Capítulo 37
Segunda actualización del día
El sonido de su celular lo alertó lo suficiente como para despertar de su sueño. No era la primera vez que tenía que despertar de esa manera, siendo detective de la policía ya le había sucedido en más de una ocasión.
Extendió su mano y contestó con uno de sus ojos medio abierto que en realidad no ayudaba mucho porque veía borroso por la brillante luz de la pantalla en medio de la oscuridad de su habitación.
— Hola.
Su voz sonaba ronca la palabra apenas fue entendible, pero la voz al otro lado ni siquiera le regreso el saludo.
— Taehyung-hyung quiere que vengas por él.
Se sentó tan rápido que se mareo por el repentino movimiento. Se tomó sólo un segundo para estabilizarse antes de comenzar a salir de la cama y prender la lámpara para localizar sus zapatos.
Verifico el número, pero quien sea con quien estaba hablando, estaba usando el teléfono de Taehyung.
— ¿Dónde está? ¿Está bien? ¿Quién habla?
Ni siquiera dejo espacio entre las preguntas, pero estaba enojado porque ninguna le fue respondida de inmediato.
— Esta bien, al menos físicamente.
— ¡¿Qué quieres decir con al menos físicamente?! ¡¿Qué le hiciste?! ¡¿Quién eres?!
— Habla Dohwan. Y Taehyung esta en mi departamento.
El aire escapó de sus pulmones. Corrió hasta la puerta del departamento, apenas deteniéndose para tomar las llaves de su auto, y con el celular aún pegado a su oído.
— ¡¿Qué le hiciste, maldita sea?! ¡¿Déjame hablar con él?!
Se escuchó movimiento por sus segundos antes de que la vos de su beta llegara a través de la línea.
— Minjae…
Con solo esa palabra su alma cayó a sus pies. Taehyung estaba llorando, podía escuchar los sollozos y la voz tan angustiada.
— Taetae, ¿dónde estas? Estaré ahí tan rápido como pueda, solo dime donde estas y que te hizo ese maldito.
— Es tu culpa…
El lento movimiento del elevador no estaba ayudando en medio de su desesperación, menos cuando escuchó esas palabras de los labios de su beta.
Claro que era su culpa, lo que le hubiera pasado a Taehyung era su culpa porque prometió que lo cuidaría y no lo hizo.
Golpeó una pared del ascensor, enojado y frustrado.
— Por favor Taetae, por favor dime dónde estás. Iré por ti, solo dime donde estas.
Alguien estaba hablando en el fondo, supuso que era Dohwan recitando la dirección porque Taehyung la repitió con voz insegura.
Recordó la dirección en su mente hasta que llegó a su auto y logró ponerla en el GPS, todo parecía más lento que de costumbre en su urgencia por llegar a su beta.
Cuando finalmente pudo colocar el celular en alta voz, puso en marcha el auto, el cual protestó por la repentina aceleración.
— No me cuelges Taetae, ya estoy en camino, solo no me cuelgues.
— Esta bien.
— Taetae, ¿qué te hizo? ¿Por qué lloras?
— Es por tu culpa.
Cerró los ojos por un breve segundo, la culpa llenando su estómago y apretando sus pulmones.
— Lo sé, lo sé mi Taetae. Debí de protegerte, pero necesito saber que te hizo Dohwan, porque lo voy a hacer pagar.
— No me hizo nada.
— Tuvo que hacerte algo. Estás llorando.
— Estoy llorando por tu culpa, porque me arruinaste. — Su beta aún lloraba, pero también parecía enojado. — No puedo querer a nadie más.
— ¿De qué hablas, Taetae?
— Si no me quieres, entonces tengo que salir con alguien más, pero no puedo porque no se siente correcto. ¡¿Por qué no me quieres?!
— Yo si te quiero Taetae.
— ¡Mentiroso!
— No miento, Taetae. Yo-
— ¡Mientes! ¡No me quieres como yo te quiero! ¡Es diferente!
Si respiración se volvió aún más irregular.
Ya se había preparado para la posibilidad de que Taehyung solo quisiera amistad en lugar de algo romántico. Había tardado en conciliar el sueño por eso mismo, porque su mente no dejaba de dar vueltas en la manera que Taehyung se había ido de su departamento unas horas atrás.
Estuvo gran parte de ese tiempo auto convenciéndose de que ya era tarde, que no podía tener una relación con su beta y que lo tendría que aceptar aunque sintiera que su corazón se apretujaba en su pecho, no podía hacer más que aceptar la decisión de Taehyung. Después de todo, él había sido el culpable de ello aquella noche, en aquella cita donde le dijo a Taehyung que dudaba de sus sentimientos. Fue un tonto en ese momento y los meses que le siguieron. Quizás fue un gran tonto desde mucho antes, desde que conoció al beta y trató de esconderse detrás de la escusa de su posesividad para negar que desde un principio Taehyung le había gustado de una manera única, de la manera que exigía que lo sostuviera entre sus brazos para protegerlo del mundo y alejar sus miedos, de la manera en que podían caminar de la mano en público y darle besos y tener citas. En ese momento estaba con Jimin, pero si se hubiera permitido ser sincero consigo mismo, si no hubiera elegido la comodidad que le brindaba una relación con Jimin en lugar de arriesgarse con una relación de la que no sabía como empezar siquiera…
Realmente había hecho decisiones equivocas con las que tendría que cargar el resto de si vida. No podía no perdonar a su hermano y Jimin cuando ellos también se habían equivocado y manejado mal la situación. Todos era tan malditamente susceptibles a cometer estupideces y después hacer más estupideces para tapar su error o tratar de enmendarlo, era increíble que la humanidad siguiera existiendo aún.
Pero su beta acababa de decir que no podía salir con otras personas, que lo quería a él.
Su corazón palpitaba tan fuerte en su pecho. Pero ya no era miedo.
— Taetae, me gustas. Me gustas mucho, no como amigo. No quiero que seas solo mi amigo.
Recibió silencio del otro lado de la línea.
Por varios segundos solo se escuchó la respiración entrecortada de su beta.
Y después más llanto, pero este parecía diferente.
— ¿En serio? ¿Realmente… ¿Lo dices de verdad?
— Lo digo de verdad. Te lo iba a decir en el parque antes de que la lluvia nos atrapará… en realidad te lo iba a decir mucho antes, pero ninguna de las citas a las que te invite salió como esperaba. Lo bueno de ellas fue disfrutar de tu compañía pero en cada una de ellas me olvidaba de dejar claro lo que realmente quería decir.
Por varios minutos Taehyung solo lloro mientras repetía las mismas palabras; tonto, te odio… pero me gustas, si eran citas. Con cada palabra parecía estar sonriendo y enojado a la vez. Él sonreía ahora que Taehyung le dijo que estaba bien. Aunque aún no lograba averiguar como había llegado su beta al departamento de Dohwan y por que le había marcado a las tres de la mañana.
Aún no decidía si golpear o no al compañero de clases de Taehyung para el momento en que llegó al edificio de departamentos.
— Taetae, ¿en que piso estas? ¿Qué puerta?
— Creo que es el último piso. — Se escuchó una risa y la voz de Dohwan un poco más allá. — ¡¿El segundo?! ¡Pero si subimos como mil escalones!
Siguió escuchando como Taehyung discutía al tiempo que se apresuraba por las escaleras al segundo piso. No hubo necesidad de preguntar por la puerta, una se abrió del lado izquierdo del largo pasillo, Dohwan se asomaba por esta.
Terminó la llamada y entró corriendo sin molestarse en saludar al beta de la puerta, puede que incluso lo empujara al pasar.
Taehyung estaba en un sofá, con el ceño fruncido y hablándole a su propio celular.
— Taetae. — Levantó a su beta y lo acomodó entre sus brazos. Arrugó la nariz cuando el aroma a alcohol y otros tantos llenaron su sentido del olfato. Sobretodo el de Dohwan. Gruñó. — Vámonos.
No esperó una respuesta, ni siquiera se giró para escuchar las palabras del beta que se quedo en la puerta. Si se detenía un minuto probablemente lo golpearía.
Taehyung no protestó ni se opuso a que lo llevará al auto, tampoco lo hizo cuando frotó sus manos por sus costados y enterró la nariz en su cuello al mismo tiempo que su aroma se extendía. No se metieron al auto hasta que estaba seguro de que su beta olía a él.
Los primeros minutos en el auto fueron en silencio, hasta que ya no pudo contener sus preguntas.
— ¿Por qué estabas en casa de Dohwan? ¿Por qué había tantos aromas en ti?
— Fuimos a un bar.
— ¿Y te pareció bien ir al departamento de él?
— ¿Estás molesto?
Tomó una respiración profunda, tratando de hacer que sus emociones retrocedieran un poco, porque si estaba molesto, pero consigo mismo, por dejar que toda esa situación llegara tan lejos, por no hablar antes, por permitir que Taehyung saliera de su departamento horas antes sin verdaderamente tratar de explicarse.
— No estoy molesto contigo, Taetae. Solo… No me gustó escucharlo hablar por tu teléfono… me sentí tan angustiado cuando te escuché llorar… Creí que te había pasado algo, que te había hecho algo.
— Pero estoy bien. Solo… estaba triste…
— Porque creíste que yo no te quería. — Su beta asintió mirando sus manos. — Debí de haber sido más claro… Debí de haber sido sincero desde hace meses, contigo y conmigo mismo. — Extendió una de sus manos en busca de la de su beta. — Perdón por lo que te dije esa vez, en la rueda de la fortuna. Quizás estaba confundido, pero solo porque no le puse suficiente atención a mi corazón.
— Pero… defendiste a Jimin con tus padres.
— Si, porque lo quiero, como mi amigo, quizás como a familia. Pero tú, Taetae, tú eres quien me gusta de una manera diferente. Eres quien me hace sonreír con solo pensar en que te veré ese día, puedes calmarme con solo el sonido de tu voz y eres quien quisiera mantener a mi lado en cada minuto del día.
Su beta permaneció en silencio.
Cuando volteó a verlo rápidamente, un puchero abultaba su labio inferior.
— ¿Qué sucede Taetae?
— Quiero besarte, pero estas conduciendo. — El mayor parecían tan molesto por ello que no pudo evitar reír fuerte. — No te rías. No se como contestar lo que dijiste porque mi cabeza se siente atontada y mi corazón esta latiendo tan fuerte que mi pecho se aprieta alrededor. Pero si quiero besarte.
— Entonces será mejor que maneje más rápido, para que podamos llegar a mi departamento.
— …Si.
— 𝓑𝓮𝓽𝓪 —
Iba a esperar a estar en su departamento. No quería parecer desesperado por besar a Taehyung. No sé dejaría dominar por su lobo.
Eso se dijo desde que bajaron del auto hasta que subieron al ascensor.
Pero no podía rechazar a su beta cuando junto sus labios.
Simplemente no era una posibilidad rechazarlo, no cuando su lobo y él gruñeron en aprobación, no cuando finalmente el alivio recorría su cuerpo, alivio de que Taehyung todavía lo quisiera, alivio por poder decir sus sentimientos.
Se perdió en el beso, tomó lo que su beta le ofrecía y Taehyung parecía famélico por su toque. Ya podía sentir donde quedarían las marcas de las uñas ajenas en su piel, el mayor se aferraba a él con miedo de alejarse un par de centímetros.
Tardaron demasiado en poder entrar al departamento, fue difícil poner la secuencia correcta de números en el teclado electrónico de la puerta cuando no podía verlo.
Pero en algún momento la puerta cedió y ellos siguieron tropezando hasta que estuvieron en la oscuridad de su habitación.
Estaba volviéndose loco.
Solo podía pensar en arrancar la ropa del cuerpo delgado y frotar su aroma, hasta que la piel de color caramelo desprendiera su esencia como si fuera propia.
Quería escuchar era voz grave clamando por él, volviéndose aguda con cada grito de placer.
Su mente ya estaba vagando a sus recuerdos, a lo que había sido compartir su celo con su beta y en lo que aún quería hacerle.
Se estremeció, su piel completamente erizada por las imágenes que podía ver en sus pensamientos. Y por el tacto de la piel bajo las yemas de sus dedos.
— ¿Me permites, Taetae? ¿Me dejas hacerte el amor?
Su beta, hermoso con los ojos entrecerrados, las mejillas sonrojadas y la respiración entrecortada, apenas permitió que hubiera espacio entre ellos cuando contestó.
— Si. Si, por favor.
No se si vaya a publicar el siguiente capítulo esta noche, porque no me gustó como quedó y lo estoy cambiando, así que probablemente esta sea la última actualización del día de hoy.
Por las dudas, les deseo bonita noche ♡
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