.Prólogo.

[…]

Estaba corriendo entre los callejones que solo lo llevaban a más citios oscuros y calles empedradas.
El viento olia a hierbas y tierra y lo que el cataloga como cera de vela.

Estaba perdido y lo sabía. Debio hacerle caso a su madre y esperar para ir por ese helado y no solo despegarse de su lado para comprarlo con sus tres galeones. Si. Era bastante estúpido

Pero no lo culpen, él solo quería un helado de queso explosivo con fresa. Nada más.
Pero gracias a ese condenado helado ahora estaba seguro que donde se encontraba no era el callejón diagon, sí no en el -como su mamá le dice- callejón de las brujas malas. Y el en su inocencia aún no entendía que era precisamente una "bruja mala" teniendo en cuenta que varias de sus tias (que solo veía en navidades) decían que todas las brujas eran malas.

Pero él no veía a su mamá como una villana, como sus tías la describían. De hecho su madre era muy dulce y las trataba bien aunque era lógico que quería sacarlas a patadas de su casa. Y es por esa confusión es que no lo penso mucho cuando una señora con naríz puntiaguda y totalmente vestida le pregunto sí estaba perdido, a lo que asintió.

Tampoco lo penso cuando la señora le extendió la mano y el en toda su inocencia la tomo y lo guiaba entre los oscuros callejones del lugar. Recuerda ver como la señora le lanzo un hechizo a un señor con berrugas y olor a cerveza. También recuerda como la señora dijo que no mirara a nadie a la cara, aunque para él era inevitable pues no queria ser grosero sí alguien lo saludaba.
Su padre decía que los modales iban primero ante todo.

Fue un alivio cuando luego de lo que parecieron horas caminando, logro distinguir el imponente edificio blanco marmol que era gringots. Y a su madre preocupada preguntando por él.

Se dirigio a la señora que sostenía su mano pata posteriormente indicarle a donde quería ir.

No fue hasta años después que entendio porque su madre se espanto al ver con quien venía. Sin embargo la señora fue muy amable y regaño a su madre por descuidar.

Esa señora solo reforzaba su idea de que las brujas no eran malas, incluso sí se veían mal. Fue meses después donde se la volvio a encontrar.

Su madre luego de reprenderlo por su huida lo abrazo y agradeció a la señora bruja ofreciéndole algo de comer, más esta rechazo y se retiro al callejón oscuro. No se toco el tema después.

Lo que sí paso es que fue arrastrado por su madre a la tienda de túnicas donde debía probarse durante casi una hora pesadas telas negras y grises.
Aun no entendía porque no podía llevar sus tejanos y su camiseta blanca al colegio. En el que iba actualmente sí podía ¡y no había ningun problema!

Al parecer él no había sido el único en perderse ta que al voltear a los lados su madre noto que su padre no estaba por ningún lado, así que lo dejo a cargo que de la señora regordeta de la tienda (la cual parecia conocer a su madre ya que la saludo con un beso y un abrazo) para posteriormente salir en busca de su marido.

Se poso en el pequeño taburete que le señalaba la señora -que curiosamente olia a pastel de calabaza- y dejo que le tomará sus medidas para proceder a ir a -lo que supuso - la parte de atras de la tienda.
Y mientras se veía a si mismo frente al espejo haciendo caras, un niño de su edad se coloco a su lado (lo noto por el espejo) lo veía raro.
Él sabía que no era normal pero ¿por qué esa expresión? Así que dispuesto a obtener respuestas se dio la vuelta para encarar al niño

-¡Hola! - su sonrisa por poco ciega a alguien

El chico lo miro algo espantado. Se ve que no estaba acostumbrado a los saludos efusivos. ¡pero no hay problema!  Él sabía como empezar las conversaciones

-Bonito cabello. Parece un helado.

Silencio.

-El tuyo parece un girasol.

Hablaba muy bajito pero logro escucharlo a la perfección y sonrio más

-Me llamo denki. ¿y tú, chico helado?

-No soy chico helado. Me llamo shoto

-Un gusto Shoto.

Pudo haberle respondido de no ser por que una túnica le cayo en la cabeza de un momento a otro. Aunque logro ver una pequeña sonrisa del tal shoto y escucho un soplido que identifico como risa. "Es tímido. Como hagakure"

Se quito la tunica de encima solo para ver como ahora era a shoto a quien le caía esa pesada tela negra.
A diferencia de la risa del chico frente a él, la suya era ruidosa. Con la cabeza inclinada hacía atras y tomando su estomago para no reventar. Al chico le llamo la atención.

Se probaron las túnicas y se dejaron ajustar las medidas mientras platicaban y se conocían. O bueno, mientras denki platicaba y shoto asentía o negaba.

No fue hasta que la madre de denki regreso que vio a su hijo abrazando al chico con cabello bicolor. Basicamente lo estaba aplastando. Y se preocupo porque sabia que eso a sus primos les molestaba y no quería que su hijo fuera odiado o molestado.
Grata sorpresa fue notar que el chico lo tomaba de las manos -las cuales colgaban sobre su pecho- y lo sostenía ahí hasta que denki se subio tomando impulso para que lo cargarán. Una escena bastate tierna hasta que luego de unos pasos se calleron de boca al piso

Penso que alguien saldría llorando, pero en cambio solo se miraron y rieron bajito.

La señora kaminari no sabía quien era el chico junto a su hijo, pero sí llegaba luego diciendo que era su amigo ella lloraría de felicidad.

Mientras esperaba en la caja esperando a que la señora con olor a calabaza le entregará las túnicas vio a una señora de blanco y sedoso cabello entrar y mirar a los niños con ternura. Acompañada de una niña identica a ella.

-Buenas tardes - fue lo que dijo al acercarse al mostrador junto a ella. El saludo fue contestado cordialmente - ¿de casualidad es su hijo? El rubio

-así es. - dijo con el orgullo que solo una madre puede tener - he de supiner que el niño a su lado es suyo

-correcto- solto una risa bajita - se ve que se llevan bien

-Así parece.

-Nunca había visto a shoto convivir tanto con otro niño

-¿enserio? -asintió - ¿qué edad tiene su hijo?

-11 años. Este año entra al colegio

-¡Vaya!  El mio igual. A lo mejor por eso se llevan bien. Denki es muy juguetón y se le facilita hablar... A veces demasiado

Rieron juntas y luego de salir de la tienda no se vieron con el corazón de separar a los niños así que fueron rumbo a las tres escobas por algo de comer. Pues solo faltaba consegui su compañero mascota.

Por lo que denki escucho de su nuevo amigo, él tendría un gato o una lechuza. Aun no estaba seguro. Y denki, pues, solo quería un hamster

-¿Por qué un hamster?

-No lo se. - contesto con una gran sonrisa - son chiquitos y tiernos

-se parecen a ti entonces

-¡Hey! ¡No soy chiquito!

-Eso piensas tu.

El tema murio ahí y cuando ya estaba oscureciendo se vieron en la obligación de despedirse. No sin antes prometerse escribir hasta que ingresarán al colegio.

Y así fue.

Cada sábado le llegaba una carta a Denki y cada domingo una a Shoto. Así hasta que pasaron tres meses.

Tres meses donde su amistad estaba basicamente realizada.

[…]

●Perdón sí hay algun error. Hacérmelo saber porfa.