𝐄-𝟏𝟒┆ 𝕬 𝖓𝖊𝖜 𝖆𝖉𝖛𝖊𝖓𝖙𝖚𝖗𝖊? 𝕺𝖗 𝖆 𝖙𝖊𝖗𝖗𝖎𝖇𝖑𝖊 𝖒𝖎𝖘𝖙𝖆𝖐𝖊
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Una nueva misión, siempre era emocionante. Lulu siempre me contaba historias de las misiones de los grandes héroes que se enfrentaron a travesías en busca de un ser amado o por el honor, amaba la aventura y ahora tenía una buena motivación.
— Tierra llamando a Ady - Chase me alejo de mis pensamientos - Andas muy distraída últimamente, ¿te hizo algo el idiota de tu novio?
— No, él es increíble
Lo era, supongo. No pensé en llamarlo para la misión, era bueno peleando, pero él añoraba una propia, no ser el segundón de alguien más. A veces era... ¿Irritante? Sé que le gusto solo que parecía que le avergonzara.
No me consideraba fea, nunca lo había hecho o bueno, evitaba parecerlo. El color rubio me quedaba bien con las mechas rubias, laceaba mi cabello cada semana con ayuda de Chase. Lo único que guardaba de mi antigua ropa era la chaqueta que me regalaron en un cumpleaños, una bufanda roja y una sudadera azul.
— No parece. ¿Te volvió a ignorar? - se detuvo - Sabes que puedes contar conmigo y no es necesario que estés con él, sé que no quieres recordar a... ya sabes. Pero, salir con otro chico no es la manera de olvidarlo y menos si te trata así.
— Me hace feliz, y no trato de olvidar a quien tú creas que quiero "olvidar". Ni siquiera me acuerdo muy bien de él, asique ni es necesario que trate de olvidarlo. Solo... me pregunto cómo estará Luke.
— Ady...
— No es un traidor, lo sé. Algo debió de pasar. ¿Y si se va a morir pronto? Tal vez lo está amenazando. Quiron ignoro todas mis súplicas para que vaya a buscarlo y trate de ayudarlo.
— Y todos estamos de acuerdo con él, Ady. Luke tomó su decisión y no podemos ponerte en peligro, no después de lo que te hizo.
— Lo obligaron.
Dije antes de seguir avanzando hacia el lago. No entendía por qué nadie me apoyaba, yo lo conocía perfectamente y él jamás me lastimaría. ¿Por qué me trataban como si fuera una niña? No lo era. No quería serlo, tenía la suficiente habilidad para defenderme, sin la ayuda de nadie. Había peleado contra monstruos y semidiosas malvadas, y en todas esas veces salí viva de las peleas.
Me senté en las rocas como siempre y solo miraba como el agua se movía ligeramente. El sol se escondía tras el manto de agua mientras alumbraba el cielo por una última vez antes de que se hiciera de noche. Amaba esta parte del día. Solía venir a ver el atardecer todos los días, era lo único que podía controlar en esta locura.
Era una doble vida que tenía que ocultar para no preocupar a nadie. Ya había demasiado caos para que dijera: "Soy hija de Hecate y hay una profecía que pone en riesgo la vida del mundo. Además, soy la reencarnación de Andrómeda, ¿genial, no?".
Me sentía en una película de espías, durante el día era Adhara, la nieta favorita de Andrómeda con su novio perfecto y entrenamientos diarios con Clarisse (eran los mejores, si no te molestaba las heridas constantes) y durante la noche era Andrómeda, la hija de Hecate, entrenando con Mairin, y planeaba mi futura misión con Amadeo, el chico lindo de la cabaña 6.
No me molestaba en admitir la verdad, si él no tuviera esa mirada curiosa y siempre pegado un libro o cámara, entonces podría decir que sería un hijo de Afrodita. Era realmente adorable y su acento italiano lo hacía encantador, del tipo de chicos con los que podías confiar y ser tú misma. Era un buen amigo, uno de mis mejores amigos. Sentías que con él todo iba a estar bien y que podías contar con él para lo que fuese. Si yo estaba mal, no era necesario que lo dijese porque con una sola mirada... él ya lo notaba. Era como si estar con él te hiciera sentir más... normal.
— Sabía que te encontraría aquí, princesa - dijo Deo, detrás de mí, con su sonrisa de siempre y un libro de astronomía.
— ¿Por qué insistes en llamarme princesa?
— Eres la reencarnación de Andrómeda y según sé, ella era una princesa. También, luces como una.
— ¿Luzco como una?
— ¿Dudas de eso?
Me quedé en silencio y solo sonreí mientras se sentaba a mi lado. Él abrió una bolsa de gomitas de tiburones. Sentí un escalofrío en todo mi cuerpo al mirar aquel bocadillo, era raro, solo eran gomitas y yo amaba las gomitas. Me dolió un poco la cabeza, pero nada fuera de lo normal, a veces me dolía de la nada, lo cual fue agobiante hasta que me acostumbre.
— Gracias, Pe—... Deo. Lo siento, mi mente anda en la Luna.
— Tu mente siempre ha estado en la Luna.
— Buen punto.
Ambos nos quedamos en silencio, mirando el atardecer. Era cómodo, no era necesario hablar, solo su compañía.
— ¿Llevarás a Zami?
— No, es muy pequeña para una misión, no quiero ponerla en peligro. Estará bien con Patroclo y Clarisse.
— ¿Chase?
— Quiero decirle la verdad, pero sé que se preocupara. No quiero preocuparlo.
— Lo preocuparás más si desapareces sin explicaciones.
— Lo sé.
— Es tu hermano, Ady. Te entenderá.
— Le diré lo necesario.
✧*・゚*
— ¿Quieres escaparte del campamento para buscar a una amiga de tu "padre"? ¿Desde cuándo quieres saber de él? - me cuestionó Chase mientras caminaba de un lado a otro en la cabaña - Tú dijiste que no querías saber nada de él el resto de tu vida, incluso le dijiste a Luke.
— Lo vi en sueños, él no era malo. Sé que no lo era.
— ¿Desde cuándo lo ves en sueños? Creo que lo que hizo muestra que es exactamente el mejor ejemplo de buena persona.
— Sé que no confías en mí sobre lo de Luke, sé que no me crees que él es bueno, pero créeme en esto, por favor. Ni siquiera lo veré, solo quiero buscarla, ella es la única que pueda saber la verdad, hay cosas que no cuadran.
— Adhara...
— Déjame de tratar como una niña indefensa que no puede protegerse a sí misma.
— Ady...
— Puedo hacerlo y necesito hacer esto, por favor.
Él se quedó en silencio, solo durante unos segundos... unos segundos que se sentían como una eternidad.
— La vamos a buscar máximo un mes, si no la encontramos y no hay rastro de ella, regresaremos al campamento.
— Eres el mejor, Chase - lo abracé hasta dejarlo sin aire
— Bien - ríe - Sé que soy irresistible de abrazar, pero también quiero respirar. Llamaré a Annabeth para que nos acompañe y-
— Respecto a eso, Annabeth no va a ir. Ella está cumpliendo su sueño de viajar y conocer un poco más el exterior, se lo merece. Además, no quiero llenarla de problemas.
Mire al hijo de Afrodita que asentía con suma tristeza, parecía estar a punto de llorar. Sabía que le gustaba Annabeth, le bromeaba con eso y honestamente, no lo culpaba. Annabeth era esa clase de chico que conoces y nunca vuelves a ser igual, te vuelve en la mejor versión de ti mismo. Siempre me apoyo en mis peores momentos, o los que decidí que supiera. Los problemas son parte esencial de mi vida y detestaba llenar a las personas que amaba de ellos, solo le contaba cuando me era insoportable ocultarlo y estaba a punto de un colapso, siempre fue así. Sé que ella sabía como estaba sin que yo le dijera, pero esperaba que yo se lo dijera y cuando no lo hacía me apoyaba disimuladamente. La dejaría vivir su sueño.
— Entonces... ¿A quiénes llevarás? No creas que iremos solo los dos, eso es suicidio.
— ¿Tan poca fe nos tienes?
— Sí, ambos somos increíblemente lindos, es por mamá. Sin embargo, siempre estamos al borde del colapso y en una misión seriamos un desastre.
— Llevaré a Amadeo, un chico de la cabaña 6.
— ¿El chico con el que sales en secreto y se ven en el bosque? ¿El italiano que le gustan las estrellas?
— ¿Cómo sabes? No salgo con él, o sea sí, pero no de esa manera, es lindo, pero no... No. No lo conozco. — tartamudee nerviosa mientras me hacía más chica
— Crie a Zami para que tenga un superoído para los chismes, y soy tu hermano. ¿Crees que no te cuidaría? Parece ser un buen chico
— Lo es.
— ¿Acaso él te...? ¿Son...? Por qué no te culpo, pero sería mejor que primero termines esa relación ridícula que tienes
— No me gusta, solo somos muy buenos amigos y disimula tu odio a Adriano.
— Soy hijo de Afrodita, uno sabe de estas cosas del amor y eso, él tiene algo raro, no sé qué es, pero no parece ser buen tipo.
— No lo conoces como yo.
— ¿Tú lo conoces?
Hace un año hubiera dicho: "No, fui una tonta" pero ahora no me importaba en lo absoluto, después de casi morir, la vida te parece más corta en cada momento y no me gustaba estar sola, estuve sola gran parte de mi vida, llego Luke y él también me dejó... no quería volver a sentir ese vacío nunca más.
— Lo hago. Conozco lo necesario de él para que me guste.
Chase estaba a punto de hablar hasta Deo llegó corriendo como si su vida dependiera de ello.
— ¡Ady! ¡Importante! ¡10 minutos!
— ¿Qué? - lo tuve que tomar de los hombros para calmarlo y que se concentrara.
— Nos vamos en 10 minutos, Mairin dijo que es el momento perfecto.
— ¿¡Qué!? - exclamo Chase - Ni siquiera aliste mi ropa, ni mis cosas de cuidado de la piel ni del cabello, ¿saben lo difícil que es mantener algunas de las ondas en mi cabello?
— Oh - suspiro Amadeo cuando vio a Chase - Mucho gusto, Chase, ¿puedo decirte Chase? Creo que no, mejor el hermano de mi mejor amiga... eso suena aún peor... hola. — tartamudeo nervioso mientras jugueteaba con una vieja pulsera que le había hecho.
— ¿Amadeo, no? Es un gusto - dijo serio extendiéndole la mano seriamente antes de reírse escandalosamente y abrazarlo - Solo dime Chase, gracias por estar ahí para mi hermana
— ¿No fue nada? Es mi amiga y nunca la dejaría sola.
— Bueno, es hora de irme, tengo que alistar todo a última hora - dijo antes de correr hacia la cabaña.
✧*・゚*
— ¿Van a una misión secreta? - cuestiono Zami - ¿Puedo ir?
— Zami, sabes muy bien la respuesta - suspire mientras terminaba de alistar las cosas - Silena va a venir mañana y te cuidara hasta que yo vuelva.
— Ady, quiero acompañarte, por favor. No sé a dónde van a ir, pero en serio quiero ir.
— Es muy peligroso y aún eres muy pequeña.
— Sabes que en mi talento soy muy buena, al igual que en el embrujahabla. He mejorado con la espada, Quiron dice que en un mes seré toda una experta.
— Quiron ha tenido una reunión con los dioses y otros centauros, tardará ciertos días en venir, no se dará cuenta de que faltamos, pero si tú también desapareces sería muy raro. Además, no puedo ponerte en peligro.
— Sé protegerme.
— Sé que lo sabes, pero no me arriesgaré a perderte. Eres lo más importante para mí y nunca dejaré que pase algo que te ponga en peligro.
Ella me abrazó apenas termine de hablar.
— Prométeme que regresaras salva y sana.
— ¿Cuándo he roto alguna de mis promesas? - sonrió mientras acaricio su cabello
— Nunca.
— Entonces no dudes de eso. Siempre juntas, ¿recuerdas?
— Sí - sonríe antes de abrazarme con más fuerza
No podía decirle para qué me iba y mucho menos exponerla a eso. La salvé de él una vez y aunque sabía que no era malo, estaba el riesgo de que la lastimara nuevamente.
Mire las estrellas dibujadas en mi litera, iguales que siempre, solo que cada sueño, cada pesadilla era una estrella más. Al principio empezó siendo un pequeño dibujo, pero poco a poco se fue convirtiendo en una galaxia, según Zami. Lo único que me sorprendió fue el dibujo de unas olas, yo nunca puse eso. Había cosas que no recordaba, momento, y el verano era una de ellas, la misión por el rayo cada vez se hacía más borrosa y recordaba menos el nombre de él y como se veía... aparecía de vez en cuando en mis sueños, pero como una sombra, una sombra sin ni una pista de cómo se veía realmente. Lo único que sabía de ese chico era que me dejo con un gran vacío, como si no hubiera podido evitar algo que no quería, una sensación de amargura, dolor y frustración recorría todo mi cuerpo cuando trataba de recordarlo.
Pese a eso, no quería recordarlo, no por ahora... no. Definitivamente no lo haría... ¿O sí?
༉‧₊˚✧
DOS MESES ANTES
Siempre me cuestionaba algo: ¿Soy swiftie porque tengo traumas o tengo traumas por ser swiftie? Honestamente, creo que manifesté Cruel Summer de tanto cantarla.
Estaba yendo a la Escuela Preparatoria Meriwether.
La típica escuela «progresista» del centro de Manhattan, donde te sientas en grandes pufs, no en pupitres, que no nos ponen notas y que los profesores llevan tejanos y camisetas de bandas, lo cual es genial. Era una buena escuela, ignorando que los profesores vivían en su burbuja de positivismo, mientras que los alumnos... bueno, no
siempre resultaban tan brillantes.
Mamá siempre solía llevarme, pero se tuvo que ir más rápido al trabajo y tuve que ir por mi propia cuenta. Caminar no era tan malo, te ayudaba a "entrenar" en el caso de que alguna extraña bestia se apareciera para comerte o querer matarte por el simple hecho de existir.
Caminaba por City Hall Park mientras terminaba el libro que pidieron terminar para la clase de Inglés, no había abierto ni la primera página. ¿Era una sorpresa? Para nada. La dislexia te desanimaba cada vez que intentabas leer algo.
En eso, una chica con su bicicleta me atropello. Los entrenamientos con Adhara dolían menos que una bicicleta encima de ti. Me pare con dificultad mirando a la chica que tuvo peores heridas que yo. Llevaba mi mismo uniforme, o bueno, eso parecía. Estaba boca abajo y con notarios intenciones de quedarse así por la vergüenza. Sus orejas estaban rojas.
— ¿Estás bien?
¿Era la pregunta más tonta que se me pudo ocurrir? Sí.
— Sí - dijo parándose lentamente.
Era una chica de mi edad, creo. Su cabello era una cascada de ondas castañas que caían con gracia sobre sus hombros, como si fuera la de una de esas modelos que salían en la televisión. Tenía ciertos rasgos asiáticos y sus ojos marrones te atrapaban, parecía que te descifraran en los breves segundos que te miraban. Tenía una presencia que evocaba la serenidad de un crepúsculo otoñal. Su piel de porcelana lucía perfecta a excepción del pequeño corte en su mejilla que se generó con su impacto al suelo.
— ¿Estás segura? - señalé sus heridas
— He estado peor. — Respondió mientras levantaba su bicicleta - Disculpa, me distraje con una cafetería, y manejar bicicleta no es mi fuerte, una cosa llevo a la otra. Lo lamento mucho.
— No te preocupes, no lastimaste a nadie.
— ¿Acaso te llamas "nadie"? Porque tu nariz está sangrando
— ¿En serio? - me toque la nariz y note un pequeño rastro de sangre - No lo sentí.
— Eres pésimo mintiendo.
— Por lo menos lo intenté.
— Déjame compensártelo... te compraré cualquier cosa que quieras.
— ¿Cualquiera?
Esa no era una oferta que te ofrecían todos los días.
— Sí.
— Entonces quiero una patineta.
— ¿Una patineta? - me miró como si estuviera completamente loco.
— Una azul.
— Puedes escoger cualquier cosa y ¿quieres una patineta?
— ¿Y qué tiene? Siempre quise aprender a usar una.
— Eres raro, chico honestidad.
— Soy Percy, Percy Jackson.
— Lindo apellido. — me sonrió - Espera, ¿te llamas Percy por Perseo?
— ¿Cómo supiste?
— Tengo una buena intuición. Soy Lyssa Rossevelt.
— Bonito nombre.
Ella se notó un poco sorprendida por lo que dije, pero sonrió rápidamente.
— Eres lindo - dijo antes de amarrarse su cabello con una cinta roja que tenía en su muñeca.
Ella se rio, tal vez fue por mi cara de sorpresa o el increíble tono sobrehumano que llego a tener mi piel de color rojo. No todos los días una chica te decía con esa confianza. "Eres lindo" y menos cuando te acababa de conocer. Las únicas chicas que me dijeron así fueron mi mamá, y Adhara.
¿Lyssa era linda? Sí, mucho. Era una mortal, se notaba; sin embargo, parecía bendecida por la misma Afrodita. ¿Seguía pensando en Adhara? Sí, soñaba con ella, aunque no lo quisiera, pequeñas cosas a mi alrededor me recordaban a ella a pesar de haber guardado todas sus cosas en cajas y esconderlas para no verlas. La extrañaba más de lo que ella me extrañaría a mí, seguramente había encontrado a alguien más o Luke la convenció de unirse a su bando, de eso me convencía cada vez de que esperaba verla o escucharla una última vez.
A pesar de todo eso, tenía que olvidarla, no volvería, ya lo había aceptado. Conocer a una chica linda y ser su amigo no estaba mal, solo buscaba amigos.
— Gracias - susurre nervioso mientras avanzaba hacia la escuela
— ¡Espera! ¿A dónde vas? - tomo su bici y avanzó para alcanzarme
— A la escuela.
— ¿Y tu patineta?
— Puedo esperar hasta la salida.
— Genial. Entonces te veo en la salida, ojos bonitos.
Ojos bonitos... ojos bonitos... ella lo dijo... ¿Por qué lo dijo?... me quedé helado cuando escuché esas palabras... esas palabras que trataba de olvidar. Lyssa se subió a su bicicleta de vuelta y se fue a la escuela. Yo solo me quedé petrificado durante unos segundos, unos segundos que parecieron una eternidad. La odiaba, odiaba a Adhara Abernathy.
⋆˚。⋆୨♡୧⋆ ˚。⋆
Holiii, volví, después de mil años como siempre.
El Adhercy está en su época más incierta y Afrodita debe estar gritando desde el Olimpo.
No se olviden de votar y comentar que me ayudaría mucho <333
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