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Dos:

—Sí, tu ayuda. —Comenzó la castaña. —Porque en esta ocasión no pienso arrastrarme como una omega patética y rechazada para desperdiciar meses curándome las heridas en un exilio social autoimpuesto.

La idea de que alguna vez perdiera una semana en un exilio social autoimpuesto, por no mencionar meses, resultaba fantástica en extremo. Durante los últimos diez años de su vida Nayeon había saltado de "un amor de su vida" a otro con apenas un día o dos para recuperarse.

—Vas a luchar, ¿eh? Es un buen síntoma. —Observó la alfa. —Deja que adivine... — Se puso de pie para merodear a su alrededor. —Piensas quitarle la alfombra de los pies a la oportunista de Hirai, diciéndole al padrino que su matrimonio es una mentira para ser ascendida en...

—¡No seas ridícula Yoo! —Interrumpió la omega, perpleja. —El padrino la despediría en el acto si lo supiera.

—¿Y? —Alzó los hombros. —¿Qué mejor manera de vengarte de ella? —Razonó la pelicorta, alzando una ceja ante su horrorizada respuesta.

—Pero yo no quiero vengarme, Jeongyeon. Solo quiero recuperarla. —Dijo aquello con demasiada dulzura, tanta que Jeongyeon frunció la nariz, como si oliera mal en la oficina. No, era la omega desprendiendo su dulce aroma.

—¿Estás loca? Esa alfa ya se casó, ¡Supéralo! —Jeongyeon alzó los brazos al cielo, exasperada.

—En realidad, no. —Sacudió su cabeza, removiendo su ondulada cabellera. —No es un matrimonio de verdad. No se casaron en una iglesia y no duermen juntas. —Aseguró, ahora más en calma. Ella era una montaña rusa de emociones.

—¿Te lo contó Hirai? —La expresión de ella hizo que la pregunta fuera retórica. —¿Y tú le creíste? —Se oía frustración en su voz.

—Por supuesto. Momo sería incapaz de mentirme.

Era tanta su seguridad, que Jeongyeon ya sentía que había encontrado lo que apestaba verdaderamente, era esa tal Hirai.

—Si, Claro. ¿Se te ha ocurrido que la sincera e incapaz Momo podría estar intentando conseguir la tarta y comérsela también? —Intentó, aunque sabía que esa omega no le haría caso alguno.

—No —Dijo convencida. —No conoces a Momo como yo. 

—Te conozco a ti, Nayeon, y no estás hecha para el papel de amante. ¡Por todos los cielos! siempre has comparado la infidelidad con el asesinato. Aún recuerdo que cuando salí con dos omegas al mismo tiempo lo llamaste "violación emocional". ¡Y eso que no me acostaba con ninguna! —Se apresuró en aclarar. —¿De verdad crees que eres capaz de tener una aventura con una alfa casada y vivir contigo misma? —Jeongyeon ya podía ver en su mirada como le cambiaría todo a su conveniencia, ni siquiera sabía para qué se molestaba.

—Te lo repito, Jeongyeon. Momo no está casada de verdad. —Habló, como si intentara hacer entender a una sorda.

—Escucha, puede que no haya pasado por el altar, pero cariño, ¡Casarse es casarse! Créeme, ¡A su omega no le va a gustar tu intento de arrebatársela! —Rodeó el escritorio para volver a su lugar. —Sin importar los motivos calculadores que haya podido tener Hirai para casarse con esa pobre omega, te apuesto dinero contra pizza que el único motivo por el que Myoui se casó, es porque se imagina enamorada de ella. —Concluyó más que segura.

—Ay Jeonguie, eres tan ingenua... —Lo absurdo de esa acusación la dejó muda, pero por desgracia Nayeon no sufrió ese problema. —Fue Myoui Mina quien en primer lugar le sugirió a Momo lo del matrimonio fingido —Relató. —Dio por hecho que ella querría conseguir la dirección del Departamento de Diseño cuando éste quedó vacante y le pidió que la recomendara para ocupar su puesto. Cuando Momo le informó de que ni siquiera la considerarían para el ascenso, porque al padrino simpatizaba con que que sus ejecutivos estuvieran casados, a Mina se le ocurrió la idea de un matrimonio de conveniencia. Tenías razón con la evaluación que hiciste de ella. —Continuó. —Mina es una omega que sólo piensa en su carrera. El interés que tiene por Momo es sólo profesional, nada más. 

—¡Tonterías! —Replicó la alfa pelicorta. —Puede que tenga planes para su futuro profesional, pero también los tiene sobre Hirai. Piensa en ello, Nayeon. Si sólo persiguiera el anterior puesto de la alfa, le habría bastado con convencerla de que se casara con alguien... —Calló, para dejar que las palabras surtieran su impacto. —Por lo que tú has dicho, se ofreció voluntaria al papel. —Analizó Yoo y su teoría era tan creíble que la duda nubló los ojos de la omega castaña, mientras se mordía el labio.

—¡Te equivocas! —Exclamó con énfasis. —Mina le dijo a Momo que no pondría objeción alguna a que tuviera relaciones durante su falso matrimonio, siempre y cuando fuera discreto.

Jeongyeon no pudo evitar reír. No podía estar hablando enserio.

—Imagino que eso también te lo contó Momo, ¿no es cierto? —Suspiró.

—Sí, y le creo. —Bufó como pequeña.

—Entonces se reduce a un cara o cruz entre proponerte a ti para el premio a la 'Señorita Ingenua del año' o a ella para un Oscar. —Aceptó la alfa, entornando los ojos.

—Basta, Jeongyeon —Imploró. —¿No puedes ver que lo que ellas tienen es sólo un-un acuerdo de negocios? Un acuerdo temporal. Lo que yo siento por Momo es... —Enderezó los hombros. —Bueno, de verdad creo que la amo.

—¡Pues difiero totalmente de tu proceso mental! —Rugió, incapaz de contener la frustración —¡Por la diosa Luna, Nayeon! ¿Acaso te oyes a ti misma? Estás ahí tratando de justificar tu participación en un asunto sórdido con una alfa casada. Bueno cariño, si esperas que te dé mi bendición, tendrás que esperar por mucho tiempo. ¡Puede que a mí no me interese el matrimonio, pero considero sagrado el de los demás! —Advirtió ahora, para ver si así entraba en razón. 

—¡Deja de ser tan inmadura, Yoo! ¡Te repito que no es un matrimonio de verdad! —Insistió con aquello, pero para Jeongyeon si estaban casadas.

¿Cómo no iba a ser de verdad? Cualquiera que pasara por el martirio de aquel teatro de la ceremonia civil y religiosa prometiendose fidelidad y amor eterno con todos esos detalles cursis lo era.

—Si es legal, es real, cariño. —Señaló con seguridad.

—¡No es espiritualmente real! —Debatió la omega, ya por demás impaciente.

—Luna, dame fuerzas... —Suplicó la pelicorta, alzando la vista al cielo en busca de una pista sobre cómo tratar a una omega decidida a sabotear su cordura. —De acuerdo. —Decidió cambiar de estrategia. —De acuerdo, finjamos que debido a tus estrechos conceptos de cómo debe ser un matrimonio de verdad, Hirai Momo está "técnicamente" libre. Entonces, ¿por qué armas tanto revuelo por el asunto? Quiero decir, dado que la quieres y ella te quiere a ti, si no la consideras "casada de verdad", ¿dónde demonios radica tu problema? —Ya comenzaba a ponerse de mal humor con todo aquello.

—El problema —Respondió de inmediato. —Es que todo el mundo sabe que Mina no sale mucho, y Momo es tan agradable que siente que no está bien colocarla en una posición en la que, si alguien averiguara que ella y yo nos veíamos, quedaría como una tonta. —Aunque en su voz se oía cordura, Jeongyeon comenzaba a creer que la había perdido.

—La tipa es una santa... —agregó por lo bajo.

—Pero para mí no tiene sentido esperar hasta que Mina empiece a salir con alguien —Hizo caso omiso de su sarcasmo. —Santo cielo, Jeongyeon, ¡lo único que hace es trabajar! Está tan entregada a su carrera que los alfas a los que probablemente conozca son otros ejecutivos que, gracias al pensamiento medieval del padrino, estarán todos casados.

—Bueno, quizás tengas suerte y el joven alfa que se encarga del mantenimiento de las fotocopiadoras se encapriche con ella —Sugirió con tono seco. Aunque fuese muy su problema, comenzaba a preocuparle la actitud de la castaña.

—Imposible —Repuso como si lo hubiera considerado. —Jin es gay. Lo sé porque el año pasado perdí casi todo un mes tratando de conquistarlo. —aclaró ella, removiendo su cabello.

—¿Quisiste seducir al mecánico de las fotocopiadoras, Im Nayeon? —Se sintió confundida con las veces que la hizo reír y frustrar en tan pocas palabras.

—Está muy bueno —Se encogió de hombros. —¡Cielos! Qué sentido del humor tan retorcido tiene... —Antes de que la pelicorta pudiera digerir ese comentario fascinante, ella continuó. —Mira Jeonguie, sé que no te gusta mucho la idea de que vea a Momo...

—¿Qué te hace pensar eso? —Alzó las cejas.

—¡Por favor! Necesito tu ayuda. ¿Al menos puedes escucharme? —Unos tiernos ojos oscuros como la noche, le suplicaron hasta hacer que pensara que era ella quien se equivocaba.

"¡Maldita sea! ¿Cómo lo conseguía?" Pensó Jeongyeon y se resignó al hecho de que probablemente estaría muerta antes de ser inmune a ello. 

A pesar de que le encantaría echarla de su despacho y olvidar que alguna vez habían mantenido esa absurda conversación, no podía, no cuando se la veía tan vulnerable.

Nayeon y su padrino eran lo más próximo a una familia que jamás iba a tener, si no podía darle su simpatía, al menos debía dejarla hablar para descargar su problema.

—De acuerdo —Dijo con voz cansada. —Te escucho. Pero en diez minutos tengo una reunión con el padrino y los chicos del departamento financiero, así que dispones de ocho para decir lo que quieras decir y no se te ocurra pedirme que te cubra el trasero. —Alzó la voz ante el gesto de ella de querer interrumpirla. —¿Y si el jefe llega a averiguar que te acuestas con una alfa casada..?

—¡No me acuesto con ella! —Reclamó ahora con molestia. Jeongyeon la miró con incredulidad. —¡Sólo he salido con ella una media docena de veces pero es todo! —Bufó y casi que la asesina con la mirada.

—¡Demonios Nayeon! prácticamente me dijiste que...

—¡Demonios contigo Jeongyeon! —Quedó boquiabierta, con una expresión entre asombrada y dolida —¿Cómo puedes decir algo semejante? ¿Cómo puedes pensar siquiera que me metería en la cama con una alfa que apenas conozco? ¿Cómo? —Dramatizó aquello último.

—Quizás... —Cortó su insinuación de que ella era la villana ahí. —... se debe a que acabas de contarme que tu objetivo inmediato en la vida, es ser la amante de ese tipa. 

—¡Jamás dije eso! —Negó con pasión, desterrando ya su aspecto vulnerable.

—Pues es la impresión que recibí, es más lo daba por hecho. — Se acarició el puente de la nariz y se rascó la frente, muestra de su ya muy colmada paciencia.

—Para tu información, el amor tiene algo más que sexo. Al contrario de tu experiencia personal, no todas las relaciones son físicas. —Y ella sabía que era así.

—Es cierto, no todas. —Coincidió. —Algunas son simplemente exasperantes —Se enfrentó a su mirada indignada, sin saber si la emoción que predominaba en ella era el enfado o el alivio. Se sintió aliviada al saber que no era amante de Hirai, pero, maldita sea, quiso estrangularla por dejar que pensara lo peor y por su renuencia a no cortar dicha relación.

Jeongyeon la estudió, preguntándose cómo una omega tan atractiva, inteligente y culta como lo era Nayeon podía ser tan estúpida cuando se trataba de su vida personal. 

A pesar de que su pelo revuelto, su delicada boca y su falda demasiado corta, en las reuniones con clientes alfas hacían sospechar que sólo era una decoración, Nayeon era un miembro valioso de Jyp Resort Corporation. Aunque su objetivo en la vida era el matrimonio, una casita con valla blanca en un suburbio, un montón de cachorros y un perro labrador, durante las horas de negocios se centraba absolutamente en su trabajo y sobresalía dejando a todos en asombro.

—¿Y bien? —preguntó, con los brazos cruzados como una institutriz que recibe a su discípulo.

—¿Y bien, qué? —Volteó los ojos.

—Estoy esperando que te disculpes por sacar conclusiones precipitadas.

La alfa no pudo dejar de esbozar una leve sonrisa ante su tono de voz. Intentó ocultar la facilidad con que podía aprovecharse de ella. Fue un sentimiento sincero de culpabilidad lo que la impulsó a romper su duelo de silencio.

—Más que sacar conclusiones, me empujaron a ellas —Dijo, y alzó una mano cuando ella amagó con debatir esa cuestión. —Sin embargo, lamento haber dicho lo que dije.

—Entonces, ¿me ayudarás? —Su rostro expresó felicidad.

—¿Ayudarte cómo? —La observó, con recelo al haber olvidado que deseaba su favor.

—Claro, seduciendo a Mina... —Habló, como si fuera claro que, en todo este tiempo, la alfa tendría que haber entendido eso. 

—¿Qué? —Definitivamente se había ganado todos los puntos a la desquiciada del año. 

Los primeros son cortitos y tediosos, pero se pone genial más adelante, créeme.

Mañana regreso con más, tu JazUnnie🌻

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