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𝐄-𝟏𝟐 ┆𝕿𝖍𝖊 𝖜𝖔𝖗𝖘𝖙 𝖛𝖆𝖑𝖊𝖓𝖙𝖎𝖓𝖊'𝖘 𝖉𝖆𝖞

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Era el día de San Valentín y todo empezó del orto.

Estaba en una habitación que se incendiaba y oía los gritos de mis amigos, gritos de dolor. Desde que "regrese de la muerte" no pare de tener pesadillas cada día, algunas veces eran peores que otro, pero lo bueno era que hoy no fue tan fuerte. Solía quedarme leyendo los libros de astronomía que me daba Deo para no aburrirme.

Ser nieta de Afrodita beneficiaba mucho a mi estado físico, no se notaban las ojeras que, por mi estado de sueño, deberían de notarse a kilómetros. Gracias abuela.

Una alarma despertó a toda la cabaña, era un día muy esperado para cualquier hijo de Afrodita, algunos se levantaban desde las cuatro de la mañana para alistarse y tener más tiempo en el baño. Solo que a varios se le ocurría la misma idea.

Me levanté de golpe y empecé este grandioso día. Ahora tenía un novio, capaz lo pasaría mejor. Los primeros días nos conocimos y empezamos a estar juntos muy rápido, era como una obligación más que un deseo. Me sentía ¿enamorada? Estando con él, sí... muy amada y enamorada. Me trataba bien y ayudaba, distrayéndome el tiempo suficiente para que deje de perderme en mis pensamientos.

Mis días se basaban en estar con él, entrenando con Mairin, jugando con Azami o conversando con Chase, Lucy o Amadeo. Sobre todo, con el último, era genial hablar con él, ni siquiera tenía que esforzarme por tratar de distraerme, lo hacía... en el buen sentido. Me divertía y siempre aprendía algo nuevo.

Me puse un vestido rosa pastel y lacié mi cabello, él siempre me decía que me quedaba mejor mi cabello lacio que cuando estaba ondulado. Y que los colores más rosas me quedaban perfecto, confíe en su criterio y ahora no paraba de usar esos colores, lo que sorprendió a Chase, Silena y Azami, que notaron que pase de usar una o dos veces al año este color a usarlo todos los días. Me sentía una Barbie.

— ¿Qué eres? ¿Barbie traumada? - dijo Chase al verme - O Barbie revivida.

— Yo creo que sería Barbie semidiosa - comento Azami

— O Barbie: amante de los gatos - añadió Silena mientras se terminaba de maquillar

— No soy una Barbie... ¿En serio parezco una?

— Un poco, parece que te escapaste de la película. Que raro que no te hayan llamado.

— Eres tan lindo - le sonríe a "mi tío" antes de lanzarle una almohada a la cara.

— NO CON LA CARA. Estoy usando mi skincare para que quede perfecta y no sé si esa almohada está sucia. — entonces le golpeé la cabeza. — Mucho mejor, pero ¡Auch!

— ¿Sabes que te preparo hoy tu novio? - cuestiono Silena mientras se sentaba en mi litera.

Los cuatro conversábamos en medio del caos en el que se encontraba la cabaña.

— No, aún no. Seguro tiene algo lindo en mente.

— ¿Y cómo es? No hablas mucho de él

— Es divertido, le gustan algunos deportes y es muy bueno con la guitarra. Le gustan los mangas y eso.

— ¿Y qué cosas comparten en común?

¿Qué cosas teníamos en similitud? Éramos semidioses y nuestras vidas corrían riesgo. Sin embargo, nunca me puse a pensar en eso, mayormente él hablaba en las conversaciones, su vida era mucho más interesante y no quería molestarlo con mis problemas.

— Nos gusta Taylor Swift.

Falso. Él la detestaba, prefería a Kanye West... o raperos. No compartíamos gustos musicales, ni literarios, ni de películas. Aunque gracias a él aprendí de deportes.

— Y nos interesa los deportes - añadí

— ¿A ti desde cuando te interesan los deportes? - me miro confundido Chase - Lo máximo que has querido saber de un deporte es de la gimnasia y del patinaje sobre hielo, y era por las coreografías y sus ropas bonitas.

— Siempre te pueden gustar cosas nuevas y él me enseña de deportes

— Si tú lo dices.

A Chase no le agradaba Adriano, decía que le daba mala vibra y que era mala influencia, pero no hacía nada malo, era como cualquier semidiós, solo que no le interesaba mucho el ganar como a la mayoría, bueno, si le interesaba, pero por motivos personales y no porque su padre lo reconozca, él ya estaba reconocido.

— ¿Va a venir a buscarte?

— No lo sé, Sisy. Es sorpresa asique puede ser en cualquier momento.

— Oh, bueno. Ve a disfrutar el resto del día, querida. El clima está precioso y si te quedas a esperar aquí, te aburrirás y serás un malhumorado como Chase.

— Es porque Annie no está aquí - lo molesto Azami mientras tarareaba el nombre Annabeth

Por su broma, recibió un almohadazo de parte del chico.

— Dijo que no la molestara llamándole a cada rato.

— Chase, no la puedes llamar a cada rato.

— Es mi forma de venganza.

— ¿Por lo de antes de su misión?

— Exacto, además si no veo mucho a una persona me olvido de su cara y voz.

— No te quieres olvidar de ella - sonrió Azami - Chase y Annabeth, Chase y Annabeth, Chase y-

Esta vez, él le lanzó un zapato.

— No es verdad. Vuelves a decir algo de eso y dejo de hacerte tus trencitas.

Buena amenaza, Azami solo dejaba que tres personas le hicieran sus trencitas de siempre; Silena, Chase y yo. Antes también era Luke... pero él ahora no podía.

— Hasta luego, Patroclo - nos despedimos los cuatro del pequeño gatito que seguía durmiendo, era un dormilón muy tímido, que apenas salía de la cama y solo jugaba con algunas personas.

Los cuatro fuimos a desayunar como siempre, solo que ahora todo estaba adornado de cosas de San Valentín, incluso las frutas estaban cortadas en forma de corazón. Me servía muchas fresas, hasta que alguien me asusto.

— Alto ahí Barbie fresitas - me sonrió Deo - Déjanos un poco a los demás.

— Deo, casi me pegas un susto.

— Aún no es el día del inocente.

— No eres bueno con tus bromas.

— Pero siempre logro ponerte los pelos de punta.

— No es mi culpa ser tan asustadiza.

— Buen punto.

— ¿En serio parezco una Barbie?

— ¿Quieres que sea honesto?

— Siempre eres honesto, solo no seas tan sincero.

— Luces como una Barbie, pero una adorable. Barbie brujita.

— ¿Se burlará de mí?

— No, solo lo haría si fuera un idiota.

— ¿A ti tampoco te cae?

— Te beso a la fuerza la primera vez que se vieron.

— Fue por el muérdago.

— Te obligo a salir con él después de una semana de conocerse.

— Fue decisión de ambos.

— ¿En todas tus relaciones empiezas a salir con alguien después de una semana?

No recordaba mucho a mi primer novio, pero fue algo así con él, según sé.

— Con el primero, ya lo conocía de mis vidas pasadas, era la misma persona que en otras vidas, solo que ahora un tanto diferente. La misma esencia, la misma alma. Y salimos mucho tiempo, al igual que lo que va a pasar con Adriano.

— ¿Y qué cosas compartías con el primero? Se supone que una relación, aunque sea, deben tener puntos en común.

— No recuerdo, lo sabes, tampoco quiero hacerlo. Pasado pisado.

— ¿Y con Adriano?

— Somos semidioses.

Él suspiró cansado y dio unas palmadas en el hombro.

— Azami te llama, ¿queda en plan lo de hoy?

— Si es que Adriano no me pide ir a nuestra cita antes.

— Hasta luego, estrella.

— Bye.

Fui a la mesa de la cabaña 10, sentándome junto a mi hermana.

— ¿Qué paso Azami?

— Me corté el dedo.

Su dedo estaba sangrando ligeramente.

— ¿Cómo te lo hiciste?

— Quise cortar el panqueque y usé el cuchillo y-

La llevé a la enfermería para que le pusieran una curita, de las de dibujos animados, ella adoraba esas curitas.

Estaba entrenando con Mairin, mientras Amadeo se ofreció de tributo para ser el sujeto de pruebas.

— Vamos, Adhara. Lo hemos practicado un montón de veces... SOLO LÁNZALE ESA FLECHA A ESA MALDITA MANZANA

En la cabeza de Deo había una manzana, no quería lastimarlo, si bien aprendí perfectamente levitación de objetos y mi puntería era buena, la flecha siempre se caía a mitad del camino.

— No puedo

— No puedes o no quieres

— ¿Y si fallo? ¿Y si-?

— Deja de preocuparte tanto, sé que podrías hacerlo hasta con los ojos.

— Hazlo, Adhara - me repitió Mairin, un poco harta.

— BIEN - dije un poco frustrada.

Y le terminé rodeándolo de flechas y solo una logro darle al objetivo.

— Lo hice mal - suspiré derrotada, sentándome en el suelo

Deo miro todas las flechas a su alrededor, que estaban a una distancia muy similar, como formando su silueta.

— Tus flechas fueron muy precisas - comento él

— ¿En serio? La cosa es que no fue el objetivo

— Adhara - susurro Deo señalándome a mí atrás

Mairin estaba flotando en el aire de cabeza, con los brazos cruzados.

— ¿Podrías bajarme? - me pregunto

— Sí, lo siento

La bajé y ella me miró muy detalladamente.

— Haz levitar al chico.

—¿Qué? - exclamo él

Antes que pudiera escaparse, lo levante con un hechizo que vi en el libro.

— ¿Eso no era parte de levitación básica?

— No. ¿Qué más sabes?

Había practicado algunas cosas del libro sin la ayuda de Mairin, en mi defensa, era un libro prohibido, no podía ir y decirle "¿ME ENSEÑAS ESTOS HECHIZOS DE UN LIBRO PROHIBIDO QUE MI PADRE LO HALLO PARA MÍ?"

Hice algunos círculos de fuego, provoque algunas brisas, hice levitar a Deo (él detestaba esa parte) e hice crecer algunas ramas.

— ¿Dónde aprendiste eso?

— En sueños, como en visiones.

Mentiras. Tal vez ella no sospechó o no quiso seguir preguntando.

— Avanzas rápido, Adhara. — me sonrió - Dominarás la magia mucho antes de lo esperado.

— ¿En serio?

— Si sigues practicando así, sí.

Toda la tarde me la había pasado entrenando y conversando un rato con Deo, ya iba a ser el amanecer. Según las películas románticas, la mayoría de las parejas se reunían al atardecer.

— ¿Te acompaño, Cenicienta?

— Gracias, Deo

— ¿A dónde van?

— El novio de Adhara le va a hacer una sorpresa por San Valentín, probablemente... y ella necesita estar lista para su cita.

Seguía impecable, el único agotamiento que tenía era el mental.

— ¿Sabes que te vendrá a buscar ahora?

— No, pero no me hablo en todo el día y seguro que ahora lo dice.

Deo y Mairin compartieron una mirada rara y ella solo me dio su pulsera de plata, adornada con pequeñas piedras preciosas, en un patrón muy cuidado. El color de esta era como el del azul del mar, un color familiar.

— ¿Qué es?

— Una de las seguidoras de mamá me contó que cuando las brujas están cerca de la mayoría de edad y el máximo esplendor de sus poderes a los diecisiete, su maestra les regala su piedra de nacimiento en un collar. Sé que aún falta mucho para que logres eso, pero hace poco fue tu cumpleaños y necesitas un pequeño regalo.

— ¿Cuál es la piedra de mi nacimiento?

— Larimar

Curioso.

— ¿Y el tuyo?

Ella sacó un collar, con una piedra verde con bandas claras en forma ovalada con una cadena de plata.

— Malaquita.

— Es muy bonita.

— Gracias, ahora será que mejor te vayas, ya casi va a ser el amanecer.

La abracé y me puse mi pulsera antes de correr por el bosque.

— ¡Ady! Dijimos que iríamos juntos - me grito Deo mientras me perseguía

— Pero amo correr por el bosque.

Por razones evidentes, termine llegando mucho antes, solo que un poco despeinada.

— La próxima vez, avisa.

— No es mi culpa que seas muy lento.

— Sé que lo del aspecto físico no es mi fuerte, pero tampoco estoy tan mal.

— Lo que tú digas

Él rodeó los ojos y me acompaño a recorrer el campamento en busca de Adriano. Y cuando lo encontramos recibí una grata sorpresa.

Él estaba rodeado de sus amigos y algunas chicas sin reconocer de la cabaña de Hermes. Todos eran mayores que yo, era la diferencia de edad, tres años no eran nada.

Me arreglé todo lo pude y fui hacia ellos. Cuando él me miró, se quedó petrificado y parecía querer reírse.

— ¿Adhara? ¿Qué haces aquí?

— Asique te conseguiste a una Barbie Malibu de novia, Adri - dijo una de las chicas aguantándose la risa, al igual que el resto.

Bueno, los chicos sí se rieron muy notoriamente.

— Bueno, es el amanecer-

— ¿Y? ¿Sabes que hoy no hay ninguna fiesta de disfraces?

— Tú dijiste que el rosa-

— Sí, pero tú exageraste.

¿Un vestido era mucho? Sabía que los demás solo bromeaban, bromeaban siempre, incluso de lo más mínimo... así eran nuestras bromas, pero ¿realmente parecía una copia de Barbie? No era malo parecerse a ella, ¿o sí?

— Yo lo siento.

— ¿Qué dijiste que paso?

— Es San Valentín.

— Ah, cierto. ¿Quieres salir, en serio? Pensé que no te gustaban ese tipo de cosas

— Nunca me preguntaste y-

— Bien, los veo en diez minutos - se despidió él de sus amigos antes de tomarme la mano y llevarme a la cocina.

Yo estaba desconcertada todo el camino. ¿No pensó en nada? Bueno, tal vez yo debí de planear algo.

— ¿En la cocina? - le pregunté

— Sí, tenía mucha hambre. Igualmente, en un pícnic vas a terminar comiendo, que importa el lugar.

— Ah, bueno.

— ¿Qué querías?

— No sé, ¿hablar? ¿Pasar tiempo juntos?

— Te veo todos los días, no molestes.

— ¿Quieres ir con tus amigos, no?

— Obviamente, me interrumpiste

— Ve con ellos.

— ¿Estás segura? No te quisiera dejar sola en San Valentín, esto parece ser especial para ti.

— Sí.

Él no dudó ni dos segundos y me dio un rápido beso antes de irse.

No quería salir tan rápido a la cocina porque si regresaba muy pronto a la cabaña, me harían muchas preguntas y... no quería ni pensar en que pasaría.

Me quedé sentada en el suelo mientras comía arándanos y fresas, hasta quedarme dormida. Por suerte, un campista que fue a comer algo o quería hacerle una sorpresa a su novia, logro despertarme.

Corrí hacia mi cabaña, había pasado casi cuatro horas. A esta hora varios habían ido a dormir.

— ¡Adhara! - me abrazó Chase

— Te dije que estaba bien, pero nos disté un susto Ady - me dijo Silena - No era necesario que quisieras ir a buscarla

— Disculpen, se me paso la hora, hablando y ese tipo de cosas.

— ¿Cómo te fue?

— Ya saben lo normal, hablamos y vimos el atardecer y las estrellas, fue tan lindo que me dio sueño, ya son las 10.

Tomé a Patroclo de su cama, al costado de la mía, y dormí con él. Últimamente, pasaba más tiempo con Azami, jugando con ella y a veces, conmigo. Todos los días nos turnamos para darle de comer.

— Adhara-

— Déjala dormir, Chase, ¿no ves que está cansada? Además, tú también deberías dormir, estás empezando a tener ojeras - le dijo Silena antes de apagar las luces de la cabaña y que el resto de los campistas que se quedaban despiertos, fueran a dormir o a arreglarse para dormir en el baño.

Durante un tiempo, me quedé despierta haciéndole mimos al gatito, era muy tierno y adorable, extrañaba a Aquiles, pero seguro estaba bien.

Por esa noche, Afrodita hizo un plan con Hypnos, era el día de San Valentín y quería que su nieta tuviera una buena experiencia, al final de cuentas. Con la ayuda del dios del sueño, logro reunir a Percy y Adhara por medio de un sueño, ninguno de los dos pensaría que hablaron con el otro. Y en el mundo de los sueños, era de los pocos lugares en donde las flechas de Cupido no afectaban a las personas.

.

.

.

Desperté en una playa y veía que a lo lejos estaba alguien, no lo reconocía, pero sentía que debía de buscarlo.

— ¡Adhara! - grito mi nombre... era Percy

Ambos corrimos hasta estar frente a frente al otro.

— Hola - le dije con sonrisa

— Hola - me respondió antes de derribarme al suelo - Ni te atrevas a volver a dejarme de esa manera, la próxima vez, dímelo y no dejes esa estúpida nota.

No sabía a qué se refería, pero a este punto no me importaba en lo absoluto.

— Lo prometo - dije antes de tomarlo de la cara y darle un beso.

Volví a sentir esas mariposas en mi estómago, las mariposas que tanto extrañaba y ambos nos echamos en la arena mientras veíamos el cielo. El cielo era bonito, no tanto como el mar, pero lo era.

Recién noté que había crecido mucho en poco tiempo, y no me quedaba atrás, ahora ambos estábamos del mismo tamaño. Sus ojos eran como el Larimar. A veces no todo eran coincidencias, si no destino.

Ambos no dijimos nada, no necesitábamos decir nada. Era suficiente con la presencia y compañía del otro.

Tal vez, nos pasamos todo el tiempo y luego nos metimos al mar, fue el mejor sueño... en años.













































































































































MISSING NOTE: SOME LOST STORIES






𝕸𝖔𝖙𝖍𝖊𝖗'𝖘 𝕯𝖆𝖞

✧*・゚*

— ¡Ady, es hoy! - grito Azami, moviéndome de un lado a otro en la cama.

Mi hermana amaba este día, uno de sus favoritos. Era el Día de la Madre... en el campamento lo celebrábamos dándole ofrendas a las diosas, recordando a las madres mortales que se sacrificaron por sus hijos y los mejores campistas eran reclamados si cumplían con una misión o destacaban por excelencia.

— ¡Cinco minutos más!

— ¡No encuentro mi vestido nuevo! ¡Mi cabello está hecho un desastre y Chase no me deja levantarlo, dijo que está haciendo una rutina de belleza!

Zami se alistaba apenas el sol salía y se arreglaba esperando que nuestra aprenda la reconociera, trata de aprender a luchar desde que llego, incluso le rogaba a Lulu que la entrenará, él accedía con gusto, pero también evitábamos que se exija mucho, era una niña y por suerte, también se iba a jugar con sus amigas.

— Dile a Silena

— Ella está alistándose en el baño

Me levanté a ayudarla y al verla me caí de la risa. Parecía la foto que tenían de un tipo llamado Chucky,

— ¿Tan mal estoy?

— Pulga, te pusiste lo primero que encontraste en el armario y las coletas-

— Ya lo sé - dijo deprimida

— Tranquila, aún nos queda mucho tiempo para arreglarte - la pequeña me sonrió y la llevé a cambiarse.

Yo no odiaba ni amaba este día, los primeros años también esperaba que mi mamá me reconociera, pero ahora me había dado cuenta de que aún no era la mejor, que necesitaba mostrarle que era una hija muy "beneficiosa" para misiones, soñaba con estar en una. Igualmente, no creía que me fueran a reconocer, era una campista que no tenía nada de gloria.

Le ayudé a Zami a encontrar su vestido nuevo azul de seda que Quiron le compro en Navidad, le hice una media cola y quedo perfecta. Por mi parte, me puse uno de los vestidos de flores que me regalaba Sirena y me hice algo rápido en el cabello. Yo solo me arreglaría mucho si llegara la persona de mis visiones o cuando vaya a mi primera misión.

Hicimos la rutina de siempre, el representante de cada cabaña le daba una ofrenda a las diosas y el resto del día había juegos en su honor.

Azami se apuntó en todo.

— ¿Realmente crees que está bien que siga ilusionándose? - le pregunte a Lulu

— Sabes mi opinión sobre los dioses - me respondió Luke - Sin embargo, se ve feliz, y eso hace sacar la mejor versión de sí misma.

— También es gracias a su entrenador

— ¿Qué puedo decir? Algún día los aprendices superarán al maestro

— Ya quisiera

— Ten fe en ti misma, has mejorado mucho

— No lo suficiente

— A tu edad ni era la mitad de bueno con la espada de lo que tú eres, cuando tengas mi edad podrías superar a Heracles - bromeo

— Sería divertido, aunque ni loca pienso cumplir 12 misiones, quisiera estar en algunas, pero esas son muchas.

— Tampoco es como si fueras a elegir

— Buen punto, ojalá podamos escoger nuestras misiones

El resto del día participé en algunos juegos, gane la mayoría, pero la esperada reclamación de mi madre nunca llego, como siempre. Como todos los años, Luke me animo, me llevo a comer algunas fresas junto a Azami.

— Lulu

— ¿Qué paso, Zami?

— Te hice un dibujo

El mencionado se alegró y observo el dibujo de mi hermana cuando su mirada se apagó un poco.

— ¿Por qué tengo mis ojos dorados? ¿Y estoy en el mar?

— Según las fotos de algunas historias, así se ve el mar. Y por pintarlo así, mi crayón azul y celeste se acabó.

— ¿No te dieron otro? - le pregunté a Azami

— Busqué y solo encontré dorado. No sabía que existiera un crayón dorado.

— Yo tampoco... — susurro Luke

— ¿Estás bien?

— Sí...

— ¿Seguro?

— Sí, estrellita. — me sonrió - ¿Esa es la pulsera que te regale en Navidad?

Noté mi muñeca y no me di cuenta de que seguía teniendo la pulsera que me regalo en Navidad, era una con unas rosas amarillas, el amarillo no era mi color favorito, pero era uno de los favoritos de Luke y las rosas eran muy bonitas.

— Me había olvidado de quitármela

La semana pasada la usé para la fiesta de una de las chicas de mi cabaña que dijo que la haría de una película de un pianista y actriz, que era de romance. Chase me dijo que usara algo amarillo y era de las pocas cosas que tenía de ese color.

— Te queda bonita.

— Gracias

Lo que no había notado en ese entonces es que el mar estaba con algunas manchas rojas, como la sangre. Algunas cosas que dibujaba Azami se convertían en realidad o tal vez un oráculo se manifestaba a través de sus dibujos...






































𝖂𝖍𝖆𝖙 𝖎𝖋...?

✧*・゚*

Luke... Él había blandido su espado, cortándome un poco el brazo, lo suficiente para evitar que siga atacando, retrocedí asustado mientras él se preparaba para atacar, cuando alguien lo detuvo.

— ¡Luke! - lo llamó... no... — Detente

Ella salió de las sombras, lo vio todo... sabía todo... no... no... no... no... ella no. Se quitó la capucha negra que la ocultaba entre la oscuridad de la noche e invoco su espada y se acercó a mí.

— Andy, él sabe demasiado - intervino el hijo de Hermes - No podemos-

— Yo sé lo que hago - contesto fríamente mientras me miraba, nunca la vi así

Yo quería gritar y escaparme, pero las palabras quedaban atoradas en mi garganta y mis músculos solo tenía fuerzas para sostenerme, no me podía mover, ni hablar, ni respirar, porque hasta que el aire se volvió más pesado.

— Ady - se me quebró la voz - tú... ¿Tú también?

— No creí que fuera tan difícil reclutarte - sonrió antes de poner la hoja de su espada contra mi cuello - Las visiones ayudaron bastante, siendo honesta, así se ve a quién reclutar y a quién no.

— No...

— Confías en mí, ¿no, Percy? - dejo su espada a un lado y me acaricio la mejilla - Tú lo dijiste

No... ella no... todo fue parte de su plan...

— Podrías llegar a destruirme - susurré, repitiendo mis palabras

— No lo voy a hacer, eso evidente. Luke te quiso mostrar la verdad. Percy, tú más que nadie ha visto como los dioses son con sus hijos... has visto como mi madre ha sido conmigo, has visto su avaricia que ni siquiera pueden moverse de su estúpida comodidad y nos usan para cumplir sus caprichos. El rayo, Zeus no se movió para buscarlo, prefirió mandar a todo el Olimpo antes que ir el mismo... porque él tiene el poder y hasta que eso no cambie, los semidioses seguirían muriendo a manos de monstruos en peleas por su avaricia.

— Cronos... él te-

— Cronos no me hizo nada, la verdad no me interesa en lo absoluto... No necesite que ninguna deidad me abriera los ojos para ver la realidad en la que ya vivía. Cada año, cada día, cada hora. Yo no buscaré la antigua era de oro, traeré una nueva. Ahora, tú decides si serás parte de ella... o no.

No... no sería capaz.

— ¿Todo fue parte de tu plan? - le pregunté

No la reconocía, esa no era la Ady que conocí durante toda esta misión, esa no era la Adhara que detestaba hacerle daño a otra persona y solo lo hacía por sobrevivencia.

— No - contesto con simpleza - Realmente me gustas, Percy. Por eso aún te queda una última oportunidad y por eso aún sigues vivo. No creerás que un chico va a detener el momento que he estado esperado, el momento en el que se empezara el cambio.

— Los dioses no son perfectos, pero lo intentan, tu abuela.

— ¿Mi abuela? Es la misma que fue madre del monstruo, que fue mi padre, que permitió que nos quedáramos con esa escoria. Lo que hizo último fue amable, pero ¿acaso no era lo menos que podía hacer después de permitir que vivamos en ese infierno?

— Azami-

— No metas a mi hermana en esto, Percy. Esto también lo hago por ella, es solo una niña y no dejaré que termine muriendo por una estúpida misión o en busca de un lugar seguro, como Thalía.

— Ady... por favor... tú... por qué?

— Nos ha vivido el mismo infierno que yo, Percy. Tú no viviste en esa casa. Tú tuviste, aunque sea una madre que te ama, mi madre ni siquiera se dignó reconocerme, como a la mayoría de los campistas. Esto es por ellos, por mi hermana, y por mí... Ahora decide correctamente, Jackson.

— Yo...

En eso, alguien le lanzo una daga a Adhara directamente a su cara, pero ella lo sostuvo ágilmente del mango y volteo a ver a su portadora. Cuando la vio, se quedó petrificada.

— Annabeth - susurraron Luke y Adhara al mismo tiempo.

— Escuche todo - su voz también se quebraba

— Annie, por favor - le pidió Ady y le hizo una seña que solo ellas entendían, pero Annabeth se negó y siguió firme en posición de ataque - Tú estuviste ahí

— Y sé que a ella jamás le gustaría ver en lo que te has convertido, en lo que ambos se convirtieron, traidores.

— Tú nos llamas traidores, yo diría liberadores. Supongo que tu estrategia tendrá que cambiar y que Clarisse será la que gane la próxima captura la bandera.

— ¿Cómo pudiste engañarnos a todos?

— ¿Cómo pueden seguir cegándose ante la injusticia que vivimos? Yo solo buscaré la justicia

— No, buscas venganza

—Tal vez

Dos contra dos, los mejores espadachines, contra la mejor estratega y yo. Era un poco evidente quién iba a ganar. Adhara no dudaba en prepararse para atacar, pero Luke la tomo de la mano, llevándola al portal.

— Mi hermana, Lucy, Chase...

— Ya se llevaron a Azami, vendremos por los demás. Te lo prometo - le dijo Luke antes de pasar por el portal y ambos desaparecieron.

Me quedé congelado, ella escogió a Luke, escogió ese bando y me traiciono, confié en ella y... me ilusiono... la odio... y me enoja lo mucho que la amo porque es la primera vez que me enamoro y solo utilizo mi corazón. Sentía que mi cabeza iba a explotar.

— Percy - fue lo único que logro pronunciar Annabeth al verme, creo que se esperaba lo de Luke, pero seguía en negación con lo de Ady.

Tal vez, no me moví del suelo durante una hora o dos, porque después de todo lo que hizo, la seguía amando, y ella lo sabía.

























⋆˚。⋆୨♡୧⋆ ˚。⋆

Nos vemos de nuevo, mis queridas perdidas (el nombre para mis queridas lectoras o lectores).

Sé que les dije que no volvería a subir un especial de Ocean Eyes, pero a veces las mejores sorpresas son las más inesperadas. Esta vez lo hago por petición de una de las primeras perdidas.

¿A todas nos cae mal Adriano? Creo que si

Esta vez fueron tres pequeñas historias. ¿Cómo creen que sería Adhara de villana?

¿Serían Team Adhara o Team Percy?

No se olviden de votar y comentar que me ayudaría mucho <333

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