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Capítulo 19

Llevaba diez minutos viendo la pantalla de su celular, leyendo una y otra vez el mensaje de Minjae donde decía que lo esperaba en el departamento para que ambos tuvieran una tarde de películas. Era solo martes, pero al parecer tenía unos días libres después de dos meses de estar en Daegu.

Todo parecía normal.

Parecía que nada había cambiado en su relación con Minjae.

Pero todo había cambiado.

Él ya no anhelaba el toque de nadie que no fuera Jin, él sólo quería olfatear el aire lleno del aroma terroso combinado con árbol de cedro. Su lobo solo demandaba la presencia de Jin, su alfa.

Y Minjae se merecía dejar de ser engañado. Necesitaba la verdad.

Le había prometido a Jin que esperaría por él para contarle la verdad, y lo haría. Pero ya no podía pasar otro día siendo novio de Minjae, ya no quería engañar al menor por el simple hecho de que no lo merecía.

Tomó su celular y abrió la aplicación para pedir un auto, se puso su chamarra y se despidió de su papá con un beso en la mejilla. Estaba en la acera esperando por el coche cuando unos brazos lo rodearon y el aroma de su madre invadió sus fosas nasales.

— ¿A dónde va realmente mi pequeño?

A su papá le había dicho que iba más temprano a su nueva academia para asegurar algunos detalles, el omega mayor no dudó pues faltaba muy poco para la gran inauguración, pero con su madre ya no había necesidad de mentir.

— Al departamento de Minjae. Necesito terminar mi relación con él, se merece ya no estar atado a alguien que nunca va a amarlo de la manera que él quiere.

— Entiendo. — Una mano cálida de su madre se posó delicadamente sobre su mejilla para girarlo un poco y así poder conectar sus miradas. —  El aroma de tu tristeza es muy fuerte mi pequeño, quizás no te des cuenta pero incluso esta opacado tu aroma. Tu hermano y tu papá se dieron cuenta, por eso tu padre me mando aquí afuera para hablar contigo. Le diré que solo tienes algunos problemas en los que pensar pero más vale que ese alfa tuyo, Jin, arregle la situación pronto porque tu familia odia saber que algo te pasa y no puede ayudarte.

— Lamento preocuparnos.

— No lo lamentes, siempre nos preocuparemos por ti mi bello cachorro y sabemos que no puedes ser feliz cada segundo de tu vida, pero siempre trata por favor de tomar las decisiones que te pondrán una sonrisa en tu rostro, tu familia siempre te apoyará en el camino que elijas.

Unas lágrimas escaparon de sus ojos. Se aferró a la pequeña cintura de su madre en un fuerte abrazo.

— Gracias mamá. Te amo. Los amo a ti, a papá y a Jihyun.

— Y nosotros te amamos a ti. — La mayor le dio un beso en la frente y después lo dirigió al auto que ahora estaba estacionado frente a ellos y que no había notado. — Ahora ve con Minjae y llama si necesitas que vaya por ti. No me iré al trabajo hasta que tu estés de regreso en casa.

Le abrió la puerta de coche le dio otro beso en la mejilla y se despidió con una gran sonrisa en su rostro.

Todo el camino, su me se te mantuvo ocupada tratando de encontrar las palabras adecuadas para decir. Pero no conseguía nada. Lo primero que Minjae querría saber, sería la razón por la que terminaba con él y no podía encontrar algo que lo justificara.

Simplemente Minjae nunca había hecho algo malo durante el tiempo de relación que mantuvieron. Nunca había tenido un mal comportamiento o mala actitud, era educado, risueño y constantemente de buen humor. Algunos lo llamarían un novio perfecto. Pero él no quería a Minjae, quería a Jin.

Un dolor punzante comenzó en la parte posterior de su cabeza, se sentía desesperado, mareado y muy sensible por todas las emociones que se acumulaban en su pecho.

Para cuando estaba frente a la puerta del departamento, el dolor de cabeza se había vuelto más fuerte, su estómago se retorcía como si fuera a vomitar y las palmas de sus manos sudaban.

Durante los días pasados había estado en ese mismo lugar con sentimientos completamente opuestos, en esos momentos estaba feliz y ansioso por ver nuevamente  Jin, por pasar tiempo con el haciendo absolutamente nada, solo acurrucados en el sofá más grande viendo una película juntos o hablando de cualquier cosa o simplemente en silencio enredados en los brazos del otro.

Pero esta vez se sentía tan diferente.

Estaba ansioso pero era de una manera tan diferente.

Toco el timbre esperando que Minjae se demorará mucho tiempo en abrir la puerta, pero no tuvo suerte, tan solo unos segundos después el alfa pelinegro le sonreía cálidamente.

— Hola Minie. — Minjae lo abrazo y se separó rápidamente, con preocupación en su rostro.— ¿Qué te pasa Minie? Hueles a tristeza y estas temblando. — En un intento de conseguirle calor, las manos del alfa frotaron sus brazos a través de la chamarra, pero el temblor en su cuerpo no tenía nada que ver con el frío. — Déjame llevarte al sofá y traerte una manta.

Fue acomodado con delicadeza entre suaves cojines y en menos de un minuto ya estaba siendo envuelto en una cobija calentita. Minjae no se quedó sentado a su lado, se escuchaba moviéndose en la cocina.

Algo estaba realmente mal con él, no eran solo sus emociones acumuladas. Su lobo se movía inquieto en su interior, aullaba tristemente y pedía por su alfa, por Jin.

Un calor se acumulo en su vientre bajo y de repente todo tuvo sentido.

Su celo.

No, no, no. Por favor no.

Se deshizo de la manta que lo envolvía, pero eso solo provocó que su aroma quedara libre y que Minjae lo volteara a ver desde la cocina. El alfa dejo lo que estaba haciendo y se acercó a él.

— Por un momento me asuste, pensé que estabas enfermando gravemente y si era así estábamos perdidos porque los únicos cuidados que se dar a un enfermo es preparar té. — Con movimientos rápidos, levantó la manta del suelo y la dobló. La colocó nuevamente sobre el sofá y le extendió una mano mostrando una sonrisa. — Vamos te llevare a la habitación y le mandare un mensaje a tu madre para avisarle que tu celo llegó.

El miró con miedo la mano de Minjae. El era un omega en celo y Minjae un alfa con el que ya había compartido momentos así anteriormente. La piel de su cuerpo comenzaba a cosquillear y un calambre atravesó a lo largo de su vientre bajo pero se negó a tomar la mano que le ofrecía el menor. Se negó a ser dominado por su instinto que le decía que se acercara a ese alfa, el no quería otro alfa que no fuera Jin, no importaba lo familiar que Minjae oliera.

— ¿Qué pasa Minie? — El menor avanzó un paso y él retrocedió dos. — ¿Jimin?

— No te acerques.

— ¿Por qué? ¿Qué tienes?

Minjae volvió a avanzar y el volvió a retroceder.

— Por favor n-no te acerques — suplicó con lágrimas empezando a mojar sus mejillas — …quiero irme.

 Trató de moverse hacia un lado, si rodeaba por detrás del sofá podría llegar a la puerta sin tener que pasar muy cerca del alfa pelinegro. Pero Minjae se movió más rápido y lo sujeto por la cintura cuando se parí frente a él.

— No puedes salir así Jimin. Te llevaré a mi habitación.

— ¡No! — gritó con verdadero miedo de que el alfa cumpliera con sus palabras, él no sería rival para la fuerza de Minjae si este decidía cargarlo y llevarlo ahí.

Con desesperación, comenzó a manotear y retorcerse hasta que el alfa lo soltó. Corrió a la esquina de la pequeña sala donde el sillón de una plaza estaba apenas separado un poco de la pared.

— ¡No te acerques!

Tomo uno de los cojines del sillón y lo aventó sin dirección especifica, no quería que Minjae se acercara pero tampoco quería lastimarlo.

— Jimin  necesito que te tranquilices. Soy yo, Minjae. Estas a salvo conmigo.

El menor hablaba lentamente y extendió los brazos, como si estuviera tratando con un perro asustado que podía morderlo en cualquier instante. Y quizás no estaba muy lejos de la realidad, porque estaba dispuesto a luchar con todas sus fuerzas para que Minjae no lo tocara.

Y lo hizo cuando vio que Minjae volvía a avanzar. Lanzó el otro cojín que le quedaba cerca y después el cuadro con una fotografía de la familia Kim que colgaba en la pared encima del televisor, y después solo agarro cualquier objeto a su alcance. No le estaba apuntando a Minjae, solo los lanzaba contra la pared opuesta o contra el piso.

— Por favor basta Jimin, te puedes lastimar.

Miró el rostro preocupado del pelinegro y los ojos húmedos. Eso solo lo hizo llorar con más fuerza.

— No te acerques… por favor — suplicó una vez más y en esta ocasión Minjae asintió.

— Esta bien, no me voy a acercar. Voy a salir del departamento, pero por favor no te muevas de ahí y no trates de irte. Buscaré ayuda.

El alfa se fue y el departamento quedó en un silencio sofocante que lo hizo observar a su alrededor y ver el desastre que el mismo había creado.

Retrocedió gasta que su espalda tocó la pared y se deslizó hacia abajo llorando. El dolor de su celo sólo se sumo a lo más que ya se sentía física y emocionalmente.

Perdió la noción del tiempo y solo se quedó ahí envolviéndose a sí mismo para tratar de alejar el sentimiento de frío que lo hacía temblar a pesar de lo cálido que estaba el ambiente de la sala.

Lo que parecieron horas después, escuchó como la puerta del departamento volvía abrirse y entró en pánico.

Volteó en busca de algo que lanzar y sostuvo fuertemente el jarrón pequeño que estaba en la mesita lateral del sofá, podría haber agarrado algo más grande pero se negaba a dejar su posición en la esquina de la habitación.

Rodeo una vez más sus rodillas con sus delgados brazos y apuntando el recipiente de vidrio entre sus dedos frente a él un segundo antes de que la puerta se cerrara y unos pasos se escucharan acercarse.

— ¡No! ¡Vete!

— Minie, soy Hobi. — Una roja cabellera se asomó por un lado de la pared y la sonrisa de su mejor amigo quedó a su vista. — ¿Puedo acercarme?

Asintió lentamente mientras soltaba lo que sostenían sus dedos y dejaba que más lágrimas salieran de sus ojos humedeciendo los caminos que ya se habían secado un poco sobre sus mejillas.

El mayor se arrodillo frente a él y extendió los brazos. De inmediato se adentró entre ellos necesitando ese calor más que nada en ese instante.

Su amigo los acomodó hasta que quedó recostado contra la pared y él encima con su cara escondida en el pecho del mayor. Suaves caricias empezaron a recorrer su cabello y el aroma conocido solo hizo que soltara aun mas lagrimas.

— ¿Que tienes Minie? Me parte el corazón verte así, dime que sucedió.

Tragó el nudo en su garganta y se re-acomodo quedando un poco más encima del pelirrojo.

— Y-Yo vine a-a ter-minar con Minjae… pero mi celo llegó y no quiero... yo no quiero que me toque alguien que no sea Jin... Por favor yo solo quiero a Jin.

— Tranquilo Minie. Le diré a Nam que vaya a comprarte unos supresores, de acuerdo.

—S-Si.

Vio como el mayor tomaba su teléfono para empezar a escribir, obviamente él le estaba dificultando la tarea al estar encima, pero realmente no quería soltarse de la esencia tan conocida de su amigo. Se apegó lo más posible contra el calor que el pelirrojo le brindaba y siguió derramando las silenciosas lágrimas que escapaban de sus ojos.

— Ya no llores Minie. Nam ya fue por los supresores, regresará en cualquier momento.

Si, eso lo sabía, pero no podía quitar la culpa que seguía aplastando su corazón. — Yo lo herí, Hobi... Lo vi en sus ojos... él es-estaba preocupado y a punto de llorar...

— ¿Hablas de Minjae?

— S-Si... él s-solo quería ayudar, pero no puedo... yo quiero ser solo de Jin... ¿Soy malo?

— No, Minie, por favor no digas eso. Tu eres una buena persona.

— Pero... pero y-yo dormí c-con los dos-

Otra vez dejó salir su llanto, pero esta vez de una manera más fuerte. Sus sollozos ya no eran bajos, lo sabía, pero ya no podía con ese dolor.

— Minie la primera vez estabas en celo, Jin-hyung estuvo un momento contigo y se marchó. Minjae estaba para ti cuando tu estabas en un momento vulnerable. Y por lo que se después de que Jae se fue a Daegu el único que te ha tocado es Jin-hyung, tu venias a terminar tu relación, tu corazón ya le pertenece a una sola persona.

— Pero no quiero lastimar a Minjae, él es bueno, no se merece a alguien como yo-

— No lo digas. — El mayor lo tomó de los hombros y lo hizo un poco hacia atrás para que pudieran verse a los ojos. — Jin, tu y Minjae son buenas personas, los tres se vieron envueltos en esta situación por malas decisiones del pasado, pero todo saldrá bien. Todos tomamos malas decisiones en algún momento de nuestras vidas, yo lo hice cuando decidí alejar a Nam en el pasado, Nam lo hizo cuando decidió no confesarse, Jin cuando te dijo aquellas palabras la primera vez que se vieron. Jimin todo caerá en el camino correcto en algún momento, las cosas se solucionaran.

— Yo solo quiero que Jae pueda perdonarme.

— Lo hará Minie. Él tiene un buen corazón, lograra entenderlos a ti y a Jin.

— Eso espero.

Realmente eso quería con todo su corazón. Minjae se merecía lo mejor del mundo.

También iba a publicar el capítulo 20 hoy, pero lo dejaré para mañana, así les publico un capítulo diario estas dos semanitas que estaré de vacaciones. Espero que les guste este improvisado mini maratón de actualizaciones diarias.

Tengan bonitos días mis lindos Makis 💜

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