El transcurso de camino hacia al departamento de Roseanne fue muy agradable para ambas. Se la pasaron conversando de las cosas que más les gustaba hacer y descubrieron que realmente tenían mucho en común.

Jennie no paraba de sonrojarse cada vez que Chaeyoung la llamaba linda, no es que fuese la primera vez que alguien la halagaba, definitivamente no, pero con Chaeyoung era diferente... Se sentía diferente.

—Es aquí —comentó Roseanne señalando por la ventana— Gracias por traerme Jennie, espero no haber sido una molestia para ti.

—Nada de eso Chaeyoung —respondió Jennie con una leve sonrisa. Prestó un poco de atención al enorme edificio que se encontraba al frente— Vivimos bastante cerca. Mi casa se encuentra a 20 minutos.

—¿En serio? Maravilloso, así podré visitarte a menudo —dijo Roseanne. Obviamente el sitio donde buscaron el departamento había sido escogido estratégicamente— Te invitaría a pasar, pero me imagino que debes tener muchas cosas que hacer...

—En realidad no hago mucho —admitió Jennie soltando una risita— Pero tampoco quiero molestar.

—Oh, de ninguna manera molestas Jennie —Roseanne le extendió la mano y Jennie la tomó con un poco de timidez— ¿Puedo invitarte algo de tomar? Por favor...

—Está bien... —Jennie asintió dirigiendo su mirada hacia su chofer— Mino, estaré con mi amigo, puedes esperarme aquí o ir a comer si lo prefieres.

—Con todo respeto... No puedo dejarla sola señorita —contestó el chofer— Su padre dijo que...

—Estaré bien Mino, si necesito algo yo te llamo, ¿de acuerdo?

Roseanne observaba la escena, era de esperarse que el chofer se pusiera renuente ante la idea de dejar a una de las chicas más pudientes y reconocidas de Seúl con un simple desconocido.

—Oye, está bien —interrumpió Roseanne— Solo quiero invitarla a tomar algo por el gesto de amabilidad que tuvo conmigo al traerme hasta aquí.

—Está bien... —aceptó aquel hombre aún sin estar del todo de acuerdo— Voy a permanecer aquí por si algo se ofrece.

—Gracias Mino —contestó Jennie y luego dirigió su mirada hacia Chaeyoung— Perdona... Él siempre cuida muy bien de mí, solo esta curioso de que haya aceptado venir con prácticamente un desconocido.

—Es verdad... ¿No crees que eres un poco confiada? Digo, yo podría ser un asesino o secuestrador y fácilmente te estarías entregando a mi —murmuró Roseanne con vacilación observando el semblante callado de Jennie— Estoy bromeando.

—Lo sé —respondió con simpleza— Sería muy loco que de verdad lo fueras, pero con esa carita tan tierna, dudo que seas así.

—¿Crees que soy lindo? —preguntó Roseanne de repente y sintió su pecho palpitar cuando Jennie asintió tratando de evadir su mirada— Tú eres hermosa Jennie.

—Gracias... —murmuró Jennie sintiendo su agarre ser intensificado por parte de Chaeyoung.

Caminaron juntas sin romper el contacto hasta que Roseanne tuvo que buscar en sus bolsillos la llave de su departamento.

—Vaya... Es muy lindo y acogedor —comentó Jennie observando a su alrededor.

Era un departamento bastante elegante, contaba con tres recámaras, una cocina, un comedor y una espaciosa sala de estar con una enorme pantalla plana que Lisa se encargó de comprar.

—Muchas gracias, aunque me imagino que debes estar acostumbrada a cosas mejores.

—Es verdad, pero lo cierto es que prefiero más lo simple y tradicional —confesó Jennie observando cada rincón— Si algún día logro independizarme, me gustaría vivir en un lugar como éste.

—¿Por qué querrías volverte independiente? Lo tienes todo, no tienes la necesidad de trabajar.

—No es lo mismo, no siempre quiero depender de mi padre, quiero superarme en algún momento, quiero ganar mi propio dinero —dijo Jennie con ilusión— Quiero comprarme un auto, un departamento, ropa, zapatos... Todo eso con mi propio dinero.

—¿Lo dices en serio? —preguntó Roseanne con impresión tomando la mano de Jennie para atraerla hacia su enorme sillón— No pensé que tuvieses esas aspiraciones. No todos los días se ve a una chica que lo tiene todo querer comenzar desde abajo. Eres... Eres increíble.

—¿Tú crees? —Jennie juntó sus manos contra las de Chaeyoung sintiendo un pequeño choque de electricidad— Nadie me había dicho eso antes... Todos mis amigos suelen ser un poco superficiales, a excepción de Irene y Nayeon, ellas son mis mejores amigas.

—Yo creo que tienes todo el derecho de querer superarte, yo haría lo mismo si estuviese en tu lugar —contestó Roseanne con su característica sonrisa— Ojalá que algún día puedas cumplir eso que tanto te anhelas.

—Muchas gracias Chaeyoung... Aprecio mucho tus palabras.

—A mí me encanta decirte palabras así —Roseanne por un momento se perdió en aquella mirada que aunque pareciese fría a simple vista, justo ahora mismo estaba expresando tantos sentimientos. Su mirada se desvío a sus labios...

¿Debería hacerlo?

¿Es muy pronto?

No supo exactamente cuánto tiempo estuvo detallando la cara de Jennie, pero justo cuando se armó de valor para acercar su cara a la de ella sintió a Jennie voltear su rostro de repente. Roseanne se sintió avergonzada, era obvio que Jennie no iba aceptar besarla solo por haberla salvado de un patán.

—Emm... ¿Qué te ofrezco de tomar? Mi hermano se encargó de surtir nuestro pequeño mini bar, apuesto a que lo tengo, tú solo dime —dijo Roseanne rompiendo el incómodo silencio que se había formado.

—No sé de bebidas, no suelo tomar —confesó Jennie— Sorpréndeme.

—Siendo así... —Roseanne sacó una botella de vino— Voy a mostrarte mi bebida especial, espero que te guste —tomó con sus manos dos copas de vino y se dirigió hacia Jennie.

—Hmm... ¿Qué es? —preguntó Jennie a la vez que tomaba un sorbo— Los licores nunca me han gustado, pero éste en especial me ha parecido delicioso, sabe a fresa.

—Es vino Fragolino de origen Italiano, me encanta por su color y porque es ligeramente espumoso —contestó Roseanne llevando la copa a sus labios y cerrando los ojos con satisfacción— No mentía cuando te dije que amaba las fresas.

—Me encanta...

—Me alegro que te haya gustado mi bebida especial —Roseanne extendió su copa hacia Jennie— Quiero hacer un brindis.

—¿Un brindis?

—Sí, un brindis por que hoy conocí a la chica más hermosa que mis ojos hayan visto —dijo Roseanne chocando su copa con la de Jennie— Por ti, Kim Jennie.

[💫]

—Jisoo... Que sorpresa verte por aquí — Wendy se tomaba el atrevimiento de sentarse en la silla libre de la mesa donde se encontraba Jisoo en compañía de Lisa— ¿No me vas a presentar a éste guapetón?

Jisoo rodó los ojos y suspiró con fuerza. A quien menos quería encontrarse ahora era a Wendy. No entendía como es que ella se consideraba amiga suya, quizás solo lo hacía como la mayoría en el club, por conveniencia.

—Hola... —susurró Lisa en tono amistoso— Me llamo Lin.

—Lin... —Wendy se acercó para dejar un beso sobre su mejilla a modo de saludo y así lo hizo, solo que fue más sobre la comisura de sus labios. Lisa se quedó realmente inmóvil ante tal recibimiento —Hwang Wendy, a tus órdenes.

—Gracias...

—¿Por qué no me habías dicho que tenías amigos tan guapos? —Wendy se dirigió a Jisoo esta vez— ¿Puedes creer que todos en el club están murmurando que estás saliendo con él?

—Así es —contestó Jisoo con firmeza— Lin y yo estamos saliendo, ¿no es así, caramelito?

—Eso es cierto... Cariño —respondió Lisa con una risa forzada— Somos novios, sí.

—¿Qué? No juegues Jisoo... Todos sabemos que a ti te van más las chicas.

—Pues resulta que te equivocaste, estoy felizmente en una relación con mi chico —Jisoo envolvió los brazos alrededor de Lisa— Y te voy a pedir que no vuelvas a besar a mi novio, por favor.

—Y-yo... Lo siento... No pensé que de verdad estuviesen saliendo —Wendy forzó una sonrisa y sin más se retiró del lugar— Permiso.

—Vaya... —murmuró Lisa logrando que Jisoo se soltara de su agarre y volviera a su postura— Yo...

—Si vamos a ser novios tiene que quedarte clara una cosa —Habló Jisoo con determinación— No vas a dejar que algo así se vuelva repetir ¿Entendido?

—¿A qué te refieres?

—¡Wendy! No creas que no me di cuenta que casi te besa en los labios —Expresó Jisoo en tono molesto.

—Creí que seríamos novios de mentira...

—Novios de mentira ante nosotros, pero novios verdaderos ante todo el mundo. O me vas a decir que Wendy te gustó ¿es eso? —cuestionó Jisoo con el ceño fruncido— Responde ¡Joder! Porque si es así entonces te dejo el camino libre para que vayas a besuquearte con ella —Lisa abrió la boca con impresión al ver a Jisoo irse caminando dejándola atrás.

—Jisoo... —Lisa corrió tras ella observando como todos a su alrededor las veían. Había muchos que estaban presenciando su primera pelea de "pareja"— Jisoo, espera...

—¿Qué? —Jisoo intentó soltarse del agarre que Lisa tenía sobre su muñeca— Suéltame.

—Vamos a hablar a un lugar más privado —dijo Lisa jalando su mano sin detenerse— Estamos llamando la atención de todos aquí.

—¿No quieres que Wendy nos vea? —preguntó Jisoo y Lisa se detuvo en seco— ¿Qué pasa?

—Veo que te estás tomando muy en serio eso de ser la novia celosa —murmuró Lisa con la vista fija en Jisoo mientras jalaba de ella posando las manos en su cintura— ¿Entonces estamos actuando ahora? ¿Qué se supone que hace un novio para reconciliarse con su novia? ¿Debería besarte ahora?

—N-no... Suéltame.

Lisa no le dio tiempo de hablar y se aproximó a juntar sus bocas. Al principio Jisoo puso resistencia pero luego de un par de segundos correspondió al casto beso que Lisa le brindaba. Se separaron por falta de aire y con las mejillas coloradas debido a los muchos pares de ojos que las observaban a su alrededor.

—S-supongo que ya no quedará ninguna duda de que estamos saliendo —murmuró Lisa tratando de ocultar su sonrojo— Como novia mía creo que debes conocer mi departamento. Mi auto está afuera... ¿Vamos? —Jisoo solo asintió sin decir una sola palabra.

El camino hacia el auto se tornó silencioso. Lisa no sabía si eso era bueno o era malo. Tal vez no debió besarla...

¿Por qué lo había hecho?

Ni ella misma lo sabía. Solo tenía claro que la situación se había vuelto incómoda.

—Lamento lo que pasó —Jisoo rompió el silencio luego de subir al auto de Lisa. Trataba de evadir su mirada fijando su vista sobre la ventana— Lo hice porque no podía permitir que me tacharan de cornuda.

—Ni siquiera conocía a la tal Wendy... Yo jamás podría tener algo con ella porque yo soy...

—Gay, sí ya lo sé, pero todos los demás no lo saben, ¿qué crees que van a decir de mi si dejas que una desconocida te besé y en mi propia cara?

—Bueno... —Lisa tragó saliva— Tienes razón... Te pido una disculpa, no volverá a suceder.

—Ya te dije que no tengo problema en que tengas tus aventuras, siempre y cuando seas discreto...

—¿Tú las tienes? —preguntó Lisa haciendo que Jisoo fijara su vista en ella — ¿Tienes aventuras?

—Sí, por supuesto que las tengo.

—Bien... —Lisa no supo cómo sentirse al respecto. Simplemente decidió cambiar de tema rápidamente— Ya casi llegamos a mi departamento... Te dije que tenías que conocerlo pero no te pregunté si de verdad querías hacerlo. En caso de que no... Puedo llevarte a tu casa.

—No, está bien, tienes razón, tengo que conocer el departamento de mi novio fake —dijo Jisoo observando por la ventana— ¿En serio vives por aquí? Estamos muy cerca de mi casa.

—¿En serio? Que coincidencia —comentó Lisa bajando del coche corriendo a abrir la otra puerta para que Jisoo pudiese salir— Supongo que eso es lo ideal en cualquier pareja... Vivir cerca.

—Supongo que sí —Jisoo bajó del auto y caminó siguiendo a Lisa.

—Si mi hermano está aquí te lo presentaré —dijo Lisa.

—¿Le vas a decir que lo nuestro es falso?

—¿Tú le dirás lo mismo a tu hermana? —cuestionó Lisa y enseguida Jisoo negó.

—Jennie no va a creerme si le digo que tengo novio. Todo el tiempo le he dicho que los chicos simplemente no me van.

—Bueno, yo tampoco creo que mi hermano crea que en la primera vez que visito ese club ya conseguí novia... —admitió Lisa— Creo que ellos pueden saberlo, me dijiste que no hay problema con tu hermana.

— Pues... No está de acuerdo, pero estoy segura de que no me delataría con nuestro padre, sé que puedo confiar en ella —dijo Jisoo con una leve sonrisa— ¿Es aquí? —preguntó al ver a Lisa buscar las llaves del departamento.

—Sí, es aquí —tan pronto como abrió la puerta se pudieron escuchar las risas de dos personas, una de ellas era inconfundible para los oídos de Jisoo.

—¿Jennie? —Jisoo se adentró al departamento observando como su hermana tenía las mejillas coloradas y el cabello ligeramente alborotado— ¿Qué haces aquí?

—¿Hermanita? —Jennie intentó ponerse de pie pero sintió que el piso a su alrededor se movía y volvió a quedarse en su sitio— ¿Qué haces tú aquí?

—¿Estás ebria? Tú nunca tomas... —Jisoo posó su mirada en la persona que acompañaba a su hermana— ¡Degenerado! ¿Qué le diste de tomar a mi hermana?

—Jisoo tranquila... Él es mi hermano Chaeyoung —Lisa frenó a Jisoo antes de que se dirigiera hasta Roseanne para posiblemente golpearla.

—La chica que está riéndose sola es mi hermana y ella nunca se pone así, algo le dio de beber tu hermano —reprochó Jisoo caminando en dirección a su hermana— Jennie, ¿cómo te sientes?

—Solo se le pasaron un poco las copas... Observa como esta Chaeyoung —señaló Lisa a Chaeyoung quien se encontraba ahora boca abajo en el sillón durmiendo plácidamente— Nadie se aprovechó de nadie, los dos están tomados.

—Te llevaré a casa Jennie —murmuró Jisoo colocando el brazo de Jennie sobre su hombro— Llamaré a Mino para que venga por nosotras.

—Espera... No puedes llevártela así, al menos espera hasta que despierte —comentó Lisa señalando como Jennie ya estaba medio adormilada— Ven, te ayudaré a llevarla a la recámara de huéspedes para que pueda recostarse mientras se le baja la borrachera.

—Chaeyoung... —musitó Jennie— Quiero estar con Chaeyoung...

—Jennie, no seas necia, vamos a que te recuestes —regañó Jisoo pero enseguida su semblante cambio al observar el pequeño bar de los hermanos Park— ¿Esa es una botella de Vino tinto Chateau Petrus?

—Sí —afirmó Lisa con orgullo.

—No puede ser... ¿Cómo la conseguiste? Siempre producen una cantidad mínima de estos vinos por año y según yo, esta vez se terminaron como pan caliente —Jisoo tendió a Jennie sobre el sillón junto a Roseanne y corrió hasta llegar a la botella de su vino favorito— No puedo creer que la tengas. Estas cosas son carísimas.

—Tengo mis contactos, ellos me apartaron un par de botellas —respondió Lisa acercándose a la barra de su mini bar— ¿Quieres tomar una copa conmigo?

—¿Bromeas? No pienso irme de aquí hasta que no nos terminemos hasta la última gota de ese grandioso vino.