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HABÍAMOS llegado al lugar el cual tanto esperábamos.
Un grupo de gente con túnicas ridículas blancas estaban allí extrañados de no ver nada dado a la invisibilidad
Echo, ¿qué demonios haces? -le preguntó Gabriel tras ver que mató a una de ellos-
Yo no he sido -respondió ella quitándose el casco-
Sin Orlando, no podemos correr riesgos innecesarios -justificó Hope mientras yo dejaba en el suelo a Cardan y abría el espacio en la pared del cual Orlando me había hablado-
Volveremos a por ti, Cardan. Te lo prometo. Todo irá bien -sujeté sus mejillas cuando se colocó en el lugar abrazando sus pequeñas piernas- sé que tienes miedo, es normal. Pero todo irá bien. No salgas de aquí, no hagas ruido y digan lo que digan, no abras esta puerta. ¿Comprendes?
Sí, mamá -afirmó él a lo que dejé un beso en su frente y lo abracé con fuerza cerrando de nuevo la pequeña compuerta-
Tenemos treinta minutos para volver al bloque, sacar a nuestra gente y volver antes del cambio -nos dijo Gabriel mientras arrastrábamos los cuerpos hacia otro compartimento- con Orlando abriendo las puertas, lo hicimos en 28 minutos
Pues más vale que nos demos prisa -afirmó Echo-
Sabemos que esto no se puede hacer sin un hombre dentro -nos dijo Gabriel-
Ya tenemos a un hombre dentro -respondió Echo-
Tenemos que encontrar a Levitt -afirmé-
Cap-M está en este nivel. No perderemos mucho tiempo -señaló Echo mientras nos volvíamos a colocar los cascos y salir al pasillo-
VOSOTROS cuatro, alineaos -nos dijo una de los discípulos interrumpiendo nuestro plan- llegamos tarde
Tranquilos -murmuré yendo junto a los demás hasta llegar a la puerta que daba a un bosque y se escuchaba a personas hablar-
Cascos fuera -pidió la mujer a lo que todos lo hicimos y comenzamos a entrar-
Tomémosnos un momento -pidió un señor de pelo blanco y ojos azules- para homenajear a nuestra nueva promoción de nivel 9. Habéis demostrado una impresionante devoción con el Pastor. Nuestros predecesores en este planeta no compartían esa fe. Al igual que nuestros ancestros en la Tierra, destruyeron su mundo. Aún antes de ser eliminados por Gema Nueve y ser convertidos en gigantes de cristal, su atmósfera estaba tan contaminada que se vieron obligados a construir bloques bajo el suelo para poder respirar. Incluso la lluvia que debéis caer del cielo cae por su tecnología. Por eso les damos las gracias. Pero ¿dónde están ahora? Sabemos que cuando el Pastor nos trajo con la Piedra, los bardoanos se habían ido. Se habían extinguido. ¿Por qué pasó eso?
¡No tenían al Pastor! -respondió una voz entre la multitud sacándole un par de risas-
No, ¿verdad? -respondió el hombre, Anders según Hope-
Ha dicho que la Piedra los trajo -nos dijo Gabriel-
¿Y qué? -preguntó Echo-
Que no fue Eligius -respondió él- había una Piedra en la Tierra
Ese mismo enemigo viene a por nosotros, pero a la luz del Pastor, no perderemos -siguió el tal Anders levantando sus manos siendo seguidos por los demás. Yo repetí la acción para no levantar sospechas-
Eso significa que Orlando no nos lo contó todo -nos dijo Echo- deberíamos irnos
¿Dónde está Hope? -pregunté mirando hacia los lados al no verla-
Ahora estamos cerca. Hemos localizado la Llave -siguió Anders mientras Echo se adelantaba para llegar hacia Hope- después de cientos de años ha vuelto con nosotros. Nuestra generación será la que gane la Última Guerra
Tenemos que irnos de aquí -le dije a Gabriel tras ver que Echo pudo parar a Hope-
HABÍAMOS llegado al Cap-M donde estaba Octavia acostada en una camilla. Estaba pálida, ojerosa y mirando al frente repitiendo una y otra vez: “no tengo miedo”.
¿Levitt? -preguntó Echo mirando al chico de túnica blanca que estaba a su lado-
No es él -negó Hope tratando de despertar a Octavia-
¿Dónde está su hermano? -le pregunté al chico de la túnica. Saqué mi cuchillo rápidamente y apunté su garganta- dímelo. Ya
La llevaron para verle pero murió -me explicó el chico algo tembloroso. Yo negué con la cabeza y cerré los ojos mientras un par de lágrimas salían de estos cuando me dejó ver lo que pasó en una de las pantallas-
Natalie, tenemos que irnos, saben que estamos aquí -me pidió Gabriel mientras ayudaba a llevar a Octavia junto a Hope- Nat, siento lo de Bellamy, pero tenemos que llevaárnoslo como rehén
¡Ese hombre era padre! -me abalancé contra el chico tirándolo a la camilla y lanzando puñetazos a su cara mientras lágrimas caían por mis mejillas- ¡Él era mi marido, la persona que más he querido en toda mi vida! ¡El padre de mi hijo! Y tú y tu gente lo habéis matado
Natalie -me llamó de nuevo Gabriel pero yo estaba cegada por el dolor. Seguí dejando puñetazos en su cara hasta que no se movió. Mis manos comenzaron a temblar mientras trataba de caminar hacia ellos pero mis rodillas no aguantaron mi propio peso y caí al suelo soltando un grito-
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