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Capítulo 2

Simplemente una tortura.

Últimamente siempre era torturado mientras se encontraba en su trabajo porque el menor siempre estaba ahí para visitar a Taehyung. El aroma dulce de Jimin parecía arraigado en sus fosas nasales con tanta fuerza que no importaba que él estuviera en un extremo de la cocina mientras Jimin permanecía al otro lado de aquel mismo espacio, era como si el tierno omega estuviera lo suficientemente cerca como para poder estirar su brazo y envolverlo en un abrazo apretado.

Si tan solo un hubiera cruzado esa línea hace más de dos meses atrás.

— Jin, es fin de semana y el restaurante está repleto, no es momento de que descanses.

Su muy gruñón amigo lo estaba mirando con una expresión sumamente molesta. Parecía un gatito molesto apuntó de arañar a alguien.

— Yoongi, soy mayor y por lo tanto tu hyung. Haber dilo conmigo, Jin-hyung.

— Como sea. Recuerda que estamos en el trabajo no es momento de distraerse.

Bien, eso se lo recordaría la próxima vez que el pelimenta se quedara con la mirada soñadora. Su amigo sin duda tenía un enamoramiento por alguien, conocía demasiado bien a ese omega como para darse cuenta del brillo de esperanza que se mostraba en la mirada gatuna del menor cuando tenía un enamoramiento, pero claro que no se lo había mencionado pues su amigo tendía a bloquearse en si mismo si le mencionaban las palabras relación amorosa.

Era frustrante no poder retirar los insultos que el hermano alfa de Yoongi implantó durante la adolescencia de su amigo, no sabía cómo hacerle entender que ser un omega no era malo. Él quería que su amigo no temiera ser el mismo, que no reprimiera a su lobo interior y que coexistiera de manera apacible con su lado instintivo.

Y tú eres el mejor ejemplo de ello.

Se burló de su propio pensamiento, pues definitivamente él era el menos indicado para hacerle entender a Yoongi que no era bueno reprimir su instinto, después de todo él había pasado casi dos años ignorando el llamado silencioso de su tierno Jimin.

No, Jimin solamente. No era suyo y él mismo era el único culpable.

Creyó que en algún momento podría finalmente estar con el omega sin que nadie se interpusiera, creyó que Minjae pronto se cansaría de su primer noviazgo oficial, creyó que Jimin no soportaría ocultar el secreto... simplemente creyó que todo se solucionaría con nadie sufriendo.

Pero ya había pasado más de un año y medio. Ya había perdido su oportunidad de aclarar las cosas con Minjae, ya tenía el resentimiento de Jimin ganado y ya no tenía la cara para explicarle las cosas a sus padres sin sentir vergüenza y arrepentimiento. También era probable que sus amigos se conmocionaran un poco pues nunca les había dicho ni una sola palabra a Yoongi y a Namjoon sobre el día que conoció a su omega destinado, él no quería decepcionar a esos dos que a pesar de sus bromas lo creían alguien de buen juicio y en quien podían confiar y apoyarse como el mayor.

Si, él era observador y por lo regular podía ver con claridad la solución de diferentes situaciones, además de que le era fácil leer a los demás. Pero su buen juicio desaparecía por completo cuando se trataba de Jimin.

— Aún no sabemos cuanto durará el celo de Hobi, Minie.

— Normalmente son solo tres días Tae. Así que nuestros planes para esta semana no tienen que cambiar.

Inevitablemente se dio media vuelta en cuanto la dulce voz de Jimin lleno la habitación con ese toque de diversión que lo podía hacer sonreír instantáneamente. Ya no podía borrar su sonrisa, pero a nadie le parecería extraño ya que todos tenían esa sonrisa discreta que trataban de ocultar por la conversación que mantenían ese par de indiscretos amigos.

— Eso era antes Jiminie, cuando tenía que tomar supresores. Ahora está con Namjoon-hyung.

— Pero Namjoon-hyung es un beta, no tiene hormonas para estimular y prolongar el celo de Hobi.

— No tiene hormonas, pero creo que se como puede estimular a Hobi-hyung — respondió Taehyung con un movimiento sugestivo de cejas y una sonrisa grande y traviesa.

— ¡Yah! Ustedes dos. — Su sonrojado amigo pelimenta se acercaba a la pequeña mesa que había cerca de la puerta con un ceño fruncido que pretendía ocultar su vergüenza por el tema. — Se dan cuenta de que están divulgando algo que es privado para Hobi y Nam.

— Lo sentimos Yoongi-hyung — dijeron al unísono el beta y el omega, sin lucir muy arrepentidos a decir verdad.

Y eso también lo notó Yoongi, quien ya estaba por comenzar una nueva serie de regaños para el par de amigos. Él tenia que interferir, por el bien de su amigo claro, no porque su lobo gruñera al ver al tierno omega pelirrosa siendo amonestado.

— Vayan a la oficina de Nam para que puedan conversar. O si prefieres puedes terminar ahora tu turno Tae, de cualquier manera ya estamos por cerrar.

Su mirada solo se enfoco en los ojos ocre del sonriente beta, no podía permitirse ver los bonitos ojos azul grisáceo de Jimin y arriesgarse a que todos sus sentimientos se desbordaran en una sola mirada. Aunque casi podía palpar la decepción que sus acciones le provocaban al tierno omega pelirrosa, su lobo sufría en su interior por causarle esos sentimientos negativos a su pareja.

 El dolor en su pecho se volvía más y más difícil de ignorar conforme el tiempo transcurría, tan cerca y a la vez tan lejos de su tierno omega. Escuchó la respuesta de Taehyung, asintió a las palabras de Yoongi y fingió una sonrisa cuando vio las de los demás pero realmente no tenía ni idea de lo que sucedía en esa habitación cuando su vista se bloqueo con la de Jimin. Al principio sólo trataba de dar una rápida mirada al tierno pelirosa de bellas mejillas ruborizadas, no contaba con que esos ojos claros estuvieran buscando su atención con ese brillo un poco desesperado que siempre parecía llamarle silenciosamente.

Por ello siempre evitaba mirar en dirección a Jimin, precisamente por ese anhelo que podría ser evidente para cualquiera, sobretodo para su hermano Minjae.

Desvío su mirada rápidamente y comenzó a mover sus manos sin poder darles una tarea en específico, solo acomodaba y volvía a desacomodar los utensilios e ingredientes que estaban a su alcance tratando de parecer enfocado en algo.

— Jin deja de jugar, no te salvarás de la limpieza.
Yoongi lo miraba con un ceño fruncido mientras se encargaba de dejar su área impecable.

El débil rastro del aroma de los jazmines era lo único que quedaba en la amplia cocina, Jimin y Taehyung debieron de haber salido mientras el estaba absorto en tratar de evitar al pequeño omega.

— Soy hyung.

— Sí, sí, como sea, tenemos que comenzar a limpiar.

— Siempre tan responsable mi enojón amigo. — Rodeo los pequeños hombros de su amigo omega su brazo alejándolo un momento de su tarea. — Como tu buen hyung, hoy te invitaré a beber y dejaré que te emborraches todo lo que quieras para que te liberes un poco de todo ese estrés que acumulas.

— No lo haces por mi, tú solo quieres ir a tomar — respondió el pelimenta manoteando para librarse de su agarre —. Deberías de ir a casa con tu hermano y Jimin para que pases un momento tranquilo.
Si tan solo su amigo supiera que ese "momento tranquilo" sería su mayor tortura.

— Eres un mal amigo Yoongi. No te cuesta nada acompañarme, no es como si te fueras a encontrar con algún novio secreto o algo así — si, acúsenlo de remarcar a propósito las palabras "novio secreto".

— No di-digas tonterías.

Llámenlo infantil, pero realmente le gustaba vengarse de su amigo por su actitud y ver el sonrojo de Yoongi cubrir por completo el cuello, cara y orejas fue satisfactorio para él.

Quería que llegara el momento en que su amigo finalmente se diera la oportunidad de amar y de aceptar su lado omega, y también ansiaba conocer a quien provocaba esos suspiros en el pelimenta, tendría que ser alguien excepcional porque su amigo no merecía menos.

Terminaron de cerrar el restaurante con su mente aún decidiendo su siguiente parada. Estaba ciertamente agotado por estar horas de pie cocinando y buen baño caliente sonaba como la mejor de las ideas, pero no en un departamento donde el tierno omega pelirosa le sonreía a Minjae en lugar de a él. Optó por la opción que menos quería en ese momento pero que le serviría para alejar sus pensamientos por algún par de horas.

Dirigió su auto al bar más cercano a su departamento para que fuera más fácil conducir de regreso a su hogar después de beber algunos tragos. Además ese lugar era tranquilo, la música no estaba tan alta y el bar raramente estaba lleno sobrepasando su capacidad, era un lugar ideal para solteros que buscaban un momento tranquilo y conversaciones amenas.

El bartender beta se había convertido en un buen amigo pues siempre tenía historias entretenidas y graciosas que contarle para alejarlo de sus propios pensamientos por algunos momentos.

— Jae Hwan, amigo mío, por favor dime que durante este par de semanas lograste recopilar algunas divertidas historias para mi.

— Solo lo mejor para mi amigo — dijo el alegre y rubio beta mientras le colocaba enfrente su bebida favorita y le regalaba un guiñó igual que los que él hacía.

Se dejó llevar por los graciosos gestos y las contagiosas risas de su amigo desconectándose por un agradable rayo del tierno omega pelirosa que siempre ocupaba su mente.

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