Capítulo con contenido violento y grotesco: asesinatos, muertes, sangre y maltrato. Se recomiendo discreción. 

El encapuchado se acercó a Noah, guardó su arma y se limpió las manos con su buzo. Agarró, sin pensarlo demasiado, el cuerpo del pelinegro, y lo cargó con facilidad hasta la enfermería. Noah estaba paralizado, ni un suspiro salía de él debido al miedo que sentía en ese momento.

Una vez en el ala médica, el tipo que respondía al nombre "Mark", dejó a Noah sobre una camilla y se dispuso a buscar algo en las gavetas y cajones. Sacó un pequeño frasco de analgésicos y unas gasas. Corrió hacia el otro lado y tomó alcohol etílico.

Mark dejó las cosas sobre la camilla, a un costado de Noah y luego lo miró. Noah palideció y tomó las cosas que le había traído el tipo misterioso. Sin embargo, él lo conocía, claro que lo conocía.

—¿Q-qué haces aquí? ¿Cómo encontraste este lugar? —tartamudeó Noah, haciendo que Mark lo mirase con indiferencia.

—Indagué —respondió con tranquilidad el encapuchado. Noah intentó sentarse, pero su parte baja dolía demasiado. Entonces, Mark lo ayudó, fue muy amable al tratar con el pelinegro. Aún así, este último se mantuvo tembloroso y asustado.

Finalmente, luego de unos minutos, Mark salió de la enfermería. Se fue sin decir nada, simplemente salió dejando solo a Noah, quien trataba de parar el sangrado de su parte íntima.

Por el pasillo poco iluminado, la siniestra figura del encapuchado se perdió y las noticias empezaron a sonar. El alumno Paul Scott, había desaparecido sin dejar ningún rastro. Extrañamente, nadie lo había visto por última vez, excepto, su grupo de amigos, quienes aseguraban que Noah era el responsable. Sin embargo, no había ni una sola evidencia que apoyara esta afirmación, por lo que, se descartó rápidamente.

Aún así, las bocas no se callaron y los rumores se empezaron a esparcir como la sangre que derramó Noah aquel fatídico día. Las personas hablaban de él, sacaban conclusiones apresuradas de su pasado y debatían con gran frialdad, realmente eran molestos.

Pero Noah solo los ignoraba, era extraño pensar que era él era el responsable de la prematura desaparición de Paul, además, nadie podía asegurar que se haya salido, aquel día, del colegio. Todos lo vieron entrar, pero nadie logró verlo salir, por lo que, las sospechas cayeron fuertemente sobre el colegio y sus directivos, pues, creían que ellos habían tenido algo que ver con este asunto.

Pobre Megan, lloraba a mares creyendo que su amado Paul regresaría a su lado. Todos hacían hincapié en lo callado y estudioso que era, pero nadie hablaba de lo curioso y cómplice que era. Bueno, a nadie le importaba lo malo, solo se centraban en lo bueno y amable que era o había sido el joven Paul Scott.

Cindy consolaba a la rubia mientras que Kath, furiosa, hablaba con Josh.

—¡¿Cómo puede ser que haya desaparecido así?! Venía detrás de nosotros —cuestionaba Kath y Josh la escuchaba, parecía atento, pero en realidad pensaba en otra cosa. Podría decirse que Josh estaba paranoico, asustado y algo traumado. Durante los tres días que llevaba desaparecido Paul, Josh no había logrado conciliar el sueño, debido a las pesadillas constantes. No es como si no hubiera golpeado antes, pero jamás se le cruzó por la mente que podía hacer algo tan terrible. Aún veía sus manos llenas de sangre y podía la expresión de terror de Noah, le era imposible olvidar.

Josh necesitaba remediar lo que había hecho y ni siquiera le importaba el dolor de Megan o sus amigos por la desaparición de Paul, es más, creía que se lo merecían e incluso él merecía sufrir más que ellos por lastimar tanto a una persona. No podía creerlo, realmente se sentía como un monstruo. Pero, incluso si se sentía mal, había algo que no encajaba con todo ese arrepentimiento. Entre todo ese dolor y arrepentimiento, seguía estando cierto placer.

—¿Me estás escuchando, estúpido? ¡Uno de tus mejores amigos está desaparecido y tú andas divagando como si eso fuera a traer a Paul de vuelta! —le reprochó Kath al castaño, quien la miró con el ceño fruncido.

—Reprocharme o quejarte tampoco lo traerá de vuelta, Kath —objetó Josh, tomándola del brazo, haciéndola chillar—. Vuelve a insultarme y no respondo, a mí no me importa que seas una mujer —agregó mientras torcía el brazo delgado de la chica.

—¿T-te desquitas conmigo porque no puedes hacer nada con ese arrepentimiento que tienes? Ja' eres un maldito cobarde —Pobre Kath, a veces no sabe cuándo cerrar la boca. Desafortunado Josh, un pobre diablo que no sabe cuándo parar. A Kath se le borró la sonrisa cuando Josh la golpeó duramente, haciéndola caer. ¡Oh, qué tragedia!

James y el resto se abalanzaron sobre Josh, quien iba a seguir golpeando a Kath. El castaño se removió soltando injurias, realmente estaba fuera de sí. Entonces, Josh se dio cuenta de algo; todos reprocharon y cuestionaron sus acciones contra Kath, pero lo aplaudieron cuando atacó a Noah. No entendía, su cabeza estaba hecha un desastre.

—¿Por qué? —Fue lo único que salió de la boca del confundido Josh. James lo golpeó y atacó mientras que el castaño no hacía nada para defenderse. Realmente estaba perdido.

Era un problema, todos contra todos y nadie contra nadie, ¿qué clase de pelea era esta? Y, ¿por qué sonreía aquel chico? El sonido de los golpes hacía eco en el salón y todos gritaban, asustados, enojados, y otros divirtiéndose con la situación. Y, queriendo o no, el desaparecido se volvió humo entre tanto problema.

Al fondo del tumulto, una risilla muy juguetona se escondía entre los insultos y se escabullía entre los gritos. Pasaba desapercibida. Parecía divertirse como nunca y se sintió bien, a pesar de que, no lo estaba. ¡Oh, qué pena! El dolor ahogado de su alma lo dejó seco. Entonces, cerró suavemente los ojos y dejó que los llantos y las penas, lo inundaran. 

Solo falta una parte para acabar con este cuento UwU.