POV Jennie

—¿Qué demonios Jen? ¿Por qué demonios hiciste eso? -Irene dijo mientras me sentaba en el sofá. Ella está realmente sorprendida por lo que hice antes... Yo igual, realmente no puedo creer que hice eso.

Quiero decir, no conozco a ese monstruo antes, pero... ¿Por qué demonios la salvé de esos bastardos antes?

—¡Jennie Kim! ¡¿Estás escuchando?! -Irene me gritó esta vez.

—Sí, sí -dije aburrida- Yo tampoco, no sé por qué le hice eso.

—¿Sabes qué, Jen? Simplemente arruinará tu reputación. Es un fenómeno -dijo Nayeon mientras estaba ocupada en su teléfono.

—¿Qué quieren decir con fenómeno? ¿Es una nerd? ¿O una bicho raro? -dije lo que hizo que Irene se sentara a mi lado.

—Ella es una psicópata -Nayeon dijo.

—¿Qué? -yo pregunté.

—Ella tiene un trastorno... Trastorno cerebral -dijo Irene y reí.

—¿Quieres decir que es especial? -dije y ambos asintieron- ¿Por qué la escuela la aceptó de todos modos? -dije.

—Su familia probablemente pagó la escuela -Nayeon dijo y yo solo reí.

—Pero ella es inteligente... Ella puede ser tu nerd -dijo Irene.

—¿Qué debo hacer? ¿Actuar amigablemente con ella? -dije y Nayeon rió.

—Puedes actuar amigablemente con ella o puedes ser una novia falsa -dijo Nayeon y esta vez reímos Irene y yo.

¿Qué carajos? ¿Por qué habría de hacer eso?

—Saben que... Ya me iré a la cama, ustedes me van a hacer vomitar. Nunca voy a hacer eso -les dije y me puse de pie.

Ya en mi dormitorio todavía puedo escucharlas riendo.

—¡¡¡Rosé y Jennie para siempre!!! -escuché a Nayeon decir y me reí.

Ya de día, subí a la azotea y vi a una chica parada allí. Ella sostiene un aguacate/palta de peluche... Tsk ... Ya sé quién es ella.

Me paré a su lado y ella me miró. La miré como si tuviera algo en la cara.

—Hola... Soy Rosé -dijo y me ofreció la mano para darle un apretón.

—Te conozco -dije y aparté la mirada. No acepté su mano.

Estaba a punto de alejarme cuando ella habló.

—¿Podemos ser amigas? -ella dijo y yo la enfrenté mientras soltaba una risa.

—Ya te lo dije. No me hago amiga de fenómenos como tú -le dije y ella solo bajo su mirada.

—No soy un bicho raro -dijo mientras miraba hacia abajo.

—¿De verdad? ¿Por qué no te miras a ti misma? Siempre llevas ese aguacate/palta tuyo bicho raro -le dije

—¿Qué está mal con eso? -preguntó mientras seguía mirando hacia abajo.

-le saqué el peluche de la mano- ¿Esto? Este es un juguete para bebés. Se supone que no debes tener esto porque ya eres mayor -le dije y estaba a punto de alejarme de ella cuando volvió a hablar.

—Eso es mío... ¿Puedes devolverlo? -dijo con su vocecita.

—Bueno, esto es mío ahora. No puedes sacar quitármelo porque esto es mío ahora -le dije.

Estaba a punto de alejarme cuando ella tomó mi muñeca.

—Por favor devuélvemelo -dijo y yo agarré mi muñeca lejos de ella.

—¡No me toques! -dije y ella dio un paso atrás- Pon esto en tu pequeño cerebro, loca. Nunca me toques ni me hables solo porque vas a preguntar por tu estúpido peluche, ¿¡Lo entendiste !? -le grité a medias y vi que se le llenaban los ojos de lágrimas- ¡¿Lo entendiste?! -grité y ella se sobresaltó.

—S-sí -dijo con su voz asustada y yo me reí.

—Te ves como un cachorrito asustado -dije, me reí y me alejé de ella.