𝑈́𝑙𝑡𝑖𝑚𝑜𝑠 𝑐𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜𝑠.

―¡Jungkook!, ¡Jungkook!, amor, amor, todo va a estar bien, tranquilo, s~so, solo abreme, abre como te enseñe, por favor.―Hablé con desespero, escuchaba sus sollozos y sentía su miedo y angustia por el lazo.

Escuché un pequeño jadeo de dolor por parte de él, mi muñeco, mis bebés, odio el haberlos puesto en peligro, por ésto no quería que estuviera conmigo aún fuera mi destinado, empecé a escuchar como las cerraduras empezaban a abrirse, pero sus sollozos me ponían más nervioso, mi precioso Omega, la última cerradura se abrió, esperé que él se alejará y abrí la puerta del todo.

La primera imagen fue lo peor, el suelo lleno de líquidos y sangre, me voltee hacia él y sostenía con sus manos su barriga, inmediatamente lo jale hacia mí para inspeccionarlo.

―Los bebés, ya... Ya vienen, Alfa, tengo miedo.―Su carita hermosa estaba bañada en lágrimas.

Limpié sus lágrimas y lo cargue en modo nupcial para no tropezar su panza, sus feromonas estaban muy fuertes, el olor de la sangre también era muy fuerte, salí lo más rápido que mí cuerpo podía ya que no quería hacerle daño.

―¡Abre la puerta del elevador!, ¡Ahora!.―Mande a gritos a mis hombres.

Rápidamente entré en él y el elevador bajó los cuatro pisos del edificio, salimos al estacionamiento subterráneo y de inmediato las puertas de la camioneta se abrieron, metí a Jungkook en la parte de atrás e ingresé rápido.

―¡Acelera!, date prisa, si mis hijos nacen en el auto te irá mal.―Sentencie a mi hombre que de inmediato obedeció.

Mi precioso respiraba con dificultad, tomaba mi mano con fuerza, solté mis feromonas para tratar de apaciguar su dolor. Le daba besos a su rostro mientras acariciaba su vientre.

―Ya, ya, shh, papi está aquí, esperen un poco más, ya casi llegamos.―Hable cerca de su panza, se que ellos me escuchaban.―Ya mi amor, ya casi llegamos, resiste un poco más, el dolor pasará.

Llegamos al hospital privado, de inmediato los camilleros y enfermeras salieron, lo pusieron en un camilla, yo iba junto a él pero una Omega me apartó.

―No puede entrar caballero.

―¡Pero es mi Omega!.―La hice a un lado, pero se atravesó un camillero.―¡Dije que me dejen pasar!.―Saque mi arma del sacó y apunté.

No tenía humor para ser amable, mi Omega e hijos me necesitaban, empujé las puertas y ahí estaba mi muñeco, me extendió su mano y corrí a sostenerla, besé su frente.

―Jungkook, ¿Cuántas semanas te faltaban?.―Pregunto el médico.

―Tre~tres... mmmm.―Su dolor era insoportable.

―Muy adelantado el parto, pero no hay peligro, se veía venir, en caso de gemelos siempre pasa, ahora, del 1 al 10, ¿que tanto dolor sientes?.―Lo miró serio.

―Mi... ¡Mil!, ¡Aaag!.―Jungkook gritó de dolor.

―No estás dilatando, tendrá que ser por cesárea.―Imendiatamente me alarmé.

―En eso no quedamos.―Fruncí el ceño.

―Señor Kim, su Omega es primerizo y trae gemelos, que si no mal recuerdo están muy grandes, el parto natural podría complicarse, es mejor evitar desgracias, se le llevará a quirófano, pero no puede entrar.

De inmediato varias enfermeras entraron y empezaron a conectar a Jungkook a varios aparatos, lo ayudaron a inclinarse hacia adelante y le inyectaron una parte de la espalda baja, mi muñeco hizo una mueca de dolor.

―Es una epidural, calmará el dolor, con permiso.―Llevaron la camilla a otro lugar, salí junto a él.

Los seguí hasta las puertas del quirófano, besé su mano y sus labios.

―Todo estará bien, amor, te amo, te amo mucho.―Bese sus labios.

Jungkook me miró con lágrimas en los ojos y se negaba a soltar mi mano, pero era urgente que entrará, así que a regañadientes lo solté y desapareció de mi vista.

―Aquí estaré amor, aquí estaremos.―Mi alfa le habló a su Omega

𝐶𝑜𝑛𝑡𝑖𝑛𝑢𝑎𝑟𝑎...