Nota de la autora original: [Esta es la continuación de una página del diario escrita anteriormente, concretamente la entrada III. Pero ahora Snape por fin ha dado sentido a sus pensamientos, ha comprendido correctamente lo que realmente siente y se ha dado cuenta de que la persona a la que realmente había estado esperando es, después de todo, Hermione].

El diario del príncipe mestizo

Entrada X:

Ya ha pasado un tiempo, desde la última vez que te vi. Todavía trato de asegurarme de mantener viva la esencia y el recuerdo de tu calor y tu abrazo.

Aquí estoy, en el mismo café de siempre, aquel del que te hablé. Sentado en mi silla favorita, el asiento del otro lado de la mesa está vacío. Estoy esperando aquí, y me duele el corazón por estar sentada aquí solo, solo. Saber que te has ido y que nunca volverá a ser lo mismo.

Estoy entumecido, incapaz de convertir las emociones en sentimientos. He pedido un capuchino con chispas de chocolate por encima. Seguro que es tu favorito. La taza lleva un buen rato sobre la mesa y no puedo dejar de mirarla. No sé a quién espero o si la posibilidad de que venga es totalmente nula, pero no puedo dejarla.

Si pudiera retroceder en el tiempo, habría vuelto a ese fatídico día y me habría obligado a decir las cosas que quería decir, pero no lo hice, obligándote a renunciar a mí. Te habría traído aquí, como te prometí, probablemente te habría cogido de la mano y te habría dicho lo que sentía de verdad. Tal vez te habrías reído, no de mí, sino de mi elección de la bebida. Puedo seguir viviendo ese momento el resto de mi vida. Cómo quiero encerrarlo en mi corazón: cada momento pasado contigo.

Miro la taza; el café caliente ya no está caliente. Pero lo bebo de todos modos.

Hay algo que me pincha dentro del bolsillo del pantalón; decido comprobarlo más tarde. Ahora mismo, no tengo fuerzas ni para levantar la vista de la taza, en cuyo fondo hay los últimos restos de café y algo de azúcar sin disolver. Siento un golpecito en el hombro.

"¿Necesitas más?"

Levanto la vista, sorprendido por la voz, pero no hay nadie. Evadiendo mis ojos, se ha dirigido al asiento de enfrente. Parece haber surgido de la nada y ahora está sentada con la mano bajo la barbilla, observándome, con las comisuras de los ojos arrugadas en una sonrisa.

"¿Lily?"

"Sí", se sacudió un mechón de su pelo rojo por detrás del hombro. "¿Por qué? ¿Te sorprende?"

"Bueno... sí". La había visto antes en mis sueños pero no me había hablado.

"¿Esperabas a alguien más?"

"Yo... No".

Puede que haya captado mi mentira. Ella estrecha los ojos un poco pero no dice nada. Nos quedamos en silencio. Estoy desconcertada; había tantas cosas que pensaba que quería decir, pero ahora no puedo. Echo un vistazo a la gente de las otras mesas y me pregunto de qué estarán hablando. Ella tamborilea con los dedos sobre la mesa y yo doy un golpecito con el pie.

"Lily, yo..."

"Los vientos están cambiando... Se avecina una tormenta".

Este repentino comentario suyo me intriga. Justo cuando lo dijo, un viento se levantó en el aire, recordándome los tiempos cambiantes. Entonces la miré con más detenimiento; tenía el mismo aspecto que recordaba, como si estuviera atrapada en el tiempo. Me alegro de que éste sea el recuerdo que conservo de ella. Juntos vemos el arco del sol en el cielo que se inclina lentamente hacia el horizonte y yo sigo buscando qué decir.

Ella suspira y se inclina más cerca: "Cada vez que vengo a ti, te rompo un poco más, ¿no?".

"Pero tenía que volver a verte". Le digo con sinceridad. "Necesitaba verte una última vez. Y saber que puedo afrontar la verdad sin romperme".

Ella se sienta y me observa y finalmente asiente cuando se convenció. Su rostro seguía siendo etéreo para mí, pero mi corazón no albergaba ninguna lujuria por ella.

"¿Has reunido por fin tus pensamientos? ¿Sabes realmente quién eres ahora?" Ella me interroga aún más. "¿Sabes por qué has sobrevivido? Siempre".

No sabía por qué hablaba en términos tan crípticos.

"La vida se me pegó como una enfermedad..."

"Ahora sabes tu propósito". Ella dice con conocimiento de causa. "Todavía te queda una cosa por hacer".

Hago una pausa antes de asentir lentamente con la cabeza. Opté por ignorar de nuevo el pinchazo en mi bolsillo y le pregunté por cortesía. "¿Quieres algo del menú, o...?"

"Oh Sev, vamos. Ambos sabemos que tienes que estar en otro lugar ahora mismo".

"N-no, yo-"

"¿De verdad? ¿Por eso has estado mirando a escondidas tu reloj por enésima vez?"

Señala mi reloj de pulsera y sonríe. "Y debo decir que es una excelente elección".

Miro hacia abajo y veo el reloj en mi mano, el que me regalaron, ahí presente como un recordatorio plateado. ¿Cómo es que lo ha visto todo?

Ella sonríe como si diera su permiso y yo contemplo su rostro, viendo que sus ojos brillan. Me levanto de la silla, sin molestarme en dar más excusas para quedarme más tiempo; de todas formas, es probable que vea a través de mí.

Ella también se levanta y se acerca a la mesa para recibirme.

"¿Tienes algo para mí?"

Debe de haberse dado cuenta de eso también y meto la mano en los bolsillos del pantalón y saco la peineta de concha de huevo de occamy. Lo coge sin dudar, sabiendo que ha sido para ella todo el tiempo. Se enrolla el pelo, revuelto por el viento, y se mete el peine en él.

"¿Qué tal estoy?"

Le sonrío con cariño. "Preciosa, como siempre".

Entonces sonríe alegremente y cuando todavía no me había movido de mi sitio, me da un empujón. "Ve..."

"¿Y tú...?"

"Ah, por supuesto, estaré bien". Agita una mano en señal de despido. "Me atiborraré de tus favoritos: croissants franceses con mermelada de fresa y una taza de su cerveza más fuerte. Ooh, ¡ya puedo olerlo! Ya están en camino. Te lo perderás, pero sé que tienes algo más importante que hacer. Entonces, vete. Ponte en marcha. Ya llegas tarde".

Me doy media vuelta para ir, pero luego vuelvo a girar y la atraigo en un abrazo. Hace mucho que no lo hago. A ella le debe hacer gracia mi intensidad, ya que su risa llena mis oídos.

Sólo abrazándola fuertemente, pude finalmente dejarla ir.

Esta noche, después de que Draco y Minerva se hayan ido, he ido a mi habitación libre. Abriendo la puerta de par en par busco algo que había guardado allí a buen recaudo hace tiempo. Al encontrarlo, salgo de mis aposentos, recorro los pasillos y salgo al campo. Camino sobre la hierba húmeda y llego a la orilla del lago negro. Como siempre, visualizo a Lily en el agua. Pero esta vez me sonríe. Esos ojos verdes ya no están decepcionados. Rebusco en mis bolsillos y encuentro el mismo peine de cáscara de huevo. Con un largo y profundo suspiro, lo arrojo al agua. El objeto enjoyado se hunde en las profundidades y las ondas ayudan a hacerla desaparecer. Ya no puedo verla. Así que miro al cielo.

"Ya voy Hermione... Ya voy..."

Últimos capítulos, recta final 0/3
se acerca el final😭🖤