Capítulo 1
— Hoy conocía al novio de Jungkook, es un beta que tiene tu edad.
Minjae no dejaba de moverse mientras acomodaba varios cojines en el suelo para pasar su noche de películas.
— ¿Es tan tímido y callado como tu nuevo compañero?
— En realidad es más parecido a nosotros, el iniciaba las conversaciones y logró hacer que Jungkook sonreirá más.
— Suena como que tendré un nuevo amigo. ¿Cuándo me lo presentarás?
— Mañana. Él tiene una entrevista de trabajo cerca de tu academia de baile, probablemente el llegue contigo antes que Jungkook y yo.
— ¿Eso quiere decir que también conoceré al alfa puro que todos los departamentos de detectives quieren robar de ti equipo?
Levantó una de sus cejas de manera coqueta bromeando con su novio, ese tipo de bromas eran comunes entre ellos pues los celos nunca habían existido en su relación.
— Si lo vas a conocer, pero te prohíbo que estés a menos de dos metros cerca de él — respondió el menor señalándolo con un dedo para seguirle el juego.
— ¿Entonces donde me iré en el auto? ¡¿En el portaequipajes?!
— Bueno esta bien. Puedes acercarte un poco más, pero no puedes voltear a verlo.
— Tengo ojos Jae, obviamente puedo mirar.
— En ese caso yo también puedo mirar.
— Claro, de cualquier modo no encontrarás a nadie más tierno y adorable que yo.
Acunó su rostro con sus dos manos y parpadeo velozmente para enfatizar sus palabras pero un cojín mullido voló en su dirección con la suficiente lentitud para que fuera capaz de atraparlo.
— Dale en comenzar a la pelicula señor rey de lo tierno y adorable.
Entre risas ambos se acomodaron en el suelo encima de los cojines suaves, utilizando uno de los sofás como soporte para recargarse.
— Pero no tenemos palomitas Jae.
— Es porque Jin-hyung dijo que ya estaba por llegar y realmente quiero comer las palomitas con caramelo que él hace.
— Entonces vamos a esperarlo. No podemos pedirle que nos haga las palomitas y no invitarlo a ver la película con nosotros.
Aunque también quería que se quedara tiempo suficiente con ellos para que el pudiera apreciar por lo menos la silueta de su alfa destinado.
— Dirá que no, nunca se une a nuestras noches de películas. Es raro, porque a él le encanta ver películas, siempre se reúne en casa de Namjoon-hyung y Yoongi-hyung para sus propias noches de cine.
Él sabía la razón de ello. Jin nunca se quedaba más de dos minutos en algún lugar donde estuviera él, a menos que fuera necesario pero si ese era el caso, procuraba ignorarlo y lamentablemente era malditamente bueno en ese aspecto.
— De cualquier manera deberías invitarlo, quizás hoy acepta.
Por favor diosa Luna, que se quede por al menos unos minutos.
Solo quería que su lobo se llenaría un poco con la presencia de su pareja destinada, últimamente su lobo se había sentido tan aletargado por no haber tenido la oportunidad de ver al rubio y hermoso alfa que hacía su corazón latir fuerte y dolorosamente.
— Lo haré, pero entonces tendrás que mimarme mientras comenzamos a ver finalmente la película.
Extendió sus brazos para recibir entre ellos al alfa que estaba mostrando su mejor actitud de cachorro. La cabeza del menor se recostó en su pecho y el comenzó a pasar sus dedos por las sedosa hebras azabaches peinándolas una y otra vez.
Cualquiera que no lo conociera podría decir que ese trato se lo daba a Minjae por ser novios, pero la verdad era que al omega viviendo en su interior le reconfortaba mucho sostener entre sus brazos a aquellos que reconocía como parte de su manada y repartirles caricias en el cabello, lo hacía siempre con Hoseok, su hermano menor, su padre y su madre.
Había tenido otro novio antes de Minjae, y con aquel alfa hacia lo mismo. Él era cariñoso y le encantaba repartir mimos pero en su mente y en sus sueños siempre aparecía recostado en el amplio pecho de Jin siendo él quien recibía esas atenciones.
Se sentía mal de tener ese tipo de pensamientos cuando aún era novio de Minjae, pero varias veces había tratado de ponerle fin a esa relación y siempre se arrepentía cuando do veía la sonrisa enorme en el rostro de ese alfa que lo trataba tan bien. Le tenía micho cariño al menor, pero sabía muy bien que era el mismo tipo de cariño que sentía por su amigo Hoseok o por su hermanito menor. Definitivamente no lo amaba de una manera romántica.
Sabía muy bien como era el sentimiento de amor, lo experimento automáticamente cuando conoció al alfa rubio. Era tan extraño ese lazo de los destinados, sentir que conoces todo sobre el otro pero al mismo tiempo desconocerlo, sentir el repentino aumento en los latidos de su corazón lo llenaba de euforia y a la vez de dolor y desesperación por estar al lado de su alfa, de pertenecerle.
Era doloroso el rechazo, como si él alfa fuera el aire que necesitaba para seguir respirando y todo eso ocurrió en el momento en que su mirada se había encontrado con los ojos de un completo desconocido.
Sinceramente en ese entonces le dio un poco de miedo la montaña de emociones y sentimientos que florecieron en su pecho, y cuando al fin había logrado asimilarlo su alfa destinado lo rechazo con palabras cortantes que no le permitieron pensar siquiera en lo que estaba sucediendo hasta que fue muy tarde.
Desde entonces cada una de sus acciones terminaban siendo erróneas ante la vista del alfa mayor que preferiblemente lo ignoraba tanto como fuera posible. No sabía si era mejor ser ignorado o ser observado con unos ojos que no expresaban emoción alguna, que se veían completamente vacíos cuando se encontraban con los suyos.
Como en ese mismo instante que levantó la vista y el mayor lo miraba desde la puerta de entrada. Su mano se detuvo las caricias como si hubiera estado haciendo algo malo.
— Ya estoy en casa.
— ¡Hyung! ¡Que bueno que llegas!
Minjae se había levantado rápidamente para colocarse en una posición hincada que le permitiera hablar con el mayor. La mirada de Jin cambie en milésimas de segundos al encontrarse con él rostro de su hermano menor y eso solo agregó otra punzada de dolor a su corazón.
— Vaya cuanto entusiasmo. Eso significa que me pedirás algo, ¿cierto~?
— Mmmm... quizás ese algo sea unas palomitas con caramelo que te salen tan deliciosas.
Una risita pequeña escapó de los labios carnosos del mayor y él solo pudo mirar hipnotizado por el movimiento que estos hacían.
— Claro que si, lo que sea para que disfruten de su película, enseguida las hago Jae.
— También te nos puedes unir, Minie y yo te dejaremos el sofá para ti solo y así te puedes recostar cómodamente.
— Lo siento, yo no los acompañaré hoy.
— Pero seria mejor si tu también te quedas con nosotros hyung, es una película de acción como las que te gustan, nada de películas románticas, lo prometo.
— Aun así no los acompañaré Jae. Me quedaré dormido y no habrá nadie que me mueva a mi cómoda camita.
— Lo puedo intentar, aunque quizás los dos terminemos en el suelo después de que dé unos cuantos pasos.
Más risas de los hermanos llenaron el espacio y el se sintió un poco triste por ser dejado de lado en aquella conversación.
— Olvídalo, no arriesgaré mi perfecto y hermoso rostro con una caída. Solo les haré las palomitas y tomaré una ducha para recostarme en mi cómodo colchón, así que pueden ver la película sin mi cachorro.
— No soy un cachorro.
El puchero y las mejillas infladas de Minjae estaban contradiciendo terriblemente su afirmación.
— Claro que si lo eres. Eres mi hermoso cachorro y siempre lo serás. Ahora deja de discutir y comiencen a ver la película antes de que Jimin se quede dormido con nuestra aburrida conversación.
Sonrió tímidamente siendo correspondido solo por el alfa menor, el mayor ya había dado media vuelta para internarse en la cocina y comenzar a preparar lo que su hermano había pedido.
Ya no tuvo oportunidad de ver a Jin el resto de la noche. Cuando las palomitas estuvieron listas, se había escabullirse en el pasillo que lo llevaba a las habitaciones y sólo había gritado desde ese lugar para que Minjae fuera por el enorme tazón que se había quedado en la cocina.
Siempre era de esa manera. Él llegaba al departamento de los hermanos con la esperanza de ver el rostro de su alfa destinado pero este último siempre encontraba la manera de estar el menos tiempo posible en su presencia.
Se preguntaba si algún día dejaría de doler tanto ese rechazo por parte de quien debería de estar a su lado.
— ¿Qué trabajo buscas Tae?
Tenía pocos minutos de conocer al beta con cabello azul y ya le agradaba. Tenía una sonrisa muy bonita, una voz agradable y una buena disposición para conocer gente tal y como él. Aunque también había un aura a su alrededor que llamaba a su instinto protector.
— Pues realmente no tengo alguna preferencia, solo quiero poder ahorrar un poco de dinero para que mi mamá venga a vivir conmigo.
— ¿Dónde esta ella? — su pelirrojo Hoseok había robado la pregunta de sus labios, ser tan buenos amigos los hacía pensar de la misma manera.
— En Busan. De allá nos mudamos Kookie y yo.
Las razones tan nobles solo le hicieron apreciar el corazón bueno del beta que acababa de conocer por ello su mente se puso a trabajar para ayudar a que Taehyung logrará su objetivo.
— ¿Estas pensando en algo Minie?
Nuevamente estaba casi seguro de que su amigo omega podía leer su mente.
— La verdad es que si. Minjae y yo podemos sugerir sutilmente a Jin-hyung que contrate a Tae en el restaurante. — Aunque en realidad le pediría a su novio que utilizará su encanto de hermano menor para convencer al alfa rubio. — ¿Sabes cocinar?
— Emm no realmente — una mueca graciosa cubrió el rostro que tenia hermosas facciones —, soy pésimo en ello, Kookie siempre cocina para mi. Pero si he trabajado de Mesero antes.
La plática entre ellos tres siguió sin parar de manera tan cómoda que parecían ser amigos desde antes. No se había equivocado al decir que formaría una amistad con ese veta sonriente.
Con quien fue un poquito más difícil de conversar fue con Jungkook, en nuevo compañero de su novio que era tan tímido que incluso se trababa un poco al hablar. Igualmente fue agradable conocerlo una vez que se subió al auto y también fue extraño el ver a un alfa puro por primera vez. Su lobo lo sentía de cierta manera, el linaje fuerte corriendo por las venas del pelinegro, pero no lograba asociar esa presencia con el rostro un tanto infantil que a la vez contradecía el cuerpo musculoso que se notaba a través de la ropa.
Ambos, alfa y beta, parecían diferentes entre sí, pero también se notaba a la perfección la familiaridad que sentían entre ellos. Ellos parecían tener un buen corazón y para él era gratificante poder ayudar al sonriente beta a conseguir un empleo que le permitiera reunirse nuevamente con su madre.
Y de paso tener una excusa más para visitar ese lugar donde podría encontrarse con la presencia del alfa que alimentaba de energía a su triste omega interior.
Bonita semanita Makis 💜
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