Pude sentir el olor de su perfume, uno de vainilla y fresas, olía muy bien, a decir verdad, era uno de los dulces y suaves que había olido en toda mi vida. Ahora se notaba un poco más la diferencia de altura entre nosotros, la perfecta para los abrazos. Su cabello era tan suave y sedoso como aparentaba, no había duda de que era pariente de Afrodita.
— No llores, bruja - bromee, haciendo me mirará dándome una de esas estúpidas sonrisas que tenía.
Parecía que había llorado toda la noche, aun así, lucía hermosa, era una de las pocas personas en el mundo que lucía bien mientras lloraba. Le limpié sus lágrimas sin quitar mi vista de sus hipnotizantes ojos, ¿ya dije que lucía hermosa?
Inesperadamente, ella me hizo un cabe en el pie, provocando que me caiga fuertemente.
— No te atrevas a volver a hacer una estupidez como esa, Perseus Jackson - me amenazo con una rama en el cuello
¿Cómo alguien podía verse amenazante, tierna y linda al mismo tiempo?
Ella me dio su mano para ayudar a levantarme. No lo necesitaba, pero quería agarrar su mano.
— Asique no estás tan muerto como pensamos - dijo Grover sacándome de mis pensamientos
— Sorpresa
— ¿Qué ocurrió? - preguntó Annabeth
— Versión corta, tenemos que ir a Santa Mónica
— ¿Qué, ahora?
— Me encontraré con mi padre allí. Nos ayudará - sonreí
— Bueno. Solo hay un problema con este plan. La policía piensa que estrellamos un tren de Amtrak y que luego hicimos eso - señaló al arco
— ¿La policía nos busca? - pregunté
— Sí - asintió Ady
— ¿Eso no nos dificultará subir un tren o un autobús? ¿O cualquier cosa que nos lleve?
✧*・゚*
Caminar. La única solución era caminar, lo cual es aburrido y agotador; sin embargo, en las cosas perdidas del monumento había unos casetes con música, según Percy, y pude escuchar algunas canciones en el camino.
— Percy, ¿cuál es esta canción? - le pregunte mientras escuchaba una canción que se volvería mi obsesión durante los próximos meses
Él agarró uno de los audífonos del casete y sonrió al escuchar la canción.
— ¿Buena, no? Es There is a Light that Never Goes Out de The Smiths, sale en 500 days of Summer
Empecé a cantar un poco la canción, mi parte favorita:
And if a double-decker bus
Crashes into us
To die by your side
Is such a heavenly way to die
Sonreí mientras cantaba y él me miró mucho tiempo. Ni me puse a ver el significado de letra porque solo disfrutaba la música, pero espero no haberlo insultado.
Sacudió ligeramente su cabeza y ojos bonitos empezó a hablar.
— Oigan chicos - pausé la canción por un momento - Creo que esta misión podría ser más difícil de lo que pensamos. Estuve pensando. Yo no robe el rayo maestro. Ustedes no lo robaron. Estamos muy seguros de que Hades lo tiene, pero no pudo haberlo robado él mismo. O sea, ni siquiera sabemos quién lo robo o por qué o cuán lejos llega esto.
— Ojos bonitos, tienes que ver más la situación - le dije
— Soy el último en darse cuenta de esto, ¿no?
Todos asentimos.
— Está bien, quizá cuando empezábamos, no estaba tan involucrado en esto, pero desde lo del río... todo se siente diferente de alguna forma. Me salvo, mi papá. Supongo que nunca pensé que él haría algo así por mí. Quizá tenga que tomarme las cosas más en serio.
— Hasta que te das cuenta - suspiré
— Un carro - dijo Grover al notar como algo se acercaba
— No es un carro, es una motocicleta - lo corrigió Annie - Dejemos que pase. Vamos
Todos nos escondimos detrás de unos ¿muros?
— Solo digo que no solo intentamos recuperar algo. Puede que tengamos que actuar como detectives
— Como Dora, la exploradora. Una vez le cortamos el pelo a Azami y Lucy dijo que parecía Dora, la exploradora y que era una detective - dije recordando a Zami, seguro estaba comiendo algunas fresas con sus amigas, se llevaba muy bien con las hijas de Ares.
— Sí - suspiró Annie
— ¿Por qué actúas extraño conmigo otra vez? Pensé que no lo haríamos más
— No actuó raro - le respondió Annabeth
— Sí. Has estado actuando así desde que nos fuimos del arco. — la miró por unos segundos tratando de comprender que pasaba - Oh, lo entiendo. No tienes que sentirte mal por eso. Si también me querías dar un abrazo, lo hubieras hecho.
— Por los dioses - suspiro ella
— Eso es lo que hacen los amigos, al menos eso creo.
— Vi a la Moiras. Allá en el arco vi a las tres Moiras y vi a Átropos cortar un trozo de hilo
¿Era hilo?
— Yo les grité, mucho miraban, lucían raritas - añadí
— ¿Y eso es malo o...?
— Las Moiras tejen el hilo de la vida de todo ser viviente, ver un hilo cortado... — le explico Grover
— Significa que uno de nosotros va a morir
— Todos moriremos en algún momento
— Eso ya sabemos, se refiere, a que uno de nosotros va a morir pronto. Es una advertencia de riesgo de muerte - comenté
— A ver, chicos, tenemos que hablar sobre eso de la Moiras. Tres ancianas con un ovillo de lana no pueden saber lo que pasará. Lo que elijo hacer, modifica lo que va a ocurrir y puedo elegir hacer lo que sea que... quiera
La moto estaba sonando detrás de nosotros, frecuentemente. Raro.
— ¿Necesitan ayuda? - dijo un señor
Todos nos levantamos para ver quién era. Parecía un señor adulto con vibras de chico malo y con una casaca de cuero que se veía muy desgastada, le quedaba bien, pero se podría comprar otra.
— ¿Perdona?
— Pregunte si necesitan ayuda
— No, no. Estamos bien - contesto el sátiro - Aunque gracias por preguntar. Adiós
Nos volvimos a esconder en el mismo lugar.
— No se ven muy bien.
— No necesitamos nada de usted - le respondió Annie
— ¿Seguros? Porque están muy atrasados
Los cuatro nos levantamos ante lo que dijo. Era un monstruo.
— El solsticio de verano es en pocos días. Y aunque me encantaría que estalle una buena guerra, como su primo mayor, siento que quizá los pueda ayudar.
— ¿Qué dijo? - no podía creerlo...
Primero nos encontramos con Medusa, genial. Luego con Equidna, eso ya es mucha clase de historia por el momento y ahora ¿ARES?
— ¿Primo?
— Ares – le aclaró Annie a ojos bonitos
— Tú debes ser la hija de Atenea. Siempre tienes que ser la más lista del grupo
— Señor Ares, yo no tengo ningún problema con usted, pero... ¿Por qué quiere ayudarnos? - cuestione amablemente
— ¿Cómo sabes qué estamos haciendo aquí? - pregunto Annabeth
— Porque estoy haciendo lo mismo que ustedes exactamente. Zeus envió a todos sus hijos en busca del rayo maestro. Miren, tontos, tengo hambre. Hay un restaurante algo decente en el camino, si quieren mi ayuda, ahí estaré. No pierdan el tiempo. No esperaré por siempre - nos respondió
Y se fue. Pero sí esperaría a Afrodita miles de años.
— ¿Ese es mi primo? ¿Qué tipo de familia es esta?
✧*・゚*
Pronto, los cuatro llegamos a un restaurante de comida rápida y supimos que estaba Ares ahí cuando oímos una risa poco discreta, ni culparlo, me reía igual.
— Supongo que es aquí
— Espérenme un momento, inicio una pelea en Twitter.
— ¿De quién? - pregunte curiosa, ni sabía que era Twitter pero seguro era entretenido
— De un actor, eso de los famosos. Ese chico siempre hace una buena polémica. No hay nada mejor que empezar una pelea a la antigua que enfurezca a todos. Bien, listo.
— Entonces su misión va a fallar. Pregúntenme cómo lo sé.
— ¿Cómo lo sabe? - dije siguiéndole el juego
— Para empezar - él mostró algo en su ¿teléfono?
Un señor muy feo hablaba en televisión de Percy victimizándose, claramente.
— ¿Quién es él?
— Mi padrastro. ¿Qué hace?
— Espera - contesto Ares
Le hacían preguntas sobre si Percy tenía algo que ver con la desaparición de su madre y sobre lo del arco, él solo seguía victimizándose y haciéndose el sufrido, daban ganas de matar a ese tipo de gente.
— Loco, ¿no? El FBI ya está difundiendo tu foto
El padrastro de Percy solo lloraba por su carro, qué tipo más patético.
— Lo voy a matar
— Qué patético - conteste al ver las estupideces que ese ridículo seguía diciendo
— Sabía que me caerías bien. — sonrió Ares - Y tú, Afrodita tenía razón, puedes robar el corazón de cualquiera
Dio una de esas sonrisas como "lo sé", ¿qué sabía?
— La probabilidad de que ustedes tres tontos vayan hacia Los Angeles sin ser arrestados son casi nulas - siguió el dios de la guerra
— Entonces, ¿qué haces aquí? Si se supone que también debes estar tras el rayo maestro, ¿no deberías buscarlo?
— No tienes miedo, ¿cierto? - Annie negó - No importa. Ya sea el rayo maestro recuperado o no, Zeus irá a la guerra con Poseidón
— No. El Oráculo dijo que, si devolvemos el rayo, no habrá una guerra - contradijo Percy
— ¿Eso dijo? ¿O es lo que Quiron dijo que ella quiso decir? Sí. Eres nuevo en la familia, joven, así que deja que te cuente cómo trabajamos. Verás, años antes que yo naciera, mi abuelo Cronos se comió a mis tíos y tías, sí. Luego mi papá hizo que los vomitara, para cortarlo un millón de pedazos y los arrojo a un abismo sin fondo. Eso marco las pautas. — explicó algo enojado - Los olímpicos peleamos, traicionamos, apuñalamos por la espada, empujaríamos a cualquiera por las escaleras para avanzar. Y por eso amo tanto a mi familia. Mi padre sabe que no recuperara el rayo con misiones o búsquedas imposibles. Sabe que se avecina una guerra y de hecho, creo que le parece bien. Creo que siente que es hora de una guerra, así que habrá una guerra.
Ares lucia muy emocionado por esto, como Azami cuando le daban un dulce.
— ¿No es grandioso? - opino alegremente el dios de la guerra
— Completaremos esta misión. Impediremos esta guerra. Dijiste que podías ayudarnos, ¿puedes hacerlo?
— Bueno. Hay un parque de diversiones no muy lejos. Deje mi escudo ahí. Recuperen mi escudo, y yo los llevaré mañana al Inframundo a la hora del almuerzo con un plan para invadir el palacio de Hades.
Hades era mi dios favorito, de los tres hermanos. Lucía más "decente" pero secuestrar a la mamá de ojos bonitos y robar el rayo maestro cambio mi idea de él. Ahora todos los dioses me caían mal. Excepto Hestia, ella no hizo nada malo, creo.
— ¿Dejaste tu escudo? ¿Qué, en el carrusel? - pregunto Annie
— La charla me pareció graciosa por un momento, pero ya me está aburriendo. ¿Tenemos un trato o tendré que matarlos a los tres para comer tranquilo? - cuestiono muy molesto
Estaba a punto de tomar unas papas fritas, se veían tan ricas...
— De acuerdo - acepto Percy
— Genial. Una condición. Realmente necesito recuperar ese escudo, asique me quedaré con dos de ustedes como garantía de que no huirán. El sátiro y una de ustedes dos.
— Bien - respondió Grover
Todos miramos a Grover negando con la cabeza.
— De ninguna manera, no nos separaremos otra vez
— Está bien. Si quisiera matarnos ya estaríamos muertos. ¿Puedo acompañarlos a la puerta y decidir quién más se queda?
Ares nos dejó.
— ¿Quién se va a quedar? - pregunto Annie
— Yo obviamente - respondí
Creí que todos suponíamos eso. Percy tenía, aunque sea una espada, Annabeth era muy inteligente, lo harían mejor que yo, que no tengo ni una rama para defenderme, porque la que tenía se rompió.
— No - negó Percy - Tú vas conmigo
— Ojos bonitos, sé que hay un gran sentido de amistad, pero no seas idiota, Annie te tiene que acompañar.
— Yo necesito que tú me acompañes - Insistió
Él empezó a hacer ojos de cachorrito, como si Azami no me los hubiera hecho antes. ¿Creía que iba a caer tan fácilmente?
— Está bien - respondí - ¿Pero estamos seguros todos que yo debo de ir?
— Ve tú - Annabeth me dio su daga - Lo necesitarás más que yo y sé que podrás hacerlo, no te subestimes.
Es cierto, sabía pelear y era inteligente, a veces, no tanto como los hijos de Atenea, pero lo era.
— Ahora vayan, recuperen el escudo. Estaremos aquí cuando regresen.
— Duerme un poco mientras no estamos, eres de las que menos durmió, Annie - le dije antes de abrazarla
— Sí - asintió
✧*・゚*
Cuando llegamos al parque acuático, ya era de noche.
— He visto muchas películas de terror, pero este parece ser exactamente el tipo de lugar que sugerirían evitar
— Nunca vi una película, ni serie, ni nada que tenga que ver con la cinematografía. — comente - Aunque si da un poquito de miedo, supongo que te creeré
— ¿Nunca? ¿Cómo que nunca? ¿Cómo "nunca jamás"? ¿Cómo "We are never getting back together, like ever"?
— Según sé solo hay un significado de "nunca", tampoco fui a una escuela.
Percy en ese momento se quedó boquiabierto.
— Bueno, si ninguno de nosotros muere en los próximos días, deberíamos de cambiar eso. Te lo estás perdiendo, excepto lo de la escuela, no te pierdes de nada interesante, solo son aburridas.
— ¿Y con qué película empezaríamos?
— Tendríamos que buscar tu género favorito, aunque definitivamente vamos a ver todos los documentales de Taylor Swift
¿Me estaba invitando a "reunión" de amigos? No solía tener reuniones o pijamadas porque si Lucy o Annie entraban a mi cabaña se darían cuenta de que no era de ahí y las votarían. Pero sonaba bien.
— Suena genial, pero primero hay que terminar con esto - suspire
Percy avanzo hacia la puerta giratoria cuando note un brillo en el mecanismo este.
— ¡Percy! No te muevas - le grité
Un ¿mecanismo? Salió de este, con varias cuchillas.
— Espera, ¿qué paso?
— Quédate, tieso, ¿está bien? - me acerque a ver el mecanismo y note de que estaba hecho, gracias, Luke por enseñarme de materiales de espadas y armas, aunque pensé que no serviría en nada - Es bronce celestial
— Fascinante, pero Adhara, ¿qué está pasando?
— Tu espada, lapicerin, está hecha de bronce celestial. Si eres humano, pasará a través de ti. En cambio, si eres un monstruo o semidiós... bueno, nada bonito pasa.
— ¿Qué hace ahí?
— Es una buena pregunta de la cual no tengo respuesta. Y no sé mucho de parques de diversiones y eso, pero este tipo de cosas no dan mucha diversión y no creo que cualquiera tuviera bronce celestial, asique suponiendo que un Dios entro a este lugar... otro Dios debió de construirlo
— ¿Qué clase de dios construye parques de diversiones?
— ¿Hefesto? No creo que su especialidad sea los parques de diversiones, pero de los dioses es el más probable que haya construido esto.
— ¿Por qué construiría un parque de diversiones?
— El nombre lo dice, por diversión, tal vez. A todos nos gusta divertirnos, a mí me gusta divertirme y a ti probablemente también - empecé a estresarme intentando de pensar en una manera de sacarlo
— Tal vez, pero no es tan divertido
— Quizá sea divertido construirlos
Mire el mecanismo, el cual no entendía para nada. Aunque una vez, unos hijos de Hefesto estaban haciendo cajita musical y el mecanismo lucio similar. Estas cosas solían repetir de movimiento...
— Avanza
— ¿Lo empujo? - pregunto Percy
— Sí, pero lentamente
— ¿Estás segura? Porque Annabeth y tú vieron a esas viejitas en la mañana y dijeron que significaba que uno de nosotros iba a morir pronto.
— Solo empuja, confía en mí, por algo me escogiste, ¿no?
Él solo me miró y asintió antes de empujar lentamente, saliendo totalmente ileso Suspire aliviada, no estaba del todo segura, pero funciono.
— ¿Qué fue eso?
— Al parecer la máquina no está hecha para asesinar, solo era para asustar, lo cual logro. Era una prueba
Empuje las barras y al salir, note como el marcador ponía dos.
— Hefesto quería saber cuándo alguien iba a husmear en su parque, no lo culpo, es mejor saber cuántos chismosos hay en tu parque. Ahora sabe que estamos aquí.
Los avanzamos por el parque. Mentiría si decía que no me asombraba con cada atracción que veía, solo vi imágenes de parques de atracciones en unos libros del campamento, lo cual hacía a la experiencia más memorable.
— ¿Todos los parques de diversiones son así? Porque este a pesar de dar miedo se ve increíble - comente - Se nota que lo hizo un dios
— Se ven similares - suspiro - Si el dios de artesanos hizo esto, ¿por qué el dios de la guerra estaría aquí? ¿No son enemigos?
— Bueno, Ares siempre sintió algo por...
— Afrodita, es la esposa de Hefesto. Bromeas, ¿la conoció aquí? ¿En el parque de su esposo? Eso está mal
— Sobre todo cuando Hefesto y Ares son técnicamente hermanos, lo que hace que la situación sea peor. De todas las diosas, tenía que ser la esposa de su hermano. Menuda familia. Los encontraron aquí y tuvieron que irse rápido. Creo que por eso le caí bien, soy la nieta de su amante.
Mientras caminábamos, una de las atracciones se encendió y no era cualquiera, era el "Túnel de amor". Espera, había un túnel y una canoa... mis visiones se estaban haciendo realidad... teníamos que entrar definitivamente.
— ¡Lo sabía! - me emocioné - Sabía que iba a pasar pronto, te lo dije ayer y pasó hoy, ¿acaso estoy manifestando mis visiones? Porque una vez tuve una visión que comía una torta azul, lo cual no sonaría nada mal para cuando termine esta misión.
No me di cuenta de lo que estaba diciendo hasta que vi a Percy y volví a la realidad, a la situación en la que vivía. Solo teníamos que encontrar ese escudo y terminar con esta misión.
— Debe ser aquí donde encontraron a Ares y Afrodita. El escudo debe estar ahí. Aunque sinceramente no lo veo a Ares entrando ahí. Solo vamos por el escudo
— Claro, revisemos el túnel del terror, ¿por qué no?
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Ambos estábamos en un silencio incómodo, Adhara jugaba con la daga de Annabeth. Por un momento, parecía que todo se había apagado y de la nada empezó a sonar conocida.
— ¿Qué está pasando? - pregunto Adhara totalmente atónita - ¿Todos los túneles del amor suenan así?
— Es la primera vez que voy a uno - conteste
— Creo que he escuchado esta canción antes. Quizá... ¿En el consultorio de un ortodoncista?
Una luz iluminó todo el túnel. Adhara y yo nos miramos procesando lo que pasaba, pero podía notar un pequeño brillo de emoción en sus ojos. En eso una animación se empezó a proyectar.
— Espera, conozco esto. Es la historia de Hefesto
— Los muñecos bailan - sonrió Adhara
— Sí - no pude evitar sonreír al verla - Hera la rechazó. Afrodita lo rechazó. Mi mamá me contaba estas historias todo el tiempo. Lo recuerdo, ella decía...
— ¿Qué decía? - me pregunto
— Decía que así es como los dioses son entre sí. Es el tipo de familia que son
— ¿Por qué no querías decirlo? Y no me mientas, Percy
— Ella pretendía mantenerme alejado de ustedes. Quizá tenía razón, quizá debió haberme preparado mejor.
— Ojos bonitos, ella te estaba preparando, al contarte todas esas historias. Lo principal para sobrevivir como semidiós es saber a qué te enfrentas y cómo es tu entorno. Así te preparo para que cuando llegara el momento de reunirte con nosotros, no terminaras siendo como ellos.
La miré y me dio una de sus sonrisas reconfortantes.
— Creo que Hefesto tuvo demasiado tiempo como para animar toda su vida con lindos muñequitos, y usando esa canción, la cual es muy buena, de hecho - comentó
De la nada, toda esa animación se apagó y caímos en una rampa y circuitos con cristales de varios colores al rededor, solo que a una gran velocidad.
Note como Adhara se sujetaba fuertemente de la canoa y me miraba aterrorizada.
— ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! - fue lo único que pude oír
Los gritos de Adhara casi me dejan sordo.
✧*・゚*
Después de mi casi muerte y la razón por la que nunca más iré a túneles en los parques de diversiones, nos encontrábamos en otro "escenario" donde había una plataforma al medio de la imitación de un monumento. Ahí se encontraba una silla de oro y una estatua de una mujer que sostenía el escudo de Ares.
— ¡Ahí está! El escudo de Ares - señalo ojos bonitos
Al frente de nosotros vimos como otra canoa se destrozaba.
— ¡Salta! - grito Percy antes de que ambos saltáramos
Intentaba de nadar, a pesar de no saber mucho. La corriente nos llevaba a direcciones opuestas. Empezaba a ahogarme un poco con el agua, trataba de verlo, pero no podía. Pronto logré verlo y trataba de llegar hacia él. Estiré mi brazo lo que más que pude para alcanzarlo, y él al hacerlo me lanzó una corriente de agua. Todo se volvió negro.
Abrí mis ojos y empecé a toser agua, respirando dificultad.
— Me sacaste del agua con tu superpoder... — dije con dificultad - ¿Eres Aquaman rubio?
— No...
— Pero tú lo-
— No lo sé... ¿Tal vez?... Aprendo sobre la marcha
Los dos nos arrodillamos mirando el escudo de Ares.
— No están aquí por casualidad, deben de estar conectadas de alguna forma, solo hay que ver cómo funciona.
Él se levantó y ayudo a levantarme. Déjà vu
— La silla, fue un obsequio con un propósito oculto. Hefesto se lo ofreció a Hera, pero en cuanto ella se sentó, no pudo levantarse. Todos los dioses lo intentaron; sin embargo, la máquina era demasiado lista, fue muy fuerte, fue demasiado, incluso para ellos. Al final, dijeron que, si Hefesto liberaba a Hera, Afrodita sería su esposa. La silla es el trato Uno de nosotros se sienta y el otro toma el escudo
— Yo lo hago - dije avanzando hacia la silla
Él me detuvo, sosteniendo mi mano.
— Espera un momento, ¿qué crees que vas a hacer?
— El que se siente en esa maldita silla, no saldrá. Creo que con la historia se entiende muy bien
— Lo sé, por eso dije que esperaras
— Tú te sacrificaste por mí en el arco, ¿lo recuerdas?, no voy a dejar que lo hagas otra vez - le respondí antes de ir a la silla
— No - otra vez me detuvo.
— No seas un idiota, Percy. No podrás evitar que te proteja esta vez.
— Sí.
— No, no lo harás. No funciona así. Las cosas no son así.
— Por eso te traje aquí - alzo su tono
— ¿Qué?
— Cuando elegí a mi equipo, le dije a Quiron que necesitaba a alguien que esté dispuesta a pelear a mi lado, sin importar qué. Sabía que esa persona serías tú, pero también te escogí porque sabía que esta misión era realmente importante para ti y que, en algún momento, no durarías de sacrificarme por el bien de los demás, eso es lo que hace un héroe, ¿no? - dio una sonrisa amarga mientras yo empezaba a lagrimear - Annabeth tenía razón, las estúpidas Moiras también. No hay manera de escapar de esto, del destino.
— No, Percy... no voy a perder a alguien más - susurré - Yo no seré esa clase de héroe
— Lo evitamos en el arco, por poco, pero quizá esto no es algo que pueda evitar por siempre
— Debe de haber una manera, siempre la hay, esta es tu misión, lo es por algo, no puedes simplemente sacrificarte de esta manera-
— ¡Detente, por favor! Ambos sabemos que eres mucho mejor en esto que yo. La misión te necesita a ti, no a mí. Lo sabes y no me puedes mentir
— Por favor, no lo hagas Percy
— Tú tienes a Azami, ella necesita que regreses con ella.
— No... no te voy a dejar hacerlo
— Créeme, ojalá hubiese otra manera de lograr esta misión - me sonrió mientras agarraba mi cara entre sus manos y me limpiaba las lágrimas - No deberías de llorar tanto, tus ojos se vuelven rojos - bromeo
Siempre lograba hacerme reír.
— No hay otra manera, ¿verdad?
— No la hay - me respondió antes darme su lapicero - Creo que le pusiste lapicerin
— Por los dioses, eres un gran idiota
— ¿Ya no me vas a decir ojos bonitos?
— No me dejarás cambiar de lugar, ¿no, ojos bonitos? - sonreí mientras lloraba
— No - me respondió con seguridad
Sabía que ambos cambiaríamos de lugar con tal de salvar al otro.
— ¿Por qué siempre te tienes que sacrificar por mí?
— Tenemos que igualar el marcador. Tú me salvaste desde que nos conocimos, deja que te salve otra vez, aunque tú sigues ganando.
Él estaba a punto de sentarse en la silla cuando volteo a verme.
— Necesito que me prometas algo
— Sabes perfectamente que no me iría del Inframundo sin tu mamá, le explicaré todo y mataré a tu padrastro por ti.
— Gracias - me sonrió con lágrimas en los ojos - Iba a decir que cuando termine esta misión, ¿podrías volver a tratar de sacarme de esta cosa?
— Me ofende que siquiera lo dudes, ojos bonitos
— Solo me aseguraba
Fui a abrazarlo, tratando de recordar todo lo que pueda de ir, para que refugiarme en este recuerdo.
Lo solté y él se sentó en la silla. El mecanismo se empezaba a activar.
— Esto es raro. Es... tibio - comento Percy
Yo solo lo lloraba sabiendo lo que pasaría.
— No llores por favor - me sonrió amargamente
En eso, una clase de oro empiezo a rodearlo. Mierda.
— Percy, esta es una mala idea. Párate en este instante
— No puedo
— Percy, párate, por favor, te lo ruego.
— Está bien
— No está bien
— Estoy bien, estoy bien, estoy bien - me repetía mientras ese maldito oro lo cubría completamente - Estoy-
Él tenía miedo, pero a pesar de eso trato de calmarme. Cuando él se convirtió en una estatua de oro, el escudo de Ares cayó a la plataforma
¿Percy se había quedado así por esa maldita cosa?
Trate de calmarme y dejar de llorar, pero simplemente no podía. No me importo en lo absoluto ese escudo del demonio. Fui a ver el mecanismo para tratar de salvarlo.
No entendía nada, pero tenía que intentarlo. No podía dejarlo ahí. Saldríamos de aquí los dos juntos.
— ¡Maldita sea! - grite. No podía mover ni un maldito engranaje.
En eso, una puerta se abrió y salió un viejito con lentes y un bastón.
— ¿Puedo ayudarte? - pregunto
— A menos que seas Hefesto, no creo que puedas ayudarme con esta maldita cosa. Y ni trate de hacer que me vaya porque no me iré sin mi amigo.
— No me gusta que insulten a mis inventos
Era Hefesto en persona. ¿A cuántos dioses iba a conocer en el camino? Porque podría hacer una lista.
— No me iré de aquí sin él. Y si no va a ayudarme, podría irse, por favor. No tengo ni la menor idea de cómo funciona una máquina, pero lo voy a sacar de esto.
— A pesar de lo que mi hermano pudo decirte, no soy alguien a quien pisotear.
— Y no pienso hacerlo, pero usted va a tener que ayudarme, ninguno de nosotros quisimos estar aquí. Y por la culpa de su máquina, él está así. Asique sería realmente generoso si pudiera ayudar.
— Sé que los dioses quieren que te alejes de él, sé lo que hizo mi esposa y los sabemos que ella se enterca cuando tiene una idea. Sal de aquí, Adhara, lleva ese escudo y se te regresará todo lo que se te fue arrebato, y créeme, lo de ahora solo es un principio, si sigues sin aceptar lo que los dioses quieren, las cosas se pondrán peores.
— ¡No me importa en absoluto lo que los dioses quieren que haga! ¡No deberíamos de obedecer cegados ante sus peticiones! Poder y gloria es todo lo que buscan y piden, y nada más importa. Ares es de esa forma, Zeus lo es, Atenea lo es, mi abuela, aunque no quiera que la llame así, lo es y quien quiera que sea mi madre también lo es. No importa cuánto tiempo de mi vida me haya esforzado para ser de las mejores, para tener poder y gloria y aun así no le ha bastado para poder reconocerme, al igual que muchos de los campistas. Pero Percy no es de esa forma, es mejor que eso y quizá, yo haya sido de esa manera y me haya conformado con las miserias que nos dan como sus hijos, pero no quiero seguir siendo de esa forma nunca más. No seré como todos ustedes, no seré tan cruel y sé que usted tampoco quiere serlo - grite mientras lloraba
En eso, el dios toco su flauta, activando un mecanismo. Fui rápidamente a ver a Percy. Poco a poco empezaba a regresar.
— Que mierda es esta - susurre
Pronto, él logró pararse con mi ayuda.
— A algunos de nosotros tampoco nos gusta ser de esa así. Eres una buena chica, Adhara. No estaba de acuerdo en ninguna de las decisiones de los dioses. Trataré de convencer a los dioses que cambien su decisión, aunque creo que pronto encontraras un mejor camino.
Él volvió a caminar a su cuarto escondido con ayuda de su bastón.
Abracé a Percy tan fuerte como pude.
— Te dije que no te iba a dejar
— Creo que no me dejas salvarte ni una vez - sonrió
Ahora tenía un nuevo dios favorito.
⁂
Mientras tanto en el Olimpo.
Afrodita estaba emocionada, viendo como los dos jóvenes héroes se acercaban más.
— Extrañaba tanto verlos, siempre es tan lindo verlos conocerse.
— Tu shipp está funcionado - admitió Apolo - La verdad pensé que él se enamoraría de la hija de Atenea, pero no, fue con tu nieta
— No es necesario llamarla "tu nieta", me hace ver muy vieja. Es "la promesa de la cabaña de Afrodita" tiene todo para ser un rompecorazones, belleza, inteligencia, poder, destreza y escogió al hijo de Poseidón. Pero la verdad, no me molesta en lo absoluto, los amo.
— ¡Afrodita! - grito Artemisa, empujando a Poseidón, haciendo que se caiga de culo - Si mal no recuerdo, después de que perdiste una apuesta, en la cual fue estúpido que participaras porque todos sabíamos que ibas a perder, dijiste que "la promesa de tu cabaña" sería una cazadora.
— ¿Disculpa? ¡Afrodita! - exclamo el dios del mar
— Oh, Artemisa, que lindo verte querida. Y Poseidón, siempre es un gusto volver a tener tu presencia aquí.
— Esto se va a poner bueno - dijo Apolo mientras comía sus palomitas
— Son las consecuencias de tus acciones - comento Hestia mientras paseaba y le robaba algunas palomitas a Apolo
— Tú no cumpliste tu promesa. ¿Hiciste que mi futura cazadora y su... criatura - señalo a Poseidón - empezaran a enamorarse?
— Y todos habíamos hecho una votación para que ambos se alejaran antes de que esto sucediera - dijo Atenea
— Todos sabíamos que esto iba a pasar eventualmente, así son las reglas y no. Ellos tomaron todas las decisiones de acuerdo a su mayor cercanía. Además, no se pongan histéricos, ni ellos mismos saben si tienen sentimientos por el otro.
— Eso es obvio, no estarán ciegos por mucho tiempo - añadió Apolo a lo que todos lo fulminaron con la mirada - Bien, me callo.
— No actúes así, Afrodita, sabemos que hiciste algo - la acuso Poseidón.
— Hice que fueran intencionalmente al túnel, pero está bien. Si no estuvieran destinados el uno para el otro, no hubieran sobrevivido al bote.
— ¿Estás diciendo que ahora ella no va a ser cazadora por el adefesio de hijo de este idiota?
— Sí, ¿no es adorable?
— Igualmente, las personas pueden cambiar de opinión, si pasara algo drástico, podría cambiar los sentimientos de ambos - replico Apolo - Dejen de pelearse que arruinan el hermoso día
— Iba a ser una cazadora legendaria. Pero las cosas pueden cambiar... — susurro Artemisa antes de irse
— Cuando pase todo esto, por mi hijo lo hará. Voy a preguntarle a Sally su opinión de Adhara.
— ¿Sally Jackson?
— Sí, Sally Jackson. ¿Qué otra Sally conoces?
— Bueno, ella definitivamente amaría a Adhara, ella es adorable mientras nadie la haga enojar y hasta ahora no se ha metido en problemas. No sé cómo saco un mal carácter.
— ¿Sabes qué? Lo apruebo
— Si le diste la advertencia, ¿no? - pregunto seriamente Atenea - Porque si no pasaremos al siguiente nivel
— Sí, querida. Si le dije, y sabes que, creo que les está haciendo mucho caso. Saben que yo no estaba de acuerdo con esto.
— Eran 4 contra 9
— Lo sé, no soy idiota
— Eso no parece
— Por eso nadie te soporta - dijo Afrodita antes de irse.
✧*・゚*
Llegamos al restaurante. Yo sostenía el escudo, y tenía que decir, que era realmente pesado.
— Ten, aquí tienes tu chingadera - susurré tirándole suavemente el escudo.
Note como Annie se despertaba de su sueño. Qué raro, ella no se hubiera dormido teniendo al dios de la guerra enfrente. ¿Mis poderes habían regresado?
— ¿Y nuestro transporte?
Ares nos llevó hasta un camión lleno de animales.
— Estás bromeando - dijo ojos bonitos
El dios de la guerra chasqueo sus dedos y las puertas se abrieron.
— Entre o no. Realmente no me importa, pero en pocas horas este camión llegará al Casino Lotus en Las Vegas. Herma pasa tiempo allí, si juegan bien sus cartas su chofer personal los puede llevar a Los Angeles en minutos. Aquí tienen - le tiro a Percy una mochila - Ropa, efectivo, dracmas para reunirse con Hermes. Les desearía suerte, pero ¿de qué serviría?
— No fracasaremos
— No te preocupes. Tu padre tuvo muchos hijos por los que dejo de preocuparse una vez que perdió el interés. Tendrás mucha compañía.
— No fracasemos y me estoy cansando de que lo digas. Crees saber quién soy, pero no sabes. Y si no tiene cuidado, lo descubrirás - reto Percy al dios
— Percy - lo regaño Grover - Gracias por el abuso emocional y las hamburguesas y el transporte. Vamos a aceptar la oferta
— Por cierto, que sea dios de la guerra, no sígnica necesariamente que tenga que ser un completo idiota - le dije antes de darle un puñetazo en el estómago, a lo que el dios hizo una mueca de dolor, sorpresivamente
Cabe mi propia tumba.
— Sabes que no te puedo hacer daño por tu abuela, mocosa. Solo por el momento
— ¿Y qué hay de eso? ¿Cómo vas a meterte con la esposa de tu hermano? Mínimo ten un poco de decencia entre familia. Y no le vuelvas a hablar a Percy de esa manera, ¿quién te crees? No es como si fueras el dios más importante
— ¡Adhara, detente! - me regaño Annabeth mientras me arrastraba hacia la camioneta con ayuda de Grover
— ¡Maldito malparido! Solo en tu vida llegarás a ser el amante, pero nunca el esposo y eso te pasa por idiota, completo, descerebrado. Por eso no eres el dios de la inteligencia.
Antes de que pudiera terminar de insultarlo, cerró la puerta con un chasquido.
— Aw, hay ovejas - me emocioné, corriendo a ver a los animales
Ojos bonitos volvió a detenerme, lo estaba haciendo muchas veces.
— Huele un poco mal - lo noto el rubio
— Si nos lleva a donde dijo, está bien - suspiro Annie
— Asumiendo que Ares nos dijera la verdad
— No decía la verdad. No del todo, en todo caso. Estaba ocultando algo.
— ¿Cómo sabes?
— Porque creo que lo saque de él. Sé quién robo el rayo maestro.
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