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Capítulo 11: Enamoradas

Roseanne con un poco de dificultad comenzó a abrir los párpados lentamente encontrándose con la imagen de Jennie durmiendo plácidamente sobre su pecho. Una oleada de recuerdos sobre la noche anterior le vino a su mente.

Jennie le había pedido que se quedara con ella esa noche y Roseanne aceptó. Después de haber compartido un par de besos dulces y caricias tiernas, ambas cayeron en un profundo sueño.

Roseanne se sentía extraña.

La idea de jugar con los sentimientos de Jennie no le gustaba para nada. El solo hecho de pensar en lo que podría pasar cuando Jennie se enterase de que ella no era un chico sino una chica le aterraba.

¿Se alejará de mí?

Definitivamente lo hará.

Roseanne estaba tan perdida en sus pensamientos de culpa que no sintió cuando pequeñas lágrimas comenzaron a descender sobre sus mejillas. Se sentía la peor persona del mundo por engañar a Jennie de esa manera.

¿Pero qué podía hacer?

Su madre estaba de por medio.

—Chaeng... —murmuró Jennie estirando sus brazos y soltando un pequeño bostezo. Roseanne sintió su corazón palpitar ante esa imagen. Rápidamente se limpió los ojos tratando de mostrar una sonrisa.

—Buenos días —saludó Roseanne tratando de ignorar los latidos de su corazón— ¿Cómo amaneciste?

—Muy bien —Jennie esbozó una tierna sonrisa— ¿Y tú?

—De maravilla... —Roseanne dudó un poco sobre si debería tener contacto con Jennie. Ayer se habían besado prácticamente hasta quedarse dormidas, pero hoy estaba indecisa cuestionándose si debería o no acercarse de esa forma.

—¿En qué piensas? —preguntó Jennie girando su cuerpo para quedar frente a Roseanne.

—¿Te arrepientes de lo que pasó anoche?

—Oh no... Por supuesto que no Chae, ¿acaso te arrepientes tú? —preguntó Jennie con cierto temor.

—Nunca... —Roseanne se sentó sobre la cama viendo como Jennie la seguía con mirada— Eh... tengo algo que decirte.

—¿De qué se trata?

—Bueno... Es un poco complicado —Roseanne se rascó la nuca con nerviosismo— No sé cómo decirte esto Jennie, es que han pasado tantas cosas desde que te conocí... Tú haces latir mi corazón como nunca nadie lo había hecho y...

—Me ha gustado —interrumpió Jennie sorprendiendo a Roseanne— Me gustas.

—¿Lo dices en serio? —preguntó Roseanne con la respiración pesada al sentir a Jennie sentarse sobre su regazo.

—No sé qué me pasa contigo ¿sabes? Te juro que es algo extraño... Es decir, te acabo de conocer y mírame, ya te he pedido que pases la noche conmigo, seguramente debes pensar lo peor de mi —murmuró Jennie con la vista abajo— Te juro que es la primera vez que hago esto...

—Me siento afortunado, soy muy afortunado al estar así contigo. Jennie, me gustas... Lo digo en serio. Es la primera vez que me pasa —confesó Roseanne entrelazando sus manos con las de Jennie— Es la primera vez que una chica me gusta y estoy aterrado por sentir estos sentimientos...

—No estoy segura de estar comprendiendo —contestó Jennie con confusión— ¿No te había gustado antes una chica?

—Oh... —Roseanne tragó en seco sin saber cómo responder, simplemente se limitó a acercarse con nerviosismo hacia el rostro de Jennie para juntar sus labios.

Roseanne sabía que no era mucho el tiempo de conocerse, también sabía que no eran las mejores circunstancias para hacerlo, pero de algo si estaba segura... Cada vez sentía más hormigueos en el estómago al estar a su lado.

Jennie correspondió al tímido beso que Roseanne le brindaba. Se estaba enamorando... Por primera vez las tantas historias de amor que había leído estaban cobrando sentido.

¿Así es como se siente?

Jennie sentía morirse allí mismo. Los labios de Chaeyoung la hacían enloquecer haciéndola querer más y así hubiese sido de no haber sido interrumpidas por dos de sus amigas.

—Jennie, ya estamos aquí, lamentamos la demora, Nana no nos dejaba subir ¿puedes creerlo..? —dos chicas en la puerta se quedaron estupefactas al observar la escena— Lo sentimos... Siempre entramos a tu habitación sin avisar.

—¡Oh por Dios! Jennie... —Irene se cubrió la boca con sorpresa. Jennie por su parte se apartó de Chaeyoung y cubrió la mitad de su rostro con la sábana— Que calladito te lo tenías.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó Jennie sintiendo sus mejillas calientes de la vergüenza.

—¿Lo olvidaste? —Nayeon negó con desaprobación— Hoy iríamos de compras. Tzuyu y Seulgi también vinieron, pero ellas se pasaron directo a la habitación de Jisoo.

—L-lo había olvidado —contestó Jennie con sinceridad— ¿Qué hora es?

—Son las 10:00 am —respondió Irene sin quitarle la mirada de encima a Roseanne— ¿Quién es él?

—Park Chaeyoung, un placer —Roseanne estiró su mano para poder saludar.

—Irene Bae, pero puedes llamarme Irene —apretó su mano— Ella es Im —señaló a la otra rubia quien miraba adorable la escena.

—Soy Nayeon, ¿eres el novio de Jennie? —preguntó con curiosidad haciendo que Jennie se cubriera completamente con la sábana. Roseanne negó con la cabeza— ¿Entonces son amigos con derechos?

—No... Quiero decir, aún no somos novios todavía —contestó Roseanne— Yo creo que debería irme ya...

—¿Por qué tan rápido? ¿No quieres acompañarnos? —preguntó Irene sentándose a la orilla de la cama— ¿Pasaron la noche juntos?

—¿Eh? —Roseanne no pudo evitar sonrojarse. Era verdad, habían pasado la noche juntas pero no había pasado nada de lo que esas chicas seguramente se estaban imaginando.

—¡Irene! —Jennie le llamó la atención de inmediato.

—¿Qué? Solo quiero saber... Aunque es más que obvio que estuvieron juntos —murmuró Irene arqueando una ceja— Al menos dime si el chico es legal, porque yo lo veo un poco menor.

—¿Cuántos años tienes? —preguntó Nayeon— ¿De dónde eres? ¿Cómo se conocieron? ¿Tienes hermanos? ¿Cuánto mides?

—¡Basta! —Jennie se puso de pie llevándose casi a rastras a sus amigas hacia la salida— Esperen afuera...

—Pero yo quiero quedarme... Estábamos teniendo una conversación con el niño, Jennie no seas así —chilló Nayeon sin dejar de mirar a Roseanne quien yacía aún sentado sobre la cama— Se ve adorable, ¿por qué nunca nos contaste de él?

—No hay nada que contar, ¿podrían esperarme afuera? Por favor... —dijo Jennie casi en tono de súplica— No me avergüencen...

—No somos tontas Jennie, ¿de dónde sacaste a ese niño? Exijo detalles —contestó Irene tratando de mirar dentro de la habitación— No vamos a quitártelo, solo queremos conocerlo mejor.

—Por favor... No me hagan esto, ya es bastante vergonzoso que me hayan encontrado así con él... No quiero que Chaeyoung se sienta incómodo —murmuró Jennie con frustración— Esperen aquí mientras me cambio de ropa, ¿sí?

—¿O sea que va en serio con él? —preguntó Nayeon con impresión— No puedo evitar pensar en lo que Jongin pueda hacer cuando se entere que tienes novio...

—Ya lo sabe —contestó Jennie mientras se rascaba la nuca— Bueno, algo así...

—¿Cuánto más nos has ocultado Kim? —cuestionó Irene con los brazos cruzados— Nos debes una gran charla sobre esto.

—Sí, sí, hablaremos luego, solo esperen aquí mientras me cambio, ¿de acuerdo? —las chicas rubias asintieron y Jennie entró nuevamente a la habitación encontrándose con Chaeyoung tratándose de colocar sus zapatos con torpeza.

—Oh Jennie... ¿Todo bien? —preguntó Roseanne al percatarse de que Jennie la observaba— No quiero causar más molestias, así que creo que lo mejor será que me vaya ahora...

—No quisiera que te fueras... —confesó Jennie con las mejillas sonrojadas— Pero la que no quiere dar más molestias soy yo...

—Tú jamás me darás molestias —murmuró Roseanne armándose de valor para acercarse a Jennie lo suficiente hasta rozar sus narices. Antes de que Jennie se diera cuenta, Chaeyoung la tomó de las manos y ladeó un poco su cabeza para pegar sus labios con los suyos. Jennie no pudo evitar soltar un pequeño gemido al sentir la lengua de Chaeyoung adentrarse en su boca. Tras un par de segundos trató de seguirle el ritmo formando así una lenta y erótica danza de roces y sensaciones inexplicables para ambas.

Al momento de separar sus labios, Roseanne agacha su cabeza para ocultar el rubor en sus mejillas.

¿Qué fue eso?

Ni yo misma sabía que podía besar así.

Perdona... No debí —Roseanne se disculpó levantando su vista con lentitud hasta encontrarse con la imagen de Jennie acariciando sus perfilados y sensuales labios hinchados por el beso antes compartido.

¡Deja de mirarle la boca, Roseanne!

—Está bien, no pasa nada —contestó Jennie sintiendo un zoológico entero dar vueltas en su estómago— ¿Nos vemos después?

—Por supuesto... —susurró Roseanne sin poder apartar la vista de los labios de Jennie— T-te veo más tarde...

—Sí... —murmuró Jennie sintiéndose nerviosa ante la atenta mirada de Roseanne.

De acuerdo, me gusta.

Ya lo he admitido.

No puedo seguir escondiendo mis sentimientos.

Estás jodida, Roseanne...

***

Lisa arrugó su nariz al sentir leves cosquillas sobre la misma. Escuchó un par de murmullos que la hicieron abrir los ojos de golpe encontrándose con dos chicas desconocidas mirándola fijamente.

—Te dije que no la tocaras... Pero como siempre no puedes mantener las manos quietas Tzuyu —la regañó Seulgi— Buenos días chico.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó Lisa arrastrándose hasta la orilla de la cama.

—¿Nosotras? ¿Más bien qué haces tú aquí? —cuestionó Seulgi arqueando una ceja y señalando a su alrededor.

Oh por Dios, es la recámara de Jisoo.

¿Pero en dónde está ella?

—¿Dónde está Jisoo? —preguntó Lisa escaneando con su vista toda la habitación.

—¿Puedo tocar tu cara? —preguntó Tzuyu acercándose a Lisa con cautela manteniendo los ojos brillantes— Se siente tan suave... ¿Qué clase de chico eres? ¿Usas alguna mascarilla en especial?

—Y-yo... no —contestó Lisa pegándose a la pared tratando de escapar de las manos de Tzuyu.

Déjalo en paz, Jisoo te matará si ve que quieres tocar a su hombre —contestó Seulgi tratando de jalar a Tzuyu del brazo— Déjalo Tzuyu...

—Solo quiero tocar su rostro, te juro que es tan suave... Tócalo también Seulgi —Tzuyu atrajo la mano de Seulgi para llevarla directo a la cara de Lisa.

—¿Se puede saber qué están haciendo? —Jisoo apareció por detrás azotando la puerta del baño con fuerza. Al parecer estaba tomando una ducha, ya que tenía una toalla envuelta alrededor de su cuerpo— He hecho una pregunta y sigo esperando la respuesta.

—Tzuyu quería tocar a tu hombre, yo le dije que no lo hiciera pero ya sabes cómo es, ella lo tocó mientras estaba dormido —acusó Seulgi levantando las manos en señal de paz y liberándose de toda culpa— Yo no hice nada.

—Es verdad... Lo toqué, pero fue solo porque su rostro se veía tan... Tan...

—Cállate —la regañó Jisoo colocando sus manos sobre la cintura— Esperen afuera, ya salgo —ordenó y Lisa enseguida trató de huir del lugar hasta que fue detenida por Jisoo— Tú no.

—Jisoo, ¿él es el chico que te gust...—Seulgi le cubrió la boca a Tzuyu al ver la cara de nervios de Jisoo.

—Vamos abajo Tzuyu, vi que Nana preparó bocadillos —comentó Seulgi llevándose a Tzuyu sin darle oportunidad de decir una palabra.

Una vez que las dos chicas estuvieron fuera de la habitación, Jisoo se sentó sobre el borde de la cama esperando que Lin hiciera lo mismo, pero no lo hizo.

—Ayer me pasé de copas... —murmuró Jisoo con la mirada fija en el suelo.

—Sí... Creo que sí —dijo Lisa casi en un susurro.

—Gracias por traerme a casa...

—Tú... ¿recuerdas lo que hablamos anoche? —preguntó Lisa conectando su vista con la de Jisoo.

—No... —Jisoo mintió sintiendo un nudo en la garganta. La verdad es que lo recordaba perfectamente, pero le avergonzaba el hecho de que se haya sincerado con Lin.

Esta mañana Jisoo había amanecido con los brazos de Lin rodeando su cintura. Se negaba a aceptarlo, pero había sido la mejor noche de su vida. Jisoo siempre se había negado a compartir la cama con alguien más y cuando llegaba a hacerlo, hacían de todo menos dormir.

Jisoo había aclarado sus sentimientos. Ella gustaba de Lin y su pobre corazón le dolía al pensar que Lin no gustaba de ella ni de ninguna otra mujer... Pero al final obtuvo una pizca de esperanza al recordar que Lin le había confesado que tal vez se sentía atraído por ella.

Y Jisoo ahora vivía de esa esperanza.

Conquistaría a Lin sin importar lo que la gente a su alrededor diga. Lo conquistaría aún sin importar que sea un chico y no una chica.

A estas alturas ya no importaba nada, lo único que quería era permanecer a lado de Lin.

—¿De verdad? —preguntó Lisa dudosa.

—¿Hay algo importante que tenga que recordar? —preguntó recibiendo una negación por parte de Lin— Bien... Lamento que mis amigas te hayan molestado, ayer pasaron tantas cosas que olvidé por completo que tenía una salida planeada con ellas.

—No te preocupes por eso...

—Tu labio se ve mucho mejor hoy —comentó Jisoo queriendo acercar su pulgar para tocarlo pero deteniéndose en el intento— En unos días estará como si nada.

—¿Por qué actúas así? —preguntó Lisa observando la penetrante mirada de Jisoo sobre ella. La vio esbozar una linda sonrisa y gruñó sin saber porqué— ¿Por qué sonríes?

—¿Es malo que sonría? —Jisoo arqueo una ceja al ver el nerviosismo de Lin— ¿Te molesta que sonría?

—Todo lo contrario... —murmuró Lisa.

—Entonces... ¿Cuál es el problema?

—El problema es que no hay ningún problema —Lisa resopló y comenzó a caminar hacia la salida. Sus sentimientos por Jisoo cada vez eran más latentes, no estaba segura de cuánto más podría soportar sin confesarle toda la verdad que ahora la atormentaba— Creo que debo irme.

—Espera... —Jisoo la detuvo del brazo haciéndola girar— ¿No piensas despedirte de mí?

—¿Eh? —Jisoo se puso de puntitas para dejar un corto y rápido beso en la boca de Lin que duro apenas casi tres segundos.

—Ahora sí, ya puedes irte caramelito, te llamaré después —contestó Jisoo dejando caer accidentalmente la toalla que envolvía su cuerpo.

Lisa comenzó a balbucear con las manos. No podía articular palabra, incluso parecía que le faltaba el aire.

—E-estás d-desnuda...

—Oh... Es verdad, que torpe soy —respondió Jisoo fingiendo impresión— Levantaré mi toalla ahora —Jisoo se dio media vuelta y se agachó lenta y pausadamente dándole a Lin una perfecta vista de su retaguardia.

—P-por Dios... —Lisa reaccionó cubriéndose los ojos con las manos y después cayó casi desmayada al piso.

—Lin... —Jisoo se alarmó cuando vio a Lisa tocarse el cuello como si no pudiese respirar— ¿Te encuentras bien?

—As-asma... r-respirar... —Lisa estaba cambiando de color a un rojo intenso logrando que Jisoo corriera con pánico a auxiliarla.

—¡Dios mío! ¿¡Por qué nunca me dijiste que tenías asma!? —Jisoo comenzó a ejercer presión sobre el pecho de Lin. Eso lo había visto en las películas y esperaba que sirviera de ayuda— ¡Auxilio! ¡Mi novio se muere!

—¿Qué son esos gritos? —preguntó Tzuyu asomando su cabeza por detrás de la puerta— No creas que estaba espiando detrás de la puerta...

—Oh Dios... ¿Qué le has hecho? —Seulgi empujó a Tzuyu y entró enseguida— ¿No puede respirar?

—Y-yo... No lo sé, creo que tiene asma, ayúdame... —chilló Jisoo al observar cómo Lin se ponía de color morado— Resiste Lin...

—Si tiene asma debe tener un inhalador — Seulgi comenzó a revisar las bolsas de su ropa y Jisoo la detuvo enseguida — ¿Qué?

—No lo toques, yo lo hago —contestó Jisoo haciendo rodar los ojos de Seulgi.

—¿Por qué estás desnuda? —cuestionó Seulgi dándose cuenta de que Jisoo estaba como Dios la había traído al mundo.

—¡Lo tengo! —Jisoo sacó un inhalador del bolsillo trasero del pantalón de Lin y se lo puso en la boca inmediatamente— Aquí tienes Lin, respira...

—Deberías cubrirte —aconsejó Tzuyu— No querrás que le de otro ataque a tu lindo novio, casi lo matas Jisoo —bromeó soltando una risita al ver a Lin respirar correctamente otra vez.

—Oh cállate —contestó Jisoo mirándola mal.

¿De verdad se puso así solo por verme?

Jisoo no pudo evitar sentirse mal. Luego de ver que Lin estaba bien, simplemente se levantó del suelo y buscó su toalla para luego encerrarse en su cuarto de baño.

—¿Te sientes mejor? —preguntó Seulgi dándole unas cuantas palmaditas a Lin en la espalda.

—S-sí... Ya pasó —respondió Lisa tratando de regular su respiración— Muchas gracias...

—A mí no me des las gracias, si no hubiese sido por Jisoo quién gritó como loca para pedir auxilio, seguramente ya estarías en el otro mundo —dijo Seulgi mientras miraba la puerta por donde Jisoo se había ido hace unos momentos.

—¿Me dejarían unos minutos a solas con ella? —preguntó Lin tímidamente.

—¿No podemos quedarnos? —preguntó Tzuyu ganándose un golpe por parte de Seulgi— ¡Ay! Ya entendí, está bien, me voy.

***

Sana revisaba en su móvil la dirección que Mina le había dado por tercera vez.

Casualmente se había enterado de que las amigas que hizo en su año de intercambio escolar en Japón se encontraban de visita en Corea.

Gracias a la ayuda de Mina pudo conseguir la dirección del lugar en que se hospedan, quería darles una gran sorpresa.

Tocó el timbre de la puerta y fue recibida por un chico con una bolsa de frituras en sus manos.

Ay no, Mina me dio una dirección incorrecta.

¡Hola! — Saludó el chico con una amplia sonrisa — ¿A quién busca?

— Yo... Busco el departamento de las Park, pero creo que me he equivocado de departamento —contestó Sana con una sonrisa incómoda— Lamento la interrupción.

—Mi nombre es Kim Taehyung y solo te has equivocado de número de departamento, ellos viven a lado, incluso somos amigos —contestó Vernon.

—Un placer, soy Minatozaki Sana... ¿Entonces las conoces?

—¿A quiénes? —preguntó confundido.

— Pues a mis amigas...

—¿Cuáles?

—Acabas de decir que conoces a las hermanas Park —explicó Sana con paciencia.

—Ah sí, ellos son unos chicos geniales, hemos visto dramas juntos —agregó Tae mostrando su dentadura.

—¿Ellos quiénes? ¿De qué hablas?

—¿De qué estamos hablando? Más bien... ¿de quién estás hablando?

—De las Park...

—Sí, mis nuevos amigos.

—¿Amigos? —cuestionó Sana con el ceño fruncido.

Roseanne y Lisa le debían una larga y tendida explicación.

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