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Veintitrés:

Han pasado dos días desde entonces.

—Park habló con Kim —Comunicó, durante la llamada —Al parecer Irene insiste en cenar con nosotros.

—Querrás decir, contigo —Corrigió, la omega —A mí me odia y no creo que quiera verme ni en pintura.

—Si quieres, te libro de la situación diciendo que te sientes indispuesta —Sonrió y la omega experimentó temblores del otro lado de la línea —A propósito, ¿Sabías que los mareos puedes sentirlos en cualquier momento del día y no sólo por la mañana?

Nayeon contuvo las lágrimas. La noche anterior, Jeongyeon se había enfrascado en la lectura de una revista de maternidad que había comprado y que dedicaba un artículo especial a los síntomas iniciales de un embarazo. Su profundo interés y su constante recitación de diversos hechos, estadísticas y técnicas de alumbramiento, estuvieron a punto de desgarrarle el corazón.

Al día siguiente debía llegar su celo, y todas las señales indicaban que no se retrasaría ni un poco. Tenía los pechos más llenos y sensibles, le dolía la cabeza, loba estaba insufrible y se sentía completamente desgraciada.

—¿Nayeonnie? ¿Me has oído, cariño...? —Consultó la alfa, ahora preocupada por su silencio.

—Jeongyeon, ¿Quieres olvidarte de ello por un rato? —Subió el tono de voz —No estoy embarazada, ¿De acuerdo? —Se mordió el labio.

—¿Ha llegado tu celo? —Consultó amablemente.

—Eh... no, todavía no. Pero créeme, llegará mañana. Sé reconocer todos los síntomas preliminares —Forzó una sonrisa por miedo a que ella notara su decepción de no estar embarazada —Uno de ellos es mi estado de ánimo irritable. Lo siento, no pretendía alzar la voz...

—¿Mañana? Pero me dijiste que tenía que llegar hoy. —Reconoció la alfa, alerta.

—Quería decir que llegaría mañana por la mañana, pero si no eres capaz de esperar tanto, pondré el despertador para que suene cada hora de esta noche, y así no te verás obligada a soportar el suspenso más tiempo del necesario. —Gruñó haciendo a la alfa temblar de sólo presenciar su cambio de humor —Volviendo a los Kim —Continuó, desesperada por finalizar la bendita llamada —No voy a dejarte en la estacada, así que arregla lo que sea mejor para el padrino y para ti. ¿De acuerdo?

—Nayeonnie, yo...

—Debo colgar. Le dije al padrino que le echaría un vistazo a unos planos que había trazado Momo. Nos vemos luego Jeongyeon —Repuso con una alegría que no sentía y colgó.

Nayeon estuvo quince minutos en el cuarto de baño de los ejecutivos, tratando de serenarse y arreglarse el maquillaje. Sabía que actuaba como una idiota. En todo momento había sabido que no estaba embarazada. Pero, de algún modo, el falso matrimonio, el conmovedor interés que había mostrado Jeongyeon por el embarazo, junto con el absoluto júbilo de despertar cada día junto a la alfa que amaba, porque si de algo estaba segura era de que la amaba, había hecho que sus sueños se mezclaran con la realidad. 

Se detuvo en seco. Santo cielo, ¿Qué le pasaba por la cabeza? Muy bien, no estaba embarazada, y Jeongyeon no tenía necesidad de casarse con ella, pero eso no significaba que su relación debía acabar. No significaba que la amara menos, ni que no pudieran seguir siendo una pareja. Por supuesto, sus días juntas estaban contados, pero Jeongyeon representaba para ella más que nada en el mundo. "¡Maldita sea!", pensó, y continuó avanzando por el pasillo, "No iba adelantarse a los hechos". Había aprendido a disfrutar del momento y no pensaba estropear todo el tiempo que a ambas les quedara juntas, lamentándose de antemano el fin de su relación.

Cuando eso sucediera, estaría preparada, pero no pensaba abandonar la felicidad hasta que la alfa le dijera que la relación había terminado.

Desde luego, dada la expresión que mostraba la pelicorta en el rostro al avanzar hacia ella por el pasillo, quizá significaba que su actitud positiva iba a ser muy fugaz.

—¿Dónde has estado? ¡Te he buscado por todo el edificio! —Le reprendió por lo bajo.

—¿Por qué? —Consultó la castaña, confundida.

—Porque dijiste que tenías que ir a ver a Hirai. Y eso fue hace veinte minutos.

—Lo siento —"¿Era intuición o deseo, pero... acaso percibía algo de celos en su voz?" —Ir al cuarto de baño fue un acto impulsivo. Intentaré mantenerte informada de mis actos y... —Sonrió —No haré pis tanto tiempo en el futuro. 

—¡Qué graciosa! —Le regañó la alfa —Me tenías preocupada —Se maldijo en silencio por haberlo reconocido. De hecho, se sintió aliviada cuando Hirai le dijo que no la había visto, sólo empezó a preocuparse cuando nadie más en el edificio la había visto.

—¿Te preocupaba por que viera a Momo? —Preguntó divertida, aunque el contacto de sus dedos en la mejilla de la alfa fue un acto conciliador —Oh, Jeonguie... ¿De verdad crees que después de lo que hemos compartido puedo seguir interesada en ella?

—¡Más te vale! —Gruñó, y la abrazó por la cintura, cuando tuvo la audacia de reír. —¿Qué es tan gracioso, huh?

—¿Qué quieres decir además de la idea de que estés celosa de Momo?

—Jamás dije que estuviera celosa de ella —Señaló. Era la única respuesta que le permitía no mentir ni reconocer que, por primera vez en su vida, se sentía amenazada por otra alfa —De hecho, te buscaba porque se me había ocurrido una idea para evitar a los Kim...

—Jeongyeon-ah... —Tiró del cuello de su blusa —Cuéntame tu maravillosa idea. —Le dice la omega en forma sensual y coqueta.

—Oh no, primero bésame... —Musitó entre dientes, sin apartar los ojos de aquellos labios suaves y rellenitos.

—¿Pago por adelantado? —Sonrió —Creo que no, señorita Yoo, primero la información.

—Es sencilla, pero ingeniosa. Lo cual me lleva a pensar que debería subir el precio a dos besos...

—¡Jeongyeon! —Le regañó Nayeon, aunque sonriéndose.

—De acuerdo... Nos vamos de vacaciones ahora mismo —El asombro de la omega hizo que resultara fácil pegarla a la pared.

—¿Yoo Jeongyeon, que nunca se ha tomado más de medio día libre... bueno, sabrá la madre Luna desde hace cuántos años, está sugiriendo que dejemos todo en un momento crucial y nos vayamos de vacaciones... —Chasqueando los dedos —...así nada más? —Le miró exageradamente asombrada —Jeongyeon, sé sincera conmigo, ¿Has pasado la tarde bebiendo?

—¿Por qué? Si son tu aroma, tu piel y tu cuerpo hermoso los que me embriagan hasta perder todos los sentidos... —La pelicorta no se detuvo cuando le besó el cuello y le tomó el lóbulo de la oreja entre los labios. Nayeon gimió extasiada de solo sentir su cercanía. —No me lo puedo creer... —Musitó —En verdad hueles de maravilla omega no puedo dejar de sentir este aroma... —Insistió, pero en vez de sonreír, Nayeon la miraba como hipnotizada.

—Jeongyeon, no nos desviemos de tu maravillosa idea —Le dió un golpecito en el hombro.

—Claro. Las dos nos merecemos vacaciones. Y como ya le dijimos a Kim que llevábamos separadas semanas antes de que fueras a la isla, parecerá una explicación legítima y bien justificada para cubrir nuestra ausencia.

—¿Estás segura de que no eres víctima de algo que podría clasificarse como un Expediente X? —Musitó la omega, cuando la miró con suspicacia.

—Sólo soy víctima de ti —Le enmarca el rostro entre sus manos y la besó nuevamente —Y ahora deja de hacerte la chistosa y reconoce que es un gran plan.

—¿Qué ha dicho el padrino al respecto? —Consultó algo abrumada por los besos con los que la alfa ahora le recorría el cuello.

—Se lo contaré cuando vuelva a la oficina —Se encogió de hombros y le besó una comisura de los labios, luego se centró en la otra —Pensé que podríamos ir a la casa de la bahía, donde sólo tendremos que ir de la playa al dormitorio.

—¿Eso significa que ya no piensas alimentarme, alfa tonta? —Bromeó la omega, rodeando los anchos hombros con sus brazos.

—Pediremos pizzas... —Murmuró, centrando la atención en su cuello y el lóbulo de la oreja. —Muchas pizzas para concentrar todo el tiempo en ti y en mi...

El cuerpo de Nayeon se retorció en señal de aprobación y su loba se extasió con la sola idea de estar a solas con ella durante tiempo indefinido, lo cual era todo lo que la alfa necesitó para avanzar capturando nuevamente su boca manteniendo la pasión del beso. La respuesta de la omega fue rápida y potente, y Jeongyeon maldijo que el calor de sus manos en su cintura se viera mitigado por la camisa.

—Hmm... eh... no creo que Park lo apruebe —Habló, en cuanto la pelicorta volvió a mordisquearle el cuello.

—Sí lo hará. Sabe que cuanto menos contacto tengamos con los Kim, mejor...—Calló, cuando le alzó la cabeza para que la mirara.

—No me refiero a eso, sino a perder tiempo de la empresa y a besarnos en los pasillos. —Rió bajito cuando Jeongyeon sonrió.

—Oh, cierto. Y también le molesta que se mantenga relaciones sexuales en las oficinas, ¿No? —Nayeon asintió —¿Cómo crees que reaccionaría si hacemos el amor en el almacén donde se guardan los artículos de oficina? —Preguntó con cómica especulación.

—Del mismo modo que si le decimos que lo dejaremos solo para enfrentarse a los Kim... —Al leer la protesta en el rostro de aquella alfa, añadió: —De todos modos Yoo, no puedo irme de vacaciones ahora mismo. Tengo trabajo que recuperar hasta la próxima década. 

No era del todo mentira, pero el verdadero motivo por el que no quería usar sus vacaciones era porque las reservaba para el día lluvioso en que esa alfa le dijera que su relación se había terminado. Hizo a un lado ese pensamiento y se obligó a sonreír. 

—Yoo, deja de preocuparte, confía en mí, sobreviviremos a la reunión con los Kim.

Buenas noches tu, te quiero, tu JazUnnie 🌻

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