Epílogo
Actualización 2/2
— ¡Kim Seokjin! — Su omega definitivamente sonaba molesto. — ¡Deja eso y ayúdame!
Jimin apareció en la puerta cargando al pequeño Jiho, su cachorrito ya tenía dos años de edad, pero le encantaba estar en los brazos de Jimin o de él. Pocas veces se le veía caminando.
Quizás él era el culpable por eso, pero simplemente no pudo resistir la carita de su cachorro cuando le mostraba esos grandes ojos bonitos iguales a los de su papá omega. Su pequeño era un completo manipulador mimado… Y él estaba para complacerlo.
— ¿Puedes dejar de jugar y ayudarme? — Si, tal y como había pensado. Jimin estaba muy molesto. — ¡Tus padres y mis padres llegarán en dos horas! Y te recuerdo que Tae, Minjae y sus cachorros estarán aquí antes.
— Lo siento Minie, te juro que te ayudaré. Pero solo dame tres minutos más, esto es de suma importancia — suplicó con sus manos juntas.
El ceño de Jimin se frunció más.
Wow eso no debería de ser posible.
— ¡Estas jugando con Jiwoo a la hora del té! ¡Que puede ser de suma importancia!
— Es que el señor Panda esta por contar un chisme que al parecer tiene que ver con su amigo, o más bien su ex amigo, el señor Osito de Peluche Gris, que por si no te has dado cuenta no está invitado en esta ocasión a la hora del té.
Explicó rápidamente, señalando a los involucrados para que Jimin entendiera a quienes se refería. Cuando finalmente vio a su esposo, una mueca asesina cubría su rostro.
— ¡Bien! — contestó indignado —. ¡Te ayudo! Pero estaré muy molesto si el señor Panda ya no me cuenta el chisme más tarde. — Tomó entre sus brazos a su hija de cuatro años y le dio un beso en la frente. — Princesa, tu varonil padre tiene que ayudar a tu papá Jimin, así que hagamos otra hora del té cuando los abuelos, los tíos y los primos se vayan.
— Esta bien papi — aceptó su cachorra dejando un beso en su mejilla y volviendo rápidamente a su sillita para seguir jugando con sus peluches.
Caminó hasta donde su esposo lo esperaba y tomó de sus brazos al cachorro mimado que ya le estaba extendiendo sus bracitos.
— En que te ayudo amor mío.
— Seriamente, hay días en los que pienso que tengo que criar a tres cachorros en lugar de dos. — Jimin suspiró. — Por el momento solo sostén a Jiho mientras termino con el desorden de la sala. Y revisa la comida, dentro de poco tenemos que empezar a calentar lo que necesite ser calentado para comer en cuanto nuestros padres lleguen.
— Esta bien. Pero sigo sosteniendo que para nuestro próximo aniversario de casados, simplemente salgamos a un restaurante, esto de dejar que nuestras familias solo usen nuestra fecha importante para venir a acabarse nuestra comida me es indignante.
— Tu haces lo mismo en el aniversario de bodas de Minjae y Tae — le recordó Jimin con una sonrisa en el rostro.
— Cierto, pero igual soy yo quien cocina, así que estoy en todo mi derecho de comer como si no hubiera mañana.
Jimin dejo un rápido beso en sus labios y fue escaleras abajo para continuar con la limpieza.
Esperaba que Taehyung y Minjae no tardarán mucho en llegar, el beta siempre era bueno en calmar el lado obsesivo que su Jimin siempre mostraba cuando organizaba alguna fiesta o reunión. Y el estaría encantado de poder distraerse con su hermano y los cachorros de este.
Ahora ya no perdía oportunidad en hablar con Minjae. El tiempo que duraron distanciados había sido demasiado a su parecer. No tardaron mucho en volver a conversar después de la boda de Namjoon y Hoseok, pero sin duda hubo algún tipo de barrera interponiendo se entre ellos. Pasó tiempo antes de que su hermandad tomara los matices de antes, aunque había tomado menos tiempo que la reconciliación con sus padres.
Hasta la fecha seguía un poco indignado de que sus padres comenzarán a hablar antes con Jimin que con él.
Pero finalmente volvieron a ser una familia que sólo se volvió más numerosa, y ruidosa, con la llegada de los cachorros.
Había días en que miraba hacia el pasado, nostalgia por algunos recuerdos y decepción por otros cuantos. Sin duda las malas decisiones habían formado parte de esos últimos momentos.
Las malas decisiones los llevaron a mentiras, y después a más malas decisiones, hasta que llegó al punto de herir a una persona que quería mucho… y a herirse a si mismo en el proceso.
Afortunadamente también hubo muchísimos más recuerdos buenos que superaron a los malos. Y estaba seguro de que vendrían más y más de esos felices y emocionantes momentos.
Con solo cinco años de casado con Jimin, ya tenía innumerables relatos felices que compartir.
— Mira quién se ve todo alfa con un moño rojo en su cabello — se burló Minjar en cuanto atravesó la puerta sosteniendo a su cachorro más pequeño y tres pañaleras de aspecto pesado.
Taehyung paso a su lado con los otros cachorros siguiéndolo de cerca, posiblemente buscando a Jimin.
Se adelanto para encontrarse con su hermano menor y ayudarlo con las pesadas pañaleras que cargaba. Cualquiera podría decir que Taehyung era quien quería estar siempre preparado para cualquier emergencia con sus cachorros, pero todos en su círculo de amigos sabían perfectamente bien que Minjae era quien llenaba personalmente esas pobres mochilas hasta el tope. Si su hermano pudiera meter ahí al doctor de los cachorros sin duda lo haría, porque no podía ni siquiera ver un corte en sus pequeños niños.
Pff… y Jimin se queja porque yo los consiento.
— Yo soy un alfa muy alfa y no me va a asustar que mi pequeña me ponga listones y broches en el cabello. Es natural que quiera ver como lucen las cosas bonitas en un rostro aún más hermoso.
— Realmente no tienes remedio hyung, nunca cambiaras.
— ¡¿Yo?! — gritó dramáticamente —. Piensa antes de hablar hermanito, tu eres quien se supone que estaría aquí hasta dentro de una hora, pero sin duda llegaste antes porque quieres husmear entre la comida que prepare.
— Culpable — aceptó rápidamente Minjae —. No puedo negar eso, la comida de hyung siempre será mi favorita.
— Jin, cariño. — Jin se asomó a la cocina. — No olvidaste que se suponía que revisarlas la comida, ¿cierto?
— Nunca olvidaría las órdenes de mi amado esposo.
A pesar de que si se me había olvidado.
— Excepto por las veces que se te olvido que pasarías por Jiwoo a la guardería — enumeró Jimin con sus deditos —, cuando olvidaste las tareas que te deje escritas porque en su lugar te fuiste a acampar con los niños-
— En mi defensa — interrumpió a su esposo —, eso último no lo olvide simplemente preferí tener un poco de diversión con mis cachorros en lugar de hacer tareas aburridas.
Otra mirada asesina de su esposo.
Le estaba dando muchas ese día.
— Solo revisa la comida Jin, antes de que yo quede viudo.
— Lo que ordenes amor mío.
Jaló a su esposo para un rápido beso antes de ir a hacer exactamente lo que le había dicho su Jimin.
No porque le tuviera miedo a sí omega enojado.
¡Claro que no!
Simplemente porque lo amaba demasiado y siempre quería ver feliz a su bello esposo.
Su Jimin.
Su único amor y su único omega destinado.
Agradecimientos —》
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